El documento describe el modelo pedagógico centrado en el estudiante, el cual pone al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje y le da las herramientas para gestionar su propio aprendizaje a su propio ritmo. Este modelo requiere que los profesores actúen como facilitadores y que las nuevas tecnologías se utilicen para apoyar el aprendizaje del estudiante. El éxito de este modelo depende de la motivación y constancia del estudiante en gestionar su aprendizaje.
2. Debe servir para poner al alcance del estudiante recursos que
ayudarán en su proceso de aprendizaje y en la manera de
convertirse en su verdadero protagonista y gestor del
aprendizaje (Laurillard, 1993).
Se hace necesaria una nueva concepción metodológica más
abierta, que ofrezca al estudiante las herramientas para
construir el proceso propio de enseñanza- aprendizaje.
3. Todo este proceso ayuda a que el estudiante
adquiera una autonomía progresiva y que asimile
las estrategias básicas de estudio (capacidad para
contrastar, analizar, sintetizar...). Todo esto le
ayudará a aprender a aprender.
Es necesario poner las nuevas tecnologías de la
información y de la comunicación al servicio del
estudiante, y al servicio de su proceso de
aprendizaje.
4. EL ESTUDIANTE, EL PRIMERO
Los modelos centrados en el estudiante le
deben permitir:
Ejercer la libertad de aprovechar al máximo
el apoyo que se le ofrece.
Planificar su progreso de aprendizaje y.
Regular su propio ritmo de trabajo.
5. Todos los elementos que forman parte del modelo pedagógico
se pondrán a disposición de los estudiantes para que puedan
gestionar su propio proceso de formación. Para optimizar este
objetivo es necesario tener presente dos puntos cruciales en la
formación por medio de la web: la calidad pedagógica y el
énfasis en el apoyo personalizado. Sin calidad pedagógica y sin
un apoyo personalizado, el estudiante difícilmente podrá
realizar su propio aprendizaje.
6. Los propios estudiantes son los verdaderos
protagonistas de su proceso de aprendizaje y los que
regulan su propio ritmo de trabajo. Podemos afirmar
que parte del éxito de los modelos formativos está en
el interés, la motivación y la constancia del estudiante.
7. La enseñanza genera situaciones de
aprendizaje y no simplemente una mera
transmisión de conocimientos. Por lo tanto,
podemos hablar de un proceso de
enseñanza-aprendizaje que tiene los
objetivos siguientes:
Precisar muy bien los objetivos que debe
alcanzar el estudiante y los contenidos que
ha de llegar a dominar.
Planificar una secuencia y ritmo
recomendado para alcanzarlos.
8. Considerar al profesor como supervisor y facilitador y, a
la vez, como fuente de actividades e informaciones.
Evaluar el propio proceso de aprendizaje, en el cual los
resultados de la evaluación de los estudiantes ya son un
primer indicador de si todos los elementos del proceso
han sido correctamente diseñados y de si hay
correspondencia entre los objetivos que se ande
alcanzar y las actividades que se proponen, y los
mecanismos de evaluación que se han empleado.
En este sentido, se revisan, de acuerdo con la
evaluación, los elementos que se pueden mejorar. En
este proceso todo es perfectible.