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Las otras tierras

Qué importa si soy ese que viene
De una tierra donde danza el trompo
Apoyado en un clavo de acero
Al igual que danza una espiral apoyada en su filo?

Captados algunos sonidos, de furia o remanso
Y vencida la premura por hallar lo más idéntico
Un trozo, grande o pequeño, de la propia historia
Con sus intenciones parecen converger con otras semejantes.

Aquello que por fuerza de espacio y tiempo humanos
Aun colocado en un sitio emocional que marca una distancia
Invita con dulce gracia a una entrega que significa posesión
El gesto apenas comprensible por el que se roza una identidad.

Mas no hay dueños, al fondo de la calle no los hay
No es propia la tierra, la patria o algún afecto
Y si difícil es entenderlo, mucho más aún aceptarlo
Así como es verdad que no es tan sencillo rasgar un corazón.

El arquitecto diseña una casa que será ajena
O diseña la propia, que no podrá vencer a los años
Y con cuatro años encima le pone una chimenea
Y con veinte, si los vivió, agrega compañía.

Los espacios cerrados, como los oscuros
Se van tornando necesarios, de cuando en cuando
La pradera, el mar y el desierto no dejan de estallar
Pero más allá de los ojos y los oídos, también cuenta la piel.

De manera que viendo o no el acto de la limosna
Escuchando o no la voz que se había pretendido
También sea posible con tan sólo un roce
Revivir hasta lo respirado por quien pisó las otras tierras.

Qué importa entonces si acierto o no
Que alcance alguna meta o desestime alguna prisa
Si hasta una nube busca su propia sonrisa
Cuando tanto artista por fin desiste de nombrarla?

Se hincha el pecho, la carga es conocida
Algo impulsa a la razón a buscar un motivo
Y aunque encuentra miles, la explicación falla
Pues todo ser razonable sabe que el fin siempre está cerca.

Sentimientos limpios, y hasta quizá la trampa de la risa
Un aparte entre tapa y contratapa
Un desliz de las exigencias
Allí donde duele, pero que no llega a quebrar.
Tras oír la plegaria, azota su historia
Mas dadas las espaldas conviene usarlas de manto
No vaya a llegar al odio el inocente
No vaya a quedar el esfuerzo sin medir su dimensión.

Que es diciembre
Y sin prisa
Ni metas
Alguien intenta hablarse.

02.12.02
El estrecho camino

Mirar al costado fue mucho
Comprender cansaba, pero compensaba
El límite del esfuerzo haciendo sospecha
Los años, pocos, refiriendo a un león apenas adulto.

Una súplica que adquiere una forma de danza
Como un sacrificio que huele bien
El arte volviéndose semilla
El estrecho camino que conduce a la gruta donde habita la fuerza.

Pendiendo de una cuerda fina, pero resistente
En medio del fuego con los ojos helados
Con la sonrisa desplegada, a pesar de sus pesares
Como una mirada que se mantiene atenta bajo la tormenta.

Siente la derecha, su forma de pasión
Los destrozos en los campos de concentración
La tibieza de un regazo prohibido
La ley que gobierna cuando sólo el entretanto es posible.

Persistirían las trompetas
Y el rico seno de las madres
Aquellas lanzas donde habitó la generación
Y la furtiva mirada del que quiere cambiar lo que lo rodea

Pero no será todo, y si mucho, no será demasiado
Pues, siempre habrá espacio para la gentileza
Ese decir las cosas al vuelo, como si se volara
Y ese hablar la muerte, como si se muriera a casa vocablo.

La bandera y el primero que concibió el nombre de los colores
Y el nombre de las cosas junto con quien habrá de nombrarlas en el futuro
La esencia de lo que habrá de persistir, en el tiempo, un tanto más
Y la intuición del lobo, y la fe de las truchas.

Mientras pasa el desfile, rebosando reconocimiento
Las noches que intentaron ser iluminadas
Besos de cal y llamadas prohibidas
Cuidadosos pasos sobre el hielo más fino.

Parece que el camino es estrecho
Que nada es fácil cuando todo depende de uno
Pues dadas las armas, se exige la presa
Y aunque la vuelta atrás está permitida, es uno quien se lo prohíbe.

Para que sean nuevas las reglas
Y en ellas haya más filo aunque menos astillas
Cosas que para el aire sean posibles
Como le resulta posible al hijo acceder al padre.
Ir respirando, como si fuese tranquilo
Con el agua contra la roca dentro
Pequeñas conciencias, como púas
Y aquélla desesperación, quieta entre las manos.

Ir por más, para captar una detención
La mudez que quiere avanzar
El grito que la entretiene
El juego del tiempo entre las cejas.

Hay habilidad, pero se sabe no bastaría
Ciertas hemorragias dependen del silente
Mientras otras, enteramente del médico
Y uno es los dos, y los dos, reconocidos algo más.

Juego de tensión, el de hallar una vía
Las piezas que no encajan, pero que son piezas
El juez que no llega, y que nunca llegará
Porque es la hoja en blanco quien lo detiene.

Un aroma, un beso destrozado por un golpe de martillo
La noche en la que el acantilado fue borrado
La tarde en la que nadie fue crucificado
Aquel momento en el que ningún precio osó intuir su esencia.

El otro lado del exceso
El de su tibieza y su fragor
Donde muerde y cura
Apretando y, así, aliviando.

Cuando basta un suspiro para quebrar todos los cristales
Cuando basta una mirada para comprender la soledad
Cuando las manos se tienden, y sólo el viento las recibe
Cuando el aliento no es el último, y no es el primero, y es lo que se tiene.

02.12.02
Una parte

Desde el momento en que es posible, cuesta
Como gajes de una realidad que quiere ser evitada
Mas al final, todo niño que gatea quiere caminar
Y todo hombre que corre, en silencio sueña el vuelo.

Un paso a la vez, y tras cada paso un peso
Un peso que por su fatiga despierta cierto cariño
Como la espada persa, con mucho trabajo forjada
Como los preceptos aprendidos tras años de fatiga.

Y a veces, para subir, hay que despojarse de esos pesos
Cerrar los ojos para en la memoria encontrar al sol
Y desde la memoria misma sospechar su debilidad
Como desde la razón intuir acabadamente sus alcances más extremos.

Hay una parte que quiere más, que lo quiere todo
Lo enorme despierta la impaciencia, cuando no la desazón
Como si de una sola mano dependieran todos los picaportes
Una mano que es la propia y que está sola cuando no se extiende sincera.

Si se acepta la labor, con cierto rumor de desafío
Se gesta una risa distinta, un poco más llena
Que al brillo de los ojos le agrega profundidad
Y que al sosiego lo arropa con una irradiación de fuerza.

Diez mil rostros en frente, o sólo dos
Cuando se van aprendiendo las grafías
Y lo que parece expandir la capacidad de percepción
No es el primer sonido, ni el segundo, sino su conjunción entrevista.

Un vacío en la construcción, una inconclusa obra
Que parece exhibir con dolor pero sin exclamación
Que algo falta, que hay una parte que no está
Y la imaginación que busca la visualización de esa parte

Esa parte que no está en ningún lugar
Que está en alguien
Que entre bambúes o boleros
A mitad de la noche o en la plenitud de la mañana

Siente, si se lo concede
El llamado de una muda voz
Que dice poco, pero que habla claro
Que con sólo señalar extiende su impulso.

03.12.02
Los juegos

Habría que callar, para levantar palabras
Encontrar la exactitud, para indicar lo infinito
Robar un beso, para ocultar el más preciado
Ofrecer el corazón, para romper el de cualquiera.

Dedicarle a alguien la canción que nunca entendería
Para que el músico, captándolo, lo intente otra vez
Realizar el poder para comprender el arrepentimiento
Besar la impotencia, para entender la esencia del orgullo.

Habría que saber esperar, para escribir que no hay tiempo
Vivir tanto exceso que sea posible llegar a no recomendarlos
Y unos cuantos más, para estar ahí cuando otro los haya vivido
Y sea posible decirle, sin vanidad, que todavía todo es posible.

Negar la limosna, para que la comida carezca de sabor
Cultivar el cuerpo, para olvidar el porqué el prójimo lo ignora
Escudriñar páginas para poder hablar con los ojos
Leer los gestos para entender que una nube difícilmente quepa en las manos.

Habría que perdonar para saber porqué uno fue condenado
Habría que mirar adentro para ver lo que se deja ver
Desconocer el vuelo de las moscas para no recordar las pisadas del águila
Decir los nombres que fueron, para imaginar los que vendrán.

Ir por el mundo, para lograr de ello hacer un sitio
Llorar mucho y descansar poco, hasta reír con las cigarras
Obsequiar un aliento y un abrazo, para sentir que son pocos los obsequiados
Dar con la siembra, mirando lirios, mas viendo la tarea.

Habría que sopesarlo todo, para dar con que la balanza es humana
Dar la vuelta entera para decidir partir o no
Aceptar el café y las sábanas tibias, para rechazar lo sencillo de una explicación
Desafiar al oro, para que sea el polvo quien le recuerde su lugar.

Habría que salir a jugar, para que poco sea ganar o perder
Para que volver a casa sea mucho, aunque no lo sea todo
Y colgar una cruz o un icono, para no colgarse
Y escuchar con paciencia, para no tener que escucharse.

No rasgarnos, para saber que enteros no bastamos
Intentar la meta, para que lograda, podamos testimoniar que no es suficiente
Nadar el mar entero, para en la fama ocultar la huida
Y mirar cómo diciembre atraviesa el pecho.

03.12.02
Cerca

Cuatro puntos cardinales, cuatro direcciones
Pero cinco son los dedos de tu diestra
Cuatro planos ocultos, aunque descritos
Cuatros ojos, haciendo, quizá, una pareja.

Los intentos que mueren antes de terminar de nacer leen:
La puerta está cerrada, mas sonríe
Se supone, sería comprendido mi lamento
Me expone mi ignorancia, y me sostiene.

No siempre genera quien obedece
Lo que no estaba no siempre es bueno que aparezca
Y cada cual con lo que decide que puede
Un solo versículo o una Babel entera.

Maravilla de los astros
Un prado verde que sonríe al suspirar
Las alas del gorrión que aceptan su vejez
Y el perro que se aleja de casa para morir en soledad.

Me cuesta tanto aceptarme
Pero me cuesta más beber tu ausencia
Pues esta noche, a mi lado, serías tu esencia
Y lo que tengo es asfalto, bujías y un par de preguntas respondidas.

Tanto me dije que no hay mañana
Y tanto apuesto a volver a despertar
Que muero por fuera y por dentro resisto
A ver si el mar por fin logra encantar al acantilado.

Digo que sería fácil, y lo siento
Y la historia descubre sus púas
Y mi bondad no alcanza para cierta maldad
Y lo que soy todavía pierde ante lo que es.

Sabiendo mis puños, sospecho vientres
Los pies que me dieron, los que sangraron
Me dicen que empuje, y que calle
Mis manos, que tocaron sombras, me sugieren la espera.

Llueven imágenes, un deseo las seca
Me miento al creerte cerca
Pero que sea posible me consume
Y faltando poco es cuando la lejanía se yergue
Y no hay certezas, y así se mide la fe.

03.12.02
Dar vuelta la posición

Tres soles fríos, como treinta inviernos
La mano que sólo alcanza al aire
Los labios que sólo nombran lo inefable
La cortinas que ocultan la luz y las arañas.

Un holocausto al que nadie asiste
Y la mesa sobre la cual expones tu desayuno
Tus búsquedas más secretas
Y el niño que ha errado el camino.

Los secretos senderos de la inteligencia
Y el atronador paso de una orden
La huida de las ratas y el reptar de las sierpes
Cuando el silencio es quebrado por una primera llama.

Sumes o restes las cosas que vi
Cuando alrededor de la lámpara giraba un insecto
Cuando la alegría de los hombres estaba en los hombres
Cuando su dolor partía de sus hombros escasos para sus nombres.

Sin embargo, ahora que no somos pocos
Que puede la nieve concebir a la luciérnaga
Pesa menos toda ilusión
La querencia rasga, pero a sí misma se cura.

Dije que lo que eras era lo que quería
Y que no quería lo que era
Dije que lo que era hizo posible que fueras lo que eras
Dije mucho, dije demasiado, pero no lo dije todo.

Acerté una vez, fallé muchas más
La ausencia venció a la compañía
Pero aunque algo se partía
Volvía a componerse, y le dieron el nombre de esperanza.

Fue canto y fue baile
Las posibilidades palpitaron
Crepitaba la hoguera, crepitaba el corazón
El pasado era presente, y el presente una promesa.

No dieron todo de sí los actores
Desconocían el desenlace
Supieron la sonrisa del demiurgo
Apreciaron desconocer sus intenciones

Y estuvimos ahí, rozando este momento.

03.12.02
El que derrama su historia

Ya no mienten las horas
Hallaron un reposo los sicarios – uno breve –
Y el mar se extendía bajo las alas
Y la herida fue sanando, sin saberlo.

Uno, por todos, logró la gloria
Ayunando por quienes abrazaban la gula
Absteniéndose por intentar todo extremo
Yendo con los pasos sobre el hombro.

Lenta la furia, mordaz el hielo en el aliento
Ir empujando cada teja de cada techo
A ver si las águilas se fijan en su soñador
Si natura, a sí misma puede quebrarse en un acto de piedad.

Pero así estaba hecho, todo de filo
Con ansias y profundas decepciones
En las esquinas nada más que telarañas
Y en la misma calle nada más que sepulcros.

En la confusión de los golpes del enajenado
El prurito que lograba tensar el cuello
La boca del infinito abismo sonriendo sus fauces
Y un gesto cansino que pareciera perdonarlo todo.

Porque si mañana no llegase a amanecer
Pasada la sorpresa, y vencida la angustia
Surgiría la fe porque vuelva a amanecer
Y ocurriera o no, actos como ninguno implicaría.

Lo más imposible del pasado
Y lo menos sospechado del futuro
Invitan, a veces rudamente, a extender el presente
Hasta engañar al tiempo, jugando de soslayo
Como juega el diablo cuando niega su existencia.

Hace polvo sostenido, hace constancia
Y a la cita siguen acudiendo cada uno de mis suspiros
Y el cuerpo se eleva, como se eleva un ladrillo recién cocido
Que del horno pasa al sol, para alguna vez,
Poder llegar a defender o sostener quién sabe qué ilusión.

Por los tantos días
Que naufragaron en el aire
Y las niñas que murieron antes de nacer
Y el niño que no es malo, que es cruel, que no teme derramar su historia.

05.12.02
Vas lejos, yo te miro
Duele que no te quedes
Pero place más tu vuelo
No hay más que dolerte en tu ser.

No son más largas las noches
Por tu ausencia pesan más
Aunque menos intensas, pesan más
Como el vientre que ya no lleva al niño.

Lo que queda es esperar
E imaginar que no es eso
Buscarle excusas al destino y a la suerte
Revisar las heridas y fingir entenderlas.

Aprender a callar tu nombre
Que fue bandera, que fue puerto
Sin buscar una risa sustituta
Sin ceder a lo que cediste y que te ha llevado.
El rastro

Aunque ahora te necesita más
Ya no te mira como antes
Aunque sabes que sin ti no podría
De pronto descubres que en ello no hay mucho.

Algo más que la mesa llena
Donde mira el corazón pues los ojos no alcanzan
Algo menos que el corazón repleto
Pues tan amplio es que hasta para el sacrificio tiene espacio.

Los planes son menos extensos
El día es rico, mas ya no ambicionas la noche
Sientes el calor de la llama, y aunque quieres más calor
Los pasos que no diste hacen que ahora no intentes unos nuevos.

Ruge el campanario furioso, violento y joven
Bebe en su llamado la importancia de su tarea
Acariciado por la lluvia, el frío y el intenso sol
Boca abajo reposa sus hombros al cielo, y no lo ves.

Ya las manos no se juntan sobre las veredas
Y un cuerpo recibe al otro, como pan justo
Mas ya no como el trofeo al final de la batalla
Cuando un solo paso hacia delante arriesga todos los anteriores.

Pero son cosas que pasan
Unas veces en Belfast, y otras en Asunción
Lo atestigua el viento más antiguo
El que corre entre los que se han creído vivos.

Va pasando el calendario
Y bajar la mirada puede que no se haga difícil
Los rostros se gastan, cansados del espejo
Todo es poco, y no se intenta más.

Sin embargo, hay un breve detalle
Algo pequeño, solo un rastro apenas visible
Que dice a quien quiera prestarle atención
Que vale más romperse el alma que cuidarla

Que detrás de cada blanco secreto hay una maravilla
Y que la mayor resistencia es la que separa dos opuestas
Y que si ello se logra una sola vez en toda la vida, basta
Pues es así que empieza la trama de lo perdurable.

05.12.02
Te busco cuando escribo
Y cuando sueño te busco más
A ti y a tu sed es que persigo
Y es por tu locura que resisto.

Con mis nervios al extremo
Con mi historia en los bolsillo
Empujo el mundo y el tiempo
Por la esperanza de hallarte.

Ya me conocen los rieles
Y suelen murmurarme las lechuzas
Conmigo te buscan las palomas
Pues, hasta mi soledad te necesita.
Camino a la locura

Donde moja el calor de la lava
Apoyo mis pies con firmeza
Mirando de frente el sitio de la locura
Donde gritan de terror los extraviados.

Suda la espalda y suda la entrepierna
Se ara un cuerpo con desenfreno
La mente se evade a golpes
Y el rostro resiste la embestida de la entrega.

Almas rojas danzan a mi alrededor
Cada vientre clama por un puñal que los raje
Quema los ojos la visión de los dolientes
Retumba en los oídos el fragor de las batallas silentes.

El fétido aliento del que quiere poderme
Un tambaleo adentro por lo nauseabundo
Un poco de resistencia, el triunfo de la calma
Antes de la condena, el espejo descubierto.

Con lo justo, al límite
A la sombra del secreto llanto de los buitres
Durmiendo sobre las espinas de canciones terribles
Que por elevarse señalan el bajo plano del que provienen.

Quizá sea demasiado
Puede que no basten las manos llenas
Ofensas y perdones hacen su danza sanguinaria
Testigos y jueces casi terminan por encorvar sus espaldas.

Cuando peor que realizar el desafío
Es vivirlo sin tomarlo ni por un solo instante como tal
Cuando se destroza veinte años de estructura
Por dejar entrever una pequeñísima parte de la esencia.

Llama y espera, enciende la persistencia
Abre el pecho rajando las venas
Y el río no se seca, al fin puede probar su abundancia
Busca en la muerte triunfarle a su sentido.

Un tigre a mi lado, y a su lado un lobo viejo
Entre las cenizas de otras existencias
El antes de la marcha sin alforjas
Con la sonrisa que sólo captarían las flores.

05.12.02
La diferencia entre un lunes
Y un domingo de lluvia
Me la ofrecen lo que llevas bajo las cejas
Una cuchilla dulce, dos palabras.

El viento lo tienes en el pelo
Que entre mis dedos se hace agua
Como trigo que llega a ser pan
Que nutre al hombre tras nutrirse de la tierra.

Lo que tengo no es mucho
Cabe en un pecho
Pero quiere habitar en dos
Y es tu sospecha, los pasos que aún no das.
Un simple alguien

Todavía el humo de las fogatas mañaneras
Cuando el paisaje irradia sin preocupación esperanza
En el momento en el que es posible una alianza
Una tregua, o la más alta de las reconciliaciones

Los perros más queridos eran ajenos
El caballo más bravo tenía quien lo cuide
Enjaulado el ruiseñor en otra estancia
Y hasta las nubes se derretían sobre un campo lejano.

El aire besando las gaviotas
El abrazo tierno y cálido que no se posee
Que sin venderlo fue ofrecido
Como ofreció la viuda al entregar su última moneda

Sabiendo que en lo que daba se daba
Por una promesa de la cual no tenía certezas
Pero que necesitaba realizarla, porque en su ser estaba
La fuerza que como una columna espiritual resiste a cualquier imagen.

Me dirán que lo sabías, me dirán de todo
Mas no siempre al mundo le basta el mundo
Suele suceder que el oído logra su escudo
Que un libro impreso se convierte en cofre de un par de pétalos imposibles.

Si quiero, aliviano la tarde
Si quiero, yo le muerdo a la sierpe
Cedo, retengo, o me expongo
Y todo, todo, sabiendo que no tengo nada
Que ni siquiera soy mío.

Mis amigos, los estoicos
Los visualizadores de partos
Cuando se asiste en el avance
Y el trance no se desvanece

Un solo dedo en el arco iris
La luz en los dedos y la sal en el cuerpo
La vida como herida que resulta en señal
Los pasos doctos de quien sonríe en las trincheras.

Una sola nota destroza el silencio
Una sola palabra resquebraja la hoja en blanco
Y tal espectáculo lo hace un hombre
Un simple alguien que le busca el cuello a su destino
Mientras tú sonríes, como si todo fuera cierto.

05.12.02
Bajo las rocas, donde arde el calor
Después del mundo, después de todo cielo
Perdida y recuperada el alma
Con los ojos solos y las manos quietas.

En la presión de la sangre
Y por la memoria del primer recuerdo
Latente aún la última danza de las dagas
Todavía la voz, y la sospecha que marca.

El difícil presagio, el tuyo
El agua que no llega a convertirse en nube
Mientras la sed le hace compañía al peregrino
Arrasando su boca, como arrasa el sol su camino.

Bajo las rocas, forjando un regreso
Conteniendo los latidos que buscan la vida
Haciendo una pausa y una nueva carrera
Cuando resplandece la estela que sabe tu nombre.
Una historia de cazadores

Desde entonces, sin tiempo
Prescindiendo de títulos
Por sentir supe que valdría cada vocablo
Ya en la tarde de la infancia, donde los cuervos no llegan.

Espinos atravesados en la garganta
No alcanza el aire para tanto pecho
Y por aquietarse tiene prisa el alma
Como si sólo logrado el cansancio pudiera descansar.

Desplegada la vista, no se trataba de un velero solitario
Sino de toda una flota que había trabajado su invisibilidad
Fuera del alcance de las flechas incendiarias
Hacia el fuego mismo, o hacia el final del infinito.

Haciendo trozos que discuten su finalidad
Que a cada paso plantean una y otra vez la duda
Como vestigios de la frágil, aunque crucial lucha
Del motivo de la partida y del atractivo del último puerto.

Los soles que fueron amargos, el café con leche
La pesadez de la mañana cubierta por la depresión
El muro del lenguaje sonriéndole a las manos inexpertas
Y como alimento tan sólo la furia de la ignorancia.

Horas sórdidas, donde una fatiga, que no era tal,
Lograba seducir los oídos entonces inocentes
Breves caídas, pero profundas, con la edad de un niño
Al menos, eso se dijo, pues no podría aceptarse otra cosa.

Juega con el suspenso el trapecista
Poco le importa la red o la cuerda
Tiene los ojos puestos sobre el límite
Un mundo separa lo que espera el público de lo que él busca.

En igual medida no es en todos
Mas cada cual recipiente, instrumento
El uno para rasgar, el otro para volver a unir
Alguno para el por qué, algún otro para el para qué.

Mas, unidas las piezas no acaba la obra
Mas, ante el todo hasta una parte tiene gracia
Mas, queda lo más enorme, el último instante
Mas no importa, ya el primero fue besado.

Parece saciar el perdón, y al cazador, entonces,
Le es concedido abrirse camino una vez más
No por lo que vaya a llegar a lograr
Tan sólo por el espectáculo de sus ojos cuando no mira atrás.
07.12.02
Quatro

Del frío, no es sinónima la lluvia
Lo saben los ladrillos más expuestos
Los que fueron hechos por los del campo
Y que fueron colocados por los de la ciudad.

Nunca se busca la tensión
Es un resultado, que implica consecuencias
Y entre mirar de lejos y mirar de cerca
No hay como mirar desde y al centro.

El vaivén de una hoja seca que cae
El fémur comparado a una rama seca
La hora que busca al tiempo, y el tiempo tendiéndole burlas
Instante en el que el niño anhela por primera vez su espada.

Es más de lo que se puede, la primera vez
Como precio que habilita al deseo de rectificar la falta
Pues nada como estar en deuda para imponerse el esfuerzo
Nada como infligirlo a quien no podría captarlo.

Como se creyó, se espera se crea
Pero así como no siempre es necesario
No siempre es suficiente el ejemplo
Y así, con marcas, la vida, aunque solitaria, se hace llena.

Un pergamino de palabras antiguas
Arropa el sueño de los buscadores
Como un manto orgulloso de serlo
Pero capaz de beber sin resentimiento el dolor de no ser captado.

Momentos en que la naturaleza entera suspira
Sin que sea necesario el dormir o despertar de los seres que comprende
Derecha e izquierda en el reposo de un mismo anhelo
Anhelo sin drama, sin límites, más allá de los gestos.

