Un principio muy sencillo que nosotros buscamos cultivar es pensar glo-
balmente y actuar localmente. Nada de eso tiene sentido si mi relación
con aquellos que son los más próximos no cambia, si mi relación con lo
cotidiano no cambia. No existe un tiempo para mudar el mañana. No
existe un tiempo de mudanza de aquí a cinco minutos. El tiempo de cam-
biar es en este instante, el único con el que contamos. Esa idea de que yo
soy separada genera tres reacciones. Primero, si yo me siento separada
de las personas que me dan placer, de las cosas o las ideas, yo me voy a
apegar a ellas. Entonces yo me apego a cosas, a personas e ideas. Y Freud
ya decía que lo que más mata es el apego a las ideas. Me pongo una idea
en la cabeza, y si tú tienes una idea diferente, entonces vamos a pelear
serio hasta que yo te pruebe que mi idea es mejor que la tuya y que yo
tengo razón. La guerra está declarada. Nosotros entendemos que un pun-
to de vista es apenas la vista de un punto. Existen muchas maneras de ver
y todas pueden ser correctas, pueden ser incluidas, respetadas. Me apego
a esas personas, cosas e ideas porque me dan placer, si no me lo dan las
voy a rechazar. Uno es el otro lado.
Ahora la tercera reacción: los científicos hicieron un experimento. To-
maron un ratón y tres cajas diferentes. La primera, totalmente cerrada,
le ponen como estímulo una madre mecánica, un ratón a cuerda. En la
segunda caja hay como único estímulo una barra mecánica que produce
una descarga eléctrica. El ratón se acerca y recibe un choque. Si nosotros
22 cultivamos la idea de que somos separados del ratón podemos pensar,
qué bobo, por qué se expone a la electricidad, ya lo descargaron una vez,
por qué sigue yendo. Sin embargo, si no nos separamos de ese ratón, y
somos bastante honestos con nosotros mismos, vamos a ver que en varios
momentos de nuestra vida vamos y nos llevamos un choque. A eso en
psicología lo llamamos caricia negativa, en mi país dice un dicho popu-
lar: “habla mal de mí, pero por favor habla de mí”, ese es el choque. Las
personas que se mantienen en relaciones donde el choque y el conflicto
se mantiene presente. En la tercera caja el ratón no tiene ningún estímulo.
¿Cuál de los tres se va a morir primero? El que no tiene ningún estímulo.
La indiferencia mata, y nosotros estamos tan indiferentes que ni nos da-
mos cuenta de nuestra indiferencia. El primer paso es reconocer nuestro
tamaño enorme como seres humanos. Reconocer que lo sentimos todo, y
ejercitar esa humildad de ser plenamente humano. Todo lo que negamos
se torna más fuerte. El primer paso es acoger todo eso e ir cambiando, va-
rias veces al día, porque no es un cambio permanente, es un movimiento
continuo en todas las direcciones.
Vamos a hablar un momento del arte de vivir en paz con los otros. En
Unipaz entendemos que el conflicto es natural, inevitable y hace parte de
la vida. El punto es cómo manejamos eso. No es posible que vivamos re-
laciones interpersonales sin conflicto. Entonces desarrollamos un trabajo
que tiene como único foco el conflicto. Primero trabajamos los conflictos
intrapsíquicos. Después trabajamos los conflictos en la relación interper-
sonal, y los conflictos que surgen a nivel grupal. Eso hace parte del pro- 23
ceso educacional. Lo antes posible que los niños aprendan a manejar
eso, le facilita al niño manejarse en la vida. Ayer en la radio hablábamos
de la cantidad de emociones destructivas catalogadas hasta el momento.
Para hacer la transición de la rueda de la destrucción a la rueda de la paz,
el primer paso es reconocer que yo siento todo, y buscar para eso de la
forma más abierta, para que pueda dar un paso adelante.
Esa fue la rueda de la paz y ahora vamos a entrar en la ecología ambien-
tal. ¿Ustedes recuerdan el año en el que el mundo vio esa fotografía?8 La
primera vez, yo me acuerdo, fue en 1969. Yo demoré mucho para ver esa
foto. Ustedes ya nacieron viendo, pero yo no. Los jóvenes que están aquí
ven en internet el planeta en tiempo real en cualquier momento, pero mi
generación demoró en verlas. Entonces tenemos un investigador que nos
gusta mucho, Carl Sagan, si tomamos toda la vida de nuestro planeta y la
convirtiéramos en un año, el ser humano solo existe hace tres minutos.
