El teatro del absurdo surgió en las décadas de 1940 a 1960 como reacción contra el teatro realista y para cuestionar la sociedad y al hombre. Se caracteriza por abandonar la lógica y la racionalidad, presentar una realidad grotesca sin división clara entre fantasía y realidad, y tener diálogos sin sentido. Las obras más representativas son Esperando a Godot de Samuel Beckett y La cantante calva de Eugène Ionesco.