La pequeña lágrima, o un río de ellas
La esencia vista desde cinco mil años posteriores
El cuándo, superando a su artífice
Y el artífice, en la mente del observador, luchando contra su obra.

Disonancias precisas, empujes en los oscuros pasillos
Los murciélagos y los muérdagos
Cuatro semanas para navidad
Cuatro espacios en el pentagrama.

07.12.02
Un día exacto

En su nombre pretendía encontrar su fondo
Mas aunque el fruto no suele alejarse de su árbol
Es posible que raíces diferentes se enlacen bajo tierra
Aunque no frecuentes, rapto y ciencias menores son posibles.

Al borde, pudiera exigirse demasiadas cosas
La boca que bebió el sudor del cuerpo que la porta
Quiere decir que fue difícil y, con orgullo, que no fue justo
Quiere, y si llegara a decirlo, quién no la entendería?

Pero calla, la inteligencia suple al temor
Intuición y fe se dan la mano tras bambalinas
Reconocidas, se hacen una; filo y golpe
Unidos los ojos a la mirada, haciendo del aro iris un puente.

Parado sobre una piedra sé que lo que vi es pasado
En algún momento fue mi futuro
Desnudo, entre los tigres
Aprecio la sangre y la ceguera.

Huelo tu desesperación, tu quieta soledad de grietas
Lucho contra la lástima y contra el exceso de toda carencia
Lanzo cuerdas al vacío apoyado en un acantilado
Bebiendo la posibilidad de que bracee en el limbo.

Nadie me toca, extravié los caminos
Pero tengo los boletos de avión
Me conocen los hoteles, y una hinchada
Y no hay crepúsculo que pueda con mi cansancio.

Va que te deshagas, y que logres quebrarte
Que como fuera escrito recojas los pedazos
Y que entonces sonrías con más brillo que antes
Con la mano llevada al corazón, y la sonrisa rasgando la luna.

La danza que ofreces dibuja la que esperas
Del otro lado de la montaña, también escalabas
Sangraron tus ojos, sangraron los míos
Y el camino, hecho, sugería el no pedir nada.

En un final, espalda contra espalda
Como sólo los que estuvieran ahí lo llegarían a comprender
Dos distintos de la mano
La precisa belleza de no tener que nombrarlo.

07.12.02
Errado

Un escándalo de luciérnagas
Sublevadas las cigarras
De fiesta las hormigas
De huelga las abejas.

El diccionario entero sin acabarte
Las nubes sin llegar a saber tus senos
La salvación que no es pretendida
Los labios de carne, los que luchan con tu corazón.

Ser mucho para quien no lo es tanto
Ser lo justo o ser algo menos
La vez de tu existencia
El errar caminos porque no habías.

De un golpe echarte el peso de quererte
Mirar mi historia y mirar una sola noche, contigo
El puñal del hielo que pudiera rajar el muro de acero
La valentía más extrema, la que se sueña y luego se respira.

Que tengas el cuidado de no abandonarme
Que sonrías la bravura de exponerme al infierno
Que me exijas lo que ni yo podría
Asumir que estés, y que existiendo impongas mi existencia.

No alcanzan las alambradas
Poca es la luna, un solo brillo la baja
Una voz que dice avanza, y otra que dice detente
A quién preguntarle la respuesta?

De todos modos, pudiera estar errado
No siempre se sale una chispa de la fogata
A veces existe el imposible
A veces, no es posible ganar una sola vez.

Duele entonces la montaña
Duele el cielo, y duele el mar
Duelen las cosas muy anchas
Porque queridas, no se pueden abarcar.

Aceptan las rodillas, entonces, el polvo
El vacío abraza
Consuela la quietud
Y aún así, queda una ficha
Y lleva el nombre que no casi nunca se nombró.

07.12.02
Me llamaron desde las estrellas
Para recordarme que el agua es más que agua
Y que lo que diga y haga debe, con precisión,
Ajustarse al mecanismo del reloj que debo construir.

Contesté como mejor sé hacerlo, con una mirada
Y dije que estaba bien, que seguiría ocurriendo
Mas que puesto a imaginar, con cadenas de oro
Por mi cuenta y riesgo rozaría la libertad.

Después fue lo de siempre
El yugo haciendo su tarea en mi cuello
El silencio de las canaletas cuando no llueve
El susurro del hielo advirtiendo que puede quebrarse bajo los pies.

Y sigue fiel el deseo que persiste
Como persiste mi obediencia, y persisten mis sueños
Hecho de búsqueda impuesta por la sed
Que siempre estuvo y que logró ser aceptada.

Con lobos compartí mi mesa, y en su momento sonreí
Y por decir que el enemigo era el tiempo, a todos, los escuché
Recogí sus palabras como se recogen monedas caras
Y tras pagar por ellas, las obsequié, una a una.

Acabó la noche, el horno esperaba
Las manos tentaron las gafas
No hubo nadie al lado
En la puerta de la habitación seguía colgada una esperanza.

Recordando los ojos de alguien, todavía por venir
Fibras de piel explayando el cansancio
El suspiro que absorbe el mundo y deja expresar el alma
La piedra bajo los pies y la confesión del espejo frente a los ojos.

Hasta que el día cede un respiro
Y con alegría presenta la noche su batalla
Lo simple lo rodea todo
Lo que no lo es llega a entenderlo.
Llegado el tiempo, dos primaveras
Las madres abandonaban a sus crías
No se cansaba la luna de girar y girar
Y aunque te incluía, no hacía que vuelvas.

Atento, escuchaba el silencio
Las horas bajo mis dedos
Mi destino jugando con las estrellas
Con un cariño que no daba con su espacio.

Compartió conmigo sus secretos el viento
Sin notar nunca que eran menos que los míos
Y todo lo posible fue continuando
Bajo el mismo sol de Lea y Raquel.
Apenas puesto el pie sobre el campo de guerra
Todo guerrero sabe que la penúltima batalla
Será contra el cansancio, contra el propio límite
Así como en su principio, cuando podía aceptarse o no.

Los más bravos siempre son aquellos
Que cuando niños no fueron tratados como niños
Y aunque del todo nunca dejan de serlo
Es con ellos que ciertos pasos se hacen posibles.

Sabe el visionario que deberá marcharse
Para poder esperar hay que adelantarse
Así como para adelantar se debe aprender a esperar
Haciendo de dos un uno móvil casi inasible.

La tensión de la garganta del cordero
Sostenida más con precisión que con fuerza
Generando el marco donde la hoja hará el dibujo
Que incluirá el último suspiro del que será alimento.

Se le vacían los ojos, mas no la mirada
Un tanto se resiste, alguien no desea esa forma
Siente la necesidad ajena, que satisfecha será alegría
Los prados que pisó le llaman por su nombre desconocido.

Mas tarde encenderán las brasas
Será puesta la mesa – el menor de todos la bendecirá –
El ayunador una vez más lo comprenderá
Desde su atalaya parecerá sonreír.

Las luces entrevistas desde el encierro
La profunda pena que no cabe ni en los mares
Una lastima capaz de hacer arder los polos
Que la contiene el pecho del silente.

Había callos en los dedos del bajista
Señas de trabajo en el rostro del vocalista
Muchas cosas se unían por una distancia
El andar sencillo con el sol en las espaldas.

Más allá del centro
Donde los círculos se confunden en la risa inaudible
La mano que roza una sierpe
Los labios capturando una abeja.
Libre de hacer, incluso de liberar
Las puertas de hierro, la de las luces
Y antes el rechinar de la de madera
Que dice “cuidado”, al tiempo que sonríe.

Del asfalto rebotan gotas de agua
Como perlas sobre una espalda espléndida
Lo atestigua el viento que no gusta de detenerse
Las ostras, en el mar, lo sueñan como fábulas:

Hay otro mundo, un poco más alto y más lejano
Donde poco es lo que fluye y mucho es lo detenido
Donde la dureza es la constancia y no la excepción
Y donde, sin embargo, hay seres que mutan;

La oscuridad les es muy breve
La mitad de su tiempo hay luz y calor
Y aunque sus armas son pocas, resisten
Como resiste el tiburón la idea del tiempo;

Allí las cosas son mucho más tensas
Pues esos seres, habiendo hecho lo necesario para vivir
Hacen mucho más para no morir
El temor abunda en sus corazones;

Nuestros antiguos conocieron su nacimiento
Afirman que fue una elección, como la nuestra
Que después de todo son valerosos
Pues su calma es poca, y aún así lo intentan.

Hay color en los ojos de los ciegos
La sal priva de abundancia al mar
La montaña fija el límite al vuelo
Y cada nido y cada madriguera señalan el acto del peregrino.

Aunque llevo años resistiendo
Siempre la pregunta es si resistiré un momento más
El tiempo sólo sirve para medir lo que falta para vaciarme de lágrimas
Y todo lo serio nada más que para sembrar dudas delante de casa paso.

Me gustaría que hubiese sido más sencillo
Poder aceptar, como acepto la tormenta
Que el error es parte del acierto
Y por ello no juzgarse está permitido
Pero no es sencillo, para mí no es sencillo.

No me pesa la limosna, me pesa que sirva
Me pesa saber que puedo decirlo de otro modo:
Que no me duele el precio de la cura, sino la enfermedad
Que era joven cuando era la riqueza la que demostraba la pobreza.
Hay una ternura que pudiera ser falsa
Apenas lo escribo siguen los filos de la hoja haciendo su tarea
Todos llevamos un puñal en el alma
Usarlo contra uno mismo o contra el que viene.

Más tarde o más temprano la liebre salta
Quiere el hombre ser un hombre
Quiere la mujer ser una mujer
Y pocos ven el muro que impone que en otro no hay ello.

La cabra parió mellizos
En la hacienda hubo regocijo
Y aunque allí se marcaba la sutil diferencia
En lo semejante fue que hallaron motivo de alegría.

No lo captaron, no lo aprisionaron en el corazón
Nunca lo protegieron como protege la tierra cada semilla
Y cada vez que sucede y alguien lo nota
A de donde viene le dice que no lo tenga en cuenta.

Alguna vez tendría que terminar
Lo que habrá que esperar es simplemente mucho
Y hay que estar ahí, masticando el demasiado
Con una paciencia que bien puede debilitar.

El cuando, y el motivo de cada perdón
Lo que empuja a atravesar un costado
Lo que decimos obliga a tentar restaurarla
La propia insuficiencia clamando porque algo suficiente no parta.

Tristes sus trincheras, sus fichas de guerra
Posiciones inteligentes, pero de una inteligencia tullida
Por unos miles, millones enteros
Por unos años, siglos enteros
Frente al por uno, Todo.

Basta una púa para herir al rojo
Basta una flecha para derribar a la bestia
Pero implica lo que llaman toda una vida
Y hace falta creer en otras para entregar la propia.

Ríe en su danza la verdad
En sus hijos pensaba el romano bajo el mando de Marco Antonio
En la aprobación de su madre el colegial del siglo veinte y uno
Que la noche es mucha y no hay faros para el que se busca.
Denso, en la siesta me atormenta
Pezuña y olor intenso
Simbología y números
No hay salvavidas en el abismo.

Desde su estructura embriagan las armas
Llena de orgullo poder y saber portarlas
Tienta el no hacerlo, lo sublime se hace difícil
El que sabe no teme, pero el respeto parece bueno.

La norma de una conducta increíble
Donde sin revelación por razón se accede a lo mismo
Sin una visión que de golpe esculpa el espíritu
Sin décadas defendiendo lo entrevisto.

Nada, nada que me sostenga
Salvo la improbable posibilidad de que algo me aguarde
Una sed de siglos, de miles de desesperados
Millones de bocas clamando en cada uno de mis poros.

Quieren el suelo, las rodillas y la frente quieren el suelo
Mas se desconoce la mano que tocará la sagrada cabeza
La coraza es poca, la intención la sobrepasa
Pero son las ganas de volar las que anteceden al vuelo.

Pide y se te dará, mas habrás de rendir cuentas
Y si das, no será tenido en cuenta la esencia de lo que das
Sino la resistencia de las espaldas sobre la cual lo depositaste
Pues todo aquel que tiene debe conocer lo silos del que necesita.

Lo que tienes y lo que quieres
Multiplicado por seis mil millones de posibilidades
Acaso desde una terraza embestida por el sol y la lluvia
Habrías de encontrar en un sólo acto la resolución de la distancia?

Mira que pudieras dañar por rechazar una ofrenda
Que si la aceptas algo deberías de otorgar
Que si otorgas te encadenas, y que sin cadenas pudieras ser libre
Mas atiende que golpea más fuerte el que sobrellevó prisiones.

A la fuerza hay que proveerle de agilidad
Resiste el golpe el vientre, unos cuantos
Mas debe saber esquivar la hoja de hierro
Clava en tus ojos la vida de un cuerpo que morirá.

Hazlo simple, toma y deja
Di por ahí que cuando te llamen acudirás
Sé que para ti, que para ti es simple
Que cuando pidan tu vida sabrás exactamente de qué se trata, y darás batalla.
Que la noche era precisamente esta
Y ninguna otra
Y que el olvido jugaría a ser olvidado
Como una herida en la infancia.

La puerta por donde entra el daño
Y aquella por la cual se lo provoca
Darle escudos al compañero
Darle armas, darle todo, para poder saber sus sombras.

Lo horizontal junto con lo vertical
No realizan una cruz no imaginada?
Cuatro sentidos no hacen uno sólo?
No es la sensibilidad la que refiere a la fuerza?

Va siendo oscuro, hablan los fantasmas
El poder se hace resistencia, encarna
Tanto, que la ternura es sospechada
Como el cansancio en el atleta.

Habrá alegría, pero mientras sea posible mañana
También jugará sus cartas la tristeza
Si tan sólo la estadía fuese innecesaria
A la edad en que más se la exige.

Es posible todo, incluso el pasado
Cuando los ojos sorprendidos eran por la luz
Cuando las cucarachas buscaban el cobijo de la oscuridad
Cuando con sólo un beso era posible una despedida.

Lograble es la nada, incluso el futuro
Cuando la piel perdona la ceguera
Y el alma lastimada busca su camino
Cuando morder en un hombro tiende hacia el regreso.

Que sin entenderlo habrá de comprenderlo
Como quien acepta caminos sin saber recorrerlo
Pero asumiendo que el destino no es poco
Haciendo que valga al menos lo mismo, intento y puerto.

Era fácil colgar carteles con su nombre
Lo difícil era hallarla dispuesta a la trampa
Apretaba intuir que quisiera
Lastimaba saber que era realizable.

Se fue lejos, pues estuvo cerca
Otras formas la envolvieron
Le permití el marcharse
Y aunque morí un poco, siempre supe volvería.
Cuánto tiempo me queda?
El pecho de las gaviotas y sus canciones
Mecen olvidos enteros
Cuando llegan al nuevo puerto, sobre las catedrales.

El humo rojo de un desafío aceptado
Como se acepta el hueco en un tronco viejo
Los dedos extendidos hasta su máxima tensión
Hasta que sentir que sienten lo que ya no habrán de sentir.

Y una cierta magia luego de una niñez atenta
El no tener que tirar la almohada para valorarla
La otra intensa cara del deseo
La que expone con crudeza lo mucho que se tiene al no poseer.

Para el entretanto detallados sucesos espectaculares
Como teólogos y economistas narrando la consecución de riqueza
Madres que leen a psicólogos que no parieron hijos
Y anestesistas que jamás consumieron una sola droga.

A cierta notable altura una rama se atreve a surgir de entre el cemento
Un niño y un borracho duermen sobre las veredas
Y parece ofender el pedido del limosnero
Cuando lo que ofende es tener que devolver tan solo algo de lo recibido.

Ya el territorio, ya las monedas, ya otra persona
Como propiedades indiscutibles que constituyen la justificación
A la venida a un territorio donde no todo está bien
Donde dictamina sobre la rosa quien no fue clavado por un cactus.

Si con hambre vive, de hambre habla, está escrito
Y así siempre, hasta que alguien logra escapar
Y una vez fuera, le importa los que quedan, sean pocos o muchos
Pues el ejemplo solo termina su función cuando inspira realización.

Puede demorar años alcanzar una sola idea
Pero todavía más bajarla hasta los suspiros de cada día
Puede accederse al picaporte y rozarlo con los dedos
Pero implica otras cosas el tomarlo con fuerza y hacerlo girar
Con la vista ansiosa no en lo que hay, sino en lo que falta para la próxima puerta.

Si tan costoso, difícil y agotador pudiera resultar enviar flores
Quizá no haya pecado en robar alguna, alguna pequeña
Y si tan escandaloso pudiera ser ir por ahí con ella en las manos
Quizá siga habiendo valor en llevarla escondida en un bolsillo

Mas habría que llegar a destino
Y por fin entregar eso tan costoso y escandaloso
Con la suficiente entereza de que pudiera ser menospreciado
Pues es lo que uno irradia lo que se quiere, e irradiar lo que se aprecia.
Has visto, tras vivirlo
Todo el esfuerzo que despliegas
Por cumplir con una obligación
Que justa o no, has aceptado?

Sea alguna vez el hombro al tullido
El silencio a quien sólo quiere hablar
Algunas palabras a quien las desconoce
Un algo de luz a quien ni siquiera tiene velas?

Si tanto hiciste, porque siempre es tanto
Sin quererlo con todas tus fuerzas
Por un momento, sólo por un momento
Imagina que pudiera darse el insólito caso

Que en un punto, en un punto de tu vida
Lo que hagas vaya a ser por un alguien
Al que apenas al verlo te hinche el pecho
Que por sólo decir su nombre una sonrisa domine tu boca?

Sé que pudieras decir, creyéndote en justicia
Que mucho diste, y que poco recibiste
Mas, si lo haces, tu y yo sabemos que no es más que excusa
Pues, si así es, recuerda que si diste es porque temías el peso de lo que se te concedió.

Ve y sigue tu tarea, que no es tan grave
Si por alguien haces lo que no quieres, y en ello hay bondad
Déjate llevar por la idea de que pudieras hacerlo por quien quieres
Pero ten en cuenta, despacio, que alguien pudiera estar haciendo por ti lo que no quiere.

La trama es así, como parte de su secreto, multilateral
Desde el momento en que descubres que sientes
Debieras también asumir que cada cual lo hace
Para no hablar de la piedra esmeralda, por supuesto.

Se supone que las horas son escasas
Que el dinero y la inspiración vienen y van
Pero se sabe que las sogas, una vez hechas, persisten
Para que en el usarlas vaya el pulso del que las hizo o las heredó.

Ojalá quede un tanto para el quizás esta noche
Y que no haya temor en que ello implique tres décadas o una sola
Que como sea en algún punto acaba
Y como el imposible pudiera no existir
Quizás hasta mirar atrás sea posible.

Dicen que en el riesgo se vive bien
Y que el mejor apostador no es el que mejor conoce el juego
Sino el que sabe bien lo poco que puede ganar, y lo mucho que puede perder
Y en la piel capta que lo que tiene no lo tiene, y halla caso en ir por más.
No costaban unas cuantas rocas sobre las espaldas
Ir años atrás marcaban más
Y desde allí volver hasta más lejos hacían desierto
Lo acompañaba la lluvia, y no siempre estaba alguien.

Ir con un paquete que pesa y molesta
Y no dar con el destinatario
Y no hay un nombre ni una dirección
Y al tiempo hay otras cosas que hay que hacer.

Y qué pasa si no es único?

Al lado del río encender un cigarrillo
Junto a la fogata preparar el café
Cargar con una foto como guía
Cosas que el corazón suele fijarle a las formas.

La manera de cada secreto, la manera de su profundidad
Sin cabida para ningún desprecio
En el cálido respirar de los fraternos
Donde se mastica que hasta la tormenta más ruda, también pasará.

Pedacitos de anís sobre una posibilidad de final
Los años muchos, o los años pocos
La suerte y lo predestinado de ciertos ojos
Que por mirar la meta pudiera no mirar el camino.

Tras tanto yerro, habría una segunda oportunidad?
Logrado el primer paso, hay un límite para los demás?
Hecha la copa, sólo serían construidas dos?
Mas del beso y del afecto, en qué cúspide habitan los últimos?

A veces por arrastrar se logra sostener una elevación
Se mira al fondo de las cosas
Y uno ve que está mirando
Y lo que ve es la visión de que falta mucho.

No decae el ánimo
Se abre camino un suspiro
Sabe bien la prueba
Ronronea el orgullo, aguijonea como espuelas.

Se hace difícil el descanso
Mas la prisa puede ya ser evitada
La velocidad pudiera vencer al movimiento
Como lo relativo dirige al absoluto.
Recordando a Leonardo, maldita y bendita sea
Con sólo vocablos quisiera lograr tu imagen
Me fallan las yemas, me puede el corazón
Retorno e ida juegan a destrozar la partida.

Un ángel y un diablo tan sólo miran
Lo conocido es lo que queremos
Lo sabido es lo que no sabemos
Cuesta, como la pureza frente a la inocencia.

Somos viejos, el de eso se trata ya lo dejamos atrás
Ya no insiste como antes ni luz ni oscuridad
Pero el piano de 101 teclas, y las piezas escogidas
Las promesas, los excesos, los tantos regalos, al fin, cuentan.

Se quiso, y los labios fueron mordidos
La historia habló de ti
Las horas fueron en tu ausencia
Ausencia que sigue siendo memorada.

Sin llaves vencerías al candado
Con sólo tu pelo desplazarías la música
Una de tus sonrisas para desalojar toda pintura
Una sola lágrima tuya para hacer jirones la historia.

De mujer tenían nombre
Un rancho, y un palacio
Ardua la comida
Arduo lo que había después.

Se extraviaban momentos
Decepción y exultación jugaban
Una daga en el corazón
Una espada cercenando una muñeca.

Silencios infinitos
Aquella irresolución
Donde por agradecer
Se toma aún más de lo que se recibió.

El tiempo después
Un clarinete que no desconoce a su intérprete
En uno los demás, y los demás en su cada cual
Y que puedas estar, como si hayas estado siempre.
La tarde

Atropellé el camino que otrora recorría
Y tras descorrer antiguas cortinas logré verla
En una muy antigua imposición tenía puestos sus ojos
No interrumpí, irrumpí en sus actos.

Las cosas fueron pasando, yo las forjaba
Dibujaba la tensión y una dolorosa esperanza
Muy pocas veces un respiro, casi siempre los juegos
El mar entero tenía el pez para lograr su huida.

Y con tiempo se dejaron entrever los pasillos de su memoria
Los secretos que son ocultados a quien no podría entenderlos
- Como a veces se le evita un dolor a quien no podría sufrirlo -
Fueron, sin mucha espesura, descubiertos y expuestos.

Amplia la raíz, alto quería llegar el árbol
Pero la realidad, para tornarla adecuada a uno
Demasiadas previsiones exige, son miles las aristas
Y no basta visualizar la meta sin considerar el camino.

A destiempo ocurrió la consumación
Y aunque por su intensidad nubló la necesariedad de lo preciso
Alguna que otra palabra quedó en astilla
Uno o dos finales se alejaron de su principio.

Una tarde me vio llegar
Otra la vi marcharse
Giraron personas, gases de colores
Se corrieron las cortinas.

De ella hablé una tarde
Durante noches enteras le escribí
Me leyó una vez, me releyó mil
Mas no hubo posibilidad de puente.

Quedaron tiras de carne tendidas al sol
Espacios que llaman la atención
Silencios que se lleva el viento
Nubes de polvo que acrecientan la sed.

Fue increíble, y estuvo bien
Allí se estuvo, y hubo trampa
Pero fue lograr, antes que mantener
Llegar más lejos apenas era pensable.
Fantasía

Caminando entre el agua
Tropezando con transeúntes
Esquivando paso a paso la locura
Tendiendo el pecho al exceso

Se deja respirar la ciudad
Con sus falsos orgullos
Sus blandos misterios
Y su tierna historia de miseria.

La luz de la luna abreva a los sicóticos
Paren absurdos como conejos los lunáticos
La prisión juega a no serlo
Quiere una ley tener sentido.

Es mucho, pesa en las alas
Implica el pulso de la paciencia
La detención sapiente con la vista enfrente
Sabiendo que no paran los pulmones.

Un galpón que sabe escuchar al riachuelo
Y un cariño que no sabe el camino de regreso
Con las manos haciendo señas en el aire
La vuelta eterna al vacío más hondo.

Tratándose de un gran descanso
Cuando la cintura es la justa
Y el balanceo reboza dulzura y proyecta expectativa
La mano que sujeta la presa todavía viva.

La fiesta que se da en el corazón
Cuando se logra una concreción
Como si fuese una resurrección
Y sea posible hacerle una canción.

