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ESTUDIO SOCIO-HISTÓRICO DEL
EPISTOLARIO MEIGGS
            MEIGGS
        (1866
        (1866-1885)




                  Alejandro Salinas Sánchez
Alejandro Salinas




              ocio-
     Estudio socio-histórico del
      Epistolario Meiggs
               (1866-
               (1866-1885)




      Seminario de Historia Rural Andina
UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS
© D.R. Estudio socio-histórico del Epistolario Meiggs (1866-1885)
       Alejandro Marcelo Salinas Sánchez

© D.R. 1° edición Seminario de Historia Rural Andina


SEMINARIO DE HISTORIA RURAL ANDINA – UNMSM
Rector: Luis Fernando Izquierdo Vásquez
Directora: Nanda Leonardini
Director Fundador: Pablo Macera
Jr. Andahuaylas 348, Lima 1      Telf. (51-1) 619–7000, anexo 6158
shra@unmsm.edu.pe
http://www.unmsm.edu.pe/shrural/
Lima–Perú, mayo 2007


Edición: Sara Castro García
Carátula: Henry Meiggs en Chile, 1863 (Tomado de Reseña histórica del ferrocarril entre Santiago i
         Valparaíso: acompañada de cuatro vistas fotográficas de un plano de línea, biografía y retrato
         del contratista Enrique Meiggs. Santiago, Imprenta del Ferrocarril, 1863. 173 p.)
Contracarátula: Locomotora Rogers, 1863 (Tomado de The Evolution of the American Locomotive.
                Scientific American Supplement, 8 de mayo de 1897).
Escaneo: Juan Zárate Cuadrado
Impresión: Miguel Pinto Huaracha



Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2007-05105
ISBN: 978-9972-231-13-1
INTRODUCCIÓN


Hacia mediados de la década de 1860 el fantasma de la bancarrota asomaba sobre la economía
peruana.      El enorme e inmanejable déficit fiscal y la creciente deuda externa habían
estrangulado la gestión gubernativa, mientras la sociedad se hallaba agobiada por una
extendida inestabilidad política1. En ese contexto, los hacendistas vivían en continua zozobra
tratando de postergar el estallido de la crisis final. Esta coyuntura no impidió a los presidentes
Pedro Diez Canseco, José Balta y Manuel Pardo utilizar las rentas del guano como garantía
para el levantamiento de millonarios empréstitos destinados a construir ferrocarriles de
dudosa rentabilidad y con costos escandalosamente exagerados. Empero, la decisión política
de modernizar la vialidad nacional había sido tomada desde mediados del siglo XIX, y veinte
años después sólo faltaba el hombre poseedor de los elementos financieros y tecnológicos
necesarios para realizar dicho plan.               Con este telón de fondo, aparece el empresario
norteamericano Henry Meiggs, quien junto a su hermano John y toda una red de ingenieros y
agentes mercantiles construye en el decenio de 1870 un dinámico lobby2 en el rubro de obras
ferroviarias.
           El gigantesco crecimiento de la inversión pública en infraestructura vial impactó
negativamente sobre la Hacienda nacional.                     Esto es fácilmente comprensible cuando
comparamos los 3 235 000 pesos gastados entre 1850 y 1858 en diversas obras menores con los
111 507 712 pesos derrochados entre 1868 y 1875 mediante la contratación de los
megaproyectos de Henry Meiggs. Con tales volúmenes de capital transitando por las manos
de políticos y funcionarios públicos los casos de corrupción fueron moneda corriente.
Diversos trabajos dan testimonio de estos lamentables hechos, como los escritos por Fernando




1 Los negativos indicadores económicos de la década de 1860 reflejan la dimensión de nuestra crisis fiscal durante
dicho período. En 1863 el déficit del Presupuesto Nacional ascendió a 3 500 000 pesos (£ 700 000), cifra que sería
incrementada por los gastos de la guerra civil de 1865, la guerra con España en 1866, las rebeliones de Pedro Diez
Canseco y José Balta en 1867, y finalmente las deudas por adelantos tomados de los consignatarios en el curso de
estos años.
2 Empleamos el anglicismo lobby en el sentido de grupo de personas influyentes organizado para presionar en favor

de determinados intereses. El lobby cumplió en lo económico las mismas funciones que la camarilla en la esfera
política republicana. En las décadas de 1860 y 1870 las riquezas guaneras permitieron el surgimiento sucesivo de tres
influyentes lobbys: el de los consignatarios, el de Augusto Dreyfus y el de Henry Meiggs. Los dos primeros ejercieron
mayor poder político a través de Manuel Pardo y Nicolás de Piérola respectivamente, mientras el último ejerció
influencia mediante la labor parlamentaria de José Silva Santisteban y Francisco García Calderón.
Casós, A.J. Duffield, Arnaldo Márquez y William Clarke3 donde se ofrece un vivo retrato de la
decadencia moral en que fueron negociados los contratos con Henry Meiggs y Augusto
Dreyfus.      No pretendemos descalificar los juicios emitidos por los citados autores, mas
conviene decir que todos ellos están basados en testimonios personales muy importantes, pero
por lo mismo de difícil comprobación.                  Nuestro deseo es sondear esta ominosa historia
basándonos en los propios documentos producidos por quienes fomentaron y/o participaron
en estas controvertidas operaciones. Los diarios son además otra valiosa fuente histórica
donde fueron recogidas innumerables críticas y denuncias contra el culto al oro impuesto a lo
largo de esta época.
            No sería justo ni mesurado acusar a Henry Meiggs de haber corrompido las
instituciones nacionales. Sin duda, antes de su llegada al país todos los gobiernos habían
malversado fondos fiscales, empero fueron sus costosas obras ferroviarias las que permitieron
nuevas y mayores formas de corruptela. Además, cuando arriba al Perú traía consigo el
estigma del fraude cometido en San Francisco una década atrás4, y los rumores sobre las
oscuras negociaciones realizadas para obtener sus contratos ferroviarios en Chile.                              Como
sabemos el llamado Pizarro yanqui pasó las dos últimas décadas de su azarosa vida entre Chile
y Perú. En ese tiempo escribió cientos de cartas donde dejó registrados no sólo sus proyectos
financieros y políticos, sino las alegrías y frustraciones cosechadas en la realización de estos.
Su pluma, lejos del frío carácter anglosajón, revela un espíritu impulsivo y tenaz. Meiggs fue
ambicioso y perspicaz en sus tratos con los funcionarios de gobierno, severo frente a sus rivales
en los negocios, pero afectuoso y paternalista con los amigos y familiares. A su muerte en
setiembre de 1877, Charles Watson conserva y ordena sus papeles con el fin de sustentar los
reclamos contra el Estado peruano por supuestos trabajos ferroviarios impagos.
            En 1890 la Peruvian Corporation recibió del gobierno peruano este archivo junto con
los demás bienes pertenecientes al Ferrocarril Central. En algún momento, entre fines del siglo
XIX y el primer cuarto del siglo XX, personal de esta empresa británica clasifica estos
materiales separando las cartas de los papeles contables para posteriormente formar con ellos




3 Quienes estén interesados en consultar la impresión personal de los citados autores sobre nuestra corrupción

republicana, pueden revisar los siguientes trabajos: Clarke, William. Perú and its Creditors. London, Ranken and Co.,
1877; Duffield, Alexander James. Peru in the Guano Age. London, R. Bentley and Son 1877; Márquez, J. Arnaldo. La
orgía financiera del Perú: el guano y el salitre. Santiago de Chile, Imprenta de la Libertad Electoral, 1888: Pruvonena,
Segundo (Fernando Casós), ¡Los Hombres de Bien!. Primera parte del Becerro de Oro. París, Libr. Española de E. Denne
Schmitz, 1874.
4 A comienzos de 1850 Henry Meiggs Williams llegó a San Francisco para iniciarse en negocios inmobiliarios y la

especulación con bonos. Fue en el curso de estas actividades cuando recurrió a la falsificación de certificados
municipales (warrants) para respaldar sus deudas. En 1854, temeroso de que su engaño fuese descubierto decide
fugarse llevándose un capital de $ 8 000. Tras cinco meses de navegación arribaría a Talcahuano (Chile). Una vez
instalado allí, las autoridades californianas enteradas de su paradero solicitaron su extradición al gobierno chileno,
pero ésta fue denegada.


4
varios tomos5.        En 1942, Esperanza Valdez de la Torre tuvo oportunidad de revisar
parcialmente esta documentación inédita mientras escribía su tesis de bachiller sobre Henry
Meiggs6. En un artículo publicado poco después cita diez cartas enviadas a éste, entre 1868 y
1876, por su hermano John y sus agentes en Bolivia. Sin embargo, no precisa cuántos tomos
componían el Archivo Meiggs ni el período histórico abarcado por estos.
            Esos detalles serían revelados en 1945 por Watt Stewart, quien consulta ese mismo
archivo para realizar su conocido estudio biográfico Henry Meiggs: Yankee Pizarro7. Según este
autor, la Peruvian Corporation había formado un fondo llamado Meiggs Papers (o Archivo de
don Carlos Watson) integrado por cientos de cartas compiladas en quince volúmenes de 500 a
700 páginas cada uno, 16 libros contables y varios bultos conteniendo cheques cancelados,
planos y otros testimonios de incalculable valor historiográfico. De este grupo, Stewart extrajo
información de 97 cartas. Existían además otros lotes de cartas y documentos de Henry
Meiggs repartidos entre sus nietos H.F. Meiggs, residente en Palo Alto (California), y Lucrecia
Meiggs de Valle Riestra afincada en La Punta (Callao). Finalmente, un cuarto lote de cartas
enviadas a su nieta Enriqueta era custodiado por el intelectual chileno Eugenio Pereira Salas8.
            No sabemos cuál fue el destino de los Meiggs Papers en la década posterior a la
estatización de la Peruvian Corporation en 1972. Sin embargo, estos reaparecen en marzo de
1983 formando parte del archivo del Ferrocarril Central del Perú trasladado por tiempo
indefinido y mediante convenio de depósito al Archivo General de la Nación por la Empresa
Nacional de Ferrocarriles S.A. (Enafer) y el Banco Industrial del Perú. En adelante sería
conocido como Fondo Enafer – Anexo C1 habiendo sido agrupado provisionalmente en 35
bolsillas y más de 50 libros de cuentas.                  Allí encontramos correspondencia personal y
comercial, documentos financieros, libros copiadores de cartas, planillas, convenios y contratos
referidos a mano de obra, adquisición de materiales y terrenos, entre otros9. A inicios del 2002,
cuando iniciamos una investigación sobre historia de los ferrocarriles estábamos convencidos
de que el Fondo Enafer contenía los valiosos Meiggs Papers en su totalidad.
            Fue entonces cuando el Dr. Pablo Macera nos dio aviso de la existencia de un fondo
documental inédito en los archivos de la concesionada empresa Enafer Perú S.A. La Junta

5 Esta labor archivística de la Peruvian Corporation habría tenido como objetivo aportar información inédita para

escribir una historia de los ferrocarriles. Probablemente la era Meiggs fue dejada de lado, porque el estudio de la
administración ferroviaria británica ofrecía mayor interés para su personal. Resultado de ese trabajo fue el ensayo
anónimo titulado The First Fifty Years of the Peruvian Corporation Ltd. 1890-1930, el cual forma parte del Archivo de la
Peruvian Corporation actualmente custodiado por la University College de Londres.
6 Esta tesis, presentada a la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica a comienzos de 1942, llevó por

título “Algunos datos sobre la vida de Enrique Meiggs”. Más tarde, en setiembre del mismo año, la autora publicaría
en los Cuadernos de Estudio de la Pontificia Universidad Católica (Tomo II, Nº 4.) el artículo “Enrique Meiggs: su vida
y actuación en el Perú”.
7 A fines de la década de 1930 Watt Stewart inició en Chile sus investigaciones sobre Henry Meiggs. Como resultado

de ello, publicaría por la Editorial Universitaria de Santiago de Chile los trabajos “Enrique Meiggs en Chile” y “El
trabajador chileno y los ferrocarriles del Perú” en 1938 y 1939 respectivamente.
8 Este fondo de 33 cartas puede consultarse en la Sección Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Chile.
9 Actualmente el Fondo Enafer – Anexo C1 no está disponible para consulta de los investigadores, pues se encuentra

en reorganización desde mediados del 2005, y no se ha fijado un plazo para el término de este proceso archivístico.


