El documento propone una reflexión sobre la evangelización y un nuevo plan pastoral diocesano a través de reuniones en las parroquias. Presenta una introducción y cuatro temas principales: 1) cada bautizado como discípulo misionero, 2) la misión de la Iglesia en el mundo, 3) la caridad cristiana y opción por los pobres, y 4) la renovación de las estructuras eclesiales. Propone una metodología de trabajo en grupos parroquiales para recoger aportaciones que ayuden

1. Para una reflexión compartida
sobre la Evangelización y un
nuevo Plan Diocesano de Pastoral

3. Índice
Reflexionemos sinodalmente sobre nuestra vida y misión evangelizadora 5
Introducción7
Metodología de trabajo 11
Oración para iniciar la reunión 13
Temas15
1. Cada bautizado, un discípulo para la misión 17
2. Nuestra misión en el mundo 25
Corresponsabilidad en la misión26
La Parroquia27
Nuevos métodos de evangelización29
Llamada a la conversión pastoral y misionera29
3. La caridad cristiana, opción por los pobres y necesitados 33
4. Renovación de las estructuras eclesiales y conversión misionera 37

5. 5
Reflexionemos sinodalmente sobre nuestra
vida y misión evangelizadora
Queridos diocesanos, amigos todos:
Os invito reflexionar juntos sobre la evangelización entre nosotros, para avanzar en la misión que el Señor nos
ha encomendado. Hemos hecho hasta ahora un largo camino que viene de atrás pero que se ha enriquecido el
curso pasado con la reflexión de los sacerdotes en los arciprestazgos y del Consejo Presbiteral en dos ocasiones, y
últimamente con la provechosa preparación del Congreso de Laicos “Pueblo de Dios en salida”, que ha culminado
los días 14 al 16 de febrero en Madrid, en el que hemos participado un nutrido grupo de laicos, y del que hemos
cosechado copiosos frutos.
El documento que tienes en tus manos sintetiza y resume toda esta labor.
Ha llegado el momento de contar con la aportación de todos a través de las parroquias, de modo que, unidos
en un mismo propósito, pongamos los medios más adecuados para hacer de nuestra amada Iglesia el lugar de
encuentro de los hombres con Dios, según el deseo de Cristo, y, como Pueblo en Salida, cumplir mejor aún nuestra
misión. Para esto te pido colaboración.
Nuestro camino transita por la sinodalidad. Se trata, como dice Francisco, de caminar juntos, con toda la Iglesia,
bajo la guía del Espíritu Santo. Es la experiencia de la Iglesia peregrina que camina en la historia como portadora
de un tesoro en vasijas de barro, pero que ha de responder a sus contemporáneos con verdadera entrega y
oportunidad, dejándose guiar por el Espíritu. De esto se trata: que unidos en la caridad de Dios —laicos, sacerdotes
y consagrados—, a la luz del Espíritu, dispuestos a escuchar al Señor con discernimiento, veamos el proyecto de
Dios, lo que el quiere de nosotros ahora.

6. 6 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
En cada parroquia el Consejo de Pastoral ha de ser el cauce más apropiado e integrador para esta reflexión,
garantizando así la participación de todo el Pueblo de Dios. También veo en esto una oportunidad providencial
para que estos consejos asuman su responsabilidad y adquieran mayor protagonismo. Cada párroco asume así
esta responsabilidad con sus fieles, donde también los movimientos, asociaciones, cofradías y demás instituciones
eclesiales pueden hacer sus aportaciones. Agradezco de antemano vuestra preciosa colaboración. Con la ayuda de
la Vicaría de Pastoral —a cuyo email enviará el secretario de cada consejo parroquial sus aportaciones— podremos
elaborar próximamente un nuevo Plan Diocesano de Pastoral que sea fruto sinodal de todas las aportaciones.
Es importante que hagáis vuestro propio calendario para que durante los próximos meses reservéis tiempo a
las tres reuniones fundamentales que exige esta aportación, de modo que, al finalizar el curso, en el mes de junio,
nos encontremos en una Asamblea Diocesana para compartir las propuestas y concertar entre todos el camino a
seguir.
Espero y confío en que superemos las posibles dificultades, inercias, derrotismos, clericalismos o desánimos que
hacen difícil vivir y transmitir la fe. Por aquí comienza la conversión pastoral que se nos exige para fortalecer el
sentido de comunidad y de identidad eclesial. Sintámonos corresponsables, consolados y ungidos por el Espíritu.
Acojamos este momento de gracia. Nos lo pide la misión y la santidad por donde ha de transitar la evangelización.
Solamente así seremos sal y luz para que todos puedan gozar de la alegría del evangelio.
Cuento con todos vosotros.
Con mi afecto y bendición
+ Rafael
Obispo de Cadiz y Ceuta