Confieso que me divierto
Cuando estando en lo cierto
En otro tiempo mi tiempo vierto
Como si para un sordo fuera mi concierto.

Espera la luz del día
Esa brote todavía frágil
Escinde el aire la mirada
Estando al borde de su fin.
Del otro lado había muertes de guerra
Del otro lado habría que, entonces, danzar
De en medio las cosas serían obviadas
Para que alguien note que es casi imposible unir nada.

Demasiado joven para creer en el amor
Lloraría sobre la sangre del sacrificio
Impulsos que llegarían de golpe
A conciencia de una conciencia mucho mayor

Que pareciera ir imponiéndole tiempo al tiempo
Como si todo fuese parte de una obra mortal
En donde las partes son difíciles de sobrellevar
Ya sea desde ahí o desde ese también difícil ámbito del espectador.

También llora el mármol
Y sabe sudar cada vaso de cerveza
Dura y fuerte la mano que empuña la daga
Como duro y fuerte el corazón sencillo de derretir.

Exponiendo brevedades es escuelas sencillas
También entre las orejas la fuerte tentación
Gemidos cálidos, propuestas ocultas
Las invasiones más difíciles de expeler, las permitidas.

Puesto que en la resistencia, de acuerdo a lo escrito
Habita la primera victoria trascendental
Qué habría del ataque no recomendado?
Del ir por la noche con los ojos fríamente incendiados?

El corazón como un trapo que absorbe lo más sucio
Y que para lavarse debe primero ser exprimido
Como se exprime un trapo sucio
Hasta lograr que quede limpio como un corazón.

Quiere la meta, quiere la prisa
Quién habrá de ayudarme a mantenerlas a raya?
Las invitaciones rebozan
Son la ganas las que faltan.

Es posible, tengo toda una espalda
Las pizarras estuvieron siempre llenas de imágenes
Pretendido el mundo bastaría un lecho
Mas logrado el lecho, acaso el mundo entero no llamaría a la puerta?

Es fácil, tremendamente fácil
Nada más fácil que saber que no lo es.
Bostezo

Era lluvioso el día cuando rescataron a la sirena
Le ofrecieron el desierto, y la mesa común
Le dieron todo, es decir, lo que tenían
Y todos sabían que no bastaría.

El precio, de sangre, en otro tiempo se estableció
Nada como lo puro
Lo supieron, y lo callaron los ancianos
Hubo vanidad en conocer y no enseñar.

Se volvía a intentar, una vez más, siempre
Era mejor ahogarse que ver a un ahogado
Y se pensaba que el espectáculo de la propia muerte
Era mejor que el de ver el de la muerte ajena.

Los nuestros resistirían mejor nuestra partida
Pues de ello les fuimos hablando con ejemplos
Del otro lado del cordel parecíamos sabernos
No habría suspiro que no fuera al final compensado.

Se abría camino la guitarra
Buscaba su salida cada sonido
Lograba el vuelo la palabra
Habían labios captados por otros.

Decía la voz: me tengo que ir
Se destrozaban los cristales
Lo único fijo era el aire
Daba la frente con la nada.

Un poco de paz, sin batallas
Asumiendo las horas sin destellos
Como si se supiese que en ello hay gestación
Que aunque no mienten no son sinceros los gritos que claman desde fuera.



Y con uñas que no habían se quería rasgar el hielo
Y con lo que se iba conociendo se quería saber
Y lo que faltaba señalaba lo lleno
Y lo que se era quería ser lo que sería.

El brazo partido y los nudillos adoloridos
La noche única extraviada por un ideal
El ideal entregado por una noche
Las manos, todavía propias, apretando la sien.

Pico del ave haciendo contacto con el mar
Figura de instante, de tiempo, de momento
El mar de cada cuerpo, la sed de cada cual
El doloroso arte de ser lo secundario.

Y a veces no se puede
Y duele saber que es apariencia
Pega duro saber que se puede
Se cierra la boca cuando es el abismo el que sonríe.

Se puede.

Valga o no la comprensión
Que alcanza el límite
Quien en el límite ve la partida
Como ve en la muerte su propia vida.

Los gestos llenos, la noche o el día de gracia
Cuando aprieta el vacío tanto como aliviana
Y de resistir se trata para poder expandir
La solitaria idea de la buena voluntad.

Bajo el piano de cola
Abrazando las rodillas
Callando suspiros encerrados
Diciendo el nombre que no se pronuncia

La cruz y la luz bajo las pestañas
La medida de las cosas que aún no habitan el tiempo
La vieja sospecha de alcanzar a rebasar el destino
Ese frente a frente frente a la más íntima de las intuiciones.

El carro y el pulso de Faetón
Los sueños de cristal y lo profundo de la hoguera
Cuando fue que bastaría un poco más
Y ese más era dar era un algo que no implicaba recompensa.

Permitir el daño, por admitirlo
Como pequeña síntesis de la no acción
Para que el futuro continúe aguardando al pasado
Y así flotar un instante sobre los minutos.

El trabajo pretendido, la labor del dolor
Todos los zapatos ajenos sin calzar
Todos los pies aún sin lavar
La estéril columna que antes de liberar quiere retener.

El secreto que quisieron, porque era secreto
Y el brillo de cambiar una mente, tanto
Que en lugar de mirar termina mirándose
Y al verse, sonríe al verse escudriñada.

Quizás sí, quizás no
Como se dice, cosas que pasan
Que se escriben por vivirlas
Que se viven por no decirlas.

El trecho que quiere serlo, el último
El ruido fugaz de la madrugada
Las promesas que fueron desestimadas
La hora del alguien que cree amar y sigue, como puede, ciertos rastros.

Besar las rocas y besar el hielo
Quererle porque se ha querido
Dejarse ilusionar como se ha ilusionado
Y guardar la distancia, la que pudiera no existir.

Guardando lo que pesa por no ser entregado
Lo hecho amalgamado con lo recibido
Lo que no está, y que pudiera estar
El breve acto de fundirse en la intensidad.

Hay que afrontarlo
Poner las manos y cuidar los ojos
Y querer con desenfreno
Y recapacitar cuando sea tarde.

Equivocarse millones de veces
Ceder cuatrocientas noventa veces
Con una cintura o una escala en el corazón
Y así, sin fingir, sentir de pleno que es posible.

Hallar el mar y hallar el desierto
Aceptar el otro cuerpo y su descomposición
Intuir el alma y su infinitud
Llorar las risas venideras.

Beber diciembre con todas sus horas
Tener un nombre y ser llamado por él
Decir las cosas, las cosas que ya están
Sin nombrar lo que todavía aguarda.

Querer, como quisieron todos
La gota que es parte de la lluvia
Desde la lluvia que no existe sin sus gotas
El aroma de las fogatas reclamando la esencia del alma.

No es poco, y cabe en una vida
El golpe equilibra a la caricia
La idea de la estadía compensa la ausencia
De cada giro construye su esencia la rueda

A cada imposible hay una posibilidad que espera
Silente y paciente
Las cosas que digo desde ti
Las que sabes sé.
Intención

En lugar de hablar de justicia
Decir la historia de un hombre justo
Sin nombrar la palabra que lo define
Dejar que la definición obvie su explicación.

Hecho a hecho, juicio a juicio
Evitando la condena, mas practicando el juzgar
Con una vara dura, probada con uno mismo
Con esa medida de esfuerzo lograble sólo por uno.

Admitir la raza, su defensa y su ataque
Para que no sea algo ignorado lo desestimado
Para no hablar del aire sin haberlo respirado
Para lograr tocar a un ser humano cuando se estrecha su mano.

Habría sido bueno, entonces, fijarse metas altas
Permitirse la libertad de soñar la realidad más cruda
Haber entrecerrado los ojos a mitad de la niebla
Sentir el miedo y aplacarlo con humildad.

Imponerse tareas que implicasen años
Durante los cuales la certeza no se daría sino hasta el final
Y con feroz paciencia beber de cada pie puesto sobre una tentación
Dejando que la mirada deje el frente y vaya buscando el centro móvil.

Al lado, mujeres que necesitan de una familia
Al lado, hombres que necesitan conquistar el mundo
Ver que en algo o en alguien van basando sus querencias
Ver el fondo de dependencia con que van sujetando el espacio de sus almas.

Y el cuidado que pocos suelen enseñar a prever
El grado de daño posible en un estado del tiempo
Y así el grado de riesgo que cada cual asume a sabiendas
Para que no odie el oro el que perdió las piernas por hallarlo
Y pueda con gozo compartirlo, y enseñar el camino que a él conduce.

Un grito frío escapó de la habitación
Atravesó vigoroso el breve pasillo
Y se incrustó de un sólo golpe en los oídos
Rajó el corazón y arrasó los ojos, marcó.

Todo cariño posterior fue difícil
Pues no se quiere volver a querer lo frágil
Cuesta mucho valorar cada instante
Cuesta arrodillarse con la alegría de la gratitud.
Respirando

El rostro ajado de los dementes
Y leer que el haber perdido la razón
Pudiese haber sido tan sólo un gesto
Donde más que rendición pudiera haber entrega.

Tanto mar de posibilidades
Y así, tanto impulso por represar el río
Tanta jaula que no puede contener un canto
Tanta piel que va buscando lo que debiera construir.

Debe pesar la felicidad del monje
Debe doler su paz, incomodar su calma
Y aún así no se capta aquel entusiasmo primero
Donde la aceptación venció impúdica a toda resignación.

El parto de la joven gacela
A la vista y protección de los cazadores
El inmenso símbolo del fruto
El peso brutal de la herencia y la heredad.

Designios azules en la duermevela
Impulsos contenidos, y otros fabricados de la nada
El candelabro sobre el piano de cola
La fiesta de las luminarias en la frontera polaca.

Versos que van cumpliendo sus momentos
Pero que no podrían ser cambiados por momentos
Pues en el extremo juicio que podría decidir
Respecto de lo que inspira sobre lo inspirado

El pobre visionario, cual sea que fuese su elección
Condenado de antemano está a arrancarse el corazón
Y enterrarlo en lo más profundo de su esencia
Porque sólo puede vivir si siente la posibilidad de entregar su vida.

Libre de las horas y todavía prisionero de las que faltan
Tendrían todavía que trocarse varios papeles
Desesperar a la esperanza y danzar con el vacío
Agotar al nombre hasta acceder a uno nuevo.

Un nuevo valor para los niños
Con mayor sed y mayor firmeza
Abiertos los brazos para exponer cada extremo
Alta la cruz que va formando una estrella.

Comprender.
Empuje

A mitad del entrenamiento aparecen las llagas
El cuerpo sonríe, al fin se siente probado
Lo que en uno vive siente que vive
A prisa el tiempo, a prisa queda atrás.

Y a la vista de los hombres
La visión de una hermandad
Y en los ojos del hermano los del que lo creó
Sin momentos preparados para lo extremo.

Sentía la hierba que llega la hora del sol
Era su esperanza y era su certeza
La noche entera aguardó en silencio
Y agotada resistió hasta el instante del amanecer.

Otra, sabía portar un mohín en el rostro cuando despertaba
Y otra más fruncía el ceño mientras soñaba
Y uno encargándose de la fogata
De ir por los leños que sostendrían la hoguera.

Crucifixiones plenas a mitad de los bolsillos
Decían que se intuye lo fresco y lo yerto
Que al tomar se entrega y se vacía
Que cada incendio despliega la inmensidad del agua.

Mientras los caídos intentan morder los talones
Y la alfombra va acumulando festivales de dudas
A su modo persiste el coro de solitarios grillos
Bajo la mirada de una lechuza blanca que sabe del dolor.

Volverán a su silencio las aulas
Por un tiempo los pasillos quedarán vacíos
Una pared mirará a otra, y habrá emoción
Será la memoria y será lo que habría de venir.

Claro para quien lo intente esclarecer
Cumpliendo la fatiga del desentrañador de misterios
La extraña idea que se torna almohada y manto
La muerte misma como posibilidad sobrepasada.

Para que el koroshiré presente la mañana
Y algo breve y extenso puntee los bordes del límite
Fijando y apretando hasta la sangre
El espacio entre el cuerpo y su sed.
Nadie

De la casa ajena salía el amante
En el pecho llevaba otro corazón
En el vacío destrozaba a otro
Y en el juicio nadie acusaría a nadie.

Llegar a tocar el alma
La filosa historia de una necesidad
El drama denso de una justificación
O los ojos solos de un águila huérfana.

En la risa comprender a los mudos
En el exacto grito de la música a los sordos
Y en la violencia de la vida plena
Captar la esencia de los que la aman.

Y así asumir de nuevo las calles
Lo breve de lo breve compartido
Bofetadas del idioma y caricias del lenguaje
Cuando se busca la muerte para lograr rozar lo que palpita.

Los bucaneros que inventé me aguardan
La compañía de los soles que soñé
La yerba amarga en su sabor
El tiempo de nadie para la propia historia.

De lejos y cerca
Con una lástima y una alegría
Volviendo a aprender lo dicho
Sin decirlo, otra vez y otra vez callándolo.

Más tarde, hasta el bullicio se acomodaría
Buscaría su lecho el más intenso entusiasmo
Con su gruta daría el fuego del soñador
Y sería la cúspide de roca nuevamente besada por el astro.

En los días que anteceden a los actos que se cumplen
En medio de la marcha que comprende aguaceros
El abrazo cálido del que no recordará el nombre del que abrazó
Y la imagen de las espaldas que estuvieron sin conocer el retorno.

Así mira al suelo la hoja en otoño
Así mira al nido la hierba en primavera
Y tanto no observador se hace nadie
Y aunque nadie mira, todos son observados.
Un sueño al revés
Lo entiendes?
Captas el resumen?
No, no entenderías, no querrías.

Tendrías que haber habitado la esquina
Bajo la lluvia, sintiendo en el cuerpo
El duro olvido del tiempo
Las circunstancias apagadas por la voz.

Los escapes del humo y la tensión del cuello
La expectativa en los ojos mirones, aunque no observadores
El grito de la carencia grabado en sus expresiones
Y dentro la fiesta y afuera el drama
Y afuera la congregación de los no creyentes, y dentro la tormenta.

No es el disco lo que gira
Es la grieta la que termina definiendo a la estructura
Supera a la carrera y a la meta la conciencia del corredor
Y el recién nacido llora, y el padre sonríe1.

Debería descubrirse que no hay detalles
Y que por lo tanto, o todo o nada es importante
Habría que encargárselo a alguien, y luego negarle el logro
Asesinarlo en el senado por haber vivido frente a todos el esfuerzo.

Y mantener a raya la intuición, como la desgana
Proclamar menos tanta imaginación
Y entrenar más para la demolición
Habilitar desde temprano los ojos al desastre

Que como tiempo atrás el hambre provoca migraciones2
Y no son pocas las veces en que habilita el descender
Y en los subtes hay jeringas, hay piel extraviada
Y la lógica no ha perdido, es sólo que no ha sido abarcada.

Si a un lado expulsa, del otro succiona
Dada una dirección, también su opuesta
No se evita lo rastrero exhibiendo al que se arrastra
Se expone el vuelo, y si no se puede, de mucho valdría el silencio.

Señálese lo que no se puede como tarea
Lo errado como herida
La vida como algo pendiente
A resolverla fuera del ámbito del tiempo.




1
    A veces, claro.
2
    Gn. 12:10
Desenlaces pretéritos

De cuando en vez
No hace falta una razón
No se defiende un motivo
No se obedece a una ley natural
Simplemente se tiende el brazo.

La explicación sólo puede ser sentida
Acaso compartida la acción
Se levanta el polvo, pero de alegría
Se funden los colores, cada grito es música.

Reposa un solo instante el ángel
En el pecho del hombre todavía hay agitación
Se ve, y lo que se ve es mucho
Y uno es parte, y el todo es uno.

Pero no hay que olvidar la calle
Donde, por si alguien lo haya olvidado
Son los niños los que la recorren
Al menos al principio, sin fines de lucro.

En esa tarea del juego
En aprender a andar
Para aprender la detención
La vez que al corazón le encuentran los ojos.

Aquel sacro momento donde frente a nadie
Se roza el límite y se decide o no cruzarlo
El casi inconcebible poder de un grano de mostaza
El detalle de una montaña que aún aguarda la palabra.

Sobrepasa, como una ola rota contra la roca
Una gota, de entre millones, una sola
Pero en ella océanos enteros
La carta cuyo remitente son todos.

No es más que un poco de sudor
Poner lo más enorme enfrente
Y decidirse a ciegas a cruzarlo de pleno
Haciendo del coraje la esencia de cada respirar.

Hay que atreverse, hay que descorrer los velos
Recordando que si están algo o alguien los puso ahí
Que fue tiempo atrás, y que el tiempo no existe
Hay que animarse a ser humanos
Hay que responder, abrirle las puertas al alma.
De blanco o de negro

El mismo espectáculo
Desde ambos bandos
Doliéndome el hombro izquierdo
Imponiendo la escalada el derecho.

Te dibujaría el parto
Con el dolor de la madre
Y con el dolor del hijo
Para que seas tú quien vea que el dolor los une.

Para que sepas que cuando te toma de la mano
No puede atarte, sino señalarte que hay lazos que no existen
Muerde el corazón, y el corazón lo sabe
Es la herida la que le impone al cuerpo entero a sanarse.

En la hora del crepúsculo
Donde lo normal no se me deja mirar bien
Me gusta aceptar que apenas existo
Que soy un grano de arena que sabe que lo es.

Me hablo a mí bajo toneladas de sal
Recojo mis pocas horas a pesar de la inmortalidad
Escucho de mal, del bien, y de la desesperación
Sujeto la risa que no tiene justificación y no la juzgo.

Me visto de lo imprevisto
La multitud lo hace sencillo
Un rato: veinte minutos
Una espera: quince minutos.

Una egipcia se cercena un seno
En Toledo una espada
Gotea su sangre la luna sobre el toro
Cruza el abismo una luciérnaga.

Sin ropas vale más
El laberinto del que todos salen vivos
Pero no enteros, el precio es la razón
La locura misma no es más que una migaja.

Quiere tragar, quiere existir el esquive
La lucha se vuelve danza, para quienes saben
No hay espectáculo, no hay visión
Los hechos se cruzan destrozándose
Y lo que queda no es más que el comienzo.
Restos de paz

Cada golpe de tambor
Hacía brotar sangre
Canto y risas entrevistas
La penumbra desgarraba sombras

Deseo le llamaban al hambre
Destrucción había en cada paso
Las palabras no eran exquisitas
Pero eran justas, mataban.

Escondían las manos
Lo que apretaban era miseria
Hedía el aire que hablaban
Lleno de futuros sin posibilidad de fe.

Escupían sus tristes acciones
Cayendo dentro de un programa
Como una nota dentro de un pentagrama infecto
Y era sí, y se pretendía tuviese un final.

Demasiados odios, como demasiados cuerpos
Algo en la abundancia parecía no ser lo mejor
La siempre filosa carencia aguardaba tras las ventanas
Flotaba el miedo, los valientes siempre fueron rechazados.

Buena la condenación en masa
Buena la idea del héroe
La fraternidad quería estar al margen
Ensuciarse los jodidos pies en secreto.

Fuera del cerco, había el rasgar
Debía entregarse la pertenencia
No ser de aquí, ni ser de allá
No ser de alguien, ni tener a nadie
Lo sospechas?

Y estaba bien, pues así lo querían las palabras
Que quien esté sólo, lo esté en realidad
Que quien esté acompañado, no mienta al decirlo
A ver si de una vez, cada vocablo recuperaba su valor.

Como siempre, algunos aceptaron, otros retrocedieron
Como siempre terminaron separando cosas
Y no era el mar rojo
Era un mar de personas capaz de resistir dos mil bofetadas
Pero incapaz de dar una sola a cinco mil años de historia.
Sin intelecto

Hay luz en la ventana
A hoy los milagros sobran
Se supone que el grado de tolerancia disminuye
O aumenta, y se torna sencillo todo hundimiento.

Cambió la distancia del Atlántico?

Me gusta el sonido de las sierpes acercándose
Aunque no recuerdo el rostro del que dio con el acero
Aprendí despacio a dominar el zumbido que sabe generar
Cuando cruza el aire necesitado de hendir.

Que confiesen que vivieron, o que vieron morir
Como dije, yo tengo fracasos que confesar
Pero termina por ser lo mismo, innombrable
Pues no tiene caso decir lo que no sería oído.

Por una esperanza, diría el enamorado
Y un premio le darían al que logre una paz
Pero el pecado que me rodea es lo poco
Cargo con que hasta la sal me es dulce.

Diez mil libros no me alcanzarían
Siento lo que otro siente
No acceso a las compresas de exagerarlo
No puedo sacar de mi cabeza que los niños son valientes.

Recuerdo lo que me mintieron
Sé que repitieron lo que les dijeron
Sé que cuando perdieron miraron al cielo
Sé que cuando ganaron miraron al frente.

En un útero estuve
Sé de que se trata
Tinta azul, o negra
Minúsculas o mayúsculas
Pobrecitos labios, aptos para lo pobre.

Aquí, donde se atreven los gusanos
Donde en lo profundo el lamento es silenciado
Para que cada destello sea apreciado, y obviado
Para que quede poco, y lo poco que quede pudiera estar errado
Para que alguien te piense como pocos te pensaron
Con memoria y olvido, con piedras y espuma.
Querer a alguien

No recuerdo el último beso
La última carta, o el último poema
Extravié las fechas
Olvidé hasta mi nombre.

El saber que sería duro
En parte alivió el advenimiento
Pero una vez ahí, cuando amanece
Y no hay nadie que recuerde la memoria
Parece girar un poco más lento el segundero.

Sin que tenga que ser frágil lo blando
En esa tenue capacidad de lo elástico
Los rayos del sol necesitando una amapola
El algodón de una nube buscando a quien dar sombra.

Quizá una piedra nos aguarde
Al final de una misma montaña
Que en una sola meta funde diez mil caminos
Donde espacio y tiempo no sean más que difícil literatura.

La canción bajo la lluvia
Que iría goteando las horas llenas
Las estancias aptas para el bullicio
E incluso la hoguera más íntima
Donde arde lo que fue iluminando lo que viene.

Casi de no creerlo
Porque creer implica hacer
Y cuesta, como cuesta ser creíble
Sabiendo que aunque en ello mucho se implica
Tan sólo se abarca lo que el alma pueda soñar.

Y entonces y así, con el aire contado
Mirar con insistencia el horizonte
Dejar que la melancolía vaya labrando su paso
Hacerle fácil al cincel su tarea.

Porque también habría una playa
New York y Belfast de nuevo
El Shekeaspeare’s bar y los taxis
Con el pasaporte más extraño
El que se porta en el rostro por haber vivido.
El paño

Con una motosierra arrasar el rosal
Hallar la culpa y echársela a alguien
El resplandor que no llega a cegar
Que fue palabra y hasta ahí llegó.

El intenso esfuerzo de la imagen
Que hace su carrera y hace su estadía
Con la sospecha de que no alcanzaría
Que a final de la calle una nueva tristeza le daría caza.

La cuota de verdad que encierra una mentira
La pequeñez puesta al descubierto por descubrirla
La socrática sorpresa, espasmódica y alegre
De ver en lo que se tiene todo aquello de lo que se carece.

Comparar como resultado de pretender
Pues es odioso comparar a un ángel con un diablo
El monedero de las jubiladas
Las arrugas de sus manos sobre el pelo de sus nietos
Las marcas del aceite en las manos de las que alguna vez traicionó.

Hay un hormiguero breve
Donde la labor parece no cesar
Al cual un año entero de trabajo
Sería yo capaz de ahorrar con un trozo de carne
Y todos saben porqué no lo hago.

Y del mismo modo se intenta un cielo
Que a otros ojos no sería más que una pequeña meseta
Pero que dadas las circunstancias es el cielo
Y cuenta, como cuenta la tierra caminada.

Hace de paño la noche
La punta de la espada reposa inserta en la arena
Es tiempo de suspiros sin historias
Del también difícil juego de aceptar nuevamente
Que todo no es más que algo más entre las cosas.

Acallando las viejas intenciones que mañana revivirán
Habiendo aprendido a destaparse a primera hora
Habiendo aprendido a dar con cuellos ágiles
Habiendo conocido la interpretación de los rastros
Que señalan el camino de retorno, bajo el hielo y bajo el polvo.
Momias

Pudiera decir que vi
Pero lo cierto es que fui viendo
Todo aquello que quería
Y la primera prueba de la paciencia

Fue aguardar a que cerrara la imagen
Y la primera prueba de fe
Intentarlo sin saberlo del todo
Y el primer valor en saber que lo hacía.

Mucho en contra, poco a favor
Y ante la cantidad la calidad
La primera química, el peso de los metales
La sorda brújula de la instrucción.