                                                                                                                      5
Liquidadora lo había guardado en condiciones precarias en el sótano de la Estación de
Desamparados, pero no habiendo previsto su clasificación ordenó trasladarlo al almacén de
Industrias Militares (Indumil) en la avenida Colonial (Lima).                      Allí había un marañón de
papeles repartido en cientos de sacos. Aunque la mayoría del material correspondía a la
Peruvian Corporation, tuvimos la fortuna de encontrar originales y copias mecanográficas de
241 cartas cursadas entre Henry Meiggs y sus agentes. Recientemente hemos comprobado que
ese valioso epistolario constituye parte de los Meiggs Papers, habiendo permanecido mezclados
con los papeles de la Peruvian Corporation en los archivos de Enafer S.A. hasta que ésta fue
concesionada en 1999.
            El Epistolario Meiggs10 ofrece información inédita sobre los mecanismos financieros
y lobbys formados por Henry Meiggs, su hermano John y el entorno de colaboradores en el
Perú, Chile, Estados Unidos de Norteamérica y Europa para lograr consumar leoninos
negocios.      Las cartas revelan detrás de cada contrato un fino y minucioso trabajo de
investigación por parte de los hermanos Meiggs acerca de las condiciones financieras del Perú
y la potencialidad de las rentas del guano.                  Éstas detallan también los nombres de los
congresistas integrantes del lobby ferroviario y las tareas que les fueron encomendadas en el
Legislativo. Hay incluso referencias concretas a la injerencia de Henry Meiggs en asuntos de
nuestra política interna, de los cuales indudablemente dependía la continuidad de sus
negocios. Encontramos finalmente referencias a negocios poco conocidos en su vasta actividad
mercantil, como la participación en compra de armas y operaciones bursátiles, además de
diversas inversiones mineras realizadas en suelo peruano, chileno y boliviano.
            Finalmente, conviene hacer varias precisiones sobre el Epistolario Meiggs y la forma
en que hemos decidido publicarlo. Como es lógico suponer la comunicación escrita entre los
hermanos Meiggs y sus agentes se efectuaba en inglés. Por ello, cuando Federico Costa y
Laurent consultó estos papeles hace siete décadas se encargó de traducirlos y mecanografiarlos
formando con esas copias un archivo paralelo al original11. Algunas de estas copias omiten
ciertas partes de los documentos, probablemente a causa del deterioro de estos o por un
criterio de selección del traductor, quien además utilizó iniciales para ocultar nombres de
ciertas personas e introdujo subrayados en los párrafos que deseaba destacar. Con todo, no
queda duda sobre su manifiesta posición crítica frente a las controvertidas actividades de



10 Hemos decidido darle este nombre provisional hasta cuando el Archivo General de la Nación le asigne uno

definitivo. No debe extrañar la inclusión en el Epistolario Meiggs de cartas redactadas por diversos socios después
de su muerte, pues ellas están vinculadas con negocios inconclusos del Pizarro yanqui, muchos de los cuales
permitieron a sus agentes Charles Watson y John Thorndike seguir usufructuando la red ferroviaria.
11 Este trabajo, realizado por Federico Costa y Laurent durante la primera mitad del decenio de 1930, debió servir de

base para un estudio biográfico de Henry Meiggs. En enero de 1936, el norteamericano J.W. Pearson le hizo sin éxito
una propuesta para comprarle sus materiales, entre los cuales además del valioso Epistolario se hallaban los libros de
actas originales del cabildo de San Francisco correspondientes a los años 1851-1855. A la muerte de Costa Laurent,
sus papeles y manuscritos fueron conservados por su viuda, Isolina Garrat. Ella facilitó su consulta a Esperanza
Valdez de La Torre (1942) y Watt Stewart (1945) respectivamente .


6
Henry Meiggs. Este afán pesquisidor le hizo dejar de lado aquellas cartas donde sólo había
registros de compras de herramientas y materiales para los ferrocarriles.
          Este trabajo tiene dos propósitos: efectuar un estudio socio-histórico preliminar de la
información ofrecida por el Epistolario Meiggs, y al mismo tiempo ponerlo al alcance de los
historiadores para que sea sometido a una profunda crítica heurística.                  En ese sentido,
debemos precisar que hemos realizado nuestra propia traducción de las cartas, comparándolas
con aquellas efectuadas anteriormente por Federico Costa Laurent, a fin de alcanzar la mayor
objetividad respecto de los textos originales. Por lo demás, nuestra labor se limitará a añadir
entre corchetes los nombres de las personas citadas en las cartas incorporando, cuando sea
oportuno, breves notas sobre su participación en la vida política y económica del Perú o de sus
respectivos países de origen.
          Con fines expositivos, y siguiendo la secuencia cronológica de las cartas (1866-1885),
hemos dividido nuestro estudio en cinco secciones temáticas y las conclusiones respectivas. La
primera sección (1866-1867) se ocupa de las diversas actividades económicas emprendidas por
Henry Meiggs en Chile en los años previos a su ingreso al escenario peruano. En la segunda
(1868-1870) exponemos como despliega en nuestro país su carrera de contratista de obras
públicas faraónicas, y detallamos los mecanismos empleados para la formación de un lobby
ferroviario en la sociedad peruana. La tercera sección (1871-1874) analiza sus años de apogeo
patrimonial y el posterior declive en medio de los primeros síntomas de la bancarrota fiscal.
La cuarta (1875-1879) describe las últimas operaciones financieras realizadas para evitar la
decadencia de sus negocios, las mismas que serían continuadas durante la Guerra del Pacífico
por su pariente político y socio Charles Watson12. En la quinta sección (1880-1885) exponemos
cómo los herederos de Meiggs negociaron y finalmente traspasaron los ferrocarriles al capital
extranjero en la posguerra del Pacífico. La parte final incluye un anexo con 241 cartas que
componen el inédito e inestimable Epistolario Meiggs.




12Henry Meiggs siempre tuvo especial consideración y plena confianza en Charles Watson. Ésta se cimentó más
cuando, en abril de 1877, Charles Watson contrajo matrimonio en Chile con su sobrina Mary Backus Meiggs.


                                                                                                         7
CAPÍTULO I


                        LOS NEGOCIOS DE HENRY MEIGGS
                              EN CHILE: 1866-1867


En 1849 Henry Meiggs era probablemente el más próspero empresario en comercio maderero,
construcciones privadas y obras públicas del oeste norteamericano. Aprovechando su poder
económico obtuvo entonces una concejalía en San Francisco, postulando más tarde sin éxito a
la gobernación estatal de California. Sin embargo, a mediados de 1854, enormes deudas lo
llevaron a cometer un escandaloso fraude tomando dinero del público mediante la emisión de
bonos falsos. El 26 de septiembre de dicho año, antes de que fuese descubierto, huyó de San
Francisco dejando pérdidas por más de un millón de dólares a los negocios locales. A inicios
de 1855, Meiggs arriba al puerto chileno de Talcahuano. Los primeros años de su estancia en
chile tienen como escenario la ciudad de Chillán en medio de una dura estrechez económica.
En 1858 consigue superar esta situación cuando realiza el tendido de un puente férreo sobre el
río Maipo. Más tarde, entre 1861 y 1863, participa en la conclusión de dos tercios del ferrocarril
de Valparaíso a Santiago. Gracias a estas obras alcanza amplio prestigio como contratista
ferroviario y una enorme influencia entre la aristocracia chilena13. Hasta aquí todo es historia
conocida.      Pero poco se ha estudiado sobre la intervención de Henry Meiggs en otras
actividades, como la compra de armamento para Chile durante la guerra con España en 1866,
sus contratos en sociedad para explotación guanera en Mejillones y la especulación con bonos
bolivianos y chilenos.
            En cuanto a lo primero, conviene precisar la orientación de la política exterior chilena
en la década de 1860. Desde mediados de 1862 las relaciones entre España y Chile se hallaban
muy deterioradas a causa de la prédica americanista desplegada por intelectuales y políticos
como Benjamín Vicuña Mackenna, Manuel Montt y José Victorino Lastarria14. El conflicto se
exacerba cuando la escuadra española, bajo el mando del contralmirante Luis Hernández Pinzón,


13 En abril de 1864, apoyado por la elite chilena, Meiggs propuso al Presidente argentino, Bartolomé Mitre, construir
el ferrocarril Santiago-Buenos Aires. A pesar del entusiasmo inicial, el Pizarro yanqui cambió de planes poco
después interesándose en realizar el proyecto ferroviario Mejía-Arequipa en el Perú (Stewart 1946: 41).
14 En setiembre de 1856, los gobiernos de Ecuador, Chile y Perú firmaron un tratado continental comprometiéndose al

apoyo recíproco en caso de agresión proveniente de países extranjeros. En noviembre del mismo año la diplomacia
peruana patrocina un proyecto de tratado de alianza y confederación con México, Nueva Granada, Venezuela, Costa
Rica, Guatemala y El Salvador (Basadre 2005: V, 163-165).
ocupa en abril de 1864 las islas de Chincha amenazando con retenerlas
                                   mientras el Perú no pagara indemnización a la Corona por la muerte
                                   de un colono vasco ocurrida en la hacienda Talambo (Lambayeque)
                                   hacia agosto de 1863. Doblegado por la presión hispana, el temeroso
                                   gobierno de Juan Antonio Pezet firma el Tratado Vivanco-Pareja (27
                                   de enero de 1865) canjeando la liberación de las citadas islas
                                   guaneras por un pago de tres millones de pesos15. Fortalecidos los
                                   españoles con este triunfo, quisieron escarmentar al gobierno chileno
                                   exigiéndole una reparación en dinero y satisfacciones diplomáticas
                                   por haber apoyado la causa peruana, anunciando bombardeos sobre
       Juan Antonio Pezet
                                   Lota o Valparaíso si estas demandas eran rechazadas.
            En ese contexto de inminente guerra, en abril de
1865, el Presidente chileno José Joaquín Pérez envía a Estados
Unidos de Norteamérica a Benjamín Vicuña Mackenna en
misión diplomática para obtener la incorporación de dicho
país en la causa americanista, y al mismo tiempo negociar allí
la compra de moderno armamento. Para cumplir este último
encargo, Vicuña Mackenna buscó personas relacionadas con
militares y armadores de naves de guerra norteamericanos. Por
ese camino llega hasta Henry Meiggs16, quien le ofrece los
servicios de asesoría del ingeniero William Cilley17 para su                                    Joaquín Pérez

próxima visita a New York. A solo unos meses de haber arribado a dicha ciudad, Vicuña
Mackenna había asegurado en enero de 1866 la compra del Meteor a un costo de £ 55 500
(277 500 pesos según tipo de cambio de la época de 5 pesos por libra esterlina). Este barco
artillado de 1 480 toneladas era capaz de desarrollar una velocidad de once millas por hora. El
contrato, firmado en secreto con su propietario para no violar la ley de neutralidad, fracasa
cuando el diario Sunday Mercury publica un titular denunciando la preparación del Meteor
como corsario armado contra España. De inmediato, por solicitud del consulado español y el