Somos tres minutos y no hay un acuerdo al respecto de eso. El hecho
es que yo he oído muchas teorías pero no hay ninguna que diga que ha
estado en el planeta por más de cinco minutos. Somos muy jóvenes en
el planeta, somos niños, no aprendemos a convivir con este planeta tan
maravilloso. Cuando los astronautas fueron al espacio y trajeron esas fo-
tografías, uno de ellos lo miró y dijo “por dios, está vivo”. Por primera vez
nos dimos cuenta de que somos habitantes de un planeta que está vivo, y
eso me da esperanza, es muy reciente y las cosas suceden rápidamente.
24
8 Se refiere a la huella del hombre en la luna.
Eso no nos quita la posibilidad de actuar en este preciso momento. No
somos separados de la naturaleza, y esa metodología nos va a ayudar
a entender que cada uno de nosotros es un planeta agua. Cuando nos
ponemos delante del mar y miramos y quedamos azorados contemplan-
do esa inmensidad y silencio, en verdad lo que estamos proyectando es
nuestro tamaño como seres humanos y misterio. Sabemos muy poco de
ese gran océano que hace parte del planeta, de la misma forma en que
sabemos muy poco con respecto a nuestra vida. Nadie puede permitirse
ser arrogante: sabemos muy poco. Entonces somos agua, principalmen-
te, entonces dónde está la naturaleza, cómo puedo separarme. Entonces
aquí lo que buscamos es traer experiencias, no solo las ideas. Con la
experimentación nuestra mente empieza a cambiar.
Entonces la última faceta de nuestra rueda. La rueda de la paz en relación
con la naturaleza.
Cuando buscamos cultivar la armonía con la materia, de la vida y el co-
nocimiento en relación con la inteligencia y la información. De esa forma
trabajamos las tres ecologías integradamente. Esa es nuestra propuesta.
Quiero entonces agradecer a la Universidad de Antioquia, al profesor
Beethoven, a Gisela, a Jacobo, un grupo maravilloso que nos acoge, y a
todos ustedes.
Muchas gracias.
25
CODA
L a intervención de los participantes del encuentro con Uni-
paz, tan fugaz como el viento en un verano seco y prolon-
gado, deja al público una pregunta y una respuesta.
Clara: ¿Cuál es la metodología para crear esos puentes?
Lydia Rebouças: Todo trabajo comienza en nuestro
cuerpo. Por ejemplo, en este instante, coloque una
mano en su pecho y la otra en la barriga. Solo observe
cuál parte de su cuerpo se mueve más: ¿el pecho o la
musculatura de la barriga?
La respiración de la desarmonía, de la violencia, de la
ansiedad, de la inquietud, del apuro, es siempre en el
pecho. La respiración fruto de una presencia más plena
en lo cotidiano, como movimiento y entereza, siempre
va a mover la musculatura de la barriga, llega hasta ella.
Cuando respiramos en el pecho, superficialmente, esti-
mulamos el sistema simpático y producimos cortisona y
adrenalina en la sangre. Respirando profundamente lo
26 evitamos.
Si logran eso, si se acuerdan, es un paso maravilloso
que habrán dado. Todos enfrentamos en lo cotidiano y
en la vida, situaciones que son absurdas y no hay nin-
guna explicación, y en medio de esas situaciones de-
bemos respirar profundamente ¡siempre! También para
que nuestro bienestar se mantenga sostenido.
Entonces, vivir en paz es una respiración, es un relaja-
miento físico, muscular. Aquietar nuestra mente, y ma-
nejarnos los unos con los otros y con la naturaleza. Ex-
perimentamos eso de una forma bien concreta, nuestro
trabajo tiene dos alas: la teoría y la vivencia.
Al finalizar el encuentro, un profesor de Educación Físi-
ca de la Universidad de Antioquia, esboza una idea que
queda en el aire, se pregunta por qué en la universidad
el cuerpo y la sensibilidad no suscitan interés.
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EL ARTE DE VIVIR EN PAZ
Autor: Prof. Dr. Pierre Weil
Facilitadora: Lydia Rebouças
29
P A Z
En hebreo
“estar en paz”
significa
“estar entero”
30
Preámbulo del Acto
Constituyente de la UNESCO
“Las guerras nacen en la mente de las personas,
de tal forma que, es en la mente de las personas
que deben ser erigidos los baluartes de la Paz”
34