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A lgo sobre mi madre
(Todo sería demasiado)
GABRIELA ACHER
Algo sobre mi madre
(Todo sería demasiado)
A mi que rida mamá. La que -----
-e ntre tantas otras cosas-----
- me dio la v ida.
Prólogo
El humor e s un se cre to que se comparte .
NEIL SIMÓN
Una de las pre guntas re curre nte s que me hace n cada ve z que participo e n alguna me sa
re donda sobre humor e s: ¿por qué no hay más muje re s humoristas?
Y yo afirmo que de finitivame nte no e s porque las muje re s no te ngamos humor, sino porque
las humoristas se tie ne n que e nfre ntar con un par de dificultade s dife re nte s a las de los
varone s que e lijan e l mismo camino.
Para e mpe z ar, porque yo e stoy conve ncida de que para hace r humor, hay que e star
dispue sta a pre se ntarse ante los de más como una ve rdade ra idiota. Y no todas e stán
dispue stas a hace rlo.
Pe ro ade más -----
-y é ste e s e l pe or e scollo -----
- por los re sultados de una e ncue sta que re aliz ó
Margare t Atwood, una nove lista canadie nse , e ntre un grupo de unive rsitarios.
Ella le s pre guntó prime ro a las muje re s cuále s e ran las circunstancias e n las que se se ntían
ame naz adas por los hombre s, y é stas conte staron que su mayor te mor e ra a la viole ncia
física.
Entonce s le s pre guntó a los varone s qué los hacía se ntirse ame naz ados por las muje re s, y
e llos le conte staron que su mayor te mor e ra... ¡a que se rie ran de e llos!
Digan la ve rdad... si é sa no e s una dificultad... la dificultad... ¿dónde e stá?
De cualquie r mane ra y para compe nsar e stos inconve nie nte s, quie ro de cirle s que yo he
de scubie rto que las muje re s te ne mos otro tipo de ve ntajas con e l humor.
Ya que si no nos sale algo gracioso, sie mpre pode mos fingirlo.
Otra de las pre guntas re curre nte s que apare ce cuando me invitan a las me sas re dondas, y
que yo tambié n me hago, e s: e l humorista... ¿nace o se hace ?
Porque le s confie so que cuando me tocó e ntrar al te atro de mi vida, yo distaba mucho de se r
una profe sional, pe ro e ntré conve ncida de que habían sido mis padre s los que me e ligie ron
para e l pape l de mí misma, porque se die ron cue nta de que yo te nía condicione s.
Hasta que un día me e nte ré de que la macrobiótica, al igual que la mayoría de las disciplinas
orie ntale s, afirmaba que e n re alidad e s uno e l que e lige a los padre s. Todas e llas cre e n e n
la re e ncarnación, y pie nsan que e l alma humana, ante s de nace r, e lige las circunstancias más
ade cuadas para e l de sarrollo de la que se rá su misión e n la vida. Y que e sto incluye la
e le cción de los padre s.
Por lo tanto, y siguie ndo e sta líne a de pe nsamie nto, no pude me nos que pre guntarme ...
¿ve ndría a se r yo la re sponsable de e le gir a mi mamá?
La sola ide a me produjo un ataque de asma se guido de hipe rve ntilación que me duró como
se is me se s, pe ro de spué s siguió rondando mi cabe z a has -
ta que ya no pude apartarla de mi me nte . Y lle gué a e star tan obse sionada, que e mpe cé a
soñar re curre nte me nte con un pe rsonaje bastante biz arro. Él e ra una e spe cie de gurú con
turbante y una larguísima barba blanca, que se llamaba Rabinograd Tagore , y yo e ra una
niñita que lo consultaba como si fue ra e l oráculo de De lfos.
La prime ra ve z que se me apare ció e n un sue ño, le dije :
-----
-Mae stro, hablame de la familia. Y é l me conte stó:
-----
-La familia e s e l re cinto de l amor, la cuna de la humanidad, e l caldo de cultivo donde cre ce
la he rmandad de los pue blos.
-----
-¿La he rmandad?... ¿Y qué me dice s de Caín y Abe l?
Y é l me conte stó:
-----
-Dios nos puso a la familia para que apre ndié ramos a amar aun a los se re s más
de spre ciable s. Entonce s le pre gunté :
-----
-Mae stro, hablame de los padre s.
Y é l me conte stó:
-----
-Los padre s no son los Re ye s Magos. Son los padre s.
Finalme nte me animé y le pre gunté tímidame nte :
-----
-Mae stro... ¿e s cie rto que yo e le gí a mi mamá?
Y é l me conte stó:
-----
-¡Por supue sto!... Un niño ne ce sita a alguie n a quie n te ne rle mie do. Y Dios no podía e star
e n todas parte s, por e so inve ntó a las madre s.
Lue go me e xplicó que todo e sto te nía que ve r co n e l karma.
-----
-El karma -----
-me dijo-----
- e s una e spe cie de de uda
e xte rna pe rsonal, con la que todos ve nimos. Es como un jue go cósmico que se llama: ’’Pague
ahora y disfrute e n la próxima vida, pe ro no se distraiga, porque se acumula más de uda ’’.
-----
-Pe ro Mae stro... ¿tie ne s alguna prue ba de que e xiste la re e ncarnación?
-----
-¡Por supue sto! -----
-afirmó-----
-. Te ngo una uña que se me re e ncarna todos los años!...
¿quie re s ve rla?
Pe ro ante s de que yo pudie ra de cir nograciasmué strase laatuabue la, insospe chadame nte e l
Mae stro sacó una pe taca con whisky que lle vaba de bajo de la toga y se lanz ó a be be r como
un pose so. Yo me que dé pe trificada obse rvándolo, y e ntonce s é l se dirigió a mí con la
mirada pe rdida:
-----
-Pe rdóname , pe ro yo tomo para olvidar.
-----
-¿A un amor contrariado, Mae stro?
-----
-No, a mi familia.
Me desperté gritando, y me tuve que ir a dormir al cuarto de mis padres.
Muchos años después, cuando ya empezaba a escribir mis propios libros y temía no ser tomada en serio como
humorista (valga la paradoja), volví a soñar con mi maestro Rabinograd.
Yo ya era más grandecita en el sueño, y él estaba más joven en esta oportunidad. Pero antes de que yo
pudiera abrir la boca, me espetó como si recién hubiéramos dejado alguna conversación anterior:
------¿No será la insatisfacción la madre de todos los humoristas? ¿Y es por eso que se paran a decir algo,
porque tienen una profunda necesidad de justicia?
------¡Sí, sí, yo la tengo!------asentí agradecida. Entonces él me tomó afectuosamente de la mano mientras me decía:
------Querida, el humor está en tu destino, y tú tienes todos los ingredientes necesarios para ser una humorista:
padres judíos, madre profundamente insatisfecha, autoestima baja, narcisismo alto, culpa, miedo,
contradicciones e inseguridades de toda laya. Con este cóctel molotov, o salías humorista o te suicidabas en el
jardín de infantes.
------¡Dios mío!------me angustié------. ¿Será por eso que Groucho Marx dice que el humor es la forma amable de la
desesperación?
------¡Por supuesto que es por eso!Y no podrás negar que tú has hecho un arte de la desesperación, y de tu
neurosis, tu mayor fuente de inspiración. Por eso te digo que no te preocupes, porque cuando alguien es
capaz de convertir sus miserias en un acto creativo, ya no es sólo un neurótico. Es un artista.
Dicho lo cual, sacó una granada que llevaba debajo de la toga y me la tiró para que la atajara. Yo salté para
esquivarla, con tanta mala suerte que me caí de la cama y me golpeé con la mesa de luz. Pero ese chichón en
la cabeza me la dejó hirviendo de preguntas: entonces...
¿Habré elegido yo a mi mamá para poder cumplir mi destino de ser una humorista?
¿Será que los humoristas nacen como las flores en el hielo, con ese color exagerado, de la lucha por
sobrevivir en un ambiente inadecuado?
¿Será que si hubiera tenido una mirada de aprobación de mi madre, yo hubiera sido abogada?
No me malinterpreten, mi mamá es muy buena, o por lo menos no hay nada tan malo en ella que cambiándola
casi toda no se arregle... pero...
¿Ustedes saben lo que es ser hija de una idishe
mame? Espero sus respuestas por correo electrónico a mi sitio en la red:
www.hijasobrevivientedemadrejudia.com. Abrigate.
Madre 1: : ------i0i!
Madre 2 : ------¡Oioboboioi!
Madre 1 : ------ioi!¡Oi!iOi!
Madre 2 : ------¡Oioioio!
Madre 1: ------¿Viste que está por llover?
Madre 2: ------¿Por qué cambias la conversación? ¿No estábamos hablando de los hijos?
Madres con efectos secundarios
Aparentemente fue Freud el primero en descubrir que la autoestima de una persona dependía en gran parte
de la mirada de aprobación de la madre.
Momento histórico a partir del cual los consultorios de los sicoanalistas se vieron prácticamente inundados de
personas desesperadas que venían arrastrando sus autoestimas por el piso, y que finalmente tenían a quién
echarle la culpa. (Aunque tuvieran que pagar para confesarlo.)
Pero gracias al trabajo mancomunado de varias antropólogas e historiadoras, que han rastreado la
insatisfacción materna hasta sus orígenes primigenios, es posible intuir que en realidad ésta comienza mucho
antes de Freud. Las científicas afirman que esto ha quedado perfectamente demostrado a partir del hallazgo
de unos Manuscritos Apócrifos escritos en arameo, los que sin embargo dejan lugar a algunas dudas, ya que
es prácticamente imposible determinar a qué época pertenecieron. Lo único que se sabe es que fueron
encontrados en el Mar Muerto, cuando todavía estaba en terapia intensiva.
Según estos controvertidos Manuscritos, los primeros indicios de la insatisfacción materna comienzan nada
menos que con Eva. La primera madre judía de la historia.
Dice la leyenda apócrifa que Eva nunca volvió a ser
la misma después de la expulsión del Paraíso, ya que se tuvieron que mudar a los suburbios y ella jamás se
pudo adaptar a semejante cambio de categoría.
Para peor casi enseguida nació su primogénito Caín, y Eva era apenas una madre primeriza, más primeriza
que ninguna porque no tenía siquiera una madre que le diera consejos acerca de la maternidad. Ésa fue la
época en la que surgió el famoso dicho: ’’Desorientada como Eva en el Día de la Madre’’.
Además, la pobre Eva ya prácticamente no tenía contacto con su suegro, después de que éste les cortara el
rostro. Y con Adán no se podía contar, porque aunque él era capaz de desollar vivo a un mamut con sus
dientes, se desmayaba ante un pañal con caca.
Así que el pobrecito Caín, como tantos otros primogénitos, resultó para sus inexpertos padres como una
especie de ensayo.
Parece que un día Eva estaba paseando por los suburbios del Paraíso con su hijito Caín de cinco añitos, y su
otro hijito Abel, un bebé de apenas un año.
Eva traía de la mano a Caincito, que sonreía feliz, y llevaba a Abelito en su cochecito de paseo.
En ese momento, una vecina que pasaba se detuvo frente a Caincito, y el niño le sonrió.
------¡Qué niño más divino! ------comentó la vecina.
------¡Usted porque no vio al hermano! ------le contestó Eva raudamente, mientras hacía a un lado a Caín, y le
mostraba orgullosa al bebé.
La vecina se inclinó entonces sobre el cochecito de Abelito y, encantada con el bebé se puso a hacerle
mohines que él repetía entre risas.
------Prrrrr ------la vecina le hacía el avioncito.
------Prrrr ------repetía el bebé, encantado.
------¡Qué bebé más hermoso! ------comentó la vecina.
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Entonces Caincito, que observaba mudo la escena hasta ese momento, le tiró de la pollera a la vecina para
llamar su atención y también se puso a hacer el avioncito moviendo los deditos sobre su boca.
------¡Prrrrrrr!------hacía Caincito. Pero Eva lo apartó nuevamente hacia atrás, mientras le decía:
------¡Vos no, que no tenes gracia!El resto es historia.
Por eso hoy, gracias al sicoanálisis, ya nadie pone en duda el hecho de que fue la falta de esa mirada de
aprobación de la madre la que dio origen a los diferentes tipos de: neurosis, sicosis, cirrosis, halitosis,
trombosis, mononucleosis, pediculosis, personalidades múltiples y humoristas.
Hasta se han reportado casos de personas desesperadas que se internan por propia voluntad, porque no
pueden parar de oír voces en su cabeza. Voces que los llevan al borde de la locura, voces que los torturan
sin que puedan sacarlas de su mente, pero no necesariamente voces que les ordenan asesinar a otros, o
matarse, sino voces que les dicen: ¡peinate!
Aunque también pueden salir genios.
Bruno Haliqua, en su libro Madres judías de gente célebre, hace un repaso de las vidas de estas mujeres
clave del siglo XX, y nos acerca a la historia de las madres de Woody Alien, Sarah Bernhardt, Marc Chagall,
Albert Einstein, Sigmund Freud, Karl Marx, los hermanos Marx, Amadeo Modigliani y Marcel Proust, entre
otros.
El libro nos revela que si bien muchas de ellas fueron el sostén fundamental para las carreras de sus hijos,
con su mirada de aprobación, su estímulo y su confianza ilimitada, otras tantas fueron profundame nte críticas y
represoras con los suyos, porque no pudieron com-
prenderlos. Pero lo llamativo en estos casos es que eso no detuvo a los hijos, sino que les funcionó como
trampolín para su creatividad, demostrando fehacientemente que tanto el visto bueno como el visto malo de
una madre podrían llegar a despertar al genio que hay en nosotros. (Si es que hay alguno.)
Lástima que ------como ya bien lo dijo el poeta------ la vida es como una caja de ajíes picantes. Uno nunca sabe
cuál le va a hacer arder el trasero.
Volviendo a Eva, es importante reconocerle que hizo escuela, sin saberlo, en el fértil terreno de la
insatisfacción materna. Porque esa característica de las madres judías se continuó transmitiendo en un viaje de
ida, generación tras generación, a través de los tiempos inmemoriales.
Y como prueba, las mismas investigadoras descubrieron una segunda tanda de Manuscritos Apócrifos, los
que también han sido acusados de autenticidad dudosa, porque es virtualmente imposible determinar la época
en que fueron escritos, aunque ellas afirman que datan de los primeros años de la era cristiana, ya que fueron
encontrados en el Mar Rojo cuando recién estaba rosadito.
En ellos se da cuenta de que un buen día estaba la Virgen María conversando con una amiga, cuando ésta le
dijo:
------¡Ay, María, vos sí que tuviste suerte con tu hijo!Y María le contestó:
------¿Yo?... ¡Si yo quería que fuera médico!Por eso hoy, gracias a ese perfeccionamiento ininterrumpido, la
insatisfacción materna ha elevado la capacidad de las madres judías para criticar a los hijos hasta un grado de
refinamiento insuperable.
El escritor Mel Toikin, famoso libretista y excelente humorista de la televisión norteamericana, contaba sus
experiencias acerca de los años en que él escribía los libretos para Sid Caesar, un extraordinario actor
cómico que tenía su propio show en TV.
Cuenta Mel en sus memorias que una noche estaba mirando el show en casa de su madre, y veía con gran
satisfacción que ella disfrutaba mucho cada gag y se reía a carcajadas. Entonces lleno de orgullo, le dijo:
------Mamá, ese libreto lo escribí yo. Y ella, sin sacar la mirada de la tele, y todavía sonriendo, le contestó:
------¡Qué bueno es ese actor!
Años después, Mel escribió una obra teatral para Sid Caesar, que se representó en Broadway con enorme
suceso durante mucho tiempo.
Esta vez en el teatro, nuevamente Mel observó cómo su madre se rió sin parar con cada chiste, durante toda
la representación. Entonces se le acercó y le dijo al oído:
------Mamá, yo escribí este diálogo. Y el comentario de ella fue:
------¡Qué excelentes los actores!
Cuando terminó la representación, Mel y su madre se acercaron a saludar a Sid Caesar en su camarín, como
se acostumbra a hacer en el teatro. Pero al aproximarse a la puerta, vieron que el actor estaba en compañía
de su propia madre, y escucharon sin proponérselo cuando Sid Caesar le preguntaba:
------Mamá... ¿te gustó mi actuación? Y a su madre que le contestaba:
------¡Debes tener muy buenos libretistas!
La siguiente es una conversación entre una madre madura y un hijo adulto ------que forma parte de un
extraordinario show de la televisión americana------, entre el actor y director Mike Nichols y la actriz Elaine
May.
Según palabras del mismo Nichols en su autobiografía, el sketch está inspirado en conversaciones con su
propia madre.
Él (atiende el teléfono): ------¡Hola!
Ella: ------Te habla tu madre.
Él: ------Mamá, justo te estaba por llamar, pero pensé que era la hora de comer. ¿Ya comiste?
Ella: ------Me prometiste que me ibas a llamar ayer, y yo no quise comer hasta que vos me llamaras.
Él: ------Perdóname, mamá, no pude llamarte por el trabajo, pero come algo que te vas a desmayar.
Ella: ------Quise tener la boca desocupada para cuando me llamara mi hijo. Además tuve que ir al médico porque
no me siento bien.
Él: ------¿Estás enferma? ¿Qué te dijo el médico?
Ella: ------Me dijo que soy nerviosa y no puedo tener ningún disgusto. Y yo le dije: ’’Pero doctor, tengo a este
hijo y está muy ocupado’’.
Él: ------Y es verdad que estoy ocupado, mamá, sabes que estamos preparando el diseño de un nuevo cohete.
Ella------¿Y si explota?
Él: ------No va a explotar...
Ella------¿Y si te rebajan el sueldo?
Él: ------No, mamá, no te preocupes por eso... pero ¿qué tenes?
Ella: ------El doctor me dijo que nunca vio algo así, que me van a llevar al hospital a hacer una radiografía de mis
nervios. Soy una madre, ésa es la cosa. Algún día te casarás y tendrás hijos, y la oración de una madre es que
tus hijos te hagan sufrir tanto como vos me hiciste sufrir a mí.
Él: ------Me siento como el orto.
Ella: ------Si yo pudiera creerte eso sería la mujer más feliz del mundo.
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Él: ------Gracias, mamá.
Ella: ------¿No entendés que vas a seguir siendo mi bebé hasta los cien años, que me desespero si no sé de I
vos?
Él (en regresión súbita a su época de bebé): ------GuGudada.
En realidad, si pudiéramos leer el pensamiento de una madre judía, la mirada sobre los hijos podría resumirse
así:
’’Mi hijo es perfecto, pero yo lo puedo mejorar Si no... ¿para qué estoy?’’.
A lgo sobre mi madre
(Todo sería demasiado)
Todavía tengo fresco en mi mente el recuerdo vivido de lo feliz que fui en mi niñez.
Cómo olvidar aquellos largos inviernos nevados, cuando con mis tres hermanas y mi amigo Laurie corríamos
por el parque que unía su casa con la nuestra, con las caras enrojecidas por las bolas de nieve que nos
arrojábamos.
O cuando mi madre nos sentaba a mí y a mis tres hermanas frente a fuego crepitante de la chimenea, (en el
que varias veces quemé mis largos vestidos, tratando de calentarme), mientras ella peinaba con un cepillo
suave nuestras rebeldes melenas.
O cuando nos ayudaba a disfrazarnos para que nosotras representáramos obras de teatro.
O cuando mi hermanita menor tocaba el piano, mientras mamá y yo nos poníamos a bailar la mazorca.
¡Y reíamos y reíamos!¡Ah!¡Qué época maravillosa!
Aunque a veces nos poníamos tristes, cuando mamá se sentaba en su silla mecedora, y nosotras la
rodeábamos mientras ella nos leía las cartas de mi padre que se había ido a luchar a la guerra de secesión, y...
¡esperen un momento!...
Déjenme pensar... no, mi padre nunca fue a la guerra de secesión, y yo nunca tuve una hermanita que tocara
el piano, y... no, perdonen, me equivoqué, ésa no era yo.
33
¡Ésa era Jo de Mujercitas
¡Dios!¡Me debo estar por morir!¡Acabo de ver pasar por mi mente la vida que hubiera querido tener y nunca
tuve!
No sé bien qué me está pasando, me parece que es una mezcla de amnesia y deja vu al mismo tiempo.
Porque tengo la sensación de que ya me olvidé de esto antes.
Bueno, sí, lo admito, a veces se me mezcla la ficción con la realidad, pero como además no recuerdo mucho
de mi pasado, les pido que tomen con pinzas cualquier cosa que yo les diga acerca de él.
Pero quiero que sepan que todo o que van a leer es verdad.
Aunque no haya sucedido.
Dios, ya sé que somos el pueblo elegido. ¿Pero no podrías elegir a alguien más por una vez?
Confieso que yo soy insatisfecha por parte de madre.
Sí, ya sé, ustedes también.
Pero yo lo aprendí desde muy chiquita por ser judía.
Mi mamá, que es una persona muy religiosa, estuvo desde siempre empeñosamente abocada a la tarea de que
yo practicara el judaismo. Y yo le juraba que lo hacía, pero ella no me creía.
------Pero mamá... ¿por qué no me crees?
------Porque si no te quejas de algo, es que no estás practicando.
¡Y ella cómo practicaba!
Recuerdo que una vez, de niña, me saqué un nueve en matemática, y entonces mi mamá me preguntó:
------¿Y quién se sacó el diez?
A los quince años me gané un auto en una rifa y entonces mi mamá me preguntó:
------¿Y quién se ganó el departamento? Ya de grande, me gané el Martín Fierro como actriz de comedia. Y
entonces mi mamá me preguntó:
------¿Y quién se ganó el Oscar?
Pe ro, por e je mplo, si alguie n le pre guntara a mi madre su opinión sobre mí, e stoy se gura de
que e lla le de jaría muy claro que pie nsa que nadie e stá a mi altura. (Yo, me nos que nadie .)
Aunque te ngo que re conoce r que mi mamá ha logrado hace r de la insatisfacción un
ve rdade ro arte .
Y de la pre ocupación una mística.
Pe ro no e s ninguna improvisada, ya que a e lla tambié n le v ie ne de familia. Pare ce que e ntre
mis ance stros hubo una bisabue la que de jove n ganó un concurso de malabaristas judías,
porque fue la única capaz de pre ocuparse por se is cosas al mismo tie mpo.
Mi mamá come nz ó a pre ocuparse por mí e l día e n que nací. Cuan do e staba e n la cuna
e ntraba al cuarto cada die z minutos, para ve r si yo e staba re spirando.
Cuando te nía die z años, e ntraba a mi cuarto para ve r si e staba e studiando.
Cuando te nía die cisie te , e ntraba a mi cuarto para ve r si e staba te nie ndo se xo, sola o
acompañada.
Ella dice que e mpe z ó de jove n, con una pre ocupación para cada e stación de l año.
De spué s para cada me s, y así suce sivame nte hasta alcanz ar la que ja nue stra de cada día.
Mamá pie nsa que nada une tanto a una familia como la que ja compartida, y q ue la
pre ocupación e s tan e se ncial a nue stro bie ne star como un bue n de sayuno.
Por e je mplo, e stá conve ncida de que Discé polo e ra judío, porque dice que si no, no hubie ra
podido sinte tiz ar tan bie n e se se ntimie nto de ’’e l que no llora no mama’’.
Re cue rdo que -----
-cuando yo e ra chica-----
- solíamos ir a come r a un re staurante e n e l que había
un moz o muy amable . Continuame nte se ace rcaba a las me sas y le s pre guntaba a los
come nsale s: ’’¿Está todo bie n?’’. Pe ro
cuando se acercaba a la nuestra, preguntaba con la vista fija en mi madre: ’’¿Hay algo que esté bien?’’.
A veces llegué a pensar que mi mamá no aceptó a Jesús como el Mesías porque a ella le hubiera gustado
cargar la cruz personalmente.
Un día llegué corriendo del colegio y le dije:
------¡Mamá, estoy contenta!
Pero no llegué a contarle por qué, ya que la pobre se pegó el susto más grande de su vida.
Pensó que me había convertido al catolicismo.
Una de mis vecinitas en el barrio de Montevideo en el que pasé mi infancia se llamaba Chanto.
Con ella compartíamos una relación de amor-odio, en la que había épocas en las que no podíamos
despegarnos ni un minuto, y épocas en las que no nos podíamos ni ver. Ella era católica, y tenía una
experiencia bien distinta a la mía, porque su madre jamás la criticaba y además siempre le perdonaba todo lo
que hacía.
Un día que habíamos ido a jugar a su casa, ella, como de costumbre, me pegó.
Pero cuando yo le quise devolver el golpe, entró su mamá y me detuvo la mano, diciéndome que cuando
alguien me pegara, yo tenía que poner la otra mejilla.
Yo me fui de su casa llorando desconsoladamente, y llegué corriendo a la mía, para contarle todo a mi mamá,
aunque con mucho miedo de que me echara la culpa a mí. Contra todo pronóstico, ese día, me consoló.
------La próxima vez que te pegue, vos decile que sos judía, que no tenes otra mejilla. Y pégale vos.
Una de las características de mi madre era que se comportaba como si tuviera línea directa con Dios.
Cuando quería hacerme confesar algo, me decía con tono dramático: ’’A veces Dios me pregunta... ¿en qué
anda tu hija?... Y yo no sé qué decirle’’.
Entonces yo le preguntaba:
------Si Dios existe y es tan bueno... ¿por qué no termina con la miseria del mundo? Y ella me contestaba:
------Porque si hiciera eso, nadie hablaría con él.
Lo que jamás podré olvidar ------ni ella me lo permitiría------ es la clase magistral que me dio acerca de las
diferencias entre los judíos y los católicos.
Ese día mi amiguita Charo había ido a lo de un cura a confesarse, porque quiso pinchar a su hermanito con
una agujita en los ojitos, y el máximo castigo que se le impuso por su pecado fue rezar unos padrenuestros, y
enseguida fue perdonada.
Yo la envidiaba fuertemente porque ella tenía todo lo que yo quería, y además no tenía a mi madre.
Así que le estaba contando este episodio a mi mamá, mientras me quejaba. Para practicar.
------La religión de ellos es mejor que la nuestra.
------¿Por qué decís eso? ------se escandalizó.
------¡Porque si hacen algo que está mal, van al cura, les hace rezar unos padrenuestros y los perdona!
------¿Y...? ------respondió mi madre con tono de superación------. ¡Nosotros hacemos ayuno una vez al año, y se nos
perdonan todos los pecados juntos!... ¡A ver si pueden competir con eso!
------Pero no entiendo por qué nosotros no podemos confesarnos con alguien ------insistí.