15 En febrero de 1865, el Ministro peruano en Inglaterra, Federico Barreda, contrata con la Casa Thomson Bonar la

emisión de bonos en Londres por un monto de £ 10 000 000 al tipo de 83.5% obligándose a pagar 10% anual en
intereses y amortización. Para saldar esta ignominiosa deuda, el Presidente Pezet empleó fondos de dicho
empréstito. Paradójicamente este desembolso a favor del enemigo hispano duplicaba la partida de £ 257 000
(1 285 000 pesos) asignada para garantizar la defensa de nuestras costas mediante la compra del monitor Huáscar y la
fragata Independencia.
16 Por entonces ambos mantenían un estrecho vínculo amical. No en vano, en setiembre de 1863, el político chileno

forma parte del homenaje dado a Henry Meiggs con motivo de la inauguración del ferrocarril Valparaíso-Santiago.
Poco después, en 1865, apoya sus nuevos planes ferroviarios escribiendo el trabajo titulado Breve exposición de los
antecedentes del ferrocarril urbano de Santiago que se propone construir don Enrique Meiggs. Durante estos años fue además
asiduo concurrente a los saraos dados por el empresario norteamericano en su lujosa quinta santiaguina. Más tarde,
en 1867, Vicuña Mackenna comprará un palacete a Meiggs por la suma de 40 000 pesos, saldados mediante permuta
de dos casas en Valparaíso pertenecientes a su esposa Victoria Subercaseaux, y 15 000 pesos en efectivo. Finalmente,
en 1877, dedicaría grandes elogios a la obra vial del Pizarro yanqui en Chile en su libro De Valparaíso a Santiago.
17 Vicuña Mackenna 1867: I, 322.




10
propio Secretario de Estado, H.G. Seward, el alguacil neoyorquino, Robert Murray, solicitó ante el
juez Samuel Betts el impedimento de salida de la nave. Descubierta la participación de Vicuña
Mackenna en el asunto, logra salvarse de ir a prisión gracias al pago de una fianza de 5 000 pesos.
                                               John     Meiggs      también      fue    interrogado       por    las
                                   autoridades rechazando sagazmente haber mantenido vínculos
                                   con los encausados. Mientras tanto, secretamente actuaba como
                                   agente no oficial del gobierno chileno ante otros armadores
                                   militares. Meiggs mostraba cierto desaliento, porque la pobreza
                                   de fondos, las posibles sanciones judiciales de los jueces
                                   norteamericanos y la abundancia de gente inescrupulosa en el
                                   entorno de Vicuña Mackenna le impedían concretar negocios18.
                                   Sin embargo, el afán de lucro lo impulsó a preparar la venta del
                                   blindado Dunderberg19 a Chile. De acuerdo con sus planes, las
        Federico Barreda           casas Fabbri y Chauncey y Junius S. Morgan prestarían el capital
requerido a cambio de un pago de 3 000 000 de pesos en bonos al 7%20. El artillado de la nave
y su posterior entrega estarían a cargo de Mr. Webb, quien deseaba hacerlo en Europa, aunque
Meiggs prefería hacerlo en el puerto de Colón (Aspinwall) en Panamá. El cobro de comisiones lo
dejaba en manos de su hermano Henry. Con todo, debido al reciente affaire del Meteor, John sentía
temor de que estos preparativos fuesen descubiertos por la prensa neoyorquina21.
           El juicio contra el Meteor transcurrió durante varios meses dictándose sentencia
condenatoria hacia mediados de 1866. Aunque la compra de naves había sido bloqueada por el
gobierno norteamericano, Vicuña Mackenna no permanece inactivo en estos agitados meses. Por
el contrario, se dio tiempo para enviar un grupo de militares norteamericanos torpederos con
la misión de dirigir ataques sorpresivos a los buques españoles22. Ellos viajaron a Valparaíso
acompañados por el ingeniero Wiliam Cilley, pero extrañas circunstancias les impidieron
cumplir su trabajo. Confiado en la mejor posición del Perú para contratar empréstitos quiso
interesar al Presidente Mariano Ignacio Prado en la compra de los blindados Dunderberg o
Monadnoch. Empero, grande fue su desconcierto cuando el comandante peruano, Lizardo




18 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (I). New York, febrero 21 de 1866.
19 Este blindado (ironclad) comenzó a construirse hacia 1862 en los astilleros neoyorquinos por encargo de la Armada
norteamericana. Lanzado al agua a mediados de 1865, no llegó a participar en la Guerra de Secesión finalizada en
abril del mismo año. En 1866 se hallaba a la venta, pero no pudiendo comprarlo el gobierno chileno lo hizo un año
después el de Francia rebautizándolo como Rochambeau.
20 El Dunderberg estaba cotizado en 2 millones de pesos al contado. De esa manera, la compra financiada por las casas

Fabbri y Chauncey y Junius S. Morgan, iba a significarle al gobierno chileno un sobrecosto del 50%.
21 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (II). New York, febrero 21 de 1866.
22 En diciembre de 1865, el cónsul chileno en New York, Estevan Rogers, había encargado a John Meiggs, ofrecer

premios pecuniarios a quienes además de tener experiencia en el manejo de torpedos, estuviesen en condiciones de
viajar a Valparaíso para hundir las naves españolas.


                                                                                                                  11
Blindado Monadnoch


Montero, y el capitán inglés al servicio de Chile, William Wilson23 llegaron a New York sin dinero,
pero con la irónica orden de comprar monitores u otras naves de guerra.
            Derrotada la escuadra española en el combate del Dos
de Mayo, finalizó la comisión americanista de Vicuña Mackenna.




                                                                                                                       Benjamín Vicuña Mackenna y su esposa
No obstante, antes de regresar a su país, y gracias a los recursos




                                                                                                                              Victoria Subercaseaux
provenientes del empréstito Thomson Bonar24, contrata la
compra de cuatro naves por un monto de 557 200 pesos.
Probablemente los hermanos Meiggs no intervinieron en esta
operación, pero la significativa presencia de John en la pequeña
comitiva presente en la despedida del diplomático chileno de
territorio norteamericano deja espacio para ciertas suspicacias.
El interés chileno por el Dunderberg no disminuyó a pesar de
                                              haber ya adquirido cuatro naves.                    Por ello, el nuevo
                                              comisionado Maximiano Errázuriz, asesorado por William
                                              Cilley y John Meiggs, continuaría negociando una posible
                                              compra. Éste último había planeado conseguir para Chile
                                              en la Casa Fabbri y Chauncey un empréstito de 3 000 000
                                              de pesos pagadero en bonos y garantizado con hipoteca
                                              sobre los ferrocarriles.           Cuando todo estaba arreglado
                                              Errázuriz recibió órdenes de abandonar la transacción25.
                                              John quiso en aquel momento vender el blindado al Perú,
                                              pero sus intentos fracasaron26. Allí acabaron sus afanes
                                              como vendedor de armamento, dirigiendo en adelante sus
                                              intereses sobre la especulación con bonos de la deuda
           Maximiamo Errázuriz                externa chilena o peruana.



23 John Meiggs estuvo detrás de los esfuerzos del capitán Wilson por adquirir un vapor para Chile, pero el negocio
fracasó por la carencia de recursos del gobierno sureño.
24 Este empréstito contratado en Londres por órdenes del Presidente José Joaquín Pérez ascendió a £ 450 000 (Vitale 1990: 13).
25 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (I). New York, octubre 10 de 1866.
26 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (II). New York, octubre 10 de 1866.




12
Para incursionar en dicho campo, los hermanos Meiggs necesitaban vincularse con
agentes financieros de las principales plazas financieras europeas.                                Ellos debían
proporcionarles constante información sobre la cotización de los bonos y las tendencias al alza
o baja. Por este tiempo, en noviembre de 1866, Henry Meiggs meditaba la posibilidad de
construir ferrocarriles para el gobierno peruano recibiendo el pago en bonos del empréstito de
1865. Empero, no estaba dispuesto a comprometerse sin antes escuchar a John Freundt, su
agente en Londres. Desde allí le llegaron desalentadoras noticias sobre la depreciación de
estos bonos, y rumores de un supuesto reparto de un millón de ellos entre los partidarios del
Dictador Mariano Ignacio Prado. Además, la Casa Thomson Bonar se oponía rotundamente a
emitir más bonos mientras el gobierno peruano no cancelara intereses vencidos27. En esas
condiciones, Freundt sugería a Meiggs tener mucho cuidado en sus cálculos, pues recibiendo
bonos de manos del gobierno a un tipo de 83.5 %, cuando realmente solo valían 50% estaba
obligado a compensar dicho perjuicio añadiendo 67% al precio de sus obras.                                      Dos
circunstancias complicaban la proyectada negociación: el desconocimiento del lote de bonos
disponibles por el Perú, si bien informaciones no oficiales lo fijaban en tres millones de libras, y
el envío a Lima del señor Alexander De Laski28 como comisionado de la Casa Thomson Bonar
para pactar nuevas condiciones de emisión con el Secretario de Hacienda, Manuel Pardo29.
           En tono pesimista, Freundt consideraba muy difícil conseguir socios capitalistas en
Londres, sobre todo después de la estafa cometido por José Pickering en perjuicio de muchos
ingleses vendiéndoles acciones de una falsa compañía ferroviaria30. Esta acción provocó un
sentimiento de rechazo frente a los contratistas, lo cual sumado a las insuficientes garantías
fiscales ofrecidas al capital invertido en ferrocarriles hundían cualquier posibilidad de
construirlos en el corto plazo31. Chile y Bolivia no ofrecían mejores perspectivas de negocios.
El guano de ambos países, rechazado en los mercados europeos, era incapaz de proveer los
fondos necesarios para cancelar cualquier empréstito destinado a obras ferroviarias. De igual

27 A mediados de 1865, el gobierno de Juan Antonio Pezet desconociendo el fracaso en la colocación de sus bonos giró
letras por casi £ 2 000 000 para cubrir varias obligaciones. Ante esta situación, la casa emisora exigió primero el
señalamiento de recursos fijos para la amortización del empréstito, y luego la entrega de £ 6 500 000 en bonos aún no
colocados. Ello obligó a que en setiembre, Barreda arreglara un nuevo acuerdo rebajando el monto del empréstito a
£ 7 000 000 aplicables a la conversión de los bonos circulantes de 1862, y el pago de deudas por adelantos de los
consignatarios, giros del gobierno y gastos administrativos, quedando apenas un saldo disponible de £ 853 753 en
efectivo (Palacios 1983: 110-112).
28 Vicuña Mackenna describe al agente financiero De Laski como un inescrupuloso “judío polaco” vinculado a los

banqueros “israelitas” Augusto Dreyfus de Francia y Thomson Bonar de Inglaterra. Sin duda, De Laski era entonces
hombre de confianza de la banca franco-sajona. Por ello, entre abril y mayo de 1876, fue comisionado por el
banquero Raphael para iniciar conversaciones con el candidato presidencial Mariano Ignacio Prado, a fin de
conseguir un nuevo contrato de venta del guano y servicio de la deuda externa. Las negociaciones culminaron con la
firma del Contrato Raphael el 7 de junio de dicho año, cuando ya Mariano Ignacio Prado había sido electo Presidente
(Vicuña Mackenna 1880: I, 200).
29 Carta de John Freundt a Henry Meiggs. Londres, noviembre 1º de 1866.
30 El 12 de junio de 1863, José Pickering y Patrick Gibson fueron contratados por el gobierno para construir el

ferrocarril Mejía-Arequipa. Entre los beneficios recibidos por los contratistas destacaba el otorgamiento de garantía
fiscal del 7% sobre un capital de 10 200 000 pesos por 25 años. Los empresarios fueron también autorizados a buscar
socios capitalistas en Londres mediante la formación de compañías de obras públicas (Cisneros 1939: III, 153).
31 Carta de John Freundt a Henry Meiggs (I). Londres, noviembre 16 de 1866.




