II Domingo de Adviento- A

1. Aportes - 1
de Cristo en nuestra mente, sentimientos y
acciones. Pero en este camino de continua
conversión el Señor vino para ayudarnos a
romper nuestras maneas y barreras y lograr
un camino de frutos abundantes. Pidámosle
que nos ilumine para descubrir qué nuevos
pasos espera que demos. Y si bien todo el
año es tiempo propicio para estos avances, el
Adviento nos lleva a sincerarnos y descubrir en
qué andamos retrasados o desviados.
Así pues, movidos por el amor obediente
al Señor, hagamos un examen de conciencia
a la luz de cuánto él nos ama y de cuánto
correspondemos, o no, a tanto amor, porque
no sea que nos pase como al joven rico o al
fariseo que hasta creían que el Señor estaba
en deuda con ellos, como que portándose bien
le estaban haciendo un favor a Dios, ¡cuando
es todo lo contrario!, una tontería como la
del enfermo que quisiera pasarle la factura al
médico por haber cumplido la terapia indicada
que le salvó la vida…
El evangelio nos pone delante de los ojos
el ejemplo de Juan Bautista, que se declara
indigno de desatar las correas de las sandalias
del Señor, porque su misión es sólo anunciar
su llegada. Esta actitud humilde es propuesta
a los cristianos en el segundo domingo de
Adviento, porque la humildad acalla los ruidos
interiores y permite tener los oídos abiertos a
su palabra; la humildad nos abre el corazón
para recibir su llegada con integridad y valentía
para cambiar; la humildad nos descentra de
nosotros mismos para mirar por dónde pasa
el Reino de Dios y nos libera de la soberbia
que es autosuficiente.
Cambien de vida,
que se acerca el Reino de Dios
Is 11, 1-10; Sal 71; Rom 15, 4-9;
Mt 3, 1-12
Dios puso en nosotros hambre y sed de
infinito y nos prometió saciarla a condición
de que pongamos todo de nuestra parte para
alcanzarla, ¡nunca menos! El Señor nos dio
la semilla, y nosotros debemos preparar la
tierra, sembrarla, cosechar los frutos y com-
partirlos.También nos promete paz y felicidad,
pero antes debemos desterrar todo egoísmo
y ambición desmedida, individualismos y en-
vidias…, pues él no hará por nosotros lo que
nosotros podemos hacer con nuestra inteli-
gencia y creatividad, el ingenio y las fuerzas
físicas que nos dio.
Juan Bautista exhortaba a salir al encuen-
tro del Mesías mediante la conversión perso-
nal. En este tiempo estamos preparándonos
para celebrar a Quien vino a redimirnos de
males, errores y muertes y darnos vida eterna
en plenitud. Salgamos a su encuentro ende-
rezando caminos y emparejando desniveles,
convirtiéndonos a él y abriéndole las puertas
de nuestro ser para que entre y nos colme
con su gracia y salvación. No tendremos
derecho a celebrar Navidad si primero no
salimos al encuentro del Señor, que viene a
nosotros para que nosotros corramos a él,
sin argumentar como el joven rico: Yo cumplo
con todo desde mi juventud, ¿de qué tengo
que convertirme?, porque la llegada del Señor
no nos deja indiferentes, ya que es como un
espejo que nos muestra lo que debemos traba-
jar espiritualmente hasta alcanzar la estatura (Continúa en la p. 4).
Aportes para la homilía
Aportes
Celebración
2º domingo de Adviento 4 de diciembre de 2016
Ciclo A. Color: Morado Año XX - Nº 1170
Aportes
Celebración
para la
Homilía y guión para la Santa Misa
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2. Aportes - 2
1) Introducción
El Señor llega, viene a salvarnos.
Nos salva de nuestras pequeñeces,
que indebidamente ocupan espacio
y quitan lugar a lo imprescindible.
Preparamos la llegada del Señor allanan-
do los caminos y dando frutos de amor.
Para eso nos reunimos en esta Eucaristía.
Cantemos…
2) Saludo de bienvenida
Viene el Señor a vivir en medio
nuestro.Y para eso nos pide alla-
nar los caminos y desde la con-
versión de la vida, dar frutos abundantes.
¡Que su paz y su amor permanezcan
con cada uno de ustedes!
3) Acto penitencial
Desde el Jordán, Juan nos exhorta
a quitar todo obstáculo a la llegada
del deseado de los pueblos, que
viene a salvar a cuantos creen en él.
Creamos nosotros, y quitemos de noso-
tros cuanto impide su venida.
