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Walter Rodríguez, un eterno agradecido a Peñarol

Cuando la pasión traspasa la razón

Walter Rodríguez hay miles en el Uruguay, registrados en Montevideo superan
los 200. Pero Walter “el eterno agradecido” hay uno solo y es hincha de Peñarol.
Domingo en la Platea América, la gente espera tranquila que comience el partido.
Un hincha cincuentón se acerca hacia el banco de suplentes, parece que va a ver
todo el partido desde allí. Con un pantalón negro, una remera amarilla con un
corazón que parece decir algo, un gorro negro con una estrella amarilla; levanta
unas manoplas y comienza a alentar: la acción se repite en la primera fecha, en la
segunda, en la tercera…, en la novena. El partido termina y cada uno a su casa,
pero parecería que alguien se quedó… -El antetítulo se complementa de
buena manera con el titular; Establece quién es la persona sobre la
que se centra el reportaje, y una característica importante de su
personalidad: es un ser pasional. Asimismo, el copete complementa
la información ya brindada por el antetítulo y el titular,
específicando cuál es la actividad que desarrolla el entrevistado
dentro del club al cual es “eterno agradecido”. Utiliza un recurso
interesante para diferenciarlo de todos los demás que se puedan
llamar como él; en el Uruguay hay muchos con ese nombre, pero él
es único-.

Uruguay es un país de tres millones de habitantes integrado por distintas fichas.
Compuesto por todos los opuestos; existen los honestos y los corruptos, los humildes y
los avaros, los solidarios y los egoístas, los activos y los perezosos, aquellos que quieren
sobresalir de los que quieren ser más sumisos y prefieren reservarse. Si se une el primer
epíteto de cada binomio mencionado anteriormente encontramos a Walter Rodríguez. –
Aquí se pretende describir al personaje mencionando distintos
adjetivos. Es una manera particular de narrar parte de su
personalidad, aunque un tanto confusa.

“Aunque la vida te castigue no dejes de luchar, persevera y triunfarás. Un manya no se
doblega ante nada ni nadie, ¡Fuerza Peñarol!” Esa es su frase en la tarjeta de
presentación que entrega, junto con una manopla, a quien le va a hacer la entrevista.
Walter es su segundo nombre, el primero es “Amigo para siempre”. “Amistad” detrás
de la tarjeta en una dedicatoria especial para el entrevistador: “de un amigo para
siempre, Walter”. “Amistad” en la manopla obsequiada, con la misma dedicatoria que
en la tarjeta. “Amistad” en cada respuesta de la entrevista. “Amistad” en la vida.
-Ingresa en una parte más íntima de la vida del entrevistado, su
tarjeta de presentación. Es adecuado presentar al personaje como
éste se presenta a sí mismo; su tarjeta es inusual, particular, hasta
un tanto extravagante, un fiel reflejo del propio personaje. Se hace
énfasis en la palabra “amistad” como recurso narrativo y de
descripción. Este párrafo funciona como gancho para atrapar al
lector, su tarjeta de presentación invita a seguir leyendo sobre este
particular individuo-.

Con nueve años, Walter se sintió mucho más poderoso que otros niños de su edad. Tuvo
que salir a la calle a buscar la comida de todos los días. De niño vivió muy cerca de
donde concentraba Peñarol, en Las Acacias. Fue de allí que tuvo sus primeros contactos
con los jugadores, dado que estos iban a pie y siempre se cruzaban con el pequeño
Walter que andaba por la zona.

“Tenía 10 años y yo iba (a Las Acacias) a buscar las pelotas que caían por arriba del
tejido para llevárnoslas con mi hermano en una bicicleta. Pepe Sasía, que pasaba por la
puerta del conventillo donde vivíamos nosotros, le decía a mi padre `hoy te mando una
pelota´. Entonces Pepe le pegaba de abajo y la tiraba por encima del tejido. Bela
Guttman siempre le decía: `pepe no pega pelota abajo, no ve que gurí roba pelota´. En
eso que nos cae la pelota, el canario Maidana nos siguió corriendo un kilómetro para
recuperarla. Teníamos un cagazo que nadie se imagina, después le dije a mi viejo que
no iba a ir nunca más y así lo hicimos. El canario cuidaba más la pelota que al arco, era
el golero de Peñarol de ese entonces… campeón y todo”. –Cuenta su infancia,
combinando la narración del escritor con citas que permiten conocer
más a Walter.

Con más de 50 años sus arrugas narran diferentes anécdotas. Ha vivido la época
gloriosa del equipo pero también ha pasado por los tragos más amargos. Pequeño
párrafo que se utiliza como recurso a modo de transición entre dos
épocas de la vida de esta persona. De su niñéz a su pensamiento
actual.

