2. TEXTO CLAVE
“Y le dijeron:
¿Oyes lo que éstos dicen?
Y Jesús les dijo:
Sí; ¿nunca leísteis:
De la boca de los niños y de
los que maman
perfeccionaste la alabanza?”
Mateo 21:16
3. INTRODUCCION
EN NUESTRO DESEO DE
PREDICAR al mundo y
hacer discípulos de cada
nación, no debemos
olvidar a todo un grupo
de personas: los niños.
Los estudios cristianos
con respecto a los niños
y a los jóvenes difieren
en muchas cosas.
No obstante, a través de las distintas confesiones religiosas, una cosa parece
consistente: la mayoría de los creyentes entregaron su vida a Cristo a una edad
relativamente temprana. Pocos conversos provienen de grupos de mayor edad.
Aparentemente, muchas iglesias no ven en su planificación evangelizadora este hecho
importante, y dirigen la mayor proporción de sus recursos hacia la población adulta.
Los primeros discípulos de Cristo también parecen haber subestimado el valor del
ministerio de los niños. Jesús rechazó esta actitud y dio lugar a los niños; incluso les
dio prioridad. Por ello, debemos hacer lo mismo.
5. Las naciones paganas de Canaán
tenían poco respeto por la vida
de los niños.
Los cananeos y otros pueblos de
la antigüedad sacrificaban niños a
los dioses.
“Y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de
delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y
los tuve en abominación” (Levítico 20:23)
Por ejemplo, el rey de Moab sacrificó a su
primogénito sobre el muro de la ciudad
(2 Reyes. 3:26-27)
Dios amonestó a Israel que no hicieran
como estas naciones y les dio instrucciones
precisas en cuanto a los niños.
6. SACRIFICIO DE NIÑOS
EXPLOTACIÓN DE NIÑOS
Al comparar a los niños hebreos con otros de las naciones vecinas de esa
época, vemos que gozaban de un tratamiento especial. El sacrificio de niños
para aplacar a los dioses había saturado muchas culturas. Por otro lado, el
valor de los niños se medía a menudo por su contribución económica a la
sociedad. La productividad en el trabajo, y no su valor intrínseco, definía su
relación con el mundo adulto. Es doloroso decirlo, pero algunas de estas
actitudes, especialmente en cuanto al valor económico, aun se encuentran en
nuestro mundo actual. Realmente, el día de la ira debe venir.
7. Es evidente que la apostasía de Israel afectó la estimación
popular de los niños. El coqueteo de Manasés con la hechicería y
otras religiones o cultos de las naciones vecinas lo indujo a
sacrificar a sus hijos (2 Crónicas. 33:6).
No obstante, el reinado de Manasés fue la excepción y no la
regla; bajo un liderazgo más espiritual, los israelitas valoraban en
gran manera a sus descendientes.
8. La educación, la primogenitura y
muchas otras prácticas culturales
demuestran, claramente, cuán
valiosos eran los niños en la
antigua cultura hebrea.
No sorprende, entonces, que
Cristo expandiera a nuevas
dimensiones la posición de los
niños, ya exaltada en
comparación con las culturas
circundantes.
Después de todo, los niños son
seres humanos, y la muerte de
Cristo fue en favor de cada
persona, cualquiera que sea su
edad; esto no debemos olvidarlo
nunca.
9. REFLEXION
Es difícil de creer que haya
adultos tan corrompidos, tan
malos y tan degradados que
lastimen a los niños; a veces, aun
a los propios.
¿Cómo podemos nosotros, en la
situación en que nos
encontramos, hacer todo lo
posible para amar, proteger y
nutrir a los niños dentro de
nuestra esfera de influencia?
10. “Desde los tiempos más remotos, los
fieles de Israel habían prestado
mucha atención a la educación de la
juventud.
El Señor había indicado que, desde la
más tierna infancia, debía enseñarse
a los niños su bondad y grandeza,
especialmente en la forma en que se
revelaban en la ley divina y en la
historia de Israel.