Si no se tiene, tener que construir la barca
Tener que fabricar los remos
Tener que dar con el mar
Tener que aprender a entender al viento

Para que por fin se puedan enfrentar los miedos
Que no es lo que se quiere, pero que es lo necesario
Saber que una parte de uno habrá de perderse
Y saber que después de ello habrá que sonreír sin mentir.

Y el agua se abre
Deja su azul la noche
El color encuentra reposo en los dedos
Pero se hace carga, carga que llaga y no quiere esquivarse.

Tras la lástima se habilita la compasión
Sobre los actos, el gesto
Por la comida, el alimento
De lo que se siente, el sentido.

Invisible se hace la bandera
Y aunque pesa, es su peso que entusiasma
Se destrozan los juicios
Día a día un ladrillo más

Un vacío más y un todo que se aleja
Un rever constante
Un buscar que ha rozado la piedad
La extrema posibilidad de absorber un error.
Vamos bien

La patología es simple
Hacer algo que no “se hace”
Una patología positiva o negativa
Como si fuese condenable el color de la ropa interior.

Alguien repartía volantes en la calle
Satanás, decía, se servía del rock
Antes de “una infinita paciencia”
Siempre lo menos antes.

Cuando las sospechas apenas eran conocidas
Cuando eran enumerables, como todo lo ajeno
Cuando bastaba una rosa para hablar del corazón
Justo cuando se sentía jamás tendría perdurabilidad.

Los pecados eran perdonados
El futuro sería hoy mismo
Con que sólo tiemble la tierra
Bastaría para ver quién es el peor.

Situación de pánico, vida de histeria
Pues, después de todo, todos andaban por ahí
No era mucho, pero bastaba con ignorarse
Aceptar el nombre que un desconocido impuso.

Una vida que aparece como un bloque
Y un bloque formado de ese tipo de vidas
Ser parte, se quiera o no, se quiera o no
Como el suelo es parte del muro que no lo mira.

Extraña la mirada, no sería extraña su lágrima
En este o aquel lenguaje
Entender que hay cosas que no se entienden
Que se comprenden si hay esquirlas poblando el pasado.

Fotos de sumergimientos
Pero ninguna de Leonardo
Las horas solas
Recreando la posibilidad de un porvenir.
Altruista

Querías lo mejor, para quien sea
Pero eras tú quien lo quería.

Te gano Kant
Y peor, por obediente.

Lloraste por un dolor ajeno
Pero eras tú quien lloraba.

Te ganó Leoncavallo3
Ese que tanto conoces.

Te importa el mundo entero
Pero es en el que respiras.

Andá vení.




3
    Pagliacci. Vesti la giubba.
A la orilla

Quizá se me permita asistir al final
Estar ahí cuando se quiebren las penumbras
Volver a ver los ojos de la misma manera
Con la misma luz y el mismo afán.

Mientras tanto todavía hará calor
Se dejará dar alcance la danza
Será posible ir un poco más, o no asistir a la cita
Preparar los alientos que apagarán las velas.

Los goces permitidos, los límites consabidos
Desde la mañana tempranera
El firme andar y las espaldas dispuestas a la ceguera
Y la extraña manera con que el tiempo brinda sus oportunidades.

Y ojalá logres olvidarme a tiempo
Antes que tu memoria aprisione mis gestos
Y te los devuelva entre la gente
Cuando ya tan poco estaría cerca.

Cuando broten los perfumes
Y las miradas sigan mirando al suelo
Cuando estemos a plena marcha
Y vuelva a ser poco lo que se deja atrás

La ola que vuelve a su mar
Cuando la arena no pudo retenerla
Por no encontrar pretextos de magia
Por no ser el murmullo que a otro capta.

Marchitadas almas buscan movimiento
El verano les cae casi sin aviso
Pesa la vuelta a casa
Como le pesa al guerrero las manos vacías.

A la orilla de una edad
De una fecha y un sentimiento
Sigo jugando al calidoscopio
Sigo el hilo de mis otros.

Diciéndome cosas cifradas
En momentos donde no hay ventajas
Donde se cierra el muro circular
Y una vez más se tensan mis cejas.
Teorías de diciembre

No hay más que un foco
Para centenas de bichos
Y basta con uno solo de ellos
Para que el bípedo maldiga su especie.

Para bostezar y vivir
En la serena y ágil caminata
Desatada entre los olmos
Que fueron obsequio y tuvieron incierta sepultura.

Había una cuadra más que seguir
Peligro y buenaventura buscaban sus presagios
La medida de la hondura la hacía cierta la hoja
Mas la fuerza del brazo la hacía posible.

Y ese algo que se da en el testimonio
Cuando el fuerte no deja pasar la ofensa
Cuando el débil dice perdonar
Y la otra posibilidad, la que cosquillea

Cuando como instrumento basta una honda
Y la definición, luego, exige el uso de la espada
Y el llanto de Alejandro al ver a los cercenados
Y el aguilucho que no permite se alimente su hermano.

Alguien habría de querer mostrarte cosas
Tocar al tiempo al tocar tus manos
Beber lo fijo del infinito al beber de tu cuerpo
Sin confundirla, fundir su mente en tu piel.

Una protesta y la exhibición del después
Libros de quejas y libros de entusiasmo
Lo vulgar riendo con fuerza sobre lo especial
Como ríe el ciego bufón sobre el camino del alacrán.
Gotas

No bastaría una vez
Para su final no alcanza su principio
Hace falta algo más
Algo que sólo estaría si se lo concibiera.

Quien empieza sabe que otro lo empezó
Quien lo termina adivina que no es lo último
Los extremistas saben que no lograron lo extremo
Y aunque lo digan, quién habría de creerles?

Y entonces llueve y el techo se erige protector
Y el brazo extendido ofrece su calor y sosiego
Y la mirada tranquila expone su calma lograda
Y hasta una sábana sabe que quien la posee no la sobrevivirá.

Un poco de estilo
El ojo de diamante rasgando el vinilo
Lo que habíamos sembrado para ampliar el recipiente
Lo que habíamos entregado para vaciar la copa y llenarla de sed.

Deberías de seguir al humo
Morder el reflejo de la luna
Ceder a toda tentación
Pero creer, sin resquicios a la duda.

Saber que la carne es blanda, y no tan débil
Y que lo blando no puede con lo blando
Y que lo duro exige esfuerzo
Como la habilidad talento.

No se trata de una elección
Sino de miles, tantas como respiraciones
Pues no hay libertad en un gesto
Sino en cada uno de ellos, durante todo el tiempo imaginable.

Para que la decisión de cada día
Defina la altura de la última
Y para que la última
No tenga que ser el reflejo de las anteriores.

Juego denso y real
Donde se zambullen los pocos
Los que en carne verbalizan la noche oscura
Y la claridad del pasado entonces resultante.

Las gotas simples, cachorro.
El detalle preciso

Gustaría desde el principio
Para que cueste trocar la sonrisa primera
Por un manantial de llantos
Así como una sola risa borra el llanto del nacimiento.

Acariciaría el vientre, y no la mejilla
Buscaría el centro y no la altura
Daría con la meta
Antes que con las huellas de sus seguidores.

Cuando se sienta posible
El blanco en el corazón del hielo
Punzando la idea de su transparencia
Los nidos que desatan la sed de sus buscadores.

En otro continente una pluma dorada
La tierra primera de los cabizbajos
El asiento de espera, el pasillo silencioso
Lo inmediato a merced de quien lo ignora todo.

Dale el puño en la nariz
Dale a beber del polvo
Haciéndole saber que el sacrifico vale
En tanto y en cuanto existan juicio y juez.

Señala que al final pudiera no haber nada
Que el final mismo pudiera ser la nada
Prueba el corazón, venciendo a la mente
Pruébale a la mente, estrujando con todas tus fuerzas al corazón.

Anota el nombre del vencedor
Y sólo ten en cuenta al vencido
Que suelen quedar restos
Y todo lo que resta suele seducir al tiempo.

Lo que tengas que hacer, SI LO DESCUBRES, hazlo ahora
Haz esa llamada, ve a votar, acude o huye, entrega o retén
Es más que parte, y no es más que todo
Es espiral que juega fuerte, que quema al fuerte.

Está ahí
Al alcance
Basta asumir la decepción
Con el pecho abierto de un tajo por la esperanza

Pues, acaso, no hay heridas que no necesitan sanación?
El viejo campo

Porque aquí ya no sorprende aunque afecta
La presión que aumenta sin pretensiones
Las ventanas cerradas por dentro y por fuera
La mole de calor que puede absorber cada célula.

Así el canto, lleno de vidrios rotos
Refiriendo a los gestos un poco torpes
Que a los ojos se vuelven motivo de lástima
Pues muy en el fondo, se sabe, se sabe bien

Que nadie quiere hacerle daño a nadie
Y que si ocurre alguno, lo sufre el débil
Lo comete el bruto, siéndolo por decisión propia o genética
Y lo que cuesta es detener las manos que buscan ser puños.

La violencia embiste la labor de la inteligencia
Más allá de la paciencia, bien o mal demostrada
Hay un estado de humores que buscan pureza
Para escuchar se hace preciso ese silencio que no llega.

Por y en el viejo campo dos almas en disputa
Y cada una con la propia, en su propia esencia
Para que nadie venga a rescatarme
Y deseándolo para vencer al deseo.

Raíces y hongos, fuentes del veneno
Laborando con lo letal
Enfermizamente sin miedo
El recuerdo de una cuchilla atravesando una sierpe.

Vale menos el mismo demasiado
Por dar una vez en el centro se exigen otras tantas
Y relucen las armas, y relucen los músculos al sol
No se aprietan los dientes, no se aprieta el puño

Hace tiempo se trata de aguardar el momento
Dado los contendientes no se trata de aciertos
Sino de errores involuntarios, donde cede la voluntad
Ahí, exactamente ahí donde se erige el magnífico edificio de la resistencia.

Por un viejo campo, viejo de veras
Un pedacito de algo
Que alguno diría: déjalo pasar
Que otro diría: no lo abandones

Y que aquí se trata de poseerlo
Y así, entonces, arrojárselo a los cerdos
Como se arrojan sonetos
A las hienas sedientas de metáforas.
Romántico

La historia comienza con descripción
El muslo por un descuido descubierto
Su vientre intenso develado por la intuición
Y claro, el antiguo aviso de una posible perdición.

Se ha esperado el momento, por años
Y al abrir la puerta el corazón reboza
Miedo y coraje se entrelazan en brava danza
Ante la presa que puede no serlo, se alían.

La obsesión se abre paso, y queda atrás
Sin importar la estación el aire quema
Ningún cansancio cuenta, no se duerme
Las vueltas son alrededor de uno mismo.

La imaginación ni siquiera considera su concepto
La imagen es clara, su ausencia infinita
Sólo el futuro mantiene firme el avance de las piernas que tiemblan
Bautismos y funerales, quedan, quedan, quedan incrustados en un muro.

Tan poca es la muerte hasta entonces
Y tanta es la vida que lo hace posible
Que la razón se evade, y la fe surca la roca
No basta el agua, es precisa la lava.

Nada como sujetar una muñeca
Nada como superar una torcedura
Fuerza contra fuerza, enfrentamiento cruel y crucial
Vencer un instante o arrastrar por siglos la derrota.

Fácil, poco por todo
En los subtes
La noche de concierto
Las copas mal tomadas.

Los detalles de la alta costura
Los pormenores de quien conoce la miseria
Una almohada que aguarda a su cabeza
Y el guardián que por años la supo cuidar.

La versión del Génesis, la imposible
Donde no hubo un primer hombre
Sino un primer niño
Que miró al cielo, y aunque no lo entendió
Le sonrió, como sonríen los hombres, cuando recuerdan su alegría.

18.12.02
Disculpas

Como tenía razón, perdí la paciencia
Violenté la tierna estructura de sus mentes
Porque aunque fue más de lo soportable lo que aguardé
El esfuerzo que desplegaron no fue hacia la comprensión.

Aún así, tuve que pedir disculpas.

Mas que quede claro, logré lo que quería
Que muevan sus traseros amantes de sus sillas
Que por un instante sientan la esencia de la verdadera presión
La que una vez iniciada jamás puede ser detenida.

Yo, solo, sólo usé la mitad de mi vida en unos minutos
Ignoro si con lo que hice cambiaré sus vidas
- y la historia dice que no cambiarían nunca -
Pero al menos les cambié el día, y su manera de mirarme.

Pensando en el tiempo que viene
Todos vivimos el momento que está pasando
Donde el rebelde soy yo
Donde lo que hago no es lo que suele hacerse.

PERO, más temprano o más tarde
Habremos de volvernos a ver
Con la sangre fría, que yo calenté
Darán de nuevo con el torrente de mi incendio.

Y de nuevo, con poco filo y mucha fuerza
Los detalles más precisos, la historia real
El recuerdo del pánico ajeno, partiendo del propio
La exposición veraz, la que ensordece.

Por supuesto, frente a testigos
Para que sea abierta la certeza
De que el ritmo de uno difiere del ajeno
Y que así como alguien tiene que aguardar por todos

También alguien tiene que empujarlos
Como se empuja una mesa llena de mercancías
Como se empuja a un supuesto contrario
Y entonces DEMOSTRAR que cuando uno empuja

DEBE saber sostener.
Y poder decir: oye, si te gusta lo que miras
Acaso falta algo para que lo seas?
Y comprender que cualquiera sea la respuesta, sería correcta.
Viernes

Después de Júpiter, Venus
El día que comienza a medianoche
Y no los actos en la noche de ese día
Claro efecto de lentes que no encajan.

A pesar de todo, es aquí y en privado
Donde sigue tejiéndose todo
La ermita frente a la catedral
La desnudez frente al hábito.

En el ansia por lo inmenso
Se recuerda a la perla, protegida
Aprisionada pero no prisionera
Libre desde el momento que vive su esencia.

Fija en el papel un poeta su imagen
Al vuelo lo hace esclavo
A cada instante le da un momento
Y hace su vida de un salvaje rebaño de palabras.

Cada hoja palpita y respira
Y está dispuesto a quemarlas todas
Por cada hora que escribe
Otras dos recoge leños para esa fogata.

Escribe para él, apoyado por los muertos
En su retorno se extravía
Y mientras golpetea teclas
De propósito va martillando corazones.

Lo que tiene asfixia
Alienta lento lo que le falta
Y pudiendo que esté en lo mismo
Hay quien se resiste a la cacería.

Se negaron a seguir volando las mariposas
Decidió la rosa ser negra
El niño dio muerte a su hermano
Y las palabras se fueron

Les quedó el recuerdo del miasma
La imagen del duro tratar
La leyenda de una comprensión
La huella que no sorprende, que duele porque existe

Que existe únicamente para señalarse
Para mostrarle a las cosas que estuvo ahí, de paso.
Sin telas

Rasga el silencio la oscuridad
Sin ella la voz es distinta
Todo lo demás es conocido
Pues su carencia lo abarca todo.

Tan tremendo el dolor
Tan grande la angustia
Que se accede a la desesperación
Y se hace posible la paciencia.

Dado el nuevo mar
Se busca aplacarlo
Hondo se respira
Y es por tensión que la piel se vuelve tersa.

Se perdona al rival
Y se perdona la propia vida
Se perdona todo
Y todo por intentarlo una vez más.

Pasa el tiempo, y pasan los tiempos
Otras figuras y otros roces
En el humo y en la noche
Donde el águila y el tigre no llegan
Donde llega, solo, sólo el hombre.

El lienzo se tiñe de sangre
La furia contenida, prueba sus cadenas
El catre de la anciana detiene
El imposible juega con sus dagas.

Tiene nombre
Lleva música su grito
A oscuras se busca la luz
Aprieta el pecho su verdad.

Cascadas rompiendo el corazón
El desove de los peces sin ternura
Hay escape y huida
Hay gestos no vistos

Una boca y dos manos
El manco y el mudo
Hay querer tocar el infinito
Hay el alma que lo exige

Y ella no está.
Ladran

El poco más, cuesta
Suda la frente
Poco recoge la mano
Y se sigue.

Entre garabatos lo hizo posible
El ceño fruncido
La voz que le fuera otorgada
Que decidiera aceptarla

Como se acepta una misión
Dejando todo de lado
Por el brillo que impuso la obligación
Por el orgullo del peso soportado.

La respuesta brutal
Donde no tienen cabida las caricias
Cuando es boca abajo
Y es el acero el que busca a su mano.

Alguien sabría
Lo diría al viento
Lo ocultaría la lluvia
Lo ocultarían los lobos.

Se parte algo dentro
Sangra el dolor extremo
Corre la pena por la cara
Resisten los ojos, con conciencia

Un poco más.

El suelo atrae a las rodillas
Ceden, y la mejilla ofende
Se es humano y se es vida
Se soporta y así se impone.

Breve es el gesto del brazo
Pero profundo como el abismo
Breve son los labios
Pero exactos, tanto que cortan, cortan, cortan, cortan

Y así cuentan
Que saben contar
La vez que dudaste
La vez que mordiste
La vez que rozaste el sueño de lo que eras
Que sigue aguardando.
Sonidos

Saber que sucedería
Evitaría perder la piel
Dolerían las luces
Pero no se llegaría al llanto.

Sería entonces el acompañante
El que protege la luz de tu juego
Aquel que cuida que te diviertas
Y el que facilita la mañana de labor.

Bastaría con que me mires
Respondiendo con una todas mis miradas
Una posibilidad, por sobre todas las certezas
El sueño de Abel manifestándose en el día.

Mientras tanto, mis pasos en la cetrería
Provocando erisipela en los no aptos
Ir perdiendo los colores entre la hierba
Sentir la no prisa del llamado de la fuente.

Voy hacia ese día
Donde sentiré los pasados
Hacia el remanso de tu ser
Bajo la tormenta de tus ausencias.

Mido mis actos, mis excesos
Sin lograr confundir a mi mente
Me lastimo un muslo
Y porque duele me obliga a caminar.

Viéndote danzar
Ir a por jóvenes furias
La garganta también seca
Y el brillo de los ojos distinguiéndote.

El hielo justo entre las nubes
Un rostro mirando desde otra ventana
El anciano que todavía puede soñar
Y la caravana que con bravura sigue elevando al polvo.

Habiendo estado aquí
Con la piel de miel
Garras convertidas en manos
Interrogando con el corazón
Abriendo su historia como se abre un puerto.
Todos estos años

Discutiendo la citara
Tentando rasgar el tiempo
Abriendo imágenes en la mente
Desesperando el sentido a todo.

Ahogando o extraviando ilusiones
Buscando lo prohibido
Lo que se oculta bajo la piel
Lo que se esconde tras los ojos.

Con el corazón sin su palabra
Por la ley del más débil
Con la razón del irrazonable
Partiendo apenas llegaba.

En la sed por conocer
Y en lucha contra la memoria
Acallando suspiros
Atendiendo los cables del alumbrado.

Amaneciendo con una convicción
Esperando paciente por la noche
Llevando en la garganta la sensación
De que uno de estos días pudiera no poder más.

Haciendo como que irías a volver
Diciendo que más allá o aquí lo harías
Y que por una vez nadie más sería considerado
Y que por una vez la duda sería desterrada.

Escudriñando la posibilidad de los momentos
Observando la convergencia de los astros
Anotando los ciclos económicos
Contando monedas ajenas y propias.

Sin poder volver atrás
Con la obligación de continuar
Con alma pobre y lastimada
Cubierta siempre por una coraza insoportable.

Callando lo más sincero
Tratando de sanar lo imposible
Comprometiendo un respirar
Liberando de efectos noches enteras.

Todos estos años, buscando.
Puta

Llenó de arena mojada la cama
Clavó su pasado en sus ojos
Mordió en la fruta del odio
Dispuso el crimen.

Tersa la piel, duro el corazón
Ropas llamativas bajo las estrellas
Desconocería la flauta y el candelabro
La copa de vino y la mentira sutil.

Llevó su vida a cuestas
Como tantos, se bebió su propio llanto
Su secreto fue su niñez, nada más
Sin querer, sin quererlo, entregó el futuro.

Por dinero, capaz de salvar una depresión
Rota la fe, destrozada toda esperanza
También tendió los brazos
También cayó para volverse a levantar.

Quiso la historia hacerla fuerte
Darle cabellera y un puño duro
Lo que ella quiso nadie lo contó
Nunca nadie quiso saberlo.

En el estanque aguarda el agua
El polvo va cumpliendo su tarea
Y en el aire algo parece quebrarse
Se empujan los instantes, se forja lo puro.

En el bolso, unas monedas, pocas, siempre pocas
Pero que alcanzarían, esta vez, a los ojos de los dioses
A los ojos de los jueces, de los hombres, y hasta de las águilas
Esta vez alcanzarían, para comprar un frasco de perfume.

Una vez más el escándalo
De nuevo la crítica y el rechazo
Otra vez la negación
Las manos que apartan con dureza

Tanto, que algo inmenso las descorre y las detiene
El Hijo que vivió la misericordia
La carne que valora la carne
Dándole valor a cada una de sus lágrimas

A cada una de sus intenciones
A toda sus historias, una tarde, entre la gente.
Mientras

Ya vendrían o estarían
Desde lo hondo, daría igual
Muertas las expectativas
Nada más que crepúsculos avanzando.

Puede que cada uno de nosotros
No esté más que esperando por su muerte
Haciendo cosas, o no haciendo nada
Y que todo esto constituya un secreto grave.

Puede que en cada telaraña
En realidad se vaya tejiendo el destino de naciones
Que no lo entienden porque no lo saben
Que basta un descuido para quedar atrapadas.

Puede que las tejas no quieran a las nubes
Que pierdan su voluntad las estrellas
Que las cartas siempre hayan estado marcadas
Que toda imagen siempre haya sido una mentira.

Pero puede que no.

Quizás todavía logre el sol
Sentir amor por un niño
Puede que el niño lo sienta
Que algún hermano lo vea.

Quizá todavía sea posible
Una buena voluntad
El gesto que exprese que falta mucho
Pero que no faltarán la ayuda.

Y habría que creerlo
Y predicarlo tras vivirlo
Alcanzar los estandartes
Y sobrepasar sus símbolos.

Aprender a abrir los brazos
Y captar la fuga del universo
Hallar el camino y aceptarlo
Dejar que el alma intente su vuelo.
Físico

Sin sal en la comida
Porque no había comida
Frente al espejo
Cansancio versus anhelo.

Viaje del cuerpo o el de la mente
Los lugares a los que llega la intuición
Y aquellos para los cuales preparas las maletas
Y para todo un calor intenso.

Se invoca, y se deja ver
La salida que es entrada
Que no tiene dimensión
Que se siente lo abarca todo.

Cada nota coincide con lo imaginado
El cuerpo pide tensión
Algo ya le había negado el descanso
Accedió al reposo, de nuevo quiere.

Patología positiva
El verdadero sabor de la fama
Lo que se dice a escondidas
Lo que se mira de soslayo.

Dentro de la prisión
Donde uno es el que aprieta
Y la sed es provocada
Fraguando horas.

Puntos oscuros al costado
Objetos que brillan y pasan
Tiembla la liviandad del piso
Todo es frágil, demasiado frágil.

Juega la apariencia
Oculta su esencia
Una sola resistencia
Señala todas las posibles

Una sola visión justifica las miradas
Dado el círculo habilita el centro
Se vuelve necesario ir
Es preciso aquietarse a mitad del bullicio
Hay que unirlo todo.
Llorare

                                                                  Estaban del otro lado
                                                                        Al otro margen
                                                             Del otro lado de la vereda
                                                   No tenían nota, no tenían familiares.

                                                                      Y siguen estando.

                                                         A veces consiguen un abrazo
                                                      Saben lo que son, en donde están
                                                                  Saben les cuesta más
                                                            Y aún así, a veces, sonríen.

                                                        Y es cuando ocurre su alegría
                                           Que dentro mío algo grita que no puede ser
                                                         Que no es justo y que es real
                                                       Y ni siquiera lo quiero escribir.

                                           Es mirar a los costados en busca de alguien
                            Que cruce no el río, que para eso están los poetas solitarios
                                         Sino que cruce el pantano y atraviesa la lepra
                                   Y ver que no hay alguien, y ver las propias piernas.

                                      Es sentir que no tendría caso siquiera intentarlo
                                     Pero también tener las fuerzas para contradecirse
                                Contraponerse y enfrentarse y lanzarse a la sucia tarea
                          Con una señal antigua grabada en la frente, la de la venganza

                           Marcar en el principio la lucha que también habrá de darse
                                                Contra aquello que fue lo que impulsó
                                                 Buscar desenfrenadamente al asesino
                       Para que esté en las manos su día, y que la opción sea dejarlo ir.

                                                                          Del otro lado.

                                                  Es más difícil para los marginados
                                                 Se respira difícil cuando se los sabe
                                                 Siempre vienen a la hora de la cena
                                      O cuando empieza el día, en la brillante mañana.