Hoy se siente totalmente diferente a los tiempos de su juventud pero por una cuestión de
contexto social: “cuando yo era joven habían otros códigos otra vida, los muchachos
eran sanos, la juventud era distinta. Lo que había era vino, no tomábamos otra bebida.
No había otras mercas como hoy, otras drogas, cambió totalmente la vida de todos.
Walter no está ajeno a la inseguridad que afronta la sociedad de hoy en día: “el
problema no está en el fútbol (como le quieren echar la culpa), el problema radica en la
sociedad. Hoy si vos mandas a un botija con unos championes que le dicen “bases” de
4.000, 5000 pesos le cortan los pies igual, antes no era así”.

Walter: “el eterno agradecido” –Subtítulo que indica una división en el
reportaje; comienza otra parte, el día a día de este individuo. A su
vez, cambia el ritmo del texto mediante la estructura narrativa de
pregunta-respuesta-.

De lunes a viernes se levanta a las 4.40 AM e ingresa al trabajo a las 6.00 AM. Cumple
funciones hasta el mediodía. Eso sí, después aprovecha la tarde para descansar y hacer
gimnasia. Fue gracias al ex-presidente de Peñarol, hoy difunto, el contador José Pedro
Damiani que consiguió un puesto dentro del Banco República (BROU). “Eterno
agradecido porque nací, comí y fui creciendo con Peñarol, conozco a los jugadores; es
por eso que termino siendo un hombre de Peñarol. Una de las razones por la que el
contador termina siendo amigo mío es que el me da el trabajo que hoy tengo”.

¿Cómo hiciste para llegar a vincularte con el contador Damiani?
“Tiene una historia de vida espectacular, para mí un hombre fuera de serie” Para Walter
en la vida uno se puede encontrar con personas que tienen universidad y escuela. Walter
se define como una persona que tiene escuela en cambio al contador lo cataloga dentro
de aquellos que tienen ambas: escuela y universidad. “Te daba continuamente consejos
positivos, eso me sirvió de mucho en la vida para seguir creciendo como hombre, como
padre.” Tuvo al contador como un verdadero amigo; es por esta razón, que sufrió
mucho cuando falleció. Siempre le estuvo agradecido por todo lo que le brindó y ayudó.
Una de la manera de retribuírselo es hacer lo que ahora hace, expresar el agradecimiento
en público.

¿Qué significa para usted la amistad?
La amistad representa algo muy importante en la vida de este hincha carbonero. Fueron
los amigos quienes estuvieron en los momentos más duros y difíciles de Walter: “yo
choco un taxi en el año 2000 y se me bloquea una arteria, quedo en coma por dos o tres
meses y es Julio Ribas quien me hace destapar esa arteria. Llegando a mi casa, junto con
Pablo Bengoechea y el Vasco Aguirregaray, después de un clásico que habíamos
perdido, me empieza a gritar con el temperamento de él y ahí abro los ojos y digo:
`Julio´; en ese instante mi señora llama al neurocirujano y yo empiezo a caminar”.
Walter tiene a Julio Ribas como un amigo de su vida. Lo acompañó en la recordada
campaña de Bella Vista cuando ascendió a la A y vendió a nueve jugadores, salvándose
económicamente también. Luego estuvieron separados y Walter vuelve a Julio cuando
este último toma el mando de Juventud de las Piedras, equipo que gracias a la gestión
del técnico ascendió a la primera división.

Con emoción y muchos silencios recuerda la actuación de sus amigos en un momento
complicado: “El año pasado (2009) se me accidentó un hijo y yo estaba muy mal.
Necesitaba a esos técnicos que levantan cualquier piedra del piso y me acordé de tres
amigos y los llamé: Gregorio Pérez, Julio Ribas y Mario Saralegui. A mi hijo le
cortaban la pierna, la perdía. Ningún padre está preparado para perder un hijo pero ellos
fueron al sanatorio de la Médica y me levantaron el bajón. Mi hijo salvó la pierna, salvó
la cangrena, salvó su vida. Tenés que creer o reventar, en la vida tenés amigos…” la
emoción corta la respuesta. –Esta última oración cuenta con un
interesante recurso narrativo. Deja ver cuáles son las cosas que
emocionan al entrevistado.

Reconoce que fueron sus amigos quienes lo salvaron. Walter tiene amigo de todos los
colores, niveles sociales y camisetas. “Yo tengo amigos de Nacional. Porque como
decía el contador Damiani: `Es necesario tener amigos de Nacional, porque Peñarol sin
Nacional no sirve y viceversa´ y no interpretar que por ser hincha de Nacional no es
amigo; sino todo lo contrario, puede tranquilamente serlo. Mañana cuando él necesite
sangre yo se la doy y viceversa, no tengas duda”.