Los cantos, las oraciones y las
lecciones de las Escrituras debían
adaptarse a los intelectos en
desarrollo. Los padres debían
enseñar a sus hijos que la ley de Dios
es una expresión de su carácter, y
que al recibir los principios de la ley
en el corazón, la imagen de Dios se
grababa en la mente y el alma”
E.G.W. (El Deseado de todas las gentes, pg. 49)
11. Dios le enseñó a Israel que los
niños eran una bendición:
“Cosa de estima el fruto del
vientre” (Salmo 127:3)
Desde muy pequeños, los niños
eran instruidos en la palabra de
Dios.
“Y estas palabras que yo te mando
hoy, estarán sobre tu corazón; y
las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu
casa, y andando por el camino, y
al acostarte, y cuando te
levantes”
(Deuteronomio 6:6-7)
12. Si Jesús hubiera pasado por alto la niñez, llegando al planeta Tierra como adulto, se
podrían plantear preguntas serias con respecto a su capacidad de identificarse con los
niños.
Pero Cristo se desarrolló como lo debe hacer todo niño, sin saltear ninguna de las etapas
de desarrollo asociadas con el crecimiento y la madurez.
Él comprende las tentaciones de los adolescentes, y pasó por la fragilidad y la inseguridad
de la niñez. Cristo enfrentó los desafíos que, en su propia esfera, afrontan los niños.
Otra manera en la que nuestro Salvador reveló su verdadera humanidad fue el haber
experimentado la niñez.
13. “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de
sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él” (Lucas 2:40)
Jesús no apareció como un hombre adulto.
Él nació como un niño más.
Tuvo que aprender a andar, a hablar, a
escribir, a adorar a Dios.
Como niño, Jesús fue también un ejemplo
para los niños.
Instruido por sus padres en los caminos de
Dios, fue lleno de sabiduría y gracia.
A los 12 años, el niño israelita era aceptado
como miembro de la comunidad de Israel.
A esa edad, Jesús demostró un
conocimiento y una preocupación por las
cosas espirituales que sorprendió a los más
sabios de Israel.
“Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia
y de sus respuestas” (Lucas 2:47)
14. Lee Lucas 2:40 al 52.
¿Qué enseña esto
en cuanto a la
infancia de Jesús?
“Entre los judíos, el año duodécimo era la línea de demarcación entre la niñez y la
adolescencia. Al cumplir ese año, el niño hebreo era llamado hijo de la ley y también
hijo de Dios.
Se le daban oportunidades especiales para instruirse en la religión, y se esperaba
que participase en sus fiestas y ritos sagrados. De acuerdo con esta costumbre, Jesús
hizo en su niñez una visita de Pascua a Jerusalén”
15. Jesús adquirió
sabiduría.
Dios le otorgó su gracia.
Del encuentro de Cristo
adolescente en el
Templo durante la visita
de Pascua, podemos ver
que Jesús tenía una
profunda sabiduría
bíblica.
Los maestros rabínicos
fueron profundamente
impresionados por las
preguntas y las
respuestas de Jesús.
16. Dios sin duda usó muchas experiencias de la niñez para dar forma al carácter
atractivo y sin faltas de Cristo.
Tal vez, la disciplina de aprender las habilidades de un carpintero, al atender a
sus devotos padres, al estar regularmente en contacto con las Escrituras y su
interacción con los habitantes de Nazaret, moldearon el fundamento de su
crianza temprana.
Al fin, por notable que haya sido la niñez de Jesús, él fue lo que todos hemos
sido: un niño.
17. REFLEXION
“El niño Jesús no recibió instrucción
en las escuelas de las sinagogas. Su
madre fue su primera maestra humana.
De labios de ella y de los rollos de los
profetas, aprendió las cosas
celestiales.
Las mismas palabras que él había
hablado a Israel por medio de Moisés le
fueron enseñadas sobre las rodillas de
su madre”
Medita en las increíbles implicaciones
de esas palabras.
¿Qué nos enseñan acerca de la
humanidad de Cristo?
