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MANUAL DE TEJEDURÍA
Ninette Frederiksen Svenhall
La tejeduría es una de las actividades artesanas
más antiguas que se conocen y su práctica re-
quiere conocimientos amplios y difíciles de
conseguir sin algún tipo de ayuda o estudios.
La autora, tejedora y maestra de tejedores,
ofrece en este libro un material didáctico sufi-
ciente como base de una iniciación al tejido en
sus múltiples vertientes, es decir, un material
útil no sólo al interesado por la técnica del te-
jido o del tapiz como oficio, sino también para
el posible tejedor aficionado que hace del tejido
en telar manual un hobby, pero para el que no
es menos necesaria una buena base teórica y
práctica. A partir de este material, suficiente e
imprescindible para una iniciación a la técnica,
es posible cualquier especialización o profundi-
zación por amplia que ésta sea.
Ninette Frederiksen, sueca afincada en Altea
(Alicante), crea en 1975 un Centro de Tejido en
el que funciona, por una parte, un taller de car-
pintería dedicado a la fabricación artesanal de
telares y accesorios de todo tipo y, por otra, un
taller-escuela de tejido en el que, además de la
producción de tejidos de artesanía, se imparten
a lo largo de todo el año cursos de tejido para
principiantes y profesionales de las técnicas
textiles.
(Nota en solapa)
MANUAL
DE TEJEDURÍA
Ninette Frederiksen
Ediciones del Serbal
Procedencia de las ilustraciones
Dibujos: Johan Frederiksen todas las fotografías han sido realizadas por Roni
Foto Suecia salvo las siguientes pág 241 Rudolf Moeschlin pág 232 (abajo),
Anita Gandahl fig 257 Estudio Badosa pag 236 y 204 (abajo). José Luis Ba-
rroso pag 244 Antonio Díaz Martínez Ninette Frederiksen figs 88 138 216
226 227 228 229 253 p 108, 138, Patty Stratton, sobrecubierta, p 2
Primera edición 1982
Segunda edición revisada 1986
Tercera edición revisada 1989
© 1989, Ninette F Svenhall
© 1989, de esta edición, Ediciones del Serbal
Impreso en España
DL B 6602/89
Impresión Grafos S A
ISBN 84-7628-061-0
Digitalizado por ch0kl0
Sumario
Introducción.......................................................................... 6
I El telar ..................................................................... 9
1. El proceso de tejer y diferentes tipos de telares 10
2. Montaje y preparación del telar .......................... 22
II La urdimbre................................................................. 31
3 Preparación y montaje de la urdimbre ................ 32
4 Proyecto del tejido ............................................... 35
5 Embobinado del material de urdimbre ................ 37
6. El urdidor y la urdimbre ....................................... 39
7. Distribución de la urdimbre en el prepeine......... 52
8. El enrollado de la urdimbre ................................. 59
9. Remetido por lizos ............................................... 67
10. Remetido por peine ........................................... 70
11. Anudado de la urdimbre................................... 73
12. Armadura de lizos y pedales ............................... 78
III La trama....................................................................... 89
13 Accesorios para la trama....................................... 90
14. Embobinado de la trama...................................... 92
15. Control previo al tejido ........................................ 94
16. El tejido................................................................. 97
IV Teoría del tejido.......................................................... 109
17. Representación gráfica ......................................... 110
18 Los ligamentos fundamentales y sus derivados
más corrientes ................................................... 116
19 Numeración de los hilos...................................... 130
V Proyectos y aplicación de diferentes técnicas......... 139
Generalidades acerca de los tejidos y sus técnicas... 140
Tejidos de diferentes aplicaciones ............................. 232
Índice..................................................................................... 246
Bibliografía.... ............................................... ........................ 248
6
Introducción
La tejeduría es una de las actividades artesanas más antiguas que se
conocen Ya en tiempos remotos existían en los países mediterráneos
especialistas dedicados a la tejeduría en plan comercial Cuando apare-
cieron los telares automáticos, la tejeduría se transformó en industria, lo
que supuso la pérdida casi total de los conocimientos populares de técni-
cas que hasta entonces se habían ido desarrollando y transmitiendo de
generación en generación ¿Cómo se puede explicar entonces el renaci-
miento de la tejeduría manual?. Varios pueden ser los motivos Quizá se
pueda citar en primer lugar la necesidad que la persona siente de crear
algo Por otra parte, existe también un mercado que solicita productos
únicos caracterizados por la no identificación comercial, productos con
un sello personal e irrepetible que sólo el trabajo artesano puede ofrecer.
Sabemos, además, que la tejeduría manual por múltiples razones ocupa
hoy un lugar de importancia en la educación e incluso en aplicaciones
terapéuticas, es más la tejeduría manual, tan atrayente como hobby en la
actualidad, se está reafirmando nuevamente como profesión
Esta artesanía requiere conocimientos amplios y difíciles de conseguir sin
algún tipo de ayuda o estudios Los cursos de tejeduría manual que he
impartido en Altea me han animado a componer este manual esperando
llenar con él un vacío de textos adecuados al respecto, y con la intención
además de cubrir debidamente la enseñanza de las bases fundamentales
del tejido. A partir de ahí cualquier alumno podrá ampliar sus conoci-
mientos con el descubrimiento personal de nuevos caminos, pues, en
definitiva, puede decirse que todo tejido tiene su origen en una técnicas
elementales que, combinándose entre si o bien introduciendo en ellas
determinadas variaciones darán lugar a tejidos diferentes.
La persona que vaya a iniciarse en la tejeduría manual puede sentirse
extraña ante el telar indecisa por la cantidad de pasos previos que re-
quiere el proceso o confusa por la profusión de términos totalmente
nuevos para ella es perfectamente comprensible, son necesarios un es-
fuerzo y una dedicación pero es seguro que si se persiste en ello se
recogerán los frutos.
En la enseñanza de la tejeduría es necesaria la debida atención al telar co-
mo instrumento que nos permitirá la realización del tejido
Las instrucciones de este manual se centran en el telar horizontal por ser
este tipo de telar el que ofrece más amplias posibilidades para quienes bus-
can el perfeccionamiento y la investigación en esta artesanía, de ahí que
su aprendizaje sea más difícil
Quiero terminar esta introducción agradeciendo la colaboración de todas
aquellas personas, alumnos y otros amigos que con su aliento, unos, y con
su ayuda práctica, otros, han hecho más fácil la composición de este ma-
nual y no puedo, desde luego, dejar en el tintero nombres como los de Ma-
riano Muñoz, Montse Camps, ambos buenos amigos, Mariano como
conocedor de mi propio idioma, sueco, me ayudó en la primera redacción,
y Montse, como profesional de la tejeduría, leyó y corrigió todo el material
en una etapa más avanzada, uno y otro me ayudaron a que pudiera dar,
en español, una explicación de lo que es la técnica del tejido en telar manual
Le doy también las gracias a Johan Frederiksen, cuya realización de los
dibujos para este libro me ha sido una valiosísima ayuda
Finalmente agradezco muy especialmente a mis hijos Andrea y Laban
(Bengt) por su estímulo y apoyo en los momentos más difíciles que inevita-
blemente se han presentado en la larga tarea de reunir los datos y recopi-
lar el material para este libro
Altea 1989
La autora
7
I El telar
10
1 El proceso de tejer
Al parecer tejer no es sino una evolución del trenzado. La palabra textil
procede del latín texere un amplio vocablo que abarca tanto el trenzado
como el anudado. El trenzado puede realizarse de diferentes formas y
siguiendo distintos sistemas el que mas se asemeja a un tejido se com-
pone de fibras tensas y paralelas entre si entre las que se entrelaza otra
fibra -trama- de longitud variable de forma que de una o mas pasadas
El sistema de fibras en paralelo a través de las cuales se introduce la
trama se llama urdimbre (fig 1)
El telar
La función principal de un telar es mantener los hilos de urdimbre bien
tensados y ordenados para facilitar la pasada de la trama. Los hilos de la
urdimbre están recogidos en dos travesaños o rulos -plegadores- el
plegador de hilo en el que se enrolla la urdimbre no tejida y el plegador de
tela en el que se pliega el tejido realizado (fig 2 y 3)
Tomando en consideración la posición de la urdimbre en los telares se
clasifican estos en telares de urdimbre vertical y telares de urdimbre hori-
zontal. Unos y otros están provistos de lizos que permiten separar instan-
táneamente cierto numero de hilos de urdimbre diferenciando asi dos
capas en la urdimbre y formando una apertura que denominamos calada
por la que se introduce la trama.
Fig 1 El trenzado de urdimbre y
trama
Figs 2 y 3 Dos formas simples
de tensar la urdimbre entre los
plegadores
Telar de urdimbre vertical
En el telar vertical se consigue la primera calada poniendo de canto una
varilla plana de madera que pasa por la urdimbre dividiendo la misma en
dos planos de forma que los hilos de numero impar queden delante y los
hilos pares detrás de la varilla respectivamente o a la inversa (Fig. 4) La
segunda calada se consigue haciendo pasar un cordón único detrás de
cada uno de los hilos que hayan quedado detrás de la varilla. Este cordón
va unido a una barra que descansa en unos soportes situados en los
laterales del telar (Fig. 5)
11
Fig 4 Telar de urdimbre vertical primera calada Fig 5 Segunda calada
12 Telar de urdimbre horizontal
El sistema descrito arriba puede restar capacidad en cuanto al ritmo de
tejer debido a la ocupación de las manos en el manejo de los lizos. El
hecho de cambiar la construcción del telar y disponer la urdimbre hon
zontalmente permitió unir los lizos a pedales debajo de la urdimbre, im-
pulsando asi el movimiento de los primeros con los pies. El sistema más
primario consiste en que todos los hilos impares de la urdimbre están
unidos mediante un cordón a un listón de madera y los hilos pares a otro
Aparecen asi dos lizos cada uno de los cuales esta atado a un pedal (Fig.
6)
Los dos telares descritos son denominados popularmente alto lizo y bajo
lizo -del francés haute y basse lice-.
En los telares de bajo y alto lizo de los tipos que se indican en las figuras
4 y 6 suele efectuarse el entrecruzamiento de la trama en pequeñas
partes de la urdimbre ajustando cada pasada con un peine manual o una
canilla (figs. 7 y 8).
Ahora bien determinados tejidos requieren para su uniformidad pasar la
trama de un extremo a otro en una sola operación, lo que ha motivado el
desplazamiento de los lizos sobre el plano de la urdimbre a la vez que se
sustituye el cordón único por un sistema de mallas. Los hilos de urdimbre
pasan por el ojal central de las mallas quedando uniformes y al mismo
nivel. De esta manera al abrir la calada se forman capas regulares y se
facilita el paso de la trama.
Fig 6 Esquema de un telar de
bajo lizo
Figs 7 y 8 Peine y canilla para
apretar la trama
Esencial para el perfeccionamiento del telar horizontal ha sido la introduc-
ción del batán, que permite ajustar la trama del tejido en toda su anchura
a la vez además, el peine insertado en el batán ordena los hilos de
urdimbre
Observemos el proceso de tejer en un telar de dos pedales y dos lizos con
mallas (fig 9) El movimiento de ascenso y descenso de los lizas se realiza
mediante los pedales conectados a ellos. La introducción de la trama se
efectúa con una lanzadera que lleva una bobina con el hilo. En la primera
calada formada al pisar el pedal los hilos impares quedan debajo de la
trama, en la siguiente serán los hilos pares los que pasen a estar debajo
de la trama al pisar el otro pedal. Estas operaciones realizadas alternativa
y sucesivamente determinan un tejido cuyo ligamento denominamos
tafetán -en catalán plana-, de donde viene el nombre de telares de
tafetán o telar a la plana.
13
Fig 9 Esquema del proceso de tejer
14 Lizos pedales y batan caracterizaron desde antiguo al telar horizontal la
posterior evolución del mismo se ha centrado principalmente en pro
veerlo de un mayor numero de lizos y pedales y en perfeccionar los
diferentes mecanismos de acción.
En el telar de pedales de mano en la figura 10 puede observarse que el
batan tiene su base en la parte inferior del mismo y que los lizos en
forma de marcos constituyen un solo cuerpo con los laterales del telar
En el telar de la figura 11 el batan pasa a estar pendiente de la parte
superior del telar al igual que los lizos.
Fig 10
mano
Telar con pedales de Fig 11
antiguo
Modelo de un telar
Diferentes clases de calada
Una clasificación general de los telares horizontales es aquella que se
atiene al tipo de calada que puede ser de baja de alza o de baja y alza
-calada mixta.
Calada de baja
En el telar de bajo lizo (fig 6) se observa que los lizos están atados a los
pedales de forma que al pisar un pedal baja el lizo conectado mientras
que el otro se mantiene en su posición la calada que así se consigue es
la denominada de baja
Calada de alza
Es la que se forma al subir uno o mas lizos tal sucede por ejemplo en los
telares de pedales de mano (fig 10)
Calada mixta
Es aquella que incluye calada de alza y de baja a la vez porque al
accionar los pedales unos lizos suben y otros bajan de modo simultaneo
(figs 16 17)
15
Fig 12 Diferentes clases de
calada de baja de alza y mixta
16 Diferentes monturas de lizos
La suspensión y accionamiento de los lizos puede lograrse por distintos
mecanismos: poleas y contramarcha. Esos mecanismos, por otra parte los
más actuales en la tejeduría manual, son los que dan nombre al telar.
Telar de poleas
En el telar de poleas (fig. 15) los lizos penden de un travesaño a través de
su conexión con el conjunto de poleas y balancines que facilitan su movi-
miento. Del número de poleas y balancines depende el número de lizos
(fig. 93)
Telar de Contramarcha
También se puede incorporar al telar una construcción de contramarcha.
En un telar de contramarcha (fig. 16) los lizos están conectados tanto en
su parte superior como en la inferior a palancas —balancines de la contra-
marcha— que transmiten un doble movimiento, el de subida y el de baja-
da. La posición de los balancines de la contramarcha puede ser horizontal
(fig. 13) o vertical (fig. 14), siendo con esta última con la que se consigue
una mejor calada. No obstante, en telares de gran anchura —más de
170 cms— puede ser más apropiada la contramarcha horizontal de dos
grupos de balancines.
Telar "Damascus" (fig. 18)
Cabe también mencionar este telar especial para los tejidos de damasco.
Obsérvese que la profundidad del telar es más grande que la de un telar
convencional; esto es necesario porque debe abarcar dos grupos de lizos,
un grupo anudado a la contramarcha o a poleas especiales y el otro grupo
activado por un sistema diferente de tracción. En la fig. 19 se muestra una
montura —arnés— para el llamado telar de tiros.
Telar Jacquard
La llamada máquina jacquard es un mecanismo más desarrollado en cuanto
al movimiento de los lizos, aplicado sobre todo en la industria pero también
utilizado en ciertas producciones artesanales.
En resumen, podemos constatar que existe una gran diversidad de telares
entre los que el tejedor puede optar para su labor, desde el más rudimen-
tario —por ejemplo un bastidor— a los más completos.
La elección del telar es algo particularísimo, pues en ella entran en consi-
deración factores muy diversos que van desde el tipo de tejidos que se de-
sea realizar a las razones más subjetivas de adecuación a las intenciones
del tejedor; en cualquier caso, es necesaria una iniciación en la tejeduría
manual sin la cual no se estará en condiciones de elegir razonadamente.
Fig. 13 Contramarcha horizontal Fig. 14 Contramarcha vertical
17
Fig 15 Telar de polea
El hecho de que las instrucciones de este manual se refieran principalmen-
te a telares semejantes a los que presentamos en las fotos 15 y 16 no impi-
de su aplicación en otro tipo de telares, pues, al fin y al cabo, son los mismos
principios los que determinan el proceso de tejer.
Fig 16 Telar de contramarcha
Fig 17 Polea especial para Fig 18 Telar «Damascus»
armadura de 10 lizos
19
Fig 19 Arnés de un telar de
tiros
22 2 Montaje y preparación
del telar
Existen diversos tipos y modelos de telares horizontales y la complejidad
de su montaje puede variar siendo mas sencillo el montaje del telar cuya
estructura forma prácticamente una unidad Lo mas corriente es que el
telar sea desmontable Las diferentes piezas de que se compone un telar
desmontable deben ser construidas de tal forma que encajen bien en sus
sitios para que el montaje se realice sin dificultad y sobre todo para que
el telar una vez montado quede estable
Las piezas mas grandes del telar son los dos laterales -bancadas- que
constituyen el apoyo para los plegadores y los diversos travesaños
El proceso que debe seguirse al montar el telar es el siguiente levantar
uno de los laterales y colocar en el los plegadores y los travesaños fijos
(los numerados 2A 2B y 2C en la figura 20). Seguidamente se levanta el
otro lateral y se acoplan allí los plegadores y travesaños montado así el
esqueleto del telar se ajustan las piezas. A continuación se acoplan los
volantes de los plegadores y se fijan con cuñas todas las piezas colocadas
hasta el momento.
Debe distinguirse entre los travesaños 2A 2B y 2C en la figura 20 cuya
función es la de unir las dos bancadas dos de ellos desde la base y el
otro en la parte superior y los travesaños restantes que cumplen funcio-
nes mas especificas en el proceso de tejer, funciones que suelen venir
indicadas por el mismo nombre de la pieza.
Los plegadores a que nos hemos referido mas arriba y que se colocan a
un tiempo con los travesaños tienen la función de enrollar ordenada-
mente el hilo de la urdimbre (plegador de hilo) y el tejido que se va
realizando (plegador de tela) Los movimientos de rotación hacia un lado
o hacia otro de dichos plegadores se hacen con la ayuda de los volantes
acoplados a ellos.
Fig 20
20
1 Bancadas
2A 2B y 2C Travesaños fijos
3 Plegadores
4 Guiahilos o barra portahilos
5 Antepecho
6 Guíatela
7 Batán
8 Pedales
9 Levas
10 Volantes
11 Travesaño soportalizos
24 El guiahilo
Se encuentra por encima del plegador de hilo. Al pasar la urdimbre por
un guiahilo ésta se mantiene en un nivel constante. Si la urdimbre pasara
directamente desde el plegador al tejido variaría su nivel a medida que
fuera desenrollándose en el plegador
El antepecho
En la parte delantera del telar se sitúa el travesaño, denominado antepe-
cho, sobre el que corre el tejido
El guíatela
Se monta por encima del plegador y sirve para que el tejedor no roce con
las rodillas la tela cuando ésta pasa del antepecho al plegador
El batán
Se coloca montando su travesaño superior sobre las muescas adosadas a
los laterales Las muescas son ajustables y se fijan una vez comprobado
que el batán está perfectamente paralelo al antepecho
El soportalizo
Denominamos así al travesaño movible que se apoya en los laterales del
telar y del que se suspenden los lizos En el telar de contramarcha penden
los lizos de la misma y el travesaño-soportalizo se utiliza sólo durante el
montaje de la urdimbre
Los pedales
Van en el travesaño más bajo, normalmente en la parte posterior del telar
Las levas
Son palancas de madera que transmiten el movimiento entre lizos y
pedales y se colocan introduciéndolas en un eje de hierro situado en uno
de los laterales. Para el encordelado entre lizos-levas-pedales se necesi-
tan cuerdas preparadas a la medida adecuada
Complementan el telar los siguientes elementos
Varillas de los plegadores, que cubren urdimbre y tela (fig 66)
Varillas de cruz, que se distinguen de las anteriores por los orificios de sus
extremos (fig 2 1 )
El peine, que se introduce en el batán y por él habrán de pasar los hilos de
urdimbre (fig 22)
El banquillo del tejedor
Puede ser independiente o adosado al telar, pero siempre debe ser sufi-
cientemente largo y variable en su altura.
Fig 21 Varillas de la cruz
Fig 22 Peine
Fig 23 Una forma de colocar la
cuerda en los plegadores
Figs 24 y 25 Trayectoria de las
cuerdas del plegador de hilo y del
plegador de tela
26 Preparación de las cuerdas para los plegadores
Deben utilizarse cuerdas fuertes y resistentes y rechazar en todo caso
aquellas que resulten elásticas
Hay distintas formas de disponer las cuerdas en los plegadores, puede
optarse por pasarla doble por los agujeros como en las figuras 24 y 25, o
sencilla, en la forma que indica la figura 23, en ambos casos se anudan
los cabos de la cuerda de manera que formen una lazada de 10 cm
Introducidos los palos atadores en las lazadas, las cuerdas se estiran hasta
que sean suficientemente largas para el trayecto que cada una de ellas ha
de seguir
Desde el plegador de urdimbre o de hilo pasa la cuerda por encima del
guiahilo hacia el interior del telar hasta alcanzar una longitud igual a las
2/3 partes de su profundidad (fig 24)
La cuerda del plegador de tela se hace pasar por encima del guiatela,
continúa por debajo del antepecho y, sobrepasándolo, se acerca al batán
(fig 25)
Los lizos
Se incluye también en la preparación del telar el equiparlo de lizos.
Un lizo se compone de dos listones que contienen mallas por cuyo ojal
central pasan los hilos de urdimbre. Hay mallas de acero y de algodón
(fig 26) Las primeras son idénticas a las que se utilizan en la industria, su
disposición requiere que los lizos -a veces en forma de marcos- lleven
dos finas varillas de hierro donde se introducen las mallas. En las mallas
de algodón los listones de madera pasan por los dos ojales grandes de las
mismas
Los ojales centrales de las mallas de acero son normalmente muy peque-
ños y se requiere un gancho especial para pasar los hilos. En las de
algodón puede variar considerablemente el tamaño del ojal, pero las más
usuales son las de ojal de 1,5 cm. Para tejidos en que la urdimbre se
tensa fuertemente -tipo alfombra- es aconsejable que el algodón de las
mallas sea grueso. En las urdimbres muy tupidas se encuentran las mallas
muy juntas, por lo que en este caso son más aptas las de hilo fino.
Cuando las mallas no estén en los lizos se guardan en grupos bien anuda-
dos por los dos ojales grandes (fig 27)
Los portalizos (fig 28)
Son dos pequeños soportes de madera en cuyas cavidades descansan los
lizos durante el montaje de la urdimbre.
Se preparan con un cordón largo en un lado y con un lazo en el otro y se
cuelgan del travesaño soportalizos.
Utilizando el nudo de la figura 29 se puede ajustar fácilmente el cordón 27
para poner los lizos en el nivel deseado
Poleas y balancines
Son los accesorios que se utilizan al colgar los lizos para hacer posible la
acción de los mismos (véase página 78 Armadura de lizos en telar de po-
lea)
Fig 26 Dos tipos de mallas de
algodón y metálica
Fig 27 Grupo de mallas de
algodón
Fig 28 Portalizo
A Nudo del portalizo
Fig 29 Manera de hacer el nudo
A
28 Telar de contramarcha vertical
La contramarcha es un sistema más completo para la suspensión de los
lizos que el que representa un simple telar de polea. El telar de contramar-
cha tiene una sobreestructura compuesta por dos travesaños que descan-
san sobre los laterales. Entre los travesaños están situadas palancas-
balancines en igual número que los lizos previstos para el telar; unas y otros
están conectados mediante cuerdas.
La figura 30 nos muestra cómo se colocan las cuerdas y la trayectoria que
siguen.
Para conocer la longitud de las cuerdas se fijan primeramente las palancas
de contramarcha en posición vertical con un freno y se ajusta después la
altura de los lizos en los portalizos hasta que el ojal central de las mallas
se encuentre al mismo nivel que el guiahilo, lo cual se puede comprobar
colocando un listón o atando un hilo entre guiahilo y antepecho.
Por debajo de los lizos el telar de contramarcha tiene, además de las levas
corrientes, otras más largas (en catalán contracalças) unidas a la contra-
marcha mediante cuerdas que pasan exteriores al telar (en el gráfico del
punto G al I pasando por las poleas H).
Fig 30 Trayectoria de las
cuerdas en contramarcha vertical
Es la conexión de las levas largas a los pedales, de una parte, y a la
contramarcha, de otra, la que determina la doble acción de ascenso y
descenso de los lizos -sistema de contramarcha.