7. Introducción
El curso pasado el Consejo Presbiteral inició una provechosa reflexión sobre los retos de la evangelización en la
sociedad actual que se enriqueció con las aportaciones de los sacerdotes en sus arciprestazgos. Es necesario que,
en el ejercicio de la sinodalidad que vive la Iglesia –fruto de la comunión—, estas conclusiones sean enriquecidas con
la contribución de los laicos y consagrados, a través de sus cauces habituales de participación: consejos parroquiales
de pastoral, equipos de las delegaciones, cofradías, congregaciones religiosas, colegios católicos, etc.
La reflexión y el diálogo nos han abierto los ojos a la voluntad de Dios
ante los retos de hoy a la comunidad diocesana. Hemos apreciado
lagunas y carencias propias que deseamos corregir. Se ha animado una
colaboración que pide seguir progresando.
El Congreso de Laicos los días 14 al 16 de febrero en Madrid también
ha movilizado entre nosotros una reflexión positiva que abunda, actualiza
y profundiza en las propuestas diocesanas de reflexión de los cursos
anteriores, sobre todo en 2016-2017 (“Identidadymisión dellaicoyllamada
a la evangelización”), que finalizó con una asamblea diocesana de laicos,
donde se reanudó la Delegación de Apostolado Seglar.
Al término de este curso expira el Proyecto Diocesano de Pastoral
elaborado para 2016-2020. Uniendo las aportaciones anteriores,
tenemos ahora la oportunidad de valorar los proyectos iniciados y
marcar las prioridades del próximo programa diocesano para los años
venideros.
7Introducción
Es necesario que,
en el ejercicio de la
sinodalidad que vive
la Iglesia —fruto de
la comunión—, estas
conclusiones sean
enriquecidas con la
contribución de los laicos
y consagrados, a través
de sus cauces habituales
de participación

8. La misión está en el centro del Magisterio contemporáneo, como todos sabemos. En sintonía con el esfuerzo
misionero de la Iglesia universal y la propuesta del Papa Francisco hemos de focalizar la vida y misión de nuestra
Diócesis en tormo al objetivo de conseguir una Iglesia Diocesana “en salida misionera”. “La salida misionera es el
paradigma de toda obra de la Iglesia” (EG 15).
Dice Francisco: “Es vital que hoy la iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las
ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a
nadie (EG 23). “Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un
‘estado permanente de misión’” (EG 25).
Para ello se nos pide hacer “una opción misionera capaz de transformarlo
todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda
estructuraeclesialseconviertaenuncauceadecuadoparalaevangelización
del mundo actual más que para la auto-preservación” (EG 27).
Hemos de rogar al Espíritu Santo para que nos renueve interiormente
e impulse a realizar esta salida misionera participando, cada uno
según su condición de laico, consagrado o sacerdote, abordando un
nuevo itinerario diocesano que nos ayude a renovar la fe y dinamice la
misión, comenzando por la renovación de la pastoral ordinaria y la vida
parroquial.
No perdamos de vista el recorrido realizado en nuestra diócesis en los
últimos años. En ella encontramos luces, sombras y, sobre todo, signos
de esperanza. Hemos trabajado mucho y tenemos hoy una conciencia
más clara de la vocación y misión de cada bautizado en cada realidad
de vida, laicos, consagrados, presbíteros.
8 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
La misión está en el
centro del Magisterio
contemporáneo.
Hemos de rogar al Espíritu
Santo para que nos
renueve interiormente
e impulse a realizar
esta salida misionera
participando, cada uno
según su condición.

9. Esta mayor conciencia nace del deseo de un auténtico encuentro con Jesucristo que nos lleva a buscar una
formación más sólida y reservar más espacios para la relación personal con Él. Sabemos que la acción misionera
no es fácil en una sociedad secularizada y dominada por el relativismo en el pensamiento que nos afectan como
Iglesia.
Tienes en tus manos un documento para la reflexión con el fin de que sea tratado a todos los niveles: grupos
parroquiales, movimientos, cofradías, delegaciones y secretariados, consejos parroquiales, etc. Las conclusiones
de las reuniones de los grupos serán una valiosa aportación para la
propuesta del próximo Plan Pastoral Diocesano a partir de septiembre
de 2020.
El documento consta de una introducción y cuatro bloques temáticos
abiertosaotrasposibilidadesquepuedansurgirenlassesionesdetrabajo
de los grupos. Conviene comenzar con una oración reconociendo la
acción del Espíritu Santo en toda acción evangelizadora y para que
ilumine el desarrollo de cada reunión. No cabe duda de que estamos
viviendo una experiencia del Espíritu que nos ha acompañado durante
estos pasados años alumbrando nuevas experiencias de evangelización.
El Espíritu Santo ilumina nuestros corazones, fortalece nuestras
voluntades, llena nuestros corazones con el fuego de su amor. El
Espíritu Santo debe ser el protagonista de todo este proceso de oración
y reflexión compartida por toda la comunidad diocesana. Se ha añadido al final de cada tema un cuestionario para
que ayude a la reflexión y a la redacción de sus correspondientes conclusiones.
9Introducción
Las conclusiones
de las reuniones de
los grupos serán una
valiosa aportación para la
propuesta del próximo
Plan Pastoral Diocesano
a partir de septiembre de
2020.