18. Resucitó a la hija de
Jairo
(Mateo 9:18-26)
“Mi hija acaba de
morir; mas ven y pon
tu mano sobre ella, y
vivirá” (Mt. 9:18)
Expulsó el demonio
de la hija de la mujer
sirofenicia
(Mateo 15:21-28)
“Oh mujer, grande
es tu fe; hágase
contigo como
quieres” (Mt. 15:28)
Expulsó el demonio
del hijo de un padre
desesperado
(Marcos 9:17-27)
“Creo; ayuda mi
incredulidad”
(Mr. 9:24)
Sanó al hijo enfermo
de un oficial del rey
(Juan 4:46-54)
“Y el hombre
creyó la palabra
que Jesús le dijo”
(Jn. 4:50)
Todos estos casos tienen algo en común: padres angustiados que llevan a sus hijos a
Jesús para que Él los sane. Jesús restauró todas las esperanzas y sueños que los
padres tenían para sus hijos, y así les dio la oportunidad de
crecer para honrar a Dios y usar sus talentos para su gloria.
Los niños fueron sanados en base a la fe de sus padres.
Los padres somos invitados a llevar a nuestros hijos a Jesús
en oración ferviente, en procura de sanidad física y
espiritual. Él escucha y contesta cada oración según sea
más conveniente en cada ocasión.
19. Y, aunque Jesús
mismo no había sido
padre, se relacionó lo
suficiente con ellos,
en su humanidad, y
sanó a sus hijos. En
cada caso hubo cura-
ción. No rechazó a
ninguno.
De este modo, se
vio claramente su
amor no solo por los
padres sino también
por los niños.
Por supuesto, esto conduce a muchas preguntas acerca de las oraciones y las
súplicas de los padres por sus hijos que no fueron sanados. Tal vez no haya
experiencia más triste que enterrar a un niño.
La muerte debería reservarse para las generaciones mayores. La situación no
natural de padres que lamentan la muerte de sus hijos hace que el corazón se
rebele. Durante esos funerales, casi cada padre se pregunta: “¿No me debería
haber tocado a mí?”
20. Lamentar la muerte física y observar la decadencia espiritual puede ser igualmente
doloroso. ¿Cuántos padres han sufrido agonías a causa de hijos abrumados por la
adicción a las drogas, la pornografía o la indiferencia adolescente?
Cualquiera que sea la aflicción, debemos aprender a confiar en Dios, y en su bondad
y amor, aun cuando las cosas no resultan tan felizmente como ocurre en las historias
bíblicas enumeradas arriba.
21. “y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os
hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”
(Mateo 18:3)
¿En qué aspectos debemos ser
como niños (Mt. 11:25; 18:4)?
Autenticidad.
Humildad.
Dependencia.
Inocencia.
Sencillez.
Confianza.
Susceptibles para aceptar los
impulsos del Espíritu Santo.
Los que hacen discípulos hoy deberían aprender
otra lección: los niños nunca necesitan dejar atrás su
dependencia infantil. Educados apropiadamente, los
niños pueden llevar su confiada inocencia a la
adultez. Cuando los niños crecen y maduran,
cuestionarán algunas cosas, tendrán luchas, dudas y
preguntas sin respuestas, como las tenemos todos.
Pero una fe infantil nunca pasa de moda.
22. Pero una fe infantil nunca pasa de moda. Como padres, o adultos, deberíamos
hacer todo lo que podamos para instalar en los niños el conocimiento de Dios y de
su amor, y nada es mejor que revelarles ese amor a través de nuestra vida, nuestra
bondad, compasión y cuidado por ellos.
Podemos predicar todo lo que queramos; pero, al fin, la mejor manera de
discipular a los niños (y a los adultos) es vivir frente a ellos el amor de Dios en
nuestra vida.
23. En contraste, los actos fríos y severos contra los niños –particularmente en las
actividades patrocinadas por la iglesia– pueden destruir la confianza de un niño en la
iglesia y en Dios. Los que realizan tales acciones ¡qué ira deben esperar!
Cristo y su mensaje despiertan confianza y fe.
¿Cómo se atreverá cualquier organización humana a comprometer esa fe
infantil por falta de vigilancia?
24. ¿Qué está haciendo tu
iglesia, no solo para
nutrir a sus niños, sino
también para
asegurarse de que
estén protegidos de
toda manera posible?
Piensa en lo que
significa que Jesús
dijera que “sus ángeles
en los cielos ven
siempre el rostro de mi
Padre que está en los
cielos” (Mat. 18:10).
¿Por qué esto debe
hacer temblar a todos
los que hieren a un
niño?