Debemos añadir a las explicaciones sobre el montaje de lizos. pedales y
contramarcha la reciente aparición de un nuevo sistema de cuerdas (Tex-
solv) de hzos y de suspensión a base de seda de poliéster fabricada a
máquina, con el que se consigue no sólo una precisión mayor en los
sistemas de suspensión y atadura, sino, además, una ostensible reducción
del tiempo de montaje y preparación del telar
29
Fig 30 bis Sistema Texsolv
II. La urdimbre
32 3 Preparación y montaje
de la urdimbre
Es evidente que no hay un único sistema de preparación de la urdimbre y
su posterior colocación en el telar hasta que éste está a punto para
empezar el tejido Sin embargo, he optado por desarrollar el que presento
a continuación puesto que tanto el orden en que se van realizando cada
una de las fases como el desarrollo y sistema que representa cada una de
ellas me parecen no sólo los más razonables sino también los que ofre-
cen mejores condiciones para un perfecto montaje de urdimbre y por
consiguiente mejores resultados en el tejido
Proyecto
Una vez elegido el tejido a realizar se anotan todos los datos necesarios
en un papel al que denominamos proyecto de tejido
Embobinado
Si el material suministrado viene en madejas es preciso embobinarlo para
asi facilitar el urdido
Urdido
Los hilos precisos para una determinada urdimbre deberán ordenarse de
forma que tengan todos las misma longitud, lo que se consigue con el
urdidor
Distribución del prepeine
La urdimbre se saca del urdidor trenzándola en cadena Antes de enro-
llarla en el plegador hay que hacer pasar y distribuir los hilos por un
rastrillo o peine (llamado prepeine) para espaciar los hilos hasta alcanzar la
anchura adecuada.
El enrollado
La urdimbre se enrolla en el plegador de hilo del telar. Para este proceso
se necesita la participación de dos personas o mas si la urdimbre es muy
ancha.
El remetido por lizos 33
Los hilos de la urdimbre se pasan por los ojales de las mallas en un orden
determinado a fin de alcanzar el ligamento deseado
El remetido por peine
Desde los lizos corren los hilos de urdimbre, a través del peine, pasando
uno o más hilos por los espacios del mismo En esta operación se consi-
gue la anchura de la urdimbre y la separación deseada entre los hilos.
Atado y tensión de la urdimbre
Cuando la urdimbre se haya remetido por los lizos y el peine se anudarán
los hilos al palo-atador quedando así tensados
La armadura
Este montaje comprende dos fases la suspensión de los lizos, según el
tipo de telar, y la conexión de los lizos con los pedales.
Modelo de un proyecto
Artículo 10 manteles, individuales 35x40 cm
Ligamento Tafetán 4 lizos, 2 pedales
Urdimbre Algodón Nº 16/2 (13 300 m/kg) blanco, rojo y verde
Trama Lino Nº 1 6 / 1 (8 960 m/kg) crudo
Peine 7 pall/cm 1 hilo/malla 2 hilos/pall
Orillos 3 hilos 4 veces en cada extremo
Ancho de tejido 35 cm
Ancho de peine 35 + 2 cms = 37 cm
Número de hilos 37x14 + 8 = 526
Longitud de urdimbre 5 80 m
Longitud de la urdimbre
10 tejidos de 40 cm = 400 cm
20 dobladillos de 3 cm = 60 cm
1 muestra de 10 cm = 10 cm
Longitud del tejido = 470 cm
Encogimiento 10% (redondeado) = 50 cm
Anudado = 10 cm
Resto final de urdimbre = 50 cm
Resultado 580 cm
Orden de urdir
18 hilos blancos
28 hilos rojos
14 hilos verdes
406 hilos blancos
14 hilos verdes
28 hilos rojos
18 hilos blancos
526 hilos
Orden de urdir
Color
Blanco 18 406 18 = 442
Roio 28 28 = 56
Verde 14 14 = 28
Suma total
SumaNúmero de hilos
526 hilos
4 Proyecto del tejido 35
Denominamos proyecto al conjunto de anotaciones que contiene los
datos referentes a cada tejido. La forma de redactar el proyecto no im-
porta demasiado pero, en todo caso, debe incluir los títulos necesarios
para las anotaciones, siguiendo un orden lógico, por ejemplo como se ha
hecho en el proyecto en la página anterior
En los distintos títulos del proyecto se indican datos como los siguientes,
tratados con más detalle en cada apartado
Artículo
Se especifica el o los tejidos proyectados
Ligamento o técnica
En este apartado se anota el nombre del ligamento o la técnica que vaya
a utilizarse y puede añadirse el número de lizos y pedales que requiere el
tejido (véase la parte IV Teoría del tejido)
Urdimbre y trama
Debe constar la clase de material indicando su numeración y los metros
que entran en un kilo, esto último para facilitar el cálculo del consumo de
material (Véase pág 130 Numeración de los hilos)
Peine
Se anota la densidad del peine, expresado en palletas por centímetro
Además consta en este apartado el número de hilos que han de pasar por
las mallas y por los espacios entre las palletas en el peine, expresado en
hilos/pall
Orillos
Los bordes de un tejido llamados orillas u orillos, se refuerzan con un
mayor número de hilos (p. 106)
Ancho de tejido
En este apartado se anota el ancho proyectado para el tejido.
36 Ancho de peine
Es la anchura que debe tener la urdimbre en el peine, tomando en cuenta
que el tejido tiende a encoger (p 107)
Número de hilos
El número de hilos para la urdimbre se consigue de la forma siguiente se
multiplican los centímetros del ancho de la urdimbre en el peine por el
número de hilos por centímetro ( = pall/cm x hilos/pall), y se añade a la
suma el número de hilos extras para los orillos
Longitud de la urdimbre
La longitud de la urdimbre se calcula a base de la longitud total de los
tejidos proyectados incluidos dobladillos u otros acabados. A la longitud
del tejido hay que añadir un 10% debido al encogimiento de la urdimbre
originada por la trama. Añadimos además 50 cm para el final de la
urdimbre que no pueda ser tejida y 10 cm para el anudado de la urdim-
bre.
Orden de urdir
Cuando la urdimbre se compone de varios colores se hace necesaria una
representación del número de hilos que habrá que urdir de cada color
Esta representación que llamamos "orden de urdir" puede disponerse
según uno u otro de los dos sistemas que constan en nuestro modelo. El
número de hilos de cada color se calcula en base al número de hilos por
centímetro y el ancho que se quiere dar a cada color
Representación gráfica
En el proyecto además de los datos indicados habrá una representación
gráfica, en papel cuadriculado, de los lizos, pedales y conexión entre
ambos (Véase parte IV Teoría del tejido)
Cálculo de consumo de material
Es aconsejable completar el proyecto con un cálculo del material necesa-
rio para la urdimbre y para la trama. La realización de estos cálculos está
descrita en el capítulo 19 Numeración de los hilos
5 Embobinado del material
de urdimbre
37
Si el material que debe utilizarse para la urdimbre viene en madejas hay
que embobinarlo para conseguir un urdido regular. Hay máquinas bobina-
doras de diversos tipos. Pueden ser de madera accionadas por una mani-
vela, o de bobina metálica
El material se repartirá en la cantidad de bobinas que requiera el urdido.
La madeja se dispone en una devanadora con discos o bien en una
devanadora modelo paraguas. Antes de montar la madeja en la devana-
dora hay que sacudirla e, introduciendo las manos en la misma, separar
los hilos sacudiendo repetidamente hacia los extremos (fig 3 1 ) La ma-
deja suele presentarse ordenada por un hilo centenar que la reparte en
varias secciones. En el anudado del centenar se encuentra el cabo pri-
mero de la madeja. Antes de colocar la madeja en la devanadora es
preciso observar que no vaya ningún hilo en sentido contrario. Como
precaución no se debe soltar el hilo centenar hasta que la madeja esté en
la devanadora
La devanadora y la bobinadora deben situarse de forma que la trayectoria
del hilo desde la primera a la segunda sea recta y libre de obstáculos.
En la bobina metálica se hace correr el hilo a través de toda la anchura de
la misma desde el principio. En la bobina de madera se empieza en la
parte mas ancha y se va enrollando el hilo en secciones de hasta 10 cm
de ancho cada una. La parte más ancha de la bobina llevará más capas
de hilo que la capa inmediata para así ir disminuyendo sucesivamente.
Fig 31 Manera de separar los
hilos de una madeja
38 Cuando hay que empalmar una madeja con otra, o si el hilo se rompe, se
hace un empalme con el nudo llamado de tejedor aunque si éste
resbalase por la calidad del hilo entonces deberá emplearse un nudo
llano (fig 35, 36)
Fig 32 Devanadora de discos Fig 34 Maquina bobinadora Fig 35 Nudo tejedor
Fig 33 a) Bobinadora con bobina metálica Fig 36 Nudo llano
b) Devanadora de paraguas
6 El urdidor y la urdimbre 39
Es la cantidad de hilos y la longitud de los mismos lo que determinará la
urdimbre.
El urdidor es el aparato donde se ordenan los hilos de la urdimbre que
una vez terminada se saca en forma de trenza. Existen diversos tipos de
urdidores que se dividen principalmente en dos clases: el urdidor de
tambor (fig 37) y el urdidor de marco (fig 50)
Fig 37 Urdidor de tambor
A palo fijador
B percha de la cruz
40 Urdidor de tambor
El urdidor de tambor consta de dos bastidores cruzando sus respectivos
planos en un centro que forma el eje vertical En la parte inferior del
urdidor se coloca un travesaño -percha de la cruz— provisto de tres clavi-
jas entre las que pasarán los hilos formando en su ida y vuelta un entre-
cruzamiento de los hilos. Cada listón vertical lleva varios agujeros para
colocar una clavija de hierro o madera, llamado palo fijador. El recorrido
de los hilos que formarán la urdimbre será entre la percha de la cruz y el
palo fijador.
El tamaño del urdidor se expresa por su perímetro El urdidor más co-
rriente tiene una distancia de 75 cm entre los listones verticales y el
perímetro es por tanto de 3 m. La altura de un urdidor de estas caracterís-
ticas es de aproximadamente 2 m y se puede enrollar sin dificultad hasta
doce vueltas y conseguir una urdimbre de 40 m de longitud.
En un urdidor de 2 m de perímetro y 120 cm de altura se pueden enrollar
como máximo 5 vueltas, lo que supone una urdimbre de 10 m. Si la
urdimbre fuera ancha las vueltas quedarían muy juntas, por lo que es
preferible repartir la urdimbre haciendo dos o más cadenas.
Urdidor de marco
El urdidor de marco puede ser construido bien como indica su nombre en
forma de marco o bien se compone de dos montantes que se colocan
verticalmente. Tanto el uno como el otro soportan un cierto número de
clavijas de madera, regularmente espaciadas y situadas en líneas vertica-
les. Mientras que el urdidor construido en forma de marco tiene que ser
colocado y fijado en la pared, los montantes del otro modelo pueden
acoplarse al telar o adosarse a la pared.
El espacio entre las clavijas de un lado y otro es la medida que sirve de
unidad para determinar el recorrido total de la urdimbre, siendo preferible
que no sobrepase los 130 cm y, como máximo, los 150 cm, para que la
portada de los hilos no se afloje en el transcurso del urdido.
La formación de la cruz puede realizarse entre las clavijas laterales o bien
entre unas clavijas suplementarias destinadas a ello.
El proceso de urdir es similar en el urdidor de tambor y en el de marco. La
diferencia principal reside en que el urdidor de tambor es giratorio y la
urdimbre se va formando dando vueltas al urdidor, mientras que en el
urdidor de marco es preciso llevar los hilos entre las clavijas de un lado a
otro. El urdidor de tambor resulta así más cómodo y rápido lo cual
compensa sobradamente el hecho de que ocupe más espacio que el
urdidor de marco. El urdidor de tambor suele además ser plegable de
modo que puede guardarse fácilmente cuando no se utiliza.
Generalidades acerca de diferentes urdimbres
Normalmente se puede urdir y preparar la urdimbre en una sola trenza
Sin embargo, es aconsejable repartir la urdimbre en dos o más trenzas 41
cuando es muy ancha o compuesta de distintos materiales.
Urdimbres anchas
Como regla general se divide la urdimbre en varias trenzas cuando la
anchura sobrepasa 1 m.
Urdimbres de diferentes materiales
A veces se mezclan hilos de diferente grosor y calidad en una misma
urdimbre para lograr un efecto especial en el tejido En este caso hay que
calcular el número de hilos de cada material y urdir cada uno por sepa-
rado teniendo en cuenta la diferente elasticidad de un material y otro.
Urdimbre para tejido doble
Igualmente se prepara una urdimbre de cada material para tejidos de
doble urdimbre cuando las capas son de calidades diferentes, pero si se
componen del mismo material se preparan en una sola urdimbre.
Urdimbres de varios colores
La urdimbre compuesta por varios colores se realiza de forma corriente
sólo hay que tener en cuenta "el orden de urdir" y cambiar los colores
según su representación en el dibujo.
Cuando la urdimbre ha sido preparada en dos o más trenzas, por motivo
de anchura o diferencia de calidad, se unirán las trenzas antes de enrollar
la urdimbre en el telar. Esta unión se realiza en la distribución de la
urdimbre en el prepeine (véase pág 56).
El proceso de urdir
Independientemente de que se utilice un urdidor de tambor o un urdidor
de marco hay que atender a los mismos factores, por lo tanto las siguien-
tes instrucciones sirven para ambos con unas pequeñas diferencias deta-
lladas en la parte referente al urdidor de marco (véase pág 50).
Antes de iniciarse el urdido hay que consultar el proyecto del que obte-
nemos la longitud de la urdimbre, el número de hilos y el número de
bobinas con que debe efectuarse el urdido.
Materiales como algodón y lana pueden ser urdidos con cuatro hilos
bobinas, pero si es lino no es aconsejable urdir con más de dos por ser
este un material resbaladizo y difícil de tensar de forma regular. En algu-
nos casos puede resultar práctico urdir con tres bobinas debido al nú-
mero en que se repartan los hilos por cambio de color o a que el reme-
tido esté ordenado en grupos de tres o seis hilos.
El número de portadas
En base al número de bobinas proyectadas para la realización de la
urdimbre se calcula el numero de portadas
42 Una portada contiene tantos hilos como el número de bobinas con que
se efectúa el urdido.
Ejemplo: Si el proyecto indica que la urdimbre tendrá 240 hilos, resultaría
un número de 60 portadas al urdir con 4 bobinas (240:4 = 60), o bien
habrá que urdir 120 portadas si se usan sólo dos bobinas.
Colocación de las bobinas
Si el material está preparado en las bobinas de madera a las que nos
referimos en el capítulo 5: Embobinado del material de urdimbre, se
colocan éstas en el suelo con la parte más estrecha hacia arriba para
facilitar la salida del hilo. Otras bobinas, como conos o las llamadas
bobinas cruzadas, se colocan en un portabobinas o en una tabla provista
de clavos de unos 10 cm de longitud para que se mantengan, (fig. 38).
Guiahilos
Sobre las bobinas se pone siempre un guiahilos. Éste se puede construir
con un listón de madera en el que se atornillan cáncamos o colocando
algunos aros de cortina -uno para cada bobina— en una cuerda que
penderá sobre las bobinas. Se ha de pasar cada uno de los hilos por un
cáncamo o aro observando que los hilos se desenrollen de las bobinas en
el mismo sentido y que el hilo corra verticalmente desde la bobina hasta
el guiahilo. (fig. 39).
Figs. 38 y 39 Los hilos de las
bobinas pasan por las anillas
La longitud de la urdimbre
Colocadas las bobinas y pasados los hilos por los aros del guiahilo se
toman las medidas en el urdidor para saber en qué listón se debe empe-
zar a urdir y cuántas vueltas habrán de darse en el urdidor, (véanse las
instrucciones especiales para el urdidor de marco).
Ejemplo: Si la longitud de la urdimbre es de 12,70 m resultarían 4 vueltas
en un urdidor de 3 m de perímetro, más 70 cm que nos da la distancia en
la percha de la cruz.
Una forma de calcular fácilmente el punto correcto para empezar a urdir
es la siguiente: cortar un cordón con la medida correspondiente a la
longitud de la urdimbre más 10 cm, fijar el cabo en la última clavija de la
cruz y hacer girar el urdidor mientras el cordón sube en espiral. El listón
más cercano al final del cordón es el indicado para el principio de la
urdimbre y allí se coloca el palito fijador, (fig. 40).
43
Fig. 40 Un hilo marca la
trayectoria de la urdimbre
44 El urdido
Anudados los hilos que vienen de las bobinas se colocan en el palito,
como muestra la figura 41, para iniciar el urdido. Se cogen los hilos en la
mano derecha y se los hace correr separados entre los dedos sujetándo-
los al cerrar la mano con el índice y el pulgar.
Con la mano izquierda se hace girar el urdidor mientras los hilos van
descendiendo en espiral en el número de vueltas antes calculados para
finalmente llegar a la percha de la cruz donde se realizará un encruza-
miento, llamado la cruz, que servirá para mantener el orden de los hilos.
Para formar esta cruz se pasan los hilos por la parte superior del primer
palillo y por la parte inferior del segundo y tercero. Después se vuelve
sobre el tercero y el segundo y se pasa por debajo del primer palillo y
tenemos una cruz.
Cuando los hilos hayan alcanzado el tercer palillo de la cruz, tenemos una
portada. Retrocediendo por la cruz, y subiendo los hilos nuevamente por
el mismo recorrido en el urdidor hasta el palo fijador, se ha urdido una
doble portada, denominada una vía.
En la continuación del urdido hay dos sistemas diferentes para colocar los
hilos sobre el tambor. Uno de ellos consiste en poner los hilos sobre la
parte superior de los anteriores en el descenso y en la parte inferior de la
ascensión de los hilos pero siempre muy próximos a los anteriores. El otro
sistema es colocar los hilos debajo de los anteriores tanto al bajar como al
subir -lo que se aconseja sobre todo si el material es lino- pues éste
tiende a resbalar y deslizarse por el marco del tambor.
De vez en cuando deben reunirse fuertemente los hilos colocados.
Fig. 41 Comienzo del urdido Fig. 42 Trayectoria de la cruz
El urdido debe iniciarlo y finalizarlo una misma persona y a ser posible sin
interrupción. Es importante procurar que la tensión de los hilos sea siem-
pre la misma para evitar futuros problemas al enrollar la urdimbre en el
telar.
45
46 Cambio de color
Si hay que cambiar de color se sujetan los hilos haciéndolos girar algunas
veces sobre el palito y metiendo finalmente los hilos en forma de lazo
entre los que ya se han urdido. Ahora pueden cortarse los hilos del color
terminado y hacerse un empalme con los hilos del color siguiente. Hecho
esto, se tira de los hilos y se deshacen las vueltas hechas sobre el palito
para continuar el urdido. Estos empalmes pueden hacerse bien al final o
al principio de la urdimbre, es decir, cerca del palito fijador o de la última
clavija de la cruz.
Recuento de las portadas
El recuento de los hilos se efectúa en la percha de la cruz de la forma
siguiente: se introduce el índice de la mano izquierda junto al primer
palillo y el índice de la derecha al otro lado de los hilos cruzados, junto al
segundo palillo. Estirando uno de los dedos se suelta una portada y de
este modo se hace el recuento dejando escapar alternativamente una
portada por el lado izquierdo y otra por el derecho de la cruz.
Las portadas contadas se anudan en grupos de número adecuado. Al
llegar por ejemplo a 50 portadas se pasa un cordón por cada lado de la
cruz. Se anuda el cordón de tal forma que puedan utilizarse los cabos del
mismo para seguir anudando las portadas en grupos iguales a lo largo de
la urdimbre.
Fig. 43 Hilos de la portada sujetos en el palo fijador Fig. 44 Recuento de las portadas
Fig. 45 Anudado en grupos de las portadas
Atados de la urdimbre
Cuando se ha terminado la urdimbre se sacará del urdidor en una trenza,
o cadena, pero antes de ello se ata la urdimbre en varios puntos para
mantener el orden de los hilos.
Primeramente se anudan los cabos de los últimos hilos alrededor del
palillo fijador y se cortan. Si la urdimbre termina en la cruz se anudan los
hilos alrededor de la última clavija en la percha de la cruz.
Para todos los atados de la urdimbre debe utilizarse un cordón fuerte y de
color distinto a la urdimbre.
Los atados más importantes son los que se hacen para conservar el
encruzamiento de los hilos en la percha de la cruz. La cruz se ata en
cuatro puntos, es decir, dos ataduras en cada lado de la cruz.
En el final de la urdimbre se hace un atado lo más cerca posible del palillo
fijador de modo que la urdimbre quede dividida, es decir, anudando por
separado los hilos que pasan por encima y por debajo del palillo respecti-
vamente.
47
Fig. 46 Atados de la urdimbre
48 Además se ata la urdimbre en varios puntos para mantener los hilos bien
sujetos. Cuando una urdimbre esté dividida en varias trenzas se deben
hacer los atados en los mismos puntos en cada una de las urdimbres.
Esto nos ayudará en el control de la tensión de las distintas trenzas al
enrollar la urdimbre.
Finalmente se ata la urdimbre a unos 60 cm de la cruz dejando los lazos
del nudo bastante largos, pues se utilizarán más adelante para fijar la
cadena cuando se saca del urdidor.
Todos los atados deben ser fuertes y terminados con un lazo normal que
fácilmente puede abrirse cuando se enrolla la urdimbre en el telar.
La trenza de la urdimbre
Al sacar la urdimbre del urdidor debe mantenerse tensa, de no ser así
resbalará por los marcos y dificultará la realización de la cadena.
La cadena o trenza de la urdimbre se forma mediante los siguientes
pasos: se hace salir el palillo fijador a la vez que la urdimbre se mantiene
estirada con la mano y el urdidor frenado con la rodilla o el pie; A)
mientras la mano izquierda sujeta el extremo de la urdimbre, la mano
derecha pasa entre las dos bandas de ésta y recoge todo el cuerpo de la
urdimbre; B) arrastrando la urdimbre de la mano izquierda sobre la mano
derecha se forma el primer eslabón; C) la mano derecha sostiene la
urdimbre y la izquierda, ahora libre, se introduce en el eslabón cogiendo
el cuerpo de la urdimbre. Arrastrando los hilos en la mano derecha sobre
la izquierda se forma un nuevo eslabón. Se sigue así, sucesivamente,
cambiando de mano, con lo que se forma la cadena, parecida a una
cadena de ganchillo.
Al llegar al último cordón -el de los lazos más largos- se cierra la cadena
con los lazos del mismo antes de sacar la urdimbre de la cruz.
Fig. 47 Comienzo del trenzado
de la urdimbre
A
C
B
Fig. 48 Durante el trenzado hay F¡g. 49 Cadena de urdimbre
que frenar el urdidor con la pierna sacada del urdidor
50 Urdido en urdidor de marco
Previamente al urdido hay que calcular el número de portadas, colocar las
bobinas y pasar los hilos por los aros de un guiahilos igual que se ha
descrito para el urdidor de tambor.
El recorrido de la urdimbre en el urdidor de marco será entre las clavijas
de un lado y otro. Para conocer cuántas idas y vueltas habrá que hacer.
se divide la longitud proyectada para la urdimbre por la medida del espa-
cio existente entre los laterales.
Ejemplo: Si los laterales están espaciados 120 cm, y la longitud de la
urdimbre debe ser 8.5 m se divide 850 cm entre 120 cm (850 :120 = 7).
De las 7 vueltas que los hilos realizarán resultará una urdimbre de 8.40 m.
A esto se suman aproximadamente 30 cm que nos da la cruz, con lo que
tendremos una urdimbre de 8.70 m.
También pueden calcularse las vueltas de la urdimbre mediante un hilo o
cordón cortado en la medida de la urdimbre, más 10 cm para atados.
Anudado este hilo en una clavija, se le pasa de un lado a otro en el
urdidor. Obsérvese que a partir del final del hilo habrá por lo menos dos
clavijas libres para la futura formación de la cruz. El hilo que servirá de
medida y guía del trayecto de la urdimbre debe ser de color distinto para
distinguirse de ésta, pues se le conservará en el urdidor como señal en
caso de que la urdimbre sea repartida en varias trenzas.