                                                                                                                  13
forma, la baja cotización de los bonos chilenos, bolivianos y peruanos frustraban los afanes de
Meiggs por obtener préstamos personales de los banqueros londinenses ofreciendo dichos
papeles como garantía. En esas circunstancias, confiaba todavía en hacerse de un pequeño
capital vendiendo sus lotes de bonos, pero ello sólo sería posible si encontraba algún
despistado comprador32.
             A principios de 1867, la cotización de los bonos chilenos había mejorado, pero el
fantasma de un prolongado conflicto con España ahuyentaba las inversiones ferroviarias en
dicho país33. En medio de este oscuro panorama, y después de resolver algunos problemas con
los representantes del ferrocarril central de Santiago34, Meiggs ingresa al escenario peruano en
abril del año citado35 como socio de la compañía Meiggs Bates y Cía. A través de ella presentó
al Dictador Mariano Ignacio Prado una ambiciosa propuesta para construir 320 millas de
ferrocarriles y seis muelles a un costo de 20 millones de soles (cuadro 1). La oferta era
sumamente atractiva, porque con un gasto mayor en sólo 25% al costo del presupuesto de la
línea Mejía-Arequipa ofrecía realizar obras viales en diez departamentos del país36. Meiggs
trató incluso de allanar el camino, proponiendo una fórmula financiera para financiar su
proyecto. Según ésta, el gobierno peruano levantaría un empréstito en Europa por 10 ó 12
millones de soles, garantizados con hipoteca sobre los mismos ferrocarriles y sus entradas,
para sumarlos a otros 10 millones de soles provenientes de la venta de los antiguos bonos
reservados de 186537.


32 Carta de John Freundt a Henry Meiggs (II). Londres, noviembre 16 de 1866.
33 Carta de John Freundt a Henry Meiggs. Londres, enero 1º de 1867.
34 Carta de Henry Meiggs a Charles Watson. Santiago, marzo 24 de 1867. Sin duda, Meiggs escogió una coyuntura

propicia para presentar su proyecto, pues varios diputados impulsaban proyectos ferroviarios en Santa, Pacasmayo,
Pisco, Ayacucho y Huancavelica. En ese contexto, el Diputado Nicanor González propuso contratar un ingeniero
británico para estudiar las futuras líneas férreas de Pacasmayo-Cajamarca, Lambayeque-Chimbote, Chimbote-
Huaraz y Lima-Pasco. Las obras serían negociadas con la Casa Brasfey & Co. de Londres considerada “la más
importante en el mundo para esta clase de empresas” (Macera 2000:V, 6).
35 La coyuntura no podía haber sido más propicia para los proyectos de Meiggs. Durante el primer semestre de 1867,

contrariando los llamamientos a la austeridad fiscal, los diputados Juan Luna y José Gonzáles del Riego solicitaron al Congreso
Constituyente aprobar la inversión de fondos en la continuación de los estudios de los ferrocarriles de Santa-Huaraz y
Pacasmayo-Cajamarca. Asimismo, la Comisión de Industria y Comercio, integrada por Pablo Vivero, Federico Luna, N.
Cisneros, Antonio Segovia, Manuel Pérez y Pedro A. del Solar, propuso declarar puerto mayor a Pisco, con el fin de atraer
capitales para la construcción de un ferrocarril desde ese punto hasta Ica, Ayacucho y Huancavelica (Diario de los Debates del
Congreso Constituyente de 1867, 1868: I, 86). Fueron concedidos además varios contratos para construir los ferrocarriles Pimentel-
Chiclayo con Felipe Masías y Juan Cossio, Eten-Chiclayo con José Antonio García y García y Lima-Huacho con Modesto Basadre.
36 La propuesta de la sociedad Meiggs Bates y Cía. incluía la construcción de tres líneas (Islay-Arequipa, Lima-Pisco y

Pacasmayo-Lambayeque), y seis muelles (Paita, Pacasmayo, Huamán, Chala, Ilo e Iquique). Sin embargo, el Director de
la Sección de Obras Públicas, Manuel Amat y León, puso reparos a la propuesta, pues no adjuntaba especificaciones
técnicas de las obras, como los trazos, planos, perfiles y presupuestos, y tampoco establecía el monto de la fianza. En
tales condiciones, Amat y León, consideró conveniente firmar sólo un compromiso de trabajo y no un contrato definitivo
(“Propuesta de los señores Meiggs, Bates y Cía. para construir varias obras de importancia en la República”, p. 156)
37 El Dictador Prado había decidido emplear los bonos reservados del empréstito de 1865 para impulsar la

construcción de muelles, irrigaciones y ferrocarriles. Así, por decreto del 25 de julio de 1866 autorizó contratar por
cuenta del Estado las líneas Lima-Pisco, Lambayeque y Chiclayo a la costa, y la conclusión de los estudios de la línea
Lima-Jauja-Pasco. Este plan no pudo financiarse por el bajo precio de los bonos en el mercado londinense. Carente
de recursos, la dictadura se limitó a realizar estudios preliminares organizando al mismo tiempo la convocatoria de
postores para las líneas Lima-Jauja, Islay-Arequipa, Pisco-Ica, Cerro-minerales de Pasco, Iquique-La Noria y Cerro
Azul-Cañete (Químper 1867: 64-73).


14
CUADRO 1


       PROPUESTA DE LA SOCIEDAD MEIGGS BATES Y CÍA. PARA CONSTRUCCIÓN DE
                             OBRAS PORTUARIAS Y FERROVIARIAS - 186738


                Obra                           Especificaciones Técnicas                            Costo
                                                                                                  (en soles)
     Ferrocarril           Islay– Longitud: 100 millas – ancho de vía: 3 pies 6                  7 800 000
     Arequipa                       pulgadas – rieles de 45 libras – gradiente 3%
     Ferrocarril Lima-Pisco         Longitud: 150 millas – ancho de vía: 4 pies 8                8 200 000
                                    ½ pulgadas – gradiente 3%
     Ferrocarril Pacasmayo- Longitud: 70 millas – ancho de vía: 4 pies 8                         3 000 000
     Lambayeque                     ½ pulgadas – gradiente 3%
     Muelle de Paita                Fierro                                                        200 000
     Muelle de Pacasmayo            Fierro                                                        250 000
     Muelle de Huamán               Fierro                                                        200 000
     Muelle de Chala                Piedras en jaulas y fierro                                    100 000
     Muelle de Ilo                  Fierro                                                        100 000
     Muelle de Iquique              Fierro                                                        150 000
     Total                                                                                     20 000 000


             Confiado en obtener respuesta positiva, Meiggs pierde interés en continuar las
tratativas para realizar la venta del blindado Dunderberg a Chile39. Al mismo tiempo, encargó a
su agente Charles Watson resolver diversos asuntos financieros con el Banco de Valparaíso40.
                                                                   Sin embargo, su hermano John insistía en
                                                                   comprar dos naves para Chile, con la
                                                                   intervención del Ministro chileno en
                                                                   Norteamérica,           Francisco           Solano
                                                                   Astaburuaga,       y    por    intermedio       del
                                                                   gobierno colombiano, a un costo de 2
                                                                   millones de dólares, pues esa transacción
                                                                   les aseguraba una ganancia de 500 000
                    Blindado Dunderberg                            dólares. Con respecto a los negocios




38 “Propuesta de los señores Meiggs, Bates y Cía. para construir varias obras de importancia en la República”, p. 156.
39 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, abril 19 de 1867.
40 Carta de Charles Watson a Henry Meiggs. Valparaíso, abril 22 de 1867.




                                                                                                                    15
peruanos,   John    sugirió   construir   ferrocarriles     en
                                                             sociedad con el Estado por un costo no mayor de 15
     Francisco Solano Astaburuaga




                                                             millones de soles. De acuerdo a sus planes, el gobierno
                                                             aportaría la mitad de dicho capital tomándolo de los
                                                             fondos del guano vendido en Estados Unidos, pues éste
                                                             se hallaba libre de hipotecas.            La otra       mitad
                                                             correspondería a Henry Meiggs, quien tendría facultad
                                                             para hipotecar el ferrocarril a favor de sus prestamistas41.
Frustrados estos planes por la crisis de la dictadura pradista, Meiggs volvió a estudiar
diversas ofertas de negocios. Inicialmente quiso participar en la organización del Banco
boliviano42, y en la construcción del ferrocarril urbano en Santiago de Chile43. Poco después
ofreció nuevamente a Chile intermediar en la compra de monitores norteamericanos, o
contratar la construcción de los mismos en cualquier punto de su litoral en caso lo primero no
pudiera efectuarse44.
                                    Como estos propósitos le resultaron esquivos, entre
octubre y noviembre de 1867 Meiggs pretende obtener la
consignación del guano de Mejillones destinada al mercado
norteamericano45. Empero, el asunto ofrecía dudosa rentabilidad
por la escasa acogida del fertilizante debido a su bajo contenido




                                                                                                                          Eusebio Lillo
de amoniaco46. La explotación de estas guaneras en la provincia
litoral de Atacama se había iniciado en la década de 1850. Una
disputa por límites entre Chile y Bolivia mantenía en permanente
tensión las actividades de los explotadores del guano. Con todo, los chilenos eran una
presencia hegemónica en la región. Ésta se hizo muy fuerte desde 1859, cuando el empresario
Nicomedes Ossa47 recibió concesiones del gobierno boliviano para explotar en exclusividad las
guaneras. Más tarde, Ossa vendió estas concesiones a Pedro López Gama, quien a su vez las
traspasó a la firma Alsop y Cía. de Valparaíso. A pesar de la oposición de ésta, Henry Meiggs



41 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, mayo 10 de 1867.
42 En febrero de 1867, el gobierno de Mariano Melgarejo aprobó el proyecto del exiliado chileno Eusebio Lillo para
crear un banco de emisión, depósitos, descuento y préstamos en la ciudad de La Paz (Banco boliviano ..: 39-40). Su
inauguración fue fijada entonces para el 31 de diciembre de 1868.
43 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, julio 31 de 1867.
44 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, agosto 21 de 1867.
45 A fines de 1866 el Presidente bolviano Mariano Melgarejo había concedido privilegio a la Casa Armand de Burdeos

(Francia), representada por Arnous de la Riviere, para explotar las guaneras de Mejillones. Como la zona se hallaba en
litigio con el Estado chileno, Riviere viajó inmediatamente a Santiago de Chile para conseguir la aprobación del gobierno
y encontrar socios capitalistas. Estas acciones impidieron momentáneamente a Henry Meiggs hacerse del negocio.
46 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, octubre 10 de 1867.
47 El banquero y financista Nicomedes Ossa Cerda ejerció notable influencia en la economía chilena durante la década de 1870.

En 1856 fundó el Banco Ossa y Co., ejerciendo asimismo entre 1852 y 1876 las diputaciones por Vallenar y Rancagua. Actuó
además como representante de Henry Meiggs en varios negocios, y tenía intereses financieros en Bolivia (Valdivieso 2004: 5).




