Diego Rivera y Frida Kahlo pasaron la mayor parte de los años 1931-1934 en los Estados Unidos, principalmente en San Francisco, Nueva York y Detroit, donde Diego realizó varios murales encargados. Frida también pintó durante este periodo, incluyendo un autorretrato después de sufrir un aborto espontáneo en Detroit. Finalmente, en 1934 ambos regresaron a su casa en México.