* Vienes por el camino de la hu-
mildad; que venzamos el orgullo y
la soberbia, que nos conducen a
la autosuficiencia y nos alejan de
ti. Señor, ten piedad.
* Vienes por el camino de la paz; que
venzamos la violencia que lleva al
caos social y atenta contra la vida de
los hijos de Dios. Cristo, ten piedad.
* Vienes por el camino de la caridad;
que desterremos la indiferencia y la
indolencia ante las necesidades y el
sufrimiento de los hermanos.Señor,
ten piedad.
Dios todopoderoso tenga mise-
ricordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la
vida eterna. Amén.
3) Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Is 11, 1-10): El
profeta Isaías habla del Mesías
enviado por Dios a su pueblo y de
los hechos que acompañarán su
presencia salvadora.
Salmo responsorial (Sal 71): En
Adviento, el Salmo 71 pide: ¡Ven, Señor
de justicia y de paz! Con este espíritu
respondamos así a cada estrofa: R. Que
en sus días florezca la justicia.
Segunda lectura (Rom 15, 4-9):Pablo
declara que Dios cumplió con sus prome-
sas y nos dio por Salvador a su propio Hijo
único y nos exhorta a alabar al Señor y
cantar a su Nombre santo.
Lectura del Evangelio (Mt 3, 1-12):
Juan el bautista nos llama a la conversión
y penitencia, pues el Reino de Dios está
cerca y quien no se convierta, será como
un árbol sin frutos.
4) Oraciones de los fieles
El Salvador llega por los caminos
de la vida y debemos reconocer su
paso entre nosotros, convirtiendo
nuestra mirada y sentimientos.
Por eso, roguemos al Señor:
¡Ayúdanos, a convertirnos, Se-
ñor!
4 Viene el Señor, que nos llama a la
conversión; que abramos la vida de
par en par al Señor que viene a unir-
nos al Padre y seamos una Iglesia de
comunión. Oremos…
4 Viene el Señor, que salva a todos los
pueblos sin exclusiones; que seamos
mutuamente acogedores, promovien-
do una cultura de la inclusión y de la
tolerancia. Oremos…
4 Viene el Señor, que pone paz al
cosmos y al corazón del ser humano;
Guión para la Santa Misa
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3. Aportes - 3
que trabajemos por la paz en nuestra
propia alma, en el hogar y en nuestra
sociedad. Oremos…
4 Viene el Señor, que nos pide dar frutos
de amor;que allanemos las diferencias
sociales, bajemos los muros de la
indiferencia y seamos una nación de
igualdad. Oremos…
4 Oremos por nuestros difuntos; ellos
adoran al Hijo de Dios crecido hombre
entre los hombres, alegría eterna para
ellos, esperanza cierta de sus discípu-
los. Oremos…
Señor, tú vienes a salvarnos; tú
vienes a traer paz a todo el mundo;
tú nos pides que nada impida tu
llegada. ¡Ayúdanos a convertirnos de
verdad! Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén.
6) Presentación de las ofrendas
El Señor viene trayendo paz y vida
nueva al mundo y transforma todo
desde dentro. En señal de buscar
que él viva en todos y convierta la
vida de todos, presentamos las ofrendas
de pan y de vino.
Cantemos…
7) Comunión
El Señor viene en su Cuerpo y
Sangre para iluminar desde dentro
la vida de los discípulos misioneros.

En esta comunión vayamos a la mesa
del altar para recibirlo y llevar esa vida al
mundo y allanar los caminos de su venida.
Cantemos…
8) Bendición final y despedida
Motivación: En este domingo hemos es-
cuchado la Palabra que nos indica
que viene el Señor en la humildad
de un niño trayendo la paz, y nos
pide la conversión para poder recibirlo, de
modo que su acción sea eficaz y demos
frutos de amor.
Bendición: Que el amor del Señor
nos acompañe, nos proteja y nos guíe
cada día y descienda sobre ustedes la
bendición de Dios Padre, Hijo y @ Es-
píritu Santo.
Despedida: Nivelemos los caminos
para que llegue el Señor al propio hogar.
¡Vayamos en paz!
 Corona de Adviento
Para celebrar en el hogar, la parroquia,
la oficina, la escuela…
SEGUNDA VELA:
Preparando su llegada
Guía: Esta vela ilumina los terrenos
donde va a nacer el Salvador.Y para que
llegue a todos allanamos los caminos,
generamos puentes y así el fuego de su
amor dará vida al mundo.