16
buscaba      por    todos    los    medios      asociarse    con     la   casa
                                     norteamericana Fabbri y Chauncey u otras europeas para
                                     ingresar en esta boyante actividad extractiva48. Entre tanto, sus
                                     sobrinos Henry y Minor K. Meiggs, urgían su apoyo técnico y
                                     financiero para contratar con el gobierno de Costa Rica la obra
                                     del ferrocarril Puerto Limón-San José a un costo de 6 millones de
                                     dólares. Como la propuesta de contrato fue rechazada por el
                                     Congreso costarricense, Meiggs decidió darle impulso a sus
                                     intereses en el guano de Mejillones iniciando conversaciones con
          Egisto Fabbri
                                     Nicomedes Ossa para venderlo asociadamente en Europa.
           Meiggs estaba prevenido de la mala reputación del
fertilizante boliviano.       Por ello, Charles Watson, su agente en
Valparaíso, utilizando información de varios estudios de química
agronómica sobre el valor orgánico de dicho guano recomendó




                                                                                                                 Minor K. Meiggs
fijar el precio por tonelada del mismo en 10 libras, 10 peniques 8
chelines49.    De esa manera pensaban hacerlo atractivo para los
medianos agricultores ingleses, disconformes con el precio de 12
libras por tonelada del guano de Chincha. Antes de enviar los
primeros cargamentos, John Freundt, el agente de Meiggs en Londres, se encargaría de hacer
campaña publicitaria en Inglaterra y Alemania. Existía además la posibilidad de asociarse con
Luciano Armand, uno de los más importantes consignatarios de Mejillones. Por entonces, éste
no podía aprovechar su consignación en Estados Unidos, pues mantenía problemas judiciales
con el gobierno norteamericano motivados por su apoyo a los sureños durante la Guerra de
Secesión. Con todo, Meiggs se mostraba entusiasta por las buenas relaciones de Armand con
varios capitalistas ingleses. Gracias a este respaldo, Armand ofreció al gobierno boliviano
levantarle un empréstito en Londres50garantizado con la entrega de nuevos depósitos
guaneros, los cuales podría explotar pagando un precio preferencial de 5 pesos por tonelada.
En ese caso, Freundt aconsejaba firmar contrato con el Presidente Mariano Melgarejo sólo
cuando éste hubiese recibido autorización de su Congreso, pues de otra forma quedaban
expuestos a que un nuevo gobierno desconociera lo pactado como había ocurrido antes con
otros empresarios.




48 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, noviembre 1º de 1867.
49 Carta de Charles Watson a Henry Meiggs. Valparaíso, diciembre 8 de 1867.
50 Arnous de la Riviere, representante de Armand y Cía., ofreció sin éxito sus servicios para conseguir un empréstito

por 2 millones de libras esterlinas. Por parte de Bolivia, el coronel Quintín Quevedo fue designado para encabezar
estas conversaciones. Henry Meiggs tenía especial interés en el otorgamiento de este empréstito al gobierno de
Mariano Melgarejo, pues sólo de esa manera habría dinero para sus obras ferroviarias. En 1868 el Presidente
Melgarejo autoriza levantar un empréstito para construir el ferrocarril Mejillones-Caracoles, pero una vez más los
planes quedaron frustrados.


                                                                                                                        17
A pesar de todas sus esperanzas, Meiggs iniciaba el año 1868 sin ninguna seguridad
de pactar nuevos contratos. Los meses empleados en la búsqueda de fórmulas financieras para
realizar los proyectos del banco boliviano y el ferrocarril costarricense no habían dado
resultado, y aunque Henry deseaba abandonarlos su hermano John insistía en seguir
negociando51. En el corto plazo sólo les quedaba tratar de vender el guano boliviano en el
mercado norteamericano a través de la Casa Schepeler y Cía. La estrechez económica había
reforzado la dependencia de John respecto de Henry, pero éste no parecía sentirse
subordinado, y por ello propuso comprarle la mitad de sus reservas guaneras para colocarlas
en España, Italia y otros países europeos52. Esta ambiciosa propuesta fue rechazada, y John
debió conformarse con su empleo como agente para los asuntos del ferrocarril de Costa Rica53,
y la promesa de viajar a Europa apenas se concretaran nuevas transacciones54, pues existiendo
la posibilidad de que los contratos fuesen cancelados con bonos, la presencia de John en
Londres era imprescindible para encargarse de la venta de dichos papeles. Aunque esto
finalmente no ocurrió, su actuación como asesor financiero residente en el Perú sería
fundamental bajo la década de los megaproyectos ferroviarios iniciada en 1868.




51 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, enero 11 de 1868.
52 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, enero 16 de 1868.
53 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (I). New York, enero 21 de 1868.
54 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (II). New York, enero 21 de 1868.




18
CAPÍTULO II


                        HENRY MEIGGS Y EL INICIO DE LA
                    ERA FERROVIARIA PERUANA: 1868-1870



Durante la segunda quincena de enero de 1868, aparentemente John desconocía los detalles de
las conversaciones entre su hermano Henry y el recién instalado gobierno interino de Pedro
Diez Canseco sobre la obra del ferrocarril Islay-Arequipa55.                     No obstante, plenamente
convencido en que el contrato finalmente les sería dado, anticipó varios pedidos de locomotoras
y carros al ingeniero neoyorquino Walton Evans, representante
de varias compañías fabricantes de material ferroviario56.
Habiéndose convocado a elecciones, Henry Meiggs sólo tenía
algunas semanas para acordar con el Presidente Diez Canseco y su
Consejo de Ministros el precio y condiciones de la obra. Ocupado
Henry en preparar una nueva propuesta, encargó a John contratar



                                                                                                                Pedro Diez Canseco
la impresión de billetes en New York para la banca chilena, y al
mismo tiempo buscar capitalistas audaces y resueltos a invertir en
un empréstito para Bolivia o participar como socios en la
fundación de un Banco boliviano57.
           Poco después, a solicitud de Henry, esboza un plan financiero para construir el
ferrocarril arequipeño sustentado en el levantamiento de un empréstito de 2 millones de libras
esterlinas en Londres, reclamando para sí el cargo de comisionado con plenos poderes vía
nombramiento del Congreso de la República.                  El malhadado plan imponía además otras
condiciones sumamente desventajosas para el Estado peruano, como la garantización del
empréstito con las rentas del guano, una hipoteca sobre la Aduana de Arica y la entrega de la
gerencia de la línea a los tenedores de bonos.                Para coronar este oneroso negocio, John

55 Dos hechos confirman el contacto establecido, a inicios de 1868, entre el Presidente Pedro Diez Canseco y Henry
Meiggs. En esos días, según Federico Costa Laurent, Meiggs recibió carta de Diez Canseco solicitándole la
presentación de una propuesta para construir el ferrocarril Islay-Arequipa. De igual forma, El Comercio informó de
que Diez Canseco había enviado al comerciante Patrick Gibson a Chile para urgir la presencia del Pizarro yanqui en
el Perú (Stewart 1946: 43).
56 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, sin fecha (Probablemente enero de 1868).
57 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, febrero 11 de 1868.
pretendía asegurar su contratación como proveedor de rieles y otros suministros ferroviarios, los
cuales compraría con créditos facilitados por las casas Fabbri y Chauncey, y Morgan y Cía., a
quienes había ofrecido de antemano darles buenas ganancias58. Ganado por la codicia, John decide
abandonar su arruinada carrera como armador en New York para dedicarse totalmente a los
asuntos peruanos y bolivianos, los cuales esperaba fuesen finiquitados antes de julio de 186859.




                                              United States Ship Catawaba (Atahualpa)

              El 30 de marzo de dicho año, un día antes de que Henry presentara su propuesta
final60   al gobierno para construir el ferrocarril arequipeño61, John aún manifestaba interés en
comprar para Chile dos monitores por un millón de dólares62, para lo cual solicitaba a Henry
                                                           persuadir al gobierno de La Moneda sobre las
                                                           ventajas de su adquisición. Enterado del próximo
                                                           viaje de Henry a Lima para establecer las
                                                           condiciones de pago en la obra contratada, le
                                                           advirtió sobre los inconvenientes de recibir los
                                                           bonos conforme el avance de los trabajos, pues la
                                                           volátil cotización en plaza podía causarle serios
          United States Ship Oneota (Manco Cápac)          desajustes financieros. Sugería asimismo obtener




58 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, febrero 21 de 1868.
59 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, febrero 28 de 1868.
60 El 15 de noviembre de 1864, la Dirección de Obras Públicas, estableció las bases para negociar los contratos de

ferrocarriles. Desde entonces los empresarios debían acompañar sus propuestas con la siguiente documentación:
trazo preliminar, plano general, perfil longitudinal, informe o memoria descriptiva y el presupuesto general dividido
en secciones correspondientes al material fijo, obras de ingeniería, material rodante y gastos generales (Los
ferrocarriles del Perú ... 1876: II, 63-65).
61 El 31 de marzo de 1868, Henry Meiggs propuso construir el ferrocarril Islay-Arequipa por la suma de 12 millones

de soles. Las propuestas de otros tres empresarios (Benjamín Bates, Roberto Beddy y Eduardo Harmsen) fueron
rechazadas aun cuando eran menos costosas. Con una diligencia inusitada, el Consejo de Ministros y una Comisión
de Ingenieros aceptó la oferta de Meiggs, emitiéndose el 30 de abril un decreto aprobando los términos del contrato.
62 Según John Meiggs los monitores ofrecidos a Chile eran similares a los comprados entonces por el Perú. Estos

fueron el Oneota y Catawaba, rebautizados como Manco Cápac y Atahualpa, los cuales pertenecían a la clase
Canonicus construidos en los astilleros Niles & Rivers Works de Cincinnati (Ohio), por la marina unionista de los
Estados Unidos de Norte América durante la guerra de Secesión. En este caso, según los informantes de Meiggs, la
ganancia para los vendedores fue de 500 000 dólares. Probablemente, el gobierno chileno no tuvo interés en la
propuesta porque ya había comprado en Inglaterra las corbetas O´Higgins y Chacabuco, aunque no podía sacarlas
debido al bloqueo impuesto por la Corona británica conforme a su declarada neutralidad en el aún no resuelto
conflicto hispano-chileno.




20
del gobierno un permiso especial para cargar guano con destino a Europa en los buques
llegados a Islay con fierro y otros materiales, pues los fletes podían rendirles importantes
ingresos63.      En ese contexto, John pensaba incluso participar en una proyectada línea
norteamericana de vapores para la costa del Pacífico sur, hacerle con ella competencia a la
monopólica compañía inglesa y luego pactar un acuerdo entre ambas y compartir el mercado
del transporte marítimo.
            La correspondencia cursada entre los hermanos Meiggs en los primeros meses de
1868 revela en Henry una evidente voluntad de enviar con retraso a John cierta información
sobre sus negocios ferroviarios. Por eso, a comienzos de mayo estando el contrato ya firmado,
John le recordaba a Henry su promesa de vendérselo a un precio similar al 10% del costo de la
obra, es decir en aproximadamente la suma de 1 200 000 soles64. Grande fue su contrariedad
cuando no vio recogidas en el documento sus expectativas crematísticas, reprochándoselo
duramente a Henry65 y solicitándole a manera de resarcimiento fraternal la consignación del
guano de Mejillones en Estados Unidos, incluyendo el transporte marítimo del mismo66. Estos
pedidos fueron nuevamente desatendidos por Henry, quien mantuvo a su hermano sólo como
agente comercial y propagandístico de la venta del fertilizante en Norteamérica y comprador
de maderas para las obras ferroviarias en curso67.
            El gobierno de Diez Canseco estaba próximo a finalizar, pero había creado en la
sociedad un ambiente favorable para emprender una costosa modernización de las
comunicaciones. La Memoria del Ministro de Gobierno, Policía y Obras Públicas, Antonio
Gutiérrez de la Fuente, sintetiza esta retórica condenatoria de la política ferroviaria precedente
acusándola por haber distribuido concesiones a gente carente de crédito y relaciones
mercantiles, expresando al mismo tiempo su convencimiento de que el gobierno debía
construir líneas litorales en Chancay, Ica, Arequipa e Iquique, pues:
                   “... hay vías férreas que deben pertenecer exclusivamente al Estado, así por su
                   importancia financiera, como por su trascendencia política. Son ellas las que
                   muy próximamente se comenzarán, a no dudarlo, entre la capital y algunas
                   ciudades de la costa porque, a más de que darán al fisco los seguros, y cada vez
                   mayores rendimientos, que hoy obtiene la navegación de cabotaje, y de que
                   estimularían, en alto grado, la producción de los ricos valles que atravesaran, y
                   harían barata, por consiguiente, la vida en la capital; permitirían también la
                   reducción en el número de puertos, y sería entonces más fácil ofrecer en ellos,
                   todo género de comodidades a la exportación. La estabilidad del orden
                   público ganaría también de ese modo, cuanto puede comprender, quien haya



63 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs.   New York, abril 8 de 1868.
64 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs.   New York, mayo 9 de 1868.
65 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs.   New York, mayo 16 de 1868.
66 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs.   New York, mayo 23 de 1868.
67 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs.   New York, junio 1º de 1868.