Entonces mamá dejó lo que estaba haciendo, se sentó en un sillón conmigo en la falda, y con tono
condescendiente pero orgulloso, pontificó:
------Querida, los judíos no necesitamos a un cura porque tenemos la culpa. La culpa es el confesionario de los
judíos.
------No entiendo.
------¿Qué es lo difícil de entender? ------se impacienta-
ba------. Es muy sencillo. Es como si fuera el confesionario, pero en tu mente, ahí dentro confesas tu culpa y
recibís el perdón. Por eso nosotros no necesitamos intermediarios, porque con la culpa nos castigamos solos.
------¿Pero por qué?
------Porque sabemos sufrir.
------¿Y si yo no tuviera culpa?
------¡Imposible!------se exaltó------, hasta ahora en la larga historia de nuestro pueblo, la culpa no se saltó ninguna
generación. Es la manera que tiene Dios de decirnos:
’’Escucha a tu madre’’.
Dicho lo cual amagó a irse, no sin antes dedicarme una de esas miradas escrutadoras como para hacerme
confesar algo. Pero yo aún tenía dudas y le pregunté:
------¿Entonces nos mandamos solos al infierno?
------No, porque los judíos no tenemos infierno.
------¿Y adonde van los judíos malos? La vi dudar una milésima de segundo, y como un rayo contestó:
------¡A Miami!
Y dio por terminada la conversación.
SICOANÁLISIS
Mi mamá me hizo hacer el primer sicodiagnóstico cuando yo tenía tres años, porque pensaba que era una
niña muy asustadiza, y bastante solitaria.
Lo que ella no entendía era que yo tenía dos amiguitas, sólo que eran imaginarias. Y no era mi culpa si
ninguna de las dos quería jugar conmigo.
Pero yo llegué a ser una niña tan sicoanalizada, que hasta mis muñecas estaban en terapia.
Me cuenta mi hermana que a veces me encontraba llorando desconsoladamente, porque tenía miedo de que
mi padre estuviera viendo a otros niños.
Pero en realidad, el primer analista que yo recuerdo fue uno al que mi mamá me llevó cuando yo tendría
aproximadamente doce años.
El hombre me dio una serie de láminas en blanco y negro, y me dijo que escribiera lo que me parecían. Que
les pusiera un pasado, un presente y un futuro.
Era una suerte de Tilt test, creo.
Yo escribí y escribí y escribí.
Entonces el analista le dijo a mi madre:
------Señora, esta chica no necesita un sicólogo. Necesita un editor.
Según él, yo tenía una imaginación tan frondosa, que debería dedicarme a la literatura. Porque no sólo escribí
una novela de cada lámina, sino que en una que representaba una especie de puerto, un lugar sombrío,
con un sol negro, yo había visto un lugar hermoso en el que me habría gustado vivir.
------¿Ahí te gustaría vivir? ------a mi mamá casi le da un soponcio------. ¿Qué tiene de malo tu casa? Pero él la
tranquilizó.
------Yo en su lugar no me preocuparía, señora, porquesi a lo que ustedes llaman infierno ella lo llama hogar, es
porque su hija es una alquimista que va a poder convertir la piedra en oro.
La palabra oro la puso de buen humor por un momento, y los ojitos le brillaron.
------¿Cualquier piedra?
------Señora, era una metáfora, lo que le quiero decir es que tal vez su hija pueda hacer una alquimia aun mejor,
que es la de convertir algo feo en algo hermoso.
Aunque eso no le pareció tan interesante, mamá siguió escuchándolo atentamente, y parecía que él había
logrado serenarla. Pero en algún momento de su alocución, cometió el error de decirle que en realidad, a la
que le vendría bien una terapia era a ella.
Ése fue el momento en que Freud se dio por vencido y mi mamá dejó de creer en el sicoanálisis.
Pero no pasó mucho tiempo antes de que yo la descubriera sicoanalizándose con los vendedores de la feria.
------Mire, Pocho, yo no me siento bien (así, con acento en la ó), y usted me tiene que rebajar el precio de estos
limones, porque no tengo más energía para seguir discutiendo con usted, no sé qué me pasa pero me canso
mucho y me quedo sin aire, yo pensé que era algo de la presión pero no sé si no será nervioso, ¿a usted qué
le parece? Sí, ya sé, que no me tengo que hacer mala sangre, pero cómo voy a hacer si yo no me siento bien
y usted no me quiere rebajar los limones...
Y el pobre Pocho, agarrándose la cabeza, la interrumpió:
------¡Lléveselos, señora, déme lo que quiera o no me dé nada, se los regalo, pero vayase, por favor!
Por eso, la única vez que me asusté de verdad fue el día en que ella me confesó:
------Hoy no me siento bien, no tengo ganas ni de pedir rebaja.
Como es de público conocimiento, los judíos son gente afecta a las fiestas pantagruélicas.
Y mis padres no constituían la excepción.
Ellos eran habitualmente invitados a cumpleaños, casamientos, fiestas religiosas, etc., y en todas se comía de
primera.
Pero mi mamá no era fácil de conformar. Varias veces la escuché comentar a la vuelta de una fiesta:
------La comida era intragable, y encima... ¡qué porciones diminutas!
Sin embargo, a la mañana siguiente a una de esas fiestas, le pregunté a mi mamá qué tal la había pasado, y ------
como la agarré distraída------ me dijo que bien.
Aunque enseguida se arrepintió.
------Mami... ¿cómo les fue en la fiesta que tuvieron anoche?
------¡Bien!... bueno... ¡Mal!
------¿Por qué?
------Porque nos hicieron comer y comer...
------¿Cómo que los hicieron comer’’? ¿Los ponían en penitencia si no comían?
------No te hagas la graciosa, si nos traían un plato atrás de otro... ¿qué podíamos hacer?... ¡Comimos!
------¿Y era fea la comida?
------No, ¡qué va a ser fea!Eran exquisiteces, caviar, faisán... todo riquísimo.
------¿Entonces?... No entiendo...
------¿Hacía falta tanto?
------¿Y por eso no te gustó?
------¡Eso no es nada!Los mozos circulaban de mesa en mesa durante todo el tiempo con bandejas llenas de
vino blanco, vino tinto, champán francés...
------¡Qué rico!¿Tomaste champán?
------¡No!¡Yo no tomo nada de alcohol!
------¿Por qué?
------¡Porque me hace reír mucho!
------¿Entonces?
------Después vinieron los postres, unas mesas gigantes llenas de Shamalí, mostachudos, mogadós, baclavá,
cadaiff, jaroset, dulce de pétalos de rosa, trabados...
------¡Mamá, se me hace agua la boca!¡No me vas a decir que no comiste!
------¿Estás loca? ¿Cómo no voy a comer? Soy judía, ¡nosotros nos tomamos los postres muy en serio!
------¿Y después?
------¿Podes creer que eran las dos de la mañana y nos seguían trayendo bandejas con dulces, con tortas, con
dátiles, higos de Esmirna, champán y fruta seca?...
------¿Y... cuál era el problema?
------¿Y... qué querían? ¿Que nos quedáramos a dormir?
Ahí descubrí otra de las reglas de oro de mi mamá:
hasta comer tiene un límite, pero para quejarse no hay horario.
MONICA LEWINSKY
Una de las características de mi mamá es que ella cree que todos los judíos son perfectos.
Cuando sucedió el affaire de Monica Lewinsky con Bill Clinton, mi mamá ya estaba grande, pero ello no fue
óbice para que se sintiera la única mujer en la Tierra más desconsolada que Hillary.
------Una chica judía es incapaz de hacer algo así, es imposible, tiene que haber un error ------repetía , quien
quisiera oírla.
Pero a medida que pasaban los días los noticieros no daban descanso, y los chistes que circulaban ponían más
y más nerviosa a mi mamá.
Un mediodía, uno de mis tíos se despachó con este cuento sobre Monica en medio del almuerzo:
’’Monica Lewinsky se murió y trató de colarse en el cielo disfraz ada de monja.
Se puso en una fila con las otras monjas, y esperaron el turno para ser entrevistadas en las Puertas Doradas.
Entonces San Pedro se dirigió a la primera monja de la fila:
------Hermana... ¿has tocado a algún hombre en tu vida?, y de ser así, ¿con qué parte de tu cuerpo lo tocaste?
------Sólo toqué a un hombre una vez ------dijo la monja------, y fue con la punta de mi dedo.
------Bueno ------dijo San Pedro------, entonces moja tu
dedo en la fuente de agua bendita, y continua tu camino al cielo.
San Pedro entonces repitió la rutina con una segunda monja.
------Hermana... ¿has tocado alguna vez a un hombre?, y de ser así, ¿con qué parte de tu cuerpo lo tocaste?
------Yo sólo he tocado a un hombre una vez, y fue con mi mano.
Bueno ------dijo San Pedro------, entonces hundí tu mano en esta fuente de agua bendita, y seguí tu camino al
cielo.
El siguiente era el turno de Mónica, pero antes de que San Pedro pudiera hablar, ella le dijo:
------Mire, por mí se puede olvidar de la rutina del agua bendita, porque después de que una monja puso su
sucio dedo ahí, y la otra puso su sucia mano, de ninguna manera pienso hacerme gárgaras con eso’’.
El resto de la familia festejó el chiste pero yo vi que mi mamá se mostró completamente mortificada y
horrorizada por el cuento, y sin embargo... ¿ustedes creen que se rindió?
Todo lo contrario... ¡le dio letra!
Al día siguiente me llamó por teléfono y me dijo sin anestesia:
------¿Por qué te crees que se hacen chistes diciendo que quiere ser monja? ¡Esa chica es católica!
------¡Mamá, no delires!¡Se llama Lewinsky!
------¡Entonces es adoptada! ------gritó. Y me colgó.
No es ningún secreto el hecho de que todas las mujeres tenemos una imagen distorsionada de nuestro propio
cuerpo.
¡Pero mi mamá tenía una imagen distorsionada del mío!Me debería ver esquelética, porque desde que tengo
uso de razón la recuerdo persiguiéndome con la comida. Y les aseguro que, de todos los temas con los que
una hija de madre judía va a tener que lidiar durante toda su vida, la comida no es el menor.
Mi mamá se recibió en a escuela de comer es salud y alimentar es amor. Aunque debo reconocer que ella era
un verdadero milagro culinario. Se las arreglaba para sacarle todo el sabor a la comida. Pero eso no fue óbice
para que cejara un ápice en su intento de sobrealimentarme.
Yo me hubiera podido morir de aburrimiento, y ella ni se hubiera dado cuenta, pero de hambre no señor. Esa
hubiera sido la peor afrenta.
Tengo todavía en la memoria (y en la cintura) el recuerdo de mi madre durante toda mi infancia,
persiguiéndome con una banana por la playa diciéndome ¡Come algo!’’.
Un día se le acercó un mendigo y le dijo:
------Señora, hace tres días que no como.
------¡Obligate!------le contestó mamá.
Las bananas han sido una institución en mi familia
(se ruega no hacer asociaciones), y ella siempre llevaba bananas en la cartera, en caso de que a mí me atacara
un estado de inanición súbito y muriera desnutrida en el colectivo. La dieta de bananas no me dejó
precisamente más flaca, pero no saben con qué facilidad me trepaba a los árboles.
Tampoco podré olvidar los baldes de Toddy que me obligaba a tomar en la merienda y que yo detestaba. No
así mi amiga Vicky, que era gordita y moría de envidia al ver las meriendas pantagruélicas que me preparaba
mi madre, hasta que un día fue y encaró a la suya:
------¿Por qué la mamá de ella le da Toddy en la merienda y vos a mí no?
Y la cariñosa respuesta de su madre fue:
------¡Vos no necesitas Toddy porque estás gorda como una vaca!
A partir de ahí Vicky se tomó todas las meriendas de mi niñez, a escondidas de nuestras madres. Pero no sé si
hizo un buen negocio, porque la pobre engordó tanto qe cuando quiso ser una luchadora de sumo la
mandaron a adelgazar unos kilos.
En cuanto a mí, teniendo en cuenta que nací en un hogar sefaradí, tuve que asumir ser alimentada con la dieta
étnica de mi herencia cultural.
O sea que en una sola comida ingería más aceite del que usamos para echar a los ingleses.
Lo que significó que la cantidad de colesterol que consumí durante mi infancia me obligó a tener que estar a
dieta durante el resto de mi vida.
Creo que no volví a ver un paquete de manteca desde El último tango en París.
Volviendo a las bananas que nos ocupan, pasaron a ser parte de mi vida, ya que ------junto con el azúcar------
eran para mi madre el remedio para todos los males.
Muchos años después, cuando yo ya vivía en Buenos Aires, hubo falta de bananas en el Uruguay y a mi
mamá le había agarrado el síndrome de abstinencia. Cada vez que hablaba con ella por teléfono, se que jaba
de que en el Uruguay no había bananas. Así que ------en mi siguiente viaje a Montevideo------ quise darle una
satisfacción y le llevé en la valija dos docenas de bananas.
Su agradecido comentario fue:
------¡Ah!... ¿Trajiste bananas?... ¿Para qué? si acá ya hay... ¡Hubieras traído carne!
Pero a pesar de todo quiero quebrar una lanza por mi madre. Porque ella es la única que siempre me ve
flaca.
A la hora de la comida, no hay festival más grande que las fiestas judías. Porque los judíos te nemos varias
conmemoraciones a lo largo del año (no perdemos ocasión de festejar), y todas rondan alrededor de la
comida (no perdemos ocasión de comer).
La primera es Rosh Ashaná, que representa el festejo del fin y principio de un nuevo año. En el calend ario
hebreo ya vamos por el año 5765... ¿pueden creer? Cuando le pregunté a mi mamá por qué año íbamos y me
dijo esa cifra pensé que se había confundido con la del riesgo país. Ese día se acostumbra ir a la sinagoga a
rezar y después... ¡a comer!
Zucot es la fiesta de las cabanas, y es una ocasión para la alegría. Recuerdo que ------cuando yo era chica------ en
la sinagoga se armaban unas cabanas en las que se servían las comidas tradicionales de los sefaradíes, léase
boios, huevos jaminados, jajik y demás exquisiteces orientales. Ese día se iba a la sinagoga a rodear sefarim.
Esto significa que mi papá junto con otros hombres tomaban en sus manos el Sefer Tora (las tablas de la ley) y
daban vueltas alrededor de la sinagoga, para que la gente se acercara y las tocara. Y después... ¡a comer!
Janucá es el festejo de conmemoración del día en que se produjo un milagro ya que el aceite de las lámparas
sólo alcanzaba para un día y les duró una semana. En casa, mi papá nos hacía prender las januquías,
que son ocho ve las de l cande labro, una la prime ra noche , otra la se gunda, y así hasta
comple tar las ocho ve las pre ndidas, mie ntras se re z aba una oración. Y de spué s... ¡a come r!
Purim e s la fe cha e n la que se fe ste ja la libe ración de los judíos gracias a la re ina Esthe r (n o
confundir con Madonna) y la de rrota de Aman.
Los niños se disfraz an, se e lige a alguna jove n como re ina Esthe r, y de spué s... ia come r!
Pe ro e n e ste caso... ¿adivine n qué se come ?... ¡Las ore jas de Aman!
Como ve rán, no hay fe ste jo judío e n e l que no se coma.
Salvo e n Yom Kippur, e l día de l pe rdón, cuando ante s de come r hay que hace r un ayuno de
ve inticuatro horas, para que se te pe rdone n todos tus pe cados gastronómicos de l re sto de l
año.
Yo me pasé toda la infancia pe nsando cuál se ría e l se ntido de l ay uno de Yom Kippur,
porque nunca pude conse guir e star e n bue nos té rminos con é l. Odiaba la sola ide a de no
pode r come r (la sigo odiando) y por más que me lo e xplicaran, me costaba e nte nde r por qué
yo tambié n te nía que hace r e l ayuno.
-----
-¡Porque sos judía! -----
-se burlaba mi amiguita Charo.
-----
-Pe ro yo ya e ra judía ante s de nace r -----
-prote staba yo, aunque nadie me hacía caso.
Algunas ve ce s trataba de conve nce r a mi madre :
-----
-Pe ro mami... ¿no e nte ndé s que no pue do ayunar con e l e stómago vacío?... Ade más... soy
una niña, ¿qué pe cado pue do habe r come tido?
-----
-¡Por si acaso! -----
-conte staba e lla. O se a que no había e scapatoria. Te nía que ayunar.
Cuando te ndría aproximadame nte die z años, lle gó la fe cha de Yom Kippur, y juro que
come ncé e l día
ayunando con la me jor voluntad, pe ro a e so de las cinco de la tarde se ntí que ya no podía
aguantar e l hambre , y me fui un rato a la casa de mi amiga Charo.
Justo e ra la hora de la me rie nda, y su madre e staba e n la cocina pre parándole e l café con
le che , así que nos dio a cada una una taz a hume ante y un plato lle no de sandwiche s de
jamón y que so. Yo traté de re sistirme aunque se ntía que los sandwiche s me llamaban por mi
nombre y e l café con le che te nía e l olor más e mbriagante de l unive rso. Pe ro la culpa e ra tan
fue rte que me e mpe z aron a te mblar las pie rnas, porque no sólo e staba por que brar e l ayuno
de Yom Kippur, lo que e ra pe cado, sino que iba a come r jamón, o se a que iba a come te r un
doble pe cado.
Me puse tan ne rviosa que e mpe cé a alucinar y a imaginarme que si me los comía, iba a te ne r
que re ndir cue ntas ante una autoridad más alta, como Charlton He ston, que bajaría de las
colinas de Hollywood y me borraría de l mapa con su rifle AK-47. O podría lle gar a te ne r e l
mismo de stino que la muje r de Lot, y que dar conve rtida e n una e statua de sus tituto de la sal.
En re alidad, e l de la muje r de Lot e ra e l único castigo bíblico que re cordaba bie n y que
sie mpre me había impre sionado mucho, aunque no me que daba claro si a e lla la habían
conve rtido e n e statua de sal por come r la fruta prohibida, e n e s te caso e l ce rdo prohibido, o
porque e l jamón e s muy salado; la cue stión e s que a pe sar de todo, e l hambre fue más fue rte
que la culpa y que e l mie do a se r conve rtida e n condime nto.
Entonce s se me ocurrió una inoce nte e strate gia:
-----
-Ya sé lo que voy a hace r. Voy a e sconde r e ste plato donde Dios no lo ve a.
Así que me lo lle vé al cuarto de Charo y me lo comí e scondida ade ntro de un rope ro.
De spué s de se me jante atracón aguanté mucho
me jor e l ayuno, y como e n mi casa nadie se dio cue nta, me puse conte nta y le di gracias a
Dios porque no me había de latado.
Y e ntonce s apre ndí que Dios pe rdona, pe ro la culpa sie mpre se cobra su pre cio.
Porque e sa noche vomité jamón, y me pe garon.
Por e so me pare ce que re cié n ahora e stoy e n condicione s de compre nde r e l ayu no e n su
se ntido más profundo. Y e s que ayunar e s una prue ba de fue go para los judíos. Es e l
sacrificio máximo.
Por e so, si somos capace s de pasar un día e nte ro sin come r, se nos pe rdonan todos los otros
pe cados.
Y por último e stá Pe saj, la Pascua judía, que e s la fie sta de la libe rtad. Conme mora la salida
de Egipto -----
-donde los judíos e ran e sclavos-----
- y su de ambular de cuare nta años e n e l
de sie rto e n busca de Pale stina, la tie rra prome tida. Moisé s los guió a travé s de l de sie rto, y
abrió e n dos las aguas de l Mar Rojo para que pasara su pue blo, y lue go las ce rró sobre los
e gipcios, que se ahogaban sin re me dio, ya que sólo sabían nadar de pe rfil.
La noche de Pe saj se hace e l se de r donde se re cue rda cómo e scaparon de la e sclavitud, y
de spué s... ¡a come r!
Dice la le ye nda familiar -----
-no sé si se rá cie rto-----
- que a mi tía Rosita, a la que le gustaba más
come r que vivir, le tuvie ron que inducir e l parto, porque no que ría pe rde rse la comida de
Pe saj.
Pe ro no me e xtrañaría, porque todavía re cue rdo como si fue ra hoy la noc he e n que
e stábamos fe ste jando Pe saj e n mi casa y mi padre , que e staba oficiando, cantaba:
-----
-’’Todo e l que te nga hambre ve nga y coma, todo e l que te nga se d, ve nga y Pascue ... ’’.
58
Y todos los niños de la familia hacíamos e l coro.
En e so vi que mi tía Rosita se le vantaba disimuladame nte de la me sa y salía disparada e n
dire cción al baño, mie ntras se agarraba la panz a e n notoria se ñal de indige stión, de spué s de
habe r comido toda la noche como contratada.
En e se mome nto, mi padre nos pre guntaba a los niños de la casa:
-----
-¿Alguno de uste de s sabe por qué los judíos e stuvie ron caminando cuare nta años e n e l
de sie rto?...
Y yo inge nuame nte conte sté :
-¿Para bajar la comida de Pe saj?
Pe se a los e sfue rz os de mi madre para que yo siguie ra la tradición familiar, las e nse ñanz as
re ligiosas que re cibí e n mi casa sólo funcionaron mie ntras yo e ra una niña. Porque ni bie n
e ntré e n e l se cundario, mi vida e mpe z ó a cambiar radicalme nte , ya que fue la é poca e n que
come ncé a pe nsar y hablar por mí misma.
Re cue rdo que un día, e n clase de historia, e l profe sor nos e staba dando una aburridísima
e xplicación sobre e l viaje de Colón, y que ría hace rnos re fle xionar ace rca de la re volución
que significó e l de scubrimie nto de que la Tie rra no e ra plana sino re donda. Yo e staba
charlando con mis compañe ras sin pre starle la más mínima ate nción, cuando e l profe sor me
hiz o pasar al fre nte y me pre guntó sin ane ste sia:
-----
-Se ñorita Ache r... ¿Nos pue de de cir por qué Cristóbal Colón partió e n busca de las Indias
y se e ncontró con Amé rica?
Y yo le conte sté :
-----
-Eso e s lo que pasa porque los hombre s no se de tie ne n a pre guntar la dire cción.
Me puso un ce ro y me e chó una e spe cie de maldición: ’’¡Su castigo e n e l infie rno va a se r
e star rode ada de amigas y no pode r hablar!’’.
Pe ro é sa tambié n fue la é poca e n que uno de mis compañe ros me hiz o lle gar un libro de
Fe de rico
Nie tz sche , El Anticristo, cuya le ctura significó una e norme re volución e n mi vida.
-----
-¡Ésta e ra la ve rdad que e staba buscando! ¡Dios ha mue rto! ¡Viva Nie tz sche ! -----
-come ntaba
e xaltada a quie n me quisie ra oír-----
-. ¡Basta de e nse ñanz as re ligiosas arcaicas! ¡Al fin y al
cabo, la tradición e s sólo una mane ra de que los mayore s controle n a los jóve ne s!
Hasta que un día mi madre me de scubrió e l librito.
-----
-¿El Anticristo -----
-gritó blandie ndo e l libro fre nte a mis ojos-----
-. ¿Quié n e s e ste anticristo?...
Un judío no pue de se r, los judíos no somos e l anticristo... ¿De dónde sacaste e sto?
-----
-Me lo pre stó un amigo.
-----
-¿Es una historia de te rror?
-----
-No, mamá, e s un e nsayo de un filósofo ale mán, Fe de rico Nie tsche .
La palabra ale mán la de jó e n e stado de shock.
-----
-¿Un filósofo ale mán? -----
-balbuce aba e ntre die nte s, e ntre la furia y la lipotimia-----
-. ¿Para
e so te e ducamos? ¿Para que le as a un filósofo naz i?
-----
-No dramatice s, mamá.
-----
-¿Dramatiz ar? Si que rías matarme , no podías habe r e le gido algo me jor.
-----
-No lo le o para matarte , mamá.
-----
-¿Pe ro por qué te ne s que e le gir a un ale mán? ¿Por qué no le e s a algún bue n filósofo
judío? ¿Por qué no le e s a Einste in, por e je mplo?
-----
-Porque Einste in no e s ningún filósofo, mamá. Entonce s me armé de coraje , me planté
de lante de e lla y le dije :
-----
-Yo no cre o e n Dios.
-----
-¡Callate ! -----
-me tapó la boca con la mano -----
-. ¡Él se de smayaría si te oye ra!
-----
-No me importa, que se de smaye . Si Dios e xiste
tie ne un proble ma de e go... ¿por qué te ne mos que e star adorándolo sie mpre ? Las pe rsonas
se guras no ne ce sitan tanta confirmación.
Mi mamá que dó tan pe trificada con mi re spue sta que no atinó a de cirme nada más que : ¡ya
vas a ve r cuando ve nga tu padre ! Pe ro yo e staba de cidida a re be larme contra los mandatos
familiare s, así que me transformé rápidame nte e n una nihilista como la que más, aunque sin
pe rde r mi romanticismo habitual. Porque e mpe cé a fantase ar con la ide a de que si Nie tz sche
me hubie ra conocido a mí, se gurame nte nos habríamos e namorado, y e ntonce s yo hubie ra
podido torce rle su de stino de locura y de mue rte .
Entonce s me le í todos sus libros, incluso las cartas que e scribió durante toda su vida sus
poe mas y me pasaba horas e n mi cuarto, imaginando su vida de ge nio incompre ndido, de
ade lantado para su é poca, y su figura me pare cía e l colmo de l romanticismo.
Pe ro aunque yo e scondía concie nz udame nte los libros, mi madre siste máticame nte los
e ncontraba y come nz aba la diatriba:
-----
-Si se guís le ye ndo e sas porque rías, te vamos a pone r de monja e n alg ún conve nto judío.
-----
-No e s ninguna porque ría mamá e s lo más inte lige nte que le í e n mi vida.
-----
-Inte lige nte pe ro goy!
-----
-Mamá, vos no e nte ndé s, é l e s un alma afín a mí, yo me sie nto absolutame nte ide ntificada
con é l, y e stoy se gura de que si Nie tz sche me hubie ra conocido, no se habría vue lto loco.
-----
-¡Te hubie ra vue lto loca a vos! -----
-me arrancó e l libro de las manos-----
-. ¡Pe nsá que e stá
mue rto y mira cómo te tie ne !... ¡Enamorada de un fantasma naz i!
De spué s de un tie mpo tuve que re conoce r que mi
mamá te nía raz ón, pe ro e l final de mi romance con Nie tz sche me de jó más nihilista que
ante s. Porque come nz ó una é poca e n la que yo no iba a la sinagoga ni a ningún lado no
cre ía e n nada e n mis re z os pe día por nada, y todas mis ple garias fue ron re spondidas.