Oración: Señor, vienes por los caminos
de esta vida y quieres mentes abiertas,
corazones llenos de amor. Queremos
prepararnos para recibirte sin que haya
obstáculos entre nosotros que impidan la
amistad y fraternidad; sin que haya obs-
táculos para que te reconozcamos en los
más pobres y necesitados. Ven, Señor,
te esperamos a ti que vives y reinas por
los siglos de los siglos.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
Vamos a preparar el camino del señor
Carmelo Erdozáin
Esta grabación ofrece
una recopilación de
las principales compo-
siciones del sacerdote
y músico español Car-
melo Erdozáin, ideales
para la animación de
las celebraciones del Adviento y la Navidad.
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4. Aportes - 4
(Viene de la p. 1).
De este modo el Adviento nos coloca sobre
un camino de conversión y de derrota de la in-
diferencia, se abren e inician los cielos nuevos
y la tierra nueva.Vencemos la indiferencia, que
representa la antigua vida de pecado, cuando
seamos capaces de tener una mirada de tras-
cendencia sobre los hechos, las cosas y las
personas. Mirando así la vida, no pasaremos
ante los pobres sin que su situación no nos
conmueva; no dejaremos de llevar una vida
de fe coherente y de participación eclesial;
no dejaremos que nada ni nadie nos robe la
esperanza en un futuro mejor.
¡Señor Jesús! Estamos a pocos días
de celebrar tu nacimiento en Belén y tú nos
pides que lo hagamos mensajeros de tu amor
y misericordia, discípulos y misioneros que la
hacen realidad en nuestro tiempo y cada ám-
bito de la vida humana; quieres que seamos
una presencia permanente que “hace historia”
a lo largo y ancho del mundo y de los siglos,
que recreemos una historia de salvación para
todos los hombres. Y tú quieres que todos
crean en ti, que descubran en ti la verdad y
el amor de Dios y lleven una vida de sentido,
confiando en tu palabra.
Aportes para la Celebración es un subsidio litúrgico preparado por el equipo de redacción de El Domingo, periódico religioso de
la editorial SAN PABLO, propiedad de SOCIEDAD DE SAN PABLO (PAULINOS). Riobamba 230, C1025ABF Buenos Aires,Argentina.
Teléfono: (011) 5555-2416/17/21/24. Fax: (011) 5555-2439. E-mail: director.eldomingo@sanpablo.com.ar - www.sanpablo.com.ar -
Impreso por G. S. Gráfica s.r.l., Cnel. Charlone 958, B1868DZF Piñeyro,Avellaneda (Bs.As.),Argentina.
En el Uruguay:
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Y para ello quieres que sembremos la hu-
mildad en todo el mundo, para que la soberbia
no cope los corazones y que venzamos el odio
y la indiferencia anunciando tu amor, tu per-
dón y misericordia. Por eso, que el fuego que
trajiste a la tierra encienda tu luz en nuestra
mente, arda con fuerza en el corazón y prenda
sin apagarse en nuestro hogar, el vecindario y
en toda nuestra comunidad. Concédenos los
dones de la creatividad, ingenio y entusiasmo
para empapar de espiritualidad las próximas
fiestas y presentarla en su claridad para que
nada ni nadie la desvirtúe reduciéndola a las
formas contrarias a la sobriedad cristiana. Te
lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos
de los siglos. Amén.
MENSAJE DEL SANTO PADRE
El fuego de la esperanza
Hoy se necesitan personas que sean testigos de la misericordia y de la ternura del Señor,
que sacude a los resignados, reanima a los desalentados, enciende el fuego de la esperanza.
¡Él enciende el fuego de la esperanza! ¡Nosotros, no! Muchas situaciones requieren nuestro
testimonio consolador. Ser personas alegres, consoladas. Pienso en aquellos que están opri-
midos por sufrimientos, injusticias y abusos; a los que son esclavos del dinero, del poder, del
éxito, de la mundanidad. Pobrecillos. Tienen consuelos falsos. No, el verdadero consuelo
del Señor. Todos estamos llamados a consolar a nuestros hermanos, testimoniando que
sólo Dios puede eliminar las causas de los dramas existenciales y espirituales. ¡Él puede
hacerlo! ¡Es poderoso!
Papa Francisco (Ángelus, 7/12/2014).
ANTE TI
Oh, Señor de mi vida, estaré ante ti cara a
cara. Con las manos juntas, oh, Señor de
todas las Palabras, estaré ante ti, cara a cara.
Bajo tu gran cielo, en soledad y silencio con
humilde corazón, estaré ante ti, cara a cara.
¿En este mundo laborioso de herramientas
y luchas y multitudes con prisa, estaré ante
ti, cara a cara?
Rabindranath Tagore.
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