El urdido
Anudados los hilos que vienen de las bobinas y colocados en una clavija
del urdidor, puede empezarse el urdido. Se llevan los hilos, bien sujetos
entre los dedos, de un lado a otro en el número de vueltas antes calcu-
lado. Cuando la urdimbre haya alcanzado su longitud se formará la cruz.
Estudiemos para ello la figura 52 y veamos que los hilos van en forma de
Z entre las clavijas (numeradas 1 y 2) y que vuelven entre éstas en forma
opuesta.
Formada la cruz, retroceden los hilos por el mismo camino de los anterio-
res y al llegar a la clavija final se han urdido dos portadas. Al continuar el
urdido se ha de procurar que se efectúe con una tensión regular. Mejor
que ir de un lado a otro con los hilos es situarse bien, en el centro, entre
los dos laterales, y hacer llegar los hilos de uno a otro extremo con un
movimiento rítmico de brazo. Si el espacio existente entre los laterales es
muy largo, se aflojan los hilos en su transcurso, siendo preferible que la
distancia no sobrepase 1.30 m.
En cuanto al recuento de los hilos y cambios de colores se efectúan de la
misma manera que se ha descrito para el urdidor de tambor. Igualmente
nos remitimos a las instrucciones anteriores para los atados de la urdim-
bre y la realización de la cadena o trenza.
Fig. 50 Proceso de urdir en un Fig. 51 Atados de la urdimbre Fig. 52 Trayectoria de la cruz
urdidor de marco
52 7 Distribución de la urdimbre
en el prepeine
La cadena de urdimbre no puede ser enrollada en el telar tal como sale
del urdidor. Hay que espaciar los hilos en forma regular hasta que la
urdimbre alcance la anchura deseada.
Un método es el de colocar en el telar un travesaño provisto de clavos
-uno o dos por centímetro- y separar el material en grupos entre los
mismos.
En el método que seguimos, sin embargo, se utiliza un peine y la opera-
ción se efectúa sobre una mesa. Para distinguir el peine indicado para el
tejido y el que se utiliza para la distribución primera de la urdimbre,
denominamos prepeine a este último.
En el prepeine se pasan los hilos en grupos de vías. Una vía comprende la
vuelta de dos portadas obtenida en la cruz. Se puede utilizar como pre-
peine el mismo peine que se utiliza para el tejido si éste es poco tupido,
por ejemplo 4 palletas por cm. Si el urdido se ha efectuado con cuatro
bobinas, cada vía -o doble portada- tiene ocho hilos y se pasa una vía
cada ocho palletas, siempre y cuando el tejido contenga 1 hilo por pa-
lleta. Si el tejido requiere dos hilos por palleta habrá que pasar una vía
cada cuatro palletas.
Por otra parte, se puede distribuir la urdimbre en un prepeine menos
tupido que el que se utilizará en el tejido, especialmente si este último es
muy tupido o el material es grueso, evitando así un desgaste de los hilos.
Al elegir un prepeine cuya tupidez sea la mitad de la del peine definitivo
se facilita el cálculo de la distribución. Este cálculo se realiza conforme a
la regla siguiente: El número de palletas del prepeine se divide por el
número de vías.
Una forma sencilla de comprobar que el cálculo se ha realizado correcta-
mente es representar gráficamente 10 cm de prepeine y dibujar las vías,
señalando así las palletas ocupadas. Deberán coincidir el número de hilos
en 10 cm del prepeine con el número de hilos en 10 cm del peine (o del
tejido) según el proyecto.
Ejemplos: 53
1 Peine del tejido: 4 pall/cm-1 hilo por pall.
Ancho en el peine: 50 cm
Número de hilos: 200
Urdido con 4 bobinas
N.° de vías (dobles portadas) 200 : 8 = 25 vías
Prepeine: 4 pall/cm
Ancho del prepeine: 50 cm
N.° de palletas en el prepeine: 50 x 4 = 200 palletas
Regla: el número de palletas del prepeine se divide por el número de
vías 200 : 25 = 8
Resultado: Cada 8 palletas se pasa 1 vía
2 Peine del tejido: 8 pall/cm - 1 hilo por palleta
Ancho en el peine: 50 cm
Número de hilos: 400
Urdido con 2 bobinas
N.° de vías (dobles portadas) 400 : 4 = 100 vías
Prepeine: 4 pall/cm
N.° de palletas en el prepeine: 50 x 4 = 200 palletas
Regla: 200: 100 = 2
Resultado: cada 2 palletas se pasa 1 vía
3 Peine del tejido: 5 pall/cm y 2 hilos por pall.
Ancho en el peine: 80 cm
Número de hilos: 2 x 5 x 80 = 800
Urdido con 4 bobinas
N.° de vías (dobles portadas) 800 : 8 = 100 vías
Prepeine: 3 pall/cm
Ancho del prepeine: 80 cm
N.° de palletas en el prepeine: 3 x 80 = 240 palletas
Regla: 240: 100 = 2.40
Resultado: 2,40 significa que se pase 1 vía cada 2 palletas, pero en-
tonces resulta la urdimbre con 200 palletas = 60 cm de ancho; es
decir, sobran 40 palletas.
Las 40 palletas restantes hay que repartirlas espaciadas regularmente
a lo largo de todo el ancho, así 80 cm : 40 = 2
El resultado es, pues, pasar una vía cada 2 palletas dejando además
una palleta libre cada 2 cm.
54 Remetido en el prepeine
Puesta la cadena de urdimbre sobre una mesa, se introduce una varilla
(fig. 54) entre cada uno de los ojales que forman la cruz (por cada lado de
la cruz) y se atan en los extremos dejando un espacio entre ellas de unos
5 cm y utilizando el nudo de la figura 55.
Se coloca el prepeine delante de la urdimbre entre dos soportes. Se
precisa también el palo por el que pasarán las vías de la urdimbre por
delante del peine. Como hago constar en el apartado sobre el enrollado
de la urdimbre en el plegador (p. 61), es una ventaja utilizar un palo de
longitud superior a la anchura del telar, pero también puede utilizarse uno
más corto.
Se han de quitar todos los cordones que atan la cruz de la urdimbre para
que los hilos puedan extenderse en las varillas. Los lazos de la urdimbre
deben ser suficientemente largos para que alcancen el palo sin esfuerzo
y, si es preciso, se retira la cruz hacia atrás cogiendo la urdimbre con
cuidado. Colóquese algo de peso encima de la urdimbre que ayude a
mantener los hilos tensos.
Es preciso calcular dónde hay que empezar a pasar los hilos en el peine;
por ejemplo, si la longitud total del peine es de 120 cm y la urdimbre es
de 80 cm, se resta 80 de 120 y el resultado, 40, se divide por 2; el
resultado final indica que hay que empezar a partir de los 20 cm del
extremo. El remetido se hace de derecha a izquierda. Las vías se toman
según su orden en la cruz, entre las varillas, y se pasan por el peine con
ayuda de un gancho -el pasapeine (fig. 56). Pasadas por el peine se
introduce sucesivamente el palo por las vías. Obsérvese que los hilos
vienen sin cruzarse, es decir, que los hilos que pasan por encima de la
varilla más próxima al peine quedan igualmente por la parte superior del
palo. (fig. 57).
Fig. 53 Comprobación de la
distribución en el prepeine
Fig. 54
cruz
Varillas pasadas por la Fig. 55 Nudo para atar las varillas
de la cruz
Fig. 56 Pasapeine
Fig. 57 Enhebrado por el
prepeine
56 La distribución en el prepeine puede realizarse entre dos personas; una de
ellas se encargará de proporcionar las vías (siguiendo el orden de la cruz)
y la otra las hará pasar por el peine e introducirá el palo. Cuando la
operación la efectúa una sola persona se coge una parte de la urdimbre y
se mete el brazo izquierdo por la urdimbre. Se mete entonces el pasa-
peine y se coloca en él la vía para pasarla por el peine y posteriormente
por el palo.
Pasadas todas las vías por el prepeine, se ata un cordel de un extremo a
otro del palo para que los hilos de urdimbre no puedan salir del mismo.
Dobles urdimbres
Las dobles urdimbres de materiales diferentes y las sencillas formadas por
materiales de distinto grosor y elasticidad, se preparan con el urdido de
cada material por separado, como aconsejé en el apartado sobre el ur-
dido, (p. 41).
Antes del enrollado en el plegador, se juntan las urdimbres pasándolas en
un mismo prepeine. Para conocer el orden de la distribución se hace un
cálculo para cada una de las urdimbres basado en el ancho y en el
número de vías.
Se utiliza un par de varillas para cada urdimbre. Conservando así las
cruces de ambas, se podrán coger por separado los hilos de una y otra, lo
que permitirá pasarlos en su lugar exacto al remeterlos por lizos, aunque
hayan sido repartidos de forma aproximada en el prepeine.
La unión de dos urdimbres en el prepeine puede realizarse en cualquiera
de los modos siguientes: se puede optar por distribuir primeramente una
de las urdimbres, dejando espacios libres en el peine para seguidamente
pasar por ellos las vías de la segunda urdimbre. Se utiliza un palo para
cada urdimbre y, una vez terminada la distribución, se pasan las vías en el
orden en que vienen del peine por un tercer palo, retirando los primeros.
El segundo método, que considero más aconsejable, consiste en colocar
las dos urdimbres con sus correspondientes varillas de cruz y se cogen las
vías de una y otra urdimbre, sucesivamente, según el orden calculado. En
este caso, se meten todos los hilos por un mismo palo.
Posibles errores
Terminada la distribución del prepeine se comprueba que las vías estén
bien colocadas en el palo, sin cruzarse. Si la urdimbre es de rayas de
diferentes colores, se controlará también el número de hilos de cada
color. Si se descubre que faltan algunos hilos, se preparan pequeñas
bobinas de hilo que suplen a los olvidados, pasándolos primeramente por
la cruz y después por el peine hasta atarlos en el palo. En el caso de que
sobren hilos, si no son demasiados, es mejor pasarlos por el prepeine y
58 enrollarlos con la urdimbre pare aplazar su arreglo hasta la fase del reme-
tido por lizos.
Puede ocurrir también que se descubra en la distribución del prepeine
una equivocación en el número de portadas y, consecuentemente, que la
urdimbre sea más estrecha o más ancha que lo proyectado. Para arreglar
lo primero habrá que urdir y preparar otra cadena (igual de larga) y añadir
ésta a la primera. En el caso de haber urdido demasiados hilos se pueden
retirar éstos y aprovecharlos en otra ocasión; para ello se anudan bien los
hilos en la cruz antes de sacarlos del prepeine y de las varillas y su
separación del resto de la urdimbre se hará a lo largo del enrollado.
Los errores en la cruz de la urdimbre son debidos a una incorrecta forma-
ción de las portadas. Algunos de ellos no tienen mayor importancia como
explico en el apartado Traslado de la cruz, del capítulo siguiente.
8 El enrollado de la urdimbre 59
Antes de iniciarse el enrollado es preciso atender a ciertos detalles en el
telar. El plegador de urdimbre debe estar ya preparado con cuerdas tal
como se indica en la página 25 (fig. 24).
Los lizos se suben a una altura que permita pasar la urdimbre libremente
por debajo de ellos. Si el telar ha sido utilizado anteriormente, se sueltan y
quitan todos los atados entre lizos y pedales. Se colocan los lizos en los
portalizos, con los que se pueden levantar hasta la altura indicada.
Para atar el cordón del portalizos se utiliza un nudo corredizo (véase pág.
27). Obsérvese que la vuelta del cordón va alrededor del lazo y que
Fig. 58 Lizos subidos para dejar
paso a la urdimbre
Fig. 59 Nudo para los
portalizos
60 estira hacia arriba al cerrar el nudo. Es conveniente practicar este nudo
porque es el mismo que se utilizará en muchos momentos del montaje.
La preparación inicial del enrollado se compone de tres fases: colocar el
peine en el batán, pasar el palo atador por la urdimbre y trasladar las
varillas de la cruz.
Colocación del peine en el batán
Se sitúa el peine y la urdimbre en el batán de forma que la cadena quede
sobre el antepecho. En esta operación debe tenerse sumo cuidado en
que las varillas de la cruz no resbalen de la urdimbre.
Levantando la parte superior del batán, se hace pasar el palo, que con-
tiene las vías de la urdimbre, dejándolo caer detrás del batán. El peine se
bloquea entre las ranuras del batán, para lo que se debe coger el peine
por los extremos a fin de no pillarse las manos con el batán.
La urdimbre debe quedar centrada en el batán, para ello se mide la
distancia existente entre cada extremo del batán y la urdimbre hasta
igualar la longitud en ambos lados.
Paso del palo atador
Las vías de la urdimbre se trasladan al palo atador que está unido con
cuerdas al plegador de hilo. Para hacerlo sin dificultad, la urdimbre debe
estar lisa y ordenada.
Si el nudo que cierra la cadena de urdimbre impide que ésta pueda
extenderse, se deshace el nudo. Los hilos se desenredan con una leve
sacudida y golpeando ligeramente los hilos con la palma de la mano. El
ayudante, si lo hubiera, mantendrá tensa la urdimbre o bien se ata la
trenza alrededor del antepecho con un cordón.
Para facilitar la operación, si ésta la realiza una sola persona, se apoya el
palo que contiene el final de la urdimbre entre dos listones colocados
entre el guiahilo y el guiatela, o bien, si los laterales del telar tienen en el
centro un soporte vertical, se apoya el palo entre éstos (fig. 61), por lo que
se ha recomendado utilizar en la distribución del prepeine un palo cuya
longitud sobrepase el ancho del telar.
Se suelta ahora el freno del volante del plegador de hilo para estirar con
el palo atador las lazadas o bucles de la cuerda en toda su longitud,
pasándolas por encima del guiahilo.
Se estudian las posiciones de las lazadas que forma la cuerda de manera
que, al estirarlas, sigan una trayectoria recta y se separan un poco los
hilos de la urdimbre en los puntos que corresponden al lugar de la
cuerda. El palo atador se pasa por la urdimbre a la vez que se colocan las
vueltas de la cuerda en los espacios marcados.
El otro palo, el del prepeine, permanece en la urdimbre y se desliza hacia
el peine para utilizarlo en el traslado de la cruz.
Fig. 60 Urdimbre bien centrada
en el batán
Fig. 61 Palo con la urdimbre
apoyado entre los laterales
Fig. 62 El palo pasa por la
urdimbre al mismo tiempo que se
colocan los lazos de la cuerda
62 Traslado de la cruz
Para conservar el encruzamiento de los hilos hay que dejar las varillas de
la cruz en la urdimbre durante todo el enrollado, lo que, por otra parte,
facilita la localización de los hilos que pudieran romperse y su reinserción
en la portada correspondiente. Pero las varillas de cruz, que ahora se
encuentran delante del batán, hay que trasladarlas detrás del peine. Esta
operación se realiza de la forma siguiente (fig. 63): A)se mantiene la
urdimbre bien tensa de forma que la superficie quede totalmente plana.
Se sueltan los cordones que atan los extremos de las varillas de cruz. B)
se pone de canto la varilla más próxima al peine y se la acerca a éste.
Cuando se haya comprobado que las dos capas, a ambos lados del peine,
coinciden, C) se puede sacar la varilla de la cruz, porque detrás del peine
se encuentra el palo del prepeine.
D) Se corre ahora la segunda varilla hacia el peine y se coloca de canto.
Tirando suavemente del batán hacia el antepecho se consigue que la
cruz de urdimbre aparezca detrás del peine. Se introduce la varilla que se
sacó anteriormente en esta nueva apertura. E) Finalmente se saca la
varilla que permanecía delante del batán y se introduce junto al palo.
Sustituido éste por la varilla, se retira de la urdimbre. Se anudan inmedia-
tamente entre sí las varillas de la cruz dejando entre ellas un espacio de
dos a cuatro centímetros aproximadamente.
Posibles errores
El traslado de la cruz puede parecer un poco complejo, sobre todo para el
principiante; no obstante, suele realizarse sin dificultad siempre y cuando
las capas de urdimbre se separen en caladas limpias y libres de obstácu-
los. Los posibles errores en la calada podrán ser de mayor o menor
importancia. Por ejemplo, el que alguna portada quede fuera de las vari-
llas de la cruz se considerará de poca importancia, al igual que el que dos
portadas de hilos vayan juntas sobre las varillas, en un mismo sentido,
porque, al fin y al cabo, la función de la cruz no es otra que mantener los
hilos de urdimbre en orden, y estos errores pueden corregirse posterior-
mente en la fase del remetido por lizos.
Si al poner de canto la primera varilla, según el punto B, se observa en la
calada detrás del peine que unos hilos forman una cruz, se debe a que la
vía ha sido mal colocada en el palo del prepeine. En este caso no pode-
mos aprovechar el palo del prepeine para sacar la primera varilla, sino que
habrá que introducir, en la calada conseguida al levantar la primera varilla
de la cruz, un listón extra. Trasladada la cruz detrás del peine y sacado el
palo del prepeine, el cruce de los hilos quedan junto al palo atador y no
entorpecerá el enrollado.
Hay errores que, contrariamente a los descritos, dificultan considerable-
mente el enrollado por la tirantez y rotura de los hilos de urdimbre que
provocan; en tales casos es preciso corregirlos previamente; quizás el
más corriente sea el siguiente: cuando se levanta la segunda varilla para
hacer pasar la cruz por el peine (D) puede observarse que algunos hilos
se cierran impidiendo que se abra la calada, ello se debe a que se
encuentran cruzadas entre sí algunas vías por haberse alterado el orden
al pasarlas por el peine. Es necesario sacar estas vías del peine e
introducirlas nuevamente en la forma correcta por él y por la cruz. La
corrección puede ser laboriosa, sobre todo cuando el error se encuentra
en el centro de la urdimbre, pero para una solución más rápida se
pueden cortar los hilos de las vías mal colocadas junto al palo atador y,
hecha la corrección, anudarlos dejando los cabos lo más cortos posible.
63
Fig. 63 Traslado de la cruz
64 El enrollado
Llegada esta fase, precisamos la colaboración de otra persona, pues en
el enrollado participan dos o más. Mientras una efectúa el enrollado
propiamente dicho, la otra mantiene tensa la urdimbre.
Previamente, es preciso ajustar la cuerda hasta que las lazadas tengan
idéntica longitud.
Se puede mantener la urdimbre bien detrás, bien delante del telar. En el
primer caso, después de sacar algunos eslabones de la cadena, se deja
correr la urdimbre sobre el antepecho para hacerla salir por encima del
guíatela y recogerla finalmente por debajo del plegador de urdimbre (en
la parte posterior del telar).
Si la urdimbre se mantiene delante del telar, se pasa sobre el antepecho y
continúa por encima del guíatela dándole la vuelta para salir finalmente
por debajo de éste. Este sistema facilita la tensión de la urdimbre al pasar
ésta por más puntos, pero el primer sistema sigue siendo el más utilizado.
En ambos casos la persona que tensa la urdimbre debe echarse lo más
hacia atrás posible (puede hacerlo sentado en una silla o en el suelo
apoyando los pies en el telar para hacer palanca).
Al iniciar el enrollado, se sueltan los anudados de la cadena que impidan
que la urdimbre se extienda en todo su ancho. Los hilos de la urdimbre
pueden parecemos muy enredados pero suelen ordenarse golpeándolos
ligeramente con la palma de la mano.
Se coge fuertemente la urdimbre con una mano mientras los dedos de la
otra separan la urdimbre. La urdimbre nunca debe deslizarse entre las
manos, sino que avanzan éstas con la urdimbre tanto como sea posible y
se detiene el enrollado cuando se precise agarrar la urdimbre más atrás.
Debe observarse en cada nueva etapa que, tanto por encima como por
debajo de la urdimbre, no queden hilos flojos ni sueltos; si los hubiera, no
deben tensarse por separado estos hilos flojos, pues se alargarían más y
más y se enredaría aún más la urdimbre, sino que, por el contrario, deben
recogerse tales hilos junto a los demás o bien tensar la urdimbre separada
en grupos que se unirán una vez ordenados.
Sólo cuando resulta ineficaz el método indicado se peina con suavidad la
urdimbre en grupos, con un cepillo; esto es aconsejable tan sólo en casos
extremos, pues si bien es cierto que ayuda a ordenar los hilos también lo
es que quedarán más desordenados a partir del punto en que la urdimbre
se cierra con la mano, siendo necesario repetir la operación una y otra
vez a lo largo de todo el enrollado.
Lo más importante en el enrollado es mantener la urdimbre tensada de
forma continua y regular. La mayoría de las urdimbres se tensan al má-
ximo, especialmente las de lino. Las urdimbres de menos de 1 m de
anchura puede manejarlas bien una sola persona, pero si la anchura
sobrepasa esta medida se divide la urdimbre por el número de personas
Fig 64 Manera de tomar la
medida entre el palo y el
travesaño
Fig 65 Enrollado de la urdimbre Fig 66 Varillas de madera en el
plegador para proteger la urdimbre
66 que sean necesarias y cada una de ellas se encarga de un grupo; es
aconsejable que los participantes cambien de lugar de vez en cuando
para evitar que la urdimbre se tense de manera irregular.
La persona que dirige el enrollado ocupándose del volante controlará con
la mano que la urdimbre mantenga siempre su calidad de tensión y que
el batán permanezca en su sitio. También deslizará las varillas de la cruz
hacia atrás, impidiendo que llegen al guiahilo, y vigilará por si se rompe
algún hilo.
Cuando la urdimbre alcance el plegador, se colocan en éste varillas de
madera, una junto a otra, hasta cubrir totalmente la cuerda del plegador
en la primera vuelta a fin de proteger la urdimbre. Seguidamente pueden
enrollarse algunas vueltas sin colocar varillas, pero, cada cuatro vueltas,
por lo menos, debe ponerse una nueva serie de varillas espaciadas para
evitar que los extremos de la urdimbre de deslicen hacia afuera y que los
hilos formen abultamientos con el consiguiente resultado de una urdim-
bre de tensión irregular.
Si la urdimbre se ha mantenido desde la parte posterior del telar hay que
trasladarse y coger el final de la urdimbre en la parte anterior del telar. Se
deshacen los últimos atados y se sigue el enrollado hasta que el final de
la urdimbre llegue al peine. En esta última etapa se dejan llegar las varillas
de la cruz hasta el guiahilo, donde se fijan con un cordón que unirá la
varilla trasera con el guiahilo en ambos extremos.
Hecho esto, se cortan los hilos a ras del peine y se sacan en mechones
que se anudan con una lazada por delante del guiahilos.
F¡g. 67 Final del enrollado Fig. 68 La cruz atada en el travesaño y el primer
grupo de hilos anudado
9 Remetido por lizos
Después del enrollado de la urdimbre se pasan los hilos por los lizos
siguiendo la representación gráfica -el remetido. Para ello se preparan los ;
lizos con el número de mallas necesarias. Se colocan en los portalizos los
listones que forman la parte superior del lizo y se meten por ellos grupos
de mallas, seguidamente se introducen los listones inferiores por las ma-
llas y, sólo entonces, pueden deshacerse sus anudados para espaciarlas.
Compruébese que todas las mallas tengan la misma longitud y que los
ojales sean idénticos, pues de no ser así se notarían irregularidades en las ;
capas de la calada.
Después de efectuar el enrollado se encuentran los hilos de urdimbre
colgando sobre el guiahilo; por ello, y para que el remetido pueda hacerse
con comodidad, se trasladan los portalizos con los lizos a la parte poste-
rior del telar a fin de que estén cerca de las varillas de la cruz donde se
buscarán los hilos.
El travesaño del que penden los lizos en un telar de poleas suele ser
movible y su traslado se hace cogiéndolo con ambas manos fuera de las
cuerdas de los portalizos y acercándolo al extremo posterior del telar.
Fig. 69 Travesaño con los lizos
trasladado a la parte trasera del telar
67
68 Para esta operación los lizos deben estar libres de su armadura y bien
sujetos en los portalizos.