El personaje imbatible

Un personaje que genera distintos tipos de sensaciones dada su extravagancia. Con su
estilo particular, repite la misma indumentaria para cada cotejo de su equipo: un gorro
cuyos colores alguna vez fueron amarillo y negro, una remera agradeciendo al manya
como si le rindiese algún tipo de culto, guantes inflables en unas manos que nunca deja
que se vean durante el partido, un pantalón descocido que no pierde la esencia (hacer
juego con todo el equipo de Peñarol) y lo único que cambia para cada partido: sus
zapatillas.

Del ambiente futbolístico, ¿quién no lo ha visto; detrás de los técnicos o jugadores,
agitando sus manoplas o marcando acto de presencia cuando dan notas a los medios?
¿A quién no le ha generado intriga saber cuál es la razón que lleva a esa persona a estar
ahí?

Walter reconoce que es un personaje y que no va a morir nunca. A pesar de que lo
hayan querido matar en un momento y que haya gente que le tenga envidia.

¿Cómo hizo Walter para que no mataran al personaje?
“Creo en mi poder de convicción, después no existe nada. Yo creo en mí. Ahora estoy
haciendo lo que a mí me gusta. Si querés ser algo en la vida tenés que ser perseverante y
no tener miedo a nada. Por mi formación de vida nací sin miedo. Pero la muerte está en
cada esquina”.

Nadie conoce a Walter Rodríguez. Con ese nombre hay cientos en el Uruguay. Ahora si
se menciona Walter “el eterno agradecido” o si se es más específico y se dice el hincha
que aparece detrás de los técnicos, aquella mente futbolera piensa en una persona o más
precisamente un personaje.

¿Alguna vez te despegas del personaje?
“Trato de andar con él todo el día, por eso ando con un gorro con una estrella excepto
cuando voy al banco a trabajar que tuve un problemita por usarlo. No me di cuenta e
hice algo que no debía y me salí del reglamento del banco y bueno… me hicieron ver
que arriesgaba determinadas cosas pero quedó todo bien”.
Walter no sólo abarcó al fútbol sino también se desplegó por otras esferas del ámbito
público. De esta manera, podemos encontrarlo corriendo la 10 K de Nike, en las domas
o saliendo en algún grupo lubolo (Sarabanda). Su objetivo para el 2011 es incorporar al
personaje dentro del ciclismo: “hablé con un amigo, Washington Bello, que es el
secretario de la confederación y aún estamos madurando la idea”.

“Dejo cumpleaños, dejo lo que sea, porque tengo que estar con Peñarol”

Para muchos la familia es algo sagrado. Para Walter también lo es. Pero Peñarol forma
parte de su familia: fue el club que le dio de comer, que lo agasajó en los momentos más
difíciles, que lo hizo ser persona, que lo hizo ser “El Walter”.

¿Priorizas un clásico antes que una fiesta familiar?
“Según. Por ejemplo el sábado que viene (24/4) es el cumpleaños de mi nieto, cumple
tres años. Como sé que Peñarol ya ganó este torneo Clausura voy a ir a su cumpleaños
en Maldonado. En este caso priorizo el cumpleaños, pero si sé que el club se está
jugando algo muy fuerte dejo cumpleaños, dejo lo que sea, porque tengo que estar ahí.
Si no estoy yo no es lo mismo… Hace poco era el cumpleaños de mi nieta y mi hijo, y
jugaba Peñarol un partido muy importante. Incluso tenía otro cumpleaños que era el de
un hincha carbonero al que me había comprometido previamente. Tuve que ir al partido
venir de este para estar en el cumpleaños de mi nieta e hijo.

El hecho de que Uruguay sea un país futbolero hace que Walter sea reconocido y
famoso. A él le gusta figurar. El partido comienza a las 16, Walter está desde las 13.30,
no fuera cosa de que alguien se quede sin sacarse una foto con él. Walter cobró gran
relevancia en 1999 de la mano o en la espalda de Julio Ribas.

¿Cómo te llevas con la fama?
“Soy conciente de que soy famoso. Dentro de la fama tenés lo bueno y lo malo. Es por
esta razón que hay que ser profesional y saber que a algunas personas no les gusta, de
ahí que viene el agravio. Pero cuando me ofenden yo hago oídos sordos y no me
interesa. Yo paro en este club (el Peturrepe). Acá hay gente de todos los clubes y sin
embargo el trato es totalmente espectacular”.

¿Tu familia entiende este fanatismo?
“Totalmente, llevo 39 años de casado. Mis dos hijos se crearon con esto. Incluso
llegaron a ser mascotitas de Peñarol. Tengo fotos de ellos con los jugadores en la
cancha. Incluso uno de ellos se encarga del club de fans que tengo en Facebook. Mi
nieta colecciona las medallas que nos dan, todos los domingos, después de correr los 10
km.