25. “En los niños que
eran puestos en
relación con él,
Jesús veía a los
hombres y a las
mujeres que serían
herederos de su
gracia y súbditos de
su Reino, algunos de
los cuales llegarían
a
ser mártires por su
causa.
26. “[Cristo] Sabía que esos niños escucharían sus
consejos y le aceptarían como su Redentor,
mientras que los que eran sabios según el mundo y
de corazón endurecido estarían menos inclinados
a seguirle y a hallar cabida en el reino de Dios. Al
acercarse estos pequeñuelos a Cristo y al recibir
su consejo y bendición, la imagen de él y sus
palabras misericordiosas se grababan en sus
mentes plásticas, para no borrarse ya más.
Debemos aprender una lección de este acto de
Cristo, a saber que el corazón de los jóvenes es
muy susceptible a las enseñanzas
del cristianismo, pues es fácil
influir en él a favor de la piedad y
de la virtud, y es fuerte para
conservar las impresiones recibidas”
E.G.W. (El hogar cristiano, pg. 250)
27. REFLEXION
¿Cuán a menudo encontramos
adultos que soportaron tanto
dolor, tanto sufrimiento, tanta
angustia de corazón por cosas
que les ocurrieron en su
infancia?
¿Qué debería decirnos esto
acerca de cuán tierna,
cuidadosa y amorosamente
deberíamos tratar a los niños,
y con cuánta oración?
28. “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de
estos pequeños que creen en mí, mejor le
fuera que se le colgase al cuello una piedra de
molino de asno, y que se le hundiese en lo
profundo del mar” (Mateo 18:6)
“Mirad que no menospreciéis a uno de estos
pequeños; porque os digo que sus ángeles en
los cielos ven siempre el rostro de mi Padre
que está en los cielos” (Mateo 18:10)
Como padres o adultos, deberíamos hacer
todo lo que podamos para instalar en los
niños el conocimiento de Dios y de su amor,
y nada es mejor que revelarles ese amor a
través de nuestra vida, nuestra bondad,
compasión y cuidado por ellos.
Seamos o no padres, somos responsables
por la forma en que tratamos a los niños de
nuestra iglesia y el ejemplo que les damos.
29. “Y le presentaban niños para que los
tocase; y los discípulos reprendían a los
que los presentaban. Viéndolo Jesús, se
indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir
a mí, y no se lo impidáis; porque de los
tales es el reino de Dios” (Marcos 10:13-14)
“Al decir Jesús a sus discípulos que no
impidieran a los niños el acercarse a él,
hablaba a sus seguidores de todos los
siglos, es decir, a los dirigentes de la
iglesia: ministros, ancianos, diáconos, y
todo cristiano. Jesús atrae a los niños, y
nos manda que los dejemos venir; como si
nos dijera: Vendrán, si no se lo impedís”
E.G.W. (El ministerio de curación, pg. 27)
30. Seguramente, los discípulos de Cristo eran bien intencionados,
aunque ignorantes. Intentaron proteger el valioso tiempo de
Jesús y conservar su energía para asuntos más “importantes”.
Ellos entendieron mal lo que Jesús quería que supieran.
31. Imagínate lo que es ser rechazado por adultos rezongones, solo
para ser abrazados por la persona amante y considerada que es
Jesús. No es extraño que ellos lo abrazaran. En esta historia, se nos
ha dejado un valioso ejemplo con respecto a la manera en que los
profesos discipuladores deben tratar a los niños.
32. “Los padres y las madres deben considerar a sus hijos como miembros más
jóvenes de la familia del Señor, a ellos confiados con el fin de que los eduquen
para el cielo. Las lecciones que nosotros mismos aprendemos de Cristo debe-
mos darlas a nuestros hijos a medida que sus mentes jóvenes puedan recibir-
las, revelándoles poco a poco la belleza de los principios del cielo” (DTG 474).
33. CREATIVIDAD
• Busca a un niño en tu
iglesia o en tu
vecindario(en edad
física o espiritual).
• Se su mentor espiritual
y guíalo en la “senda del
Señor”.
• Ayúdale a tener una
Biblia, guía de estudio.
• Visítale, ora por él (ella)
• y mantengan una
comunicación continua.
34. El
Discipulado
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las 13 lecciones que
tratan sobre el tema:
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