En un telar de contramarcha se desenganchan los lizos de las cuerdas de
contramarcha y se colocan uno a uno en los portalizos, situados ahora en
un travesaño en la parte posterior del telar. Obsérvese en la figura 69 que
el cordón del portalizo da una vuelta extra en el travesaño para evitar que
los lizos se muevan.
Si el tamaño del telar lo permite se mete un banquillo dentro del mismo,
frente a los lizos, donde se efectúa el remetido. Compruébese que los
lizos están a un nivel que resulte cómodo; de no ser así, debe ajustarse la
altura con los portalizos.
Para estabilizar los listones inferiores de los lizos se pasa por sus extremos
un "imperdible", hecho de un hilo de alambre.
El gráfico del remetido
Se interpreta como si estuviésemos frente al telar. El remetido empieza
por el extremo derecho y el lizo más cercano al plegador de hilo es
tomado por el lizo n° 1. Si comparamos esto con el ejemplar del reme-
tido de la figura 70 vemos que el primer cuadrito en el lizo n° 1 está
marcado y seguido por marcas en los lizos n° 2, 3 y 4. Se deshace ahora
el primer grupo de hilos de urdimbre y se los coge bien tensados con la
mano izquierda mientras la derecha busca la primera portada en la cruz.
Separar un hilo de la portada para la primera malla del lizo 1. Doblando el
hilo, se le hace pasar por el ojal central de la malla con el dedo índice.
Puede también utilizarse una aguja de ganchillo, aunque es más rápido el
primer sistema una vez practicado. Siguiendo el orden del gráfico se
Fig. 70 Gráfico del remetido y
enhebrado de los hilos por las
mallas
pasan los siguientes hilos en el segundo, tercero y cuarto lizo para empe-
zar de nuevo con un hilo en el primer lizo y continuar repitiendo el orden
1, 2, 3 y 4, lo que se denomina remetido seguido.
Los hilos deben pasar libremente y rectos desde la malla hasta pender
por delante del lizo más próximo (el 4). Cuando se haya remetido un
cierto número de hilos, se ha de controlar que su distribución sea co-
rrecta y anudar en grupos los hilos haciendo una lazada que pueda des-
hacerse fácilmente si se dejan los cabos largos. En caso de retirar las
mallas sobrantes, una vez terminado todo el remetido, no debe olvidarse
atarlas en grupos, (fig. 27).
69
lig. 71 Manera de coger un hilo Fig 72 El hilo pasa por el ojal de Fig. 72 bis Grupos de hilos ya
de la portada la malla enhebrados
70
10 Remetido por peine
Esta fase consiste en pasar los hilos de urdimbre por el peine definitivo, el
que consta en el proyecto.
El remetido por peine se realiza dentro del telar, en el mismo sitio en que
se efectuó el enhebrado de los lizos, y una vez terminado, se coloca el
peine en el batán. Durante el remetido se cuelga el peine de los portalizos
con cordones de modo que quede horizontal y por delante de los lizos.
Es preciso calcular dónde habrá de iniciarse el remetido: se toma el ancho
total del peine, se descuenta de él el ancho de urdimbre (igual al ancho
en el peine indicado en el proyecto) y se divide por dos el resultado; la
cifra final indicará los centímetros sobrantes del extremo derecho y, por
tanto, dónde iniciar el remetido. Éste se realiza de derecha a izquierda.
Se coge el primer grupo de hilos, se tira de los cabos para deshacer la
lazada y se mantienen los hilos en la mano izquierda, tensándolos para
apreciar claramente el orden en que vienen los hilos de las mallas. Para
pasar los hilos se introduce el pasapeine por debajo del peine, se colocan
en aquél el número de hilos indicado y retirándolo, saldrán los hilos por
debajo del peine.
Cuando se haya pasado un grupo de hilos se anudan nuevamente con la
misma lazada. Es necesario controlar a menudo el remetido, a pesar de lo
cual no es extraño equivocarse y dejar palletas libres o hacer pasadas
dobles, sobre todo cuando el peine es muy tupido, por lo que no vendrá
mal contar con la ayuda de otra persona.
Cuando el remetido se realiza entre dos personas, el peine se coloca
sobre los portalizos, entre sus ranuras, donde quedará ligeramente incli-
nado. La persona encargada de pasar los hilos por el peine se encuentra
detrás del telar, mientras la otra, frente a los lizos, se preocupa de buscar
y colocar los hilos en el pasapeine; al hacerlo así, los hilos pasan a la parte
posterior del telar por lo que se dará la vuelta al peine antes de encajarlo
en el batán.
Figs. 73 y 74 Posición del peine cuando el
remetido lo efectúa una persona
Flgs. 75. 76 y 77 Posición del peine cuando el
remetido se hace entre dos personas
72 Colocación del peine en el batán
Terminado el remetido por el peine es el momento de colocar éste en el
batán. Si los lizos se encuentran muy altos se bajan con los portálizos.
Cuando se observe que la urdimbre no alcanza el batán, se desenrolla en
la medida necesaria. Si se trata de urdimbres muy tupidas y de hilos muy
finos, éstos pueden tender a desordenarse, permaneciendo entre la cruz y
el guiahilo; en este caso se alejan las varillas del guahilo alargando el
cordón que los une con el guiahilo. Cuando la urdimbre alcance sin
dificultad el batán se levanta la parte superior de éste y se bloquea el
peine en las ranuras. Repetimos aquí la conveniencia de coger el peine
por los extremos; más de un tejedor se ha pillado los dedos con el batán.
Se comprueba ahora con cinta métrica que la urdimbre está centrada en
el batán (las medidas se toman desde los extremos de éste hasta la ur-
dimbre).
Fig. 78 Manera de colocar el
peine en el batán
11 Anudado de la
urdimbre
73
Colocación de los lizos
Antes de anudar y tensar la urdimbre se colocan los lizos en el lugar
exacto que les corresponde al tejer.
En el telar de contramarcha se cogen los lizos uno a uno y se enlazan a
sus respectivas cuerdas que cuelgan de la estructura de la contramarcha
(véase preparación de las cuerdas, pág. 28). Las palancas de la contramar-
cha han de estar en su posición de descanso con el freno introducido a
través de ellas.
En un telar de poleas hay que trasladar todo el conjunto de lizos con el
travesaño. En esto hay que tener mucho cuidado y vigilar que los lizos no
salgan de los portalizos donde deben ser bien colocados.
Una vez llevados los lizos a su sitio se comprueba su nivel. La altura
correcta es aquella en que los hilos de urdimbre pasan en línea recta
entre el guiahilo y el ojal central de la malla.
En un telar de poleas siguen los lizos descansando en los portalizos y hay
que comprobar que ambos estén en el mismo nivel. La figura 79 muestra
el modo de medir la altura de los portalizos con una cinta métrica.
En el telar de contramarcha se ajustan las cuerdas de ésta hasta que los
lizos se encuentren en posición totalmente horizontal y todos tengan el
mismo nivel entre sí.
Fig. 79 Altura correcta de los
lizos y manera de comprobarla
74 El anudado
Cuando el peine está situado en el batán, la urdimbre bien centrada y
nivelados los lizos, se procede a tensar y anudar la urdimbre en el palo
atador del plegador de tela.
El palo atador está unido al plegador de tela mediante una cuerda del
mismo modo que el atador del plegador de hilo (véase la figura 25, pág.
25).
Se coge el palo con la cuerda se pasa por encima del guíatela y se
continúa por debajo del antepecho para salir por encima de éste, sobre-
pasándolo.
Compruébese que las vueltas de la cuerda están bien situadas en el palo,
con la misma distancia que la habida entre los agujeros en el plegador, o
bien, en el centro entre éstos, dependiendo ello del sistema seguido al
colocar la cuerda. Los volantes deben estar frenados.
El atado de la urdimbre debe hacerse con esmero y los nudos han de
hacerse repetidas veces, si se precisa, hasta conseguir una tensión igual.
El efecto de un atado irregular sería la apreciación de ondulaciones en el
tejido.
Una porción de hilos apropiada para anudar mide dos o tres centímetros
en el peine, independientemente de que vengan los hilos muy espacia-
dos. El atado empieza con un nudo en el centro y otro en cada extremo,
con ellos se mantendrá el atador en alto y así se podrá ajustar la cuerda
hasta que la distancia entre palo y antepecho coincida en todo el ancho.
Se sigue el atado de la urdimbre con grupos a derecha e izquierda del
nudo central, alternativamente, hasta alcanzar los extremos.
Los hilos se desenredan con un cepillo suave, asegurándose de que se
tomen y tensen todos los hilos que contenga el grupo.
Fig. 80 Manera de comprobar la distancia entre palo
y travesaño
Fig. 81 Un cepillo suave ayuda a tensar todos los hilos
de un grupo
El atado se hace utilizando uno de los nudos siguientes: 75
A) Se reparte un grupo de hilos en dos partes cogiendo la parte izquierda
por encima del palo atador.
Se hace un nudo normal por delante del palo y se pone el pulgar derecho
encima del nudo, se dirigen ahora los hilos de la mano izquierda hacia la
derecha pasándolos por debajo de los otros hilos para, finalmente, tirar y
fijarlos por debajo del nudo.
B) Se coge un grupo de hilos y se los coloca encima del palo, be reparten
los hilos en dos partes y, pasándolos por debajo del palo, se saca una
parte por cada lado del haz, para hacer un nudo bien apretado encima de
éste.
Figs. 82, 83 y 84 Manera de atar la urdimbre (A) Figs. 85 y 86 Otra manera de atar la urdimbre (B)
76 Una vez atada toda la urdimbre, se vigila la tensión de los hilos de
urdimbre en la parte posterior del telar; se cepilla con cuidado la urdimbre
desde el plegador hacia los lizos y, si se observan hilos flojos, se ajusta la
tensión en el nudo correspondiente. Los nudos hechos hasta ahora son
intencionadamente incompletos con el fin de abrirlos fácilmente para
hacer las correcciones oportunas antes de cerrarlos de modo definitivo, lo
que se hace con un nudo normal encima del primero.
Si el atado se ha hecho según el nudo A hay que dar uniformidad a la
urdimbre; se anuda un cordón en el lado derecho del atador y se pasa
cutre la urdimbre por encima de los hilos superiores y debajo de los
inferiores, se estira fuertemente y se ata en el extremo izquierdo del
atador.
Figs. 87 y 88 Para nivelar los
grupos se pasa una cuerda por la
urdimbre
Atado de las urdimbres de lino
Si la urdimbre es de lino no tardará mucho en observarse la dificultad de
apretar los nudos, pues hecho uno se afloja otro y parece imposible hacer
el anudado con regularidad. El mejor remedio es mojar los cabos de los
hilos. Se anuda primeramente toda la urdimbre sin demasiada preocupa-
ción por su tensión, se humedecen después los hilos con un paño bien
mojado, con ello, se disuelve la cola del lino y los hilos pueden anudarse
nuevamente sin dificultad. Al iniciar un tejido de lino se repite el humede-
cimiento de los hilos hasta asegurarse de que no ceden más los nudos.
Otro modo de atar la urdimbre
Es el de unirla al palo atador con un cordón largo. Se anuda previamente
la urdimbre en pequeños grupos que se dejan Colgando por delante del
batán. En un extremo del palo se ata un cordón suficientemente largo
para que pueda pasar entre el primer grupo de hilos de la urdimbre, se
regresa al palo atador -donde da una vuelta- y se vuelve a recoger el
segundo grupo, y así sucesivamente en un recorrido urdimbre-atador y
viceversa para finalmente atar el cordón en el otro extremo del palo.
Tirando del cordón se tensan los grupos hasta que se consiga en todos
ellos la misma tensión y, sólo entonces, se ata el cordón en el segundo
extremo de manera definitiva.
77
Fig. 89 Otra manera de atar la
urdimbre con un cordón
78
12 Armadura de lizos y
pedales
Terminada la colocación de la urdimbre en el telar sólo quedan por armar
los lizos, lo que consiste por un lado en suspender los lizos y, por otra, en
conectar los mismos con los pedales.
Estas operaciones son innecesarias en ciertos telares de pedales a mano
en los que los lizos reposan entre los laterales en un marco que forma
parte del mismo telar, y en cuyo caso los pedales están unidos cada uno
de ellos a un lizo de forma que su conexión es fija e invariable.
En telares de mayor dimensión penden los lizos de su parte superior;
distinguimos así los telares cuya armadura es de contramarcha y aquellos
en que la suspensión de los lizos se logra por medio de poleas.
Telar de poleas
Suspensión de lizos
Para suspender sólo dos lizos es suficiente colocar en el travesaño "so-
portalizos" dos poleas y pasar por ellas una cuerda cuyos cabos se anu-
dan directamente a los lizos. No obstante, se logra un mejor equilibrio si
la conexión entre éstos y las poleas se hace a través de tiralizos-balanci-
nes.
Para hacer posible el movimiento de tres o cuatro lizos es necesario el
uso de balancines. La suspensión de un mayor número de lizos requiere a
su vez pasar el encordelado a través de más poleas. La figura 93 nos
muestra en qué forma se suspenden los lizos en razón del número de
ellos. Para soportar bien los lizos no deben situarse las poleas ni dema-
siado próximas a los extremos ni muy centradas en el travesaño. Estarán
en posición adecuada cuando la distancia entre el extremo y la polea sea
igual a 1 / 4 parte de la longitud total del travesaño. Colocadas las poleas,
se pasa por ellas una cuerda a la que se atarán los balancines, preparados
éstos previamente con un cordoncito formando un lazo y que se atará a
la cuerda con el mismo nudo que se ha utilizado para los portalizos.
Para unir los balancines con los lizos se necesitan cordones cortos dobla-
dos y cerrados con un nudo -dos para cada balancín. Estos cordones se
sitúan en los lizos de manera que el atado venga en línea recta desde las
ranuras de los balancines hasta el lizo; se baja para ello un balancín hasta
el lizo y se separan un poco las mallas para marcar los puntos que
corresponda. Cada balancín está ligado a dos lizos y habrá que estudiar
los gráficos que nos muestra la situación de los diferentes atados (figura
93). Los balancines de un lado han de estar en dirección contraría a los
balancines del otro lado. Colocados todos los cordones en los sitios que
les corresponden, se enlazan a los balancines. Finalmente, se ajusta la
tensión de las cuerdas que deben mantenerse rectas, pero no tan tirantes
que levanten los lizos.
Para lograr un buen equilibrio hay que prestar atención a cada detalle de
la suspensión, es decir, que los cordones que unen lizos y balancines
sean de igual longitud, que su posición respete la línea recta y que el
número de mallas exteriores a los anudados sea el mismo en ambos
lados; se comprueba también que los portalizos -en los que descansan
los lizos durante este proceso- están al mismo nivel. En cuanto a la altura
de los lizos dependerá en ciertos casos del ligamento del tejido, pera la
más normal es aquella en que los hilos de urdimbre pasan por el centro
del ojal de la malla.
79
Fig. 90 Diferentes maneras de suspender dos lizos
Fig. 92 Lazadas del cordón entre lizo y balancín
Fig. 91 Poleas y balancines preparados para la
armadura de 4 lizos
Fig. 93 Disposición de la
armadura para diferentes números
de lizos
Si la urdimbre es muy estrecha en relación con el ancho del telar, puede
haber problemas con los lizos que en gran parte sobrepasan la urdimbre y
quedan sin el apoyo de ésta. Lo que suele ocurrir en estos casos es que
los lizos no suben ni bajan horizontalmente sino que se inclinan, a veces
de forma muy molesta, y habrá que recurrir a pequeños trucos para que
el tejido vaya bien, por lo que facilito dos soluciones que suelen dar
resultado.
Si la urdimbre no es excesivamente estrecha se pueden apoyar los extre-
mos de los lizos con cintas de goma elástica. Doblada la cinta, como
enseña la figura, con tantas vueltas como número de lizos, se unen y
cierran con una cuerda en un lado. Después se cuelgan las cintas del
travesaño y se introducen los listones superiores de los lizos, uno en cada
vuelta de la cinta.
Otra manera de estabilizar los lizos es atar entre el travesaño guiahilo y el
antepecho unos hilos fuertes, por ejemplo, hilo de red. Antes de atar
estos hilos en el antepecho se pasan por las mallas a razón de un hilo por
cada malla en cada lizo. Los hilos pasarán también por el peine lo más
cerca posible de sus extremos; finalmente se atan en el antepecho.
81
Figs. 94 y 95 Manera de
estabilizar los lizos con cinta
elástica
Fig. 96 Manera de estabilizar los
lizos con un hilo
Atado de los pedales
En un telar de sólo dos pedales y dos lizos el encordelado es invariable,
cada lizo es atado a un pedal y se pisará uno y otro alternativa y sucesiva-
mente.
Cuando el número de lizos y pedales es mayor, las cuerdas, al unirlos,
quedarían en diagonal como consecuencia de tirar de los lizos hacia un
extremo. Para que las cuerdas vayan en línea recta hasta los pedales se
provee el telar de palancas, una para cada lizo, que transmitirán la cone-
xión entre lizo y pedal. Estas palancas -que denominamos levas- parten
de uno de los laterales del telar.
El atado de los pedales se efectúa desde detrás del telar o, si las dimen-
siones de éste lo permiten, dentro del mismo, sentado el tejedor de
espalda al plegador de urdimbre.
Para encordelar los lizos con las levas y unir éstas a su vez a los pedales
se utiliza el mismo nudo usado ya al suspender los portalizos; este nudo,
(fig. 29), conocido por los tejedores como "nudo de pedal", consiste en
atar una cuerda en el anillo que forma otra cuerda.
Primero hay que atar los lizos a las levas; buscar el centro en el batán y
separar las mallas en línea recta para señalar así el punto medio de todos
los lizos y enlazar una cuerda doblada en cada uno de sus listones inferio-
res.
Atendamos ahora a las levas para conocer el sitio indicado de unión con
el lizo. Las levas tienen tantos agujeros como el número de pedales con
que cuenta el telar, y un agujero más en el centro que sirve para la
conexión con el lizo y en el que se coloca una cuerda doblada cuya
vuelta asoma unos 5 cm por encima de la leva y que se cierra con un
doble nudo normal por debajo de ésta.
Se ata ahora el primer lizo con la primera leva y el segundo con la
segunda, etc. La altura de las levas debe sobrepasar un poco su
horizontalidad respecto del suelo. A partir de ahora, al hablar de levas
se darán por aludidos también los lizos correspondientes, ya que, una
vez unidos, actúan simultáneamente.
Fig. 97 Conexión entre lizo y leva
82
El gráfico
La representación gráfica del atado entre pedal y lizo -la armadura- se
encuentra en el cruce de las columnas horizontales, que representan los
lizos, con las verticales, referentes a los pedales. La interpretación del
gráfico ha de ser siempre igual a como la hacemos situados en la parte
anterior del telar, de modo que el gráfico se lee al revés al atar los pedales
desde la parte posterior del telar.
Llevemos a la práctica el atado que se representa en la figura 98; es una
armadura de 4 lizos y 2 pedales para el ligarnento tafetán. Para el encor-
delado entre leva y pedal se necesitan en este caso 4 cuerdas de 40 cm
de longitud aproximadamente. Los agujeros de las levas adecuados para
atar 2 pedales son aquellos que se encuentran más cercanos a ambos
lados del atado leva-lizo.
Volviendo al gráfico, atendamos al pedal n.° 1 y vemos que los cuadritos
que corresponden a los lizos 1 y 3 están marcados en negro, lo que
significa que éstos se atarán al primer pedal. Colocamos por ello una
cuerda en la leva unida con el lizo 1 y otro en la que corresponde al lizo
n.° 3. Del mismo modo se estudian los cuadros marcados para el si-
guiente pedal y se colocan las cuerdas en las levas tratándose en este
caso de los lizos 2 y 4.
83
Fig. 98 Atado de los pedales de
un telar de poleas visto desde
detrás
Para conectar las cuerdas colocadas en las levas con los pedales se
preparan estos últimos con lazos de cuerdas de igual manera a como se
hizo anteriormente en las levas. Se puede optar por atar dos cuerdas a un
mismo lazo y resulta así que para el ejercicio que seguimos sólo hace
falta un lazo en cada pedal. En ciertas armaduras de varios lizos, la calada
no queda limpia si todas las cuerdas de los pedales se atan con la misma
tensión; si esto sucede hay que poner más lazos en los pedales y atar sólo
una cuerda en cada lazo. Las cuerdas de los lizos que quedan más atrás
en el telar se dejan más tensas y se va disminuyendo sucesivamente la
tensión de las cuerdas de los siguientes lizos para compensar de esta
manera el hecho de que al pisar los pedales éstos tiran más fuertemente
de las cuerdas correspondientes a los lizos más próximos al tejedor.
La altura de los pedales depende del tejedor, pero lo más adecuado es
anudar los pedales lo suficientemente altos para que al pisarlos lleguen
casi al suelo.
Si las cuerdas son nuevas puede ser difícil que los nudos se mantengan y
es corriente que se haya de repetir el atado de los pedales cuando ya se
ha iniciado el tejido. Las cuerdas se suavizan con el uso, pero entonces
puede ocurrir que se abran o deshilachen los cabos, en cuyo caso las
cuerdas pasarán con dificultad por lo agujeros; el mejor remedio es meter
los cabos en cola o similar, por ejemplo en laca de uñas.
84
Telar de contramarcha
Suspensión de lizos
En el telar de contramarcha sólo hay un sistema de suspender los lizos in-
dependientemente del número de ellos.
El travesaño soportalizos se sustituye por la sobreestructura de la contra-
marcha que reposa en los laterales y se suspende cada lizo con su cuerda
correspondiente. (Véase preparación de las cuerdas pág. 28)
Al proveer las cuerdas con un mosquetón y los lizos con un cáncamo en
el sitio correspondiente, se efectúa fácilmente el traslado de los lizos desde
el portalizos, si han descansado en éstos durante el montaje.
Es muy importante comprobar la altura, que debe ser aquélla en que los
hilos de urdimbre pasan por el centro de los ojales de las mallas.
El hecho de unir cada lizo a dos puntos en la contramarcha y de pasar
cada una de las cuerdas por poleas, favorece el equilibrio al subir y bajar
los lizos evitando que se inclinen o bailen como puede suceder en telares
con suspensión de lizos por el sistema de poleas.
85
Fig. 99 Altura correcta de
los lizos
86 Atado de los pedales
Un telar de contramarcha lleva además de las levas corrientes otras más
largas situadas por debajo de las primeras. Cada una de las levas largas
está encordelada a un balancín por una cuerda que pasa exterior al telar.
El número de levas cortas, levas largas y balancines (o palancas) en la
contramarcha es igual al número de lizos del telar. La diferencia entre el
atado de los pedales en un telar corriente y el de contramarcha estriba en
que en este último se atan los pedales tanto a las levas cortas como a las
largas. Cuando la conexión se transmite por una leva corta ésta facilita la
bajada de un lizo, mientras que conectado a través de una leva larga ésta
le hace subir.
Los balancines o palancas de contramarcha deben permanecer cerrados
en posición vertical con el freno al efectuarse tanto la suspensión de los
lizos como el atado de los pedales.
Primero se unen las levas cortas con los lizos en la manera descrita para
el telar de poleas (fig. 97). Las levas largas se unen en sus extremos con
las cuerdas de la contramarcha, que pasan exteriores al telar. Ambas
levas, cortas y largas, deben quedar en posición horizontal.
El gráfico
Como el anudado se hace con el tejedor situado dentro del telar, detrás
de los lizos, no olvide mantener el gráfico al revés para interpretarlo
correctamente.
Los agujeros indicados para atar un pedal son los que tanto en las levas
largas como en las cortas forman una hilera que coincide con la dirección
del pedal que ha de atarse.
Para un atado de dos pedales lo correcto es utilizar los dos centrales, y
para unir éstos a las levas cortas las cuerdas se colocan en los agujeros
más cercanos a ambos lados del agujero central en el que se realiza el
atado entre leva corta y lizo. Los agujeros de las levas largas adecuados
para los atados son aquellos que se encuentran en línea recta con los
utilizados en las levas cortas (que coinciden con la dirección del pedal).
Las reglas para el anudado de los pedales en el telar de contramarcha son
las siguientes:
En las levas cortas se colocan las cuerdas según los cuadraos marcados en
negro en el gráfico, los cuales indican los lizos que bajan.