                                                  No corren, no caminan, no van, están
                                                      A ver quién hace algo al respecto
                                      A ver si alguien, por querer mostrarles a alguien
                                       Termina, al final, por fin, realmente viéndolos.

                                  Con la única mirada que puede llegar a ser verdadera
                                               La que implica la humildad de aprender
                         La que por desesperación accede a la fe en lo más alto de todo
          Y que destroza el corazón para enseñarle que con caridad puede ser repuesto.
En mi contra

No tendría fin la extrema quietud
De guardar tu rostro en mi soledad
Soñar con tus manos en la duermevela
Aunque nunca estés...

Como aquel cristal de tu dulce risa
Que habrá de volver.

Y al buscar tu esencia
Entre tanta ausencia
Queriendo que al río
Lo puedas cruzar

Abrir los caminos
Que saben las flores
Habrás de vivir...

Con la cara limpia
Del ave que emigra
Para regresar.

Y la noche entera que siempre te llama
Cantando tu nombre como realidad
Le dice a los soles en grave silencio que estás por llegar.

Y mi piel de niño que ya fatigó
Los senderos solos del tanto aguardar
La llama que clama los labios que llevas
En medio del mar.
Jugado I

Gritan bajo el escenario
Arde todo el subsuelo
La gente sigue siendo torturada
Pero esta vez, por la misma gente.

Llueven latigazos
El que lo porta es incansable
Basta un bar y una carenciada
Lo poco que tengo bastaría para todos.

Abren sus ojitos los psicólogos
Corre por agua caliente la monjita
El párroco espera ansioso tras su escritorio
A algún biógrafo le late más su corazoncito.

Fuego y vendabal
Quizá la palabra soez?
Quizá la voz de la psicosis?
Es posible en diciembre, es sabido.

Pero, acaso ahora contarían las fechas?
Mantener la calma sería más difícil
Pero como en la dificultad hay tentación
Si uñas tiene no se queja quien padece picazón.

Así que hagamos lo siguiente
Démosle reposo a todo dogma
Elevemos alto el almanaque
Y juguemos en serio a lo ridículo.

Que los marines recorran Clínicas
Que una vez más entreguen los juguetitos
Que abracen a los pequeños y enjuguen sus lágrimas
- ya sabemos que si de ellos dependiera les rajarían el cuello -

Y que el tuerto de turno
De nuevo salga a decir
Con la reglamentaria voz temblorosa
Y con la mirada puesta al sucio techo

Que aunque no es mucho, es algo
Y que así, una vez más, quede claro
Que hasta una puta y una viuda
Pueden más que unos soldaditos importados.
11  sin prisa ni metas, en diciembre
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11 sin prisa ni metas, en diciembre