¿Qué les diría a las personas que critican este personaje?
“Cada uno es arquitecto de su propio destino, nadie es perfecto. Cualquier persona está
dentro de sus parámetros de criticar o no. Si considera que tiene que hacerlo que lo lleve
a cabo no más, a mí eso no me preocupa tanto. Como decía el contador Damiani: `Yo
no soy una medallita de oro para que todo el mundo me puedan querer ´.

Rodrigo Romano, periodista deportivo, manifiesta que Walter estaría mejor visto si
tuviese menos exposición. “Él ya es así; aporta color, alegría y corazón a lo que siente
por Peñarol”. Explica que se ha convertido en un distintivo dentro de la hinchada
carbonera a pesar de no estar dentro de la barra. Coincide con Darío Rodríguez en
cuanto a la primera vez que lo vieron: “allá por 1999, cuando Ribas era el técnico”.
Cita a un periodista deportivo, el cual da una opinión calificada
sobre el entrevistado, aunque no aporta información relevante y, en
un caso, reitera lo que previamente había mencionado.

“La gente me conoce mucho más a mí que a los actuales dirigentes”

Si bien ya es como un símbolo no ocupa ningún cargo formal dentro de la institución.
Tampoco forma parte de la “barra” de Peñarol. Dentro del Estadio Centenario, se lo
puede ubicar delante de la primera fila en la Platea América, detrás del banco de
suplentes.

¿Cómo te llevas con la hinchada de Peñarol?
“Espectacular. La más grande del mundo”.

¿Cómo es tu relación con Juan Pedro Damiani?
“Normal, ni buena ni mala. No se lo puede comparar con el contador porque son
generaciones diferentes”.

¿Cómo es el trato con el resto de la comisión directiva?
“Bien. Todos los dirigentes me conocen a mí. Sin embargo, yo no conozco a todos ellos.
Sé quienes son cada uno pero llevo 40 años en Peñarol y ellos no alcanzan esta cantidad
de años en la institución. La gente me conoce mucho más a mí que a los actuales
dirigentes. Muy poco conocen a los que son los actuales delegados de Peñarol. Les cae
muy mal, a ellos, que sea un personaje y que sea mucho más que conocido que ellos, el
mismo Juan Pedro me ha reconocido esto último”.
¿Cómo fue tu relación con los distintos técnicos que fueron pasaron por la institución?
“Buena. Con unos tuve mejor relación que con otros. Lo mismo con los jugadores, con
unos menos, con otros más pero la relación siempre es buena porque yo voy a ser
siempre hincha de Peñarol y voy a querer que al club gane todo y tenga todo. Más darle
para adelante siempre, en las buenas y en las malas. Hace siete años que Peñarol no
gana nada y siempre acompañé. En general, los técnicos que han pasado por Peñarol
han sido buena gente, a no ser Matosas que era un poco engreído, tenía mucho ego y
vos lo que tenés que tener es humildad si perdés la humildad estás liquidado”. -En
esta serie de preguntas y respuestas se reitera en todas la misma
formula de preguntar. Se debería haber redactado diferente, con la
intención de no ser reiterativo y cansar al lector-.

Uno de los jugadores referentes, Darío Rodriguez, reconoce que nunca tuvo relación
con él. Pero más allá de eso no le incomoda su constante presencia detrás de ellos. “Es
un hincha de Peñarol y lo expresa de esa forma como hay tantos, se hizo conocido por
el hecho de que siempre sale en cámara pero todos sabemos que cuadro es hincha y ese
es su objetivo”. –Utiliza como fuente a un jugador de Peñarol, para
reflejar cómo lo ve este sector del club.

El árbol de la vida

Dentro de las actividades que desarrolla Walter está El árbol de la vida, un show que
lleva a cabo con El Salado. Este sería un semejante pero del lado contrario: el personaje
hincha de Nacional. Guionado por Walter, la temática gira en torno a la No Violencia
pero sin dejar atrás la ironía. Cada personaje tiene su monólogo en donde pueden
mencionar todos los laureles de su respectivo equipo menospreciando al rival. Quien
ingresa primero es El Salado, luego sigue Walter con su humor: “yo soy el árbol de la
vida, Pinocho como mentís” (haciendo alusión a lo que dijo El Salado anteriormente).
El humor y la picardía están presentes a lo largo del show. La música acompaña tanto
los monólogos como en el desenlace.
El show termina con la canción de Pimpinela “La Familia”. Se produce un abrazo entre
Walter y El salado y el primero culmina diciendo: “así tendría que ser el Uruguay:
hermanado, sin pelearnos y querernos todos porque todos tenemos hijos y nietos y nadie
quiere lo peor para ellos”. –El párrafo de cierre resume, narrando una
situación, las cualidades de esta persona. De todas maneras, no
queda claro que es el final; es un párrafo más dentro de la
estructura.