                                                                                                 21
observado atentamente, la marcha y el modo cómo han terminado nuestras
                 grandes conmociones políticas” 68.

           Pero más allá del discurso oficial, los contratos ferroviarios de las décadas de 1860 y
1870 significaron un cambio cualitativo y cuantitativo en las formas de corrupción existentes
en el Perú republicano. Tanto bajo el sistema privado como el estatal, surgieron fórmulas
fraudulentas para exaccionar al fisco gruesas sumas de dinero. La garantía fiscal, los extensos
privilegios, el préstamo en efectivo o en bonos y en menor medida las exoneraciones
tributarias, hicieron del contrato ferroviario uno de los más apetecidos negocios por los
especuladores y sus aliados políticos en el Congreso y el Ejecutivo. ¿Por qué cayeron tantos
congresistas en la tentación de intervenir en los negocios ferroviarios?. Varias razones explican
esta reprochable conducta. Un ferrocarril no sólo podía satisfacer ambiciones pecuniarias,
también era un elemento de propaganda política muy útil para convertirse en personalidad
notable de cualquier región. Así fueron surgiendo en el Congreso, de manera incipiente, lobbys
ferroviarios (cuadro 2) con un gran poder de decisión política, pues poseían las facultades
legales para aprobar contratos y otorgar la protección estatal a una determinada línea. Poco a
poco, el hemiciclo fue convirtiéndose en la mesa de partes de diversos proyectos, y en la
euforia por cerrar prósperos negocios, algunos congresistas actuaron primero como frustrados
intermediarios del capital extranjero para luego asumir la función de activos colaboradores de
Henry Meiggs.
           Testimonios sobre las oscuras acciones de estos políticos, calificados en dicha época
como especuladores sin capital, llenan varias páginas de los Diarios de Debates del Congreso
de la República y la prensa de la época. Las mutuas acusaciones y reproches, muchos de ellos
documentados con cartas y otros testimonios, revelan la fuerte pugna surgida en los
congresistas y sus clientelas por el control de los recursos destinados a estas obras. En esta
misma categoría de lobbystas, podemos incluir a los ex-ministros de Hacienda, Francisco
García Calderón, Fernando Palacios y Felipe Masías. Otros políticos como José Antonio García
y García, Antonio Salinas, Juan Salaverry y Ramón Montero, prepararon su llegada al
Congreso subidos al prestigio fabricado como empresarios de ferrocarriles. Hubo finalmente
quienes prefirieron constituirse en accionistas de las empresas ferroviarias, como Manuel
Moscoso Melgar, Nemesio Orbegozo y José Félix Ganoza69.




68Gutiérrez de la Fuente, Antonio 1868: 17-18.
69 El estudio de cada uno de estos casos merece un trabajo aparte. Aun cuando hemos reunido amplia
documentación sobre el modus operandi de los lobbys ferroviarios, creemos necesario compulsar mayores fuentes
para plantearnos nuestras hipótesis de investigación. Prometemos hacerlo más temprano que tarde.


22
CUADRO 2

      CONGRESISTAS Y EX-CONGRESISTAS NEGOCIANTES DE OBRAS FERROVIARIAS70

 CONGRESISTA/EX-CONGRESISTA                      AÑO                    FERROCARRIL/CONDICIÓN
Augusto Althaus                                  1876      Lima-Chancay: Postor
Andrés Álvarez Calderón                          1869      Lima-Pisco: Contratista exclusivo
Julián Arias y Aragüez                           1872      Pedregal-Otuzco: Postor
                                                 1872      Trujillo-Salaverry: Postor
Manuel Arizola                                   1868      Varios ferrocarriles: Facilitador vinculado a Henry
                                                           Meiggs
                                                 1876      Lima-Chancay: Postor
Modesto Basadre                                  1867      Lima-Huacho: Contratista exclusivo
                                                 1872      Pisco-Ica: Arrendatario
                                                 1872      Trujillo-Salaverry: Postor
José Boza                                        1864      Pisco-Ica: Contratista exclusivo
José F. Canevaro                                 1867      Pisco-Lambayeque: Postor asociado
                                                 1867      Pisco-Ica: Contratista exclusivo
                                                 1867      Eten-Ferreñafe: Postor asociado
Fernando Casós                                   1867      Huamán-Trujillo (de sangre): Contratista exclusivo
                                                 1870      Ilo-Moquegua: Postor
José Santos Castañeda                            1868      Lima-Junín: Postor
Luis B. Cisneros                                 1868      Lima-Huacho: Postor
José H. Cornejo                                  1864      Arequipa-Islay: Facilitador vinculado a José Pickering
Juan Corrales Melgar                             1877      Salaverry-Trujillo: Administrador
Dionisio Derteano                                1868      Lima-Huacho: Postor
                                                 1871      Chimbote-Huaraz: Postor asociado
Jesús Elías                                      1878      Lima-Pisco: Postor asociado
José M. Escobedo                                 1868      Varios ferrocarriles: Facilitador vinculado a Henry
                                                           Meiggs
José Antonio García y García                     1872      Etén-Chiclayo: Contratista y accionista
Agustín Gonzáles Pinillos                        1872      Pedregal-Otuzco: Postor
Pedro Telmo Larrañaga                            1867      Lima-Magdalena: Contratista exclusivo
                                                 1869      Lima-Pisco: Fiador de postor Antonio Garátez
                                                 1872      Salaverry-Trujillo: Contratista exclusivo
                                                 1876      Lima-Chancay: Postor
Eleuterio Macedo                                 1872      Lima-Sayán: Facilitador vinculado a Modesto Bermúdez y
                                                           Felipe Arancivia
Foción Mariátegui                                1871      Chimbote-Huaraz: Postor asociado
Ramón Montero                                    1878      Lima-Pisco: Postor asociado
Manuel Orihuela                                  1860      Iquique-La Noria: Contratista asociado a Federico Pezet
                                                 1864      Iquique-La Noria: Contratista asociado a José Pickering
                                                 1864      Pisagua-Sal de Obispo: Contratista exclusivo
Nicolás Rebaza                                   1872      Salaverry-Chicama: Facilitador vinculado a Henry
                                                           Meiggs
José de la Riva Agüero                           1868      Lima-Junín: Proponente
José Silva Santisteban                           1864      Pacasmayo-Cajamarca: Contratista exclusivo
                                                 1868      Varios ferrocarriles: Facilitador vinculado a Henry
                                                           Meiggs



70 Para la realización de este cuadro hemos consultado la Reseña histórica de los ferrocarriles del Perú de Federico Costa y

Laurent, los Diarios de Debates del Congreso de la República y los diarios El Peruano y El Comercio.


                                                                                                                         23
Pero volvamos a historiar el camino emprendido por Meiggs en el Perú.                       A
comienzos de junio de 1868, dispuesto a emprender los trabajos ferroviarios en Arequipa
arribó al Callao con la misión de comprar barriles de diversos tamaños indispensables para
abastecer de agua los campamentos próximos a instalarse en la quebrada de Huasamayo y las
pampas de La Joya. Se había propuesto como meta construir 5 millas (aproximadamente 8
kms.) de camino por mes, y para cumplirlo ordenó al ingeniero H.D. Chandler conseguir el
máximo número posible de peones71. Persuadido de que no era oportuno todavía darle un
puesto a su hermano dentro de la obra, prefiere mantenerlo ocupado en la búsqueda de socios
para el postergado proyecto del Banco boliviano. A todo ello, John demandaba en tono
lastimero asumir otras responsabilidades mejor remuneradas, pues sus gastos familiares
habían crecido enormemente72. Henry, impertérrito a estos requerimientos como siempre,
coordinaba desde Lima con el ingeniero Gerrit Backus la construcción de un muelle y el
tendido de cañerías de agua en Mollendo. El dinero proveniente de sus arcas suscitaba ya las
primeras rencillas y alianzas entre los ingenieros y subcontratistas, interesados todos en
reducir el número de intermediarios para así aumentar las ganancias73.
            Meiggs deseaba cobrar sus servicios en el menor tiempo posible. Como el contrato
mandaba al fisco efectuar los pagos previa entrega de certificados de trabajo al Ministerio de
Gobierno, acordó con sus ingenieros comenzar los terraplenes por las zonas más llanas.
Concentra así sus peones en el tramo Mejía-Tambo, dejando para más adelante el de Mollendo-
Mejía. Propuso también variar la ubicación del muelle elegido como punto final del ferrocarril,
trasladándolo de Mejía hacia Mollendo debiendo el gobierno asumir un inevitable sobrecosto
de 80 000 soles74. Los trabajos ferroviarios no lo habían hecho cejar en sus planes por obtener
consignaciones en Mejillones. Como este asunto implicaba a los gobiernos de Bolivia y Chile,
Meiggs preparó dos estrategias para convertirse en monopolista del guano: comprar a través
de su apoderado en La Paz, el diplomático chileno Lorenzo Claro, los derechos del empresario
francés Arnous de la Riviere; y al mismo tiempo hacerse de la consignación de Luciano
Armand con el gobierno chileno. Con esa maniobra desplazaría a sus rivales, el brasileño
Pedro López Gama y la casa norteamericana Alsop y Cía75.
            En agosto de 1868, apenas iniciado el gobierno de José Balta, surgió en su gabinete la
idea de levantar un empréstito de 50 millones de soles aplicable a la construcción de
ferrocarriles. Dos de los principales analistas de este proyecto fueron los diputados Julián
Arias y Aragüez y Fernando Casós, quienes propusieron sistemas y mecanismos financieros
para realizar las obras ferroviarias vinculando tres elementos históricamente explosivos en la
economía del país: guano, ferrocarriles y empréstitos.                     El proyecto de Arias y Aragüez,


71 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, junio 11 de 1868.
72 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, junio 16 de 1868.
73 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Mollendo, julio 6 de 1868.
74 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Mollendo, julio 17 de 1868.
75 Carta de Henry Meiggs a Charles Watson. New York, agosto 7 de 1868.