  • 1. Las otras tierras Qué importa si soy ese que viene De una tierra donde danza el trompo Apoyado en un clavo de acero Al igual que danza una espiral apoyada en su filo? Captados algunos sonidos, de furia o remanso Y vencida la premura por hallar lo más idéntico Un trozo, grande o pequeño, de la propia historia Con sus intenciones parecen converger con otras semejantes. Aquello que por fuerza de espacio y tiempo humanos Aun colocado en un sitio emocional que marca una distancia Invita con dulce gracia a una entrega que significa posesión El gesto apenas comprensible por el que se roza una identidad. Mas no hay dueños, al fondo de la calle no los hay No es propia la tierra, la patria o algún afecto Y si difícil es entenderlo, mucho más aún aceptarlo Así como es verdad que no es tan sencillo rasgar un corazón. El arquitecto diseña una casa que será ajena O diseña la propia, que no podrá vencer a los años Y con cuatro años encima le pone una chimenea Y con veinte, si los vivió, agrega compañía. Los espacios cerrados, como los oscuros Se van tornando necesarios, de cuando en cuando La pradera, el mar y el desierto no dejan de estallar Pero más allá de los ojos y los oídos, también cuenta la piel. De manera que viendo o no el acto de la limosna Escuchando o no la voz que se había pretendido También sea posible con tan sólo un roce Revivir hasta lo respirado por quien pisó las otras tierras. Qué importa entonces si acierto o no Que alcance alguna meta o desestime alguna prisa Si hasta una nube busca su propia sonrisa Cuando tanto artista por fin desiste de nombrarla? Se hincha el pecho, la carga es conocida Algo impulsa a la razón a buscar un motivo Y aunque encuentra miles, la explicación falla Pues todo ser razonable sabe que el fin siempre está cerca. Sentimientos limpios, y hasta quizá la trampa de la risa Un aparte entre tapa y contratapa Un desliz de las exigencias Allí donde duele, pero que no llega a quebrar.
  • 2. Tras oír la plegaria, azota su historia Mas dadas las espaldas conviene usarlas de manto No vaya a llegar al odio el inocente No vaya a quedar el esfuerzo sin medir su dimensión. Que es diciembre Y sin prisa Ni metas Alguien intenta hablarse. 02.12.02
  • 3. El estrecho camino Mirar al costado fue mucho Comprender cansaba, pero compensaba El límite del esfuerzo haciendo sospecha Los años, pocos, refiriendo a un león apenas adulto. Una súplica que adquiere una forma de danza Como un sacrificio que huele bien El arte volviéndose semilla El estrecho camino que conduce a la gruta donde habita la fuerza. Pendiendo de una cuerda fina, pero resistente En medio del fuego con los ojos helados Con la sonrisa desplegada, a pesar de sus pesares Como una mirada que se mantiene atenta bajo la tormenta. Siente la derecha, su forma de pasión Los destrozos en los campos de concentración La tibieza de un regazo prohibido La ley que gobierna cuando sólo el entretanto es posible. Persistirían las trompetas Y el rico seno de las madres Aquellas lanzas donde habitó la generación Y la furtiva mirada del que quiere cambiar lo que lo rodea Pero no será todo, y si mucho, no será demasiado Pues, siempre habrá espacio para la gentileza Ese decir las cosas al vuelo, como si se volara Y ese hablar la muerte, como si se muriera a casa vocablo. La bandera y el primero que concibió el nombre de los colores Y el nombre de las cosas junto con quien habrá de nombrarlas en el futuro La esencia de lo que habrá de persistir, en el tiempo, un tanto más Y la intuición del lobo, y la fe de las truchas. Mientras pasa el desfile, rebosando reconocimiento Las noches que intentaron ser iluminadas Besos de cal y llamadas prohibidas Cuidadosos pasos sobre el hielo más fino. Parece que el camino es estrecho Que nada es fácil cuando todo depende de uno Pues dadas las armas, se exige la presa Y aunque la vuelta atrás está permitida, es uno quien se lo prohíbe. Para que sean nuevas las reglas Y en ellas haya más filo aunque menos astillas Cosas que para el aire sean posibles Como le resulta posible al hijo acceder al padre.
  • 4. Ir respirando, como si fuese tranquilo Con el agua contra la roca dentro Pequeñas conciencias, como púas Y aquélla desesperación, quieta entre las manos. Ir por más, para captar una detención La mudez que quiere avanzar El grito que la entretiene El juego del tiempo entre las cejas. Hay habilidad, pero se sabe no bastaría Ciertas hemorragias dependen del silente Mientras otras, enteramente del médico Y uno es los dos, y los dos, reconocidos algo más. Juego de tensión, el de hallar una vía Las piezas que no encajan, pero que son piezas El juez que no llega, y que nunca llegará Porque es la hoja en blanco quien lo detiene. Un aroma, un beso destrozado por un golpe de martillo La noche en la que el acantilado fue borrado La tarde en la que nadie fue crucificado Aquel momento en el que ningún precio osó intuir su esencia. El otro lado del exceso El de su tibieza y su fragor Donde muerde y cura Apretando y, así, aliviando. Cuando basta un suspiro para quebrar todos los cristales Cuando basta una mirada para comprender la soledad Cuando las manos se tienden, y sólo el viento las recibe Cuando el aliento no es el último, y no es el primero, y es lo que se tiene. 02.12.02
  • 5. Una parte Desde el momento en que es posible, cuesta Como gajes de una realidad que quiere ser evitada Mas al final, todo niño que gatea quiere caminar Y todo hombre que corre, en silencio sueña el vuelo. Un paso a la vez, y tras cada paso un peso Un peso que por su fatiga despierta cierto cariño Como la espada persa, con mucho trabajo forjada Como los preceptos aprendidos tras años de fatiga. Y a veces, para subir, hay que despojarse de esos pesos Cerrar los ojos para en la memoria encontrar al sol Y desde la memoria misma sospechar su debilidad Como desde la razón intuir acabadamente sus alcances más extremos. Hay una parte que quiere más, que lo quiere todo Lo enorme despierta la impaciencia, cuando no la desazón Como si de una sola mano dependieran todos los picaportes Una mano que es la propia y que está sola cuando no se extiende sincera. Si se acepta la labor, con cierto rumor de desafío Se gesta una risa distinta, un poco más llena Que al brillo de los ojos le agrega profundidad Y que al sosiego lo arropa con una irradiación de fuerza. Diez mil rostros en frente, o sólo dos Cuando se van aprendiendo las grafías Y lo que parece expandir la capacidad de percepción No es el primer sonido, ni el segundo, sino su conjunción entrevista. Un vacío en la construcción, una inconclusa obra Que parece exhibir con dolor pero sin exclamación Que algo falta, que hay una parte que no está Y la imaginación que busca la visualización de esa parte Esa parte que no está en ningún lugar Que está en alguien Que entre bambúes o boleros A mitad de la noche o en la plenitud de la mañana Siente, si se lo concede El llamado de una muda voz Que dice poco, pero que habla claro Que con sólo señalar extiende su impulso. 03.12.02
  • 6. Los juegos Habría que callar, para levantar palabras Encontrar la exactitud, para indicar lo infinito Robar un beso, para ocultar el más preciado Ofrecer el corazón, para romper el de cualquiera. Dedicarle a alguien la canción que nunca entendería Para que el músico, captándolo, lo intente otra vez Realizar el poder para comprender el arrepentimiento Besar la impotencia, para entender la esencia del orgullo. Habría que saber esperar, para escribir que no hay tiempo Vivir tanto exceso que sea posible llegar a no recomendarlos Y unos cuantos más, para estar ahí cuando otro los haya vivido Y sea posible decirle, sin vanidad, que todavía todo es posible. Negar la limosna, para que la comida carezca de sabor Cultivar el cuerpo, para olvidar el porqué el prójimo lo ignora Escudriñar páginas para poder hablar con los ojos Leer los gestos para entender que una nube difícilmente quepa en las manos. Habría que perdonar para saber porqué uno fue condenado Habría que mirar adentro para ver lo que se deja ver Desconocer el vuelo de las moscas para no recordar las pisadas del águila Decir los nombres que fueron, para imaginar los que vendrán. Ir por el mundo, para lograr de ello hacer un sitio Llorar mucho y descansar poco, hasta reír con las cigarras Obsequiar un aliento y un abrazo, para sentir que son pocos los obsequiados Dar con la siembra, mirando lirios, mas viendo la tarea. Habría que sopesarlo todo, para dar con que la balanza es humana Dar la vuelta entera para decidir partir o no Aceptar el café y las sábanas tibias, para rechazar lo sencillo de una explicación Desafiar al oro, para que sea el polvo quien le recuerde su lugar. Habría que salir a jugar, para que poco sea ganar o perder Para que volver a casa sea mucho, aunque no lo sea todo Y colgar una cruz o un icono, para no colgarse Y escuchar con paciencia, para no tener que escucharse. No rasgarnos, para saber que enteros no bastamos Intentar la meta, para que lograda, podamos testimoniar que no es suficiente Nadar el mar entero, para en la fama ocultar la huida Y mirar cómo diciembre atraviesa el pecho. 03.12.02
  • 7. Cerca Cuatro puntos cardinales, cuatro direcciones Pero cinco son los dedos de tu diestra Cuatro planos ocultos, aunque descritos Cuatros ojos, haciendo, quizá, una pareja. Los intentos que mueren antes de terminar de nacer leen: La puerta está cerrada, mas sonríe Se supone, sería comprendido mi lamento Me expone mi ignorancia, y me sostiene. No siempre genera quien obedece Lo que no estaba no siempre es bueno que aparezca Y cada cual con lo que decide que puede Un solo versículo o una Babel entera. Maravilla de los astros Un prado verde que sonríe al suspirar Las alas del gorrión que aceptan su vejez Y el perro que se aleja de casa para morir en soledad. Me cuesta tanto aceptarme Pero me cuesta más beber tu ausencia Pues esta noche, a mi lado, serías tu esencia Y lo que tengo es asfalto, bujías y un par de preguntas respondidas. Tanto me dije que no hay mañana Y tanto apuesto a volver a despertar Que muero por fuera y por dentro resisto A ver si el mar por fin logra encantar al acantilado. Digo que sería fácil, y lo siento Y la historia descubre sus púas Y mi bondad no alcanza para cierta maldad Y lo que soy todavía pierde ante lo que es. Sabiendo mis puños, sospecho vientres Los pies que me dieron, los que sangraron Me dicen que empuje, y que calle Mis manos, que tocaron sombras, me sugieren la espera. Llueven imágenes, un deseo las seca Me miento al creerte cerca Pero que sea posible me consume Y faltando poco es cuando la lejanía se yergue Y no hay certezas, y así se mide la fe. 03.12.02
  • 8. Dar vuelta la posición Tres soles fríos, como treinta inviernos La mano que sólo alcanza al aire Los labios que sólo nombran lo inefable La cortinas que ocultan la luz y las arañas. Un holocausto al que nadie asiste Y la mesa sobre la cual expones tu desayuno Tus búsquedas más secretas Y el niño que ha errado el camino. Los secretos senderos de la inteligencia Y el atronador paso de una orden La huida de las ratas y el reptar de las sierpes Cuando el silencio es quebrado por una primera llama. Sumes o restes las cosas que vi Cuando alrededor de la lámpara giraba un insecto Cuando la alegría de los hombres estaba en los hombres Cuando su dolor partía de sus hombros escasos para sus nombres. Sin embargo, ahora que no somos pocos Que puede la nieve concebir a la luciérnaga Pesa menos toda ilusión La querencia rasga, pero a sí misma se cura. Dije que lo que eras era lo que quería Y que no quería lo que era Dije que lo que era hizo posible que fueras lo que eras Dije mucho, dije demasiado, pero no lo dije todo. Acerté una vez, fallé muchas más La ausencia venció a la compañía Pero aunque algo se partía Volvía a componerse, y le dieron el nombre de esperanza. Fue canto y fue baile Las posibilidades palpitaron Crepitaba la hoguera, crepitaba el corazón El pasado era presente, y el presente una promesa. No dieron todo de sí los actores Desconocían el desenlace Supieron la sonrisa del demiurgo Apreciaron desconocer sus intenciones Y estuvimos ahí, rozando este momento. 03.12.02
  • 9. El que derrama su historia Ya no mienten las horas Hallaron un reposo los sicarios – uno breve – Y el mar se extendía bajo las alas Y la herida fue sanando, sin saberlo. Uno, por todos, logró la gloria Ayunando por quienes abrazaban la gula Absteniéndose por intentar todo extremo Yendo con los pasos sobre el hombro. Lenta la furia, mordaz el hielo en el aliento Ir empujando cada teja de cada techo A ver si las águilas se fijan en su soñador Si natura, a sí misma puede quebrarse en un acto de piedad. Pero así estaba hecho, todo de filo Con ansias y profundas decepciones En las esquinas nada más que telarañas Y en la misma calle nada más que sepulcros. En la confusión de los golpes del enajenado El prurito que lograba tensar el cuello La boca del infinito abismo sonriendo sus fauces Y un gesto cansino que pareciera perdonarlo todo. Porque si mañana no llegase a amanecer Pasada la sorpresa, y vencida la angustia Surgiría la fe porque vuelva a amanecer Y ocurriera o no, actos como ninguno implicaría. Lo más imposible del pasado Y lo menos sospechado del futuro Invitan, a veces rudamente, a extender el presente Hasta engañar al tiempo, jugando de soslayo Como juega el diablo cuando niega su existencia. Hace polvo sostenido, hace constancia Y a la cita siguen acudiendo cada uno de mis suspiros Y el cuerpo se eleva, como se eleva un ladrillo recién cocido Que del horno pasa al sol, para alguna vez, Poder llegar a defender o sostener quién sabe qué ilusión. Por los tantos días Que naufragaron en el aire Y las niñas que murieron antes de nacer Y el niño que no es malo, que es cruel, que no teme derramar su historia. 05.12.02
  • 10. Vas lejos, yo te miro Duele que no te quedes Pero place más tu vuelo No hay más que dolerte en tu ser. No son más largas las noches Por tu ausencia pesan más Aunque menos intensas, pesan más Como el vientre que ya no lleva al niño. Lo que queda es esperar E imaginar que no es eso Buscarle excusas al destino y a la suerte Revisar las heridas y fingir entenderlas. Aprender a callar tu nombre Que fue bandera, que fue puerto Sin buscar una risa sustituta Sin ceder a lo que cediste y que te ha llevado.
  • 11. El rastro Aunque ahora te necesita más Ya no te mira como antes Aunque sabes que sin ti no podría De pronto descubres que en ello no hay mucho. Algo más que la mesa llena Donde mira el corazón pues los ojos no alcanzan Algo menos que el corazón repleto Pues tan amplio es que hasta para el sacrificio tiene espacio. Los planes son menos extensos El día es rico, mas ya no ambicionas la noche Sientes el calor de la llama, y aunque quieres más calor Los pasos que no diste hacen que ahora no intentes unos nuevos. Ruge el campanario furioso, violento y joven Bebe en su llamado la importancia de su tarea Acariciado por la lluvia, el frío y el intenso sol Boca abajo reposa sus hombros al cielo, y no lo ves. Ya las manos no se juntan sobre las veredas Y un cuerpo recibe al otro, como pan justo Mas ya no como el trofeo al final de la batalla Cuando un solo paso hacia delante arriesga todos los anteriores. Pero son cosas que pasan Unas veces en Belfast, y otras en Asunción Lo atestigua el viento más antiguo El que corre entre los que se han creído vivos. Va pasando el calendario Y bajar la mirada puede que no se haga difícil Los rostros se gastan, cansados del espejo Todo es poco, y no se intenta más. Sin embargo, hay un breve detalle Algo pequeño, solo un rastro apenas visible Que dice a quien quiera prestarle atención Que vale más romperse el alma que cuidarla Que detrás de cada blanco secreto hay una maravilla Y que la mayor resistencia es la que separa dos opuestas Y que si ello se logra una sola vez en toda la vida, basta Pues es así que empieza la trama de lo perdurable. 05.12.02
  • 12. Te busco cuando escribo Y cuando sueño te busco más A ti y a tu sed es que persigo Y es por tu locura que resisto. Con mis nervios al extremo Con mi historia en los bolsillo Empujo el mundo y el tiempo Por la esperanza de hallarte. Ya me conocen los rieles Y suelen murmurarme las lechuzas Conmigo te buscan las palomas Pues, hasta mi soledad te necesita.
  • 13. Camino a la locura Donde moja el calor de la lava Apoyo mis pies con firmeza Mirando de frente el sitio de la locura Donde gritan de terror los extraviados. Suda la espalda y suda la entrepierna Se ara un cuerpo con desenfreno La mente se evade a golpes Y el rostro resiste la embestida de la entrega. Almas rojas danzan a mi alrededor Cada vientre clama por un puñal que los raje Quema los ojos la visión de los dolientes Retumba en los oídos el fragor de las batallas silentes. El fétido aliento del que quiere poderme Un tambaleo adentro por lo nauseabundo Un poco de resistencia, el triunfo de la calma Antes de la condena, el espejo descubierto. Con lo justo, al límite A la sombra del secreto llanto de los buitres Durmiendo sobre las espinas de canciones terribles Que por elevarse señalan el bajo plano del que provienen. Quizá sea demasiado Puede que no basten las manos llenas Ofensas y perdones hacen su danza sanguinaria Testigos y jueces casi terminan por encorvar sus espaldas. Cuando peor que realizar el desafío Es vivirlo sin tomarlo ni por un solo instante como tal Cuando se destroza veinte años de estructura Por dejar entrever una pequeñísima parte de la esencia. Llama y espera, enciende la persistencia Abre el pecho rajando las venas Y el río no se seca, al fin puede probar su abundancia Busca en la muerte triunfarle a su sentido. Un tigre a mi lado, y a su lado un lobo viejo Entre las cenizas de otras existencias El antes de la marcha sin alforjas Con la sonrisa que sólo captarían las flores. 05.12.02
  • 14. La diferencia entre un lunes Y un domingo de lluvia Me la ofrecen lo que llevas bajo las cejas Una cuchilla dulce, dos palabras. El viento lo tienes en el pelo Que entre mis dedos se hace agua Como trigo que llega a ser pan Que nutre al hombre tras nutrirse de la tierra. Lo que tengo no es mucho Cabe en un pecho Pero quiere habitar en dos Y es tu sospecha, los pasos que aún no das.
  • 15. Un simple alguien Todavía el humo de las fogatas mañaneras Cuando el paisaje irradia sin preocupación esperanza En el momento en el que es posible una alianza Una tregua, o la más alta de las reconciliaciones Los perros más queridos eran ajenos El caballo más bravo tenía quien lo cuide Enjaulado el ruiseñor en otra estancia Y hasta las nubes se derretían sobre un campo lejano. El aire besando las gaviotas El abrazo tierno y cálido que no se posee Que sin venderlo fue ofrecido Como ofreció la viuda al entregar su última moneda Sabiendo que en lo que daba se daba Por una promesa de la cual no tenía certezas Pero que necesitaba realizarla, porque en su ser estaba La fuerza que como una columna espiritual resiste a cualquier imagen. Me dirán que lo sabías, me dirán de todo Mas no siempre al mundo le basta el mundo Suele suceder que el oído logra su escudo Que un libro impreso se convierte en cofre de un par de pétalos imposibles. Si quiero, aliviano la tarde Si quiero, yo le muerdo a la sierpe Cedo, retengo, o me expongo Y todo, todo, sabiendo que no tengo nada Que ni siquiera soy mío. Mis amigos, los estoicos Los visualizadores de partos Cuando se asiste en el avance Y el trance no se desvanece Un solo dedo en el arco iris La luz en los dedos y la sal en el cuerpo La vida como herida que resulta en señal Los pasos doctos de quien sonríe en las trincheras. Una sola nota destroza el silencio Una sola palabra resquebraja la hoja en blanco Y tal espectáculo lo hace un hombre Un simple alguien que le busca el cuello a su destino Mientras tú sonríes, como si todo fuera cierto. 05.12.02
  • 16. Bajo las rocas, donde arde el calor Después del mundo, después de todo cielo Perdida y recuperada el alma Con los ojos solos y las manos quietas. En la presión de la sangre Y por la memoria del primer recuerdo Latente aún la última danza de las dagas Todavía la voz, y la sospecha que marca. El difícil presagio, el tuyo El agua que no llega a convertirse en nube Mientras la sed le hace compañía al peregrino Arrasando su boca, como arrasa el sol su camino. Bajo las rocas, forjando un regreso Conteniendo los latidos que buscan la vida Haciendo una pausa y una nueva carrera Cuando resplandece la estela que sabe tu nombre.
  • 17. Una historia de cazadores Desde entonces, sin tiempo Prescindiendo de títulos Por sentir supe que valdría cada vocablo Ya en la tarde de la infancia, donde los cuervos no llegan. Espinos atravesados en la garganta No alcanza el aire para tanto pecho Y por aquietarse tiene prisa el alma Como si sólo logrado el cansancio pudiera descansar. Desplegada la vista, no se trataba de un velero solitario Sino de toda una flota que había trabajado su invisibilidad Fuera del alcance de las flechas incendiarias Hacia el fuego mismo, o hacia el final del infinito. Haciendo trozos que discuten su finalidad Que a cada paso plantean una y otra vez la duda Como vestigios de la frágil, aunque crucial lucha Del motivo de la partida y del atractivo del último puerto. Los soles que fueron amargos, el café con leche La pesadez de la mañana cubierta por la depresión El muro del lenguaje sonriéndole a las manos inexpertas Y como alimento tan sólo la furia de la ignorancia. Horas sórdidas, donde una fatiga, que no era tal, Lograba seducir los oídos entonces inocentes Breves caídas, pero profundas, con la edad de un niño Al menos, eso se dijo, pues no podría aceptarse otra cosa. Juega con el suspenso el trapecista Poco le importa la red o la cuerda Tiene los ojos puestos sobre el límite Un mundo separa lo que espera el público de lo que él busca. En igual medida no es en todos Mas cada cual recipiente, instrumento El uno para rasgar, el otro para volver a unir Alguno para el por qué, algún otro para el para qué. Mas, unidas las piezas no acaba la obra Mas, ante el todo hasta una parte tiene gracia Mas, queda lo más enorme, el último instante Mas no importa, ya el primero fue besado. Parece saciar el perdón, y al cazador, entonces, Le es concedido abrirse camino una vez más No por lo que vaya a llegar a lograr Tan sólo por el espectáculo de sus ojos cuando no mira atrás.
  • 19. Quatro Del frío, no es sinónima la lluvia Lo saben los ladrillos más expuestos Los que fueron hechos por los del campo Y que fueron colocados por los de la ciudad. Nunca se busca la tensión Es un resultado, que implica consecuencias Y entre mirar de lejos y mirar de cerca No hay como mirar desde y al centro. El vaivén de una hoja seca que cae El fémur comparado a una rama seca La hora que busca al tiempo, y el tiempo tendiéndole burlas Instante en el que el niño anhela por primera vez su espada. Es más de lo que se puede, la primera vez Como precio que habilita al deseo de rectificar la falta Pues nada como estar en deuda para imponerse el esfuerzo Nada como infligirlo a quien no podría captarlo. Como se creyó, se espera se crea Pero así como no siempre es necesario No siempre es suficiente el ejemplo Y así, con marcas, la vida, aunque solitaria, se hace llena. Un pergamino de palabras antiguas Arropa el sueño de los buscadores Como un manto orgulloso de serlo Pero capaz de beber sin resentimiento el dolor de no ser captado. Momentos en que la naturaleza entera suspira Sin que sea necesario el dormir o despertar de los seres que comprende Derecha e izquierda en el reposo de un mismo anhelo Anhelo sin drama, sin límites, más allá de los gestos. La pequeña lágrima, o un río de ellas La esencia vista desde cinco mil años posteriores El cuándo, superando a su artífice Y el artífice, en la mente del observador, luchando contra su obra. Disonancias precisas, empujes en los oscuros pasillos Los murciélagos y los muérdagos Cuatro semanas para navidad Cuatro espacios en el pentagrama. 07.12.02
  • 20. Un día exacto En su nombre pretendía encontrar su fondo Mas aunque el fruto no suele alejarse de su árbol Es posible que raíces diferentes se enlacen bajo tierra Aunque no frecuentes, rapto y ciencias menores son posibles. Al borde, pudiera exigirse demasiadas cosas La boca que bebió el sudor del cuerpo que la porta Quiere decir que fue difícil y, con orgullo, que no fue justo Quiere, y si llegara a decirlo, quién no la entendería? Pero calla, la inteligencia suple al temor Intuición y fe se dan la mano tras bambalinas Reconocidas, se hacen una; filo y golpe Unidos los ojos a la mirada, haciendo del aro iris un puente. Parado sobre una piedra sé que lo que vi es pasado En algún momento fue mi futuro Desnudo, entre los tigres Aprecio la sangre y la ceguera. Huelo tu desesperación, tu quieta soledad de grietas Lucho contra la lástima y contra el exceso de toda carencia Lanzo cuerdas al vacío apoyado en un acantilado Bebiendo la posibilidad de que bracee en el limbo. Nadie me toca, extravié los caminos Pero tengo los boletos de avión Me conocen los hoteles, y una hinchada Y no hay crepúsculo que pueda con mi cansancio. Va que te deshagas, y que logres quebrarte Que como fuera escrito recojas los pedazos Y que entonces sonrías con más brillo que antes Con la mano llevada al corazón, y la sonrisa rasgando la luna. La danza que ofreces dibuja la que esperas Del otro lado de la montaña, también escalabas Sangraron tus ojos, sangraron los míos Y el camino, hecho, sugería el no pedir nada. En un final, espalda contra espalda Como sólo los que estuvieran ahí lo llegarían a comprender Dos distintos de la mano La precisa belleza de no tener que nombrarlo. 07.12.02
  • 21. Errado Un escándalo de luciérnagas Sublevadas las cigarras De fiesta las hormigas De huelga las abejas. El diccionario entero sin acabarte Las nubes sin llegar a saber tus senos La salvación que no es pretendida Los labios de carne, los que luchan con tu corazón. Ser mucho para quien no lo es tanto Ser lo justo o ser algo menos La vez de tu existencia El errar caminos porque no habías. De un golpe echarte el peso de quererte Mirar mi historia y mirar una sola noche, contigo El puñal del hielo que pudiera rajar el muro de acero La valentía más extrema, la que se sueña y luego se respira. Que tengas el cuidado de no abandonarme Que sonrías la bravura de exponerme al infierno Que me exijas lo que ni yo podría Asumir que estés, y que existiendo impongas mi existencia. No alcanzan las alambradas Poca es la luna, un solo brillo la baja Una voz que dice avanza, y otra que dice detente A quién preguntarle la respuesta? De todos modos, pudiera estar errado No siempre se sale una chispa de la fogata A veces existe el imposible A veces, no es posible ganar una sola vez. Duele entonces la montaña Duele el cielo, y duele el mar Duelen las cosas muy anchas Porque queridas, no se pueden abarcar. Aceptan las rodillas, entonces, el polvo El vacío abraza Consuela la quietud Y aún así, queda una ficha Y lleva el nombre que no casi nunca se nombró. 07.12.02
  • 22. Me llamaron desde las estrellas Para recordarme que el agua es más que agua Y que lo que diga y haga debe, con precisión, Ajustarse al mecanismo del reloj que debo construir. Contesté como mejor sé hacerlo, con una mirada Y dije que estaba bien, que seguiría ocurriendo Mas que puesto a imaginar, con cadenas de oro Por mi cuenta y riesgo rozaría la libertad. Después fue lo de siempre El yugo haciendo su tarea en mi cuello El silencio de las canaletas cuando no llueve El susurro del hielo advirtiendo que puede quebrarse bajo los pies. Y sigue fiel el deseo que persiste Como persiste mi obediencia, y persisten mis sueños Hecho de búsqueda impuesta por la sed Que siempre estuvo y que logró ser aceptada. Con lobos compartí mi mesa, y en su momento sonreí Y por decir que el enemigo era el tiempo, a todos, los escuché Recogí sus palabras como se recogen monedas caras Y tras pagar por ellas, las obsequié, una a una. Acabó la noche, el horno esperaba Las manos tentaron las gafas No hubo nadie al lado En la puerta de la habitación seguía colgada una esperanza. Recordando los ojos de alguien, todavía por venir Fibras de piel explayando el cansancio El suspiro que absorbe el mundo y deja expresar el alma La piedra bajo los pies y la confesión del espejo frente a los ojos. Hasta que el día cede un respiro Y con alegría presenta la noche su batalla Lo simple lo rodea todo Lo que no lo es llega a entenderlo.
  • 23. Llegado el tiempo, dos primaveras Las madres abandonaban a sus crías No se cansaba la luna de girar y girar Y aunque te incluía, no hacía que vuelvas. Atento, escuchaba el silencio Las horas bajo mis dedos Mi destino jugando con las estrellas Con un cariño que no daba con su espacio. Compartió conmigo sus secretos el viento Sin notar nunca que eran menos que los míos Y todo lo posible fue continuando Bajo el mismo sol de Lea y Raquel.
  • 24. Apenas puesto el pie sobre el campo de guerra Todo guerrero sabe que la penúltima batalla Será contra el cansancio, contra el propio límite Así como en su principio, cuando podía aceptarse o no. Los más bravos siempre son aquellos Que cuando niños no fueron tratados como niños Y aunque del todo nunca dejan de serlo Es con ellos que ciertos pasos se hacen posibles. Sabe el visionario que deberá marcharse Para poder esperar hay que adelantarse Así como para adelantar se debe aprender a esperar Haciendo de dos un uno móvil casi inasible. La tensión de la garganta del cordero Sostenida más con precisión que con fuerza Generando el marco donde la hoja hará el dibujo Que incluirá el último suspiro del que será alimento. Se le vacían los ojos, mas no la mirada Un tanto se resiste, alguien no desea esa forma Siente la necesidad ajena, que satisfecha será alegría Los prados que pisó le llaman por su nombre desconocido. Mas tarde encenderán las brasas Será puesta la mesa – el menor de todos la bendecirá – El ayunador una vez más lo comprenderá Desde su atalaya parecerá sonreír. Las luces entrevistas desde el encierro La profunda pena que no cabe ni en los mares Una lastima capaz de hacer arder los polos Que la contiene el pecho del silente. Había callos en los dedos del bajista Señas de trabajo en el rostro del vocalista Muchas cosas se unían por una distancia El andar sencillo con el sol en las espaldas. Más allá del centro Donde los círculos se confunden en la risa inaudible La mano que roza una sierpe Los labios capturando una abeja.
  • 25. Libre de hacer, incluso de liberar Las puertas de hierro, la de las luces Y antes el rechinar de la de madera Que dice “cuidado”, al tiempo que sonríe. Del asfalto rebotan gotas de agua Como perlas sobre una espalda espléndida Lo atestigua el viento que no gusta de detenerse Las ostras, en el mar, lo sueñan como fábulas: Hay otro mundo, un poco más alto y más lejano Donde poco es lo que fluye y mucho es lo detenido Donde la dureza es la constancia y no la excepción Y donde, sin embargo, hay seres que mutan; La oscuridad les es muy breve La mitad de su tiempo hay luz y calor Y aunque sus armas son pocas, resisten Como resiste el tiburón la idea del tiempo; Allí las cosas son mucho más tensas Pues esos seres, habiendo hecho lo necesario para vivir Hacen mucho más para no morir El temor abunda en sus corazones; Nuestros antiguos conocieron su nacimiento Afirman que fue una elección, como la nuestra Que después de todo son valerosos Pues su calma es poca, y aún así lo intentan. Hay color en los ojos de los ciegos La sal priva de abundancia al mar La montaña fija el límite al vuelo Y cada nido y cada madriguera señalan el acto del peregrino. Aunque llevo años resistiendo Siempre la pregunta es si resistiré un momento más El tiempo sólo sirve para medir lo que falta para vaciarme de lágrimas Y todo lo serio nada más que para sembrar dudas delante de casa paso. Me gustaría que hubiese sido más sencillo Poder aceptar, como acepto la tormenta Que el error es parte del acierto Y por ello no juzgarse está permitido Pero no es sencillo, para mí no es sencillo. No me pesa la limosna, me pesa que sirva Me pesa saber que puedo decirlo de otro modo: Que no me duele el precio de la cura, sino la enfermedad Que era joven cuando era la riqueza la que demostraba la pobreza.