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  • 1. Walter Rodríguez, un eterno agradecido a Peñarol Cuando la pasión traspasa la razón Walter Rodríguez hay miles en el Uruguay, registrados en Montevideo superan los 200. Pero Walter “el eterno agradecido” hay uno solo y es hincha de Peñarol. Domingo en la Platea América, la gente espera tranquila que comience el partido. Un hincha cincuentón se acerca hacia el banco de suplentes, parece que va a ver todo el partido desde allí. Con un pantalón negro, una remera amarilla con un corazón que parece decir algo, un gorro negro con una estrella amarilla; levanta unas manoplas y comienza a alentar: la acción se repite en la primera fecha, en la segunda, en la tercera…, en la novena. El partido termina y cada uno a su casa, pero parecería que alguien se quedó… -El antetítulo se complementa de buena manera con el titular; Establece quién es la persona sobre la que se centra el reportaje, y una característica importante de su personalidad: es un ser pasional. Asimismo, el copete complementa la información ya brindada por el antetítulo y el titular, específicando cuál es la actividad que desarrolla el entrevistado dentro del club al cual es “eterno agradecido”. Utiliza un recurso interesante para diferenciarlo de todos los demás que se puedan llamar como él; en el Uruguay hay muchos con ese nombre, pero él es único-. Uruguay es un país de tres millones de habitantes integrado por distintas fichas. Compuesto por todos los opuestos; existen los honestos y los corruptos, los humildes y los avaros, los solidarios y los egoístas, los activos y los perezosos, aquellos que quieren sobresalir de los que quieren ser más sumisos y prefieren reservarse. Si se une el primer epíteto de cada binomio mencionado anteriormente encontramos a Walter Rodríguez. – Aquí se pretende describir al personaje mencionando distintos adjetivos. Es una manera particular de narrar parte de su personalidad, aunque un tanto confusa. “Aunque la vida te castigue no dejes de luchar, persevera y triunfarás. Un manya no se doblega ante nada ni nadie, ¡Fuerza Peñarol!” Esa es su frase en la tarjeta de presentación que entrega, junto con una manopla, a quien le va a hacer la entrevista. Walter es su segundo nombre, el primero es “Amigo para siempre”. “Amistad” detrás de la tarjeta en una dedicatoria especial para el entrevistador: “de un amigo para siempre, Walter”. “Amistad” en la manopla obsequiada, con la misma dedicatoria que en la tarjeta. “Amistad” en cada respuesta de la entrevista. “Amistad” en la vida. -Ingresa en una parte más íntima de la vida del entrevistado, su tarjeta de presentación. Es adecuado presentar al personaje como éste se presenta a sí mismo; su tarjeta es inusual, particular, hasta un tanto extravagante, un fiel reflejo del propio personaje. Se hace énfasis en la palabra “amistad” como recurso narrativo y de descripción. Este párrafo funciona como gancho para atrapar al lector, su tarjeta de presentación invita a seguir leyendo sobre este particular individuo-. Con nueve años, Walter se sintió mucho más poderoso que otros niños de su edad. Tuvo que salir a la calle a buscar la comida de todos los días. De niño vivió muy cerca de
  • 2. donde concentraba Peñarol, en Las Acacias. Fue de allí que tuvo sus primeros contactos con los jugadores, dado que estos iban a pie y siempre se cruzaban con el pequeño Walter que andaba por la zona. “Tenía 10 años y yo iba (a Las Acacias) a buscar las pelotas que caían por arriba del tejido para llevárnoslas con mi hermano en una bicicleta. Pepe Sasía, que pasaba por la puerta del conventillo donde vivíamos nosotros, le decía a mi padre `hoy te mando una pelota´. Entonces Pepe le pegaba de abajo y la tiraba por encima del tejido. Bela Guttman siempre le decía: `pepe no pega pelota abajo, no ve que gurí roba pelota´. En eso que nos cae la pelota, el canario Maidana nos siguió corriendo un kilómetro para recuperarla. Teníamos un cagazo que nadie se imagina, después le dije a mi viejo que no iba a ir nunca más y así lo hicimos. El canario cuidaba más la pelota que al arco, era el golero de Peñarol de ese entonces… campeón y todo”. –Cuenta su infancia, combinando la narración del escritor con citas que permiten conocer más a Walter. Con más de 50 años sus arrugas narran diferentes anécdotas. Ha vivido la época gloriosa del equipo pero también ha pasado por los tragos más amargos. Pequeño párrafo que se utiliza como recurso a modo de transición entre dos épocas de la vida de esta