2. La llegada de los 30 trajo consigo la gran depresión de la bolsa. Muchos se quedaron sin trabajo, y los que tenían no ganaban lo suficiente. Con esa situación, estar a la moda pasó a ser un lujo. Nadie tenía dinero para comprar zapatos y ropa nueva, al menos no masivamente. La idea era preservar, el mayor tiempo posible, lo que había en el armario. La industria de la moda debió adaptarse a los tiempos de crisis y crear para un mercado con un poder adquisitivo bajo. Para la mujer se impuso un estilo más femenino y liviano. La flapper quedó atrás. El largo de los vestidos y las faldas cayó hasta los tobillos. El ingreso de la mujer a la fuerza de trabajo obligó a recurrir a la ropa más práctica. El glamour y la transgresión de los 20 ya no tenían cabida en una sociedad que enfrentaba una gran crisis mundial. Las prendas tendían a marcar la cintura y a entallar la figura. El traje de chaqueta era el más usado en las calles.
3. Las telas… Las telas presentaban estampados de flores, en vez de patrogos geométricos, las telas monocromas de colores oscuros también gozaron de éxito. Se empezó a experimentar con materiales nuevos, con telas flexibles o pvc y se extendió el uso de la seda artificial y el rayón
4. La moda del saco sobre los hombros fue un pretexto para mostrar las blusas que se llevan de todas las formas, dentro de las faldas o como faldoncito formando casaca. Los zapatos que se utilizaban para combinar éstos trajes se diferenciaban por tener el taco más alto, la puntera más redondeada y la capellada más subida .
5. peinados Los rizos y el cabello ondulado causan furor durante los treinta. La mujer es, en esta época, extremadamente femenina. Los peinados en esa época eran normalmente moldeados con rulos. También se solían hacer unas ondas con anillas con la raya a un lado. Fue en las Olimpiadas del 36 en Berlín, cuando se pone de moda el peinado en el que el cabello se dobla hacia arriba formando un gran bucle. Eran tiempos en donde el color rubio platino hizo estragos.
6. accesorios Los broches, pendientes y anillos, fueron la alternativa a las joyas preciosas que sólo las clases altas podían permitirse. Los guantes también añadían un toque esencial. La moda dictaba que los sombreros se llevaran ligeramente ladeados, la boina reemplazó al sombrero cloche, y aunque los casquetes también eran populares, el turbante se convirtió en el complemento estrella del momento.