  • 26. Hay una ternura que pudiera ser falsa Apenas lo escribo siguen los filos de la hoja haciendo su tarea Todos llevamos un puñal en el alma Usarlo contra uno mismo o contra el que viene. Más tarde o más temprano la liebre salta Quiere el hombre ser un hombre Quiere la mujer ser una mujer Y pocos ven el muro que impone que en otro no hay ello. La cabra parió mellizos En la hacienda hubo regocijo Y aunque allí se marcaba la sutil diferencia En lo semejante fue que hallaron motivo de alegría. No lo captaron, no lo aprisionaron en el corazón Nunca lo protegieron como protege la tierra cada semilla Y cada vez que sucede y alguien lo nota A de donde viene le dice que no lo tenga en cuenta. Alguna vez tendría que terminar Lo que habrá que esperar es simplemente mucho Y hay que estar ahí, masticando el demasiado Con una paciencia que bien puede debilitar. El cuando, y el motivo de cada perdón Lo que empuja a atravesar un costado Lo que decimos obliga a tentar restaurarla La propia insuficiencia clamando porque algo suficiente no parta. Tristes sus trincheras, sus fichas de guerra Posiciones inteligentes, pero de una inteligencia tullida Por unos miles, millones enteros Por unos años, siglos enteros Frente al por uno, Todo. Basta una púa para herir al rojo Basta una flecha para derribar a la bestia Pero implica lo que llaman toda una vida Y hace falta creer en otras para entregar la propia. Ríe en su danza la verdad En sus hijos pensaba el romano bajo el mando de Marco Antonio En la aprobación de su madre el colegial del siglo veinte y uno Que la noche es mucha y no hay faros para el que se busca.
  • 27. Denso, en la siesta me atormenta Pezuña y olor intenso Simbología y números No hay salvavidas en el abismo. Desde su estructura embriagan las armas Llena de orgullo poder y saber portarlas Tienta el no hacerlo, lo sublime se hace difícil El que sabe no teme, pero el respeto parece bueno. La norma de una conducta increíble Donde sin revelación por razón se accede a lo mismo Sin una visión que de golpe esculpa el espíritu Sin décadas defendiendo lo entrevisto. Nada, nada que me sostenga Salvo la improbable posibilidad de que algo me aguarde Una sed de siglos, de miles de desesperados Millones de bocas clamando en cada uno de mis poros. Quieren el suelo, las rodillas y la frente quieren el suelo Mas se desconoce la mano que tocará la sagrada cabeza La coraza es poca, la intención la sobrepasa Pero son las ganas de volar las que anteceden al vuelo. Pide y se te dará, mas habrás de rendir cuentas Y si das, no será tenido en cuenta la esencia de lo que das Sino la resistencia de las espaldas sobre la cual lo depositaste Pues todo aquel que tiene debe conocer lo silos del que necesita. Lo que tienes y lo que quieres Multiplicado por seis mil millones de posibilidades Acaso desde una terraza embestida por el sol y la lluvia Habrías de encontrar en un sólo acto la resolución de la distancia? Mira que pudieras dañar por rechazar una ofrenda Que si la aceptas algo deberías de otorgar Que si otorgas te encadenas, y que sin cadenas pudieras ser libre Mas atiende que golpea más fuerte el que sobrellevó prisiones. A la fuerza hay que proveerle de agilidad Resiste el golpe el vientre, unos cuantos Mas debe saber esquivar la hoja de hierro Clava en tus ojos la vida de un cuerpo que morirá. Hazlo simple, toma y deja Di por ahí que cuando te llamen acudirás Sé que para ti, que para ti es simple Que cuando pidan tu vida sabrás exactamente de qué se trata, y darás batalla.
  • 28. Que la noche era precisamente esta Y ninguna otra Y que el olvido jugaría a ser olvidado Como una herida en la infancia. La puerta por donde entra el daño Y aquella por la cual se lo provoca Darle escudos al compañero Darle armas, darle todo, para poder saber sus sombras. Lo horizontal junto con lo vertical No realizan una cruz no imaginada? Cuatro sentidos no hacen uno sólo? No es la sensibilidad la que refiere a la fuerza? Va siendo oscuro, hablan los fantasmas El poder se hace resistencia, encarna Tanto, que la ternura es sospechada Como el cansancio en el atleta. Habrá alegría, pero mientras sea posible mañana También jugará sus cartas la tristeza Si tan sólo la estadía fuese innecesaria A la edad en que más se la exige. Es posible todo, incluso el pasado Cuando los ojos sorprendidos eran por la luz Cuando las cucarachas buscaban el cobijo de la oscuridad Cuando con sólo un beso era posible una despedida. Lograble es la nada, incluso el futuro Cuando la piel perdona la ceguera Y el alma lastimada busca su camino Cuando morder en un hombro tiende hacia el regreso. Que sin entenderlo habrá de comprenderlo Como quien acepta caminos sin saber recorrerlo Pero asumiendo que el destino no es poco Haciendo que valga al menos lo mismo, intento y puerto. Era fácil colgar carteles con su nombre Lo difícil era hallarla dispuesta a la trampa Apretaba intuir que quisiera Lastimaba saber que era realizable. Se fue lejos, pues estuvo cerca Otras formas la envolvieron Le permití el marcharse Y aunque morí un poco, siempre supe volvería.
  • 29. Cuánto tiempo me queda? El pecho de las gaviotas y sus canciones Mecen olvidos enteros Cuando llegan al nuevo puerto, sobre las catedrales. El humo rojo de un desafío aceptado Como se acepta el hueco en un tronco viejo Los dedos extendidos hasta su máxima tensión Hasta que sentir que sienten lo que ya no habrán de sentir. Y una cierta magia luego de una niñez atenta El no tener que tirar la almohada para valorarla La otra intensa cara del deseo La que expone con crudeza lo mucho que se tiene al no poseer. Para el entretanto detallados sucesos espectaculares Como teólogos y economistas narrando la consecución de riqueza Madres que leen a psicólogos que no parieron hijos Y anestesistas que jamás consumieron una sola droga. A cierta notable altura una rama se atreve a surgir de entre el cemento Un niño y un borracho duermen sobre las veredas Y parece ofender el pedido del limosnero Cuando lo que ofende es tener que devolver tan solo algo de lo recibido. Ya el territorio, ya las monedas, ya otra persona Como propiedades indiscutibles que constituyen la justificación A la venida a un territorio donde no todo está bien Donde dictamina sobre la rosa quien no fue clavado por un cactus. Si con hambre vive, de hambre habla, está escrito Y así siempre, hasta que alguien logra escapar Y una vez fuera, le importa los que quedan, sean pocos o muchos Pues el ejemplo solo termina su función cuando inspira realización. Puede demorar años alcanzar una sola idea Pero todavía más bajarla hasta los suspiros de cada día Puede accederse al picaporte y rozarlo con los dedos Pero implica otras cosas el tomarlo con fuerza y hacerlo girar Con la vista ansiosa no en lo que hay, sino en lo que falta para la próxima puerta. Si tan costoso, difícil y agotador pudiera resultar enviar flores Quizá no haya pecado en robar alguna, alguna pequeña Y si tan escandaloso pudiera ser ir por ahí con ella en las manos Quizá siga habiendo valor en llevarla escondida en un bolsillo Mas habría que llegar a destino Y por fin entregar eso tan costoso y escandaloso Con la suficiente entereza de que pudiera ser menospreciado Pues es lo que uno irradia lo que se quiere, e irradiar lo que se aprecia.
  • 30. Has visto, tras vivirlo Todo el esfuerzo que despliegas Por cumplir con una obligación Que justa o no, has aceptado? Sea alguna vez el hombro al tullido El silencio a quien sólo quiere hablar Algunas palabras a quien las desconoce Un algo de luz a quien ni siquiera tiene velas? Si tanto hiciste, porque siempre es tanto Sin quererlo con todas tus fuerzas Por un momento, sólo por un momento Imagina que pudiera darse el insólito caso Que en un punto, en un punto de tu vida Lo que hagas vaya a ser por un alguien Al que apenas al verlo te hinche el pecho Que por sólo decir su nombre una sonrisa domine tu boca? Sé que pudieras decir, creyéndote en justicia Que mucho diste, y que poco recibiste Mas, si lo haces, tu y yo sabemos que no es más que excusa Pues, si así es, recuerda que si diste es porque temías el peso de lo que se te concedió. Ve y sigue tu tarea, que no es tan grave Si por alguien haces lo que no quieres, y en ello hay bondad Déjate llevar por la idea de que pudieras hacerlo por quien quieres Pero ten en cuenta, despacio, que alguien pudiera estar haciendo por ti lo que no quiere. La trama es así, como parte de su secreto, multilateral Desde el momento en que descubres que sientes Debieras también asumir que cada cual lo hace Para no hablar de la piedra esmeralda, por supuesto. Se supone que las horas son escasas Que el dinero y la inspiración vienen y van Pero se sabe que las sogas, una vez hechas, persisten Para que en el usarlas vaya el pulso del que las hizo o las heredó. Ojalá quede un tanto para el quizás esta noche Y que no haya temor en que ello implique tres décadas o una sola Que como sea en algún punto acaba Y como el imposible pudiera no existir Quizás hasta mirar atrás sea posible. Dicen que en el riesgo se vive bien Y que el mejor apostador no es el que mejor conoce el juego Sino el que sabe bien lo poco que puede ganar, y lo mucho que puede perder Y en la piel capta que lo que tiene no lo tiene, y halla caso en ir por más.
  • 31. No costaban unas cuantas rocas sobre las espaldas Ir años atrás marcaban más Y desde allí volver hasta más lejos hacían desierto Lo acompañaba la lluvia, y no siempre estaba alguien. Ir con un paquete que pesa y molesta Y no dar con el destinatario Y no hay un nombre ni una dirección Y al tiempo hay otras cosas que hay que hacer. Y qué pasa si no es único? Al lado del río encender un cigarrillo Junto a la fogata preparar el café Cargar con una foto como guía Cosas que el corazón suele fijarle a las formas. La manera de cada secreto, la manera de su profundidad Sin cabida para ningún desprecio En el cálido respirar de los fraternos Donde se mastica que hasta la tormenta más ruda, también pasará. Pedacitos de anís sobre una posibilidad de final Los años muchos, o los años pocos La suerte y lo predestinado de ciertos ojos Que por mirar la meta pudiera no mirar el camino. Tras tanto yerro, habría una segunda oportunidad? Logrado el primer paso, hay un límite para los demás? Hecha la copa, sólo serían construidas dos? Mas del beso y del afecto, en qué cúspide habitan los últimos? A veces por arrastrar se logra sostener una elevación Se mira al fondo de las cosas Y uno ve que está mirando Y lo que ve es la visión de que falta mucho. No decae el ánimo Se abre camino un suspiro Sabe bien la prueba Ronronea el orgullo, aguijonea como espuelas. Se hace difícil el descanso Mas la prisa puede ya ser evitada La velocidad pudiera vencer al movimiento Como lo relativo dirige al absoluto.
  • 32. Recordando a Leonardo, maldita y bendita sea Con sólo vocablos quisiera lograr tu imagen Me fallan las yemas, me puede el corazón Retorno e ida juegan a destrozar la partida. Un ángel y un diablo tan sólo miran Lo conocido es lo que queremos Lo sabido es lo que no sabemos Cuesta, como la pureza frente a la inocencia. Somos viejos, el de eso se trata ya lo dejamos atrás Ya no insiste como antes ni luz ni oscuridad Pero el piano de 101 teclas, y las piezas escogidas Las promesas, los excesos, los tantos regalos, al fin, cuentan. Se quiso, y los labios fueron mordidos La historia habló de ti Las horas fueron en tu ausencia Ausencia que sigue siendo memorada. Sin llaves vencerías al candado Con sólo tu pelo desplazarías la música Una de tus sonrisas para desalojar toda pintura Una sola lágrima tuya para hacer jirones la historia. De mujer tenían nombre Un rancho, y un palacio Ardua la comida Arduo lo que había después. Se extraviaban momentos Decepción y exultación jugaban Una daga en el corazón Una espada cercenando una muñeca. Silencios infinitos Aquella irresolución Donde por agradecer Se toma aún más de lo que se recibió. El tiempo después Un clarinete que no desconoce a su intérprete En uno los demás, y los demás en su cada cual Y que puedas estar, como si hayas estado siempre.
  • 33. La tarde Atropellé el camino que otrora recorría Y tras descorrer antiguas cortinas logré verla En una muy antigua imposición tenía puestos sus ojos No interrumpí, irrumpí en sus actos. Las cosas fueron pasando, yo las forjaba Dibujaba la tensión y una dolorosa esperanza Muy pocas veces un respiro, casi siempre los juegos El mar entero tenía el pez para lograr su huida. Y con tiempo se dejaron entrever los pasillos de su memoria Los secretos que son ocultados a quien no podría entenderlos - Como a veces se le evita un dolor a quien no podría sufrirlo - Fueron, sin mucha espesura, descubiertos y expuestos. Amplia la raíz, alto quería llegar el árbol Pero la realidad, para tornarla adecuada a uno Demasiadas previsiones exige, son miles las aristas Y no basta visualizar la meta sin considerar el camino. A destiempo ocurrió la consumación Y aunque por su intensidad nubló la necesariedad de lo preciso Alguna que otra palabra quedó en astilla Uno o dos finales se alejaron de su principio. Una tarde me vio llegar Otra la vi marcharse Giraron personas, gases de colores Se corrieron las cortinas. De ella hablé una tarde Durante noches enteras le escribí Me leyó una vez, me releyó mil Mas no hubo posibilidad de puente. Quedaron tiras de carne tendidas al sol Espacios que llaman la atención Silencios que se lleva el viento Nubes de polvo que acrecientan la sed. Fue increíble, y estuvo bien Allí se estuvo, y hubo trampa Pero fue lograr, antes que mantener Llegar más lejos apenas era pensable.
  • 34. Fantasía Caminando entre el agua Tropezando con transeúntes Esquivando paso a paso la locura Tendiendo el pecho al exceso Se deja respirar la ciudad Con sus falsos orgullos Sus blandos misterios Y su tierna historia de miseria. La luz de la luna abreva a los sicóticos Paren absurdos como conejos los lunáticos La prisión juega a no serlo Quiere una ley tener sentido. Es mucho, pesa en las alas Implica el pulso de la paciencia La detención sapiente con la vista enfrente Sabiendo que no paran los pulmones. Un galpón que sabe escuchar al riachuelo Y un cariño que no sabe el camino de regreso Con las manos haciendo señas en el aire La vuelta eterna al vacío más hondo. Tratándose de un gran descanso Cuando la cintura es la justa Y el balanceo reboza dulzura y proyecta expectativa La mano que sujeta la presa todavía viva. La fiesta que se da en el corazón Cuando se logra una concreción Como si fuese una resurrección Y sea posible hacerle una canción. Confieso que me divierto Cuando estando en lo cierto En otro tiempo mi tiempo vierto Como si para un sordo fuera mi concierto. Espera la luz del día Esa brote todavía frágil Escinde el aire la mirada Estando al borde de su fin.
  • 35. Del otro lado había muertes de guerra Del otro lado habría que, entonces, danzar De en medio las cosas serían obviadas Para que alguien note que es casi imposible unir nada. Demasiado joven para creer en el amor Lloraría sobre la sangre del sacrificio Impulsos que llegarían de golpe A conciencia de una conciencia mucho mayor Que pareciera ir imponiéndole tiempo al tiempo Como si todo fuese parte de una obra mortal En donde las partes son difíciles de sobrellevar Ya sea desde ahí o desde ese también difícil ámbito del espectador. También llora el mármol Y sabe sudar cada vaso de cerveza Dura y fuerte la mano que empuña la daga Como duro y fuerte el corazón sencillo de derretir. Exponiendo brevedades es escuelas sencillas También entre las orejas la fuerte tentación Gemidos cálidos, propuestas ocultas Las invasiones más difíciles de expeler, las permitidas. Puesto que en la resistencia, de acuerdo a lo escrito Habita la primera victoria trascendental Qué habría del ataque no recomendado? Del ir por la noche con los ojos fríamente incendiados? El corazón como un trapo que absorbe lo más sucio Y que para lavarse debe primero ser exprimido Como se exprime un trapo sucio Hasta lograr que quede limpio como un corazón. Quiere la meta, quiere la prisa Quién habrá de ayudarme a mantenerlas a raya? Las invitaciones rebozan Son la ganas las que faltan. Es posible, tengo toda una espalda Las pizarras estuvieron siempre llenas de imágenes Pretendido el mundo bastaría un lecho Mas logrado el lecho, acaso el mundo entero no llamaría a la puerta? Es fácil, tremendamente fácil Nada más fácil que saber que no lo es.
  • 36. Bostezo Era lluvioso el día cuando rescataron a la sirena Le ofrecieron el desierto, y la mesa común Le dieron todo, es decir, lo que tenían Y todos sabían que no bastaría. El precio, de sangre, en otro tiempo se estableció Nada como lo puro Lo supieron, y lo callaron los ancianos Hubo vanidad en conocer y no enseñar. Se volvía a intentar, una vez más, siempre Era mejor ahogarse que ver a un ahogado Y se pensaba que el espectáculo de la propia muerte Era mejor que el de ver el de la muerte ajena. Los nuestros resistirían mejor nuestra partida Pues de ello les fuimos hablando con ejemplos Del otro lado del cordel parecíamos sabernos No habría suspiro que no fuera al final compensado. Se abría camino la guitarra Buscaba su salida cada sonido Lograba el vuelo la palabra Habían labios captados por otros. Decía la voz: me tengo que ir Se destrozaban los cristales Lo único fijo era el aire Daba la frente con la nada. Un poco de paz, sin batallas Asumiendo las horas sin destellos Como si se supiese que en ello hay gestación Que aunque no mienten no son sinceros los gritos que claman desde fuera. Y con uñas que no habían se quería rasgar el hielo Y con lo que se iba conociendo se quería saber Y lo que faltaba señalaba lo lleno Y lo que se era quería ser lo que sería. El brazo partido y los nudillos adoloridos La noche única extraviada por un ideal El ideal entregado por una noche Las manos, todavía propias, apretando la sien. Pico del ave haciendo contacto con el mar Figura de instante, de tiempo, de momento El mar de cada cuerpo, la sed de cada cual
  • 37. El doloroso arte de ser lo secundario. Y a veces no se puede Y duele saber que es apariencia Pega duro saber que se puede Se cierra la boca cuando es el abismo el que sonríe. Se puede. Valga o no la comprensión Que alcanza el límite Quien en el límite ve la partida Como ve en la muerte su propia vida. Los gestos llenos, la noche o el día de gracia Cuando aprieta el vacío tanto como aliviana Y de resistir se trata para poder expandir La solitaria idea de la buena voluntad. Bajo el piano de cola Abrazando las rodillas Callando suspiros encerrados Diciendo el nombre que no se pronuncia La cruz y la luz bajo las pestañas La medida de las cosas que aún no habitan el tiempo La vieja sospecha de alcanzar a rebasar el destino Ese frente a frente frente a la más íntima de las intuiciones. El carro y el pulso de Faetón Los sueños de cristal y lo profundo de la hoguera Cuando fue que bastaría un poco más Y ese más era dar era un algo que no implicaba recompensa. Permitir el daño, por admitirlo Como pequeña síntesis de la no acción Para que el futuro continúe aguardando al pasado Y así flotar un instante sobre los minutos. El trabajo pretendido, la labor del dolor Todos los zapatos ajenos sin calzar Todos los pies aún sin lavar La estéril columna que antes de liberar quiere retener. El secreto que quisieron, porque era secreto Y el brillo de cambiar una mente, tanto Que en lugar de mirar termina mirándose Y al verse, sonríe al verse escudriñada. Quizás sí, quizás no Como se dice, cosas que pasan
  • 38. Que se escriben por vivirlas Que se viven por no decirlas. El trecho que quiere serlo, el último El ruido fugaz de la madrugada Las promesas que fueron desestimadas La hora del alguien que cree amar y sigue, como puede, ciertos rastros. Besar las rocas y besar el hielo Quererle porque se ha querido Dejarse ilusionar como se ha ilusionado Y guardar la distancia, la que pudiera no existir. Guardando lo que pesa por no ser entregado Lo hecho amalgamado con lo recibido Lo que no está, y que pudiera estar El breve acto de fundirse en la intensidad. Hay que afrontarlo Poner las manos y cuidar los ojos Y querer con desenfreno Y recapacitar cuando sea tarde. Equivocarse millones de veces Ceder cuatrocientas noventa veces Con una cintura o una escala en el corazón Y así, sin fingir, sentir de pleno que es posible. Hallar el mar y hallar el desierto Aceptar el otro cuerpo y su descomposición Intuir el alma y su infinitud Llorar las risas venideras. Beber diciembre con todas sus horas Tener un nombre y ser llamado por él Decir las cosas, las cosas que ya están Sin nombrar lo que todavía aguarda. Querer, como quisieron todos La gota que es parte de la lluvia Desde la lluvia que no existe sin sus gotas El aroma de las fogatas reclamando la esencia del alma. No es poco, y cabe en una vida El golpe equilibra a la caricia La idea de la estadía compensa la ausencia De cada giro construye su esencia la rueda A cada imposible hay una posibilidad que espera Silente y paciente Las cosas que digo desde ti
  • 40. Intención En lugar de hablar de justicia Decir la historia de un hombre justo Sin nombrar la palabra que lo define Dejar que la definición obvie su explicación. Hecho a hecho, juicio a juicio Evitando la condena, mas practicando el juzgar Con una vara dura, probada con uno mismo Con esa medida de esfuerzo lograble sólo por uno. Admitir la raza, su defensa y su ataque Para que no sea algo ignorado lo desestimado Para no hablar del aire sin haberlo respirado Para lograr tocar a un ser humano cuando se estrecha su mano. Habría sido bueno, entonces, fijarse metas altas Permitirse la libertad de soñar la realidad más cruda Haber entrecerrado los ojos a mitad de la niebla Sentir el miedo y aplacarlo con humildad. Imponerse tareas que implicasen años Durante los cuales la certeza no se daría sino hasta el final Y con feroz paciencia beber de cada pie puesto sobre una tentación Dejando que la mirada deje el frente y vaya buscando el centro móvil. Al lado, mujeres que necesitan de una familia Al lado, hombres que necesitan conquistar el mundo Ver que en algo o en alguien van basando sus querencias Ver el fondo de dependencia con que van sujetando el espacio de sus almas. Y el cuidado que pocos suelen enseñar a prever El grado de daño posible en un estado del tiempo Y así el grado de riesgo que cada cual asume a sabiendas Para que no odie el oro el que perdió las piernas por hallarlo Y pueda con gozo compartirlo, y enseñar el camino que a él conduce. Un grito frío escapó de la habitación Atravesó vigoroso el breve pasillo Y se incrustó de un sólo golpe en los oídos Rajó el corazón y arrasó los ojos, marcó. Todo cariño posterior fue difícil Pues no se quiere volver a querer lo frágil Cuesta mucho valorar cada instante Cuesta arrodillarse con la alegría de la gratitud.
  • 41. Respirando El rostro ajado de los dementes Y leer que el haber perdido la razón Pudiese haber sido tan sólo un gesto Donde más que rendición pudiera haber entrega. Tanto mar de posibilidades Y así, tanto impulso por represar el río Tanta jaula que no puede contener un canto Tanta piel que va buscando lo que debiera construir. Debe pesar la felicidad del monje Debe doler su paz, incomodar su calma Y aún así no se capta aquel entusiasmo primero Donde la aceptación venció impúdica a toda resignación. El parto de la joven gacela A la vista y protección de los cazadores El inmenso símbolo del fruto El peso brutal de la herencia y la heredad. Designios azules en la duermevela Impulsos contenidos, y otros fabricados de la nada El candelabro sobre el piano de cola La fiesta de las luminarias en la frontera polaca. Versos que van cumpliendo sus momentos Pero que no podrían ser cambiados por momentos Pues en el extremo juicio que podría decidir Respecto de lo que inspira sobre lo inspirado El pobre visionario, cual sea que fuese su elección Condenado de antemano está a arrancarse el corazón Y enterrarlo en lo más profundo de su esencia Porque sólo puede vivir si siente la posibilidad de entregar su vida. Libre de las horas y todavía prisionero de las que faltan Tendrían todavía que trocarse varios papeles Desesperar a la esperanza y danzar con el vacío Agotar al nombre hasta acceder a uno nuevo. Un nuevo valor para los niños Con mayor sed y mayor firmeza Abiertos los brazos para exponer cada extremo Alta la cruz que va formando una estrella. Comprender.
  • 42. Empuje A mitad del entrenamiento aparecen las llagas El cuerpo sonríe, al fin se siente probado Lo que en uno vive siente que vive A prisa el tiempo, a prisa queda atrás. Y a la vista de los hombres La visión de una hermandad Y en los ojos del hermano los del que lo creó Sin momentos preparados para lo extremo. Sentía la hierba que llega la hora del sol Era su esperanza y era su certeza La noche entera aguardó en silencio Y agotada resistió hasta el instante del amanecer. Otra, sabía portar un mohín en el rostro cuando despertaba Y otra más fruncía el ceño mientras soñaba Y uno encargándose de la fogata De ir por los leños que sostendrían la hoguera. Crucifixiones plenas a mitad de los bolsillos Decían que se intuye lo fresco y lo yerto Que al tomar se entrega y se vacía Que cada incendio despliega la inmensidad del agua. Mientras los caídos intentan morder los talones Y la alfombra va acumulando festivales de dudas A su modo persiste el coro de solitarios grillos Bajo la mirada de una lechuza blanca que sabe del dolor. Volverán a su silencio las aulas Por un tiempo los pasillos quedarán vacíos Una pared mirará a otra, y habrá emoción Será la memoria y será lo que habría de venir. Claro para quien lo intente esclarecer Cumpliendo la fatiga del desentrañador de misterios La extraña idea que se torna almohada y manto La muerte misma como posibilidad sobrepasada. Para que el koroshiré presente la mañana Y algo breve y extenso puntee los bordes del límite Fijando y apretando hasta la sangre El espacio entre el cuerpo y su sed.
  • 43. Nadie De la casa ajena salía el amante En el pecho llevaba otro corazón En el vacío destrozaba a otro Y en el juicio nadie acusaría a nadie. Llegar a tocar el alma La filosa historia de una necesidad El drama denso de una justificación O los ojos solos de un águila huérfana. En la risa comprender a los mudos En el exacto grito de la música a los sordos Y en la violencia de la vida plena Captar la esencia de los que la aman. Y así asumir de nuevo las calles Lo breve de lo breve compartido Bofetadas del idioma y caricias del lenguaje Cuando se busca la muerte para lograr rozar lo que palpita. Los bucaneros que inventé me aguardan La compañía de los soles que soñé La yerba amarga en su sabor El tiempo de nadie para la propia historia. De lejos y cerca Con una lástima y una alegría Volviendo a aprender lo dicho Sin decirlo, otra vez y otra vez callándolo. Más tarde, hasta el bullicio se acomodaría Buscaría su lecho el más intenso entusiasmo Con su gruta daría el fuego del soñador Y sería la cúspide de roca nuevamente besada por el astro. En los días que anteceden a los actos que se cumplen En medio de la marcha que comprende aguaceros El abrazo cálido del que no recordará el nombre del que abrazó Y la imagen de las espaldas que estuvieron sin conocer el retorno. Así mira al suelo la hoja en otoño Así mira al nido la hierba en primavera Y tanto no observador se hace nadie Y aunque nadie mira, todos son observados.
  • 44. Un sueño al revés Lo entiendes? Captas el resumen? No, no entenderías, no querrías. Tendrías que haber habitado la esquina Bajo la lluvia, sintiendo en el cuerpo El duro olvido del tiempo Las circunstancias apagadas por la voz. Los escapes del humo y la tensión del cuello La expectativa en los ojos mirones, aunque no observadores El grito de la carencia grabado en sus expresiones Y dentro la fiesta y afuera el drama Y afuera la congregación de los no creyentes, y dentro la tormenta. No es el disco lo que gira Es la grieta la que termina definiendo a la estructura Supera a la carrera y a la meta la conciencia del corredor Y el recién nacido llora, y el padre sonríe1. Debería descubrirse que no hay detalles Y que por lo tanto, o todo o nada es importante Habría que encargárselo a alguien, y luego negarle el logro Asesinarlo en el senado por haber vivido frente a todos el esfuerzo. Y mantener a raya la intuición, como la desgana Proclamar menos tanta imaginación Y entrenar más para la demolición Habilitar desde temprano los ojos al desastre Que como tiempo atrás el hambre provoca migraciones2 Y no son pocas las veces en que habilita el descender Y en los subtes hay jeringas, hay piel extraviada Y la lógica no ha perdido, es sólo que no ha sido abarcada. Si a un lado expulsa, del otro succiona Dada una dirección, también su opuesta No se evita lo rastrero exhibiendo al que se arrastra Se expone el vuelo, y si no se puede, de mucho valdría el silencio. Señálese lo que no se puede como tarea Lo errado como herida La vida como algo pendiente A resolverla fuera del ámbito del tiempo. 1 A veces, claro. 2 Gn. 12:10
  • 45. Desenlaces pretéritos De cuando en vez No hace falta una razón No se defiende un motivo No se obedece a una ley natural Simplemente se tiende el brazo. La explicación sólo puede ser sentida Acaso compartida la acción Se levanta el polvo, pero de alegría Se funden los colores, cada grito es música. Reposa un solo instante el ángel En el pecho del hombre todavía hay agitación Se ve, y lo que se ve es mucho Y uno es parte, y el todo es uno. Pero no hay que olvidar la calle Donde, por si alguien lo haya olvidado Son los niños los que la recorren Al menos al principio, sin fines de lucro. En esa tarea del juego En aprender a andar Para aprender la detención La vez que al corazón le encuentran los ojos. Aquel sacro momento donde frente a nadie Se roza el límite y se decide o no cruzarlo El casi inconcebible poder de un grano de mostaza El detalle de una montaña que aún aguarda la palabra. Sobrepasa, como una ola rota contra la roca Una gota, de entre millones, una sola Pero en ella océanos enteros La carta cuyo remitente son todos. No es más que un poco de sudor Poner lo más enorme enfrente Y decidirse a ciegas a cruzarlo de pleno Haciendo del coraje la esencia de cada respirar. Hay que atreverse, hay que descorrer los velos Recordando que si están algo o alguien los puso ahí Que fue tiempo atrás, y que el tiempo no existe Hay que animarse a ser humanos Hay que responder, abrirle las puertas al alma.
  • 46. De blanco o de negro El mismo espectáculo Desde ambos bandos Doliéndome el hombro izquierdo Imponiendo la escalada el derecho. Te dibujaría el parto Con el dolor de la madre Y con el dolor del hijo Para que seas tú quien vea que el dolor los une. Para que sepas que cuando te toma de la mano No puede atarte, sino señalarte que hay lazos que no existen Muerde el corazón, y el corazón lo sabe Es la herida la que le impone al cuerpo entero a sanarse. En la hora del crepúsculo Donde lo normal no se me deja mirar bien Me gusta aceptar que apenas existo Que soy un grano de arena que sabe que lo es. Me hablo a mí bajo toneladas de sal Recojo mis pocas horas a pesar de la inmortalidad Escucho de mal, del bien, y de la desesperación Sujeto la risa que no tiene justificación y no la juzgo. Me visto de lo imprevisto La multitud lo hace sencillo Un rato: veinte minutos Una espera: quince minutos. Una egipcia se cercena un seno En Toledo una espada Gotea su sangre la luna sobre el toro Cruza el abismo una luciérnaga. Sin ropas vale más El laberinto del que todos salen vivos Pero no enteros, el precio es la razón La locura misma no es más que una migaja. Quiere tragar, quiere existir el esquive La lucha se vuelve danza, para quienes saben No hay espectáculo, no hay visión Los hechos se cruzan destrozándose Y lo que queda no es más que el comienzo.