Pe ro poco a poco fui pe rdie ndo tambié n mi fe e n e l nihilismo.
De spué s pasé por todas las e tapas posible s. Fui ate a, agnóstica y e volucionista.
Pe ro se r ate a no me dive rtía, porque me de jaba sin fie stas y sin días libre s e n e l trabajo.
Cuando fui agnóstica e ra pe or, porque ni siquie ra sabía si te nía días libre s o no.
Y e l e volucionismo tampoco me re sultó.
Porque me volví mona re z ándole a Darwin, y nunca obtuve una re spue sta de su parte .
De los millone s de pe ligros que -----
-se gún mi madre -----
- ace chaban pe rsonalme nte a sus dos
hijas, e l se xo e ra e l pe or de todos. Nada, ni las e nfe rme dade s, ni los huracane s, ni Hitle r e n
pe rsona, le pare cía más ate rrador.
Te ne r dos hijas muje re s e n casa re pre se ntaba para e lla un pe ligro mayor que te ne r dos
te rroristas suicidas e n e l living. De sde su punto de vista, todos los hombre s e ran e n sí
mismos una ame naz a, ya que contaban con un arma con la que podían arre batarnos nue stro
mayor te soro. ¡Qué paradoja! En e sa é poc a, pe rde r la virginidad e ra la mayor de las
ignominias para una chica.
Ahora la ignominia e s no pe rde rla.
Como e s de imaginar, todos los cuidados le re sultaban pocos a e ste re spe cto y e ntonce s
de cidió que lo único que se podía hace r e ra la vigilancia pe rmane nte , acompañada de una
absoluta ne gación de l te ma.
Por e nde , e n mi casa que dó comple tame nte inte rdicta cualquie r palabra alusiva a la
se xualidad de sus hijas. Por e je mplo, si e n e se mome nto hubie ra e xistido algo como los
Monólogos de la v agina, é stos habrían matado a mi madre .
Aunque e stoy se gura de que si hubie ra te nido un varón, como que ría, no lo habría
circuncidado.
Con e lla e ra más que suficie nte .
Pe ro lle gó un mome nto cuando mi he rmana y yo e stábamos e n ple na adole sce ncia, e n e l que
mamá conside ró que te nía que hablarnos.
Una noche nos llamó a su cuarto, se se ntó fre nte a nosotras con una bolsa de pape l e n la
cabe z a, a la que le había he cho dos aguje ros para los ojos, y con tono muy se rio se puso
firme e n e l discurso:
-----
-Hijas: uste de s sabe n pe rfe ctame nte que yo no cre o e n e l se xo, pe ro que lo hay, lo hay.
Por e so quisie ra e ncontrar las palabras justas para que no le s que de ninguna duda ace rca de
lo que le s voy a de cir.
Entonce s carraspe ó un poco para aclararse la garganta y nos e spe tó sin más:
-----
-i No ha habido se xo e n e sta casa por muchos años, y no lo va a habe r ahora!
Y así come nz ó su le tanía de conse jos:
’’Si te me te s e n la pile ta pode s que dar e mbaraz ada.’’
Mira muy bie n lo que te dan a tomar e n e se cumple años de quince , porque te pue de n pone r
droga e n e l vaso, y te pue de n violar.’’
’’El se xo e s un minuto de place r y die z años de de sgracia. ’’
Yo te nía ganas de de cirle : ’’No, mamá, e so no e s e l se xo e s e l matrimonio ’’, pe ro no me
atre vía.
Muchos años de spué s cuando yo ya e ra adulta de scubrí -----
-no sin e stupor-----
- que e n e l
vide oclub de la e squina de mi casa alquilaban una pe lícula porno judía. Me picó la
curiosidad, así que le pre gunté al e mple ado qué tal e ra, y e l chico me conte stó: ’’¡Lo típico!
Cinco minutos de se xo y una hora de culpa’’.
Unos días más tarde , e n una de mis visitas a Monte vide o, e ncontré a mi mamá más
comunicativa que de costumbre , y me animé a pre guntarle :
-----
-Mamá... ¿por qué nunca me quisiste hablar sobre se xo?
Y e lla me re spondió:
-----
-Que rida, porque yo no sé nada sobre se xo. Sie mpre e stuve casada.
(MATRIMONIO 1
La obse sión de mi madre con e l matrimonio se hiz o pre se nte de sde mi más te mprana e dad.
Un día e staba e n la cocina buscando algo para come r e n la he lade ra, cuando mi madre me
barajó sin ane ste sia:
-----
-¿Cuándo te vas a casar?
-----
-No te ngo ningún inte ré s e n casarme , mamá.
-----
-¿Pe ro por qué ?
-----
-Porque no me inte re sa e l matrimonio.
-----
-¿Vos te cre e s que a mí me inte re saba e l matrimonio cuando me casé con tu padre ?
-----
-Pre fe riría no sabe rlo, mamá.
-----
-¡A nadie le inte re sa e l matrimonio! Una se casa y listo. Si no... ¿qué que ré s se r? ¿Una
solte rona? Las muje re s se tie ne n que casar.
-----
-Yo no.
-----
-¿Por qué no?
-----
-¡Porque no ne ce sito a un marido para que me mante nga!
-----
-¿Y e ntonce s te vamos a te ne r que mante ne r nosotros toda la vida?
-----
-No, porque yo voy a trabajar.
-----
-¿Y qué tie ne de malo que tu marido te mante nga, si los mé dicos ganan mucha plata?
-----
-¿De qué mé dico me e stás hablando?
-----
-¿No te vas a casar con un mé dico, sólo por no darle un gusto a tu madre ?
En e se punto de la conve rsación, yo huí con la inte nción de e nce rrarme e n mi cuarto, pe ro
mi mamá salió disparada de trás de mí, sin la más mínima inte nción de ace ptar un no por
re spue sta.
-----
-¡Mamá, te rminala, por favor! ¿Me pode s de cir cuál e s e l apuro que te ne s por casarme ?
-----
-Que cuando te quie ras acordar, ya va a se r tarde y no te va a lle var nadie .
-----
-¿Y adonde me te ndrían que lle var?
-----
-A la casa de tu marido, e l mé dico.
-----
-¿De qué mé dico me e stás hablando?
-----
-De l hombre con e l que te vas a casar. A e sa altura los ánimos e staban más que c alde ados,
y yo me e nce rré e n e l baño mie ntras le gritaba:
-----
-¡Pe ro mamá, no de svaríe s! Yo no me voy a casar con ningún mé dico. ¿No e nte ndé s que a
mí me gusta e star sola?
Y e lla me gritaba de sde e l otro lado de la pue rta:
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-Ya vas a te ne r tie mpo de e star so la cuando te case s!
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-No insistas, mamá, no quie ro un compromiso para toda la vida.
Y ya e n e l colmo de l de lirio me conte sto:
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-No te e stoy hablando de un compromiso para toda la vida... ¡te e stoy hablando de
matrimonio!
MATRIMONIO 2
Al otro día come nz aba de nue vo la cantine la.
-----
-¿Cuándo te vas a casar?
-----
-¡Dale con la maquinita!... De cime ... ¿por qué te ngo que casarme ?
-----
-¿Cómo por qué ? Porque e s así, e s la le y. ¿Tu padre y yo no nos casamos? Sí, nos
casamos. ¿Alguie n nos pre guntó si que ríamos? No, no s casamos y listo.
-----
-¿Y que rían?
-----
-¡Yo qué sé ! ¡Quié n se acue rda!
-----
-¿Pe ro fue ron fe lice s?
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-¿Y e so qué tie ne que ve r? Si vas a e spe rar a se r fe liz , no te vas a casar nunca.
-----
-Pe ro a mí me importa se r fe liz .
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-¿De dónde saliste vos así, tan frivola? ¿Dónde viste un judío pre ocupado por la fe licidad?
La fe licidad e s un inve nto de los goim. Un judío e s alguie n que sufre de masiado para se r
fe liz .
-----
-¿Pe ro e ntonce s no hay salida?
-----
-Sí, casarse .
-----
-¿Por qué ?
-----
-¿Y si no con quié n te que jas?
MATRIMONIO 3
En la e tapa más álgida de su obse sión con e l matrimonio, mi madre me hiz o pasar algunas de
las ve rgüe nz as más grande s de mi vida. Por e je mplo, cuando mi amiga Charo de cidió tomar
los hábitos, mi mamá se ace rcó a saludarla y le dijo a que marropa de lante de toda la ge nte :
_Te fe licito por casarte con Dios. Mi hija todavía e stá buscando.
A los pocos días, me re cortó e sta página con los siguie nte s avisos clasificados que habían
sido publicados e n los me dios de comunicación judíos.
Estudiante de Tora, 28, uso payot y barba larga. Busco lo mismo e n una muje r.
Se ñorita atractiva, 35, profe sional, busca príncipe e ncantado judío que la saque de la casa de
sus padre s.
Gabai de sinagoga, 36. Yo saco la Tora los sábados por la mañana, me gustaría sacarte a ti los
sábados por la noche . Por favor, e scribe .
Jove n profe sional de 29 busca compañe ra con quie n ir a la sinagoga, e nce nde r las ve las de
shabat, ce le brar las fe stividade s, construir la Zucá juntos, asistir a Bar-Mitz vas. Tu re ligión
no e s importante .
¿Pre ocupada por sue gras e ntrome tidas? ¡Soy hué rfano! Escribe .
Jove n judío atractivo, 38. Nada oculto. Nada de e quipaje . Nada de pe rsonalidad.
¿Ere s la chica con la que hablé e n e l kidush de spué s de los re z os la se mana pasada? Dijiste
que ibas a buscar más jandrayo para las borre cas, pe ro no re gre saste . ¿Cómo pue do
contactarte de nue vo? (Soy e l que se manchó la corbata con los boyos.)
Shoje t, 40, propie tario de e xitosa carnice ría e n e l ce ntro. No cre o que las muje re s de ban se r
tratadas como un pe daz o de carne . Busco muchacha koshe r con fine s matrimoniale s.
Fe minista judía radical. Busco compañe ro que ace pte mi inde pe nde ncia. Aunque
probable me nte no lo hagas; ¡me jor olvídalo!
Hombre de ne gocios judío, 49. Fabricante de ve las de shabat, de Janucá, de havdala, de
yortz e it. Busco no fumadora.
Hombre de 34, muy e xitoso, listo, inde pe ndie nte , autónomo, busca muchacha cuyo padre le
dé e mple o.
Solte ro de 29. Me gusta la música disco e scalar montañas, e squiar, corre r pista y campo.
Te ngo una le ve coje ra.
Prince sa judía de 28 busca hombre de ne gocios triunfador de cualquie r de nominación:
quinie ntos, mil, dos mil, cinco mil.
Abue la de 80, sin bie ne s, busca jove n bue n moz o y viril, me nor de 35. Fine s matrimoniale s.
Pue do soñar ¿¿¿no???
Soy un se nsible jove n príncipe judío a quie n pue de s abrir tu coraz ón y con quie n podrás
compartir tus pe nsamie ntos y se cre tos más profundos. Confía e n mí. Compre nde ré tus
inse guridade s. Abste ne rse gorditas, por favor.
Sin come ntarios.
1970----
-Cásate con un médico judío y millonario.
1980 -Cásate con un judío aunque sea divorciado.
1990 -Cásate con alguien.
2003 -Cásate con algo.
2030 -¡Mamá! No sabes, conocí a un señor muy bueno en el geriatrico, ¡y se
quiere casar!-
-¿Estás loca? ¡Qué te vas a casar ahora!
Cuando e ra chiquita y la mae stra me pre guntaba qué que ría se r cuando fue ra grande , yo
conte staba:
¡bailarina e spañola! (Ya de sde pe que ña quise se r e xtranje ra.)
Más ade lante , lle gué a bailar e spañol durante bastante tie mpo, e n todos los fe stivale s
e scolare s, hasta que no tuve más re me dio que de jar por un tre me ndo de sgarro e n un
músculo. Que no e ra mío.
Pe ro a los die ciocho años, tuve mi prime r amor.
Me e namoré de la te le .
Ni bie n la vi, supe que é se e ra mi lugar.
Fue como una iluminación, como si una voz ade ntro mío me susurrara clarame nte cuál e ra mi
vocación.
Al fin sabía a cie ncia cie rta lo que yo que ría se r.
Yo que ría se r famosa.
Que ría se r tan famosa que los trave ss iban a que re r ve stirse como yo e n de s file s cuando me
murie ra.
Entonce s me puse una minifalda y me pre se nté e n una age ncia de publicidad, de cidida a
conse guir un trabajo de locutora come rcial. En e se mome nto, Pinky e ra mi mode lo, y e star
e n la te le mi único obje tivo.
Si bie n e s cie rto que no te nía ninguna e xpe rie ncia, labia no me faltaba, y e n cuanto e l due ño
de la age ncia me vio las pie rnas, se dio cue nta de que yo e ra un tale nto.
Y así, de un día para otro, e mpe cé a trabajar e n la
te le , como locutora come rcial, promocionando e n vivo dife re nte s artículos.
El prime ro de todos e ra un te rmo al que yo de bía soste ne r e n la mano mie ntras le hablaba a
la cámara ace rca de sus bondade s. Era la prime ra ve z e n mi vida fre nte a una cámara de
te le visión y e staba bastante ne rviosa pe ro lle gué hasta e l final sin babe arme ni nada.
Cuando le pre gunté a mi mamá qué le pare ció mi prime ra inte rve nción e n la te le me dijo:
-----
-El te mblor de la mano con la que soste nías e l te rmo no se te notaba tanto como e l te mblor
que te nías e n e l párpado de re cho, pe ro lo pe or e ra que con todo e se pe lo e n la cara
pare cías una bruja... ¿por qué no te pe inaste un poco?
Incre íble me nte de spué s de e so... ¡yo se guí actuando!
Poco tie mpo de spué s, la fortuna quiso que ’’Te le cataplum’’ -----
-e l programa humorístico más
e xitoso de la te le -----
- e stuvie ra buscando una actriz con mis caracte rísticas.
Yo todavía no e ra actriz , pe ro caracte rísticas me sobraban, y ganas de apre nde r tambié n.
Sin e mbargo tratar de conve nce r a los productore s de Te le cataplum’’ de que me tomaran no
fue tan difícil como conve nce r a mi madre de que me de jara hace rlo.
Porque uno de los re quisitos para e se trabajo e ra que te níamos que viajar a Bue nos Aire s
para grabar e l programa, y yo e ra me nor de e dad, por lo tanto ne ce sitaba e l pe rmiso de mis
padre s.
-----
-Mamá, e stoy de cidida, voy a se r actriz .
-----
-¿Actriz ?... -----
-al principio se rió-----
-. ¿Cuánto tie mpo pode s aguantar sin come r?
-----
-Gracias por e l ánimo, mamá pe ro e s una de cisión tomada.
Ahora, cuando se dio cue nta de que yo hablaba e n se rio, se puso a buscar de ve rdad un
conve nto judío donde pudie ra e nce rrarme . Porque de sde e l día e n que mi amiga Charo
había tomado los hábitos, mamá que dó prácticame nte obse sionada con la ide a de que las
monjas se casaban con Dios.
-----
-Podrías se r monja judía -----
-me de cía-----
-; de spué s de todo, Dios no pue de se r un mal marido.
Sólo cuando e stuvo se gura de que e n e l judaismo no e xistía nada se me jante , y que se
que daba sin argume ntos puso e l grito e n e l cie lo.
-----
-Una hija mía no va a se r actriz .
-----
-Mamá, convé nce te voy a se r actriz y nada podrá impe dirlo.
-----
-¡Se rá sobre mi cadáve r!
Entonce s mi he rmana la e ncaró con las palabras que die ron e n e l blanco:
-----
-No le de s ide as, mamá!
La cue stión e s que con e l tie mpo se re signó a que é sa e ra mi auté ntica vocación y ace ptó
darme e l pe rmiso a re gañadie nte s.
Por e so me puse muy conte nta e l día que me pare ció ve rla sonre ír de lante de mi image n e n
la pantalla.
Hasta que me di cue nta de que la ve rdade ra raz ón por la que sonre ía e ra porque la te le
aume nta cuatro kilos... ¡y no los distribuye !
Pe ro e l he cho e s que de jó de pre ocuparse tanto por mi image n y e mpe z ó a pre ocuparse
porque yo apare cía de masiado poco.
En e se e ntonce s e ra muy probable e ncontrarse a mi madre e n un cole ctivo dicié ndole a la
pobre pe rsona que se le se ntara al lado:
-----
-¿Sabe ? Yo soy la madre de Gabrie la Ache r... ¿uste d vio e l programa de anoche de
’’Te le cataplum’’?
¿Sí?... ¿No le pare ce que a mi hija le te ndrían que habe r dado un pape l más importante ?
Y los cole ctive ros no compre ndían por qué toda la ge nte se atrope llaba para bajar de l
cole ctivo.
Tratar de huir de la mirada de te ctive sca de mi madre me lle vó a vivir a Mé xico, ya que no
ace ptaban muje re s e n la Le gión Extranje ra.
Pe ro una ve z que tomé la de cisión de irme a vivir a otro país, fue para que mi mamá se
conve ncie ra, de una ve z por todas, de que yo te nía la inte nción de triunfar a lo grande .
Y e n e se año que viví e n Mé xico aume nté die z kilos, sólo para de mostrarle que hablaba e n
se rio.
Honrarás a tu madre más que a ti misma. Reíte ahora que ya vas a llorar
mañana. Vos cásate que el amor viene después. No sólo hay que ser decente,
hay que parecerlo. Lo haces para mortificarme. Tengo palpitaciones. Abrígate
que tengo frío. ¡Ya vas a ver cuando tengas tus propios hijos!
Si Dios hubiera creído en la permisividad, nos hubiera dado ’’Las diez
sugerencias’’.
No te divertirás por nada del mundo.
Vicky -----
-mi prime ra amiga para sie mpre -----
- se mudó a mi barrio e l mismo día e n que yo
cumplía cinco años.
Era una gordita muy simpática y vivaz , hija de padre italiano y madre uruguaya, y ape nas
nos conocimos nos caímos e stupe ndame nte . Su madre , Sofía, e ra una corpule nta matrona hija
de italianos, y católica, que me hacía acordar a Anna Mag nani, ya que le gustaba mucho
pase arse e n e naguas.
Apare nte me nte e ra lo más ale jado de una madre judía que uno se pudie ra imaginar, y sin
e mbargo... Vicky y yo pronto nos dimos cue nta de que compartíamos muchas cosas, pe ro
sobre todo una re lación muy pare cida con nue stras re spe ctivas madre s.
Cuando nos contábamos las ané cdotas, solíamos come ntar: ’’¡Tuvimos la misma madre !’’.
Ambas nos se ntíamos sofocadas por vivir e n la Tie rra de la Sobre prote cción y la Crítica,
pe ro como yo de bía practicar e l judaismo y, por lo tanto, que jarme de algo, le propuse que
la me jor mane ra de de fe nde rnos de e sa situación e ra compe tir a ve r cuál de las dos sufría
más. Vicky ace ptó e l de safío de bue na gana, y nue stra re lación se fortale ció con e sa
complicidad.
Aunque nue stros de stinos ge ográficos nos se pararon ya que e lla se fue a vivir a Italia y yo a
Bue nos Aire s, e l paso de l tie mpo no hiz o más que pe rfe ccionar nue stro pasatie mpo favorito:
compe tir por nue stras madre s.
Nue stros e ncue ntros e ran una ve z al año cuando las dos re gre sábamos a Monte vide o para
las fie stas. Y e ra absolutame nte ine vitable que e n algún mome nto de riváramos e n una
conve rsación ace rca de e llas. A ve ce s a Vicky le e ncantaba sorpre nde rme y se apare cía con
ace rtijos de lirante s como é ste :
-----
-¿A que no sabe s cuál e s la dife re ncia e ntre una madre judía y una católica?
_No te ngo la me nor ide a.
-----
-Que la católica tie ne orgasmos re ale s y joyas falsas. Nos re íamos como locas y
que dábamos pre paradas para la compe te ncia.
En e ste caso, come ncé yo.
-----
-¿Sabe s que mi mamá me tomaba la te mpe ratura dos ve ce s por día, aunque yo no lo
ne ce sitara?... ¿qué me decís? hha
-----
-No me que rrás impre sionar con e so -----
-saltaba e lla-----
- a mí la mía me dio tanto calcio cuando
e ra chica que no se me caye ron los die nte s de le che Me los tuvie ron que arrancar más
tarde , porque no de jaban e spacio para los de finitivos.
¡Gran cosa! -continué -. ¿Vos te acordas de que mi mamá nos hacía la ropa a mí y a mi
he rmana?
-----
-Sí ¿y te vas a que jar de e so?
-----
-¡Sí porque nos hacía lo s ve stidos e norme s para que nos duraran muchos años! ¡Y nosotras
sie mpre lucíamos como si las finaditas hubie se n sido más grande s!
-----
-¡Eso no e s nada! -----
-arre me tió Vicky-----
-: mi mama e ra la pe rsona más obse siva que podía
e xistir con e l te ma de la duración de las cosas. Un día un ladrón le robó e l bolso y e lla no se
lo olvidó nunca. Se paso los die z años siguie nte s afe rrada a la corre a y dicie ndo: Es como
cuando te cortan un braz o, de spué s de que se fue , lo se guís sintie ndo ’’.
-----
-No me pare ce tan te rrible , pe rdó name -----
-yo no aflojaba-----
-, pe ro por lo me nos vos tuviste
más libe rtade s que yo.
-----
-¿Qué de cís?
- -----
-Acordate que mi mamá no me de jaba hace r nada. ;Por e je mplo, nunca me de jaban ir de
campame nto.
- -----
-¿Sí?... ¡A mí me obligaban!
-----
-Bue no, por lo me nos hacías algo. No lo habrás pasado tan mal.
-----
-¡Callate , no sabe s cómo sufrí e n e se campame nto! Un día e stábamos todos corrie ndo con
mis compañe ros, y yo no vi un alambre que e staba colgado atrave sando e l campo, y me lo
lle vé por de lante a la altura de l ojo. Me mandaron de vue lta para mi casa con un ojo e n
compota, y ade más tuve que soportar las burlas de todos mis compañe ros. ¡Gracias a la
ve rgüe nz a que pasé , nunca más e n mi vida pude ir al campo, ni hace r un de porte !
-----
-¡¡No mie ntas!! Vos no hiciste más de porte porque te gusta más come r que corre r.
-----
-Y... sí... ¿a vos no?
-----
-¡Ahora sí, pe ro de chica no!... ¿No te acordas cómo me gustaba corre r a mí?
-----
-Sí, e s ve rdad, y corrías bastante rápido.
-----
-Bue no... ¿Te imaginas lo rápido que hubie ra podido corre r si mi mamá me hubie ra soltado
la mano?
-----
-¡Cie rto! -----
-admitió Vicky-----
-, e n e sa é poca no te de jaba ni a sol ni a sombra.
-----
-¡Nunca me de jó ni a sol ni a sombra, Vicky, re conóce lo! Me cue nta mi he rmana que
cuando yo e ra muy chiquita, ape nas e mpe z aba a llorar mi mamá ya e staba e n mi cuarto.
-----
-¿Sí?... -----
-dijo con aire de triunfo-----
-. ¡Mi mamá e ntraba a mi cuarto aunque llorara otro
ne ne !
A me dida que íbamos subie ndo la apue sta las e xage racione s roz aban lo ridículo, pe ro e so
no hacía otra cosa que e nfe rvoriz arnos más, y al final nos re íamos de tal mane ra que casi no
podíamos hablar.
Hice un e sfue rz o por re cupe rar e l alie nto, y continué :
-----
-Pe rdóname , pe ro te ngo que de cirte que sigue sie ndo mucho pe or lo que hacía la mía... ¿o
no te acordás de que cuando íbamos al cole gio, mi mamá no me de jaba juntar con los varone s
hasta que no le s tomaba las hue llas digitale s?
-----
-¡Y lo bie n que hacía! -----
-saltó Vicky-----
- ojalá nosotras lo hubié ramos apre ndido, nos
hubié ramos ahorrado un par de disgustos.
-----
-Y un par de maridos -----
-agre gué .
-----
-¿Pe ro qué me de cís de la mía? -----
-iba subie ndo e l tono-----
-. ¿Que se vino conmigo al viaje
de e gre sados? ¿Vos te imaginas lo que e s te ne r a tu madre e n la foto de finaliz ación de
cursos? A ve ce s me de spie rto e n mitad de la noche , y pue do oír las carcajadas de mis
compañe ros que todavía se de be n e star rie ndo de mí. Mi é poca de e studiante fue un
infie rno.
-----
-No se ría para tanto.
-----
-¡Sí, e ra! -----
-se e nojaba-----
-. El único que me compre ndía e ra mi he rmano Le onardo porque
e l pobre sufría a mi mamá tanto como yo. ¿No te acordás de lo que le hiz o a mi he rmano ?
-----
-No, de lo único que me acue rdo e s que sie mpre dijiste que e ra e l pre fe rido de tu mamá.
-----
-¡Y e s cie rto! Nunca lo criticaba pe ro lo sobre prote gía más que a mí. Si é l ya e ra un
pe riodista profe sional he cho y de re cho, cuando le tocó ir a cubrir e n Israe l l a Gue rra de los
Se is Días y mi madre quiso ir con é l.
-----
-¿A la gue rra? -----
-yo no podía cre e r-----
-. ¡Vicky, no
inventes!Si hago un esfuerzo sobrehumano te compro lo del viaje de egresados, pero lo de la guerra es
demasiado.
------¡Te juro!------se besaba el dedito cruzado------, pasaban los días y mi mamá insistía en acompañarlo. ’’¡Pero
mamá, está la guerra!’’------le decía, el pobre------. ’’¿Qué te importa? ¡Estás conmigo!’’------le contestaba mamá.
------Mira, esa anécdota de tu hermano es mundial, no lo niego, pero me parece que te mato e l punto con la
próxima.
------¿Ah, sí? ¿A ver?
------¿Sabes que el día en que yo nací, mi mamá no permitió que me cortaran el cordón umbilical?
------¿A ver con qué verso me vas a salir ahora?
------¡Te juro!Me contó mi hermana que armó un alboroto bárbaro en el sanatorio, porque estaba empeñada en
que no me lo cortaran por nada del mundo. Ella estaba convencida de que así nunca me perdería.
------¿Y qué? ¿Me vas a decir que no te lo cortaron?
------Por supuesto que me lo cortaron igual, pero ella no se inmutó, se lo guardó y... ¿querés creer que logró
salirse con la suya?
------¿Por qué?
------Porque ahora, cada vez que lo toca, yo la llamo por teléfono.
