Las investigaciones sobre el funcionamiento y desarrollo del cerebro están contribuyendo para la emergencia de una nueva comprensión de la cognición y del aprendizaje. La comprensión de los mecanismos neuronales que determinan la cognición y el aprendizaje y que subyacen a la formación de la conciencia, la relación entre cognición y emociones y entre genética y entorno tienen importantes implicaciones educativas (OECD, 2007, 2010; Gonçalves, 2009). Estos conocimientos remeten para nuevas perspectivas sobre el sujeto de la educación que nos permiten superar viejas dicotomías: razón/emociones, biología/cultura, cuerpo/mente, genética/entorno. El sujeto es bio-psico-social, una construcción bio-antropológica: es bimodal (Asensio et al., 2006, García Carrasco, 2007) o multimodal (Smith, 2005), es, Sapiens y Demens (Morin, 1999). Es lo que está entre (Nunes, 2002). En esta comunicación se analizan las implicaciones de las teorías emergentes de las neurociencias cognitivas para la comprensión del sujeto de la educación. Se caracteriza este sujeto de acuerdo con: su plasticidad; su multidimensionalidad y su capacidad narrativa, entendida como un concepto fundamental relacionado con la construcción de su identidad, y se reflexiona sobre las implicaciones educativas de esta perspectiva en el ámbito de una pedagogía de la posibilidad (Gonçalves, 2008), encuadrada en el marco de la complejidad.