persona. De su niñéz a su pensamiento actual. Hoy se siente totalmente diferente a los tiempos de su juventud pero por una cuestión de contexto social: “cuando yo era joven habían otros códigos otra vida, los muchachos eran sanos, la juventud era distinta. Lo que había era vino, no tomábamos otra bebida. No había otras mercas como hoy, otras drogas, cambió totalmente la vida de todos. Walter no está ajeno a la inseguridad que afronta la sociedad de hoy en día: “el problema no está en el fútbol (como le quieren echar la culpa), el problema radica en la sociedad. Hoy si vos mandas a un botija con unos championes que le dicen “bases” de 4.000, 5000 pesos le cortan los pies igual, antes no era así”. Walter: “el eterno agradecido” –Subtítulo que indica una división en el reportaje; comienza otra parte, el día a día de este individuo. A su vez, cambia el ritmo del texto mediante la estructura narrativa de pregunta-respuesta-. De lunes a viernes se levanta a las 4.40 AM e ingresa al trabajo a las 6.00 AM. Cumple funciones hasta el mediodía. Eso sí, después aprovecha la tarde para descansar y hacer gimnasia. Fue gracias al ex-presidente de Peñarol, hoy difunto, el contador José Pedro Damiani que consiguió un puesto dentro del Banco República (BROU). “Eterno agradecido porque nací, comí y fui creciendo con Peñarol, conozco a los jugadores; es por eso que termino siendo un hombre de Peñarol. Una de las razones por la que el contador termina siendo amigo mío es que el me da el trabajo que hoy tengo”. ¿Cómo hiciste para llegar a vincularte con el contador Damiani? “Tiene una historia de vida espectacular, para mí un hombre fuera de serie” Para Walter en la vida uno se puede encontrar con personas que tienen universidad y escuela. Walter se define como una persona que tiene escuela en cambio al contador lo cataloga dentro de aquellos que tienen ambas: escuela y universidad. “Te daba continuamente consejos positivos, eso me sirvió de mucho en la vida para seguir creciendo como hombre, como
  • 3. padre.” Tuvo al contador como un verdadero amigo; es por esta razón, que sufrió mucho cuando falleció. Siempre le estuvo agradecido por todo lo que le brindó y ayudó. Una de la manera de retribuírselo es hacer lo que ahora hace, expresar el agradecimiento en público. ¿Qué significa para usted la amistad? La amistad representa algo muy importante en la vida de este hincha carbonero. Fueron los amigos quienes estuvieron en los momentos más duros y difíciles de Walter: “yo choco un taxi en el año 2000 y se me bloquea una arteria, quedo en coma por dos o tres meses y es Julio Ribas quien me hace destapar esa arteria. Llegando a mi casa, junto con Pablo Bengoechea y el Vasco Aguirregaray, después de un clásico que habíamos perdido, me empieza a gritar con el temperamento de él y ahí abro los ojos y digo: `Julio´; en ese instante mi señora llama al neurocirujano y yo empiezo a caminar”. Walter tiene a Julio Ribas como un amigo de su vida. Lo acompañó en la recordada campaña de Bella Vista cuando ascendió a la A y vendió a nueve jugadores, salvándose económicamente también. Luego estuvieron separados y Walter vuelve a Julio cuando este último toma el mando de Juventud de las Piedras, equipo que gracias a la gestión del técnico ascendió a la primera división. Con emoción y muchos silencios recuerda la actuación de sus amigos en un momento complicado: “El año pasado (2009) se me accidentó un hijo y yo estaba muy mal. Necesitaba a esos técnicos que levantan cualquier piedra del piso y me acordé de tres amigos y los llamé: Gregorio Pérez, Julio Ribas y Mario Saralegui. A mi hijo le cortaban la pierna, la perdía. Ningún padre está preparado para perder un hijo pero ellos fueron al sanatorio de la Médica y me levantaron el bajón. Mi hijo salvó la pierna, salvó la cangrena, salvó su vida. Tenés que creer o reventar, en la vida tenés amigos…” la emoción corta la respuesta. –Esta última oración cuenta con un interesante recurso narrativo. Deja ver cuáles son las cosas que emocionan al entrevistado. Reconoce que fueron sus amigos quienes lo salvaron. Walter tiene amigo de todos los colores, niveles sociales y camisetas. “Yo tengo amigos de Nacional. Porque como decía el contador Damiani: `Es necesario tener amigos de Nacional, porque Peñarol sin Nacional no sirve y viceversa´ y no interpretar que por ser hincha de Nacional no es amigo; sino todo lo contrario, puede tranquilamente serlo. Mañana cuando él necesite sangre yo se la doy y viceversa, no tengas duda”. El personaje imbatible