Señorita Acher: la comunicación que pidió con Montevideo.
------Hola, mamá... ¿Cómo estás?
------Estoy muy mortificada.
------¿Por qué? ¿Qué pasa?
------Porque tu hermana me contó las cosas que decís de mí en tu show, vos siempre la misma, ¿eh?
------Pero mamá, qué poco sentido del humor... ¡es en broma!
------¡Qué linda broma de hacer!¡Por qué no aprenderás de tu hermana, que no se ríe de nada!
------¡Pero no sabes cómo lo festeja la gente!
------¡A mí qué me importa la gente!No hay justificativo para criticar a una madre. ¡No sos digna de usar nuestro
apellido!
------No te preocupes, si querés me cambio el apellido.
------¡Lo único que te faltaba!Negar a tus padres. Mientras sigas con esa idea, por aquí no aparezcas.
------Igual yo ahora no puedo viajar a Montevideo, porque no tengo tiempo.
------Claro, para estar con tus amigotes tenes tiempo, pero no para ver a tu madre... total, yo no te importo...
¡Gracias a Dios que la tengo a tu hermana!
------Pero mami, cómo no me vas a importar... si yo quiero ser famosa para darte una satisfacción.
------Famosa es Graciela Borges que además es una señora y nunca habla mal de la madre.
------Bueno, mamá, pero me estoy dando muchos gustos con el dine ro que gano...
------Claro, como siempre, patínatelo todo ahora, y cuando se te pase el cuarto de hora te vas a quedar con una
mano atrás y otra adelante.
------Pero mamá, un año más así y puedo pasar al frente.
------¿Y si va mal?
------¡Pero no te digo que me va bárbaro, si hasta
había pensado en darte un porcentaje de la recaudación!
------No se lo digas a tu hermana, pero siempre fuiste mi hija preferida.
------Bueno, mami, te dejo porque ya tengo que actuar.
------Abrigate, nena, ¿eh?
¡PEINATE!
Dado que yo me mudé a Bue nos Aire s sie ndo muy jove n, gran parte de mi re lación con mi
madre se de sarrolló por te lé fono, o e ntre un viaje y otro a Monte vide o.
Como e ra de e spe rarse , mis viaje s le die ron a mi mamá un nue vo motivo de pre ocupación,
que e n un punto sie mpre me hace ac ordar a la historia de El Principito... ¿re cue rdan? ¿Que
se había he cho amigo de un z orro, y é ste le de cía que que ría sabe r a qué hora iba a volve r,
porque si sabía que iba a ve nir a las cuatro, é l e mpe z aba a se r fe liz de sde las tre s?
Bue no, a mi mamá le pasa algo pare cido: e lla quie re sabe r a qué hora me voy, así e mpie z a a
pre ocuparse una se mana ante s.
Pe ro hay que admitir que e s una campe ona de l slalom e n una conve rsación y no he
conocido a nadie con tanta habilidad para salir disparada e n otra dire cció n, cuando é sta
lle va un rumbo que no le inte re sa tomar.
El siguie nte diálogo pe rte ne ce a uno de los tantos mome ntos ante riore s a alguno de mis
viaje s de vue lta a Bue nos Aire s.
-----
-¡Mami, me voy!... En una hora sale mi avión.
-----
-¿Una hora? ¿Y todavía e stás acá? Lo hace s para mortificarme .
-----
-No, mami, te ngo tie mpo, qué date tranquila.
-----
-Me pongo muy ne rviosa cuando te ne s que viajar. ¡Ahora no sé qué voy a hace r hasta que
lle gue s y me llame s!
-----
-No tie ne se ntido que te que de s e spe rando mi llamado. ¿Por qué no vas a lo de tu ve cina,
Ange lita?
-----
-¿Para qué ? Ella de be e star con su marido, y a mí no me gusta mole star.
-----
-Pe ro mamá, no te e ntie ndo... ¿Por qué pe nsás que visitar a alguie n e s ir a mole star?
-----
-¿Por qué no te pe inas un poco?... ¡¿Cómo vas a viajar con e se pe lo?!
-----
-Sí, mamá, ahora e n e l taxi me voy a pe inar... Pe ro no tie ne se ntido que te que de s ne rviosa
e spe rando mi llamado. Y si no te ne s ganas de ir... ¿por qué no la llamas a Ange lita para que
te ve nga a visitar a vos?
-----
-¡Porque no te ngo nada para se rvirle !... ¿Qué le voy a dar?
-----
-Bue no, no sé , lo que tome s vos... un té , unas galle titas dulce s...
-----
-No, galle titas no come porque e s diabé tica, e l té le da acide z ...
-----
-Bue no, compramos algo que le guste ...
-----
-¿Para qué ?... Si e lla nunca me vie ne a ve r...
-----
-¿Pe ro vos la invitas?
-----
-¡No!
-----
-¿Y e ntonce s por qué te va a ve nir a ve r?
-----
- O córtate lo, pe ro ya no te pue do ve r con e se fle quillo largo!
-----
-¡No me cambie s la conve rsación!... ¿Por qué no la llamas a tu amiga Elvira, que e s la única
amiga que vive ce rca?
-----
-No, la pobre Elvira e stá a la mise ria, no tie ne un pe so, ¡qué va a ve nir!
-----
-Pe ro si vie ne pue de n jugar a la canasta.
-----
-¡Para qué !... Si yo nunca gano nada.
-----
-¿Pe ro jugás?
-----
-¡No!
-----
-¿Y e ntonce s cómo pre te nde s ganar?
-----
-¡No sé cómo te animas a viajar así tan de spe inada!
-----
-Bue no, mamá, lo sie nto pe ro se me hace tarde me voy, te llamo cuando lle go.
-----
-¿Ya te vas?... -----
-me dice mie ntras sale disparada para ade ntro -----
-. Espe ra un mome nto...
-----
-Mamá... ¿adonde vas ahora?
Y la ve o volve r con un ce pillo e n la mano.
-----
-¡Pe inate ante s de subir al avión!
La siguie nte e tapa e n la e volución de la obse sión de mi madre come nz ó un Día de la Madre ,
pre cisame nte , cuando yo fui a darle un be so y e ntre garle su re galo.
Quie ro que que de claro que hace rle un re galo a mi madre e ra algo que yo me tomaba muy
e n se rio.
Sabía que a e lla no le iba a gustar, pe ro e so no e ra e xcusa para que yo no me volvie ra loca
buscando e l me jor re galo posible . Y doy gracias a que e n e se mome nto no e xistía algo como
’’un ce rtificado de re galo ’’ porque e so hubie ra matado a mi madre , ya que la hubie ra privado
de l place r de criticarlo, de no usarlo, o de ve ndé rse lo a alguie n que no fue ra de la familia.
Así que , una ve z más, le compré algo que no le iba a gustar, y se lo di e spe rando su
re acción de sie mpre , aunque e sta ve z me sorpre ndió con algo pe or.
-----
-¡Fe liz Día de la Madre , mami!
-----
-¡Qué lástima que yo no te pue da de cir lo mismo!
1970
Cásate con un médico judío y millonario, que quiero tener un nieto judío y
millonario.
1975
Cásate con un judío aunque sea divorciado, y dame un nieto o aunque sea una
nieta.
1980
Cásate con algo. Sos capaz de no casarte con nadie sólo para no darme nunca
un nieto.
1983
¿Me voy a morir sin que me des un nieto?
1984
----
-¡Mamá, estoy embarazada!
----
-¡Tene cuidado que ya sos grande!
------Una madre que no humilla a sus hijas más que madre es una tía ------me dice Vicky muerta de risa, mientras
saborea un baclavá y se chorrea de almíbar.
------¡Mmmm!------respondo mientras mastico mi bocado de colesterol chorreante ------, ¿hoy vamos a hablar de
humillaciones maternas?
------¿Por qué no? ------me desafía------. ¿Acaso no tenes material para competir?
------¿Pero con quién te crees que estás hablando? ------me indigné------; tengo un ropero lleno de humillaciones...
¿con qué letra del alfabeto querés que empiece?
------Por la que quieras.
------Bueno... voy a empezar con algo sencillo... ¿Qué tal ésta? Cuando le conté a mi mamá que yo había tomado
la decisión irrevocable de dedicarme a la actuación, su estimulante recomendación fue: ’’Primero termina la
carrera, así vas a tener algo con qué defenderte cuando fracases como actriz ’’.
------No da para quejarse, porque muy visionaria no fue.
------¡Por suerte!¡Mira si encima de todo hubiera tenido razón!
------¿Querés escuchar alguna de las que yo pasé con la mía?
------Si no hay más remedio...
------Cuando se acercaba mi cumpleaños de quince,
mi mamá me preguntó qué quería de regalo, y yo le dije que no quería regalos, sino una gran fiesta, para
invitar a todos mis compañeros del secundario... ¿sabes qué me contestó?...
------No.
------¿Vendrán?
------¡No te creo!
------Después me mandaba al analista para averiguar si yo era gorda porque tenía la autoestima baja, o si tenía la
autoestima baja porque era gorda ------dijo Vicky muerta de risa, mientras deglutía el cuarto baclavá------. ¡Y las
dos cosas eran por ella!
------Bueno, a vos tampoco te fue mal, porque en tu cumpleaños de quince conociste al que años más tarde sería
tu marido.
------Sí, pero no me casé hasta muchos años después, y mientras tanto se guí a merced de mi madre.
------Pero reconoce que mi mamá era tremenda. Acordate si no de los escándalos que me armaba durante toda
la adolescencia, cada vez que me leía el diario íntimo.
------¡Vos también!¡Llevar un diario íntimo!¡Siempre fuiste una romántica incurable!¿Y de qué escribías a los
quince?
------¡De boludeces!... ¿De qué se puede hablar a esa edad? De que estaba enamorada de Juan, pero también
me gustaba Pedro, aunque estaba metejoneada con jorge, pero... nada... eso. Cosas de la edad. Sin embargo,
para mi mamá era el fin del mundo.
------Es que hay que ser boluda para dejar el diario íntimo a la mano...
------¿Qué a la mano? ------la interrumpí------. Estaba más escondido que las armas de destrucción masiva en Irak,
98
pero ella me revisaba todo. Vos te olvidaste de lo que era mi mamá. Ella se hubiera disfrazado de hisopo para
revisar mi cerebro.
------No hubiera encontrado gran cosa ------murmuró la guacha.
------¡Qué graciosa la gorda! ------le contesté en venganza.
------No, che, con los defectos físicos no se juega ------dijo muerta de risa mientras con una mano me daba una
palmada y con la otra arremetía sobre el quinto baclavá.
------Escucha esto, y te desafío a superarlo: ¿Te acordás de Ricardo, aquel morocho de ojos verdes con el que
salí durante un tiempo?
------¿Cuál? ¿Uno muy delgadito que trabajaba en un banco?
------¡Ése!Que era bastante mayor que yo, y a mi mamá no le gustaba nada.
------Pero vos estabas loca por él, si hasta en algún momento hablabas de casarte.
------¡Vos estás en pedo!... ------saltó Vicky indignada------, ¡yo nunca me hubiera casado con un tipo con los muslos
más delgados que los míos!
------Está bien, no te alteres, me acuerdo perfectamente del tipo, que Sofía lo odiaba y se encargó de decirle a
todo el mundo que él estaba muy por debajo de su hija.
------Y de muchos otros...
------¿Qué pasó con él?
------Bueno... ¿qué crees que hizo mi mamá para apartarlo de mí? ------Vicky hizo una pausa dramática y tomó un
sorbo de té mientras me miraba fijo------. Te apuesto lo que quieras que nunca lo vas a adivinar.
------¿Le pegó una paliza?
------¡Peor!
------¿Peor que una paliza?... ¡me rindo!
99
------¡Le ofreció cien dólares para que me dejara!
------¡Cien dólares!------largué una carcajada------. ¡No te cotizó muy alto!... ¿Y él agarró?
------¡No seas guacha!------gritó ella muerta de risa------. Por suerte él no aceptó, aunque después de conocerlo
bien, yo misma le hubiera dado los cien dólares para que se fuera.
Ese día nos reímos tanto que se nos pasó volando, pero cuando me estaba por despedir de Vicky, apareció su
prima Gloria de visita. La pobre venía tan cargada que las dos nos sentamos a escucharla contar la historia de
su vida. Decía:
------Cuando yo era niña, y le preguntaba a mi madre... ’’¿me querés?’’... ella contestaba: ’’Te quiero cuando
estás durmiendo’’. Cuando fui adolescente le preguntaba... ’’¿mamá... soy fea?’’... y ella me contestaba...
’’cuando tengas dieciocho, te operamos la nariz’’. Cada día, cuando yo salía para la facultad, me decía:
’’No sé por qué estamos gastando tanta plata en vos, que no lo mereces’’. Un Día de la Madre, yo estaba tan
enojada con ella que no compré nada para regalarle. Cuando me preguntó: ’’¿Dónde está mi regalo?’’, yo le
dije: ’’¡Tu regalo es que todavía tengo una sola personalidad, y no está planeando matarte, mamá!’’.
Cuando me despedí de ellas, me quedé pensando en que la humillación a los hijos parece formar parte
indivisible de la insatisfacción materna.
Cuentan que Picasso ya era un artista de mucho renombre, y hacía años que vivía en París, donde sus obras
se vendían a precios exorbitantes, cuando su madre que vivía en España lo llamó para decirle:
------Hijo, ahora que estás por venir para las Fiestas, quiero pedirte que me traigas algo.
------Sí, mamá, lo que quieras.
------Mi vecina Clarita me hizo el favor de ayudarme a poner las cortinas del living. Estuvo tan amable... ¿Por
qué no te traes unas pinturitas para regalarle?
Recuerdo con qué apasionamiento le reclamé una vez a mi madre la envidia que me provocaba mi amiga
Charo porque su mamá siempre encontraba bien todo lo que su hija hacía y aun en el caso de que algo le
pareciera mal, nunca se lo iba a decir delante de gente para no humillarla.
Pero mi madre me dijo muy seria:
------¡Ella tendría que envidiarte a vos!
------¿Por qué?
------Porque una madre que no humilla a su hija es porque no la quiere. Así que no te preocupes, que mientras
yo esté viva, a vos nunca te va a faltar una humillación.
------Gracias, mamá, ahora sí que me quedo mucho más tranquila.
Sofía, la Biblia y el Dulcolax
Mi amiga Vicky se casó muy joven y desde entonces vive en Italia, así que su relación con su madre también
se desarrolló mayormente por teléfono.
Su mamá, Sofía, nunca quiso moverse de Montevideo, y cuando se quedó viuda, ya mayor, sus hijos
decidieron que se fuera a vivir con una hermana de ella también viuda, y se encargaron de que tuvieran dos
empleadas que las cuidaran.
Pero como la competencia entre Vicky y yo no disminuye con el tiempo, sino todo lo contrario, cuando supo
que estaba escribiendo este libro, me mandó por mail estas imperdibles conversaciones telefónicas que
sostuvo con su madre.
------Hola, mamá... ¿cómo estás?
------Acá, con dolor de barriga porque anoche tomé laxante. Hoy me levanté con vómitos y dolor de barriga,
pero igual me comí la lasaña, porque después me
tomo una pastilla que se dejó la empleada, y chau, la lasaña me hace mal pero yo no la voy a dejar de comer si
no se me pasa me tomo una buscapina.
------¿Seguís con tus problemas en el intestino?
------Sí.
------¿Y qué dijo el médico?
------Ese médico está loco, me mandó un montón de remedios, pero yo no los puedo tomar.
------No empieces, mamá!¿Cómo te vas a mejorar si no haces lo que te dice el médico?
------Es que me mandó una dieta horrible. Me dijo que tengo que tomar dos litros de agua por día, y me sacó la
sal, pero yo no puedo comer sin sal, así que no le hice caso.
------Tiene razón, porque la sal te fija los líquidos.
------Mejor, así no tengo que tomar tanta agua.
------¿Y entonces qué estás tomando?
------Estoy tomando un remedio que me dio la vecina.
------¡Pero... ¿será posible?!¿Y qué es?
------No sé, pero ella va bien de cuerpo.
------¡Pero qué tendrá que ver!¿Qué tomaste?
------Creo que son tres cucharadas de vaselina líquida, con dos cucharadas de laxante.
------¡Pero es eso lo que te da dolor de barriga!
------Ya sé, pero si no no muevo el vientre.
------Mamá no podes hacer lo que se te antoja con tu intestino, ¿no te das cuenta de que te podes empeorar con
lo que haces?
------Bueno, no te preocupes, pero vos cuídate en las comidas, acordate de lo que decía la tía Carmela.
------¿Qué decía?
------Que en tu casa nunca falten la Biblia y el Dulcolax,
porque las dos peores cosas que pueden entrar en un hogar son el ateísmo y el estreñimiento.
------¿Hola?
------¡Hola!... ------dice Vicky------. ¿Tía Angelina?
------Sí, Victoria... ¿cómo estás?... ¿Querés hablar con tu mamá?
------Sí, por favor, tía, que la llamo de larga distancia. Entonces oye que la tía le grita a la empleada:
------¡Domitila, llévale el teléfono a Sofía, que la llama la hija!
Pasados unos minutos, atiende la mamá de Vicky.
------¡Hola!
------¡Hola, mamá!... Soy yo, Vicky... ¿cómo estás?
------Y acá estoy, sola.
------¿Cómo sola, si me atendió la tía Angelina y la llamó a la empleada para que te lleve el teléfono?
------No, pero la muchacha ahora se va.
------¿Y por qué se va?... ¿no se tiene que quedar?
------¡No te oigo!
------¡¡¡Si no se tiene que quedar!!!
------No, se va porque se le acaba el turno y después viene la otra.
------¿Y por qué decís que estás sola, si está la tía, la empleada, y después viene la otra empleada?
------Porque Angelina está en su cuarto, y a esta estúpida de Domitila hoy le toca estar con ella.
------No entiendo ------dice Vicky------. ¿Por qué con ella, no está para atenderlas a las dos?
------Sí, pero un día está con una en su cuarto y el otro día está con la otra.
------¿Y por qué no están todas juntas?
------¡No te escucho!
------¡¡¿Que por qué no están todas juntas?!! ------gritaba Vicky fuera de sí.
------¿Estás loca? ¿Qué vamos a estar juntas con tu tía que siempre quiere ver otra cosa?...
------Pero mamá, no te hagas la tonta, si yo las he visto con mis propios ojos, a vos y a la tía, estar cada una en su
cuarto, con su propia tele... iy las dos mirando el mismo programa!
------No te escucho bien, se te pierde la voz.
------Que la tía es tu hermana, ¿no te acordás de lo unidas que eran cuando eran chicas?
------No te escucho.
------¡¡¡Si no te acordás lo bien que te llevabas con tu hermana!!!(Silencio)
------¡Mamá!, ¿me escuchas?
------No te escucho bien porque estoy comiendo un caramelo.
------Bueno, te llamo en otro momento, mamá, te mando un beso.
------Bueno, chau.
CUIDADO!
------Hola.
------Hola mamá... soy Vicky... ¿cómo estás?
------Angustiada.
------¿Qué tal la señora nueva que te acompaña?
------Horribe.
------¿Por qué?
------Porque es muy fea.
------No empieces, mamá, no es fea, es una señora grande, pero lo importante es que te cuide bien.
------Además, está mal de la cabeza, porque no le gusta la tele, ni la radio ni nada.
------Bueno, pero vos te podes poner los auriculares que te regalé y escuchas lo que quieras, tranquila.
------¿Estás loca? ¿No sabes que yo no me puedo poner los auriculares?
------¿Por qué?
------Porque no tengo ganas.
------Bueno, entonces no te quejes.
------¡Estoy tan deprimida!
------¿Por qué no miras un poco la tele?
------En la tele no hay nada que me entretenga.
------Escucha la radio.
------La radio me tiene podrida, hablan hablan hablan y yo no quiero escuchar.
------Llama a alguna amiga, así conversan.
------¿Para qué?
------No sé, para divertirte un rato.
------Hoy no tengo ganas de divertirme.
------Pero mamá, no seas así, ¿cómo no vas a tener ganas de divertirte? ¿Qué preferís? ¿Estar deprimida?
------Sí, prefiero la depresión.
------¿¿Por qué??
------Porque dura más.
Luego de recibir estos mails, la llamé a Vicky por teléfono y sostuvimos este diálogo:
------No sabía que Sofía estaba tan caída.
------Sí, hace años que mamá es depresiva.
------¿De suicidarse?
------No, los que se suicidan son los de alrededor.
no
No hace falta ser J udía para ser una madre
J udía
Morir es fácil, ser madre es difícil.
La insatisfacción de las madres judías es tan proverbial, que ya ha sido inmortalizada en algunos de los
mejores cuentos que he escuchado en mi vida.
Un ejemplo de ello es la historia de aquella madre que le regaló a su hijo dos corbatas para su cumpleaños.
El hijo, para homenajearla, cuando se vistió esa noche para su fiesta, se puso una de las corbatas.
Cuando la madre lo vio le dijo:
------¡Ya sé!... ¡la otra no te gustó!
También está la historia de la señora Podvielevich, orgullosa madre de un médico, y a la que su hijo le pidió
que le grabara el mensaje del contestador de su consultorio.
Cuando los pacientes llamaban al médico se encontraban con este mensaje:
------Éste es el contestador del doctor Podvielevich. Habla la mamá del doctor Podvie levich. Él ahora no puede
atenderlo, pero si usted espera la señal, puede dejarle un mensaje, con su número de teléfono, para que él lo
llame a usted. Y si no lo llama, no se preocupe. A mí tampoco me llama.
O aquel otro cuento acerca de una madre que estaba con su hijito de cinco años en la playa.
La mamá le puso protector al niño, un gorrito para el sol, y lo dejó que fuera a jugar.
De repente, una ola enorme rompió sobre ellos y arrastró al niño hacia el mar.
Entonces la madre, desesperada, invocó a Dios y le dijo:
------¡Dios!¿Qué hiciste? ¡Ese niño es mi vida entera!Si me lo devuelves con vida yo haré cualquier cosa. Seré
la mejor persona. Daré dinero para caridad. Trabajaré para los pobres y enfermos. Iré todos los días a la
sinagoga, pero por favor, Dios, devuélvemelo.
En ese momento, otra ola gigantesca rompió sobre la playa y devolvió al niño sano y salvo.
Su madre lo miró, lo abrazó, y luego mirando hacia el cielo, exclamó:
------¿Y el gorrito?
La parcialidad de una madre judía tampoco debería ser olvidada en la carrera de la insatisfacción materna. En
ese sentido, no puedo dejar de mencionar el diálogo que tuve alguna vez con mi tía Perla ------que en paz
descanse------ y que merecería ser un cuento, pero no lo es.
------¿Qué tal, tía?... ¿cómo están tus hijos?
------Mi hija está fantástica. Se casó con un médico maravilloso, que la tiene como una reina. Él le hizo construir
una casa fabulosa, le acaba de comprar un anillo de brillantes, un tapado de visón, y se la llevó de viaje por
todo el mundo.
------¡Qué extraordinario!... Felicitala de mi parte...
¿Y cómo está tu hijo?
_¡Ah!Mi pobrecito hijo no tuvo suerte. Se casó con una bruja que no hace más que pedirle que le
compre una casa, que le compre anillos de brillantes, que le compre un visón, que la lleve a pasear por el
mundo... ¿A vos te parece?
Hay un viejo dicho: ’’Tres judíos, tres opiniones’’. Pero también podríamos decir: ’’Tres judíos, tres maneras
de contar los mismos chistes’’.
No hay duda de que el arte ha sido desde el principio de los tiempos nuestra salida creativa para el dolor de
la existencia. Los seres humanos necesitamos el arte para resistir la vida, y los puebos también lo necesitan. Y
así como los negros encontraron esa maravillosa vía artística para su dolor que es la música, los judíos
encontramos el humor judío.
Por supuesto que no somos los dueños del humor ni mucho menos, pero una de las características más
sobresalientes del humor judío es su capacidad de reírse de sí mismo. Porque todos tenemos sentido del
humor cuando ’’del que se ríen’’es otro. Pero el verdadero sentido del humor es cuando uno puede reírse
de sí mismo. Cuando el otro también es uno.
Y esto sólo sucede cuando podemos separarnos de nuestro yo habitual, y mirarlo desde un lugar que tiene
conciencia de que todo este mundo con sus miserias no es más que un juego con mucho de ridículo, inflado
en su importancia por nuestros pequeños egos.
Sigmund Freud alguna vez opinó acerca del humor judío: ’’No creo que existan muchas otras instancias de
gente haciendo humor en un grado semejante acerca de su propio carácter’’.
Y yo estoy convencida de que ése es el más auténtico secreto de la supervivencia. (No me van a discutir que
los judíos sabemos algo de supervivencia.)
Como no podía ser de otra manera, hay un cuento
de Isaac Singer al respecto que ilustra perfectamente este hecho.
’’Un día Dios anuncia que en diez días va a haber un nuevo diluvio, y la noticia llega a todo el globo.
’’José va a preguntarle a un católico cómo se prepara para semejante evento. El católico le dice: Durante
estos diez días voy a rezar a nuestro señor Jesucristo, voy a pedir perdón a aquellos que herí, me voy a
arrepentir por mis pecados, y voy a esperar a que se cumpla la voluntad del Señor’.
’’Entonces José le pregunta a un musulmán cómo piensa pasar esos diez últimos días de su existencia.
’’El musulmán le responde: Yo me voy a arrodillar de cara a La Meca, y voy a pedir a Alá que me perdone,
después voy a ir a buscar a todos los amigos que dejé en el camino, a la familia que olvidé, y los voy a reunir
para que nos arrodillemos y recemos juntos para ser perdonados. Luego me voy a retirar en silencio, para
esperar los designios de Alá.
’’Por último, José va a preguntarle a un judío qué piensa hacer en esos diez días que le quedan.
’’¿Diez días?’, dice el judío, ’¡Suficientes para aprender a respirar bajo el agua!’’’
Pero tratándose de las madres, es bien sabido que no hace falta siquiera ser judía para ser una ’’madre judía’’.
Cualquier madre sobreprotectora, insatisfecha y culpógena puede cumplir con el rol. (O sea...)
Como hemos podido apreciar, una madre italiana podría perfectamente ser una ’’idishe mame’’. Aunque la
mitología popular se empeña en decir que subsiste una sutil diferencia entre ambas.
Porque la madre italiana le dice al hijo: ’’Si no comes te mato’’. Y la madre judía le dice: ’’Si no comes me
suicido’’.