10. 10 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
Nuestro mundo está fuertemente marcado por las ideologías ateas contemporáneas, por una sociedad descreída,
tecnológica e individualista que busca lo inmediato, carente de referentes morales, falta de principios, hedonismo,
cultura anti-vida. Pero debemos afrontar con esperanza y convertir cada dificultad en un reto para crecer y llevar el
Evangelio a todas las personas. El gran reto para los cristianos sigue siendo llevar a cabo la misión encomendada
por el Señor:
«Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el final de los tiempos» (Mt 28, 19-20).
Encomendamos estos trabajos a la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra para que imitándola también
nosotros respondamos “aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
Misióncomocentro Trabajo conjuntoReflexión y diálogo

11. 1 2 3
Parroquias
4
Delegaciones
secretariados
11Introducción
Metodología de trabajo
Queridos sacerdotes y fieles de nuestra Diócesis de Cádiz y Ceuta:
Con ilusión afrontamos la preparación del próximo Plan Pastoral Diocesano
y las orientaciones que podamos dar a nuestro pastor, Mons. D. Rafael
Zornoza. Para ello son necesarias las aportaciones que, cada parroquia con
su Consejo Pastoral Parroquial a la cabeza, nos vayáis enviando a esta Vicaría
de Pastoral y que supondrán una guía imprescindible para la confección de
dicho Plan Pastoral.
La propuesta de metodología de trabajo del material que tenéis en vuestras
manos es sencilla:
 Cada Consejo Parroquial podrá trabajar las tres primeras reflexiones
en la fecha que mejor convenga para realizar los encuentros. Además
del contenido propio de la reflexión, podréis encontrar unas cuestiones
destinadas al discernimiento de los miembros del Consejo.
 La cuarta reflexión de este documento está dirigida especialmente a las
Delegaciones diocesanas, por lo que no es necesario que se trabaje en
las parroquias, si bien, cualquier aportación que, desde las comunidades
parroquiales se haga en este punto, será, sin duda, valiosa.

12. secretariapastoral@
obispadocadizyceuta.es
Enviar material
con antelación
Fecha límite
15
mayo
12 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
 LaVicaríadePastoralestaráencontactoconlossecretariosdelosConsejos
para cualquier información o ayuda que necesiten. Las conclusiones
recogidas se remitirán a secretariapastoral@obispadocadizyceuta.es
 Conviene que las reflexiones /material de trabajo se envíen a las personas
asignadas con suficiente antelación, con el objetivo de que se asista a la
reunión con el estudio y profundización de los contenidos y las preguntas
propuestas ya realizado.
 Es necesario que todo el material trabajado esté listo antes del 15 de
mayo, ya que en junio, está prevista una Asamblea Diocesana en la que
se han de presentar las síntesis correspondientes al trabajo realizado en
parroquias y delegaciones.
Os deseamos a todos encuentros fructíferos y enriquecedores. Asimismo,
os agradecemos, de antemano, el esfuerzo y las aportaciones que podamos
recinir para que, entre todos, hagamos de nuestra Diócesis de Cádiz y Ceuta
una Iglesia en salida.
Un fuerte abrazo fraternal a todos
Fernando Campos
Vicario general

13. 13Introducción
Oración para iniciar la reunión
Padre nuestro, fuente del amor y de la misericordia, que nos has redimido por Jesucristo, tu Hijo,
y quieres que todos los hombres se salven y te amen de corazón.
Queremos responder a tu deseo y emprender, conducidos por el Espíritu Santo, una Nueva Evangelización.
Llénanos de ti y renueva en nosotros el impulso, el ardor y el coraje de los primeros cristianos,
para que anunciemos al mundo, con la palabra y la vida, la belleza de la fe.
Danos un corazón que escuche, que se alimente de la Palabra;
un corazón que adore y se deje modelar por la Eucaristía.
Espíritu Santo: Danos la gracia de empeñarnos en la evangelización
a la que todos somos llamados en nuestra diócesis,
con especial protagonismo de los laicos, y particularmente de los jóvenes,
comprometiéndonos en una educación continua de la fe,
celebrando tu alabanza y anunciándote en una Iglesia decididamente misionera.
Ilumina nuestra mente para encontrar los caminos más oportunos de renovación pastoral
y concédenos el entusiasmo y la valentía de llevarte a los demás en comunión eclesial.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
Virgen María, Estrella de la Evangelización, concédenos participar de tu fe.
Ruega por nosotros y por todos aquellos a quienes ha de llegar la Buena Noticia,
para que, abiertos al Señor, se dejen llenar por el gozo de la salvación. Amen.

14. 14 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
Preces
 Tú que has vencido a la muerte y nos has hecho partícipes de tu vida inmortal, despierta en todos los hombres
la sed de Dios inscrita en sus corazones.
 Renueva en tu Iglesia el espíritu, ardor y coraje de los primeros cristianos, para que anuncie, con la palabra y
con la vida, la belleza de la fe.
 Señor, tú que quieres que todos los hombres se salven y te conozcan de corazón prepara los corazones de
quienes van a recibir el anuncio de la Buena Noticia, para que puedan acogerte en sus vidas.
 Maestro bueno, enséñanos caminos para que todos te conozcan y te amen y enciende nuestro corazón para
proclamarte a tiempo y a destiempo.
 Concédenos un corazón que escuche, que viva de tu Palabra y de la Eucaristía, para permitir que nuestra vida
sea un canal de tu amor hoy.
 Que la meditación de tu Pasión nos enseñe cómo ofrecer la vida por la salvación del mundo para poder ser
tus testigos y colaborar en la redención de los hombres.
 Tú que nos has dado en la Virgen María el modelo de mujer creyente, concédenos participar de su fe para se
Iglesia viva y evangelizadora.

