La historia cuenta de una mujer pobre que entró a una cueva donde encontró riquezas pero se olvidó de su hijo, representando cómo las personas a veces se enfocan en lo material en lugar de lo espiritual y las relaciones. El autor advierte que la vida es corta y al morir solo importarán los "tesoros del alma" como el amor, la paz y las relaciones, no la riqueza. Exhorta a las personas a enfocarse en lo principal y a disfrutar la vida.