Sutilezas más o menos, la historia ha demostrado de manera incontrovertible que la insatisfacción materna no
se detiene ante épocas ni fronteras, razas ni credos, como ha quedado registrado en estas frases históricas:
¿Otra vez haciendo garabatos? ¿Por qué no te peinas un poco y salís con alguno buena chica?
¡Pónee los calzoncillos adentro, como todo el mundo!
La madre de SUPERMAN
¿Todo el tiempo jugando con esa estúpida cometa? ¡Entra inmediatamente y pónete a hacer los deberes!
Le vanta e l te lé fono y llama a tu madre algún día.
La madre de ALEXANDER GRAHAM BELL
¡Operate esa nariz de una buena vez!
¿ a eso le llamas comida?
¿Cómo que vas a viajar a la luna? ¿ si esa llena de antisemitas?
¡Cambie el calzoncillo antes de salir a la calle!¿ si tenes un accidente?
¿Qué clase de hijo le echa la culpa de todo a la madre?
¿Cuando vas a pintar algo que se entienda?
¡Sacate ese repasador de la cabeza por el amor de Dios!
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Sobre mi madre y el humor

  • 1. A lgo sobre mi madre (Todo sería demasiado) GABRIELA ACHER Algo sobre mi madre (Todo sería demasiado) A mi que rida mamá. La que ----- -e ntre tantas otras cosas----- - me dio la v ida. Prólogo El humor e s un se cre to que se comparte . NEIL SIMÓN Una de las pre guntas re curre nte s que me hace n cada ve z que participo e n alguna me sa re donda sobre humor e s: ¿por qué no hay más muje re s humoristas? Y yo afirmo que de finitivame nte no e s porque las muje re s no te ngamos humor, sino porque las humoristas se tie ne n que e nfre ntar con un par de dificultade s dife re nte s a las de los varone s que e lijan e l mismo camino. Para e mpe z ar, porque yo e stoy conve ncida de que para hace r humor, hay que e star dispue sta a pre se ntarse ante los de más como una ve rdade ra idiota. Y no todas e stán dispue stas a hace rlo. Pe ro ade más ----- -y é ste e s e l pe or e scollo ----- - por los re sultados de una e ncue sta que re aliz ó Margare t Atwood, una nove lista canadie nse , e ntre un grupo de unive rsitarios. Ella le s pre guntó prime ro a las muje re s cuále s e ran las circunstancias e n las que se se ntían ame naz adas por los hombre s, y é stas conte staron que su mayor te mor e ra a la viole ncia física. Entonce s le s pre guntó a los varone s qué los hacía se ntirse ame naz ados por las muje re s, y e llos le conte staron que su mayor te mor e ra... ¡a que se rie ran de e llos! Digan la ve rdad... si é sa no e s una dificultad... la dificultad... ¿dónde e stá?
  • 2. De cualquie r mane ra y para compe nsar e stos inconve nie nte s, quie ro de cirle s que yo he de scubie rto que las muje re s te ne mos otro tipo de ve ntajas con e l humor. Ya que si no nos sale algo gracioso, sie mpre pode mos fingirlo. Otra de las pre guntas re curre nte s que apare ce cuando me invitan a las me sas re dondas, y que yo tambié n me hago, e s: e l humorista... ¿nace o se hace ? Porque le s confie so que cuando me tocó e ntrar al te atro de mi vida, yo distaba mucho de se r una profe sional, pe ro e ntré conve ncida de que habían sido mis padre s los que me e ligie ron para e l pape l de mí misma, porque se die ron cue nta de que yo te nía condicione s. Hasta que un día me e nte ré de que la macrobiótica, al igual que la mayoría de las disciplinas orie ntale s, afirmaba que e n re alidad e s uno e l que e lige a los padre s. Todas e llas cre e n e n la re e ncarnación, y pie nsan que e l alma humana, ante s de nace r, e lige las circunstancias más ade cuadas para e l de sarrollo de la que se rá su misión e n la vida. Y que e sto incluye la e le cción de los padre s. Por lo tanto, y siguie ndo e sta líne a de pe nsamie nto, no pude me nos que pre guntarme ... ¿ve ndría a se r yo la re sponsable de e le gir a mi mamá? La sola ide a me produjo un ataque de asma se guido de hipe rve ntilación que me duró como se is me se s, pe ro de spué s siguió rondando mi cabe z a has - ta que ya no pude apartarla de mi me nte . Y lle gué a e star tan obse sionada, que e mpe cé a soñar re curre nte me nte con un pe rsonaje bastante biz arro. Él e ra una e spe cie de gurú con turbante y una larguísima barba blanca, que se llamaba Rabinograd Tagore , y yo e ra una niñita que lo consultaba como si fue ra e l oráculo de De lfos. La prime ra ve z que se me apare ció e n un sue ño, le dije : ----- -Mae stro, hablame de la familia. Y é l me conte stó: ----- -La familia e s e l re cinto de l amor, la cuna de la humanidad, e l caldo de cultivo donde cre ce la he rmandad de los pue blos. ----- -¿La he rmandad?... ¿Y qué me dice s de Caín y Abe l? Y é l me conte stó: ----- -Dios nos puso a la familia para que apre ndié ramos a amar aun a los se re s más de spre ciable s. Entonce s le pre gunté : ----- -Mae stro, hablame de los padre s. Y é l me conte stó: ----- -Los padre s no son los Re ye s Magos. Son los padre s. Finalme nte me animé y le pre gunté tímidame nte : ----- -Mae stro... ¿e s cie rto que yo e le gí a mi mamá? Y é l me conte stó:
  • 3. ----- -¡Por supue sto!... Un niño ne ce sita a alguie n a quie n te ne rle mie do. Y Dios no podía e star e n todas parte s, por e so inve ntó a las madre s. Lue go me e xplicó que todo e sto te nía que ve r co n e l karma. ----- -El karma ----- -me dijo----- - e s una e spe cie de de uda e xte rna pe rsonal, con la que todos ve nimos. Es como un jue go cósmico que se llama: ’’Pague ahora y disfrute e n la próxima vida, pe ro no se distraiga, porque se acumula más de uda ’’. ----- -Pe ro Mae stro... ¿tie ne s alguna prue ba de que e xiste la re e ncarnación? ----- -¡Por supue sto! ----- -afirmó----- -. Te ngo una uña que se me re e ncarna todos los años!... ¿quie re s ve rla? Pe ro ante s de que yo pudie ra de cir nograciasmué strase laatuabue la, insospe chadame nte e l Mae stro sacó una pe taca con whisky que lle vaba de bajo de la toga y se lanz ó a be be r como un pose so. Yo me que dé pe trificada obse rvándolo, y e ntonce s é l se dirigió a mí con la mirada pe rdida: ----- -Pe rdóname , pe ro yo tomo para olvidar. ----- -¿A un amor contrariado, Mae stro? ----- -No, a mi familia. Me desperté gritando, y me tuve que ir a dormir al cuarto de mis padres. Muchos años después, cuando ya empezaba a escribir mis propios libros y temía no ser tomada en serio como humorista (valga la paradoja), volví a soñar con mi maestro Rabinograd. Yo ya era más grandecita en el sueño, y él estaba más joven en esta oportunidad. Pero antes de que yo pudiera abrir la boca, me espetó como si recién hubiéramos dejado alguna conversación anterior: ------¿No será la insatisfacción la madre de todos los humoristas? ¿Y es por eso que se paran a decir algo, porque tienen una profunda necesidad de justicia? ------¡Sí, sí, yo la tengo!------asentí agradecida. Entonces él me tomó afectuosamente de la mano mientras me decía: ------Querida, el humor está en tu destino, y tú tienes todos los ingredientes necesarios para ser una humorista: padres judíos, madre profundamente insatisfecha, autoestima baja, narcisismo alto, culpa, miedo, contradicciones e inseguridades de toda laya. Con este cóctel molotov, o salías humorista o te suicidabas en el jardín de infantes. ------¡Dios mío!------me angustié------. ¿Será por eso que Groucho Marx dice que el humor es la forma amable de la desesperación? ------¡Por supuesto que es por eso!Y no podrás negar que tú has hecho un arte de la desesperación, y de tu neurosis, tu mayor fuente de inspiración. Por eso te digo que no te preocupes, porque cuando alguien es capaz de convertir sus miserias en un acto creativo, ya no es sólo un neurótico. Es un artista.
  • 4. Dicho lo cual, sacó una granada que llevaba debajo de la toga y me la tiró para que la atajara. Yo salté para esquivarla, con tanta mala suerte que me caí de la cama y me golpeé con la mesa de luz. Pero ese chichón en la cabeza me la dejó hirviendo de preguntas: entonces... ¿Habré elegido yo a mi mamá para poder cumplir mi destino de ser una humorista? ¿Será que los humoristas nacen como las flores en el hielo, con ese color exagerado, de la lucha por sobrevivir en un ambiente inadecuado? ¿Será que si hubiera tenido una mirada de aprobación de mi madre, yo hubiera sido abogada? No me malinterpreten, mi mamá es muy buena, o por lo menos no hay nada tan malo en ella que cambiándola casi toda no se arregle... pero... ¿Ustedes saben lo que es ser hija de una idishe mame? Espero sus respuestas por correo electrónico a mi sitio en la red: www.hijasobrevivientedemadrejudia.com. Abrigate. Madre 1: : ------i0i! Madre 2 : ------¡Oioboboioi! Madre 1 : ------ioi!¡Oi!iOi! Madre 2 : ------¡Oioioio! Madre 1: ------¿Viste que está por llover? Madre 2: ------¿Por qué cambias la conversación? ¿No estábamos hablando de los hijos? Madres con efectos secundarios Aparentemente fue Freud el primero en descubrir que la autoestima de una persona dependía en gran parte de la mirada de aprobación de la madre. Momento histórico a partir del cual los consultorios de los sicoanalistas se vieron prácticamente inundados de personas desesperadas que venían arrastrando sus autoestimas por el piso, y que finalmente tenían a quién echarle la culpa. (Aunque tuvieran que pagar para confesarlo.) Pero gracias al trabajo mancomunado de varias antropólogas e historiadoras, que han rastreado la insatisfacción materna hasta sus orígenes primigenios, es posible intuir que en realidad ésta comienza mucho antes de Freud. Las científicas afirman que esto ha quedado perfectamente demostrado a partir del hallazgo de unos Manuscritos Apócrifos escritos en arameo, los que sin embargo dejan lugar a algunas dudas, ya que es prácticamente imposible determinar a qué época pertenecieron. Lo único que se sabe es que fueron encontrados en el Mar Muerto, cuando todavía estaba en terapia intensiva.
  • 5. Según estos controvertidos Manuscritos, los primeros indicios de la insatisfacción materna comienzan nada menos que con Eva. La primera madre judía de la historia. Dice la leyenda apócrifa que Eva nunca volvió a ser la misma después de la expulsión del Paraíso, ya que se tuvieron que mudar a los suburbios y ella jamás se pudo adaptar a semejante cambio de categoría. Para peor casi enseguida nació su primogénito Caín, y Eva era apenas una madre primeriza, más primeriza que ninguna porque no tenía siquiera una madre que le diera consejos acerca de la maternidad. Ésa fue la época en la que surgió el famoso dicho: ’’Desorientada como Eva en el Día de la Madre’’. Además, la pobre Eva ya prácticamente no tenía contacto con su suegro, después de que éste les cortara el rostro. Y con Adán no se podía contar, porque aunque él era capaz de desollar vivo a un mamut con sus dientes, se desmayaba ante un pañal con caca. Así que el pobrecito Caín, como tantos otros primogénitos, resultó para sus inexpertos padres como una especie de ensayo. Parece que un día Eva estaba paseando por los suburbios del Paraíso con su hijito Caín de cinco añitos, y su otro hijito Abel, un bebé de apenas un año. Eva traía de la mano a Caincito, que sonreía feliz, y llevaba a Abelito en su cochecito de paseo. En ese momento, una vecina que pasaba se detuvo frente a Caincito, y el niño le sonrió. ------¡Qué niño más divino! ------comentó la vecina. ------¡Usted porque no vio al hermano! ------le contestó Eva raudamente, mientras hacía a un lado a Caín, y le mostraba orgullosa al bebé. La vecina se inclinó entonces sobre el cochecito de Abelito y, encantada con el bebé se puso a hacerle mohines que él repetía entre risas. ------Prrrrr ------la vecina le hacía el avioncito. ------Prrrr ------repetía el bebé, encantado. ------¡Qué bebé más hermoso! ------comentó la vecina. 22 Entonces Caincito, que observaba mudo la escena hasta ese momento, le tiró de la pollera a la vecina para llamar su atención y también se puso a hacer el avioncito moviendo los deditos sobre su boca. ------¡Prrrrrrr!------hacía Caincito. Pero Eva lo apartó nuevamente hacia atrás, mientras le decía: ------¡Vos no, que no tenes gracia!El resto es historia.
  • 6. Por eso hoy, gracias al sicoanálisis, ya nadie pone en duda el hecho de que fue la falta de esa mirada de aprobación de la madre la que dio origen a los diferentes tipos de: neurosis, sicosis, cirrosis, halitosis, trombosis, mononucleosis, pediculosis, personalidades múltiples y humoristas. Hasta se han reportado casos de personas desesperadas que se internan por propia voluntad, porque no pueden parar de oír voces en su cabeza. Voces que los llevan al borde de la locura, voces que los torturan sin que puedan sacarlas de su mente, pero no necesariamente voces que les ordenan asesinar a otros, o matarse, sino voces que les dicen: ¡peinate! Aunque también pueden salir genios. Bruno Haliqua, en su libro Madres judías de gente célebre, hace un repaso de las vidas de estas mujeres clave del siglo XX, y nos acerca a la historia de las madres de Woody Alien, Sarah Bernhardt, Marc Chagall, Albert Einstein, Sigmund Freud, Karl Marx, los hermanos Marx, Amadeo Modigliani y Marcel Proust, entre otros. El libro nos revela que si bien muchas de ellas fueron el sostén fundamental para las carreras de sus hijos, con su mirada de aprobación, su estímulo y su confianza ilimitada, otras tantas fueron profundame nte críticas y represoras con los suyos, porque no pudieron com- prenderlos. Pero lo llamativo en estos casos es que eso no detuvo a los hijos, sino que les funcionó como trampolín para su creatividad, demostrando fehacientemente que tanto el visto bueno como el visto malo de una madre podrían llegar a despertar al genio que hay en nosotros. (Si es que hay alguno.) Lástima que ------como ya bien lo dijo el poeta------ la vida es como una caja de ajíes picantes. Uno nunca sabe cuál le va a hacer arder el trasero. Volviendo a Eva, es importante reconocerle que hizo escuela, sin saberlo, en el fértil terreno de la insatisfacción materna. Porque esa característica de las madres judías se continuó transmitiendo en un viaje de ida, generación tras generación, a través de los tiempos inmemoriales. Y como prueba, las mismas investigadoras descubrieron una segunda tanda de Manuscritos Apócrifos, los que también han sido acusados de autenticidad dudosa, porque es virtualmente imposible determinar la época en que fueron escritos, aunque ellas afirman que datan de los primeros años de la era cristiana, ya que fueron encontrados en el Mar Rojo cuando recién estaba rosadito. En ellos se da cuenta de que un buen día estaba la Virgen María conversando con una amiga, cuando ésta le dijo: ------¡Ay, María, vos sí que tuviste suerte con tu hijo!Y María le contestó: ------¿Yo?... ¡Si yo quería que fuera médico!Por eso hoy, gracias a ese perfeccionamiento ininterrumpido, la insatisfacción materna ha elevado la capacidad de las madres judías para criticar a los hijos hasta un grado de refinamiento insuperable. El escritor Mel Toikin, famoso libretista y excelente humorista de la televisión norteamericana, contaba sus experiencias acerca de los años en que él escribía los libretos para Sid Caesar, un extraordinario actor cómico que tenía su propio show en TV.
  • 7. Cuenta Mel en sus memorias que una noche estaba mirando el show en casa de su madre, y veía con gran satisfacción que ella disfrutaba mucho cada gag y se reía a carcajadas. Entonces lleno de orgullo, le dijo: ------Mamá, ese libreto lo escribí yo. Y ella, sin sacar la mirada de la tele, y todavía sonriendo, le contestó: ------¡Qué bueno es ese actor! Años después, Mel escribió una obra teatral para Sid Caesar, que se representó en Broadway con enorme suceso durante mucho tiempo. Esta vez en el teatro, nuevamente Mel observó cómo su madre se rió sin parar con cada chiste, durante toda la representación. Entonces se le acercó y le dijo al oído: ------Mamá, yo escribí este diálogo. Y el comentario de ella fue: ------¡Qué excelentes los actores! Cuando terminó la representación, Mel y su madre se acercaron a saludar a Sid Caesar en su camarín, como se acostumbra a hacer en el teatro. Pero al aproximarse a la puerta, vieron que el actor estaba en compañía de su propia madre, y escucharon sin proponérselo cuando Sid Caesar le preguntaba: ------Mamá... ¿te gustó mi actuación? Y a su madre que le contestaba: ------¡Debes tener muy buenos libretistas! La siguiente es una conversación entre una madre madura y un hijo adulto ------que forma parte de un extraordinario show de la televisión americana------, entre el actor y director Mike Nichols y la actriz Elaine May. Según palabras del mismo Nichols en su autobiografía, el sketch está inspirado en conversaciones con su propia madre. Él (atiende el teléfono): ------¡Hola! Ella: ------Te habla tu madre. Él: ------Mamá, justo te estaba por llamar, pero pensé que era la hora de comer. ¿Ya comiste? Ella: ------Me prometiste que me ibas a llamar ayer, y yo no quise comer hasta que vos me llamaras. Él: ------Perdóname, mamá, no pude llamarte por el trabajo, pero come algo que te vas a desmayar. Ella: ------Quise tener la boca desocupada para cuando me llamara mi hijo. Además tuve que ir al médico porque no me siento bien. Él: ------¿Estás enferma? ¿Qué te dijo el médico? Ella: ------Me dijo que soy nerviosa y no puedo tener ningún disgusto. Y yo le dije: ’’Pero doctor, tengo a este hijo y está muy ocupado’’. Él: ------Y es verdad que estoy ocupado, mamá, sabes que estamos preparando el diseño de un nuevo cohete.
  • 8. Ella------¿Y si explota? Él: ------No va a explotar... Ella------¿Y si te rebajan el sueldo? Él: ------No, mamá, no te preocupes por eso... pero ¿qué tenes? Ella: ------El doctor me dijo que nunca vio algo así, que me van a llevar al hospital a hacer una radiografía de mis nervios. Soy una madre, ésa es la cosa. Algún día te casarás y tendrás hijos, y la oración de una madre es que tus hijos te hagan sufrir tanto como vos me hiciste sufrir a mí. Él: ------Me siento como el orto. Ella: ------Si yo pudiera creerte eso sería la mujer más feliz del mundo. 28 Él: ------Gracias, mamá. Ella: ------¿No entendés que vas a seguir siendo mi bebé hasta los cien años, que me desespero si no sé de I vos? Él (en regresión súbita a su época de bebé): ------GuGudada. En realidad, si pudiéramos leer el pensamiento de una madre judía, la mirada sobre los hijos podría resumirse así: ’’Mi hijo es perfecto, pero yo lo puedo mejorar Si no... ¿para qué estoy?’’. A lgo sobre mi madre (Todo sería demasiado) Todavía tengo fresco en mi mente el recuerdo vivido de lo feliz que fui en mi niñez. Cómo olvidar aquellos largos inviernos nevados, cuando con mis tres hermanas y mi amigo Laurie corríamos por el parque que unía su casa con la nuestra, con las caras enrojecidas por las bolas de nieve que nos arrojábamos. O cuando mi madre nos sentaba a mí y a mis tres hermanas frente a fuego crepitante de la chimenea, (en el que varias veces quemé mis largos vestidos, tratando de calentarme), mientras ella peinaba con un cepillo suave nuestras rebeldes melenas. O cuando nos ayudaba a disfrazarnos para que nosotras representáramos obras de teatro. O cuando mi hermanita menor tocaba el piano, mientras mamá y yo nos poníamos a bailar la mazorca. ¡Y reíamos y reíamos!¡Ah!¡Qué época maravillosa!
  • 9. Aunque a veces nos poníamos tristes, cuando mamá se sentaba en su silla mecedora, y nosotras la rodeábamos mientras ella nos leía las cartas de mi padre que se había ido a luchar a la guerra de secesión, y... ¡esperen un momento!... Déjenme pensar... no, mi padre nunca fue a la guerra de secesión, y yo nunca tuve una hermanita que tocara el piano, y... no, perdonen, me equivoqué, ésa no era yo. 33 ¡Ésa era Jo de Mujercitas ¡Dios!¡Me debo estar por morir!¡Acabo de ver pasar por mi mente la vida que hubiera querido tener y nunca tuve! No sé bien qué me está pasando, me parece que es una mezcla de amnesia y deja vu al mismo tiempo. Porque tengo la sensación de que ya me olvidé de esto antes. Bueno, sí, lo admito, a veces se me mezcla la ficción con la realidad, pero como además no recuerdo mucho de mi pasado, les pido que tomen con pinzas cualquier cosa que yo les diga acerca de él. Pero quiero que sepan que todo o que van a leer es verdad. Aunque no haya sucedido. Dios, ya sé que somos el pueblo elegido. ¿Pero no podrías elegir a alguien más por una vez? Confieso que yo soy insatisfecha por parte de madre. Sí, ya sé, ustedes también. Pero yo lo aprendí desde muy chiquita por ser judía. Mi mamá, que es una persona muy religiosa, estuvo desde siempre empeñosamente abocada a la tarea de que yo practicara el judaismo. Y yo le juraba que lo hacía, pero ella no me creía. ------Pero mamá... ¿por qué no me crees? ------Porque si no te quejas de algo, es que no estás practicando. ¡Y ella cómo practicaba! Recuerdo que una vez, de niña, me saqué un nueve en matemática, y entonces mi mamá me preguntó: ------¿Y quién se sacó el diez? A los quince años me gané un auto en una rifa y entonces mi mamá me preguntó: ------¿Y quién se ganó el departamento? Ya de grande, me gané el Martín Fierro como actriz de comedia. Y entonces mi mamá me preguntó:
  • 10. ------¿Y quién se ganó el Oscar? Pe ro, por e je mplo, si alguie n le pre guntara a mi madre su opinión sobre mí, e stoy se gura de que e lla le de jaría muy claro que pie nsa que nadie e stá a mi altura. (Yo, me nos que nadie .) Aunque te ngo que re conoce r que mi mamá ha logrado hace r de la insatisfacción un ve rdade ro arte . Y de la pre ocupación una mística. Pe ro no e s ninguna improvisada, ya que a e lla tambié n le v ie ne de familia. Pare ce que e ntre mis ance stros hubo una bisabue la que de jove n ganó un concurso de malabaristas judías, porque fue la única capaz de pre ocuparse por se is cosas al mismo tie mpo. Mi mamá come nz ó a pre ocuparse por mí e l día e n que nací. Cuan do e staba e n la cuna e ntraba al cuarto cada die z minutos, para ve r si yo e staba re spirando. Cuando te nía die z años, e ntraba a mi cuarto para ve r si e staba e studiando. Cuando te nía die cisie te , e ntraba a mi cuarto para ve r si e staba te nie ndo se xo, sola o acompañada. Ella dice que e mpe z ó de jove n, con una pre ocupación para cada e stación de l año. De spué s para cada me s, y así suce sivame nte hasta alcanz ar la que ja nue stra de cada día. Mamá pie nsa que nada une tanto a una familia como la que ja compartida, y q ue la pre ocupación e s tan e se ncial a nue stro bie ne star como un bue n de sayuno. Por e je mplo, e stá conve ncida de que Discé polo e ra judío, porque dice que si no, no hubie ra podido sinte tiz ar tan bie n e se se ntimie nto de ’’e l que no llora no mama’’. Re cue rdo que ----- -cuando yo e ra chica----- - solíamos ir a come r a un re staurante e n e l que había un moz o muy amable . Continuame nte se ace rcaba a las me sas y le s pre guntaba a los come nsale s: ’’¿Está todo bie n?’’. Pe ro cuando se acercaba a la nuestra, preguntaba con la vista fija en mi madre: ’’¿Hay algo que esté bien?’’. A veces llegué a pensar que mi mamá no aceptó a Jesús como el Mesías porque a ella le hubiera gustado cargar la cruz personalmente. Un día llegué corriendo del colegio y le dije: ------¡Mamá, estoy contenta! Pero no llegué a contarle por qué, ya que la pobre se pegó el susto más grande de su vida. Pensó que me había convertido al catolicismo.
  • 11. Una de mis vecinitas en el barrio de Montevideo en el que pasé mi infancia se llamaba Chanto. Con ella compartíamos una relación de amor-odio, en la que había épocas en las que no podíamos despegarnos ni un minuto, y épocas en las que no nos podíamos ni ver. Ella era católica, y tenía una experiencia bien distinta a la mía, porque su madre jamás la criticaba y además siempre le perdonaba todo lo que hacía. Un día que habíamos ido a jugar a su casa, ella, como de costumbre, me pegó. Pero cuando yo le quise devolver el golpe, entró su mamá y me detuvo la mano, diciéndome que cuando alguien me pegara, yo tenía que poner la otra mejilla. Yo me fui de su casa llorando desconsoladamente, y llegué corriendo a la mía, para contarle todo a mi mamá, aunque con mucho miedo de que me echara la culpa a mí. Contra todo pronóstico, ese día, me consoló. ------La próxima vez que te pegue, vos decile que sos judía, que no tenes otra mejilla. Y pégale vos. Una de las características de mi madre era que se comportaba como si tuviera línea directa con Dios. Cuando quería hacerme confesar algo, me decía con tono dramático: ’’A veces Dios me pregunta... ¿en qué anda tu hija?... Y yo no sé qué decirle’’. Entonces yo le preguntaba: ------Si Dios existe y es tan bueno... ¿por qué no termina con la miseria del mundo? Y ella me contestaba: ------Porque si hiciera eso, nadie hablaría con él. Lo que jamás podré olvidar ------ni ella me lo permitiría------ es la clase magistral que me dio acerca de las diferencias entre los judíos y los católicos. Ese día mi amiguita Charo había ido a lo de un cura a confesarse, porque quiso pinchar a su hermanito con una agujita en los ojitos, y el máximo castigo que se le impuso por su pecado fue rezar unos padrenuestros, y enseguida fue perdonada. Yo la envidiaba fuertemente porque ella tenía todo lo que yo quería, y además no tenía a mi madre. Así que le estaba contando este episodio a mi mamá, mientras me quejaba. Para practicar. ------La religión de ellos es mejor que la nuestra. ------¿Por qué decís eso? ------se escandalizó. ------¡Porque si hacen algo que está mal, van al cura, les hace rezar unos padrenuestros y los perdona! ------¿Y...? ------respondió mi madre con tono de superación------. ¡Nosotros hacemos ayuno una vez al año, y se nos perdonan todos los pecados juntos!... ¡A ver si pueden competir con eso! ------Pero no entiendo por qué nosotros no podemos confesarnos con alguien ------insistí.
