1. Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de
san Josemaría
Parte III.- El camino de la vida cristiana: la
santificación en medio del mundo
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2. Visión general de la parte tercera
• Sirve la comparación con un camino a pie. Se pueden considerar tres
aspectos, aparte de la finalidad: el terreno, el esfuerzo y los medios.
• Corresponden al trabajo, la lucha y los medios de
santificación.
• A diferencia del fin último, que está presente a lo largo del camino y se
alcanza al final, en la gloria, los tres aspectos cesan al llegar al fin.
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5. Visión general de la parte tercera
• Dentro de estos tres aspectos —que conceptualmente se pueden asimilar
a los principios material, formal y eficiente— puede encontrar cabida
cualquier otro más particular que quiera considerarse.
• Se trata de un esquema general. Un esquema que podría ser válido, en
principio, para exponer las enseñanzas de cualquier maestro de vida
espiritual sobre el camino de santificación y apostolado de un cristiano
corriente. Pero no todos los autores necesitan un planteamiento
omnicomprensivo, porque no tratan de todos los temas
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6. Visión general de la parte tercera
• Hemos de decir que la elección de los tres capítulos mencionados no ha
sido pensada a priori y después aplicada a san Josemaría, sino que está
inspirada en sus mismas enseñanzas. Quien tenga familiaridad con sus
obras, aunque no las haya estudiado teológicamente, probablemente
reconocerá que la santificación del trabajo, la lucha cristiana y los medios
de santificación son temas “estructurales” de su doctrina.
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7. Visión general de la parte tercera
• Primero, el “terreno” del viaje. En el caso de un cristiano llamado por Dios
a santificarse en medio del mundo, el “terreno” de su camino de
santificación está formado por las actividades propias de su existencia
cotidiana —el trabajo profesional, las tareas familiares, la participación en
la vida social— que constituyen la “materia de santificación” de que
dispone.
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8. Visión general de la parte tercera
• Al hacerlo así, bajo la acción del Espíritu Santo, no sólo va siendo
transformado en otro Cristo, en el mismo Cristo, sino que también el
“terreno” se renueva, embellece y mejora con la huella de sus pasos. No
permanece igual cuando un cristiano lo recorre porque, al tomarlo como
materia de santificación, además de crecer él mismo en santidad y de
ayudar a los demás a santificarse, perfecciona esas mismas realidades —
familiares, sociales y profesionales— infundiéndoles espíritu cristiano.
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9. Visión general de la parte tercera
• El segundo aspecto que resalta en un viaje a pie, es el esfuerzo que se
requiere para recorrer el camino. En el itinerario de la santidad sucede
algo semejante: no es posible avanzar sin esfuerzo porque, como
consecuencia del pecado, el cristiano ha de superar una debilidad interior
y la oposición de unos enemigos que actúan desde fuera de él. Por una
parte, ha de afrontar la inclinación al mal dentro de sí, que es como un
peso, un freno para su marcha; por otra, están las instigaciones al pecado
que provienen de fuera de sí mismo: las tentaciones del diablo y las que
proceden de la presencia del mal en el mundo.
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10. Visión general de la parte tercera
• La lucha por la santidad no es negación, ni mero agere contra. Es una
lucha positiva, de conquista: una lucha de hijos de Dios que buscan
configurarse con Cristo por la caridad y las demás virtudes, y corredimir
con Cristo. De ahí el sentido afirmativo de la mortificación cristiana y de la
penitencia, términos teñidos de oscuro por la cultura hedonista, pero que
brillan con toda su energía liberadora en la enseñanza de san Josemaría.
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11. Visión general de la parte tercera
• En tercer lugar, quien desea realizar un viaje debe considerar con qué
medios o instrumentos cuenta. De ahí el tema que estudiaremos en el
capítulo 9º: “Los medios de santificación y de apostolado” de que dispone
el cristiano para avanzar por el camino de la santidad y ayudar a los demás
a recorrerlo.
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12. Visión general de la parte tercera
• Pero en sentido estricto, como los entenderemos aquí, son “medios” para
la santidad aquellas acciones que en sí mismas (por su objeto) se ordenan
a la santificación y al apostolado [3]. Entendidos así, los medios que
trataremos son tres: la participación en los sacramentos, la oración y la
formación cristiana. A través de ellos recibimos la mediación de Cristo en
la Iglesia.
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