24
presentado el 27 de agosto a su Cámara, propuso la formación de un crédito especial destinado
a ferrocarriles los cuales actuarían como elemento económico reactivador, pues el capital
invertido en pago de la mano de obra iba a fomentar la circulación de mayores recursos
monetarios entre las clases productoras nacionales. De otro lado, levantar un empréstito para
contratar secciones de líneas con hipoteca sobre ellas mismas, convertía esta operación en una
especie de crédito en cuenta corriente.
              Bajo dicho sistema el Estado podría ampliar el préstamo inicial hasta cien o más por
ciento. A su juicio, el mejor mecanismo para elevar el tipo de los bonos era comprometer un
mayor nivel de amortización, porque con ello se alcanzaba dos beneficios: acortar la vigencia
de la hipoteca sobre los ferrocarriles construidos, y adquirir recursos mediante nuevas
emisiones destinadas a otras tantas líneas. Los cálculos de este proyecto eran ciertamente
insólitos (cuadro 3), porque no planteaban un estrecho vínculo entre el capital invertido y el
costo financiero de las líneas. Más aún, sin especificar los gastos de explotación ni el producto
líquido de los ferrocarriles, su autor confiaba ciegamente en que estos iban a rendir lo
suficiente para cubrir el servicio de la deuda contraida e incluso para hacer nuevas emisiones
de bonos, pues siendo los ferrocarriles un capital en permanente valoración, la deuda quedaba
sujeta a una rebaja progresiva por efecto de las amortizaciones anuales.

                                                      CUADRO 3

         PROYECTO ARIAS Y ARAGÜEZ PARA CONTRATAR UN EMPRÉSTITO APLICABLE A
                              OBRAS FERROVIARIAS – 186876

                                          Operación                    Costo/Valor
                                                                        (en soles)
               Emisión de bonos en 5 años                                50 000 000
               Servicio del 5% de interés anual acumulativo y 6%         27 500 000
               amortización anual durante cinco años
               Capital efectivo disponible                               26 900 000
               Total capital en dinero y valores efectivos (líneas)      76 900 000

              Por su parte, Fernando Casós expresó serias dudas sobre el éxito del empréstito
proyectado porque para ello era necesario la existencia de dos condiciones: primero, el interés
del público y los banqueros en Londres por tomarlo, y segundo, la posibilidad del fisco para
atender dicha deuda sin afectar los gastos públicos ordinarios (cuadro 4). ¿Con qué rentas
contaba el país para cancelar un empréstito de 50 millones de soles, cuyas obligaciones
sumadas a aquellas derivadas del empréstito de 1865 demandarían un servicio anual de
10 526 000 soles?.           Según Casós para asumir tamaña responsabilidad el Estado tenía la
imperiosa tarea de arreglar los pagos pendientes por adelantos a los consignatarios mediante
otra operación. ¿Pero sería acaso posible financiar el gasto corriente con un saldo disponible

76   “Diputado suplente por la provincia de Arica”, pp. 2-3.




                                                                                               25
de 4 300 000 soles?. De ningún modo, pues en 1867 el gasto estatal llegó a 19 500 000 soles, y
con el citado saldo disponible sólo alcanzaba a cubrirse el 22% de dicha suma. Incluso si
estuviesen hechos los ferrocarriles, lo cual requería no menos de cuatro años, y rindiendo estos
un producto anual de 5%, es decir 2 500 000 soles, la renta total apenas sería de 6 800 000 soles.
En otras palabras, sólo un tercio del mencionado gasto estatal en el último año.

                                                       CUADRO 4

                          PROYECTO CASÓS PARA CONTRATAR UN EMPRÉSTITO
                              APLICABLE A OBRAS FERROVIARIAS - 186877

                                       Ingresos                                                Monto (en soles)*
     Venta anual de 400 000 toneladas de guano a £ 7 precio unitario                             14 736 842
     Aduanas                                                                                      3 500 000
     Otras contribuciones                                                                         1 000 000
     Total                                                                                       19 236 842
     EGRESOS
     Servicio anual de intereses y amortización del 10% sobre empréstito                           10 526 317.7
     proyectado de 50 millones y las obligaciones pendientes del empréstito de
     1865
     Servicio anual de la deuda de 1862                                                             3 157 894.7
     Comisiones                                                                                       552 631.6
     Servicio de la deuda interna                                                                     700 000
     Total                                                                                         14 936 842
     Saldo disponible para gasto corriente                                                          4 300 000

     * Tipo de cambio: 1 libra esterlina = 5.26 soles aproximadamente.

               Por lo demás, el empréstito proyectado sólo arrojaba un capital efectivo de
22 millones de soles, en razón de las siguientes mermas: 8 250 000 soles producto de la
diferencia entre el valor real de venta de los bonos 83.5% y su tipo nominal; 1 250 000 soles por
el pago de 2.5% en comisiones 2.5%, y 12 500 000 soles por el pago de interés del 5% en cinco
años. Y por si esta pérdida no fuera ya cuantiosa, las deudas con los consignatarios obligarían
a levantar un nuevo empréstito afectando la cotización de los bonos emitidos para los
ferrocarriles. Era necesario entonces optar por un mejor sistema para la inversión del capital
en las obras ferroviarias. En caso de habilitarse compañías nacionales, el Estado prestaría el
dinero exigiendo un pago de 7 u 8% de interés anual, aproximadamente 4 millones de soles, y
la hipoteca sobre las líneas. Estas condiciones difícilmente podían asumirlas los capitalistas
locales. En sentido inverso, los préstamos a compañías extranjeras eran onerosos para el fisco,
porque ellas sólo pagaban 3% de interés anual (1 215 000 soles) sobre el producto real del
empréstito (40 500 000 soles) deducida la depreciación del 16.5% sobre su valor nominal y el
pago de comisiones, pero el Estado se obligaba a cancelar 5% de interés por año (2 500 000


77   Casós, Fernando. “La idea de un empréstito de 50 millones aplicables a caminos de fierro en el Perú”, pp. 1-2.




26
soles) sobre el valor nominal, sufriendo una pérdida efectiva de 1 285 000 soles. La dimensión
del perjuicio crecía cuánto más largo fuese el plazo de reembolso del préstamo por los
capitalistas, calculándose en 25 700 000 soles en caso de que se extendiera hasta 20 años.
           Para Casós un sistema estatal de construcción ferroviaria debía ejecutar tres acciones
básicas: 1º realizar los presupuestos de las obras; 2º otorgar por diez años garantía fiscal de
5% sobre el capital invertido; 3º formar sociedades accionarias. El
éxito del sistema estaba asegurado ganando la confianza de los
capitalistas europeos en nuestros proyectos de ferrocarriles estatales,
a través de la constitución de una hipoteca sobre el guano por 10 años
como sustento de la garantía fiscal. Con ello, el Estado podía ejecutar
bajo supervisión fiscal las líneas que le asegurasen un producto
líquido del 5%, cuando menos tres años después de terminadas. Sin
duda Casós era partidario del sistema estatal de construcción
                                                                                                 Fernando Casós
ferroviaria.
           Al margen de estos debates, Meiggs afrontaba por estos meses algunos problemas para
adquirir materiales en el especulativo mercado de New York, pues otros contratistas estaban
apropiándose de sus compras reservadas. Asimismo, el fabricante de locomotoras, Walton
                               Evans, exigía informaciones sobre la potencia y resistencia
                               requeridas para las máquinas destinadas a recorrer la geografía
                               arequipeña78. Una vez más, John clamaba ayuda para contratar
                               algún ferrocarril en Chile o Perú. En este último caso había puesto
                               interés en el de Lima-Jauja.           Descontento con sus negocios en
                               Norteamérica, recomendó a Henry asumir riesgos y abrir su cartera de
                               negocios comercializando guano en Liverpool79 o comprando bonos
       Walton Evans            peruanos80. Pero éste prefería buscar nuevos contratos ferroviarios
en el Perú, como el de Ica-Pisco cuyo privilegio esperaba hacer suyo con millón y medio de
soles81. En lo inmediato, sin embargo, quería comprometer el apoyo estatal para el sembrado



78 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, agosto 8 de 1868.
79 Atendiendo estos consejos, el 7 de setiembre de 1868, Henry Meiggs firmó un contrato con el gobierno boliviano
obligándose a dar un empréstito de 4 millones de pesos obteniendo a cambio un millón de toneladas de guano al
precio de 6 soles la tonelada. Otros beneficios fueron el derecho de explotar todas las minas que fuesen descubiertas
en Atacama hasta el grado 24, y el privilegio para construir ferrocarriles, muelles y edificios en Mejillones. Sin
embargo, el Congreso reunido en Oruro rechazó el contrato y exigió modificarlo al Presidente Melgarejo. Este
contrato fue finalmente rescindido el 10 de octubre de 1871 por el Presidente Agustín Morales, pagándose una
indemnización de 800 000 pesos a Meiggs. Según el Ministro chileno en La Paz, Ramón Sotomayor, “... si este
contrato hubiese sido respetado por el gobierno de Bolivia, Mr. Meiggs sería hoy [1871] dueño de Caracoles”
(Sotomayor 1912: 342).
80 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, agosto 15 de 1868.
81 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, agosto 24 de 1868. El gobierno de Mariano Ignacio Prado, por

decreto del 28 de marzo de 1867, contrató la construcción del ferrocarril Pisco-Ica con José Francisco Canevaro. La
línea, entregada al tráfico público el 21 de agosto de 1871, fue finalmente comprada dos meses después por el Estado
a un costo de £ 90 000 (Costa Laurent 1908: 94-95).


                                                                                                                  27
de árboles en las laderas contiguas al camino ferroviario de Arequipa82, y en la construcción
de un rompeolas en el muelle de Mollendo a un costo de 150 000 soles83.
           Setiembre fue un mes activamente febril en cuanto a la adquisición de locomotoras y
otros elementos84. Por otro lado, las deserciones de peones chilenos iban en aumento gracias al
apoyo recibido de su cónsul local, quien les cobraba comisión para colocarlos en empleos con
salarios superiores a los pagados por Meiggs. Para evitar este problema, el ingeniero Backus
sugirió tres medidas: detener las intromisiones del citado diplomático, acordar con la
Prefectura local una tarifa de salarios invariable, e impedir a los migrantes chilenos trabajar en
actividades ajenas al ferrocarril. En su opinión no podía perderse más tiempo, pues contaban a
lo sumo con dos mil hombres cuando había trabajo para tres mil85. Entre tanto, mientras John
Meiggs continuaba contraido al comercio de maderas y con escasa influencia sobre las
decisiones de su hermano86, el ingeniero Backus después de constatar los daños ocasionados
por el terremoto del 13 de agosto87 se preparaba para dar comienzo a la obra del muelle
mollendino, proponiendo al mismo tiempo construir para el Estado un hospital en Arequipa
donde pudieran atender los numerosos heridos dejados por el sismo88.
           Comenzando octubre llegaron desalentadoras noticias desde New York.                                 John
reportaba cierto retraso en la fabricación de las locomotoras y una caída en los precios del
guano boliviano89. Para salir de esta mala coyuntura, John había planeado convencer a Henry
de firmar nuevos contratos ferroviarios cancelables en bonos a la par. Esta fórmula financiera
beneficiaría a ambas partes, porque el contratista aprovechaba las ventajas del restablecido
crédito peruano en New York, y el país quedaba liberado del fantasma de los onerosos
empréstitos90.      Empero, las noticias sobre los grandes negociados de Henry Meiggs en
Sudamérica habían despertado la ambición de sus antiguos acreedores, quienes lo acosaban
con trámites judiciales para obligarlo a honrar sus compromisos91.                         John manejaba esta
situación con verdadera sangre fría tratando de comprar las deudas de Henry en San Francisco
a los precios más bajos posibles92.
           En su lecho de enfermo, sufriendo los estragos de la virulenta epidemia de fiebre
amarilla desatada en Lima durante el segundo semestre de 1868, Henry meditaba los consejos
de John para convencer al gobierno de José Balta de invertir la fabulosa suma de 100 millones


82 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Mollendo, setiembre 1º de 1868.
83 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Mollendo, setiembre 9 de 1868.
84 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, setiembre 16 de 1868.
85 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Islay, setiembre 17 de 1868.
86 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, setiembre 24 de 1868.
87 El dolor causado por este violento sismo, permitió a Henry Meiggs demostrar su espíritu filantrópico entregando al

Presidente José Balta un donativo de 50 000 pesos para repartirlo entre las familias pobres de Arequipa, Arica,
Iquique y demás pueblos sureños afectados (Carta de Henry Meiggs a José Balta. Lima, agosto 20 de 1868).
88 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Islay, octubre 1º de 1868.
89 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, octubre 1º de 1868.
90 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, octubre 8 de 1868.
91 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (I). New York, sin fecha (probablemente octubre de 1868).
92 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (II). New York, sin fecha (probablemente octubre de 1868).