  • 12. Entonces mamá dejó lo que estaba haciendo, se sentó en un sillón conmigo en la falda, y con tono condescendiente pero orgulloso, pontificó: ------Querida, los judíos no necesitamos a un cura porque tenemos la culpa. La culpa es el confesionario de los judíos. ------No entiendo. ------¿Qué es lo difícil de entender? ------se impacienta- ba------. Es muy sencillo. Es como si fuera el confesionario, pero en tu mente, ahí dentro confesas tu culpa y recibís el perdón. Por eso nosotros no necesitamos intermediarios, porque con la culpa nos castigamos solos. ------¿Pero por qué? ------Porque sabemos sufrir. ------¿Y si yo no tuviera culpa? ------¡Imposible!------se exaltó------, hasta ahora en la larga historia de nuestro pueblo, la culpa no se saltó ninguna generación. Es la manera que tiene Dios de decirnos: ’’Escucha a tu madre’’. Dicho lo cual amagó a irse, no sin antes dedicarme una de esas miradas escrutadoras como para hacerme confesar algo. Pero yo aún tenía dudas y le pregunté: ------¿Entonces nos mandamos solos al infierno? ------No, porque los judíos no tenemos infierno. ------¿Y adonde van los judíos malos? La vi dudar una milésima de segundo, y como un rayo contestó: ------¡A Miami! Y dio por terminada la conversación. SICOANÁLISIS Mi mamá me hizo hacer el primer sicodiagnóstico cuando yo tenía tres años, porque pensaba que era una niña muy asustadiza, y bastante solitaria. Lo que ella no entendía era que yo tenía dos amiguitas, sólo que eran imaginarias. Y no era mi culpa si ninguna de las dos quería jugar conmigo. Pero yo llegué a ser una niña tan sicoanalizada, que hasta mis muñecas estaban en terapia. Me cuenta mi hermana que a veces me encontraba llorando desconsoladamente, porque tenía miedo de que mi padre estuviera viendo a otros niños.
  • 13. Pero en realidad, el primer analista que yo recuerdo fue uno al que mi mamá me llevó cuando yo tendría aproximadamente doce años. El hombre me dio una serie de láminas en blanco y negro, y me dijo que escribiera lo que me parecían. Que les pusiera un pasado, un presente y un futuro. Era una suerte de Tilt test, creo. Yo escribí y escribí y escribí. Entonces el analista le dijo a mi madre: ------Señora, esta chica no necesita un sicólogo. Necesita un editor. Según él, yo tenía una imaginación tan frondosa, que debería dedicarme a la literatura. Porque no sólo escribí una novela de cada lámina, sino que en una que representaba una especie de puerto, un lugar sombrío, con un sol negro, yo había visto un lugar hermoso en el que me habría gustado vivir. ------¿Ahí te gustaría vivir? ------a mi mamá casi le da un soponcio------. ¿Qué tiene de malo tu casa? Pero él la tranquilizó. ------Yo en su lugar no me preocuparía, señora, porquesi a lo que ustedes llaman infierno ella lo llama hogar, es porque su hija es una alquimista que va a poder convertir la piedra en oro. La palabra oro la puso de buen humor por un momento, y los ojitos le brillaron. ------¿Cualquier piedra? ------Señora, era una metáfora, lo que le quiero decir es que tal vez su hija pueda hacer una alquimia aun mejor, que es la de convertir algo feo en algo hermoso. Aunque eso no le pareció tan interesante, mamá siguió escuchándolo atentamente, y parecía que él había logrado serenarla. Pero en algún momento de su alocución, cometió el error de decirle que en realidad, a la que le vendría bien una terapia era a ella. Ése fue el momento en que Freud se dio por vencido y mi mamá dejó de creer en el sicoanálisis. Pero no pasó mucho tiempo antes de que yo la descubriera sicoanalizándose con los vendedores de la feria. ------Mire, Pocho, yo no me siento bien (así, con acento en la ó), y usted me tiene que rebajar el precio de estos limones, porque no tengo más energía para seguir discutiendo con usted, no sé qué me pasa pero me canso mucho y me quedo sin aire, yo pensé que era algo de la presión pero no sé si no será nervioso, ¿a usted qué le parece? Sí, ya sé, que no me tengo que hacer mala sangre, pero cómo voy a hacer si yo no me siento bien y usted no me quiere rebajar los limones... Y el pobre Pocho, agarrándose la cabeza, la interrumpió: ------¡Lléveselos, señora, déme lo que quiera o no me dé nada, se los regalo, pero vayase, por favor!
  • 14. Por eso, la única vez que me asusté de verdad fue el día en que ella me confesó: ------Hoy no me siento bien, no tengo ganas ni de pedir rebaja. Como es de público conocimiento, los judíos son gente afecta a las fiestas pantagruélicas. Y mis padres no constituían la excepción. Ellos eran habitualmente invitados a cumpleaños, casamientos, fiestas religiosas, etc., y en todas se comía de primera. Pero mi mamá no era fácil de conformar. Varias veces la escuché comentar a la vuelta de una fiesta: ------La comida era intragable, y encima... ¡qué porciones diminutas! Sin embargo, a la mañana siguiente a una de esas fiestas, le pregunté a mi mamá qué tal la había pasado, y ------ como la agarré distraída------ me dijo que bien. Aunque enseguida se arrepintió. ------Mami... ¿cómo les fue en la fiesta que tuvieron anoche? ------¡Bien!... bueno... ¡Mal! ------¿Por qué? ------Porque nos hicieron comer y comer... ------¿Cómo que los hicieron comer’’? ¿Los ponían en penitencia si no comían? ------No te hagas la graciosa, si nos traían un plato atrás de otro... ¿qué podíamos hacer?... ¡Comimos! ------¿Y era fea la comida? ------No, ¡qué va a ser fea!Eran exquisiteces, caviar, faisán... todo riquísimo. ------¿Entonces?... No entiendo... ------¿Hacía falta tanto? ------¿Y por eso no te gustó? ------¡Eso no es nada!Los mozos circulaban de mesa en mesa durante todo el tiempo con bandejas llenas de vino blanco, vino tinto, champán francés... ------¡Qué rico!¿Tomaste champán? ------¡No!¡Yo no tomo nada de alcohol!
  • 15. ------¿Por qué? ------¡Porque me hace reír mucho! ------¿Entonces? ------Después vinieron los postres, unas mesas gigantes llenas de Shamalí, mostachudos, mogadós, baclavá, cadaiff, jaroset, dulce de pétalos de rosa, trabados... ------¡Mamá, se me hace agua la boca!¡No me vas a decir que no comiste! ------¿Estás loca? ¿Cómo no voy a comer? Soy judía, ¡nosotros nos tomamos los postres muy en serio! ------¿Y después? ------¿Podes creer que eran las dos de la mañana y nos seguían trayendo bandejas con dulces, con tortas, con dátiles, higos de Esmirna, champán y fruta seca?... ------¿Y... cuál era el problema? ------¿Y... qué querían? ¿Que nos quedáramos a dormir? Ahí descubrí otra de las reglas de oro de mi mamá: hasta comer tiene un límite, pero para quejarse no hay horario. MONICA LEWINSKY Una de las características de mi mamá es que ella cree que todos los judíos son perfectos. Cuando sucedió el affaire de Monica Lewinsky con Bill Clinton, mi mamá ya estaba grande, pero ello no fue óbice para que se sintiera la única mujer en la Tierra más desconsolada que Hillary. ------Una chica judía es incapaz de hacer algo así, es imposible, tiene que haber un error ------repetía , quien quisiera oírla. Pero a medida que pasaban los días los noticieros no daban descanso, y los chistes que circulaban ponían más y más nerviosa a mi mamá. Un mediodía, uno de mis tíos se despachó con este cuento sobre Monica en medio del almuerzo: ’’Monica Lewinsky se murió y trató de colarse en el cielo disfraz ada de monja. Se puso en una fila con las otras monjas, y esperaron el turno para ser entrevistadas en las Puertas Doradas. Entonces San Pedro se dirigió a la primera monja de la fila: ------Hermana... ¿has tocado a algún hombre en tu vida?, y de ser así, ¿con qué parte de tu cuerpo lo tocaste? ------Sólo toqué a un hombre una vez ------dijo la monja------, y fue con la punta de mi dedo. ------Bueno ------dijo San Pedro------, entonces moja tu
  • 16. dedo en la fuente de agua bendita, y continua tu camino al cielo. San Pedro entonces repitió la rutina con una segunda monja. ------Hermana... ¿has tocado alguna vez a un hombre?, y de ser así, ¿con qué parte de tu cuerpo lo tocaste? ------Yo sólo he tocado a un hombre una vez, y fue con mi mano. Bueno ------dijo San Pedro------, entonces hundí tu mano en esta fuente de agua bendita, y seguí tu camino al cielo. El siguiente era el turno de Mónica, pero antes de que San Pedro pudiera hablar, ella le dijo: ------Mire, por mí se puede olvidar de la rutina del agua bendita, porque después de que una monja puso su sucio dedo ahí, y la otra puso su sucia mano, de ninguna manera pienso hacerme gárgaras con eso’’. El resto de la familia festejó el chiste pero yo vi que mi mamá se mostró completamente mortificada y horrorizada por el cuento, y sin embargo... ¿ustedes creen que se rindió? Todo lo contrario... ¡le dio letra! Al día siguiente me llamó por teléfono y me dijo sin anestesia: ------¿Por qué te crees que se hacen chistes diciendo que quiere ser monja? ¡Esa chica es católica! ------¡Mamá, no delires!¡Se llama Lewinsky! ------¡Entonces es adoptada! ------gritó. Y me colgó. No es ningún secreto el hecho de que todas las mujeres tenemos una imagen distorsionada de nuestro propio cuerpo. ¡Pero mi mamá tenía una imagen distorsionada del mío!Me debería ver esquelética, porque desde que tengo uso de razón la recuerdo persiguiéndome con la comida. Y les aseguro que, de todos los temas con los que una hija de madre judía va a tener que lidiar durante toda su vida, la comida no es el menor. Mi mamá se recibió en a escuela de comer es salud y alimentar es amor. Aunque debo reconocer que ella era un verdadero milagro culinario. Se las arreglaba para sacarle todo el sabor a la comida. Pero eso no fue óbice para que cejara un ápice en su intento de sobrealimentarme. Yo me hubiera podido morir de aburrimiento, y ella ni se hubiera dado cuenta, pero de hambre no señor. Esa hubiera sido la peor afrenta. Tengo todavía en la memoria (y en la cintura) el recuerdo de mi madre durante toda mi infancia, persiguiéndome con una banana por la playa diciéndome ¡Come algo!’’. Un día se le acercó un mendigo y le dijo:
  • 17. ------Señora, hace tres días que no como. ------¡Obligate!------le contestó mamá. Las bananas han sido una institución en mi familia (se ruega no hacer asociaciones), y ella siempre llevaba bananas en la cartera, en caso de que a mí me atacara un estado de inanición súbito y muriera desnutrida en el colectivo. La dieta de bananas no me dejó precisamente más flaca, pero no saben con qué facilidad me trepaba a los árboles. Tampoco podré olvidar los baldes de Toddy que me obligaba a tomar en la merienda y que yo detestaba. No así mi amiga Vicky, que era gordita y moría de envidia al ver las meriendas pantagruélicas que me preparaba mi madre, hasta que un día fue y encaró a la suya: ------¿Por qué la mamá de ella le da Toddy en la merienda y vos a mí no? Y la cariñosa respuesta de su madre fue: ------¡Vos no necesitas Toddy porque estás gorda como una vaca! A partir de ahí Vicky se tomó todas las meriendas de mi niñez, a escondidas de nuestras madres. Pero no sé si hizo un buen negocio, porque la pobre engordó tanto qe cuando quiso ser una luchadora de sumo la mandaron a adelgazar unos kilos. En cuanto a mí, teniendo en cuenta que nací en un hogar sefaradí, tuve que asumir ser alimentada con la dieta étnica de mi herencia cultural. O sea que en una sola comida ingería más aceite del que usamos para echar a los ingleses. Lo que significó que la cantidad de colesterol que consumí durante mi infancia me obligó a tener que estar a dieta durante el resto de mi vida. Creo que no volví a ver un paquete de manteca desde El último tango en París. Volviendo a las bananas que nos ocupan, pasaron a ser parte de mi vida, ya que ------junto con el azúcar------ eran para mi madre el remedio para todos los males. Muchos años después, cuando yo ya vivía en Buenos Aires, hubo falta de bananas en el Uruguay y a mi mamá le había agarrado el síndrome de abstinencia. Cada vez que hablaba con ella por teléfono, se que jaba de que en el Uruguay no había bananas. Así que ------en mi siguiente viaje a Montevideo------ quise darle una satisfacción y le llevé en la valija dos docenas de bananas. Su agradecido comentario fue: ------¡Ah!... ¿Trajiste bananas?... ¿Para qué? si acá ya hay... ¡Hubieras traído carne! Pero a pesar de todo quiero quebrar una lanza por mi madre. Porque ella es la única que siempre me ve flaca.
  • 18. A la hora de la comida, no hay festival más grande que las fiestas judías. Porque los judíos te nemos varias conmemoraciones a lo largo del año (no perdemos ocasión de festejar), y todas rondan alrededor de la comida (no perdemos ocasión de comer). La primera es Rosh Ashaná, que representa el festejo del fin y principio de un nuevo año. En el calend ario hebreo ya vamos por el año 5765... ¿pueden creer? Cuando le pregunté a mi mamá por qué año íbamos y me dijo esa cifra pensé que se había confundido con la del riesgo país. Ese día se acostumbra ir a la sinagoga a rezar y después... ¡a comer! Zucot es la fiesta de las cabanas, y es una ocasión para la alegría. Recuerdo que ------cuando yo era chica------ en la sinagoga se armaban unas cabanas en las que se servían las comidas tradicionales de los sefaradíes, léase boios, huevos jaminados, jajik y demás exquisiteces orientales. Ese día se iba a la sinagoga a rodear sefarim. Esto significa que mi papá junto con otros hombres tomaban en sus manos el Sefer Tora (las tablas de la ley) y daban vueltas alrededor de la sinagoga, para que la gente se acercara y las tocara. Y después... ¡a comer! Janucá es el festejo de conmemoración del día en que se produjo un milagro ya que el aceite de las lámparas sólo alcanzaba para un día y les duró una semana. En casa, mi papá nos hacía prender las januquías, que son ocho ve las de l cande labro, una la prime ra noche , otra la se gunda, y así hasta comple tar las ocho ve las pre ndidas, mie ntras se re z aba una oración. Y de spué s... ¡a come r! Purim e s la fe cha e n la que se fe ste ja la libe ración de los judíos gracias a la re ina Esthe r (n o confundir con Madonna) y la de rrota de Aman. Los niños se disfraz an, se e lige a alguna jove n como re ina Esthe r, y de spué s... ia come r! Pe ro e n e ste caso... ¿adivine n qué se come ?... ¡Las ore jas de Aman! Como ve rán, no hay fe ste jo judío e n e l que no se coma. Salvo e n Yom Kippur, e l día de l pe rdón, cuando ante s de come r hay que hace r un ayuno de ve inticuatro horas, para que se te pe rdone n todos tus pe cados gastronómicos de l re sto de l año. Yo me pasé toda la infancia pe nsando cuál se ría e l se ntido de l ay uno de Yom Kippur, porque nunca pude conse guir e star e n bue nos té rminos con é l. Odiaba la sola ide a de no pode r come r (la sigo odiando) y por más que me lo e xplicaran, me costaba e nte nde r por qué yo tambié n te nía que hace r e l ayuno. ----- -¡Porque sos judía! ----- -se burlaba mi amiguita Charo. ----- -Pe ro yo ya e ra judía ante s de nace r ----- -prote staba yo, aunque nadie me hacía caso. Algunas ve ce s trataba de conve nce r a mi madre : ----- -Pe ro mami... ¿no e nte ndé s que no pue do ayunar con e l e stómago vacío?... Ade más... soy una niña, ¿qué pe cado pue do habe r come tido? ----- -¡Por si acaso! ----- -conte staba e lla. O se a que no había e scapatoria. Te nía que ayunar. Cuando te ndría aproximadame nte die z años, lle gó la fe cha de Yom Kippur, y juro que come ncé e l día
  • 19. ayunando con la me jor voluntad, pe ro a e so de las cinco de la tarde se ntí que ya no podía aguantar e l hambre , y me fui un rato a la casa de mi amiga Charo. Justo e ra la hora de la me rie nda, y su madre e staba e n la cocina pre parándole e l café con le che , así que nos dio a cada una una taz a hume ante y un plato lle no de sandwiche s de jamón y que so. Yo traté de re sistirme aunque se ntía que los sandwiche s me llamaban por mi nombre y e l café con le che te nía e l olor más e mbriagante de l unive rso. Pe ro la culpa e ra tan fue rte que me e mpe z aron a te mblar las pie rnas, porque no sólo e staba por que brar e l ayuno de Yom Kippur, lo que e ra pe cado, sino que iba a come r jamón, o se a que iba a come te r un doble pe cado. Me puse tan ne rviosa que e mpe cé a alucinar y a imaginarme que si me los comía, iba a te ne r que re ndir cue ntas ante una autoridad más alta, como Charlton He ston, que bajaría de las colinas de Hollywood y me borraría de l mapa con su rifle AK-47. O podría lle gar a te ne r e l mismo de stino que la muje r de Lot, y que dar conve rtida e n una e statua de sus tituto de la sal. En re alidad, e l de la muje r de Lot e ra e l único castigo bíblico que re cordaba bie n y que sie mpre me había impre sionado mucho, aunque no me que daba claro si a e lla la habían conve rtido e n e statua de sal por come r la fruta prohibida, e n e s te caso e l ce rdo prohibido, o porque e l jamón e s muy salado; la cue stión e s que a pe sar de todo, e l hambre fue más fue rte que la culpa y que e l mie do a se r conve rtida e n condime nto. Entonce s se me ocurrió una inoce nte e strate gia: ----- -Ya sé lo que voy a hace r. Voy a e sconde r e ste plato donde Dios no lo ve a. Así que me lo lle vé al cuarto de Charo y me lo comí e scondida ade ntro de un rope ro. De spué s de se me jante atracón aguanté mucho me jor e l ayuno, y como e n mi casa nadie se dio cue nta, me puse conte nta y le di gracias a Dios porque no me había de latado. Y e ntonce s apre ndí que Dios pe rdona, pe ro la culpa sie mpre se cobra su pre cio. Porque e sa noche vomité jamón, y me pe garon. Por e so me pare ce que re cié n ahora e stoy e n condicione s de compre nde r e l ayu no e n su se ntido más profundo. Y e s que ayunar e s una prue ba de fue go para los judíos. Es e l sacrificio máximo. Por e so, si somos capace s de pasar un día e nte ro sin come r, se nos pe rdonan todos los otros pe cados. Y por último e stá Pe saj, la Pascua judía, que e s la fie sta de la libe rtad. Conme mora la salida de Egipto ----- -donde los judíos e ran e sclavos----- - y su de ambular de cuare nta años e n e l de sie rto e n busca de Pale stina, la tie rra prome tida. Moisé s los guió a travé s de l de sie rto, y abrió e n dos las aguas de l Mar Rojo para que pasara su pue blo, y lue go las ce rró sobre los e gipcios, que se ahogaban sin re me dio, ya que sólo sabían nadar de pe rfil.
  • 20. La noche de Pe saj se hace e l se de r donde se re cue rda cómo e scaparon de la e sclavitud, y de spué s... ¡a come r! Dice la le ye nda familiar ----- -no sé si se rá cie rto----- - que a mi tía Rosita, a la que le gustaba más come r que vivir, le tuvie ron que inducir e l parto, porque no que ría pe rde rse la comida de Pe saj. Pe ro no me e xtrañaría, porque todavía re cue rdo como si fue ra hoy la noc he e n que e stábamos fe ste jando Pe saj e n mi casa y mi padre , que e staba oficiando, cantaba: ----- -’’Todo e l que te nga hambre ve nga y coma, todo e l que te nga se d, ve nga y Pascue ... ’’. 58 Y todos los niños de la familia hacíamos e l coro. En e so vi que mi tía Rosita se le vantaba disimuladame nte de la me sa y salía disparada e n dire cción al baño, mie ntras se agarraba la panz a e n notoria se ñal de indige stión, de spué s de habe r comido toda la noche como contratada. En e se mome nto, mi padre nos pre guntaba a los niños de la casa: ----- -¿Alguno de uste de s sabe por qué los judíos e stuvie ron caminando cuare nta años e n e l de sie rto?... Y yo inge nuame nte conte sté : -¿Para bajar la comida de Pe saj? Pe se a los e sfue rz os de mi madre para que yo siguie ra la tradición familiar, las e nse ñanz as re ligiosas que re cibí e n mi casa sólo funcionaron mie ntras yo e ra una niña. Porque ni bie n e ntré e n e l se cundario, mi vida e mpe z ó a cambiar radicalme nte , ya que fue la é poca e n que come ncé a pe nsar y hablar por mí misma. Re cue rdo que un día, e n clase de historia, e l profe sor nos e staba dando una aburridísima e xplicación sobre e l viaje de Colón, y que ría hace rnos re fle xionar ace rca de la re volución que significó e l de scubrimie nto de que la Tie rra no e ra plana sino re donda. Yo e staba charlando con mis compañe ras sin pre starle la más mínima ate nción, cuando e l profe sor me hiz o pasar al fre nte y me pre guntó sin ane ste sia: ----- -Se ñorita Ache r... ¿Nos pue de de cir por qué Cristóbal Colón partió e n busca de las Indias y se e ncontró con Amé rica? Y yo le conte sté : ----- -Eso e s lo que pasa porque los hombre s no se de tie ne n a pre guntar la dire cción. Me puso un ce ro y me e chó una e spe cie de maldición: ’’¡Su castigo e n e l infie rno va a se r e star rode ada de amigas y no pode r hablar!’’.