En las levas largas se colocan las cuerdas según los cuadros en blanco que
corresponden a los lizos que suben.
Antes de anudar las cuerdas se ha de comprobar nuevamente que su
situación coincide con el gráfico. Cada pedal contará con un número de
cuerdas igual al número de lizos repartidos entre las levas cortas y las
largas.
Obsérvese que una misma cuerda nunca pasa por ambos tipos de levas,
sólo se introduce en una leva, sea corta o larga.
Pueden atarse dos cuerdas a un mismo lazo en el pedal. En el ejemplo
que seguimos hay 4 cuerdas para atar a l.os pedales; para ello se preparan
dos pedales, cada uno de ellos con dos cuerdas pequeñas en forma de
lazo. Para el atado se buscan las cuerdas más cercanas, independiente-
mente de que procedan de una leva corta o larga; no obstante, hay que
encontrar entre las levas largas un camino libre para las cuerdas que
proceden de una leva corta a fin de evitar que el atado entorpezca el
movimiento de la leva larga cuando ésta haya de bajar durante el tejido.
Los nudos para el atado son iguales que los descritos para el telar de
poleas; me remito también a lo allí dicho sobre la altura de los pedales.
87
Fig. 100 Atado de los pedales
en un telar de contramarcha
vertical; visto desde detrás
III La trama
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  • 2. Ninette Frederiksen Svenhall La tejeduría es una de las actividades artesanas más antiguas que se conocen y su práctica re- quiere conocimientos amplios y difíciles de conseguir sin algún tipo de ayuda o estudios. La autora, tejedora y maestra de tejedores, ofrece en este libro un material didáctico sufi- ciente como base de una iniciación al tejido en sus múltiples vertientes, es decir, un material útil no sólo al interesado por la técnica del te- jido o del tapiz como oficio, sino también para el posible tejedor aficionado que hace del tejido en telar manual un hobby, pero para el que no es menos necesaria una buena base teórica y práctica. A partir de este material, suficiente e imprescindible para una iniciación a la técnica, es posible cualquier especialización o profundi- zación por amplia que ésta sea. Ninette Frederiksen, sueca afincada en Altea (Alicante), crea en 1975 un Centro de Tejido en el que funciona, por una parte, un taller de car- pintería dedicado a la fabricación artesanal de telares y accesorios de todo tipo y, por otra, un taller-escuela de tejido en el que, además de la producción de tejidos de artesanía, se imparten a lo largo de todo el año cursos de tejido para principiantes y profesionales de las técnicas textiles. (Nota en solapa)
  • 4. Procedencia de las ilustraciones Dibujos: Johan Frederiksen todas las fotografías han sido realizadas por Roni Foto Suecia salvo las siguientes pág 241 Rudolf Moeschlin pág 232 (abajo), Anita Gandahl fig 257 Estudio Badosa pag 236 y 204 (abajo). José Luis Ba- rroso pag 244 Antonio Díaz Martínez Ninette Frederiksen figs 88 138 216 226 227 228 229 253 p 108, 138, Patty Stratton, sobrecubierta, p 2 Primera edición 1982 Segunda edición revisada 1986 Tercera edición revisada 1989 © 1989, Ninette F Svenhall © 1989, de esta edición, Ediciones del Serbal Impreso en España DL B 6602/89 Impresión Grafos S A ISBN 84-7628-061-0 Digitalizado por ch0kl0
  • 5. Sumario Introducción.......................................................................... 6 I El telar ..................................................................... 9 1. El proceso de tejer y diferentes tipos de telares 10 2. Montaje y preparación del telar .......................... 22 II La urdimbre................................................................. 31 3 Preparación y montaje de la urdimbre ................ 32 4 Proyecto del tejido ............................................... 35 5 Embobinado del material de urdimbre ................ 37 6. El urdidor y la urdimbre ....................................... 39 7. Distribución de la urdimbre en el prepeine......... 52 8. El enrollado de la urdimbre ................................. 59 9. Remetido por lizos ............................................... 67 10. Remetido por peine ........................................... 70 11. Anudado de la urdimbre................................... 73 12. Armadura de lizos y pedales ............................... 78 III La trama....................................................................... 89 13 Accesorios para la trama....................................... 90 14. Embobinado de la trama...................................... 92 15. Control previo al tejido ........................................ 94 16. El tejido................................................................. 97 IV Teoría del tejido.......................................................... 109 17. Representación gráfica ......................................... 110 18 Los ligamentos fundamentales y sus derivados más corrientes ................................................... 116 19 Numeración de los hilos...................................... 130 V Proyectos y aplicación de diferentes técnicas......... 139 Generalidades acerca de los tejidos y sus técnicas... 140 Tejidos de diferentes aplicaciones ............................. 232 Índice..................................................................................... 246 Bibliografía.... ............................................... ........................ 248
  • 6. 6 Introducción La tejeduría es una de las actividades artesanas más antiguas que se conocen Ya en tiempos remotos existían en los países mediterráneos especialistas dedicados a la tejeduría en plan comercial Cuando apare- cieron los telares automáticos, la tejeduría se transformó en industria, lo que supuso la pérdida casi total de los conocimientos populares de técni- cas que hasta entonces se habían ido desarrollando y transmitiendo de generación en generación ¿Cómo se puede explicar entonces el renaci- miento de la tejeduría manual?. Varios pueden ser los motivos Quizá se pueda citar en primer lugar la necesidad que la persona siente de crear algo Por otra parte, existe también un mercado que solicita productos únicos caracterizados por la no identificación comercial, productos con un sello personal e irrepetible que sólo el trabajo artesano puede ofrecer. Sabemos, además, que la tejeduría manual por múltiples razones ocupa hoy un lugar de importancia en la educación e incluso en aplicaciones terapéuticas, es más la tejeduría manual, tan atrayente como hobby en la actualidad, se está reafirmando nuevamente como profesión Esta artesanía requiere conocimientos amplios y difíciles de conseguir sin algún tipo de ayuda o estudios Los cursos de tejeduría manual que he impartido en Altea me han animado a componer este manual esperando llenar con él un vacío de textos adecuados al respecto, y con la intención además de cubrir debidamente la enseñanza de las bases fundamentales del tejido. A partir de ahí cualquier alumno podrá ampliar sus conoci- mientos con el descubrimiento personal de nuevos caminos, pues, en definitiva, puede decirse que todo tejido tiene su origen en una técnicas elementales que, combinándose entre si o bien introduciendo en ellas determinadas variaciones darán lugar a tejidos diferentes. La persona que vaya a iniciarse en la tejeduría manual puede sentirse extraña ante el telar indecisa por la cantidad de pasos previos que re- quiere el proceso o confusa por la profusión de términos totalmente nuevos para ella es perfectamente comprensible, son necesarios un es- fuerzo y una dedicación pero es seguro que si se persiste en ello se recogerán los frutos.
  • 7. En la enseñanza de la tejeduría es necesaria la debida atención al telar co- mo instrumento que nos permitirá la realización del tejido Las instrucciones de este manual se centran en el telar horizontal por ser este tipo de telar el que ofrece más amplias posibilidades para quienes bus- can el perfeccionamiento y la investigación en esta artesanía, de ahí que su aprendizaje sea más difícil Quiero terminar esta introducción agradeciendo la colaboración de todas aquellas personas, alumnos y otros amigos que con su aliento, unos, y con su ayuda práctica, otros, han hecho más fácil la composición de este ma- nual y no puedo, desde luego, dejar en el tintero nombres como los de Ma- riano Muñoz, Montse Camps, ambos buenos amigos, Mariano como conocedor de mi propio idioma, sueco, me ayudó en la primera redacción, y Montse, como profesional de la tejeduría, leyó y corrigió todo el material en una etapa más avanzada, uno y otro me ayudaron a que pudiera dar, en español, una explicación de lo que es la técnica del tejido en telar manual Le doy también las gracias a Johan Frederiksen, cuya realización de los dibujos para este libro me ha sido una valiosísima ayuda Finalmente agradezco muy especialmente a mis hijos Andrea y Laban (Bengt) por su estímulo y apoyo en los momentos más difíciles que inevita- blemente se han presentado en la larga tarea de reunir los datos y recopi- lar el material para este libro Altea 1989 La autora 7
  • 8.
  • 10. 10 1 El proceso de tejer Al parecer tejer no es sino una evolución del trenzado. La palabra textil procede del latín texere un amplio vocablo que abarca tanto el trenzado como el anudado. El trenzado puede realizarse de diferentes formas y siguiendo distintos sistemas el que mas se asemeja a un tejido se com- pone de fibras tensas y paralelas entre si entre las que se entrelaza otra fibra -trama- de longitud variable de forma que de una o mas pasadas El sistema de fibras en paralelo a través de las cuales se introduce la trama se llama urdimbre (fig 1) El telar La función principal de un telar es mantener los hilos de urdimbre bien tensados y ordenados para facilitar la pasada de la trama. Los hilos de la urdimbre están recogidos en dos travesaños o rulos -plegadores- el plegador de hilo en el que se enrolla la urdimbre no tejida y el plegador de tela en el que se pliega el tejido realizado (fig 2 y 3) Tomando en consideración la posición de la urdimbre en los telares se clasifican estos en telares de urdimbre vertical y telares de urdimbre hori- zontal. Unos y otros están provistos de lizos que permiten separar instan- táneamente cierto numero de hilos de urdimbre diferenciando asi dos capas en la urdimbre y formando una apertura que denominamos calada por la que se introduce la trama. Fig 1 El trenzado de urdimbre y trama Figs 2 y 3 Dos formas simples de tensar la urdimbre entre los plegadores
  • 11. Telar de urdimbre vertical En el telar vertical se consigue la primera calada poniendo de canto una varilla plana de madera que pasa por la urdimbre dividiendo la misma en dos planos de forma que los hilos de numero impar queden delante y los hilos pares detrás de la varilla respectivamente o a la inversa (Fig. 4) La segunda calada se consigue haciendo pasar un cordón único detrás de cada uno de los hilos que hayan quedado detrás de la varilla. Este cordón va unido a una barra que descansa en unos soportes situados en los laterales del telar (Fig. 5) 11 Fig 4 Telar de urdimbre vertical primera calada Fig 5 Segunda calada
  • 12. 12 Telar de urdimbre horizontal El sistema descrito arriba puede restar capacidad en cuanto al ritmo de tejer debido a la ocupación de las manos en el manejo de los lizos. El hecho de cambiar la construcción del telar y disponer la urdimbre hon zontalmente permitió unir los lizos a pedales debajo de la urdimbre, im- pulsando asi el movimiento de los primeros con los pies. El sistema más primario consiste en que todos los hilos impares de la urdimbre están unidos mediante un cordón a un listón de madera y los hilos pares a otro Aparecen asi dos lizos cada uno de los cuales esta atado a un pedal (Fig. 6) Los dos telares descritos son denominados popularmente alto lizo y bajo lizo -del francés haute y basse lice-. En los telares de bajo y alto lizo de los tipos que se indican en las figuras 4 y 6 suele efectuarse el entrecruzamiento de la trama en pequeñas partes de la urdimbre ajustando cada pasada con un peine manual o una canilla (figs. 7 y 8). Ahora bien determinados tejidos requieren para su uniformidad pasar la trama de un extremo a otro en una sola operación, lo que ha motivado el desplazamiento de los lizos sobre el plano de la urdimbre a la vez que se sustituye el cordón único por un sistema de mallas. Los hilos de urdimbre pasan por el ojal central de las mallas quedando uniformes y al mismo nivel. De esta manera al abrir la calada se forman capas regulares y se facilita el paso de la trama. Fig 6 Esquema de un telar de bajo lizo Figs 7 y 8 Peine y canilla para apretar la trama
  • 13. Esencial para el perfeccionamiento del telar horizontal ha sido la introduc- ción del batán, que permite ajustar la trama del tejido en toda su anchura a la vez además, el peine insertado en el batán ordena los hilos de urdimbre Observemos el proceso de tejer en un telar de dos pedales y dos lizos con mallas (fig 9) El movimiento de ascenso y descenso de los lizas se realiza mediante los pedales conectados a ellos. La introducción de la trama se efectúa con una lanzadera que lleva una bobina con el hilo. En la primera calada formada al pisar el pedal los hilos impares quedan debajo de la trama, en la siguiente serán los hilos pares los que pasen a estar debajo de la trama al pisar el otro pedal. Estas operaciones realizadas alternativa y sucesivamente determinan un tejido cuyo ligamento denominamos tafetán -en catalán plana-, de donde viene el nombre de telares de tafetán o telar a la plana. 13 Fig 9 Esquema del proceso de tejer
  • 14. 14 Lizos pedales y batan caracterizaron desde antiguo al telar horizontal la posterior evolución del mismo se ha centrado principalmente en pro veerlo de un mayor numero de lizos y pedales y en perfeccionar los diferentes mecanismos de acción. En el telar de pedales de mano en la figura 10 puede observarse que el batan tiene su base en la parte inferior del mismo y que los lizos en forma de marcos constituyen un solo cuerpo con los laterales del telar En el telar de la figura 11 el batan pasa a estar pendiente de la parte superior del telar al igual que los lizos. Fig 10 mano Telar con pedales de Fig 11 antiguo Modelo de un telar
  • 15. Diferentes clases de calada Una clasificación general de los telares horizontales es aquella que se atiene al tipo de calada que puede ser de baja de alza o de baja y alza -calada mixta. Calada de baja En el telar de bajo lizo (fig 6) se observa que los lizos están atados a los pedales de forma que al pisar un pedal baja el lizo conectado mientras que el otro se mantiene en su posición la calada que así se consigue es la denominada de baja Calada de alza Es la que se forma al subir uno o mas lizos tal sucede por ejemplo en los telares de pedales de mano (fig 10) Calada mixta Es aquella que incluye calada de alza y de baja a la vez porque al accionar los pedales unos lizos suben y otros bajan de modo simultaneo (figs 16 17) 15 Fig 12 Diferentes clases de calada de baja de alza y mixta
  • 16. 16 Diferentes monturas de lizos La suspensión y accionamiento de los lizos puede lograrse por distintos mecanismos: poleas y contramarcha. Esos mecanismos, por otra parte los más actuales en la tejeduría manual, son los que dan nombre al telar. Telar de poleas En el telar de poleas (fig. 15) los lizos penden de un travesaño a través de su conexión con el conjunto de poleas y balancines que facilitan su movi- miento. Del número de poleas y balancines depende el número de lizos (fig. 93) Telar de Contramarcha También se puede incorporar al telar una construcción de contramarcha. En un telar de contramarcha (fig. 16) los lizos están conectados tanto en su parte superior como en la inferior a palancas —balancines de la contra- marcha— que transmiten un doble movimiento, el de subida y el de baja- da. La posición de los balancines de la contramarcha puede ser horizontal (fig. 13) o vertical (fig. 14), siendo con esta última con la que se consigue una mejor calada. No obstante, en telares de gran anchura —más de 170 cms— puede ser más apropiada la contramarcha horizontal de dos grupos de balancines. Telar "Damascus" (fig. 18) Cabe también mencionar este telar especial para los tejidos de damasco. Obsérvese que la profundidad del telar es más grande que la de un telar convencional; esto es necesario porque debe abarcar dos grupos de lizos, un grupo anudado a la contramarcha o a poleas especiales y el otro grupo activado por un sistema diferente de tracción. En la fig. 19 se muestra una montura —arnés— para el llamado telar de tiros. Telar Jacquard La llamada máquina jacquard es un mecanismo más desarrollado en cuanto al movimiento de los lizos, aplicado sobre todo en la industria pero también utilizado en ciertas producciones artesanales. En resumen, podemos constatar que existe una gran diversidad de telares entre los que el tejedor puede optar para su labor, desde el más rudimen- tario —por ejemplo un bastidor— a los más completos. La elección del telar es algo particularísimo, pues en ella entran en consi- deración factores muy diversos que van desde el tipo de tejidos que se de- sea realizar a las razones más subjetivas de adecuación a las intenciones del tejedor; en cualquier caso, es necesaria una iniciación en la tejeduría manual sin la cual no se estará en condiciones de elegir razonadamente.
  • 17. Fig. 13 Contramarcha horizontal Fig. 14 Contramarcha vertical 17
  • 18. Fig 15 Telar de polea
  • 19. El hecho de que las instrucciones de este manual se refieran principalmen- te a telares semejantes a los que presentamos en las fotos 15 y 16 no impi- de su aplicación en otro tipo de telares, pues, al fin y al cabo, son los mismos principios los que determinan el proceso de tejer. Fig 16 Telar de contramarcha
  • 20. Fig 17 Polea especial para Fig 18 Telar «Damascus» armadura de 10 lizos 19
  • 21. Fig 19 Arnés de un telar de tiros
  • 22. 22 2 Montaje y preparación del telar Existen diversos tipos y modelos de telares horizontales y la complejidad de su montaje puede variar siendo mas sencillo el montaje del telar cuya estructura forma prácticamente una unidad Lo mas corriente es que el telar sea desmontable Las diferentes piezas de que se compone un telar desmontable deben ser construidas de tal forma que encajen bien en sus sitios para que el montaje se realice sin dificultad y sobre todo para que el telar una vez montado quede estable Las piezas mas grandes del telar son los dos laterales -bancadas- que constituyen el apoyo para los plegadores y los diversos travesaños El proceso que debe seguirse al montar el telar es el siguiente levantar uno de los laterales y colocar en el los plegadores y los travesaños fijos (los numerados 2A 2B y 2C en la figura 20). Seguidamente se levanta el otro lateral y se acoplan allí los plegadores y travesaños montado así el esqueleto del telar se ajustan las piezas. A continuación se acoplan los volantes de los plegadores y se fijan con cuñas todas las piezas colocadas hasta el momento. Debe distinguirse entre los travesaños 2A 2B y 2C en la figura 20 cuya función es la de unir las dos bancadas dos de ellos desde la base y el otro en la parte superior y los travesaños restantes que cumplen funcio- nes mas especificas en el proceso de tejer, funciones que suelen venir indicadas por el mismo nombre de la pieza. Los plegadores a que nos hemos referido mas arriba y que se colocan a un tiempo con los travesaños tienen la función de enrollar ordenada- mente el hilo de la urdimbre (plegador de hilo) y el tejido que se va realizando (plegador de tela) Los movimientos de rotación hacia un lado o hacia otro de dichos plegadores se hacen con la ayuda de los volantes acoplados a ellos.
  • 23. Fig 20 20 1 Bancadas 2A 2B y 2C Travesaños fijos 3 Plegadores 4 Guiahilos o barra portahilos 5 Antepecho 6 Guíatela 7 Batán 8 Pedales 9 Levas 10 Volantes 11 Travesaño soportalizos
  • 24. 24 El guiahilo Se encuentra por encima del plegador de hilo. Al pasar la urdimbre por un guiahilo ésta se mantiene en un nivel constante. Si la urdimbre pasara directamente desde el plegador al tejido variaría su nivel a medida que fuera desenrollándose en el plegador El antepecho En la parte delantera del telar se sitúa el travesaño, denominado antepe- cho, sobre el que corre el tejido El guíatela Se monta por encima del plegador y sirve para que el tejedor no roce con las rodillas la tela cuando ésta pasa del antepecho al plegador El batán Se coloca montando su travesaño superior sobre las muescas adosadas a los laterales Las muescas son ajustables y se fijan una vez comprobado que el batán está perfectamente paralelo al antepecho El soportalizo Denominamos así al travesaño movible que se apoya en los laterales del telar y del que se suspenden los lizos En el telar de contramarcha penden los lizos de la misma y el travesaño-soportalizo se utiliza sólo durante el montaje de la urdimbre Los pedales Van en el travesaño más bajo, normalmente en la parte posterior del telar Las levas Son palancas de madera que transmiten el movimiento entre lizos y pedales y se colocan introduciéndolas en un eje de hierro situado en uno de los laterales. Para el encordelado entre lizos-levas-pedales se necesi- tan cuerdas preparadas a la medida adecuada Complementan el telar los siguientes elementos Varillas de los plegadores, que cubren urdimbre y tela (fig 66) Varillas de cruz, que se distinguen de las anteriores por los orificios de sus extremos (fig 2 1 ) El peine, que se introduce en el batán y por él habrán de pasar los hilos de urdimbre (fig 22) El banquillo del tejedor Puede ser independiente o adosado al telar, pero siempre debe ser sufi- cientemente largo y variable en su altura.
  • 25. Fig 21 Varillas de la cruz Fig 22 Peine Fig 23 Una forma de colocar la cuerda en los plegadores Figs 24 y 25 Trayectoria de las cuerdas del plegador de hilo y del plegador de tela
  • 26. 26 Preparación de las cuerdas para los plegadores Deben utilizarse cuerdas fuertes y resistentes y rechazar en todo caso aquellas que resulten elásticas Hay distintas formas de disponer las cuerdas en los plegadores, puede optarse por pasarla doble por los agujeros como en las figuras 24 y 25, o sencilla, en la forma que indica la figura 23, en ambos casos se anudan los cabos de la cuerda de manera que formen una lazada de 10 cm Introducidos los palos atadores en las lazadas, las cuerdas se estiran hasta que sean suficientemente largas para el trayecto que cada una de ellas ha de seguir Desde el plegador de urdimbre o de hilo pasa la cuerda por encima del guiahilo hacia el interior del telar hasta alcanzar una longitud igual a las 2/3 partes de su profundidad (fig 24) La cuerda del plegador de tela se hace pasar por encima del guiatela, continúa por debajo del antepecho y, sobrepasándolo, se acerca al batán (fig 25) Los lizos Se incluye también en la preparación del telar el equiparlo de lizos. Un lizo se compone de dos listones que contienen mallas por cuyo ojal central pasan los hilos de urdimbre. Hay mallas de acero y de algodón (fig 26) Las primeras son idénticas a las que se utilizan en la industria, su disposición requiere que los lizos -a veces en forma de marcos- lleven dos finas varillas de hierro donde se introducen las mallas. En las mallas de algodón los listones de madera pasan por los dos ojales grandes de las mismas Los ojales centrales de las mallas de acero son normalmente muy peque- ños y se requiere un gancho especial para pasar los hilos. En las de algodón puede variar considerablemente el tamaño del ojal, pero las más usuales son las de ojal de 1,5 cm. Para tejidos en que la urdimbre se tensa fuertemente -tipo alfombra- es aconsejable que el algodón de las mallas sea grueso. En las urdimbres muy tupidas se encuentran las mallas muy juntas, por lo que en este caso son más aptas las de hilo fino. Cuando las mallas no estén en los lizos se guardan en grupos bien anuda- dos por los dos ojales grandes (fig 27) Los portalizos (fig 28) Son dos pequeños soportes de madera en cuyas cavidades descansan los lizos durante el montaje de la urdimbre. Se preparan con un cordón largo en un lado y con un lazo en el otro y se cuelgan del travesaño soportalizos.
  • 27. Utilizando el nudo de la figura 29 se puede ajustar fácilmente el cordón 27 para poner los lizos en el nivel deseado Poleas y balancines Son los accesorios que se utilizan al colgar los lizos para hacer posible la acción de los mismos (véase página 78 Armadura de lizos en telar de po- lea) Fig 26 Dos tipos de mallas de algodón y metálica Fig 27 Grupo de mallas de algodón Fig 28 Portalizo A Nudo del portalizo Fig 29 Manera de hacer el nudo A
  • 28. 28 Telar de contramarcha vertical La contramarcha es un sistema más completo para la suspensión de los lizos que el que representa un simple telar de polea. El telar de contramar- cha tiene una sobreestructura compuesta por dos travesaños que descan- san sobre los laterales. Entre los travesaños están situadas palancas- balancines en igual número que los lizos previstos para el telar; unas y otros están conectados mediante cuerdas. La figura 30 nos muestra cómo se colocan las cuerdas y la trayectoria que siguen. Para conocer la longitud de las cuerdas se fijan primeramente las palancas de contramarcha en posición vertical con un freno y se ajusta después la altura de los lizos en los portalizos hasta que el ojal central de las mallas se encuentre al mismo nivel que el guiahilo, lo cual se puede comprobar colocando un listón o atando un hilo entre guiahilo y antepecho. Por debajo de los lizos el telar de contramarcha tiene, además de las levas corrientes, otras más largas (en catalán contracalças) unidas a la contra- marcha mediante cuerdas que pasan exteriores al telar (en el gráfico del punto G al I pasando por las poleas H). Fig 30 Trayectoria de las cuerdas en contramarcha vertical
  • 29. Es la conexión de las levas largas a los pedales, de una parte, y a la contramarcha, de otra, la que determina la doble acción de ascenso y descenso de los lizos -sistema de contramarcha. Debemos añadir a las explicaciones sobre el montaje de lizos. pedales y contramarcha la reciente aparición de un nuevo sistema de cuerdas (Tex- solv) de hzos y de suspensión a base de seda de poliéster fabricada a máquina, con el que se consigue no sólo una precisión mayor en los sistemas de suspensión y atadura, sino, además, una ostensible reducción del tiempo de montaje y preparación del telar 29 Fig 30 bis Sistema Texsolv
  • 30.