Un personaje que genera distintos tipos de sensaciones dada su extravagancia. Con su estilo particular, repite la misma indumentaria para cada cotejo de su equipo: un gorro cuyos colores alguna vez fueron amarillo y negro, una remera agradeciendo al manya como si le rindiese algún tipo de culto, guantes inflables en unas manos que nunca deja que se vean durante el partido, un pantalón descocido que no pierde la esencia (hacer juego con todo el equipo de Peñarol) y lo único que cambia para cada partido: sus zapatillas. Del ambiente futbolístico, ¿quién no lo ha visto; detrás de los técnicos o jugadores, agitando sus manoplas o marcando acto de presencia cuando dan notas a los medios?
  • 4. ¿A quién no le ha generado intriga saber cuál es la razón que lleva a esa persona a estar ahí? Walter reconoce que es un personaje y que no va a morir nunca. A pesar de que lo hayan querido matar en un momento y que haya gente que le tenga envidia. ¿Cómo hizo Walter para que no mataran al personaje? “Creo en mi poder de convicción, después no existe nada. Yo creo en mí. Ahora estoy haciendo lo que a mí me gusta. Si querés ser algo en la vida tenés que ser perseverante y no tener miedo a nada. Por mi formación de vida nací sin miedo. Pero la muerte está en cada esquina”. Nadie conoce a Walter Rodríguez. Con ese nombre hay cientos en el Uruguay. Ahora si se menciona Walter “el eterno agradecido” o si se es más específico y se dice el hincha que aparece detrás de los técnicos, aquella mente futbolera piensa en una persona o más precisamente un personaje. ¿Alguna vez te despegas del personaje? “Trato de andar con él todo el día, por eso ando con un gorro con una estrella excepto cuando voy al banco a trabajar que tuve un problemita por usarlo. No me di cuenta e hice algo que no debía y me salí del reglamento del banco y bueno… me hicieron ver que arriesgaba determinadas cosas pero quedó todo bien”. Walter no sólo abarcó al fútbol sino también se desplegó por otras esferas del ámbito público. De esta manera, podemos encontrarlo corriendo la 10 K de Nike, en las domas o saliendo en algún grupo lubolo (Sarabanda). Su objetivo para el 2011 es incorporar al personaje dentro del ciclismo: “hablé con un amigo, Washington Bello, que es el secretario de la confederación y aún estamos madurando la idea”. “Dejo cumpleaños, dejo lo que sea, porque tengo que estar con Peñarol” Para muchos la familia es algo sagrado. Para Walter también lo es. Pero Peñarol forma parte de su familia: fue el club que le dio de comer, que lo agasajó en los momentos más difíciles, que lo hizo ser persona, que lo hizo ser “El Walter”. ¿Priorizas un clásico antes que una fiesta familiar? “Según. Por ejemplo el sábado que viene (24/4) es el cumpleaños de mi nieto, cumple tres años. Como sé que Peñarol ya ganó este torneo Clausura voy a ir a su cumpleaños en Maldonado. En este caso priorizo el cumpleaños, pero si sé que el club se está jugando algo muy fuerte dejo cumpleaños, dejo lo que sea, porque tengo que estar ahí. Si no estoy yo no es lo mismo… Hace poco era el cumpleaños de mi nieta y mi hijo, y jugaba Peñarol un partido muy importante. Incluso tenía otro cumpleaños que era el de un hincha carbonero al que me había comprometido previamente. Tuve que ir al partido venir de este para estar en el cumpleaños de mi nieta e hijo. El hecho de que Uruguay sea un país futbolero hace que Walter sea reconocido y famoso. A él le gusta figurar. El partido comienza a las 16, Walter está desde las 13.30, no fuera cosa de que alguien se quede sin sacarse una foto con él. Walter cobró gran relevancia en 1999 de la mano o en la espalda de Julio Ribas. ¿Cómo te llevas con la fama?
  • 5. “Soy conciente de que soy famoso. Dentro de la fama tenés lo bueno y lo malo. Es por esta razón que hay que ser profesional y saber que a algunas personas no les gusta, de ahí que viene el agravio. Pero cuando me ofenden yo hago oídos sordos y no me interesa. Yo paro en este club (el Peturrepe). Acá hay gente de todos los clubes y sin embargo el trato es totalmente espectacular”. ¿Tu familia entiende este fanatismo? “Totalmente, llevo 39 años de casado. Mis dos hijos se crearon con esto. Incluso llegaron a ser mascotitas de Peñarol. Tengo fotos de ellos con los jugadores en la cancha. Incluso uno de ellos se encarga del club de fans que tengo en Facebook. Mi nieta colecciona las medallas que nos dan, todos los domingos, después de correr los 10 km. ¿Qué les diría a las personas que critican este personaje? “Cada uno es arquitecto