  • 21. Pe ro é sa tambié n fue la é poca e n que uno de mis compañe ros me hiz o lle gar un libro de Fe de rico Nie tz sche , El Anticristo, cuya le ctura significó una e norme re volución e n mi vida. ----- -¡Ésta e ra la ve rdad que e staba buscando! ¡Dios ha mue rto! ¡Viva Nie tz sche ! ----- -come ntaba e xaltada a quie n me quisie ra oír----- -. ¡Basta de e nse ñanz as re ligiosas arcaicas! ¡Al fin y al cabo, la tradición e s sólo una mane ra de que los mayore s controle n a los jóve ne s! Hasta que un día mi madre me de scubrió e l librito. ----- -¿El Anticristo ----- -gritó blandie ndo e l libro fre nte a mis ojos----- -. ¿Quié n e s e ste anticristo?... Un judío no pue de se r, los judíos no somos e l anticristo... ¿De dónde sacaste e sto? ----- -Me lo pre stó un amigo. ----- -¿Es una historia de te rror? ----- -No, mamá, e s un e nsayo de un filósofo ale mán, Fe de rico Nie tsche . La palabra ale mán la de jó e n e stado de shock. ----- -¿Un filósofo ale mán? ----- -balbuce aba e ntre die nte s, e ntre la furia y la lipotimia----- -. ¿Para e so te e ducamos? ¿Para que le as a un filósofo naz i? ----- -No dramatice s, mamá. ----- -¿Dramatiz ar? Si que rías matarme , no podías habe r e le gido algo me jor. ----- -No lo le o para matarte , mamá. ----- -¿Pe ro por qué te ne s que e le gir a un ale mán? ¿Por qué no le e s a algún bue n filósofo judío? ¿Por qué no le e s a Einste in, por e je mplo? ----- -Porque Einste in no e s ningún filósofo, mamá. Entonce s me armé de coraje , me planté de lante de e lla y le dije : ----- -Yo no cre o e n Dios. ----- -¡Callate ! ----- -me tapó la boca con la mano ----- -. ¡Él se de smayaría si te oye ra! ----- -No me importa, que se de smaye . Si Dios e xiste tie ne un proble ma de e go... ¿por qué te ne mos que e star adorándolo sie mpre ? Las pe rsonas se guras no ne ce sitan tanta confirmación. Mi mamá que dó tan pe trificada con mi re spue sta que no atinó a de cirme nada más que : ¡ya vas a ve r cuando ve nga tu padre ! Pe ro yo e staba de cidida a re be larme contra los mandatos familiare s, así que me transformé rápidame nte e n una nihilista como la que más, aunque sin
  • 22. pe rde r mi romanticismo habitual. Porque e mpe cé a fantase ar con la ide a de que si Nie tz sche me hubie ra conocido a mí, se gurame nte nos habríamos e namorado, y e ntonce s yo hubie ra podido torce rle su de stino de locura y de mue rte . Entonce s me le í todos sus libros, incluso las cartas que e scribió durante toda su vida sus poe mas y me pasaba horas e n mi cuarto, imaginando su vida de ge nio incompre ndido, de ade lantado para su é poca, y su figura me pare cía e l colmo de l romanticismo. Pe ro aunque yo e scondía concie nz udame nte los libros, mi madre siste máticame nte los e ncontraba y come nz aba la diatriba: ----- -Si se guís le ye ndo e sas porque rías, te vamos a pone r de monja e n alg ún conve nto judío. ----- -No e s ninguna porque ría mamá e s lo más inte lige nte que le í e n mi vida. ----- -Inte lige nte pe ro goy! ----- -Mamá, vos no e nte ndé s, é l e s un alma afín a mí, yo me sie nto absolutame nte ide ntificada con é l, y e stoy se gura de que si Nie tz sche me hubie ra conocido, no se habría vue lto loco. ----- -¡Te hubie ra vue lto loca a vos! ----- -me arrancó e l libro de las manos----- -. ¡Pe nsá que e stá mue rto y mira cómo te tie ne !... ¡Enamorada de un fantasma naz i! De spué s de un tie mpo tuve que re conoce r que mi mamá te nía raz ón, pe ro e l final de mi romance con Nie tz sche me de jó más nihilista que ante s. Porque come nz ó una é poca e n la que yo no iba a la sinagoga ni a ningún lado no cre ía e n nada e n mis re z os pe día por nada, y todas mis ple garias fue ron re spondidas. Pe ro poco a poco fui pe rdie ndo tambié n mi fe e n e l nihilismo. De spué s pasé por todas las e tapas posible s. Fui ate a, agnóstica y e volucionista. Pe ro se r ate a no me dive rtía, porque me de jaba sin fie stas y sin días libre s e n e l trabajo. Cuando fui agnóstica e ra pe or, porque ni siquie ra sabía si te nía días libre s o no. Y e l e volucionismo tampoco me re sultó. Porque me volví mona re z ándole a Darwin, y nunca obtuve una re spue sta de su parte . De los millone s de pe ligros que ----- -se gún mi madre ----- - ace chaban pe rsonalme nte a sus dos hijas, e l se xo e ra e l pe or de todos. Nada, ni las e nfe rme dade s, ni los huracane s, ni Hitle r e n pe rsona, le pare cía más ate rrador. Te ne r dos hijas muje re s e n casa re pre se ntaba para e lla un pe ligro mayor que te ne r dos te rroristas suicidas e n e l living. De sde su punto de vista, todos los hombre s e ran e n sí mismos una ame naz a, ya que contaban con un arma con la que podían arre batarnos nue stro
  • 23. mayor te soro. ¡Qué paradoja! En e sa é poc a, pe rde r la virginidad e ra la mayor de las ignominias para una chica. Ahora la ignominia e s no pe rde rla. Como e s de imaginar, todos los cuidados le re sultaban pocos a e ste re spe cto y e ntonce s de cidió que lo único que se podía hace r e ra la vigilancia pe rmane nte , acompañada de una absoluta ne gación de l te ma. Por e nde , e n mi casa que dó comple tame nte inte rdicta cualquie r palabra alusiva a la se xualidad de sus hijas. Por e je mplo, si e n e se mome nto hubie ra e xistido algo como los Monólogos de la v agina, é stos habrían matado a mi madre . Aunque e stoy se gura de que si hubie ra te nido un varón, como que ría, no lo habría circuncidado. Con e lla e ra más que suficie nte . Pe ro lle gó un mome nto cuando mi he rmana y yo e stábamos e n ple na adole sce ncia, e n e l que mamá conside ró que te nía que hablarnos. Una noche nos llamó a su cuarto, se se ntó fre nte a nosotras con una bolsa de pape l e n la cabe z a, a la que le había he cho dos aguje ros para los ojos, y con tono muy se rio se puso firme e n e l discurso: ----- -Hijas: uste de s sabe n pe rfe ctame nte que yo no cre o e n e l se xo, pe ro que lo hay, lo hay. Por e so quisie ra e ncontrar las palabras justas para que no le s que de ninguna duda ace rca de lo que le s voy a de cir. Entonce s carraspe ó un poco para aclararse la garganta y nos e spe tó sin más: ----- -i No ha habido se xo e n e sta casa por muchos años, y no lo va a habe r ahora! Y así come nz ó su le tanía de conse jos: ’’Si te me te s e n la pile ta pode s que dar e mbaraz ada.’’ Mira muy bie n lo que te dan a tomar e n e se cumple años de quince , porque te pue de n pone r droga e n e l vaso, y te pue de n violar.’’ ’’El se xo e s un minuto de place r y die z años de de sgracia. ’’ Yo te nía ganas de de cirle : ’’No, mamá, e so no e s e l se xo e s e l matrimonio ’’, pe ro no me atre vía. Muchos años de spué s cuando yo ya e ra adulta de scubrí ----- -no sin e stupor----- - que e n e l vide oclub de la e squina de mi casa alquilaban una pe lícula porno judía. Me picó la curiosidad, así que le pre gunté al e mple ado qué tal e ra, y e l chico me conte stó: ’’¡Lo típico! Cinco minutos de se xo y una hora de culpa’’. Unos días más tarde , e n una de mis visitas a Monte vide o, e ncontré a mi mamá más comunicativa que de costumbre , y me animé a pre guntarle :
  • 24. ----- -Mamá... ¿por qué nunca me quisiste hablar sobre se xo? Y e lla me re spondió: ----- -Que rida, porque yo no sé nada sobre se xo. Sie mpre e stuve casada. (MATRIMONIO 1 La obse sión de mi madre con e l matrimonio se hiz o pre se nte de sde mi más te mprana e dad. Un día e staba e n la cocina buscando algo para come r e n la he lade ra, cuando mi madre me barajó sin ane ste sia: ----- -¿Cuándo te vas a casar? ----- -No te ngo ningún inte ré s e n casarme , mamá. ----- -¿Pe ro por qué ? ----- -Porque no me inte re sa e l matrimonio. ----- -¿Vos te cre e s que a mí me inte re saba e l matrimonio cuando me casé con tu padre ? ----- -Pre fe riría no sabe rlo, mamá. ----- -¡A nadie le inte re sa e l matrimonio! Una se casa y listo. Si no... ¿qué que ré s se r? ¿Una solte rona? Las muje re s se tie ne n que casar. ----- -Yo no. ----- -¿Por qué no? ----- -¡Porque no ne ce sito a un marido para que me mante nga! ----- -¿Y e ntonce s te vamos a te ne r que mante ne r nosotros toda la vida? ----- -No, porque yo voy a trabajar. ----- -¿Y qué tie ne de malo que tu marido te mante nga, si los mé dicos ganan mucha plata? ----- -¿De qué mé dico me e stás hablando? ----- -¿No te vas a casar con un mé dico, sólo por no darle un gusto a tu madre ? En e se punto de la conve rsación, yo huí con la inte nción de e nce rrarme e n mi cuarto, pe ro mi mamá salió disparada de trás de mí, sin la más mínima inte nción de ace ptar un no por re spue sta.
  • 25. ----- -¡Mamá, te rminala, por favor! ¿Me pode s de cir cuál e s e l apuro que te ne s por casarme ? ----- -Que cuando te quie ras acordar, ya va a se r tarde y no te va a lle var nadie . ----- -¿Y adonde me te ndrían que lle var? ----- -A la casa de tu marido, e l mé dico. ----- -¿De qué mé dico me e stás hablando? ----- -De l hombre con e l que te vas a casar. A e sa altura los ánimos e staban más que c alde ados, y yo me e nce rré e n e l baño mie ntras le gritaba: ----- -¡Pe ro mamá, no de svaríe s! Yo no me voy a casar con ningún mé dico. ¿No e nte ndé s que a mí me gusta e star sola? Y e lla me gritaba de sde e l otro lado de la pue rta: ----- -Ya vas a te ne r tie mpo de e star so la cuando te case s! ----- -No insistas, mamá, no quie ro un compromiso para toda la vida. Y ya e n e l colmo de l de lirio me conte sto: ----- -No te e stoy hablando de un compromiso para toda la vida... ¡te e stoy hablando de matrimonio! MATRIMONIO 2 Al otro día come nz aba de nue vo la cantine la. ----- -¿Cuándo te vas a casar? ----- -¡Dale con la maquinita!... De cime ... ¿por qué te ngo que casarme ? ----- -¿Cómo por qué ? Porque e s así, e s la le y. ¿Tu padre y yo no nos casamos? Sí, nos casamos. ¿Alguie n nos pre guntó si que ríamos? No, no s casamos y listo. ----- -¿Y que rían? ----- -¡Yo qué sé ! ¡Quié n se acue rda! ----- -¿Pe ro fue ron fe lice s? ----- -¿Y e so qué tie ne que ve r? Si vas a e spe rar a se r fe liz , no te vas a casar nunca. ----- -Pe ro a mí me importa se r fe liz . ----- -¿De dónde saliste vos así, tan frivola? ¿Dónde viste un judío pre ocupado por la fe licidad? La fe licidad e s un inve nto de los goim. Un judío e s alguie n que sufre de masiado para se r fe liz .
  • 26. ----- -¿Pe ro e ntonce s no hay salida? ----- -Sí, casarse . ----- -¿Por qué ? ----- -¿Y si no con quié n te que jas? MATRIMONIO 3 En la e tapa más álgida de su obse sión con e l matrimonio, mi madre me hiz o pasar algunas de las ve rgüe nz as más grande s de mi vida. Por e je mplo, cuando mi amiga Charo de cidió tomar los hábitos, mi mamá se ace rcó a saludarla y le dijo a que marropa de lante de toda la ge nte : _Te fe licito por casarte con Dios. Mi hija todavía e stá buscando. A los pocos días, me re cortó e sta página con los siguie nte s avisos clasificados que habían sido publicados e n los me dios de comunicación judíos. Estudiante de Tora, 28, uso payot y barba larga. Busco lo mismo e n una muje r. Se ñorita atractiva, 35, profe sional, busca príncipe e ncantado judío que la saque de la casa de sus padre s. Gabai de sinagoga, 36. Yo saco la Tora los sábados por la mañana, me gustaría sacarte a ti los sábados por la noche . Por favor, e scribe . Jove n profe sional de 29 busca compañe ra con quie n ir a la sinagoga, e nce nde r las ve las de shabat, ce le brar las fe stividade s, construir la Zucá juntos, asistir a Bar-Mitz vas. Tu re ligión no e s importante . ¿Pre ocupada por sue gras e ntrome tidas? ¡Soy hué rfano! Escribe . Jove n judío atractivo, 38. Nada oculto. Nada de e quipaje . Nada de pe rsonalidad. ¿Ere s la chica con la que hablé e n e l kidush de spué s de los re z os la se mana pasada? Dijiste que ibas a buscar más jandrayo para las borre cas, pe ro no re gre saste . ¿Cómo pue do contactarte de nue vo? (Soy e l que se manchó la corbata con los boyos.) Shoje t, 40, propie tario de e xitosa carnice ría e n e l ce ntro. No cre o que las muje re s de ban se r tratadas como un pe daz o de carne . Busco muchacha koshe r con fine s matrimoniale s. Fe minista judía radical. Busco compañe ro que ace pte mi inde pe nde ncia. Aunque probable me nte no lo hagas; ¡me jor olvídalo! Hombre de ne gocios judío, 49. Fabricante de ve las de shabat, de Janucá, de havdala, de yortz e it. Busco no fumadora. Hombre de 34, muy e xitoso, listo, inde pe ndie nte , autónomo, busca muchacha cuyo padre le dé e mple o. Solte ro de 29. Me gusta la música disco e scalar montañas, e squiar, corre r pista y campo. Te ngo una le ve coje ra.
  • 27. Prince sa judía de 28 busca hombre de ne gocios triunfador de cualquie r de nominación: quinie ntos, mil, dos mil, cinco mil. Abue la de 80, sin bie ne s, busca jove n bue n moz o y viril, me nor de 35. Fine s matrimoniale s. Pue do soñar ¿¿¿no??? Soy un se nsible jove n príncipe judío a quie n pue de s abrir tu coraz ón y con quie n podrás compartir tus pe nsamie ntos y se cre tos más profundos. Confía e n mí. Compre nde ré tus inse guridade s. Abste ne rse gorditas, por favor. Sin come ntarios. 1970---- -Cásate con un médico judío y millonario. 1980 -Cásate con un judío aunque sea divorciado. 1990 -Cásate con alguien. 2003 -Cásate con algo. 2030 -¡Mamá! No sabes, conocí a un señor muy bueno en el geriatrico, ¡y se quiere casar!- -¿Estás loca? ¡Qué te vas a casar ahora! Cuando e ra chiquita y la mae stra me pre guntaba qué que ría se r cuando fue ra grande , yo conte staba: ¡bailarina e spañola! (Ya de sde pe que ña quise se r e xtranje ra.) Más ade lante , lle gué a bailar e spañol durante bastante tie mpo, e n todos los fe stivale s e scolare s, hasta que no tuve más re me dio que de jar por un tre me ndo de sgarro e n un músculo. Que no e ra mío. Pe ro a los die ciocho años, tuve mi prime r amor. Me e namoré de la te le . Ni bie n la vi, supe que é se e ra mi lugar. Fue como una iluminación, como si una voz ade ntro mío me susurrara clarame nte cuál e ra mi vocación. Al fin sabía a cie ncia cie rta lo que yo que ría se r.
  • 28. Yo que ría se r famosa. Que ría se r tan famosa que los trave ss iban a que re r ve stirse como yo e n de s file s cuando me murie ra. Entonce s me puse una minifalda y me pre se nté e n una age ncia de publicidad, de cidida a conse guir un trabajo de locutora come rcial. En e se mome nto, Pinky e ra mi mode lo, y e star e n la te le mi único obje tivo. Si bie n e s cie rto que no te nía ninguna e xpe rie ncia, labia no me faltaba, y e n cuanto e l due ño de la age ncia me vio las pie rnas, se dio cue nta de que yo e ra un tale nto. Y así, de un día para otro, e mpe cé a trabajar e n la te le , como locutora come rcial, promocionando e n vivo dife re nte s artículos. El prime ro de todos e ra un te rmo al que yo de bía soste ne r e n la mano mie ntras le hablaba a la cámara ace rca de sus bondade s. Era la prime ra ve z e n mi vida fre nte a una cámara de te le visión y e staba bastante ne rviosa pe ro lle gué hasta e l final sin babe arme ni nada. Cuando le pre gunté a mi mamá qué le pare ció mi prime ra inte rve nción e n la te le me dijo: ----- -El te mblor de la mano con la que soste nías e l te rmo no se te notaba tanto como e l te mblor que te nías e n e l párpado de re cho, pe ro lo pe or e ra que con todo e se pe lo e n la cara pare cías una bruja... ¿por qué no te pe inaste un poco? Incre íble me nte de spué s de e so... ¡yo se guí actuando! Poco tie mpo de spué s, la fortuna quiso que ’’Te le cataplum’’ ----- -e l programa humorístico más e xitoso de la te le ----- - e stuvie ra buscando una actriz con mis caracte rísticas. Yo todavía no e ra actriz , pe ro caracte rísticas me sobraban, y ganas de apre nde r tambié n. Sin e mbargo tratar de conve nce r a los productore s de Te le cataplum’’ de que me tomaran no fue tan difícil como conve nce r a mi madre de que me de jara hace rlo. Porque uno de los re quisitos para e se trabajo e ra que te níamos que viajar a Bue nos Aire s para grabar e l programa, y yo e ra me nor de e dad, por lo tanto ne ce sitaba e l pe rmiso de mis padre s. ----- -Mamá, e stoy de cidida, voy a se r actriz . ----- -¿Actriz ?... ----- -al principio se rió----- -. ¿Cuánto tie mpo pode s aguantar sin come r? ----- -Gracias por e l ánimo, mamá pe ro e s una de cisión tomada. Ahora, cuando se dio cue nta de que yo hablaba e n se rio, se puso a buscar de ve rdad un conve nto judío donde pudie ra e nce rrarme . Porque de sde e l día e n que mi amiga Charo había tomado los hábitos, mamá que dó prácticame nte obse sionada con la ide a de que las monjas se casaban con Dios.
  • 29. ----- -Podrías se r monja judía ----- -me de cía----- -; de spué s de todo, Dios no pue de se r un mal marido. Sólo cuando e stuvo se gura de que e n e l judaismo no e xistía nada se me jante , y que se que daba sin argume ntos puso e l grito e n e l cie lo. ----- -Una hija mía no va a se r actriz . ----- -Mamá, convé nce te voy a se r actriz y nada podrá impe dirlo. ----- -¡Se rá sobre mi cadáve r! Entonce s mi he rmana la e ncaró con las palabras que die ron e n e l blanco: ----- -No le de s ide as, mamá! La cue stión e s que con e l tie mpo se re signó a que é sa e ra mi auté ntica vocación y ace ptó darme e l pe rmiso a re gañadie nte s. Por e so me puse muy conte nta e l día que me pare ció ve rla sonre ír de lante de mi image n e n la pantalla. Hasta que me di cue nta de que la ve rdade ra raz ón por la que sonre ía e ra porque la te le aume nta cuatro kilos... ¡y no los distribuye ! Pe ro e l he cho e s que de jó de pre ocuparse tanto por mi image n y e mpe z ó a pre ocuparse porque yo apare cía de masiado poco. En e se e ntonce s e ra muy probable e ncontrarse a mi madre e n un cole ctivo dicié ndole a la pobre pe rsona que se le se ntara al lado: ----- -¿Sabe ? Yo soy la madre de Gabrie la Ache r... ¿uste d vio e l programa de anoche de ’’Te le cataplum’’? ¿Sí?... ¿No le pare ce que a mi hija le te ndrían que habe r dado un pape l más importante ? Y los cole ctive ros no compre ndían por qué toda la ge nte se atrope llaba para bajar de l cole ctivo. Tratar de huir de la mirada de te ctive sca de mi madre me lle vó a vivir a Mé xico, ya que no ace ptaban muje re s e n la Le gión Extranje ra. Pe ro una ve z que tomé la de cisión de irme a vivir a otro país, fue para que mi mamá se conve ncie ra, de una ve z por todas, de que yo te nía la inte nción de triunfar a lo grande . Y e n e se año que viví e n Mé xico aume nté die z kilos, sólo para de mostrarle que hablaba e n se rio.
  • 30. Honrarás a tu madre más que a ti misma. Reíte ahora que ya vas a llorar mañana. Vos cásate que el amor viene después. No sólo hay que ser decente, hay que parecerlo. Lo haces para mortificarme. Tengo palpitaciones. Abrígate que tengo frío. ¡Ya vas a ver cuando tengas tus propios hijos! Si Dios hubiera creído en la permisividad, nos hubiera dado ’’Las diez sugerencias’’. No te divertirás por nada del mundo. Vicky ----- -mi prime ra amiga para sie mpre ----- - se mudó a mi barrio e l mismo día e n que yo cumplía cinco años. Era una gordita muy simpática y vivaz , hija de padre italiano y madre uruguaya, y ape nas nos conocimos nos caímos e stupe ndame nte . Su madre , Sofía, e ra una corpule nta matrona hija de italianos, y católica, que me hacía acordar a Anna Mag nani, ya que le gustaba mucho pase arse e n e naguas. Apare nte me nte e ra lo más ale jado de una madre judía que uno se pudie ra imaginar, y sin e mbargo... Vicky y yo pronto nos dimos cue nta de que compartíamos muchas cosas, pe ro sobre todo una re lación muy pare cida con nue stras re spe ctivas madre s. Cuando nos contábamos las ané cdotas, solíamos come ntar: ’’¡Tuvimos la misma madre !’’. Ambas nos se ntíamos sofocadas por vivir e n la Tie rra de la Sobre prote cción y la Crítica, pe ro como yo de bía practicar e l judaismo y, por lo tanto, que jarme de algo, le propuse que la me jor mane ra de de fe nde rnos de e sa situación e ra compe tir a ve r cuál de las dos sufría más. Vicky ace ptó e l de safío de bue na gana, y nue stra re lación se fortale ció con e sa complicidad. Aunque nue stros de stinos ge ográficos nos se pararon ya que e lla se fue a vivir a Italia y yo a Bue nos Aire s, e l paso de l tie mpo no hiz o más que pe rfe ccionar nue stro pasatie mpo favorito: compe tir por nue stras madre s. Nue stros e ncue ntros e ran una ve z al año cuando las dos re gre sábamos a Monte vide o para las fie stas. Y e ra absolutame nte ine vitable que e n algún mome nto de riváramos e n una conve rsación ace rca de e llas. A ve ce s a Vicky le e ncantaba sorpre nde rme y se apare cía con ace rtijos de lirante s como é ste : ----- -¿A que no sabe s cuál e s la dife re ncia e ntre una madre judía y una católica? _No te ngo la me nor ide a. ----- -Que la católica tie ne orgasmos re ale s y joyas falsas. Nos re íamos como locas y que dábamos pre paradas para la compe te ncia.
  • 31. En e ste caso, come ncé yo. ----- -¿Sabe s que mi mamá me tomaba la te mpe ratura dos ve ce s por día, aunque yo no lo ne ce sitara?... ¿qué me decís? hha ----- -No me que rrás impre sionar con e so ----- -saltaba e lla----- - a mí la mía me dio tanto calcio cuando e ra chica que no se me caye ron los die nte s de le che Me los tuvie ron que arrancar más tarde , porque no de jaban e spacio para los de finitivos. ¡Gran cosa! -continué -. ¿Vos te acordas de que mi mamá nos hacía la ropa a mí y a mi he rmana? ----- -Sí ¿y te vas a que jar de e so? ----- -¡Sí porque nos hacía lo s ve stidos e norme s para que nos duraran muchos años! ¡Y nosotras sie mpre lucíamos como si las finaditas hubie se n sido más grande s! ----- -¡Eso no e s nada! ----- -arre me tió Vicky----- -: mi mama e ra la pe rsona más obse siva que podía e xistir con e l te ma de la duración de las cosas. Un día un ladrón le robó e l bolso y e lla no se lo olvidó nunca. Se paso los die z años siguie nte s afe rrada a la corre a y dicie ndo: Es como cuando te cortan un braz o, de spué s de que se fue , lo se guís sintie ndo ’’. ----- -No me pare ce tan te rrible , pe rdó name ----- -yo no aflojaba----- -, pe ro por lo me nos vos tuviste más libe rtade s que yo. ----- -¿Qué de cís? - ----- -Acordate que mi mamá no me de jaba hace r nada. ;Por e je mplo, nunca me de jaban ir de campame nto. - ----- -¿Sí?... ¡A mí me obligaban! ----- -Bue no, por lo me nos hacías algo. No lo habrás pasado tan mal. ----- -¡Callate , no sabe s cómo sufrí e n e se campame nto! Un día e stábamos todos corrie ndo con mis compañe ros, y yo no vi un alambre que e staba colgado atrave sando e l campo, y me lo lle vé por de lante a la altura de l ojo. Me mandaron de vue lta para mi casa con un ojo e n compota, y ade más tuve que soportar las burlas de todos mis compañe ros. ¡Gracias a la ve rgüe nz a que pasé , nunca más e n mi vida pude ir al campo, ni hace r un de porte ! ----- -¡¡No mie ntas!! Vos no hiciste más de porte porque te gusta más come r que corre r. ----- -Y... sí... ¿a vos no? ----- -¡Ahora sí, pe ro de chica no!... ¿No te acordas cómo me gustaba corre r a mí? ----- -Sí, e s ve rdad, y corrías bastante rápido. ----- -Bue no... ¿Te imaginas lo rápido que hubie ra podido corre r si mi mamá me hubie ra soltado la mano? ----- -¡Cie rto! ----- -admitió Vicky----- -, e n e sa é poca no te de jaba ni a sol ni a sombra.
  • 32. ----- -¡Nunca me de jó ni a sol ni a sombra, Vicky, re conóce lo! Me cue nta mi he rmana que cuando yo e ra muy chiquita, ape nas e mpe z aba a llorar mi mamá ya e staba e n mi cuarto. ----- -¿Sí?... ----- -dijo con aire de triunfo----- -. ¡Mi mamá e ntraba a mi cuarto aunque llorara otro ne ne ! A me dida que íbamos subie ndo la apue sta las e xage racione s roz aban lo ridículo, pe ro e so no hacía otra cosa que e nfe rvoriz arnos más, y al final nos re íamos de tal mane ra que casi no podíamos hablar. Hice un e sfue rz o por re cupe rar e l alie nto, y continué : ----- -Pe rdóname , pe ro te ngo que de cirte que sigue sie ndo mucho pe or lo que hacía la mía... ¿o no te acordás de que cuando íbamos al cole gio, mi mamá no me de jaba juntar con los varone s hasta que no le s tomaba las hue llas digitale s? ----- -¡Y lo bie n que hacía! ----- -saltó Vicky----- - ojalá nosotras lo hubié ramos apre ndido, nos hubié ramos ahorrado un par de disgustos. ----- -Y un par de maridos ----- -agre gué . ----- -¿Pe ro qué me de cís de la mía? ----- -iba subie ndo e l tono----- -. ¿Que se vino conmigo al viaje de e gre sados? ¿Vos te imaginas lo que e s te ne r a tu madre e n la foto de finaliz ación de cursos? A ve ce s me de spie rto e n mitad de la noche , y pue do oír las carcajadas de mis compañe ros que todavía se de be n e star rie ndo de mí. Mi é poca de e studiante fue un infie rno. ----- -No se ría para tanto. ----- -¡Sí, e ra! ----- -se e nojaba----- -. El único que me compre ndía e ra mi he rmano Le onardo porque e l pobre sufría a mi mamá tanto como yo. ¿No te acordás de lo que le hiz o a mi he rmano ? ----- -No, de lo único que me acue rdo e s que sie mpre dijiste que e ra e l pre fe rido de tu mamá. ----- -¡Y e s cie rto! Nunca lo criticaba pe ro lo sobre prote gía más que a mí. Si é l ya e ra un pe riodista profe sional he cho y de re cho, cuando le tocó ir a cubrir e n Israe l l a Gue rra de los Se is Días y mi madre quiso ir con é l. ----- -¿A la gue rra? ----- -yo no podía cre e r----- -. ¡Vicky, no inventes!Si hago un esfuerzo sobrehumano te compro lo del viaje de egresados, pero lo de la guerra es demasiado. ------¡Te juro!------se besaba el dedito cruzado------, pasaban los días y mi mamá insistía en acompañarlo. ’’¡Pero mamá, está la guerra!’’------le decía, el pobre------. ’’¿Qué te importa? ¡Estás conmigo!’’------le contestaba mamá. ------Mira, esa anécdota de tu hermano es mundial, no lo niego, pero me parece que te mato e l punto con la próxima. ------¿Ah, sí? ¿A ver?
  • 33. ------¿Sabes que el día en que yo nací, mi mamá no permitió que me cortaran el cordón umbilical? ------¿A ver con qué verso me vas a salir ahora? ------¡Te juro!Me contó mi hermana que armó un alboroto bárbaro en el sanatorio, porque estaba empeñada en que no me lo cortaran por nada del mundo. Ella estaba convencida de que así nunca me perdería. ------¿Y qué? ¿Me vas a decir que no te lo cortaron? ------Por supuesto que me lo cortaron igual, pero ella no se inmutó, se lo guardó y... ¿querés creer que logró salirse con la suya? ------¿Por qué? ------Porque ahora, cada vez que lo toca, yo la llamo por teléfono. Señorita Acher: la comunicación que pidió con Montevideo. ------Hola, mamá... ¿Cómo estás? ------Estoy muy mortificada. ------¿Por qué? ¿Qué pasa? ------Porque tu hermana me contó las cosas que decís de mí en tu show, vos siempre la misma, ¿eh? ------Pero mamá, qué poco sentido del humor... ¡es en broma! ------¡Qué linda broma de hacer!¡Por qué no aprenderás de tu hermana, que no se ríe de nada! ------¡Pero no sabes cómo lo festeja la gente! ------¡A mí qué me importa la gente!No hay justificativo para criticar a una madre. ¡No sos digna de usar nuestro apellido! ------No te preocupes, si querés me cambio el apellido. ------¡Lo único que te faltaba!Negar a tus padres. Mientras sigas con esa idea, por aquí no aparezcas. ------Igual yo ahora no puedo viajar a Montevideo, porque no tengo tiempo. ------Claro, para estar con tus amigotes tenes tiempo, pero no para ver a tu madre... total, yo no te importo... ¡Gracias a Dios que la tengo a tu hermana! ------Pero mami, cómo no me vas a importar... si yo quiero ser famosa para darte una satisfacción. ------Famosa es Graciela Borges que además es una señora y nunca habla mal de la madre. ------Bueno, mamá, pero me estoy dando muchos gustos con el dine ro que gano...