15. Temas

17. 17TEMA 1: Cada bautizado, un discípulo para la misión
1. Cada bautizado, un discípulo para la misión
“Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo” (EG 27).
“Necesitamos mirar nuestro mundo con simpatía, sin miedo, sin prejuicios, con valentía, como lo mira Dios, sintiendo
nuestros los dolores, los gozos, las esperanzas de nuestros hermanos; desde ahí anunciar con la vida y la palabra, y
hacer ‘conocer y amar a Jesús y a María’, con la creatividad de diaconías y
obras de apostolado” (Papa Francisco, 2019. 10. 05).
“La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio
pastoral del «siempre se ha hecho así». Invito a todos a ser audaces
y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el
estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades. Una
postulación de los fines sin una adecuada búsqueda comunitaria de los
medios para alcanzarlos está condenada a convertirse en mera fantasía”
(Evangelii Gaudium 33).
En nuestras reflexiones hemos observado que evangelizamos con
nuestra coherencia de vida, y desde los grupos a los que pertenecemos
(Parroquias, Movimientos y asociaciones, Cofradías, Catequistas, Cáritas,
Centros de Orientación Familiar, Grupos de Oración, Pastoral de salud
y penitenciaria, Familia y Vida, grupos de jóvenes, etc.), aunque con
frecuencia no sabemos cómo hacerlo.Vivimos elEvangelio en la familia,
trabajo, parroquia, cofradías, Cáritas, visitas a enfermos, cenáculos,
Hemos observado
que evangelizamos
con nuestra coherencia
de vida, aunque con
frecuencia no sabemos
cómo hacerlo

18. 18 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
y sociedad en general; pero vemos también mucha ausencia de compromiso con el anuncio del Evangelio:
apreciamos falta de inquietud, de formación y de oración (personal y comunitaria). Sabemos que afrontar en
serio la misión supone un cambio de mentalidad pastoral, pero ha de hacerse sobre convicciones duraderas
fuertes: fortaleciendo la identidad eclesialy sacerdotal, con claridad doctrinal, con visibilidad de la comunidad
cristiana como referencia en medio del mundo, apostando por la atención a la persona concreta, y hablando
de Dios y de lo que hace cada día en nosotros y por nosotros dándole prioridad al “Primer Anuncio”.
Hemos de buscar caminos para llevar a Dios a las periferias de la vida –como pide el Papa Francisco—, aceptando
los nuevos retos que se nos plantean, impulsados por el Espíritu Santo para dar testimonio siempre y en todo
lugar, colaborando en la transmisión de la Palabra de Dios. Por todo ello,
tenemos necesidad apremiante de conversión pastoral.
“Después de tomar en cuenta algunos desafíos de la realidad actual,
quiero recordarahora la tarea que nos apremia en cualquierépocaylugar,
porque «no puede haber auténtica evangelización sin la proclamación
explícita de que Jesús es el Señor», y sin que exista un ‘primado de la
proclamación de Jesucristo en cualquier actividad de evangelización’”
(EG 110).
Todo bautizado está llamado a ser un discípulo misionero: “Creí, por eso
hablé” (“Cor 4,13). El Señor nos llama a trabajar en su viña. Solamente un
laicado consciente y responsable que viva en comunión podrá realizarlo.
“En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios
se ha convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28,19). Cada uno de los
bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de
ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado
Afrontar en serio la
misión supone un
cambio de mentalidad
pastoral, pero ha
de hacerse sobre
convicciones duraderas
fuertes

19. pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo
fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de
cada uno de los bautizados. Esta convicción se convierte en un llamado dirigido a cada cristiano, para que nadie
postergue su compromiso con la evangelización, pues si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de
Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le
den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado
con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que somos
siempre «discípulos misioneros». Si no nos convencemos, miremos a
los primeros discípulos, quienes inmediatamente después de conocer
la mirada de Jesús, salían a proclamarlo gozosos: «¡Hemos encontrado
al Mesías!» (Jn 1,41). La samaritana, apenas salió de su diálogo con Jesús,
se convirtió en misionera, y muchos samaritanos creyeron en Jesús
«por la palabra de la mujer» (Jn 4,39). También san Pablo, a partir de su
encuentro con Jesucristo, «enseguida se puso a predicar que Jesús era
el Hijo de Dios» (Hch 9,20). ¿A qué esperamos nosotros?” (EG 120).
Ha crecido la conciencia de la identidad y de la misión del laico en
la Iglesia, actualmente mucho más comprometidos en la catequesis, la
liturgia y la caridad (cf. EG 120), pero sigue siendo aún un gran desafío,
dado que el compromiso es muy desigual y deficiente en muchos
campos. No obstante se nos presentan grandes desafíos (EG 76) que afrontar: el papel de los laicos, la presencia
de la mujer, el protagonismo de los jóvenes, la escasez de vocaciones, etc.
Nos planteamos cómo hacernos conscientes los laicos de nuestra vocación y misión. ¿Conocemos la Exhortación
Apostólica Christifideles Laici, que se ha definido como la carta magna del laicado católico en nuestro tiempo,
19TEMA 1: Cada bautizado, un discípulo para la misión
Se nos presentan
grandes desafíos que
afrontar: el papel de los
laicos, la presencia de la
mujer, el protagonismo de
los jóvenes, la escasez de
vocaciones, etc.