  • 32. 32 3 Preparación y montaje de la urdimbre Es evidente que no hay un único sistema de preparación de la urdimbre y su posterior colocación en el telar hasta que éste está a punto para empezar el tejido Sin embargo, he optado por desarrollar el que presento a continuación puesto que tanto el orden en que se van realizando cada una de las fases como el desarrollo y sistema que representa cada una de ellas me parecen no sólo los más razonables sino también los que ofre- cen mejores condiciones para un perfecto montaje de urdimbre y por consiguiente mejores resultados en el tejido Proyecto Una vez elegido el tejido a realizar se anotan todos los datos necesarios en un papel al que denominamos proyecto de tejido Embobinado Si el material suministrado viene en madejas es preciso embobinarlo para asi facilitar el urdido Urdido Los hilos precisos para una determinada urdimbre deberán ordenarse de forma que tengan todos las misma longitud, lo que se consigue con el urdidor Distribución del prepeine La urdimbre se saca del urdidor trenzándola en cadena Antes de enro- llarla en el plegador hay que hacer pasar y distribuir los hilos por un rastrillo o peine (llamado prepeine) para espaciar los hilos hasta alcanzar la anchura adecuada. El enrollado La urdimbre se enrolla en el plegador de hilo del telar. Para este proceso se necesita la participación de dos personas o mas si la urdimbre es muy ancha.
  • 33. El remetido por lizos 33 Los hilos de la urdimbre se pasan por los ojales de las mallas en un orden determinado a fin de alcanzar el ligamento deseado El remetido por peine Desde los lizos corren los hilos de urdimbre, a través del peine, pasando uno o más hilos por los espacios del mismo En esta operación se consi- gue la anchura de la urdimbre y la separación deseada entre los hilos. Atado y tensión de la urdimbre Cuando la urdimbre se haya remetido por los lizos y el peine se anudarán los hilos al palo-atador quedando así tensados La armadura Este montaje comprende dos fases la suspensión de los lizos, según el tipo de telar, y la conexión de los lizos con los pedales.
  • 34. Modelo de un proyecto Artículo 10 manteles, individuales 35x40 cm Ligamento Tafetán 4 lizos, 2 pedales Urdimbre Algodón Nº 16/2 (13 300 m/kg) blanco, rojo y verde Trama Lino Nº 1 6 / 1 (8 960 m/kg) crudo Peine 7 pall/cm 1 hilo/malla 2 hilos/pall Orillos 3 hilos 4 veces en cada extremo Ancho de tejido 35 cm Ancho de peine 35 + 2 cms = 37 cm Número de hilos 37x14 + 8 = 526 Longitud de urdimbre 5 80 m Longitud de la urdimbre 10 tejidos de 40 cm = 400 cm 20 dobladillos de 3 cm = 60 cm 1 muestra de 10 cm = 10 cm Longitud del tejido = 470 cm Encogimiento 10% (redondeado) = 50 cm Anudado = 10 cm Resto final de urdimbre = 50 cm Resultado 580 cm Orden de urdir 18 hilos blancos 28 hilos rojos 14 hilos verdes 406 hilos blancos 14 hilos verdes 28 hilos rojos 18 hilos blancos 526 hilos Orden de urdir Color Blanco 18 406 18 = 442 Roio 28 28 = 56 Verde 14 14 = 28 Suma total SumaNúmero de hilos 526 hilos
  • 35. 4 Proyecto del tejido 35 Denominamos proyecto al conjunto de anotaciones que contiene los datos referentes a cada tejido. La forma de redactar el proyecto no im- porta demasiado pero, en todo caso, debe incluir los títulos necesarios para las anotaciones, siguiendo un orden lógico, por ejemplo como se ha hecho en el proyecto en la página anterior En los distintos títulos del proyecto se indican datos como los siguientes, tratados con más detalle en cada apartado Artículo Se especifica el o los tejidos proyectados Ligamento o técnica En este apartado se anota el nombre del ligamento o la técnica que vaya a utilizarse y puede añadirse el número de lizos y pedales que requiere el tejido (véase la parte IV Teoría del tejido) Urdimbre y trama Debe constar la clase de material indicando su numeración y los metros que entran en un kilo, esto último para facilitar el cálculo del consumo de material (Véase pág 130 Numeración de los hilos) Peine Se anota la densidad del peine, expresado en palletas por centímetro Además consta en este apartado el número de hilos que han de pasar por las mallas y por los espacios entre las palletas en el peine, expresado en hilos/pall Orillos Los bordes de un tejido llamados orillas u orillos, se refuerzan con un mayor número de hilos (p. 106) Ancho de tejido En este apartado se anota el ancho proyectado para el tejido.
  • 36. 36 Ancho de peine Es la anchura que debe tener la urdimbre en el peine, tomando en cuenta que el tejido tiende a encoger (p 107) Número de hilos El número de hilos para la urdimbre se consigue de la forma siguiente se multiplican los centímetros del ancho de la urdimbre en el peine por el número de hilos por centímetro ( = pall/cm x hilos/pall), y se añade a la suma el número de hilos extras para los orillos Longitud de la urdimbre La longitud de la urdimbre se calcula a base de la longitud total de los tejidos proyectados incluidos dobladillos u otros acabados. A la longitud del tejido hay que añadir un 10% debido al encogimiento de la urdimbre originada por la trama. Añadimos además 50 cm para el final de la urdimbre que no pueda ser tejida y 10 cm para el anudado de la urdim- bre. Orden de urdir Cuando la urdimbre se compone de varios colores se hace necesaria una representación del número de hilos que habrá que urdir de cada color Esta representación que llamamos "orden de urdir" puede disponerse según uno u otro de los dos sistemas que constan en nuestro modelo. El número de hilos de cada color se calcula en base al número de hilos por centímetro y el ancho que se quiere dar a cada color Representación gráfica En el proyecto además de los datos indicados habrá una representación gráfica, en papel cuadriculado, de los lizos, pedales y conexión entre ambos (Véase parte IV Teoría del tejido) Cálculo de consumo de material Es aconsejable completar el proyecto con un cálculo del material necesa- rio para la urdimbre y para la trama. La realización de estos cálculos está descrita en el capítulo 19 Numeración de los hilos
  • 37. 5 Embobinado del material de urdimbre 37 Si el material que debe utilizarse para la urdimbre viene en madejas hay que embobinarlo para conseguir un urdido regular. Hay máquinas bobina- doras de diversos tipos. Pueden ser de madera accionadas por una mani- vela, o de bobina metálica El material se repartirá en la cantidad de bobinas que requiera el urdido. La madeja se dispone en una devanadora con discos o bien en una devanadora modelo paraguas. Antes de montar la madeja en la devana- dora hay que sacudirla e, introduciendo las manos en la misma, separar los hilos sacudiendo repetidamente hacia los extremos (fig 3 1 ) La ma- deja suele presentarse ordenada por un hilo centenar que la reparte en varias secciones. En el anudado del centenar se encuentra el cabo pri- mero de la madeja. Antes de colocar la madeja en la devanadora es preciso observar que no vaya ningún hilo en sentido contrario. Como precaución no se debe soltar el hilo centenar hasta que la madeja esté en la devanadora La devanadora y la bobinadora deben situarse de forma que la trayectoria del hilo desde la primera a la segunda sea recta y libre de obstáculos. En la bobina metálica se hace correr el hilo a través de toda la anchura de la misma desde el principio. En la bobina de madera se empieza en la parte mas ancha y se va enrollando el hilo en secciones de hasta 10 cm de ancho cada una. La parte más ancha de la bobina llevará más capas de hilo que la capa inmediata para así ir disminuyendo sucesivamente. Fig 31 Manera de separar los hilos de una madeja
  • 38. 38 Cuando hay que empalmar una madeja con otra, o si el hilo se rompe, se hace un empalme con el nudo llamado de tejedor aunque si éste resbalase por la calidad del hilo entonces deberá emplearse un nudo llano (fig 35, 36) Fig 32 Devanadora de discos Fig 34 Maquina bobinadora Fig 35 Nudo tejedor Fig 33 a) Bobinadora con bobina metálica Fig 36 Nudo llano b) Devanadora de paraguas
  • 39. 6 El urdidor y la urdimbre 39 Es la cantidad de hilos y la longitud de los mismos lo que determinará la urdimbre. El urdidor es el aparato donde se ordenan los hilos de la urdimbre que una vez terminada se saca en forma de trenza. Existen diversos tipos de urdidores que se dividen principalmente en dos clases: el urdidor de tambor (fig 37) y el urdidor de marco (fig 50) Fig 37 Urdidor de tambor A palo fijador B percha de la cruz
  • 40. 40 Urdidor de tambor El urdidor de tambor consta de dos bastidores cruzando sus respectivos planos en un centro que forma el eje vertical En la parte inferior del urdidor se coloca un travesaño -percha de la cruz— provisto de tres clavi- jas entre las que pasarán los hilos formando en su ida y vuelta un entre- cruzamiento de los hilos. Cada listón vertical lleva varios agujeros para colocar una clavija de hierro o madera, llamado palo fijador. El recorrido de los hilos que formarán la urdimbre será entre la percha de la cruz y el palo fijador. El tamaño del urdidor se expresa por su perímetro El urdidor más co- rriente tiene una distancia de 75 cm entre los listones verticales y el perímetro es por tanto de 3 m. La altura de un urdidor de estas caracterís- ticas es de aproximadamente 2 m y se puede enrollar sin dificultad hasta doce vueltas y conseguir una urdimbre de 40 m de longitud. En un urdidor de 2 m de perímetro y 120 cm de altura se pueden enrollar como máximo 5 vueltas, lo que supone una urdimbre de 10 m. Si la urdimbre fuera ancha las vueltas quedarían muy juntas, por lo que es preferible repartir la urdimbre haciendo dos o más cadenas. Urdidor de marco El urdidor de marco puede ser construido bien como indica su nombre en forma de marco o bien se compone de dos montantes que se colocan verticalmente. Tanto el uno como el otro soportan un cierto número de clavijas de madera, regularmente espaciadas y situadas en líneas vertica- les. Mientras que el urdidor construido en forma de marco tiene que ser colocado y fijado en la pared, los montantes del otro modelo pueden acoplarse al telar o adosarse a la pared. El espacio entre las clavijas de un lado y otro es la medida que sirve de unidad para determinar el recorrido total de la urdimbre, siendo preferible que no sobrepase los 130 cm y, como máximo, los 150 cm, para que la portada de los hilos no se afloje en el transcurso del urdido. La formación de la cruz puede realizarse entre las clavijas laterales o bien entre unas clavijas suplementarias destinadas a ello. El proceso de urdir es similar en el urdidor de tambor y en el de marco. La diferencia principal reside en que el urdidor de tambor es giratorio y la urdimbre se va formando dando vueltas al urdidor, mientras que en el urdidor de marco es preciso llevar los hilos entre las clavijas de un lado a otro. El urdidor de tambor resulta así más cómodo y rápido lo cual compensa sobradamente el hecho de que ocupe más espacio que el urdidor de marco. El urdidor de tambor suele además ser plegable de modo que puede guardarse fácilmente cuando no se utiliza. Generalidades acerca de diferentes urdimbres Normalmente se puede urdir y preparar la urdimbre en una sola trenza
  • 41. Sin embargo, es aconsejable repartir la urdimbre en dos o más trenzas 41 cuando es muy ancha o compuesta de distintos materiales. Urdimbres anchas Como regla general se divide la urdimbre en varias trenzas cuando la anchura sobrepasa 1 m. Urdimbres de diferentes materiales A veces se mezclan hilos de diferente grosor y calidad en una misma urdimbre para lograr un efecto especial en el tejido En este caso hay que calcular el número de hilos de cada material y urdir cada uno por sepa- rado teniendo en cuenta la diferente elasticidad de un material y otro. Urdimbre para tejido doble Igualmente se prepara una urdimbre de cada material para tejidos de doble urdimbre cuando las capas son de calidades diferentes, pero si se componen del mismo material se preparan en una sola urdimbre. Urdimbres de varios colores La urdimbre compuesta por varios colores se realiza de forma corriente sólo hay que tener en cuenta "el orden de urdir" y cambiar los colores según su representación en el dibujo. Cuando la urdimbre ha sido preparada en dos o más trenzas, por motivo de anchura o diferencia de calidad, se unirán las trenzas antes de enrollar la urdimbre en el telar. Esta unión se realiza en la distribución de la urdimbre en el prepeine (véase pág 56). El proceso de urdir Independientemente de que se utilice un urdidor de tambor o un urdidor de marco hay que atender a los mismos factores, por lo tanto las siguien- tes instrucciones sirven para ambos con unas pequeñas diferencias deta- lladas en la parte referente al urdidor de marco (véase pág 50). Antes de iniciarse el urdido hay que consultar el proyecto del que obte- nemos la longitud de la urdimbre, el número de hilos y el número de bobinas con que debe efectuarse el urdido. Materiales como algodón y lana pueden ser urdidos con cuatro hilos bobinas, pero si es lino no es aconsejable urdir con más de dos por ser este un material resbaladizo y difícil de tensar de forma regular. En algu- nos casos puede resultar práctico urdir con tres bobinas debido al nú- mero en que se repartan los hilos por cambio de color o a que el reme- tido esté ordenado en grupos de tres o seis hilos. El número de portadas En base al número de bobinas proyectadas para la realización de la urdimbre se calcula el numero de portadas
  • 42. 42 Una portada contiene tantos hilos como el número de bobinas con que se efectúa el urdido. Ejemplo: Si el proyecto indica que la urdimbre tendrá 240 hilos, resultaría un número de 60 portadas al urdir con 4 bobinas (240:4 = 60), o bien habrá que urdir 120 portadas si se usan sólo dos bobinas. Colocación de las bobinas Si el material está preparado en las bobinas de madera a las que nos referimos en el capítulo 5: Embobinado del material de urdimbre, se colocan éstas en el suelo con la parte más estrecha hacia arriba para facilitar la salida del hilo. Otras bobinas, como conos o las llamadas bobinas cruzadas, se colocan en un portabobinas o en una tabla provista de clavos de unos 10 cm de longitud para que se mantengan, (fig. 38). Guiahilos Sobre las bobinas se pone siempre un guiahilos. Éste se puede construir con un listón de madera en el que se atornillan cáncamos o colocando algunos aros de cortina -uno para cada bobina— en una cuerda que penderá sobre las bobinas. Se ha de pasar cada uno de los hilos por un cáncamo o aro observando que los hilos se desenrollen de las bobinas en el mismo sentido y que el hilo corra verticalmente desde la bobina hasta el guiahilo. (fig. 39). Figs. 38 y 39 Los hilos de las bobinas pasan por las anillas
  • 43. La longitud de la urdimbre Colocadas las bobinas y pasados los hilos por los aros del guiahilo se toman las medidas en el urdidor para saber en qué listón se debe empe- zar a urdir y cuántas vueltas habrán de darse en el urdidor, (véanse las instrucciones especiales para el urdidor de marco). Ejemplo: Si la longitud de la urdimbre es de 12,70 m resultarían 4 vueltas en un urdidor de 3 m de perímetro, más 70 cm que nos da la distancia en la percha de la cruz. Una forma de calcular fácilmente el punto correcto para empezar a urdir es la siguiente: cortar un cordón con la medida correspondiente a la longitud de la urdimbre más 10 cm, fijar el cabo en la última clavija de la cruz y hacer girar el urdidor mientras el cordón sube en espiral. El listón más cercano al final del cordón es el indicado para el principio de la urdimbre y allí se coloca el palito fijador, (fig. 40). 43 Fig. 40 Un hilo marca la trayectoria de la urdimbre
  • 44. 44 El urdido Anudados los hilos que vienen de las bobinas se colocan en el palito, como muestra la figura 41, para iniciar el urdido. Se cogen los hilos en la mano derecha y se los hace correr separados entre los dedos sujetándo- los al cerrar la mano con el índice y el pulgar. Con la mano izquierda se hace girar el urdidor mientras los hilos van descendiendo en espiral en el número de vueltas antes calculados para finalmente llegar a la percha de la cruz donde se realizará un encruza- miento, llamado la cruz, que servirá para mantener el orden de los hilos. Para formar esta cruz se pasan los hilos por la parte superior del primer palillo y por la parte inferior del segundo y tercero. Después se vuelve sobre el tercero y el segundo y se pasa por debajo del primer palillo y tenemos una cruz. Cuando los hilos hayan alcanzado el tercer palillo de la cruz, tenemos una portada. Retrocediendo por la cruz, y subiendo los hilos nuevamente por el mismo recorrido en el urdidor hasta el palo fijador, se ha urdido una doble portada, denominada una vía. En la continuación del urdido hay dos sistemas diferentes para colocar los hilos sobre el tambor. Uno de ellos consiste en poner los hilos sobre la parte superior de los anteriores en el descenso y en la parte inferior de la ascensión de los hilos pero siempre muy próximos a los anteriores. El otro sistema es colocar los hilos debajo de los anteriores tanto al bajar como al subir -lo que se aconseja sobre todo si el material es lino- pues éste tiende a resbalar y deslizarse por el marco del tambor. De vez en cuando deben reunirse fuertemente los hilos colocados. Fig. 41 Comienzo del urdido Fig. 42 Trayectoria de la cruz
  • 45. El urdido debe iniciarlo y finalizarlo una misma persona y a ser posible sin interrupción. Es importante procurar que la tensión de los hilos sea siem- pre la misma para evitar futuros problemas al enrollar la urdimbre en el telar. 45
  • 46. 46 Cambio de color Si hay que cambiar de color se sujetan los hilos haciéndolos girar algunas veces sobre el palito y metiendo finalmente los hilos en forma de lazo entre los que ya se han urdido. Ahora pueden cortarse los hilos del color terminado y hacerse un empalme con los hilos del color siguiente. Hecho esto, se tira de los hilos y se deshacen las vueltas hechas sobre el palito para continuar el urdido. Estos empalmes pueden hacerse bien al final o al principio de la urdimbre, es decir, cerca del palito fijador o de la última clavija de la cruz. Recuento de las portadas El recuento de los hilos se efectúa en la percha de la cruz de la forma siguiente: se introduce el índice de la mano izquierda junto al primer palillo y el índice de la derecha al otro lado de los hilos cruzados, junto al segundo palillo. Estirando uno de los dedos se suelta una portada y de este modo se hace el recuento dejando escapar alternativamente una portada por el lado izquierdo y otra por el derecho de la cruz. Las portadas contadas se anudan en grupos de número adecuado. Al llegar por ejemplo a 50 portadas se pasa un cordón por cada lado de la cruz. Se anuda el cordón de tal forma que puedan utilizarse los cabos del mismo para seguir anudando las portadas en grupos iguales a lo largo de la urdimbre. Fig. 43 Hilos de la portada sujetos en el palo fijador Fig. 44 Recuento de las portadas Fig. 45 Anudado en grupos de las portadas
  • 47. Atados de la urdimbre Cuando se ha terminado la urdimbre se sacará del urdidor en una trenza, o cadena, pero antes de ello se ata la urdimbre en varios puntos para mantener el orden de los hilos. Primeramente se anudan los cabos de los últimos hilos alrededor del palillo fijador y se cortan. Si la urdimbre termina en la cruz se anudan los hilos alrededor de la última clavija en la percha de la cruz. Para todos los atados de la urdimbre debe utilizarse un cordón fuerte y de color distinto a la urdimbre. Los atados más importantes son los que se hacen para conservar el encruzamiento de los hilos en la percha de la cruz. La cruz se ata en cuatro puntos, es decir, dos ataduras en cada lado de la cruz. En el final de la urdimbre se hace un atado lo más cerca posible del palillo fijador de modo que la urdimbre quede dividida, es decir, anudando por separado los hilos que pasan por encima y por debajo del palillo respecti- vamente. 47 Fig. 46 Atados de la urdimbre
  • 48. 48 Además se ata la urdimbre en varios puntos para mantener los hilos bien sujetos. Cuando una urdimbre esté dividida en varias trenzas se deben hacer los atados en los mismos puntos en cada una de las urdimbres. Esto nos ayudará en el control de la tensión de las distintas trenzas al enrollar la urdimbre. Finalmente se ata la urdimbre a unos 60 cm de la cruz dejando los lazos del nudo bastante largos, pues se utilizarán más adelante para fijar la cadena cuando se saca del urdidor. Todos los atados deben ser fuertes y terminados con un lazo normal que fácilmente puede abrirse cuando se enrolla la urdimbre en el telar. La trenza de la urdimbre Al sacar la urdimbre del urdidor debe mantenerse tensa, de no ser así resbalará por los marcos y dificultará la realización de la cadena. La cadena o trenza de la urdimbre se forma mediante los siguientes pasos: se hace salir el palillo fijador a la vez que la urdimbre se mantiene estirada con la mano y el urdidor frenado con la rodilla o el pie; A) mientras la mano izquierda sujeta el extremo de la urdimbre, la mano derecha pasa entre las dos bandas de ésta y recoge todo el cuerpo de la urdimbre; B) arrastrando la urdimbre de la mano izquierda sobre la mano derecha se forma el primer eslabón; C) la mano derecha sostiene la urdimbre y la izquierda, ahora libre, se introduce en el eslabón cogiendo el cuerpo de la urdimbre. Arrastrando los hilos en la mano derecha sobre la izquierda se forma un nuevo eslabón. Se sigue así, sucesivamente, cambiando de mano, con lo que se forma la cadena, parecida a una cadena de ganchillo. Al llegar al último cordón -el de los lazos más largos- se cierra la cadena con los lazos del mismo antes de sacar la urdimbre de la cruz. Fig. 47 Comienzo del trenzado de la urdimbre A C B
  • 49. Fig. 48 Durante el trenzado hay F¡g. 49 Cadena de urdimbre que frenar el urdidor con la pierna sacada del urdidor
  • 50. 50 Urdido en urdidor de marco Previamente al urdido hay que calcular el número de portadas, colocar las bobinas y pasar los hilos por los aros de un guiahilos igual que se ha descrito para el urdidor de tambor. El recorrido de la urdimbre en el urdidor de marco será entre las clavijas de un lado y otro. Para conocer cuántas idas y vueltas habrá que hacer. se divide la longitud proyectada para la urdimbre por la medida del espa- cio existente entre los laterales. Ejemplo: Si los laterales están espaciados 120 cm, y la longitud de la urdimbre debe ser 8.5 m se divide 850 cm entre 120 cm (850 :120 = 7). De las 7 vueltas que los hilos realizarán resultará una urdimbre de 8.40 m. A esto se suman aproximadamente 30 cm que nos da la cruz, con lo que tendremos una urdimbre de 8.70 m. También pueden calcularse las vueltas de la urdimbre mediante un hilo o cordón cortado en la medida de la urdimbre, más 10 cm para atados. Anudado este hilo en una clavija, se le pasa de un lado a otro en el urdidor. Obsérvese que a partir del final del hilo habrá por lo menos dos clavijas libres para la futura formación de la cruz. El hilo que servirá de medida y guía del trayecto de la urdimbre debe ser de color distinto para distinguirse de ésta, pues se le conservará en el urdidor como señal en caso de que la urdimbre sea repartida en varias trenzas. El urdido Anudados los hilos que vienen de las bobinas y colocados en una clavija del urdidor, puede empezarse el urdido. Se llevan los hilos, bien sujetos entre los dedos, de un lado a otro en el número de vueltas antes calcu- lado. Cuando la urdimbre haya alcanzado su longitud se formará la cruz. Estudiemos para ello la figura 52 y veamos que los hilos van en forma de Z entre las clavijas (numeradas 1 y 2) y que vuelven entre éstas en forma opuesta. Formada la cruz, retroceden los hilos por el mismo camino de los anterio- res y al llegar a la clavija final se han urdido dos portadas. Al continuar el urdido se ha de procurar que se efectúe con una tensión regular. Mejor que ir de un lado a otro con los hilos es situarse bien, en el centro, entre los dos laterales, y hacer llegar los hilos de uno a otro extremo con un movimiento rítmico de brazo. Si el espacio existente entre los laterales es muy largo, se aflojan los hilos en su transcurso, siendo preferible que la distancia no sobrepase 1.30 m. En cuanto al recuento de los hilos y cambios de colores se efectúan de la misma manera que se ha descrito para el urdidor de tambor. Igualmente nos remitimos a las instrucciones anteriores para los atados de la urdim- bre y la realización de la cadena o trenza.
