1. ¿Quiénes son los alumnos de la escuela secundaria?
La escuela secundaria se encuentra constituida por una gran variedad de actores escolares, entre
los cuales los alumnos se distinguen por ser mayoría.
Los alumnos son quienes más tiempo pasan en la escuela y es por eso que sus opiniones al
respecto son de suma importancia.
En base a las observaciones del semestre pasado y las lecturas correspondientes a la actividad
hemos llegado a conocer las opiniones, gustos y disgustos de los alumnos.
En su mayoría las opiniones son negativas, por ejemplo, no están a gusto con los maestros, sienten
que están muy poco preparados, que dejan mucha tarea, que son enojones y sobre todo que son
muy injustos en el trato a los alumnos. Todos tienen una excelente relación con sus compañeros
aunque hay casos en los que molestan mucho a un solo alumno y surge la violencia entre pares.
Parecen no estar de acuerdo con nada a lo que la escuela se refiere, sienten que tienen muy poco
tiempo de receso, muchas clases y nada en el tiempo que ellos quisieran.
Algo que he podido notar es que todos los alumnos se quejan de algo o alguien, pero ninguno
hace nada, han caído en un conformismo en el cual prefieren seguir así que tratar de cambiar algo.
La escuela no responde a las expectativas de los alumnos, es normal que todos, como personas,
siempre esperemos más de lo que recibimos.
Es triste que ni siquiera una banca o un salón satisfagan la necesidad de los alumnos, están
maltratados y no se sientes a gusto.
Sin embargo, la queja más frecuente es hacia los maestros y autoridades escolares. Es cierto que
alumnos de secundaria se encuentran en una etapa transitiva y de rebeldía, donde al parecer no
están de acuerdo con nada. Pero tienen sus razones, mismas que necesitan ser escuchadas debido
a que son los alumnos quienes pasan más tiempo en la escuela y por lo menos deberían sentirse
cómodos en ella.
No les gusta lo egoísta que cada maestro se vuelve con su asignatura, ser etiquetados, de dejen
mucha tarea, no tener todas las clases, y lo peor es que están ahí no por la convicción de querer
aprender y superarse sino porque lo ven como una obligación.