20. 20 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
fruto maduro del sínodo de los obispos en el año 1987, que asume las enseñanzas del Concilio Vaticano II, de modo
especial en las Constituciones Lumen Gentium y Gaudium et Spes, así como el Decreto Apostolicam Acutositatem?
Para una posible la renovación misionera de las comunidades sabemos que es fundamental encontrar de nuevo
la alegría de la fe. “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús.(...)
Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (EG 1). La Iglesia atrae cuando vive el encuentro con Jesús que
se hace presente en su Palabra, los sacramentos, la oración personal y comunitaria, en el amor fraterno y la
caridad, en la entrega a los pobres, afligidos y enfermos.
La mayoría de los laicos, sin embargo, estamos poco vocacionados,
o no conocemos bien la llamada bautismal ni sus consecuencias.
Encontramos ignorancia y cierto temor a la hora de transmitir la
fe. Se conoce mal a Jesús y los contenidos de la fe, por lo general.
Entre nosotros hay muchos alejados, otros por libre, comodones y
desinformados, viviendo una fe sociológica y de tradiciones heredadas
sin asumir personalmente o sin experiencia interior.
Una fe lánguida y superficial no es capaz de anunciar al hombre de
hoy la esperanza que salva y la experiencia del amor que es Dios, que
no deja de amarnos y llamarnos a El. Se ha de estar enamorado para
enamorar; debemos renovar, por consiguiente, nuestra fe y romper los estereotipos moralistas y autoritarios.
La privatización intimista de la fe impide hablar con atrevimiento y celo para trabajar incansablemente por los
demás. La comodidad personal, la indiferencia, la apatía o la división nunca fueron motores de santidad ni aliento
de evangelización ni de testimonio. Debemos ser evangelizados claramente y superar la tibieza, así como los
grupos “estufa”, para poder aportar.
Una fe lánguida y
superficial no es capaz
de anunciar al hombre
de hoy la esperanza que
salva y la experiencia del
amor que es Dios,

21. 21TEMA 1: Cada bautizado, un discípulo para la misión
Consideramos que se han de promocionar los movimientos laicales
y dar a conocer los nuevos carismas como una gran riqueza de la
Iglesia con los que se ha de contar, y que por su parte deben contribuir
activamente en el testimonio y la evangelización.
Para encontrar el puesto de cada uno hemos de profundizar en
la Iglesia-Misterio, donde hallaremos nuestra dignidad bautismal;
y en la Iglesia-comunión, para experimentar la unidad con un solo
corazón, y empeñarnos en la misión, que es acción evangelizadora.
“La misión en el corazón del pueblo no es una parte de mi vida, o un
adorno que me puedo quitar; no es un apéndice o un momento más
de la existencia. Es algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no
quiero destruirme. Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy
en este mundo. Hay que reconocerse a sí mismo como marcado a
fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar,
liberar” (EG 273).
Vemos claro que necesitamos una conversión personal constante,
conscientes de la acción de la gracia en nosotros que arranca del
Bautismoyse actualiza en los sacramentos.Así, pues, es necesario tomar
conciencia de nuestro pecado que nos lleva a vivir con superficialidad
la propia vocación y nuestra misión particular. Debemos experimentar el
seguimiento de Jesucristo como una experiencia de salvación y como
un proyecto de felicidad y paz interior.
Para encontrar el
puesto de cada uno
hemos de profundizar
en la Iglesia-Misterio,
donde hallaremos nuestra
dignidad bautismal; y en
la Iglesia-comunión, para
experimentar la unidad
con un solo corazón,
y empeñarnos en la
misión, que es acción
evangelizadora.

22. 22 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
Para este crecimiento personalycomunitario afirmamos plenamente convencidos de lo necesario que es proponer
cauces oportunos de desarrollo de la vida cristiana. Puesto que toda conversión misionera nace de una conversión
personal a Cristo ha de potenciarse la vida interior como premisa imprescindible. Los Ejercicios Espirituales, los
Retiros, los momentos de oración personal y comunitaria ante el Señor no pueden faltar en nuestra vida de fe.
La centralidad de la Eucaristía, la práctica de los sacramentos, el ejercicio de la caridad y la vida comunitaria son
elementos esenciales para vivir una espiritualidad integral que abarque todos los ámbitos de nuestra existencia.
Sobre este eje crece la vida fraterna y el testimonio de la comunidad, que se proyecta hacia afuera en la caridad y
el apostolado. Como discípulos misioneros estamos llamados a ser contemplativos en la acción.
La fe hecha vida hace que nuestro mensaje sea coherente. Quisieramos que nuestras comunidades fuesen
creadoras de fraternidad, espacios donde rezar juntos y profundizar en la fe, y se conviertan así en testimonio
misionero atractivo, donde además se compartan iniciativas evangelizadoras.
Conviccionesfuertes Fe ›VidaUnidad

23. 23TEMA 1: Cada bautizado, un discípulo para la misión
Para dialogar, sugerir, aportar:
¿Qué hacer para poner a toda nuestra Iglesia diocesana en estado de misión?
¿Cómo renovarse personal y comunitariamente para participar en la misión de la Iglesia?
¿Como evangelizar hoy? ¿Qué campos ves hoy prioritarios?
¿Qué cauces se deben fomentar para potenciar una potente espiritualidad que nos abra a la misión de la
Iglesia?
¿Qué propuestas evangelizadoras deben seguir realizándose y qué nuevas acciones proponéis para
profundizar en la fe y en la formación de los evangelizadores (encuentros, retiros, cursos, etc.)?
¿Qué formación y qué apoyos podemos necesitar?
 Otras aportaciones…

