Luisa de Marillac Animadora de las Cofradías de la Caridad
Vigilia no amemos de palabras sino con obras
1. 17 DE NOVIEMBRE DÍA DEL FRANCISCANO SEGLAR
VIGILIA DE ORACIÓN
NO AMEMOS DE PALABRAS SINO CON OBRAS.
AMBIENTACIÓN: “LA POBREZA DEL PUEBLO ESTIMULÓ MÁS AÚN LA CARIDAD SANTA ISABEL”
La pobreza del pueblo estimuló más aún la caridad de la princesa Isabel de Hungría. Todo le
parecía poco para remediar a los necesitados: la plata de sus arcas, las alhajas que trajo como
dote y hasta sus propios alimentos y vestidos. En cuanto podía, aprovechando las sombras de la
noche, dejaba el palacio y visitaba una a una las chozas de los vasallos más pobres para llevar a
los enfermos y a los niños, bajo su manto, un cántaro de leche o una hogaza de pan. Y hasta el
propio manto lo entregó un día crudísimo de invierno a una pobre mendiga que temblaba de
frío a la vera del camino, y cuál no sería su asombro que, al tender el armiño sobre la chepa de
la anciana, vio transfigurarse aquélla en la adorable imagen de Jesucristo.
(Colocamos Una Cruz de San Damián y la Regla de la OFS)
CANTO INICIAL.-
ORACIÓN INCIAL.- ORACIÓN PARA APRENDER A AMAR
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien; Cuando esté desanimado, dame
alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día,
también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
Madre Teresa de Calcuta
2. MOMENTO 1 “LA VIDA(nuestra regla)”
CANCIÓN
MONITOR (Palabras del Papa Francisco) :
«Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha». La Iglesia desde siempre ha comprendido la
importancia de esa invocación. Está muy atestiguada ya desde las primeras páginas de los
Hechos de los Apóstoles, donde Pedro pide que se elijan a siete hombres «llenos de espíritu
y de sabiduría» para que se encarguen de la asistencia a los pobres. Este es sin duda uno de
los primeros signos con los que la comunidad cristiana se presentó en la escena del mundo:
el servicio a los más pobres. Esto fue posible porque comprendió que la vida de los
discípulos de Jesús se tenía que manifestar en una fraternidad y solidaridad que
correspondiese a la enseñanza principal del Maestro, que proclamó a los pobres como
bienaventurados y herederos del Reino de los cielos.
Leemos nuestra VIDA (Regla)
1R9, 1-9 (Regla no bulada de San Francisco de Asís): Todos los hermanos
empéñense en seguir la humildad y pobreza de nuestro Señor Jesucristo, y recuerden que
ninguna otra cosa del mundo entero debemos tener, sino que, como dice el Apóstol:
Teniendo alimentos y con qué cubrirnos, estamos contentos con eso (cf. 1 Tim 6,8). Y deben
gozarse cuando conviven con personas de baja condición y despreciadas, con pobres y
débiles y enfermos y leprosos y los mendigos de los caminos. Y cuando sea necesario, vayan
por limosna. Y no se avergüencen, sino más bien recuerden que nuestro Señor Jesucristo, el
Hijo de Dios vivo omnipotente, puso su faz como roca durísima (Is 50,7), y no se avergonzó.
Y fue pobre y huésped y vivió de limosna él y la bienaventurada Virgen y sus discípulos. Y
cuando la gente les ultraje y no quiera darles limosna, den gracias de ello a Dios; porque a
causa de los ultrajes recibirán gran honor ante el tribunal de nuestro Señor Jesucristo. Y
sepan que el ultraje no se imputa a los que lo sufren, sino a los que lo infieren. Y la limosna
es herencia y justicia que se debe a los pobres y que nos adquirió nuestro Señor Jesucristo.
Y los hermanos que trabajan adquiriéndola tendrán una gran recompensa, y hacen que la
ganen y la adquieran los que se la dan; porque todo lo que dejarán los hombres en el mundo
perecerá, pero, de la caridad y de las limosnas que hicieron, tendrán premio del Señor.
Regla de San Clara 6, 10-15: Y así como yo siempre he sido solícita, junto con mis
hermanas, en guardar la santa pobreza que hemos prometido al Señor Dios y al
bienaventurado Francisco, así también las abadesas que me sucedan en el oficio y todas las
hermanas estén obligadas a observarla inviolablemente hasta el fin: a saber, no recibiendo o
teniendo posesión o propiedad por sí mismas ni por interpuesta persona, ni tampoco nada
que pueda razonablemente llamarse propiedad, a no ser aquel tanto de tierra que
necesariamente se requiere para el decoro y el aislamiento del monasterio; y esa tierra no
se cultive sino como huerto para las necesidades de las mismas hermanas.
Regla 11 de la OFS: Cristo, confiado en el Padre, aún apreciando atenta y amorosamente
las realidades creadas, eligió para Sí y para su Madre una vida pobre y humilde; del mismo
modo, los Franciscanos seglares han de buscar en el desapego y en el uso, una justa relación
con los bienes terrenos, simplificando las propias exigencias materiales; sean consientes, en
conformidad con el Evangelio, de ser administradores de los bienes recibidos, en favor de
los hijos de Dios.
Así, en el espíritu de las "Bienaventuranzas", esfuércense en purificar el corazón de toda
tendencia y deseo de posesión y de dominio, como "peregrinos y forasteros" en el camino
hacia la casa del Padre.