  • 47. Restos de paz Cada golpe de tambor Hacía brotar sangre Canto y risas entrevistas La penumbra desgarraba sombras Deseo le llamaban al hambre Destrucción había en cada paso Las palabras no eran exquisitas Pero eran justas, mataban. Escondían las manos Lo que apretaban era miseria Hedía el aire que hablaban Lleno de futuros sin posibilidad de fe. Escupían sus tristes acciones Cayendo dentro de un programa Como una nota dentro de un pentagrama infecto Y era sí, y se pretendía tuviese un final. Demasiados odios, como demasiados cuerpos Algo en la abundancia parecía no ser lo mejor La siempre filosa carencia aguardaba tras las ventanas Flotaba el miedo, los valientes siempre fueron rechazados. Buena la condenación en masa Buena la idea del héroe La fraternidad quería estar al margen Ensuciarse los jodidos pies en secreto. Fuera del cerco, había el rasgar Debía entregarse la pertenencia No ser de aquí, ni ser de allá No ser de alguien, ni tener a nadie Lo sospechas? Y estaba bien, pues así lo querían las palabras Que quien esté sólo, lo esté en realidad Que quien esté acompañado, no mienta al decirlo A ver si de una vez, cada vocablo recuperaba su valor. Como siempre, algunos aceptaron, otros retrocedieron Como siempre terminaron separando cosas Y no era el mar rojo Era un mar de personas capaz de resistir dos mil bofetadas Pero incapaz de dar una sola a cinco mil años de historia.
  • 48. Sin intelecto Hay luz en la ventana A hoy los milagros sobran Se supone que el grado de tolerancia disminuye O aumenta, y se torna sencillo todo hundimiento. Cambió la distancia del Atlántico? Me gusta el sonido de las sierpes acercándose Aunque no recuerdo el rostro del que dio con el acero Aprendí despacio a dominar el zumbido que sabe generar Cuando cruza el aire necesitado de hendir. Que confiesen que vivieron, o que vieron morir Como dije, yo tengo fracasos que confesar Pero termina por ser lo mismo, innombrable Pues no tiene caso decir lo que no sería oído. Por una esperanza, diría el enamorado Y un premio le darían al que logre una paz Pero el pecado que me rodea es lo poco Cargo con que hasta la sal me es dulce. Diez mil libros no me alcanzarían Siento lo que otro siente No acceso a las compresas de exagerarlo No puedo sacar de mi cabeza que los niños son valientes. Recuerdo lo que me mintieron Sé que repitieron lo que les dijeron Sé que cuando perdieron miraron al cielo Sé que cuando ganaron miraron al frente. En un útero estuve Sé de que se trata Tinta azul, o negra Minúsculas o mayúsculas Pobrecitos labios, aptos para lo pobre. Aquí, donde se atreven los gusanos Donde en lo profundo el lamento es silenciado Para que cada destello sea apreciado, y obviado Para que quede poco, y lo poco que quede pudiera estar errado Para que alguien te piense como pocos te pensaron Con memoria y olvido, con piedras y espuma.
  • 49. Querer a alguien No recuerdo el último beso La última carta, o el último poema Extravié las fechas Olvidé hasta mi nombre. El saber que sería duro En parte alivió el advenimiento Pero una vez ahí, cuando amanece Y no hay nadie que recuerde la memoria Parece girar un poco más lento el segundero. Sin que tenga que ser frágil lo blando En esa tenue capacidad de lo elástico Los rayos del sol necesitando una amapola El algodón de una nube buscando a quien dar sombra. Quizá una piedra nos aguarde Al final de una misma montaña Que en una sola meta funde diez mil caminos Donde espacio y tiempo no sean más que difícil literatura. La canción bajo la lluvia Que iría goteando las horas llenas Las estancias aptas para el bullicio E incluso la hoguera más íntima Donde arde lo que fue iluminando lo que viene. Casi de no creerlo Porque creer implica hacer Y cuesta, como cuesta ser creíble Sabiendo que aunque en ello mucho se implica Tan sólo se abarca lo que el alma pueda soñar. Y entonces y así, con el aire contado Mirar con insistencia el horizonte Dejar que la melancolía vaya labrando su paso Hacerle fácil al cincel su tarea. Porque también habría una playa New York y Belfast de nuevo El Shekeaspeare’s bar y los taxis Con el pasaporte más extraño El que se porta en el rostro por haber vivido.
  • 50. El paño Con una motosierra arrasar el rosal Hallar la culpa y echársela a alguien El resplandor que no llega a cegar Que fue palabra y hasta ahí llegó. El intenso esfuerzo de la imagen Que hace su carrera y hace su estadía Con la sospecha de que no alcanzaría Que a final de la calle una nueva tristeza le daría caza. La cuota de verdad que encierra una mentira La pequeñez puesta al descubierto por descubrirla La socrática sorpresa, espasmódica y alegre De ver en lo que se tiene todo aquello de lo que se carece. Comparar como resultado de pretender Pues es odioso comparar a un ángel con un diablo El monedero de las jubiladas Las arrugas de sus manos sobre el pelo de sus nietos Las marcas del aceite en las manos de las que alguna vez traicionó. Hay un hormiguero breve Donde la labor parece no cesar Al cual un año entero de trabajo Sería yo capaz de ahorrar con un trozo de carne Y todos saben porqué no lo hago. Y del mismo modo se intenta un cielo Que a otros ojos no sería más que una pequeña meseta Pero que dadas las circunstancias es el cielo Y cuenta, como cuenta la tierra caminada. Hace de paño la noche La punta de la espada reposa inserta en la arena Es tiempo de suspiros sin historias Del también difícil juego de aceptar nuevamente Que todo no es más que algo más entre las cosas. Acallando las viejas intenciones que mañana revivirán Habiendo aprendido a destaparse a primera hora Habiendo aprendido a dar con cuellos ágiles Habiendo conocido la interpretación de los rastros Que señalan el camino de retorno, bajo el hielo y bajo el polvo.
  • 51. Momias Pudiera decir que vi Pero lo cierto es que fui viendo Todo aquello que quería Y la primera prueba de la paciencia Fue aguardar a que cerrara la imagen Y la primera prueba de fe Intentarlo sin saberlo del todo Y el primer valor en saber que lo hacía. Mucho en contra, poco a favor Y ante la cantidad la calidad La primera química, el peso de los metales La sorda brújula de la instrucción. Si no se tiene, tener que construir la barca Tener que fabricar los remos Tener que dar con el mar Tener que aprender a entender al viento Para que por fin se puedan enfrentar los miedos Que no es lo que se quiere, pero que es lo necesario Saber que una parte de uno habrá de perderse Y saber que después de ello habrá que sonreír sin mentir. Y el agua se abre Deja su azul la noche El color encuentra reposo en los dedos Pero se hace carga, carga que llaga y no quiere esquivarse. Tras la lástima se habilita la compasión Sobre los actos, el gesto Por la comida, el alimento De lo que se siente, el sentido. Invisible se hace la bandera Y aunque pesa, es su peso que entusiasma Se destrozan los juicios Día a día un ladrillo más Un vacío más y un todo que se aleja Un rever constante Un buscar que ha rozado la piedad La extrema posibilidad de absorber un error.
  • 52. Vamos bien La patología es simple Hacer algo que no “se hace” Una patología positiva o negativa Como si fuese condenable el color de la ropa interior. Alguien repartía volantes en la calle Satanás, decía, se servía del rock Antes de “una infinita paciencia” Siempre lo menos antes. Cuando las sospechas apenas eran conocidas Cuando eran enumerables, como todo lo ajeno Cuando bastaba una rosa para hablar del corazón Justo cuando se sentía jamás tendría perdurabilidad. Los pecados eran perdonados El futuro sería hoy mismo Con que sólo tiemble la tierra Bastaría para ver quién es el peor. Situación de pánico, vida de histeria Pues, después de todo, todos andaban por ahí No era mucho, pero bastaba con ignorarse Aceptar el nombre que un desconocido impuso. Una vida que aparece como un bloque Y un bloque formado de ese tipo de vidas Ser parte, se quiera o no, se quiera o no Como el suelo es parte del muro que no lo mira. Extraña la mirada, no sería extraña su lágrima En este o aquel lenguaje Entender que hay cosas que no se entienden Que se comprenden si hay esquirlas poblando el pasado. Fotos de sumergimientos Pero ninguna de Leonardo Las horas solas Recreando la posibilidad de un porvenir.
  • 53. Altruista Querías lo mejor, para quien sea Pero eras tú quien lo quería. Te gano Kant Y peor, por obediente. Lloraste por un dolor ajeno Pero eras tú quien lloraba. Te ganó Leoncavallo3 Ese que tanto conoces. Te importa el mundo entero Pero es en el que respiras. Andá vení. 3 Pagliacci. Vesti la giubba.
  • 54. A la orilla Quizá se me permita asistir al final Estar ahí cuando se quiebren las penumbras Volver a ver los ojos de la misma manera Con la misma luz y el mismo afán. Mientras tanto todavía hará calor Se dejará dar alcance la danza Será posible ir un poco más, o no asistir a la cita Preparar los alientos que apagarán las velas. Los goces permitidos, los límites consabidos Desde la mañana tempranera El firme andar y las espaldas dispuestas a la ceguera Y la extraña manera con que el tiempo brinda sus oportunidades. Y ojalá logres olvidarme a tiempo Antes que tu memoria aprisione mis gestos Y te los devuelva entre la gente Cuando ya tan poco estaría cerca. Cuando broten los perfumes Y las miradas sigan mirando al suelo Cuando estemos a plena marcha Y vuelva a ser poco lo que se deja atrás La ola que vuelve a su mar Cuando la arena no pudo retenerla Por no encontrar pretextos de magia Por no ser el murmullo que a otro capta. Marchitadas almas buscan movimiento El verano les cae casi sin aviso Pesa la vuelta a casa Como le pesa al guerrero las manos vacías. A la orilla de una edad De una fecha y un sentimiento Sigo jugando al calidoscopio Sigo el hilo de mis otros. Diciéndome cosas cifradas En momentos donde no hay ventajas Donde se cierra el muro circular Y una vez más se tensan mis cejas.
  • 55. Teorías de diciembre No hay más que un foco Para centenas de bichos Y basta con uno solo de ellos Para que el bípedo maldiga su especie. Para bostezar y vivir En la serena y ágil caminata Desatada entre los olmos Que fueron obsequio y tuvieron incierta sepultura. Había una cuadra más que seguir Peligro y buenaventura buscaban sus presagios La medida de la hondura la hacía cierta la hoja Mas la fuerza del brazo la hacía posible. Y ese algo que se da en el testimonio Cuando el fuerte no deja pasar la ofensa Cuando el débil dice perdonar Y la otra posibilidad, la que cosquillea Cuando como instrumento basta una honda Y la definición, luego, exige el uso de la espada Y el llanto de Alejandro al ver a los cercenados Y el aguilucho que no permite se alimente su hermano. Alguien habría de querer mostrarte cosas Tocar al tiempo al tocar tus manos Beber lo fijo del infinito al beber de tu cuerpo Sin confundirla, fundir su mente en tu piel. Una protesta y la exhibición del después Libros de quejas y libros de entusiasmo Lo vulgar riendo con fuerza sobre lo especial Como ríe el ciego bufón sobre el camino del alacrán.
  • 56. Gotas No bastaría una vez Para su final no alcanza su principio Hace falta algo más Algo que sólo estaría si se lo concibiera. Quien empieza sabe que otro lo empezó Quien lo termina adivina que no es lo último Los extremistas saben que no lograron lo extremo Y aunque lo digan, quién habría de creerles? Y entonces llueve y el techo se erige protector Y el brazo extendido ofrece su calor y sosiego Y la mirada tranquila expone su calma lograda Y hasta una sábana sabe que quien la posee no la sobrevivirá. Un poco de estilo El ojo de diamante rasgando el vinilo Lo que habíamos sembrado para ampliar el recipiente Lo que habíamos entregado para vaciar la copa y llenarla de sed. Deberías de seguir al humo Morder el reflejo de la luna Ceder a toda tentación Pero creer, sin resquicios a la duda. Saber que la carne es blanda, y no tan débil Y que lo blando no puede con lo blando Y que lo duro exige esfuerzo Como la habilidad talento. No se trata de una elección Sino de miles, tantas como respiraciones Pues no hay libertad en un gesto Sino en cada uno de ellos, durante todo el tiempo imaginable. Para que la decisión de cada día Defina la altura de la última Y para que la última No tenga que ser el reflejo de las anteriores. Juego denso y real Donde se zambullen los pocos Los que en carne verbalizan la noche oscura Y la claridad del pasado entonces resultante. Las gotas simples, cachorro.
  • 57. El detalle preciso Gustaría desde el principio Para que cueste trocar la sonrisa primera Por un manantial de llantos Así como una sola risa borra el llanto del nacimiento. Acariciaría el vientre, y no la mejilla Buscaría el centro y no la altura Daría con la meta Antes que con las huellas de sus seguidores. Cuando se sienta posible El blanco en el corazón del hielo Punzando la idea de su transparencia Los nidos que desatan la sed de sus buscadores. En otro continente una pluma dorada La tierra primera de los cabizbajos El asiento de espera, el pasillo silencioso Lo inmediato a merced de quien lo ignora todo. Dale el puño en la nariz Dale a beber del polvo Haciéndole saber que el sacrifico vale En tanto y en cuanto existan juicio y juez. Señala que al final pudiera no haber nada Que el final mismo pudiera ser la nada Prueba el corazón, venciendo a la mente Pruébale a la mente, estrujando con todas tus fuerzas al corazón. Anota el nombre del vencedor Y sólo ten en cuenta al vencido Que suelen quedar restos Y todo lo que resta suele seducir al tiempo. Lo que tengas que hacer, SI LO DESCUBRES, hazlo ahora Haz esa llamada, ve a votar, acude o huye, entrega o retén Es más que parte, y no es más que todo Es espiral que juega fuerte, que quema al fuerte. Está ahí Al alcance Basta asumir la decepción Con el pecho abierto de un tajo por la esperanza Pues, acaso, no hay heridas que no necesitan sanación?
  • 58. El viejo campo Porque aquí ya no sorprende aunque afecta La presión que aumenta sin pretensiones Las ventanas cerradas por dentro y por fuera La mole de calor que puede absorber cada célula. Así el canto, lleno de vidrios rotos Refiriendo a los gestos un poco torpes Que a los ojos se vuelven motivo de lástima Pues muy en el fondo, se sabe, se sabe bien Que nadie quiere hacerle daño a nadie Y que si ocurre alguno, lo sufre el débil Lo comete el bruto, siéndolo por decisión propia o genética Y lo que cuesta es detener las manos que buscan ser puños. La violencia embiste la labor de la inteligencia Más allá de la paciencia, bien o mal demostrada Hay un estado de humores que buscan pureza Para escuchar se hace preciso ese silencio que no llega. Por y en el viejo campo dos almas en disputa Y cada una con la propia, en su propia esencia Para que nadie venga a rescatarme Y deseándolo para vencer al deseo. Raíces y hongos, fuentes del veneno Laborando con lo letal Enfermizamente sin miedo El recuerdo de una cuchilla atravesando una sierpe. Vale menos el mismo demasiado Por dar una vez en el centro se exigen otras tantas Y relucen las armas, y relucen los músculos al sol No se aprietan los dientes, no se aprieta el puño Hace tiempo se trata de aguardar el momento Dado los contendientes no se trata de aciertos Sino de errores involuntarios, donde cede la voluntad Ahí, exactamente ahí donde se erige el magnífico edificio de la resistencia. Por un viejo campo, viejo de veras Un pedacito de algo Que alguno diría: déjalo pasar Que otro diría: no lo abandones Y que aquí se trata de poseerlo Y así, entonces, arrojárselo a los cerdos Como se arrojan sonetos A las hienas sedientas de metáforas.
  • 59. Romántico La historia comienza con descripción El muslo por un descuido descubierto Su vientre intenso develado por la intuición Y claro, el antiguo aviso de una posible perdición. Se ha esperado el momento, por años Y al abrir la puerta el corazón reboza Miedo y coraje se entrelazan en brava danza Ante la presa que puede no serlo, se alían. La obsesión se abre paso, y queda atrás Sin importar la estación el aire quema Ningún cansancio cuenta, no se duerme Las vueltas son alrededor de uno mismo. La imaginación ni siquiera considera su concepto La imagen es clara, su ausencia infinita Sólo el futuro mantiene firme el avance de las piernas que tiemblan Bautismos y funerales, quedan, quedan, quedan incrustados en un muro. Tan poca es la muerte hasta entonces Y tanta es la vida que lo hace posible Que la razón se evade, y la fe surca la roca No basta el agua, es precisa la lava. Nada como sujetar una muñeca Nada como superar una torcedura Fuerza contra fuerza, enfrentamiento cruel y crucial Vencer un instante o arrastrar por siglos la derrota. Fácil, poco por todo En los subtes La noche de concierto Las copas mal tomadas. Los detalles de la alta costura Los pormenores de quien conoce la miseria Una almohada que aguarda a su cabeza Y el guardián que por años la supo cuidar. La versión del Génesis, la imposible Donde no hubo un primer hombre Sino un primer niño Que miró al cielo, y aunque no lo entendió Le sonrió, como sonríen los hombres, cuando recuerdan su alegría. 18.12.02
  • 60. Disculpas Como tenía razón, perdí la paciencia Violenté la tierna estructura de sus mentes Porque aunque fue más de lo soportable lo que aguardé El esfuerzo que desplegaron no fue hacia la comprensión. Aún así, tuve que pedir disculpas. Mas que quede claro, logré lo que quería Que muevan sus traseros amantes de sus sillas Que por un instante sientan la esencia de la verdadera presión La que una vez iniciada jamás puede ser detenida. Yo, solo, sólo usé la mitad de mi vida en unos minutos Ignoro si con lo que hice cambiaré sus vidas - y la historia dice que no cambiarían nunca - Pero al menos les cambié el día, y su manera de mirarme. Pensando en el tiempo que viene Todos vivimos el momento que está pasando Donde el rebelde soy yo Donde lo que hago no es lo que suele hacerse. PERO, más temprano o más tarde Habremos de volvernos a ver Con la sangre fría, que yo calenté Darán de nuevo con el torrente de mi incendio. Y de nuevo, con poco filo y mucha fuerza Los detalles más precisos, la historia real El recuerdo del pánico ajeno, partiendo del propio La exposición veraz, la que ensordece. Por supuesto, frente a testigos Para que sea abierta la certeza De que el ritmo de uno difiere del ajeno Y que así como alguien tiene que aguardar por todos También alguien tiene que empujarlos Como se empuja una mesa llena de mercancías Como se empuja a un supuesto contrario Y entonces DEMOSTRAR que cuando uno empuja DEBE saber sostener. Y poder decir: oye, si te gusta lo que miras Acaso falta algo para que lo seas? Y comprender que cualquiera sea la respuesta, sería correcta.
  • 61. Viernes Después de Júpiter, Venus El día que comienza a medianoche Y no los actos en la noche de ese día Claro efecto de lentes que no encajan. A pesar de todo, es aquí y en privado Donde sigue tejiéndose todo La ermita frente a la catedral La desnudez frente al hábito. En el ansia por lo inmenso Se recuerda a la perla, protegida Aprisionada pero no prisionera Libre desde el momento que vive su esencia. Fija en el papel un poeta su imagen Al vuelo lo hace esclavo A cada instante le da un momento Y hace su vida de un salvaje rebaño de palabras. Cada hoja palpita y respira Y está dispuesto a quemarlas todas Por cada hora que escribe Otras dos recoge leños para esa fogata. Escribe para él, apoyado por los muertos En su retorno se extravía Y mientras golpetea teclas De propósito va martillando corazones. Lo que tiene asfixia Alienta lento lo que le falta Y pudiendo que esté en lo mismo Hay quien se resiste a la cacería. Se negaron a seguir volando las mariposas Decidió la rosa ser negra El niño dio muerte a su hermano Y las palabras se fueron Les quedó el recuerdo del miasma La imagen del duro tratar La leyenda de una comprensión La huella que no sorprende, que duele porque existe Que existe únicamente para señalarse Para mostrarle a las cosas que estuvo ahí, de paso.
  • 62. Sin telas Rasga el silencio la oscuridad Sin ella la voz es distinta Todo lo demás es conocido Pues su carencia lo abarca todo. Tan tremendo el dolor Tan grande la angustia Que se accede a la desesperación Y se hace posible la paciencia. Dado el nuevo mar Se busca aplacarlo Hondo se respira Y es por tensión que la piel se vuelve tersa. Se perdona al rival Y se perdona la propia vida Se perdona todo Y todo por intentarlo una vez más. Pasa el tiempo, y pasan los tiempos Otras figuras y otros roces En el humo y en la noche Donde el águila y el tigre no llegan Donde llega, solo, sólo el hombre. El lienzo se tiñe de sangre La furia contenida, prueba sus cadenas El catre de la anciana detiene El imposible juega con sus dagas. Tiene nombre Lleva música su grito A oscuras se busca la luz Aprieta el pecho su verdad. Cascadas rompiendo el corazón El desove de los peces sin ternura Hay escape y huida Hay gestos no vistos Una boca y dos manos El manco y el mudo Hay querer tocar el infinito Hay el alma que lo exige Y ella no está.
  • 63. Ladran El poco más, cuesta Suda la frente Poco recoge la mano Y se sigue. Entre garabatos lo hizo posible El ceño fruncido La voz que le fuera otorgada Que decidiera aceptarla Como se acepta una misión Dejando todo de lado Por el brillo que impuso la obligación Por el orgullo del peso soportado. La respuesta brutal Donde no tienen cabida las caricias Cuando es boca abajo Y es el acero el que busca a su mano. Alguien sabría Lo diría al viento Lo ocultaría la lluvia Lo ocultarían los lobos. Se parte algo dentro Sangra el dolor extremo Corre la pena por la cara Resisten los ojos, con conciencia Un poco más. El suelo atrae a las rodillas Ceden, y la mejilla ofende Se es humano y se es vida Se soporta y así se impone. Breve es el gesto del brazo Pero profundo como el abismo Breve son los labios Pero exactos, tanto que cortan, cortan, cortan, cortan Y así cuentan Que saben contar La vez que dudaste La vez que mordiste La vez que rozaste el sueño de lo que eras Que sigue aguardando.
  • 64. Sonidos Saber que sucedería Evitaría perder la piel Dolerían las luces Pero no se llegaría al llanto. Sería entonces el acompañante El que protege la luz de tu juego Aquel que cuida que te diviertas Y el que facilita la mañana de labor. Bastaría con que me mires Respondiendo con una todas mis miradas Una posibilidad, por sobre todas las certezas El sueño de Abel manifestándose en el día. Mientras tanto, mis pasos en la cetrería Provocando erisipela en los no aptos Ir perdiendo los colores entre la hierba Sentir la no prisa del llamado de la fuente. Voy hacia ese día Donde sentiré los pasados Hacia el remanso de tu ser Bajo la tormenta de tus ausencias. Mido mis actos, mis excesos Sin lograr confundir a mi mente Me lastimo un muslo Y porque duele me obliga a caminar. Viéndote danzar Ir a por jóvenes furias La garganta también seca Y el brillo de los ojos distinguiéndote. El hielo justo entre las nubes Un rostro mirando desde otra ventana El anciano que todavía puede soñar Y la caravana que con bravura sigue elevando al polvo. Habiendo estado aquí Con la piel de miel Garras convertidas en manos Interrogando con el corazón Abriendo su historia como se abre un puerto.
  • 65. Todos estos años Discutiendo la citara Tentando rasgar el tiempo Abriendo imágenes en la mente Desesperando el sentido a todo. Ahogando o extraviando ilusiones Buscando lo prohibido Lo que se oculta bajo la piel Lo que se esconde tras los ojos. Con el corazón sin su palabra Por la ley del más débil Con la razón del irrazonable Partiendo apenas llegaba. En la sed por conocer Y en lucha contra la memoria Acallando suspiros Atendiendo los cables del alumbrado. Amaneciendo con una convicción Esperando paciente por la noche Llevando en la garganta la sensación De que uno de estos días pudiera no poder más. Haciendo como que irías a volver Diciendo que más allá o aquí lo harías Y que por una vez nadie más sería considerado Y que por una vez la duda sería desterrada. Escudriñando la posibilidad de los momentos Observando la convergencia de los astros Anotando los ciclos económicos Contando monedas ajenas y propias. Sin poder volver atrás Con la obligación de continuar Con alma pobre y lastimada Cubierta siempre por una coraza insoportable. Callando lo más sincero Tratando de sanar lo imposible Comprometiendo un respirar Liberando de efectos noches enteras. Todos estos años, buscando.
  • 66. Puta Llenó de arena mojada la cama Clavó su pasado en sus ojos Mordió en la fruta del odio Dispuso el crimen. Tersa la piel, duro el corazón Ropas llamativas bajo las estrellas Desconocería la flauta y el candelabro La copa de vino y la mentira sutil. Llevó su vida a cuestas Como tantos, se bebió su propio llanto Su secreto fue su niñez, nada más Sin querer, sin quererlo, entregó el futuro. Por dinero, capaz de salvar una depresión Rota la fe, destrozada toda esperanza También tendió los brazos También cayó para volverse a levantar. Quiso la historia hacerla fuerte Darle cabellera y un puño duro Lo que ella quiso nadie lo contó Nunca nadie quiso saberlo. En el estanque aguarda el agua El polvo va cumpliendo su tarea Y en el aire algo parece quebrarse Se empujan los instantes, se forja lo puro. En el bolso, unas monedas, pocas, siempre pocas Pero que alcanzarían, esta vez, a los ojos de los dioses A los ojos de los jueces, de los hombres, y hasta de las águilas Esta vez alcanzarían, para comprar un frasco de perfume. Una vez más el escándalo De nuevo la crítica y el rechazo Otra vez la negación Las manos que apartan con dureza Tanto, que algo inmenso las descorre y las detiene El Hijo que vivió la misericordia La carne que valora la carne Dándole valor a cada una de sus lágrimas A cada una de sus intenciones A toda sus historias, una tarde, entre la gente.
  • 67. Mientras Ya vendrían o estarían Desde lo hondo, daría igual Muertas las expectativas Nada más que crepúsculos avanzando. Puede que cada uno de nosotros No esté más que esperando por su muerte Haciendo cosas, o no haciendo nada Y que todo esto constituya un secreto grave. Puede que en cada telaraña En realidad se vaya tejiendo el destino de naciones Que no lo entienden porque no lo saben Que basta un descuido para quedar atrapadas. Puede que las tejas no quieran a las nubes Que pierdan su voluntad las estrellas Que las cartas siempre hayan estado marcadas Que toda imagen siempre haya sido una mentira. Pero puede que no. Quizás todavía logre el sol Sentir amor por un niño Puede que el niño lo sienta Que algún hermano lo vea. Quizá todavía sea posible Una buena voluntad El gesto que exprese que falta mucho Pero que no faltarán la ayuda. Y habría que creerlo Y predicarlo tras vivirlo Alcanzar los estandartes Y sobrepasar sus símbolos. Aprender a abrir los brazos Y captar la fuga del universo Hallar el camino y aceptarlo Dejar que el alma intente su vuelo.
  • 68. Físico Sin sal en la comida Porque no había comida Frente al espejo Cansancio versus anhelo. Viaje del cuerpo o el de la mente Los lugares a los que llega la intuición Y aquellos para los cuales preparas las maletas Y para todo un calor intenso. Se invoca, y se deja ver La salida que es entrada Que no tiene dimensión Que se siente lo abarca todo. Cada nota coincide con lo imaginado El cuerpo pide tensión Algo ya le había negado el descanso Accedió al reposo, de nuevo quiere. Patología positiva El verdadero sabor de la fama Lo que se dice a escondidas Lo que se mira de soslayo. Dentro de la prisión Donde uno es el que aprieta Y la sed es provocada Fraguando horas. Puntos oscuros al costado Objetos que brillan y pasan Tiembla la liviandad del piso Todo es frágil, demasiado frágil. Juega la apariencia Oculta su esencia Una sola resistencia Señala todas las posibles Una sola visión justifica las miradas Dado el círculo habilita el centro Se vuelve necesario ir Es preciso aquietarse a mitad del bullicio Hay que unirlo todo.
  • 69. Llorare Estaban del otro lado Al otro margen Del otro lado de la vereda No tenían nota, no tenían familiares. Y siguen estando. A veces consiguen un abrazo Saben lo que son, en donde están Saben les cuesta más Y aún así, a veces, sonríen. Y es cuando ocurre su alegría Que dentro mío algo grita que no puede ser Que no es justo y que es real Y ni siquiera lo quiero escribir. Es mirar a los costados en busca de alguien Que cruce no el río, que para eso están los poetas solitarios Sino que cruce el pantano y atraviesa la lepra Y ver que no hay alguien, y ver las propias piernas. Es sentir que no tendría caso siquiera intentarlo Pero también tener las fuerzas para contradecirse Contraponerse y enfrentarse y lanzarse a la sucia tarea Con una señal antigua grabada en la frente, la de la venganza Marcar en el principio la lucha que también habrá de darse Contra aquello que fue lo que impulsó Buscar desenfrenadamente al asesino Para que esté en las manos su día, y que la opción sea dejarlo ir. Del otro lado. Es más difícil para los marginados Se respira difícil cuando se los sabe Siempre vienen a la hora de la cena O cuando empieza el día, en la brillante mañana. No corren, no caminan, no van, están A ver quién hace algo al respecto A ver si alguien, por querer mostrarles a alguien Termina, al final, por fin, realmente viéndolos. Con la única mirada que puede llegar a ser verdadera La que implica la humildad de aprender La que por desesperación accede a la fe en lo más alto de todo Y que destroza el corazón para enseñarle que con caridad puede ser repuesto.
  • 70. En mi contra No tendría fin la extrema quietud De guardar tu rostro en mi soledad Soñar con tus manos en la duermevela Aunque nunca estés... Como aquel cristal de tu dulce risa Que habrá de volver. Y al buscar tu esencia Entre tanta ausencia Queriendo que al río Lo puedas cruzar Abrir los caminos Que saben las flores Habrás de vivir... Con la cara limpia Del ave que emigra Para regresar. Y la noche entera que siempre te llama Cantando tu nombre como realidad Le dice a los soles en grave silencio que estás por llegar. Y mi piel de niño que ya fatigó Los senderos solos del tanto aguardar La llama que clama los labios que llevas En medio del mar.
  • 71. Jugado I Gritan bajo el escenario Arde todo el subsuelo La gente sigue siendo torturada Pero esta vez, por la misma gente. Llueven latigazos El que lo porta es incansable Basta un bar y una carenciada Lo poco que tengo bastaría para todos. Abren sus ojitos los psicólogos Corre por agua caliente la monjita El párroco espera ansioso tras su escritorio A algún biógrafo le late más su corazoncito. Fuego y vendabal Quizá la palabra soez? Quizá la voz de la psicosis? Es posible en diciembre, es sabido. Pero, acaso ahora contarían las fechas? Mantener la calma sería más difícil Pero como en la dificultad hay tentación Si uñas tiene no se queja quien padece picazón. Así que hagamos lo siguiente Démosle reposo a todo dogma Elevemos alto el almanaque Y juguemos en serio a lo ridículo. Que los marines recorran Clínicas Que una vez más entreguen los juguetitos Que abracen a los pequeños y enjuguen sus lágrimas - ya sabemos que si de ellos dependiera les rajarían el cuello - Y que el tuerto de turno De nuevo salga a decir Con la reglamentaria voz temblorosa Y con la mirada puesta al sucio techo Que aunque no es mucho, es algo Y que así, una vez más, quede claro Que hasta una puta y una viuda Pueden más que unos soldaditos importados.