25. 25TEMA 2: Nuestra misión en el mundo
2. Nuestra misión en el mundo
“Cuando a este primer anuncio se le llama «primero», eso no significa que está al comienzo y después se
olvida o se reemplaza por otros contenidos que lo superan. Es el primero en un sentido cualitativo, porque es el
anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que
volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis, en
todas sus etapas y momentos” (EG 164).
“En la boca del catequista vuelve a resonar siempre el primer anuncio:
«Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado
cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte». (EG 164)
“No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta
las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más
indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de
su misericordia y de su amor. Y nos invita a ir sin miedo con el anuncio
misionero, allí donde nos encontremos y con quien estemos, en el
barrio, en el estudio, en el deporte, en las salidas con los amigos, en el
voluntariado o en el trabajo, siempre es bueno y oportuno compartir la
alegría del Evangelio”. (Christus vivit, 177)
Vivamos la alegría del testimonio y del anuncio como los primeros
discípulos y los buenos cristianos de todos los tiempos: “Ellos salieron a predicar el evangelio por todas partes”
(Mc 16,20). Toda la comunidad misionera acoge la llamada a la misión desde la comunión con la Iglesia universal y
su amor a Jesucristo para que nuestro mensaje sea coherente y reflejo del Evangelio: “para que vayáis y deis fruto”.
El primer anuncio es
el anuncio principal,
ese que siempre hay
que volver a escuchar
de diversas maneras y
ese que siempre hay que
volver a anunciar de una
forma o de otra a lo largo
de la catequesis

26. 26 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
Corresponsabilidad en la misión.
Necesariamente hay que evangelizar, con corresponsabilidad e implicación, superando la crisis moral relativista
y frívola, y los sincretismos religiosos. Tenemos a Cristo y al Espíritu Santo para superar los miedos. Ha de ser
un trabajo de Iglesia unida (clero y laicos), no en solitario. Anunciando la conversión hemos de ofrecer también
un estilo de vida vivido en comunidad, que es el espacio común para vivir la familia de los hijos de Dios. No se
evangeliza solo con palabras, sino que el Evangelio crea una comunidad en camino, guiada por el Señor, donde
el hombre puede encontrarse con Dios, aprende a relacionarse con el y a vivir siguiéndole como discípulo, abraza
la cruz y llega a la comunión con el y a experimentar la fraternidad.
La previa conversión personal nos debe llevar a una conversión
comunitaria misionera, para lo cual es fundamental fortalecer el
sentido de comunidad y de identidad eclesial. Nuestras comunidades,
parroquias o movimientos deben reconocerse porque acogen,
escuchan, animan, orientan y se involucran en las necesidades de los
miembros de la comunidad, especialmente los más necesitados. En
definitiva, sólo desde la comunión es posible la misión.
Hemos de impulsar la corresponsabilidad en el seno de la Iglesia
estando disponibles para participar en los diversos servicios y en las
distintas estructuras para también ofrecer sugerencias de mejora. La
corresponsabilidad significa que no somos simples destinatarios de la
vida eclesial, sino actores comprometidos, dispuestos a aportar lo mejor
de nosotros mismos.
La corresponsabilidad
significa que no somos
simples destinatarios
de la vida eclesial, sino
actores comprometidos,
dispuestos a aportar
lo mejor de nosotros
mismos.

27. 27TEMA 2: Nuestra misión en el mundo
La Parroquia
“La parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene
una gran plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren
la docilidad y la creatividad misionera del Pastor y de la comunidad.
Aunque ciertamente no es la única institución evangelizadora, si es
capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo «la
misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas» (EG
27).
“La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. Uno
de los signos concretos de esa apertura es tener templos con las
puertas abiertas en todas partes. De ese modo, si alguien quiere seguir
una moción del Espíritu y se acerca buscando a Dios, no se encontrará
con la frialdad de unas puertas cerradas” (EG 47).
“Además, es necesario que reconozcamos que, si parte de nuestro
pueblo bautizado no experimenta su pertenencia a la Iglesia, se debe
también a la existencia de unas estructurasya un clima poco acogedores
en algunas de nuestras parroquias y comunidades, o a una actitud
burocrática para dar respuesta a los problemas, simples o complejos,
de la vida de nuestros pueblos. En muchas partes hay un predominio de
lo administrativo sobre lo pastoral, así como una sacramentalización sin
otras formas de evangelización” (EG 63).
Si parte de nuestro
pueblo bautizado
no experimenta su
pertenencia a la Iglesia,
se debe también a
la existencia de unas
estructuras y a un
clima poco acogedores
en algunas de
nuestras parroquias y
comunidades, o a una
actitud burocrática