de su propio destino, nadie es perfecto. Cualquier persona está dentro de sus parámetros de criticar o no. Si considera que tiene que hacerlo que lo lleve a cabo no más, a mí eso no me preocupa tanto. Como decía el contador Damiani: `Yo no soy una medallita de oro para que todo el mundo me puedan querer ´. Rodrigo Romano, periodista deportivo, manifiesta que Walter estaría mejor visto si tuviese menos exposición. “Él ya es así; aporta color, alegría y corazón a lo que siente por Peñarol”. Explica que se ha convertido en un distintivo dentro de la hinchada carbonera a pesar de no estar dentro de la barra. Coincide con Darío Rodríguez en cuanto a la primera vez que lo vieron: “allá por 1999, cuando Ribas era el técnico”. Cita a un periodista deportivo, el cual da una opinión calificada sobre el entrevistado, aunque no aporta información relevante y, en un caso, reitera lo que previamente había mencionado. “La gente me conoce mucho más a mí que a los actuales dirigentes” Si bien ya es como un símbolo no ocupa ningún cargo formal dentro de la institución. Tampoco forma parte de la “barra” de Peñarol. Dentro del Estadio Centenario, se lo puede ubicar delante de la primera fila en la Platea América, detrás del banco de suplentes. ¿Cómo te llevas con la hinchada de Peñarol? “Espectacular. La más grande del mundo”. ¿Cómo es tu relación con Juan Pedro Damiani? “Normal, ni buena ni mala. No se lo puede comparar con el contador porque son generaciones diferentes”. ¿Cómo es el trato con el resto de la comisión directiva? “Bien. Todos los dirigentes me conocen a mí. Sin embargo, yo no conozco a todos ellos. Sé quienes son cada uno pero llevo 40 años en Peñarol y ellos no alcanzan esta cantidad de años en la institución. La gente me conoce mucho más a mí que a los actuales dirigentes. Muy poco conocen a los que son los actuales delegados de Peñarol. Les cae muy mal, a ellos, que sea un personaje y que sea mucho más que conocido que ellos, el mismo Juan Pedro me ha reconocido esto último”.
  • 6. ¿Cómo fue tu relación con los distintos técnicos que fueron pasaron por la institución? “Buena. Con unos tuve mejor relación que con otros. Lo mismo con los jugadores, con unos menos, con otros más pero la relación siempre es buena porque yo voy a ser siempre hincha de Peñarol y voy a querer que al club gane todo y tenga todo. Más darle para adelante siempre, en las buenas y en las malas. Hace siete años que Peñarol no gana nada y siempre acompañé. En general, los técnicos que han pasado por Peñarol han sido buena gente, a no ser Matosas que era un poco engreído, tenía mucho ego y vos lo que tenés que tener es humildad si perdés la humildad estás liquidado”. -En esta serie de preguntas y respuestas se reitera en todas la misma formula de preguntar. Se debería haber redactado diferente, con la intención de no ser reiterativo y cansar al lector-. Uno de los jugadores referentes, Darío Rodriguez, reconoce que nunca tuvo relación con él. Pero más allá de eso no le incomoda su constante presencia detrás de ellos. “Es un hincha de Peñarol y lo expresa de esa forma como hay tantos, se hizo conocido por el hecho de que siempre sale en cámara pero todos sabemos que cuadro es hincha y ese es su objetivo”. –Utiliza como fuente a un jugador de Peñarol, para reflejar cómo lo ve este sector del club. El árbol de la vida Dentro de las actividades que desarrolla Walter está El árbol de la vida, un show que lleva a cabo con El Salado. Este sería un semejante pero del lado contrario: el personaje hincha de Nacional. Guionado por Walter, la temática gira en torno a la No Violencia pero sin dejar atrás la ironía. Cada personaje tiene su monólogo en donde pueden mencionar todos los laureles de su respectivo equipo menospreciando al rival. Quien ingresa primero es El Salado, luego sigue Walter con su humor: “yo soy el árbol de la vida, Pinocho como mentís” (haciendo alusión a lo que dijo El Salado anteriormente). El humor y la picardía están presentes a lo largo del show. La música acompaña tanto los monólogos como en el desenlace. El show termina con la canción de Pimpinela “La Familia”. Se produce un abrazo entre Walter y El salado y el primero culmina diciendo: “así tendría que ser el Uruguay: hermanado, sin pelearnos y querernos todos porque todos tenemos hijos y nietos y nadie quiere lo peor para ellos”. –El párrafo de cierre resume, narrando una situación, las cualidades de esta persona. De todas maneras, no queda claro que es el final; es un párrafo más dentro de la estructura.