El documento discute cómo la antropología puede contribuir a mejorar la formación de profesionales de la salud. Propone que la antropología médica investigue la intersección entre construcciones sociales y médicas, y que la medicina antropológica adopte un enfoque holístico del paciente como un ser bio-psico-social, practicando la medicina narrativa centrada en escuchar la experiencia del paciente.