28. 28 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
¿Que se entiende por parroquia misionera? ¿Qué se entiende por pastoral de mantenimiento o conservación?
Sigue siendo un reto hacer comunidades orantes, acogedoras, y, sobre todo, misioneras. Nuestras comunidades
y grupos eclesiales han de favorecer verdaderas relaciones fraternas y vivir intensamente la comunión, pero hay
que fomentar el dinamismo misionero para salir al encuentro del otro, ofrecer el evangelio a los alejados con
propuestas concretas, bien lideradas, en la que sea posible participar. Hemos visto que pocas veces se canaliza
una misión hacia los alejados, se les atrae con nuevas propuestas, se
sale a su encuentro. ¿Hasta cuando podremos mantenemos con los
servicios para los que ya están dentro de la Iglesia, y con rutinas cada
vez menos atractivas que decaen por momentos (p.e. catequesis de
infancia, confirmación, etc.)? Nos preguntamos si no hacemos liturgias
rutinarias poco convincentes, y damos una imagen burocrática de
gestores acomodados a sus propios gustos.
Nos convence que la parroquia haya de configurarse como familia
de familias, donde confluyan comunidades, movimientos, asociados
armónicamente, además de donde se desarrollen los procesos de
iniciación cristiana y donde se reciben la fuerza de la gracia de los Sacramentos. Deberían ser lugar de comunión
donde los carismas se vean apoyados para las acciones de primer anuncio. Por otra parte, la Parroquia debe ser el
lugar de las familias y reconocer a la familia como el ámbito ideal para la iniciación cristiana, por lo que tiene que
cuidar especialmente la pastoral familiar, a los niños y jóvenes, el noviazgo y las sucesivas etapas de la vida del
matrimonio y de la familia, así como el cuidado de nuestros mayores.
La parroquia ha de
configurarse como
familia de familias, donde
confluyan comunidades,
movimientos, asociados
armónicamente

29. 29TEMA 2: Nuestra misión en el mundo
Nuevos métodos de evangelización
Hemos podido reconocer lo oportuno y beneficioso que han sido en la diócesis los nuevos métodos de
evangelización por parte de quienes los han experimentado, como nuevos caminos de evangelización que dan
sus frutos. Consideramos que estos métodos han sido en muchos casos el inicio de procesos que han acercado a
muchas personas a la fe, a la experiencia de la Iglesia, a la Oración, a la Palabra, a los Sacramentos y a la formación,
y han abierto caminos de evangelización eficaces, aunque se abren paso lentamente.
Llamada a la conversión pastoral y misionera
“Que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión
pastoral y misionera” (EG 15.25).
Crear comunidadPrimer Anuncio Salir de la comodidad

30. 30 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
Para dialogar, sugerir, aportar:
¿Conocemos con claridad el mensaje que transmitimos? ¿Aprovechamos la formación del Instituto Diocesano
de Teología, la Escuela de Arte Cristiano, el Instituto de Teología a distancia?
¿Nuestros métodos son adecuados para afectar a la vida?, ¿Cómo avivar y extender los nuevos métodos de
Evangelización para anunciar el evangelio a los alejados (Cenas Alfa, los Oratorios Infantiles, Life Teen, Los
Centinelas del Mañana, Retiros Emaús, la Oración de las Madres, las Misiones Populares, grupos Quercus,
etc.)?
¿Cómo debería ser mi Parroquia para ser más misionera?, ¿Qué mejoras introducirías? ¿En qué estoy dispuesto
a involucrarme?
¿Es hoy mi parroquia, grupo, asociación, movimiento, cofradía..., un espacio óptimo para la evangelización?
¿Cómo se vive la Eucaristía dominical? ¿Es referencia indispensable de la comunidad?
¿Qué estructuras habría que renovar y cómo renovarlas?, ¿Los Consejos Pastorales impulsan la misión, son
“consejos de evangelización”?
¿Cómo se pueden integran las familias en la parroquia?
¿Qué hacer para aprovechar y afianzar los Catecumenados de adultos, Cursillos de Cristiandad, la Asociación
Juvenil Diocesana Quercus, las Escuelas de Discipulado?
¿Cómo debería ser mi Movimiento, mi Cofradía, asociación, mi Delegación o Secretariado para que sigan
haciendo un servicio más misionero con fuerza y atracción?

31. 31TEMA 2: Nuestra misión en el mundo
¿Son las catequesis una verdadera pastoral misionera? ¿Cómo renovar las catequesis para que susciten una
auténtica iniciación para ser y vivir como cristianos?, ¿Sigue las criterios del Directorio Diocesano?

33. 33Tema 3: La caridad cristiana, opción por los pobres y necesitados
3. La caridad cristiana, opción por los pobres
y necesitados
La caridad configura esencialmente la identidad de la comunidad cristiana, es el estilo del cristiano. El amor es la
clave permanente de la historia de la salvación que nos lleva a la caridad, al amor gratuito y de comunión con los
demás. La caridad cristiana es en si misma misionera, se difunde. Es testigo de la veracidad de lo que se vive en la
fe, atentos a las necesidades de los demás, curando y aliviando las heridas de los que sufren. La Iglesia tiene una
palabra que decir en las cuestiones de ética económica y social orientando desde la Doctrina Social de la Iglesia
para trabajar por un mundo más digno del hombre.
“El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea
para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial, y
esto en todas sus dimensiones: desde la comunidad local a la Iglesia
particular, hasta abarcar a la Iglesia universal en su totalidad” (Benedicto
XVI, Deus Caritas est. 20).
«La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón
palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el
corazón de toda persona» (MV 12)
Estamos llamados a ser contemplativos en la acción, pues si todo
compromiso nace de la oración, toda acción es ofrenda a Dios y un
testimonio de Su amor en medio del mundo. Hemos de se capaces de
mostrarnos ante el mundo como Iglesia samaritana, que acoge, que
escucha y da testimonio.
La Iglesia tiene una
palabra que decir
en las cuestiones de
ética económica y social
orientando desde la
Doctrina Social de la
Iglesia para trabajar por
un mundo más digno del
hombre