  • 51. Fig. 50 Proceso de urdir en un Fig. 51 Atados de la urdimbre Fig. 52 Trayectoria de la cruz urdidor de marco
  • 52. 52 7 Distribución de la urdimbre en el prepeine La cadena de urdimbre no puede ser enrollada en el telar tal como sale del urdidor. Hay que espaciar los hilos en forma regular hasta que la urdimbre alcance la anchura deseada. Un método es el de colocar en el telar un travesaño provisto de clavos -uno o dos por centímetro- y separar el material en grupos entre los mismos. En el método que seguimos, sin embargo, se utiliza un peine y la opera- ción se efectúa sobre una mesa. Para distinguir el peine indicado para el tejido y el que se utiliza para la distribución primera de la urdimbre, denominamos prepeine a este último. En el prepeine se pasan los hilos en grupos de vías. Una vía comprende la vuelta de dos portadas obtenida en la cruz. Se puede utilizar como pre- peine el mismo peine que se utiliza para el tejido si éste es poco tupido, por ejemplo 4 palletas por cm. Si el urdido se ha efectuado con cuatro bobinas, cada vía -o doble portada- tiene ocho hilos y se pasa una vía cada ocho palletas, siempre y cuando el tejido contenga 1 hilo por pa- lleta. Si el tejido requiere dos hilos por palleta habrá que pasar una vía cada cuatro palletas. Por otra parte, se puede distribuir la urdimbre en un prepeine menos tupido que el que se utilizará en el tejido, especialmente si este último es muy tupido o el material es grueso, evitando así un desgaste de los hilos. Al elegir un prepeine cuya tupidez sea la mitad de la del peine definitivo se facilita el cálculo de la distribución. Este cálculo se realiza conforme a la regla siguiente: El número de palletas del prepeine se divide por el número de vías. Una forma sencilla de comprobar que el cálculo se ha realizado correcta- mente es representar gráficamente 10 cm de prepeine y dibujar las vías, señalando así las palletas ocupadas. Deberán coincidir el número de hilos en 10 cm del prepeine con el número de hilos en 10 cm del peine (o del tejido) según el proyecto.
  • 53. Ejemplos: 53 1 Peine del tejido: 4 pall/cm-1 hilo por pall. Ancho en el peine: 50 cm Número de hilos: 200 Urdido con 4 bobinas N.° de vías (dobles portadas) 200 : 8 = 25 vías Prepeine: 4 pall/cm Ancho del prepeine: 50 cm N.° de palletas en el prepeine: 50 x 4 = 200 palletas Regla: el número de palletas del prepeine se divide por el número de vías 200 : 25 = 8 Resultado: Cada 8 palletas se pasa 1 vía 2 Peine del tejido: 8 pall/cm - 1 hilo por palleta Ancho en el peine: 50 cm Número de hilos: 400 Urdido con 2 bobinas N.° de vías (dobles portadas) 400 : 4 = 100 vías Prepeine: 4 pall/cm N.° de palletas en el prepeine: 50 x 4 = 200 palletas Regla: 200: 100 = 2 Resultado: cada 2 palletas se pasa 1 vía 3 Peine del tejido: 5 pall/cm y 2 hilos por pall. Ancho en el peine: 80 cm Número de hilos: 2 x 5 x 80 = 800 Urdido con 4 bobinas N.° de vías (dobles portadas) 800 : 8 = 100 vías Prepeine: 3 pall/cm Ancho del prepeine: 80 cm N.° de palletas en el prepeine: 3 x 80 = 240 palletas Regla: 240: 100 = 2.40 Resultado: 2,40 significa que se pase 1 vía cada 2 palletas, pero en- tonces resulta la urdimbre con 200 palletas = 60 cm de ancho; es decir, sobran 40 palletas. Las 40 palletas restantes hay que repartirlas espaciadas regularmente a lo largo de todo el ancho, así 80 cm : 40 = 2 El resultado es, pues, pasar una vía cada 2 palletas dejando además una palleta libre cada 2 cm.
  • 54. 54 Remetido en el prepeine Puesta la cadena de urdimbre sobre una mesa, se introduce una varilla (fig. 54) entre cada uno de los ojales que forman la cruz (por cada lado de la cruz) y se atan en los extremos dejando un espacio entre ellas de unos 5 cm y utilizando el nudo de la figura 55. Se coloca el prepeine delante de la urdimbre entre dos soportes. Se precisa también el palo por el que pasarán las vías de la urdimbre por delante del peine. Como hago constar en el apartado sobre el enrollado de la urdimbre en el plegador (p. 61), es una ventaja utilizar un palo de longitud superior a la anchura del telar, pero también puede utilizarse uno más corto. Se han de quitar todos los cordones que atan la cruz de la urdimbre para que los hilos puedan extenderse en las varillas. Los lazos de la urdimbre deben ser suficientemente largos para que alcancen el palo sin esfuerzo y, si es preciso, se retira la cruz hacia atrás cogiendo la urdimbre con cuidado. Colóquese algo de peso encima de la urdimbre que ayude a mantener los hilos tensos. Es preciso calcular dónde hay que empezar a pasar los hilos en el peine; por ejemplo, si la longitud total del peine es de 120 cm y la urdimbre es de 80 cm, se resta 80 de 120 y el resultado, 40, se divide por 2; el resultado final indica que hay que empezar a partir de los 20 cm del extremo. El remetido se hace de derecha a izquierda. Las vías se toman según su orden en la cruz, entre las varillas, y se pasan por el peine con ayuda de un gancho -el pasapeine (fig. 56). Pasadas por el peine se introduce sucesivamente el palo por las vías. Obsérvese que los hilos vienen sin cruzarse, es decir, que los hilos que pasan por encima de la varilla más próxima al peine quedan igualmente por la parte superior del palo. (fig. 57). Fig. 53 Comprobación de la distribución en el prepeine
  • 55. Fig. 54 cruz Varillas pasadas por la Fig. 55 Nudo para atar las varillas de la cruz Fig. 56 Pasapeine Fig. 57 Enhebrado por el prepeine
  • 56. 56 La distribución en el prepeine puede realizarse entre dos personas; una de ellas se encargará de proporcionar las vías (siguiendo el orden de la cruz) y la otra las hará pasar por el peine e introducirá el palo. Cuando la operación la efectúa una sola persona se coge una parte de la urdimbre y se mete el brazo izquierdo por la urdimbre. Se mete entonces el pasa- peine y se coloca en él la vía para pasarla por el peine y posteriormente por el palo. Pasadas todas las vías por el prepeine, se ata un cordel de un extremo a otro del palo para que los hilos de urdimbre no puedan salir del mismo. Dobles urdimbres Las dobles urdimbres de materiales diferentes y las sencillas formadas por materiales de distinto grosor y elasticidad, se preparan con el urdido de cada material por separado, como aconsejé en el apartado sobre el ur- dido, (p. 41). Antes del enrollado en el plegador, se juntan las urdimbres pasándolas en un mismo prepeine. Para conocer el orden de la distribución se hace un cálculo para cada una de las urdimbres basado en el ancho y en el número de vías. Se utiliza un par de varillas para cada urdimbre. Conservando así las cruces de ambas, se podrán coger por separado los hilos de una y otra, lo que permitirá pasarlos en su lugar exacto al remeterlos por lizos, aunque hayan sido repartidos de forma aproximada en el prepeine. La unión de dos urdimbres en el prepeine puede realizarse en cualquiera de los modos siguientes: se puede optar por distribuir primeramente una de las urdimbres, dejando espacios libres en el peine para seguidamente pasar por ellos las vías de la segunda urdimbre. Se utiliza un palo para cada urdimbre y, una vez terminada la distribución, se pasan las vías en el orden en que vienen del peine por un tercer palo, retirando los primeros. El segundo método, que considero más aconsejable, consiste en colocar las dos urdimbres con sus correspondientes varillas de cruz y se cogen las vías de una y otra urdimbre, sucesivamente, según el orden calculado. En este caso, se meten todos los hilos por un mismo palo. Posibles errores Terminada la distribución del prepeine se comprueba que las vías estén bien colocadas en el palo, sin cruzarse. Si la urdimbre es de rayas de diferentes colores, se controlará también el número de hilos de cada color. Si se descubre que faltan algunos hilos, se preparan pequeñas bobinas de hilo que suplen a los olvidados, pasándolos primeramente por la cruz y después por el peine hasta atarlos en el palo. En el caso de que sobren hilos, si no son demasiados, es mejor pasarlos por el prepeine y
  • 57.
  • 58. 58 enrollarlos con la urdimbre pare aplazar su arreglo hasta la fase del reme- tido por lizos. Puede ocurrir también que se descubra en la distribución del prepeine una equivocación en el número de portadas y, consecuentemente, que la urdimbre sea más estrecha o más ancha que lo proyectado. Para arreglar lo primero habrá que urdir y preparar otra cadena (igual de larga) y añadir ésta a la primera. En el caso de haber urdido demasiados hilos se pueden retirar éstos y aprovecharlos en otra ocasión; para ello se anudan bien los hilos en la cruz antes de sacarlos del prepeine y de las varillas y su separación del resto de la urdimbre se hará a lo largo del enrollado. Los errores en la cruz de la urdimbre son debidos a una incorrecta forma- ción de las portadas. Algunos de ellos no tienen mayor importancia como explico en el apartado Traslado de la cruz, del capítulo siguiente.
  • 59. 8 El enrollado de la urdimbre 59 Antes de iniciarse el enrollado es preciso atender a ciertos detalles en el telar. El plegador de urdimbre debe estar ya preparado con cuerdas tal como se indica en la página 25 (fig. 24). Los lizos se suben a una altura que permita pasar la urdimbre libremente por debajo de ellos. Si el telar ha sido utilizado anteriormente, se sueltan y quitan todos los atados entre lizos y pedales. Se colocan los lizos en los portalizos, con los que se pueden levantar hasta la altura indicada. Para atar el cordón del portalizos se utiliza un nudo corredizo (véase pág. 27). Obsérvese que la vuelta del cordón va alrededor del lazo y que Fig. 58 Lizos subidos para dejar paso a la urdimbre Fig. 59 Nudo para los portalizos
  • 60. 60 estira hacia arriba al cerrar el nudo. Es conveniente practicar este nudo porque es el mismo que se utilizará en muchos momentos del montaje. La preparación inicial del enrollado se compone de tres fases: colocar el peine en el batán, pasar el palo atador por la urdimbre y trasladar las varillas de la cruz. Colocación del peine en el batán Se sitúa el peine y la urdimbre en el batán de forma que la cadena quede sobre el antepecho. En esta operación debe tenerse sumo cuidado en que las varillas de la cruz no resbalen de la urdimbre. Levantando la parte superior del batán, se hace pasar el palo, que con- tiene las vías de la urdimbre, dejándolo caer detrás del batán. El peine se bloquea entre las ranuras del batán, para lo que se debe coger el peine por los extremos a fin de no pillarse las manos con el batán. La urdimbre debe quedar centrada en el batán, para ello se mide la distancia existente entre cada extremo del batán y la urdimbre hasta igualar la longitud en ambos lados. Paso del palo atador Las vías de la urdimbre se trasladan al palo atador que está unido con cuerdas al plegador de hilo. Para hacerlo sin dificultad, la urdimbre debe estar lisa y ordenada. Si el nudo que cierra la cadena de urdimbre impide que ésta pueda extenderse, se deshace el nudo. Los hilos se desenredan con una leve sacudida y golpeando ligeramente los hilos con la palma de la mano. El ayudante, si lo hubiera, mantendrá tensa la urdimbre o bien se ata la trenza alrededor del antepecho con un cordón. Para facilitar la operación, si ésta la realiza una sola persona, se apoya el palo que contiene el final de la urdimbre entre dos listones colocados entre el guiahilo y el guiatela, o bien, si los laterales del telar tienen en el centro un soporte vertical, se apoya el palo entre éstos (fig. 61), por lo que se ha recomendado utilizar en la distribución del prepeine un palo cuya longitud sobrepase el ancho del telar. Se suelta ahora el freno del volante del plegador de hilo para estirar con el palo atador las lazadas o bucles de la cuerda en toda su longitud, pasándolas por encima del guiahilo. Se estudian las posiciones de las lazadas que forma la cuerda de manera que, al estirarlas, sigan una trayectoria recta y se separan un poco los hilos de la urdimbre en los puntos que corresponden al lugar de la cuerda. El palo atador se pasa por la urdimbre a la vez que se colocan las vueltas de la cuerda en los espacios marcados. El otro palo, el del prepeine, permanece en la urdimbre y se desliza hacia el peine para utilizarlo en el traslado de la cruz.
  • 61. Fig. 60 Urdimbre bien centrada en el batán Fig. 61 Palo con la urdimbre apoyado entre los laterales Fig. 62 El palo pasa por la urdimbre al mismo tiempo que se colocan los lazos de la cuerda
  • 62. 62 Traslado de la cruz Para conservar el encruzamiento de los hilos hay que dejar las varillas de la cruz en la urdimbre durante todo el enrollado, lo que, por otra parte, facilita la localización de los hilos que pudieran romperse y su reinserción en la portada correspondiente. Pero las varillas de cruz, que ahora se encuentran delante del batán, hay que trasladarlas detrás del peine. Esta operación se realiza de la forma siguiente (fig. 63): A)se mantiene la urdimbre bien tensa de forma que la superficie quede totalmente plana. Se sueltan los cordones que atan los extremos de las varillas de cruz. B) se pone de canto la varilla más próxima al peine y se la acerca a éste. Cuando se haya comprobado que las dos capas, a ambos lados del peine, coinciden, C) se puede sacar la varilla de la cruz, porque detrás del peine se encuentra el palo del prepeine. D) Se corre ahora la segunda varilla hacia el peine y se coloca de canto. Tirando suavemente del batán hacia el antepecho se consigue que la cruz de urdimbre aparezca detrás del peine. Se introduce la varilla que se sacó anteriormente en esta nueva apertura. E) Finalmente se saca la varilla que permanecía delante del batán y se introduce junto al palo. Sustituido éste por la varilla, se retira de la urdimbre. Se anudan inmedia- tamente entre sí las varillas de la cruz dejando entre ellas un espacio de dos a cuatro centímetros aproximadamente. Posibles errores El traslado de la cruz puede parecer un poco complejo, sobre todo para el principiante; no obstante, suele realizarse sin dificultad siempre y cuando las capas de urdimbre se separen en caladas limpias y libres de obstácu- los. Los posibles errores en la calada podrán ser de mayor o menor importancia. Por ejemplo, el que alguna portada quede fuera de las vari- llas de la cruz se considerará de poca importancia, al igual que el que dos portadas de hilos vayan juntas sobre las varillas, en un mismo sentido, porque, al fin y al cabo, la función de la cruz no es otra que mantener los hilos de urdimbre en orden, y estos errores pueden corregirse posterior- mente en la fase del remetido por lizos. Si al poner de canto la primera varilla, según el punto B, se observa en la calada detrás del peine que unos hilos forman una cruz, se debe a que la vía ha sido mal colocada en el palo del prepeine. En este caso no pode- mos aprovechar el palo del prepeine para sacar la primera varilla, sino que habrá que introducir, en la calada conseguida al levantar la primera varilla de la cruz, un listón extra. Trasladada la cruz detrás del peine y sacado el palo del prepeine, el cruce de los hilos quedan junto al palo atador y no entorpecerá el enrollado. Hay errores que, contrariamente a los descritos, dificultan considerable- mente el enrollado por la tirantez y rotura de los hilos de urdimbre que
  • 63. provocan; en tales casos es preciso corregirlos previamente; quizás el más corriente sea el siguiente: cuando se levanta la segunda varilla para hacer pasar la cruz por el peine (D) puede observarse que algunos hilos se cierran impidiendo que se abra la calada, ello se debe a que se encuentran cruzadas entre sí algunas vías por haberse alterado el orden al pasarlas por el peine. Es necesario sacar estas vías del peine e introducirlas nuevamente en la forma correcta por él y por la cruz. La corrección puede ser laboriosa, sobre todo cuando el error se encuentra en el centro de la urdimbre, pero para una solución más rápida se pueden cortar los hilos de las vías mal colocadas junto al palo atador y, hecha la corrección, anudarlos dejando los cabos lo más cortos posible. 63 Fig. 63 Traslado de la cruz
  • 64. 64 El enrollado Llegada esta fase, precisamos la colaboración de otra persona, pues en el enrollado participan dos o más. Mientras una efectúa el enrollado propiamente dicho, la otra mantiene tensa la urdimbre. Previamente, es preciso ajustar la cuerda hasta que las lazadas tengan idéntica longitud. Se puede mantener la urdimbre bien detrás, bien delante del telar. En el primer caso, después de sacar algunos eslabones de la cadena, se deja correr la urdimbre sobre el antepecho para hacerla salir por encima del guíatela y recogerla finalmente por debajo del plegador de urdimbre (en la parte posterior del telar). Si la urdimbre se mantiene delante del telar, se pasa sobre el antepecho y continúa por encima del guíatela dándole la vuelta para salir finalmente por debajo de éste. Este sistema facilita la tensión de la urdimbre al pasar ésta por más puntos, pero el primer sistema sigue siendo el más utilizado. En ambos casos la persona que tensa la urdimbre debe echarse lo más hacia atrás posible (puede hacerlo sentado en una silla o en el suelo apoyando los pies en el telar para hacer palanca). Al iniciar el enrollado, se sueltan los anudados de la cadena que impidan que la urdimbre se extienda en todo su ancho. Los hilos de la urdimbre pueden parecemos muy enredados pero suelen ordenarse golpeándolos ligeramente con la palma de la mano. Se coge fuertemente la urdimbre con una mano mientras los dedos de la otra separan la urdimbre. La urdimbre nunca debe deslizarse entre las manos, sino que avanzan éstas con la urdimbre tanto como sea posible y se detiene el enrollado cuando se precise agarrar la urdimbre más atrás. Debe observarse en cada nueva etapa que, tanto por encima como por debajo de la urdimbre, no queden hilos flojos ni sueltos; si los hubiera, no deben tensarse por separado estos hilos flojos, pues se alargarían más y más y se enredaría aún más la urdimbre, sino que, por el contrario, deben recogerse tales hilos junto a los demás o bien tensar la urdimbre separada en grupos que se unirán una vez ordenados. Sólo cuando resulta ineficaz el método indicado se peina con suavidad la urdimbre en grupos, con un cepillo; esto es aconsejable tan sólo en casos extremos, pues si bien es cierto que ayuda a ordenar los hilos también lo es que quedarán más desordenados a partir del punto en que la urdimbre se cierra con la mano, siendo necesario repetir la operación una y otra vez a lo largo de todo el enrollado. Lo más importante en el enrollado es mantener la urdimbre tensada de forma continua y regular. La mayoría de las urdimbres se tensan al má- ximo, especialmente las de lino. Las urdimbres de menos de 1 m de anchura puede manejarlas bien una sola persona, pero si la anchura sobrepasa esta medida se divide la urdimbre por el número de personas
  • 65. Fig 64 Manera de tomar la medida entre el palo y el travesaño Fig 65 Enrollado de la urdimbre Fig 66 Varillas de madera en el plegador para proteger la urdimbre
  • 66. 66 que sean necesarias y cada una de ellas se encarga de un grupo; es aconsejable que los participantes cambien de lugar de vez en cuando para evitar que la urdimbre se tense de manera irregular. La persona que dirige el enrollado ocupándose del volante controlará con la mano que la urdimbre mantenga siempre su calidad de tensión y que el batán permanezca en su sitio. También deslizará las varillas de la cruz hacia atrás, impidiendo que llegen al guiahilo, y vigilará por si se rompe algún hilo. Cuando la urdimbre alcance el plegador, se colocan en éste varillas de madera, una junto a otra, hasta cubrir totalmente la cuerda del plegador en la primera vuelta a fin de proteger la urdimbre. Seguidamente pueden enrollarse algunas vueltas sin colocar varillas, pero, cada cuatro vueltas, por lo menos, debe ponerse una nueva serie de varillas espaciadas para evitar que los extremos de la urdimbre de deslicen hacia afuera y que los hilos formen abultamientos con el consiguiente resultado de una urdim- bre de tensión irregular. Si la urdimbre se ha mantenido desde la parte posterior del telar hay que trasladarse y coger el final de la urdimbre en la parte anterior del telar. Se deshacen los últimos atados y se sigue el enrollado hasta que el final de la urdimbre llegue al peine. En esta última etapa se dejan llegar las varillas de la cruz hasta el guiahilo, donde se fijan con un cordón que unirá la varilla trasera con el guiahilo en ambos extremos. Hecho esto, se cortan los hilos a ras del peine y se sacan en mechones que se anudan con una lazada por delante del guiahilos. F¡g. 67 Final del enrollado Fig. 68 La cruz atada en el travesaño y el primer grupo de hilos anudado
  • 67. 9 Remetido por lizos Después del enrollado de la urdimbre se pasan los hilos por los lizos siguiendo la representación gráfica -el remetido. Para ello se preparan los ; lizos con el número de mallas necesarias. Se colocan en los portalizos los listones que forman la parte superior del lizo y se meten por ellos grupos de mallas, seguidamente se introducen los listones inferiores por las ma- llas y, sólo entonces, pueden deshacerse sus anudados para espaciarlas. Compruébese que todas las mallas tengan la misma longitud y que los ojales sean idénticos, pues de no ser así se notarían irregularidades en las ; capas de la calada. Después de efectuar el enrollado se encuentran los hilos de urdimbre colgando sobre el guiahilo; por ello, y para que el remetido pueda hacerse con comodidad, se trasladan los portalizos con los lizos a la parte poste- rior del telar a fin de que estén cerca de las varillas de la cruz donde se buscarán los hilos. El travesaño del que penden los lizos en un telar de poleas suele ser movible y su traslado se hace cogiéndolo con ambas manos fuera de las cuerdas de los portalizos y acercándolo al extremo posterior del telar. Fig. 69 Travesaño con los lizos trasladado a la parte trasera del telar 67
  • 68. 68 Para esta operación los lizos deben estar libres de su armadura y bien sujetos en los portalizos. En un telar de contramarcha se desenganchan los lizos de las cuerdas de contramarcha y se colocan uno a uno en los portalizos, situados ahora en un travesaño en la parte posterior del telar. Obsérvese en la figura 69 que el cordón del portalizo da una vuelta extra en el travesaño para evitar que los lizos se muevan. Si el tamaño del telar lo permite se mete un banquillo dentro del mismo, frente a los lizos, donde se efectúa el remetido. Compruébese que los lizos están a un nivel que resulte cómodo; de no ser así, debe ajustarse la altura con los portalizos. Para estabilizar los listones inferiores de los lizos se pasa por sus extremos un "imperdible", hecho de un hilo de alambre. El gráfico del remetido Se interpreta como si estuviésemos frente al telar. El remetido empieza por el extremo derecho y el lizo más cercano al plegador de hilo es tomado por el lizo n° 1. Si comparamos esto con el ejemplar del reme- tido de la figura 70 vemos que el primer cuadrito en el lizo n° 1 está marcado y seguido por marcas en los lizos n° 2, 3 y 4. Se deshace ahora el primer grupo de hilos de urdimbre y se los coge bien tensados con la mano izquierda mientras la derecha busca la primera portada en la cruz. Separar un hilo de la portada para la primera malla del lizo 1. Doblando el hilo, se le hace pasar por el ojal central de la malla con el dedo índice. Puede también utilizarse una aguja de ganchillo, aunque es más rápido el primer sistema una vez practicado. Siguiendo el orden del gráfico se Fig. 70 Gráfico del remetido y enhebrado de los hilos por las mallas
  • 69. pasan los siguientes hilos en el segundo, tercero y cuarto lizo para empe- zar de nuevo con un hilo en el primer lizo y continuar repitiendo el orden 1, 2, 3 y 4, lo que se denomina remetido seguido. Los hilos deben pasar libremente y rectos desde la malla hasta pender por delante del lizo más próximo (el 4). Cuando se haya remetido un cierto número de hilos, se ha de controlar que su distribución sea co- rrecta y anudar en grupos los hilos haciendo una lazada que pueda des- hacerse fácilmente si se dejan los cabos largos. En caso de retirar las mallas sobrantes, una vez terminado todo el remetido, no debe olvidarse atarlas en grupos, (fig. 27). 69 lig. 71 Manera de coger un hilo Fig 72 El hilo pasa por el ojal de Fig. 72 bis Grupos de hilos ya de la portada la malla enhebrados
  • 70. 70 10 Remetido por peine Esta fase consiste en pasar los hilos de urdimbre por el peine definitivo, el que consta en el proyecto. El remetido por peine se realiza dentro del telar, en el mismo sitio en que se efectuó el enhebrado de los lizos, y una vez terminado, se coloca el peine en el batán. Durante el remetido se cuelga el peine de los portalizos con cordones de modo que quede horizontal y por delante de los lizos. Es preciso calcular dónde habrá de iniciarse el remetido: se toma el ancho total del peine, se descuenta de él el ancho de urdimbre (igual al ancho en el peine indicado en el proyecto) y se divide por dos el resultado; la cifra final indicará los centímetros sobrantes del extremo derecho y, por tanto, dónde iniciar el remetido. Éste se realiza de derecha a izquierda. Se coge el primer grupo de hilos, se tira de los cabos para deshacer la lazada y se mantienen los hilos en la mano izquierda, tensándolos para apreciar claramente el orden en que vienen los hilos de las mallas. Para pasar los hilos se introduce el pasapeine por debajo del peine, se colocan en aquél el número de hilos indicado y retirándolo, saldrán los hilos por debajo del peine. Cuando se haya pasado un grupo de hilos se anudan nuevamente con la misma lazada. Es necesario controlar a menudo el remetido, a pesar de lo cual no es extraño equivocarse y dejar palletas libres o hacer pasadas dobles, sobre todo cuando el peine es muy tupido, por lo que no vendrá mal contar con la ayuda de otra persona. Cuando el remetido se realiza entre dos personas, el peine se coloca sobre los portalizos, entre sus ranuras, donde quedará ligeramente incli- nado. La persona encargada de pasar los hilos por el peine se encuentra detrás del telar, mientras la otra, frente a los lizos, se preocupa de buscar y colocar los hilos en el pasapeine; al hacerlo así, los hilos pasan a la parte posterior del telar por lo que se dará la vuelta al peine antes de encajarlo en el batán.