SIGNO: ENCENDEMOS UNA VELA POR CADA REALIDAD DE POBREZA QUE
PRESENTEMOS Y LA EXPLICAMOS
3. MOMENTO 2 “LA PALABRA”
CANCIÓN
MONITOR (Palabras del Papa Francisco) :
«Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras». Estas palabras
del apóstol Juan expresan un imperativo que ningún cristiano puede ignorar. La seriedad
con la que el «discípulo amado» ha transmitido hasta nuestros días el mandamiento de
Jesús se hace más intensa debido al contraste que percibe entre las palabras vacías
presentes a menudo en nuestros labios y los hechos concretos con los que tenemos que
enfrentarnos. El amor no admite excusas: el que quiere amar como Jesús amó, ha de hacer
suyo su ejemplo; especialmente cuando se trata de amar a los pobres. Por otro lado, el
modo de amar del Hijo de Dios lo conocemos bien, y Juan lo recuerda con claridad. Se basa
en dos pilares: Dios nos amó primero; y nos amó dando todo, incluso su propia vida.
Un amor así no puede quedar sin respuesta. Aunque se dio de manera unilateral, es decir,
sin pedir nada a cambio, sin embargo inflama de tal manera el corazón que cualquier
persona se siente impulsada a corresponder, a pesar de sus limitaciones y pecados. Y esto
es posible en la medida en que acogemos en nuestro corazón la gracia de Dios, su caridad
misericordiosa, de tal manera que mueva nuestra voluntad e incluso nuestros afectos a
amar a Dios mismo y al prójimo. Así, la misericordia que, por así decirlo, brota del corazón
de la Trinidad puede llegar a mover nuestras vidas y generar compasión y obras de
misericordia en favor de nuestros hermanos y hermanas que se encuentran necesitados.
LEEMOS LA PALABRA
TEXTO BÍBLICO: 1Juan 3, 14-20
"Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los
hermanos. Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un
asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él. En esto hemos
conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar
la vida por los hermanos. Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer
necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? Hijos
míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad. En esto
conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él, en
caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y
conoce todo."
SIGNO: Cada Hermano se comprometerá con alguna o algunas realidades de pobreza (se
puede hacer a nivel personal o comentándolo) Como signo visible de ese compromiso se
besará el Cristo de San Damián.
4. MOMENTO 3 “LA MISIÓN”
CANTO
MONITOR (Palabras del Papa Francisco) :
El Espíritu Santo no ha dejado de exhortarlos a fijar la mirada en lo esencial. Ha suscitado,
en efecto, hombres y mujeres que de muchas maneras han dado su vida en servicio de los
pobres. Cuántas páginas de la historia, en estos dos mil años, han sido escritas por
cristianos que con toda sencillez y humildad, y con el generoso ingenio de la caridad, han
servido a sus hermanos más pobres.
Entre ellos destaca el ejemplo de Francisco de Asís, al que han seguido muchos santos a lo
largo de los siglos. Él no se conformó con abrazar y dar limosna a los leprosos, sino que
decidió ir a Gubbio para estar con ellos. Él mismo vio en ese encuentro el punto de inflexión
de su conversión: «Cuando vivía en el pecado me parecía algo muy amargo ver a los leprosos,
y el mismo Señor me condujo entre ellos, y los traté con misericordia. Y alejándome de ellos,
lo que me parecía amargo se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo» (Test 1-3; FF
110). Este testimonio muestra el poder transformador de la caridad y el estilo de vida de los
cristianos.
SALMO: ESCÚCHANOS, SEÑOR.
Escúchame, Señor. Escúchanos.
Nuestra oración es el grito de los pobres
desamparados,
de los refugiados sin refugio,
de los que han caído en las trampas de la
violencia,
en la espiral de las venganzas,
en las fosas angustiosas de la muerte.
Nuestra oración está tejida
con el clamor de las lágrimas
de quienes viven desamparados,
con la sangre derramada,
con el miedo y la tristeza de los niños,
con el dolor y la angustia de las madres,
con la impotencia de todos.
Te llamamos en el día del peligro,
cuando la muerte cabalga temerosa,
insaciable y no hay nada que frene su marcha
victoriosa.
Llegue hasta ti nuestro clamor,
porque Tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Velas por tus hijos indefensos,
te conmueves por su muerte,
lloras con nosotras
por cada ser humanos que padece.
Pedimos el milagro de la solidaridad,
que sepamos vernos todos como hermanos y
hermanas,
que sepamos comprendernos y querernos.
Pedimos que cambie la mente de los violentos.
Pedimos que nos cambies el corazón,
que sea compasivo y misericordioso, como el
tuyo.
Y pedimos perdón, porque
somos de algún modo
responsables de tanto sufrimiento
por nuestra dejación e indiferencia,
por todos nuestros egoísmos.
Te lo pedimos a ti, Señor,
rico en misericordia con aquellos que te
invocan.
5. SIGNO: Se presentarán al Señor las diferentes actividades que realizaremos este curso, si se
hace esta vigilia conjuntamente con otras Fraternidades locales, cada una presenta sus
actividades.
CANTO.-
MOMENTO 4
DE PEDIR Y DAR GRACIAS (Se hacen libremente)
REZAMOS EN FRATERNIDAD EL PADRENUESTRO
BENDICIÓN Y ENVÍO:
El Señor te bendiga y te guarde;
te muestre su faz y tenga misericordia de ti.
Vuelva a ti su rostro y te conceda la paz.
El Señor te bendiga, hermano …
CANTO FINAL.-
Nota Importante.- Cada Fraternidad elegirá las canciones que sepan y tenga relación con el tema.