34. 34 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
Nuestro cauce primero de ayuda a los necesitados se hace a través de Cáritas, parroquial y diocesana. En
Cáritas sostenemos y participamos en las tareas al servicio de los pobres. También trabajamos desde otras áreas
de pastoral social, como la penitenciaria, obrera, de la salud, Familia y Vida, de las migraciones, desde los Centros
de Orientación Familiar, etc. Es necesario educarnos en la misericordia y comprometernos más y más en todos
ellos para atender tantos desafíos de necesidad como se nos presentan. No se trata de una simple acción social,
es la fe en acción, es cauce del amor de Dios, es el testimonio cristiano de la caridad que identifica a la Iglesia.
Es muy importante respaldar y colaborar con Cáritas y fomentar el voluntariado y los colaboradores, pero también
hacer a la comunidad más partícipe en los proyectos concretos parroquiales y su sostenimiento material.
Contemplativos
en acción
Cáritas y
otras áreas
diocesanas
Compromiso

35. 35Tema 3: La caridad cristiana, opción por los pobres y necesitados
Para dialogar, sugerir, aportar:
¿Cómo hacer nuestro el servicio a los más pobres en las diversas áreas y servicios de la Iglesia?
¿Genera nuestra comunidad estilo de vida solidario?, ¿Cómo puede colaborar personal y comunitariamente?
¿Cómo acoger e integrar a los emigrantes?
¿Cómo atendemos a nuestros enfermos, personas mayores solas, los visitamos y acompañamos, etc.?

37. 37TEMA 4: Renovación de las estructuras eclesiales y conversión misionera
4. Renovación de las estructuras eclesiales y
conversión misionera
No podemos olvidar el impulso dado a la Pastoral Ordinaria para la transmisión de la fe en la catequesis, Pastoral
de la familia y la Vida, la Pastoral de Juventud, infancia y adolescencia, el Instituto Diocesano de Teología, etc.
Todas las estructuras han de procurar directamente la evangelización.
“Hay estructuras eclesiales que pueden llegar a condicionar un dinamismo evangelizador; igualmente las buenas
estructuras sirven cuando hay una vida que las anima, las sostiene y las juzga. Sin vida nueva y auténtico espíritu
evangélico, sin ‘fidelidad de la Iglesia a la propia vocación’, cualquier estructura se corrompe en poco tiempo” (EG 26).
“Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para
que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura
eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización
del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de
estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse
en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras,
que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y
abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de
salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes
Jesús convoca a su amistad. Como decía Juan Pablo II a los Obispos
de Oceanía, «toda renovación en el seno de la Iglesia debe tender a la
misión como objetivo para no caer presa de una especie de introversión
eclesial»” (EG 27)
Sin vida nueva y
auténtico espíritu
evangélico, sin ‘fidelidad
de la Iglesia a la propia
vocación’, cualquier
estructura se corrompe en
poco tiempo”

38. 38 Para una reflexión compartida sobre la Evangelización y un nuevo Plan Diocesano de Pastoral
“La parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran plasticidad, puede tomar formas
muydiversas que requieren la docilidadyla creatividad misionera delPastoryde la comunidad.Aunque ciertamente
no es la única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo «la
misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas». Esto supone que realmente esté en contacto
con los hogares y con la vida del pueblo, y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en
un grupo de selectos que se miran a sí mismos. La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la
escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la
adoración y la celebración. A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que
sean agentes de evangelización. Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para
seguir caminando, y centro de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión
y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de
la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión.” (EG 28)
La parroquia Renovación de
estructuras
Objetivo:
La evangelización

39. 39TEMA 4: Renovación de las estructuras eclesiales y conversión misionera
Para dialogar, sugerir, aportar:
¿Como hacer más operativo el servicio de las Delegaciones Diocesanas?
¿Qué deberíamos revisar para que las Delegaciones ofrezcan mejor servicio y apoyo a la pastoral parroquial?
¿Cómo podemos trabajar conjuntamente varias delegaciones –Jóvenes, Familia y Vida, Migraciones, Pastoral
de la salud- para atender con eficacia a nuestros jóvenes y a nuestros mayores?
¿Qué puedes aportar para fomentar la comunión diocesana como delegación?
¿Qué piensas que hay que mejorar a nivel de delegaciones?
Las unidades pastorales. Aprender de experiencias de otras diócesis. Adaptar y corregir lo asequible para nuestra
diócesis.

40. Se nos ha confiado una empresa magnifica y
comprometedora de la que el mundo tiene gran
necesidad. Que el Espíritu Santo nos fortalezca y nos
de creatividad y audacia para encontrar los caminos
para llevar a Cristo al hombre y al mundo de hoy.
Espero y deseo que este encuentro sea provechoso y
de el surja una expansión nueva que de un decidido
impulso a la evangelización que se nos ha confiado en
nuestra diócesis.