  • 34. ------Claro, como siempre, patínatelo todo ahora, y cuando se te pase el cuarto de hora te vas a quedar con una mano atrás y otra adelante. ------Pero mamá, un año más así y puedo pasar al frente. ------¿Y si va mal? ------¡Pero no te digo que me va bárbaro, si hasta había pensado en darte un porcentaje de la recaudación! ------No se lo digas a tu hermana, pero siempre fuiste mi hija preferida. ------Bueno, mami, te dejo porque ya tengo que actuar. ------Abrigate, nena, ¿eh? ¡PEINATE! Dado que yo me mudé a Bue nos Aire s sie ndo muy jove n, gran parte de mi re lación con mi madre se de sarrolló por te lé fono, o e ntre un viaje y otro a Monte vide o. Como e ra de e spe rarse , mis viaje s le die ron a mi mamá un nue vo motivo de pre ocupación, que e n un punto sie mpre me hace ac ordar a la historia de El Principito... ¿re cue rdan? ¿Que se había he cho amigo de un z orro, y é ste le de cía que que ría sabe r a qué hora iba a volve r, porque si sabía que iba a ve nir a las cuatro, é l e mpe z aba a se r fe liz de sde las tre s? Bue no, a mi mamá le pasa algo pare cido: e lla quie re sabe r a qué hora me voy, así e mpie z a a pre ocuparse una se mana ante s. Pe ro hay que admitir que e s una campe ona de l slalom e n una conve rsación y no he conocido a nadie con tanta habilidad para salir disparada e n otra dire cció n, cuando é sta lle va un rumbo que no le inte re sa tomar. El siguie nte diálogo pe rte ne ce a uno de los tantos mome ntos ante riore s a alguno de mis viaje s de vue lta a Bue nos Aire s. ----- -¡Mami, me voy!... En una hora sale mi avión. ----- -¿Una hora? ¿Y todavía e stás acá? Lo hace s para mortificarme . ----- -No, mami, te ngo tie mpo, qué date tranquila. ----- -Me pongo muy ne rviosa cuando te ne s que viajar. ¡Ahora no sé qué voy a hace r hasta que lle gue s y me llame s! ----- -No tie ne se ntido que te que de s e spe rando mi llamado. ¿Por qué no vas a lo de tu ve cina, Ange lita?
  • 35. ----- -¿Para qué ? Ella de be e star con su marido, y a mí no me gusta mole star. ----- -Pe ro mamá, no te e ntie ndo... ¿Por qué pe nsás que visitar a alguie n e s ir a mole star? ----- -¿Por qué no te pe inas un poco?... ¡¿Cómo vas a viajar con e se pe lo?! ----- -Sí, mamá, ahora e n e l taxi me voy a pe inar... Pe ro no tie ne se ntido que te que de s ne rviosa e spe rando mi llamado. Y si no te ne s ganas de ir... ¿por qué no la llamas a Ange lita para que te ve nga a visitar a vos? ----- -¡Porque no te ngo nada para se rvirle !... ¿Qué le voy a dar? ----- -Bue no, no sé , lo que tome s vos... un té , unas galle titas dulce s... ----- -No, galle titas no come porque e s diabé tica, e l té le da acide z ... ----- -Bue no, compramos algo que le guste ... ----- -¿Para qué ?... Si e lla nunca me vie ne a ve r... ----- -¿Pe ro vos la invitas? ----- -¡No! ----- -¿Y e ntonce s por qué te va a ve nir a ve r? ----- - O córtate lo, pe ro ya no te pue do ve r con e se fle quillo largo! ----- -¡No me cambie s la conve rsación!... ¿Por qué no la llamas a tu amiga Elvira, que e s la única amiga que vive ce rca? ----- -No, la pobre Elvira e stá a la mise ria, no tie ne un pe so, ¡qué va a ve nir! ----- -Pe ro si vie ne pue de n jugar a la canasta. ----- -¡Para qué !... Si yo nunca gano nada. ----- -¿Pe ro jugás? ----- -¡No! ----- -¿Y e ntonce s cómo pre te nde s ganar? ----- -¡No sé cómo te animas a viajar así tan de spe inada! ----- -Bue no, mamá, lo sie nto pe ro se me hace tarde me voy, te llamo cuando lle go. ----- -¿Ya te vas?... ----- -me dice mie ntras sale disparada para ade ntro ----- -. Espe ra un mome nto... ----- -Mamá... ¿adonde vas ahora? Y la ve o volve r con un ce pillo e n la mano.
  • 36. ----- -¡Pe inate ante s de subir al avión! La siguie nte e tapa e n la e volución de la obse sión de mi madre come nz ó un Día de la Madre , pre cisame nte , cuando yo fui a darle un be so y e ntre garle su re galo. Quie ro que que de claro que hace rle un re galo a mi madre e ra algo que yo me tomaba muy e n se rio. Sabía que a e lla no le iba a gustar, pe ro e so no e ra e xcusa para que yo no me volvie ra loca buscando e l me jor re galo posible . Y doy gracias a que e n e se mome nto no e xistía algo como ’’un ce rtificado de re galo ’’ porque e so hubie ra matado a mi madre , ya que la hubie ra privado de l place r de criticarlo, de no usarlo, o de ve ndé rse lo a alguie n que no fue ra de la familia. Así que , una ve z más, le compré algo que no le iba a gustar, y se lo di e spe rando su re acción de sie mpre , aunque e sta ve z me sorpre ndió con algo pe or. ----- -¡Fe liz Día de la Madre , mami! ----- -¡Qué lástima que yo no te pue da de cir lo mismo! 1970 Cásate con un médico judío y millonario, que quiero tener un nieto judío y millonario. 1975 Cásate con un judío aunque sea divorciado, y dame un nieto o aunque sea una nieta. 1980 Cásate con algo. Sos capaz de no casarte con nadie sólo para no darme nunca un nieto. 1983 ¿Me voy a morir sin que me des un nieto? 1984 ---- -¡Mamá, estoy embarazada!
  • 37. ---- -¡Tene cuidado que ya sos grande! ------Una madre que no humilla a sus hijas más que madre es una tía ------me dice Vicky muerta de risa, mientras saborea un baclavá y se chorrea de almíbar. ------¡Mmmm!------respondo mientras mastico mi bocado de colesterol chorreante ------, ¿hoy vamos a hablar de humillaciones maternas? ------¿Por qué no? ------me desafía------. ¿Acaso no tenes material para competir? ------¿Pero con quién te crees que estás hablando? ------me indigné------; tengo un ropero lleno de humillaciones... ¿con qué letra del alfabeto querés que empiece? ------Por la que quieras. ------Bueno... voy a empezar con algo sencillo... ¿Qué tal ésta? Cuando le conté a mi mamá que yo había tomado la decisión irrevocable de dedicarme a la actuación, su estimulante recomendación fue: ’’Primero termina la carrera, así vas a tener algo con qué defenderte cuando fracases como actriz ’’. ------No da para quejarse, porque muy visionaria no fue. ------¡Por suerte!¡Mira si encima de todo hubiera tenido razón! ------¿Querés escuchar alguna de las que yo pasé con la mía? ------Si no hay más remedio... ------Cuando se acercaba mi cumpleaños de quince, mi mamá me preguntó qué quería de regalo, y yo le dije que no quería regalos, sino una gran fiesta, para invitar a todos mis compañeros del secundario... ¿sabes qué me contestó?... ------No. ------¿Vendrán? ------¡No te creo! ------Después me mandaba al analista para averiguar si yo era gorda porque tenía la autoestima baja, o si tenía la autoestima baja porque era gorda ------dijo Vicky muerta de risa, mientras deglutía el cuarto baclavá------. ¡Y las dos cosas eran por ella! ------Bueno, a vos tampoco te fue mal, porque en tu cumpleaños de quince conociste al que años más tarde sería tu marido. ------Sí, pero no me casé hasta muchos años después, y mientras tanto se guí a merced de mi madre.
  • 38. ------Pero reconoce que mi mamá era tremenda. Acordate si no de los escándalos que me armaba durante toda la adolescencia, cada vez que me leía el diario íntimo. ------¡Vos también!¡Llevar un diario íntimo!¡Siempre fuiste una romántica incurable!¿Y de qué escribías a los quince? ------¡De boludeces!... ¿De qué se puede hablar a esa edad? De que estaba enamorada de Juan, pero también me gustaba Pedro, aunque estaba metejoneada con jorge, pero... nada... eso. Cosas de la edad. Sin embargo, para mi mamá era el fin del mundo. ------Es que hay que ser boluda para dejar el diario íntimo a la mano... ------¿Qué a la mano? ------la interrumpí------. Estaba más escondido que las armas de destrucción masiva en Irak, 98 pero ella me revisaba todo. Vos te olvidaste de lo que era mi mamá. Ella se hubiera disfrazado de hisopo para revisar mi cerebro. ------No hubiera encontrado gran cosa ------murmuró la guacha. ------¡Qué graciosa la gorda! ------le contesté en venganza. ------No, che, con los defectos físicos no se juega ------dijo muerta de risa mientras con una mano me daba una palmada y con la otra arremetía sobre el quinto baclavá. ------Escucha esto, y te desafío a superarlo: ¿Te acordás de Ricardo, aquel morocho de ojos verdes con el que salí durante un tiempo? ------¿Cuál? ¿Uno muy delgadito que trabajaba en un banco? ------¡Ése!Que era bastante mayor que yo, y a mi mamá no le gustaba nada. ------Pero vos estabas loca por él, si hasta en algún momento hablabas de casarte. ------¡Vos estás en pedo!... ------saltó Vicky indignada------, ¡yo nunca me hubiera casado con un tipo con los muslos más delgados que los míos! ------Está bien, no te alteres, me acuerdo perfectamente del tipo, que Sofía lo odiaba y se encargó de decirle a todo el mundo que él estaba muy por debajo de su hija. ------Y de muchos otros... ------¿Qué pasó con él? ------Bueno... ¿qué crees que hizo mi mamá para apartarlo de mí? ------Vicky hizo una pausa dramática y tomó un sorbo de té mientras me miraba fijo------. Te apuesto lo que quieras que nunca lo vas a adivinar. ------¿Le pegó una paliza? ------¡Peor! ------¿Peor que una paliza?... ¡me rindo!
  • 39. 99 ------¡Le ofreció cien dólares para que me dejara! ------¡Cien dólares!------largué una carcajada------. ¡No te cotizó muy alto!... ¿Y él agarró? ------¡No seas guacha!------gritó ella muerta de risa------. Por suerte él no aceptó, aunque después de conocerlo bien, yo misma le hubiera dado los cien dólares para que se fuera. Ese día nos reímos tanto que se nos pasó volando, pero cuando me estaba por despedir de Vicky, apareció su prima Gloria de visita. La pobre venía tan cargada que las dos nos sentamos a escucharla contar la historia de su vida. Decía: ------Cuando yo era niña, y le preguntaba a mi madre... ’’¿me querés?’’... ella contestaba: ’’Te quiero cuando estás durmiendo’’. Cuando fui adolescente le preguntaba... ’’¿mamá... soy fea?’’... y ella me contestaba... ’’cuando tengas dieciocho, te operamos la nariz’’. Cada día, cuando yo salía para la facultad, me decía: ’’No sé por qué estamos gastando tanta plata en vos, que no lo mereces’’. Un Día de la Madre, yo estaba tan enojada con ella que no compré nada para regalarle. Cuando me preguntó: ’’¿Dónde está mi regalo?’’, yo le dije: ’’¡Tu regalo es que todavía tengo una sola personalidad, y no está planeando matarte, mamá!’’. Cuando me despedí de ellas, me quedé pensando en que la humillación a los hijos parece formar parte indivisible de la insatisfacción materna. Cuentan que Picasso ya era un artista de mucho renombre, y hacía años que vivía en París, donde sus obras se vendían a precios exorbitantes, cuando su madre que vivía en España lo llamó para decirle: ------Hijo, ahora que estás por venir para las Fiestas, quiero pedirte que me traigas algo. ------Sí, mamá, lo que quieras. ------Mi vecina Clarita me hizo el favor de ayudarme a poner las cortinas del living. Estuvo tan amable... ¿Por qué no te traes unas pinturitas para regalarle? Recuerdo con qué apasionamiento le reclamé una vez a mi madre la envidia que me provocaba mi amiga Charo porque su mamá siempre encontraba bien todo lo que su hija hacía y aun en el caso de que algo le pareciera mal, nunca se lo iba a decir delante de gente para no humillarla. Pero mi madre me dijo muy seria: ------¡Ella tendría que envidiarte a vos! ------¿Por qué? ------Porque una madre que no humilla a su hija es porque no la quiere. Así que no te preocupes, que mientras yo esté viva, a vos nunca te va a faltar una humillación. ------Gracias, mamá, ahora sí que me quedo mucho más tranquila.
  • 40. Sofía, la Biblia y el Dulcolax Mi amiga Vicky se casó muy joven y desde entonces vive en Italia, así que su relación con su madre también se desarrolló mayormente por teléfono. Su mamá, Sofía, nunca quiso moverse de Montevideo, y cuando se quedó viuda, ya mayor, sus hijos decidieron que se fuera a vivir con una hermana de ella también viuda, y se encargaron de que tuvieran dos empleadas que las cuidaran. Pero como la competencia entre Vicky y yo no disminuye con el tiempo, sino todo lo contrario, cuando supo que estaba escribiendo este libro, me mandó por mail estas imperdibles conversaciones telefónicas que sostuvo con su madre. ------Hola, mamá... ¿cómo estás? ------Acá, con dolor de barriga porque anoche tomé laxante. Hoy me levanté con vómitos y dolor de barriga, pero igual me comí la lasaña, porque después me tomo una pastilla que se dejó la empleada, y chau, la lasaña me hace mal pero yo no la voy a dejar de comer si no se me pasa me tomo una buscapina. ------¿Seguís con tus problemas en el intestino? ------Sí. ------¿Y qué dijo el médico? ------Ese médico está loco, me mandó un montón de remedios, pero yo no los puedo tomar. ------No empieces, mamá!¿Cómo te vas a mejorar si no haces lo que te dice el médico? ------Es que me mandó una dieta horrible. Me dijo que tengo que tomar dos litros de agua por día, y me sacó la sal, pero yo no puedo comer sin sal, así que no le hice caso. ------Tiene razón, porque la sal te fija los líquidos. ------Mejor, así no tengo que tomar tanta agua. ------¿Y entonces qué estás tomando? ------Estoy tomando un remedio que me dio la vecina. ------¡Pero... ¿será posible?!¿Y qué es? ------No sé, pero ella va bien de cuerpo. ------¡Pero qué tendrá que ver!¿Qué tomaste? ------Creo que son tres cucharadas de vaselina líquida, con dos cucharadas de laxante.
  • 41. ------¡Pero es eso lo que te da dolor de barriga! ------Ya sé, pero si no no muevo el vientre. ------Mamá no podes hacer lo que se te antoja con tu intestino, ¿no te das cuenta de que te podes empeorar con lo que haces? ------Bueno, no te preocupes, pero vos cuídate en las comidas, acordate de lo que decía la tía Carmela. ------¿Qué decía? ------Que en tu casa nunca falten la Biblia y el Dulcolax, porque las dos peores cosas que pueden entrar en un hogar son el ateísmo y el estreñimiento. ------¿Hola? ------¡Hola!... ------dice Vicky------. ¿Tía Angelina? ------Sí, Victoria... ¿cómo estás?... ¿Querés hablar con tu mamá? ------Sí, por favor, tía, que la llamo de larga distancia. Entonces oye que la tía le grita a la empleada: ------¡Domitila, llévale el teléfono a Sofía, que la llama la hija! Pasados unos minutos, atiende la mamá de Vicky. ------¡Hola! ------¡Hola, mamá!... Soy yo, Vicky... ¿cómo estás? ------Y acá estoy, sola. ------¿Cómo sola, si me atendió la tía Angelina y la llamó a la empleada para que te lleve el teléfono? ------No, pero la muchacha ahora se va. ------¿Y por qué se va?... ¿no se tiene que quedar? ------¡No te oigo! ------¡¡¡Si no se tiene que quedar!!! ------No, se va porque se le acaba el turno y después viene la otra. ------¿Y por qué decís que estás sola, si está la tía, la empleada, y después viene la otra empleada? ------Porque Angelina está en su cuarto, y a esta estúpida de Domitila hoy le toca estar con ella.
  • 42. ------No entiendo ------dice Vicky------. ¿Por qué con ella, no está para atenderlas a las dos? ------Sí, pero un día está con una en su cuarto y el otro día está con la otra. ------¿Y por qué no están todas juntas? ------¡No te escucho! ------¡¡¿Que por qué no están todas juntas?!! ------gritaba Vicky fuera de sí. ------¿Estás loca? ¿Qué vamos a estar juntas con tu tía que siempre quiere ver otra cosa?... ------Pero mamá, no te hagas la tonta, si yo las he visto con mis propios ojos, a vos y a la tía, estar cada una en su cuarto, con su propia tele... iy las dos mirando el mismo programa! ------No te escucho bien, se te pierde la voz. ------Que la tía es tu hermana, ¿no te acordás de lo unidas que eran cuando eran chicas? ------No te escucho. ------¡¡¡Si no te acordás lo bien que te llevabas con tu hermana!!!(Silencio) ------¡Mamá!, ¿me escuchas? ------No te escucho bien porque estoy comiendo un caramelo. ------Bueno, te llamo en otro momento, mamá, te mando un beso. ------Bueno, chau. CUIDADO! ------Hola. ------Hola mamá... soy Vicky... ¿cómo estás? ------Angustiada. ------¿Qué tal la señora nueva que te acompaña? ------Horribe. ------¿Por qué? ------Porque es muy fea. ------No empieces, mamá, no es fea, es una señora grande, pero lo importante es que te cuide bien.
  • 43. ------Además, está mal de la cabeza, porque no le gusta la tele, ni la radio ni nada. ------Bueno, pero vos te podes poner los auriculares que te regalé y escuchas lo que quieras, tranquila. ------¿Estás loca? ¿No sabes que yo no me puedo poner los auriculares? ------¿Por qué? ------Porque no tengo ganas. ------Bueno, entonces no te quejes. ------¡Estoy tan deprimida! ------¿Por qué no miras un poco la tele? ------En la tele no hay nada que me entretenga. ------Escucha la radio. ------La radio me tiene podrida, hablan hablan hablan y yo no quiero escuchar. ------Llama a alguna amiga, así conversan. ------¿Para qué? ------No sé, para divertirte un rato. ------Hoy no tengo ganas de divertirme. ------Pero mamá, no seas así, ¿cómo no vas a tener ganas de divertirte? ¿Qué preferís? ¿Estar deprimida? ------Sí, prefiero la depresión. ------¿¿Por qué?? ------Porque dura más. Luego de recibir estos mails, la llamé a Vicky por teléfono y sostuvimos este diálogo: ------No sabía que Sofía estaba tan caída. ------Sí, hace años que mamá es depresiva. ------¿De suicidarse? ------No, los que se suicidan son los de alrededor. no
  • 44. No hace falta ser J udía para ser una madre J udía Morir es fácil, ser madre es difícil. La insatisfacción de las madres judías es tan proverbial, que ya ha sido inmortalizada en algunos de los mejores cuentos que he escuchado en mi vida. Un ejemplo de ello es la historia de aquella madre que le regaló a su hijo dos corbatas para su cumpleaños. El hijo, para homenajearla, cuando se vistió esa noche para su fiesta, se puso una de las corbatas. Cuando la madre lo vio le dijo: ------¡Ya sé!... ¡la otra no te gustó! También está la historia de la señora Podvielevich, orgullosa madre de un médico, y a la que su hijo le pidió que le grabara el mensaje del contestador de su consultorio. Cuando los pacientes llamaban al médico se encontraban con este mensaje: ------Éste es el contestador del doctor Podvielevich. Habla la mamá del doctor Podvie levich. Él ahora no puede atenderlo, pero si usted espera la señal, puede dejarle un mensaje, con su número de teléfono, para que él lo llame a usted. Y si no lo llama, no se preocupe. A mí tampoco me llama. O aquel otro cuento acerca de una madre que estaba con su hijito de cinco años en la playa. La mamá le puso protector al niño, un gorrito para el sol, y lo dejó que fuera a jugar. De repente, una ola enorme rompió sobre ellos y arrastró al niño hacia el mar. Entonces la madre, desesperada, invocó a Dios y le dijo: ------¡Dios!¿Qué hiciste? ¡Ese niño es mi vida entera!Si me lo devuelves con vida yo haré cualquier cosa. Seré la mejor persona. Daré dinero para caridad. Trabajaré para los pobres y enfermos. Iré todos los días a la sinagoga, pero por favor, Dios, devuélvemelo. En ese momento, otra ola gigantesca rompió sobre la playa y devolvió al niño sano y salvo. Su madre lo miró, lo abrazó, y luego mirando hacia el cielo, exclamó: ------¿Y el gorrito? La parcialidad de una madre judía tampoco debería ser olvidada en la carrera de la insatisfacción materna. En ese sentido, no puedo dejar de mencionar el diálogo que tuve alguna vez con mi tía Perla ------que en paz descanse------ y que merecería ser un cuento, pero no lo es. ------¿Qué tal, tía?... ¿cómo están tus hijos?
  • 45. ------Mi hija está fantástica. Se casó con un médico maravilloso, que la tiene como una reina. Él le hizo construir una casa fabulosa, le acaba de comprar un anillo de brillantes, un tapado de visón, y se la llevó de viaje por todo el mundo. ------¡Qué extraordinario!... Felicitala de mi parte... ¿Y cómo está tu hijo? _¡Ah!Mi pobrecito hijo no tuvo suerte. Se casó con una bruja que no hace más que pedirle que le compre una casa, que le compre anillos de brillantes, que le compre un visón, que la lleve a pasear por el mundo... ¿A vos te parece? Hay un viejo dicho: ’’Tres judíos, tres opiniones’’. Pero también podríamos decir: ’’Tres judíos, tres maneras de contar los mismos chistes’’. No hay duda de que el arte ha sido desde el principio de los tiempos nuestra salida creativa para el dolor de la existencia. Los seres humanos necesitamos el arte para resistir la vida, y los puebos también lo necesitan. Y así como los negros encontraron esa maravillosa vía artística para su dolor que es la música, los judíos encontramos el humor judío. Por supuesto que no somos los dueños del humor ni mucho menos, pero una de las características más sobresalientes del humor judío es su capacidad de reírse de sí mismo. Porque todos tenemos sentido del humor cuando ’’del que se ríen’’es otro. Pero el verdadero sentido del humor es cuando uno puede reírse de sí mismo. Cuando el otro también es uno. Y esto sólo sucede cuando podemos separarnos de nuestro yo habitual, y mirarlo desde un lugar que tiene conciencia de que todo este mundo con sus miserias no es más que un juego con mucho de ridículo, inflado en su importancia por nuestros pequeños egos. Sigmund Freud alguna vez opinó acerca del humor judío: ’’No creo que existan muchas otras instancias de gente haciendo humor en un grado semejante acerca de su propio carácter’’. Y yo estoy convencida de que ése es el más auténtico secreto de la supervivencia. (No me van a discutir que los judíos sabemos algo de supervivencia.) Como no podía ser de otra manera, hay un cuento de Isaac Singer al respecto que ilustra perfectamente este hecho. ’’Un día Dios anuncia que en diez días va a haber un nuevo diluvio, y la noticia llega a todo el globo. ’’José va a preguntarle a un católico cómo se prepara para semejante evento. El católico le dice: Durante estos diez días voy a rezar a nuestro señor Jesucristo, voy a pedir perdón a aquellos que herí, me voy a arrepentir por mis pecados, y voy a esperar a que se cumpla la voluntad del Señor’. ’’Entonces José le pregunta a un musulmán cómo piensa pasar esos diez últimos días de su existencia. ’’El musulmán le responde: Yo me voy a arrodillar de cara a La Meca, y voy a pedir a Alá que me perdone, después voy a ir a buscar a todos los amigos que dejé en el camino, a la familia que olvidé, y los voy a reunir
  • 46. para que nos arrodillemos y recemos juntos para ser perdonados. Luego me voy a retirar en silencio, para esperar los designios de Alá. ’’Por último, José va a preguntarle a un judío qué piensa hacer en esos diez días que le quedan. ’’¿Diez días?’, dice el judío, ’¡Suficientes para aprender a respirar bajo el agua!’’’ Pero tratándose de las madres, es bien sabido que no hace falta siquiera ser judía para ser una ’’madre judía’’. Cualquier madre sobreprotectora, insatisfecha y culpógena puede cumplir con el rol. (O sea...) Como hemos podido apreciar, una madre italiana podría perfectamente ser una ’’idishe mame’’. Aunque la mitología popular se empeña en decir que subsiste una sutil diferencia entre ambas. Porque la madre italiana le dice al hijo: ’’Si no comes te mato’’. Y la madre judía le dice: ’’Si no comes me suicido’’. Sutilezas más o menos, la historia ha demostrado de manera incontrovertible que la insatisfacción materna no se detiene ante épocas ni fronteras, razas ni credos, como ha quedado registrado en estas frases históricas: ¿Otra vez haciendo garabatos? ¿Por qué no te peinas un poco y salís con alguno buena chica? ¡Pónee los calzoncillos adentro, como todo el mundo! La madre de SUPERMAN ¿Todo el tiempo jugando con esa estúpida cometa? ¡Entra inmediatamente y pónete a hacer los deberes! Le vanta e l te lé fono y llama a tu madre algún día. La madre de ALEXANDER GRAHAM BELL ¡Operate esa nariz de una buena vez! ¿ a eso le llamas comida? ¿Cómo que vas a viajar a la luna? ¿ si esa llena de antisemitas? ¡Cambie el calzoncillo antes de salir a la calle!¿ si tenes un accidente? ¿Qué clase de hijo le echa la culpa de todo a la madre? ¿Cuando vas a pintar algo que se entienda? ¡Sacate ese repasador de la cabeza por el amor de Dios!