Reflexiones junto a la fuente taza, 15 de noviembre 2016
1. REFLEXIONES JUNTO A
LA FUENTE TAZA
¡Siempre a la misma hora!
¡Siempre a la misma hora…! Con ésta o parecidas expresiones,
manifestamos nuestro fastidio cuando a la hora de la comida o de la cena los
telediarios abren con una noticia escabrosa o desagradable; tan
acostumbrados estamos a estos episodios que, “muy gordo” tiene que ser
para que levantemos la cabeza y prestemos atención. Pues bien, hace unos
días tuvo lugar un desgraciado y preocupante suceso: una niña de doce años
ingresa en un hospital, “víctima” de un coma etílico que tuvo un fatal
desenlace. No vamos a entrar en detalles, sobradamente conocidos por todos,
sin embargo, hubo algo en la noticia que me llamó poderosamente la atención:
no era la primera vez que la niña se excedía en el consumo de bebidas
alcohólicas…Lamentablemente, este acontecimiento pronto dejó de ser
actualidad, tapado por otros muchos que los medios de comunicación nos
ofrecen sin solución de continuidad. De cualquier modo, quiero que Vds. y yo,
todos, nos hagamos unas preguntas: ¿cómo pudo suceder algo tan
desdichado? ¿se pudo prever?, y, lo más importante, ¿se pudo evitar?
Es posible que caigamos en la tentación de pensar que lo ocurrido tuvo lugar
en un pueblo de Madrid, cuatro veces más grande que el nuestro, que esto en
los pueblos pequeños no “pasa”, que aquí no hay donde ir, que nos conocemos
todos y que enseguida se sabría…¡Error profundo! Nuestro Centro de Salud, en
más de una ocasión, ha atendido
y atiende a adolescente poceños
que presentan preocupantes
estados de embriaguez que por
fortuna, y hasta ahora, no han
tenido un desenlace tan trágico.
Mi condición de docente, me
lleva a utilizar el ejemplo como
vehículo que me ayuda a hacer
más inteligible mis
explicaciones. En este caso, me
valdré del tren para ver cómo
nos movemos en este “mundo
globalizado”; Vds., los padres, En cualquier lugar, en cualquier momento...
2. viajan en un tren con locomotora de vapor, sus hijos en AVE (tren de alta
velocidad que puede alcanzar los 300km/hora) y nosotros, los abuelos, vamos
andando a 4 ó 5 km./hora, según las posibilidades de cada uno… Que cada
cual saque sus propias conclusiones, pero que nadie se llame a engaño: en
Pozo Alcón, se “celebran” botellones, se accede, con mucha facilidad a otras
sustancias que, mezcladas con alcohol, producen un cóctel explosivo;
quitémonos la venda de los ojos, dejemos de pensar que los problemas existen
cuando nos afectan a nosotros y tratemos de viajar a la misma velocidad que
nuestros hijos y nietos y, si fuera posible, un par de kilómetros por delante, por
lo menos.
Estamos a tiempo de modificar actitudes, como el excesivo proteccionismo y
la permisividad que, en nada contribuyen a prevenir situaciones como la que
nos ocupa. En relación con el proteccionismo, nos preocupan cosas como el
exceso de deberes, en el Colegio e Instituto, y el comportamiento de maestros
y profesores para con nuestros hijos, hasta el punto de que hay padres que
preguntan…”¿cómo se ha portado hoy el Maestro….” Sin darnos cuenta, hemos
perdido el apoyo de los docentes en la Educación, de nuestros niños y
jóvenes y hemos dado lugar a que dediquen bastante de su tiempo, a
conseguir un “cierto nivel de atención”, en el aula, para ejercer su labor. En
cuanto a la permisividad, piensen en esa familia tranquila y confiada, sentada
en el cómodo sofá, mientras los niños trabajan en su confortable habitación,
en compañía de su ordenador con acceso a internet, por supuesto, y su móvil
de última generación; una tecnología que los puede poner en contacto con un
mundo amable, hostil o peligroso, depende de su uso… ¿Nos hemos
preocupado de prepararlos? ¿Sentimos, por lo menos, curiosidad por saber que
hacen con ellos? ¿Nos conformamos simplemente con alardear de lo que
tienen, ante familiares, amigos y conocidos…?
No sería bueno esperar que se produzca otra noticia, como la que tratamos
hoy, para cambiar actitudes, por la sencilla razón de que desconocemos
dónde, cuándo y a quiénes puede afectar.
Pozo Alcón, a mediados de Noviembre de 2016
Francisco Quiñones Martínez