  • 71. Figs. 73 y 74 Posición del peine cuando el remetido lo efectúa una persona Flgs. 75. 76 y 77 Posición del peine cuando el remetido se hace entre dos personas
  • 72. 72 Colocación del peine en el batán Terminado el remetido por el peine es el momento de colocar éste en el batán. Si los lizos se encuentran muy altos se bajan con los portálizos. Cuando se observe que la urdimbre no alcanza el batán, se desenrolla en la medida necesaria. Si se trata de urdimbres muy tupidas y de hilos muy finos, éstos pueden tender a desordenarse, permaneciendo entre la cruz y el guiahilo; en este caso se alejan las varillas del guahilo alargando el cordón que los une con el guiahilo. Cuando la urdimbre alcance sin dificultad el batán se levanta la parte superior de éste y se bloquea el peine en las ranuras. Repetimos aquí la conveniencia de coger el peine por los extremos; más de un tejedor se ha pillado los dedos con el batán. Se comprueba ahora con cinta métrica que la urdimbre está centrada en el batán (las medidas se toman desde los extremos de éste hasta la ur- dimbre). Fig. 78 Manera de colocar el peine en el batán
  • 73. 11 Anudado de la urdimbre 73 Colocación de los lizos Antes de anudar y tensar la urdimbre se colocan los lizos en el lugar exacto que les corresponde al tejer. En el telar de contramarcha se cogen los lizos uno a uno y se enlazan a sus respectivas cuerdas que cuelgan de la estructura de la contramarcha (véase preparación de las cuerdas, pág. 28). Las palancas de la contramar- cha han de estar en su posición de descanso con el freno introducido a través de ellas. En un telar de poleas hay que trasladar todo el conjunto de lizos con el travesaño. En esto hay que tener mucho cuidado y vigilar que los lizos no salgan de los portalizos donde deben ser bien colocados. Una vez llevados los lizos a su sitio se comprueba su nivel. La altura correcta es aquella en que los hilos de urdimbre pasan en línea recta entre el guiahilo y el ojal central de la malla. En un telar de poleas siguen los lizos descansando en los portalizos y hay que comprobar que ambos estén en el mismo nivel. La figura 79 muestra el modo de medir la altura de los portalizos con una cinta métrica. En el telar de contramarcha se ajustan las cuerdas de ésta hasta que los lizos se encuentren en posición totalmente horizontal y todos tengan el mismo nivel entre sí. Fig. 79 Altura correcta de los lizos y manera de comprobarla
  • 74. 74 El anudado Cuando el peine está situado en el batán, la urdimbre bien centrada y nivelados los lizos, se procede a tensar y anudar la urdimbre en el palo atador del plegador de tela. El palo atador está unido al plegador de tela mediante una cuerda del mismo modo que el atador del plegador de hilo (véase la figura 25, pág. 25). Se coge el palo con la cuerda se pasa por encima del guíatela y se continúa por debajo del antepecho para salir por encima de éste, sobre- pasándolo. Compruébese que las vueltas de la cuerda están bien situadas en el palo, con la misma distancia que la habida entre los agujeros en el plegador, o bien, en el centro entre éstos, dependiendo ello del sistema seguido al colocar la cuerda. Los volantes deben estar frenados. El atado de la urdimbre debe hacerse con esmero y los nudos han de hacerse repetidas veces, si se precisa, hasta conseguir una tensión igual. El efecto de un atado irregular sería la apreciación de ondulaciones en el tejido. Una porción de hilos apropiada para anudar mide dos o tres centímetros en el peine, independientemente de que vengan los hilos muy espacia- dos. El atado empieza con un nudo en el centro y otro en cada extremo, con ellos se mantendrá el atador en alto y así se podrá ajustar la cuerda hasta que la distancia entre palo y antepecho coincida en todo el ancho. Se sigue el atado de la urdimbre con grupos a derecha e izquierda del nudo central, alternativamente, hasta alcanzar los extremos. Los hilos se desenredan con un cepillo suave, asegurándose de que se tomen y tensen todos los hilos que contenga el grupo. Fig. 80 Manera de comprobar la distancia entre palo y travesaño Fig. 81 Un cepillo suave ayuda a tensar todos los hilos de un grupo
  • 75. El atado se hace utilizando uno de los nudos siguientes: 75 A) Se reparte un grupo de hilos en dos partes cogiendo la parte izquierda por encima del palo atador. Se hace un nudo normal por delante del palo y se pone el pulgar derecho encima del nudo, se dirigen ahora los hilos de la mano izquierda hacia la derecha pasándolos por debajo de los otros hilos para, finalmente, tirar y fijarlos por debajo del nudo. B) Se coge un grupo de hilos y se los coloca encima del palo, be reparten los hilos en dos partes y, pasándolos por debajo del palo, se saca una parte por cada lado del haz, para hacer un nudo bien apretado encima de éste. Figs. 82, 83 y 84 Manera de atar la urdimbre (A) Figs. 85 y 86 Otra manera de atar la urdimbre (B)
  • 76. 76 Una vez atada toda la urdimbre, se vigila la tensión de los hilos de urdimbre en la parte posterior del telar; se cepilla con cuidado la urdimbre desde el plegador hacia los lizos y, si se observan hilos flojos, se ajusta la tensión en el nudo correspondiente. Los nudos hechos hasta ahora son intencionadamente incompletos con el fin de abrirlos fácilmente para hacer las correcciones oportunas antes de cerrarlos de modo definitivo, lo que se hace con un nudo normal encima del primero. Si el atado se ha hecho según el nudo A hay que dar uniformidad a la urdimbre; se anuda un cordón en el lado derecho del atador y se pasa cutre la urdimbre por encima de los hilos superiores y debajo de los inferiores, se estira fuertemente y se ata en el extremo izquierdo del atador. Figs. 87 y 88 Para nivelar los grupos se pasa una cuerda por la urdimbre
  • 77. Atado de las urdimbres de lino Si la urdimbre es de lino no tardará mucho en observarse la dificultad de apretar los nudos, pues hecho uno se afloja otro y parece imposible hacer el anudado con regularidad. El mejor remedio es mojar los cabos de los hilos. Se anuda primeramente toda la urdimbre sin demasiada preocupa- ción por su tensión, se humedecen después los hilos con un paño bien mojado, con ello, se disuelve la cola del lino y los hilos pueden anudarse nuevamente sin dificultad. Al iniciar un tejido de lino se repite el humede- cimiento de los hilos hasta asegurarse de que no ceden más los nudos. Otro modo de atar la urdimbre Es el de unirla al palo atador con un cordón largo. Se anuda previamente la urdimbre en pequeños grupos que se dejan Colgando por delante del batán. En un extremo del palo se ata un cordón suficientemente largo para que pueda pasar entre el primer grupo de hilos de la urdimbre, se regresa al palo atador -donde da una vuelta- y se vuelve a recoger el segundo grupo, y así sucesivamente en un recorrido urdimbre-atador y viceversa para finalmente atar el cordón en el otro extremo del palo. Tirando del cordón se tensan los grupos hasta que se consiga en todos ellos la misma tensión y, sólo entonces, se ata el cordón en el segundo extremo de manera definitiva. 77 Fig. 89 Otra manera de atar la urdimbre con un cordón
  • 78. 78 12 Armadura de lizos y pedales Terminada la colocación de la urdimbre en el telar sólo quedan por armar los lizos, lo que consiste por un lado en suspender los lizos y, por otra, en conectar los mismos con los pedales. Estas operaciones son innecesarias en ciertos telares de pedales a mano en los que los lizos reposan entre los laterales en un marco que forma parte del mismo telar, y en cuyo caso los pedales están unidos cada uno de ellos a un lizo de forma que su conexión es fija e invariable. En telares de mayor dimensión penden los lizos de su parte superior; distinguimos así los telares cuya armadura es de contramarcha y aquellos en que la suspensión de los lizos se logra por medio de poleas. Telar de poleas Suspensión de lizos Para suspender sólo dos lizos es suficiente colocar en el travesaño "so- portalizos" dos poleas y pasar por ellas una cuerda cuyos cabos se anu- dan directamente a los lizos. No obstante, se logra un mejor equilibrio si la conexión entre éstos y las poleas se hace a través de tiralizos-balanci- nes. Para hacer posible el movimiento de tres o cuatro lizos es necesario el uso de balancines. La suspensión de un mayor número de lizos requiere a su vez pasar el encordelado a través de más poleas. La figura 93 nos muestra en qué forma se suspenden los lizos en razón del número de ellos. Para soportar bien los lizos no deben situarse las poleas ni dema- siado próximas a los extremos ni muy centradas en el travesaño. Estarán en posición adecuada cuando la distancia entre el extremo y la polea sea igual a 1 / 4 parte de la longitud total del travesaño. Colocadas las poleas, se pasa por ellas una cuerda a la que se atarán los balancines, preparados éstos previamente con un cordoncito formando un lazo y que se atará a la cuerda con el mismo nudo que se ha utilizado para los portalizos.
  • 79. Para unir los balancines con los lizos se necesitan cordones cortos dobla- dos y cerrados con un nudo -dos para cada balancín. Estos cordones se sitúan en los lizos de manera que el atado venga en línea recta desde las ranuras de los balancines hasta el lizo; se baja para ello un balancín hasta el lizo y se separan un poco las mallas para marcar los puntos que corresponda. Cada balancín está ligado a dos lizos y habrá que estudiar los gráficos que nos muestra la situación de los diferentes atados (figura 93). Los balancines de un lado han de estar en dirección contraría a los balancines del otro lado. Colocados todos los cordones en los sitios que les corresponden, se enlazan a los balancines. Finalmente, se ajusta la tensión de las cuerdas que deben mantenerse rectas, pero no tan tirantes que levanten los lizos. Para lograr un buen equilibrio hay que prestar atención a cada detalle de la suspensión, es decir, que los cordones que unen lizos y balancines sean de igual longitud, que su posición respete la línea recta y que el número de mallas exteriores a los anudados sea el mismo en ambos lados; se comprueba también que los portalizos -en los que descansan los lizos durante este proceso- están al mismo nivel. En cuanto a la altura de los lizos dependerá en ciertos casos del ligamento del tejido, pera la más normal es aquella en que los hilos de urdimbre pasan por el centro del ojal de la malla. 79 Fig. 90 Diferentes maneras de suspender dos lizos Fig. 92 Lazadas del cordón entre lizo y balancín Fig. 91 Poleas y balancines preparados para la armadura de 4 lizos
  • 80. Fig. 93 Disposición de la armadura para diferentes números de lizos
  • 81. Si la urdimbre es muy estrecha en relación con el ancho del telar, puede haber problemas con los lizos que en gran parte sobrepasan la urdimbre y quedan sin el apoyo de ésta. Lo que suele ocurrir en estos casos es que los lizos no suben ni bajan horizontalmente sino que se inclinan, a veces de forma muy molesta, y habrá que recurrir a pequeños trucos para que el tejido vaya bien, por lo que facilito dos soluciones que suelen dar resultado. Si la urdimbre no es excesivamente estrecha se pueden apoyar los extre- mos de los lizos con cintas de goma elástica. Doblada la cinta, como enseña la figura, con tantas vueltas como número de lizos, se unen y cierran con una cuerda en un lado. Después se cuelgan las cintas del travesaño y se introducen los listones superiores de los lizos, uno en cada vuelta de la cinta. Otra manera de estabilizar los lizos es atar entre el travesaño guiahilo y el antepecho unos hilos fuertes, por ejemplo, hilo de red. Antes de atar estos hilos en el antepecho se pasan por las mallas a razón de un hilo por cada malla en cada lizo. Los hilos pasarán también por el peine lo más cerca posible de sus extremos; finalmente se atan en el antepecho. 81 Figs. 94 y 95 Manera de estabilizar los lizos con cinta elástica Fig. 96 Manera de estabilizar los lizos con un hilo
  • 82. Atado de los pedales En un telar de sólo dos pedales y dos lizos el encordelado es invariable, cada lizo es atado a un pedal y se pisará uno y otro alternativa y sucesiva- mente. Cuando el número de lizos y pedales es mayor, las cuerdas, al unirlos, quedarían en diagonal como consecuencia de tirar de los lizos hacia un extremo. Para que las cuerdas vayan en línea recta hasta los pedales se provee el telar de palancas, una para cada lizo, que transmitirán la cone- xión entre lizo y pedal. Estas palancas -que denominamos levas- parten de uno de los laterales del telar. El atado de los pedales se efectúa desde detrás del telar o, si las dimen- siones de éste lo permiten, dentro del mismo, sentado el tejedor de espalda al plegador de urdimbre. Para encordelar los lizos con las levas y unir éstas a su vez a los pedales se utiliza el mismo nudo usado ya al suspender los portalizos; este nudo, (fig. 29), conocido por los tejedores como "nudo de pedal", consiste en atar una cuerda en el anillo que forma otra cuerda. Primero hay que atar los lizos a las levas; buscar el centro en el batán y separar las mallas en línea recta para señalar así el punto medio de todos los lizos y enlazar una cuerda doblada en cada uno de sus listones inferio- res. Atendamos ahora a las levas para conocer el sitio indicado de unión con el lizo. Las levas tienen tantos agujeros como el número de pedales con que cuenta el telar, y un agujero más en el centro que sirve para la conexión con el lizo y en el que se coloca una cuerda doblada cuya vuelta asoma unos 5 cm por encima de la leva y que se cierra con un doble nudo normal por debajo de ésta. Se ata ahora el primer lizo con la primera leva y el segundo con la segunda, etc. La altura de las levas debe sobrepasar un poco su horizontalidad respecto del suelo. A partir de ahora, al hablar de levas se darán por aludidos también los lizos correspondientes, ya que, una vez unidos, actúan simultáneamente. Fig. 97 Conexión entre lizo y leva 82
  • 83. El gráfico La representación gráfica del atado entre pedal y lizo -la armadura- se encuentra en el cruce de las columnas horizontales, que representan los lizos, con las verticales, referentes a los pedales. La interpretación del gráfico ha de ser siempre igual a como la hacemos situados en la parte anterior del telar, de modo que el gráfico se lee al revés al atar los pedales desde la parte posterior del telar. Llevemos a la práctica el atado que se representa en la figura 98; es una armadura de 4 lizos y 2 pedales para el ligarnento tafetán. Para el encor- delado entre leva y pedal se necesitan en este caso 4 cuerdas de 40 cm de longitud aproximadamente. Los agujeros de las levas adecuados para atar 2 pedales son aquellos que se encuentran más cercanos a ambos lados del atado leva-lizo. Volviendo al gráfico, atendamos al pedal n.° 1 y vemos que los cuadritos que corresponden a los lizos 1 y 3 están marcados en negro, lo que significa que éstos se atarán al primer pedal. Colocamos por ello una cuerda en la leva unida con el lizo 1 y otro en la que corresponde al lizo n.° 3. Del mismo modo se estudian los cuadros marcados para el si- guiente pedal y se colocan las cuerdas en las levas tratándose en este caso de los lizos 2 y 4. 83 Fig. 98 Atado de los pedales de un telar de poleas visto desde detrás
  • 84. Para conectar las cuerdas colocadas en las levas con los pedales se preparan estos últimos con lazos de cuerdas de igual manera a como se hizo anteriormente en las levas. Se puede optar por atar dos cuerdas a un mismo lazo y resulta así que para el ejercicio que seguimos sólo hace falta un lazo en cada pedal. En ciertas armaduras de varios lizos, la calada no queda limpia si todas las cuerdas de los pedales se atan con la misma tensión; si esto sucede hay que poner más lazos en los pedales y atar sólo una cuerda en cada lazo. Las cuerdas de los lizos que quedan más atrás en el telar se dejan más tensas y se va disminuyendo sucesivamente la tensión de las cuerdas de los siguientes lizos para compensar de esta manera el hecho de que al pisar los pedales éstos tiran más fuertemente de las cuerdas correspondientes a los lizos más próximos al tejedor. La altura de los pedales depende del tejedor, pero lo más adecuado es anudar los pedales lo suficientemente altos para que al pisarlos lleguen casi al suelo. Si las cuerdas son nuevas puede ser difícil que los nudos se mantengan y es corriente que se haya de repetir el atado de los pedales cuando ya se ha iniciado el tejido. Las cuerdas se suavizan con el uso, pero entonces puede ocurrir que se abran o deshilachen los cabos, en cuyo caso las cuerdas pasarán con dificultad por lo agujeros; el mejor remedio es meter los cabos en cola o similar, por ejemplo en laca de uñas. 84
  • 85. Telar de contramarcha Suspensión de lizos En el telar de contramarcha sólo hay un sistema de suspender los lizos in- dependientemente del número de ellos. El travesaño soportalizos se sustituye por la sobreestructura de la contra- marcha que reposa en los laterales y se suspende cada lizo con su cuerda correspondiente. (Véase preparación de las cuerdas pág. 28) Al proveer las cuerdas con un mosquetón y los lizos con un cáncamo en el sitio correspondiente, se efectúa fácilmente el traslado de los lizos desde el portalizos, si han descansado en éstos durante el montaje. Es muy importante comprobar la altura, que debe ser aquélla en que los hilos de urdimbre pasan por el centro de los ojales de las mallas. El hecho de unir cada lizo a dos puntos en la contramarcha y de pasar cada una de las cuerdas por poleas, favorece el equilibrio al subir y bajar los lizos evitando que se inclinen o bailen como puede suceder en telares con suspensión de lizos por el sistema de poleas. 85 Fig. 99 Altura correcta de los lizos
  • 86. 86 Atado de los pedales Un telar de contramarcha lleva además de las levas corrientes otras más largas situadas por debajo de las primeras. Cada una de las levas largas está encordelada a un balancín por una cuerda que pasa exterior al telar. El número de levas cortas, levas largas y balancines (o palancas) en la contramarcha es igual al número de lizos del telar. La diferencia entre el atado de los pedales en un telar corriente y el de contramarcha estriba en que en este último se atan los pedales tanto a las levas cortas como a las largas. Cuando la conexión se transmite por una leva corta ésta facilita la bajada de un lizo, mientras que conectado a través de una leva larga ésta le hace subir. Los balancines o palancas de contramarcha deben permanecer cerrados en posición vertical con el freno al efectuarse tanto la suspensión de los lizos como el atado de los pedales. Primero se unen las levas cortas con los lizos en la manera descrita para el telar de poleas (fig. 97). Las levas largas se unen en sus extremos con las cuerdas de la contramarcha, que pasan exteriores al telar. Ambas levas, cortas y largas, deben quedar en posición horizontal. El gráfico Como el anudado se hace con el tejedor situado dentro del telar, detrás de los lizos, no olvide mantener el gráfico al revés para interpretarlo correctamente. Los agujeros indicados para atar un pedal son los que tanto en las levas largas como en las cortas forman una hilera que coincide con la dirección del pedal que ha de atarse. Para un atado de dos pedales lo correcto es utilizar los dos centrales, y para unir éstos a las levas cortas las cuerdas se colocan en los agujeros más cercanos a ambos lados del agujero central en el que se realiza el atado entre leva corta y lizo. Los agujeros de las levas largas adecuados para los atados son aquellos que se encuentran en línea recta con los utilizados en las levas cortas (que coinciden con la dirección del pedal). Las reglas para el anudado de los pedales en el telar de contramarcha son las siguientes: En las levas cortas se colocan las cuerdas según los cuadraos marcados en negro en el gráfico, los cuales indican los lizos que bajan. En las levas largas se colocan las cuerdas según los cuadros en blanco que corresponden a los lizos que suben. Antes de anudar las cuerdas se ha de comprobar nuevamente que su situación coincide con el gráfico. Cada pedal contará con un número de cuerdas igual al número de lizos repartidos entre las levas cortas y las largas.
  • 87. Obsérvese que una misma cuerda nunca pasa por ambos tipos de levas, sólo se introduce en una leva, sea corta o larga. Pueden atarse dos cuerdas a un mismo lazo en el pedal. En el ejemplo que seguimos hay 4 cuerdas para atar a l.os pedales; para ello se preparan dos pedales, cada uno de ellos con dos cuerdas pequeñas en forma de lazo. Para el atado se buscan las cuerdas más cercanas, independiente- mente de que procedan de una leva corta o larga; no obstante, hay que encontrar entre las levas largas un camino libre para las cuerdas que proceden de una leva corta a fin de evitar que el atado entorpezca el movimiento de la leva larga cuando ésta haya de bajar durante el tejido. Los nudos para el atado son iguales que los descritos para el telar de poleas; me remito también a lo allí dicho sobre la altura de los pedales. 87 Fig. 100 Atado de los pedales en un telar de contramarcha vertical; visto desde detrás
  • 88.