28
de soles en megaproyectos ferroviarios, garantizando la mitad de dicho capital con las propias
rentas de los ferrocarriles y el resto con una hipoteca sobre el guano. Superado el trance más
difícil de sus males93, y fortalecido con los favorables informes recibidos sobre el avance tanto
en las obras de Mollendo94 como en los arreglos celebrados con sus acreedores
norteamericanos95, Meiggs estaba listo para aprovechar la dispendiosa política de obras
públicas anunciada por el régimen baltista. Definidos así los objetivos solo faltaba encontrar
los hombres encargados de realizarlos. La organización de un lobby ferroviario se imponía
como urgente necesidad. Para ello, a mediados de octubre, Meiggs hizo venir desde Chile a
Francisco de Paula Suárez, un hábil negociador cuya tarea sería conseguir la aprobación de sus
proyectos en el Congreso.
            Suárez convoca a los senadores José Silva Santisteban y José M. Escobedo, y al ex-
congresista Manuel Arizola, encargándoles efectuar un intenso cabildeo entre los grupos
parlamentarios a fin de conceder al Ejecutivo la autorización legislativa requerida para realizar
estudios conducentes a contratar nuevos caminos en todo el país96. Con todo, Suárez no estaba
conforme con las opciones financieras planteadas en el Congreso para cancelar las obras.
Asimismo, no le resultaba atractiva la idea de cobrar el saldo pendiente del ferrocarril de
Arequipa97en bonos de 1862 u otros especiales financiados con rentas del guano de Guañape y
Macabí, prefiriendo la designación de una partida exclusiva de 7 000 000 de soles en el
Presupuesto Nacional para este fin98.                   El interés inicial de Meiggs estuvo puesto
fundamentalmente en la línea Lima-Jauja99, pero después se extendió a las de Arequipa-Puno y
Pacasmayo-Cajamarca.           Por otro lado, Pedro Telmo Larrañaga se mostraba dispuesto a
traspasarle su contrato del ferrocarril Lima-Pisco por un precio razonable100. Todas estas
personas urgían la inmediata presencia de Meiggs en Lima, porque deseaban hacer trato
directo con él y no mediante intermediarios. Mientras tanto los trabajos y presupuestos en


93 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, octubre 24 de 1868.
94 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Islay, octubre 29 de 1868.
95 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, octubre 31 de 1868.
96 El 30 de octubre de 1868, la Comisión Principal de Hacienda de la Cámara de Diputados, integrada por Rafael

Velarde, Serapio Orbegoso, José Boza, Natalio Sánchez y Antolín A. Gago, emitió dictamen aprobando el proyecto
del diputado Juan Oviedo facultando al Ejecutivo para contratar un empréstito de 50 millones de soles destinado
exclusivamente a la construcción de una red completa de ferrocarriles que hiciera del Perú un sólo pueblo.
97 Cuenta Rufino Echenique que el general Diez Canseco, antes de dejar la presidencia de la República, comprometió

a quien sería su sucesor, José Balta, para “llevar adelante el contrato que había hecho del ferrocarril de Mollendo a
Arequipa”. Según Echenique este “contrato leonino, mal calculado, oneroso para el fisco y fecundo en males, abrió la
puerta a especulaciones inmorales que enriquecieron súbitamente a muchos con gravamen del Tesoro (...) cosas estas
todas que nadie deja de conocer ...” (Echenique 1952: II, 289).
98 Carta de Francisco de Paula Suárez a Henry Meiggs. Lima, noviembre 3 de 1868.
99 El 19 de octubre de 1868, una sociedad de consignatarios integrada por José Castañeda, Nicolás Rodrigo, Pedro

Denegri, Manuel Pardo, José de la Riva Agüero, José Canevaro e hijos y Valdeavellano y Cía., propuso construir el
ferrocarril Lima-Junín con una inversión de 12 millones de soles, la mitad de ellos procedente de un préstamo estatal,
y el resto obtenido vía la emisión de bonos en Europa (“Intereses Generales”, p. 4). Los proponentes hicieron lobby a
través de los congresistas José Ibarra y Mariano Herencia Zevallos, logrando dictámenes favorables de las comisiones
Principal de Hacienda y Obras Públicas de la Cámara de Diputados concediéndoles garantía fiscal del 5% sobre el
capital invertido. Sin embargo, este proyecto terminaría siendo desplazado por el Lima-Jauja de Henry Meiggs.
100 Carta de Francisco de Paula Suárez a Henry Meiggs (I). Lima, noviembre 4 de 1868.




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Mollendo101, las compras de materiales ferroviarios102 y ventas del guano boliviano en New
York103 seguían sin novedad.
                             En los meses finales de 1868, ni siquiera la crisis fiscal y la inestabilidad social
impidieron a los megalómanos ferroviarios continuar endulzando los oídos del pueblo y la clase
política con emotivos discursos y escritos sobre la necesidad de
“civilizarnos” mediante la masiva construcción de líneas. Todas las
causas de nuestra pobreza eran reducidas a la carencia de
ferrocarriles. No debe extrañar por eso la postura del ex-Ministro




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Luciano B. Cisneros, comisionado para estudiar las medidas más
apropiadas para reconstruir las regiones del sur afectadas por un
violento sismo, quien incluyó entre sus conclusiones como
condición indispensable el tendido de redes ferroviarias, pues:
                                  “... el vapor es hoy el más poderoso agente del comercio. Propagarlo, cubrir
                                  con el humo de las locomotoras la atmósfera que nos rodea, cruzar de rieles los
                                  campos ligando por medio de anillos de hierro la suerte y vida de los pueblos;
                                  es la noble aspiración de las sociedades modernas; siendo consolador que al
                                  impulso de esta idea veamos en el país un movimiento industrial jamás
                                  sentido”104.

                                                          A inicios de noviembre, el lobby de los consignatarios,
 Mariano Herencia Zevallos




                                               liderado por Mariano Herencia Zevallos, ponía fuerte resistencia
                                               para concederle la obra del camino Lima-Jauja105. Suárez movía
                                               sus piezas nerviosamente buscando doblegar esta barrera, pero
                                               como el mismo reconocía solo la presencia de Meiggs en Lima iba
                                               a cambiar esta situación106. En su concepto, era el momento
                                               oportuno para salir del incómodo statu quo y dar un golpe de
mano en tanto el gobierno estaba madurando la idea de un gran empréstito. Paralizadas las
gestiones en el Legislativo para contratar las grandes líneas, Suárez intentó sin éxito comprar la
concesión del ferrocarril Lima-Huacho a Waldo Graña107. Entre tanto, Meiggs, quien desde
Santiago de Chile mantenía en misterio su arribo al Perú, continuaba cancelando sus
deudas en New York108 y dando órdenes para el reconocimiento del camino Lima-Jauja109.

101 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Mollendo, noviembre 6 de 1868.
102 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, noviembre 9 de 1868.
103 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, noviembre 15 de 1868.
104 Cisneros, Luciano B. “Apuntes sobre la comisión al sur, por el ex-Ministro de Beneficencia, Luciano B. Cisneros”, p. 598.
105 Carta de Francisco de Paula Suárez a Henry Meiggs (II). Lima, noviembre 4 de 1868.
106 Carta de Francisco de Paula Suárez a Henry Meiggs. Lima, noviembre 12 de 1868.
107 Carta de Francisco de Paula Suárez a Henry Meiggs. Lima, noviembre 20 de 1868. Waldo Graña adquirió la concesión de

esta línea a Modesto Basadre en setiembre de 1867. Un año después, Graña organizó una compañía para emprender
las obras, pero fracasó y el gobierno evitó su bancarrota dándole un préstamo de £ 250 000 en bonos del empréstito
de 1865, el cual canjeó luego por una garantía del 7% sobre 1 300 000 soles. Finalmente, en marzo de 1872, el Estado
compró el dominio de esta línea.
108 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (I). New York, noviembre 24 de 1868.
109 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (II). New York, noviembre 24 de 1868.




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Epistolario meiggs 1866 1885

  • 1. ESTUDIO SOCIO-HISTÓRICO DEL EPISTOLARIO MEIGGS MEIGGS (1866 (1866-1885) Alejandro Salinas Sánchez
  • 2. Alejandro Salinas ocio- Estudio socio-histórico del Epistolario Meiggs (1866- (1866-1885) Seminario de Historia Rural Andina UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS
  • 3. © D.R. Estudio socio-histórico del Epistolario Meiggs (1866-1885) Alejandro Marcelo Salinas Sánchez © D.R. 1° edición Seminario de Historia Rural Andina SEMINARIO DE HISTORIA RURAL ANDINA – UNMSM Rector: Luis Fernando Izquierdo Vásquez Directora: Nanda Leonardini Director Fundador: Pablo Macera Jr. Andahuaylas 348, Lima 1 Telf. (51-1) 619–7000, anexo 6158 shra@unmsm.edu.pe http://www.unmsm.edu.pe/shrural/ Lima–Perú, mayo 2007 Edición: Sara Castro García Carátula: Henry Meiggs en Chile, 1863 (Tomado de Reseña histórica del ferrocarril entre Santiago i Valparaíso: acompañada de cuatro vistas fotográficas de un plano de línea, biografía y retrato del contratista Enrique Meiggs. Santiago, Imprenta del Ferrocarril, 1863. 173 p.) Contracarátula: Locomotora Rogers, 1863 (Tomado de The Evolution of the American Locomotive. Scientific American Supplement, 8 de mayo de 1897). Escaneo: Juan Zárate Cuadrado Impresión: Miguel Pinto Huaracha Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2007-05105 ISBN: 978-9972-231-13-1
  • 4. INTRODUCCIÓN Hacia mediados de la década de 1860 el fantasma de la bancarrota asomaba sobre la economía peruana. El enorme e inmanejable déficit fiscal y la creciente deuda externa habían estrangulado la gestión gubernativa, mientras la sociedad se hallaba agobiada por una extendida inestabilidad política1. En ese contexto, los hacendistas vivían en continua zozobra tratando de postergar el estallido de la crisis final. Esta coyuntura no impidió a los presidentes Pedro Diez Canseco, José Balta y Manuel Pardo utilizar las rentas del guano como garantía para el levantamiento de millonarios empréstitos destinados a construir ferrocarriles de dudosa rentabilidad y con costos escandalosamente exagerados. Empero, la decisión política de modernizar la vialidad nacional había sido tomada desde mediados del siglo XIX, y veinte años después sólo faltaba el hombre poseedor de los elementos financieros y tecnológicos necesarios para realizar dicho plan. Con este telón de fondo, aparece el empresario norteamericano Henry Meiggs, quien junto a su hermano John y toda una red de ingenieros y agentes mercantiles construye en el decenio de 1870 un dinámico lobby2 en el rubro de obras ferroviarias. El gigantesco crecimiento de la inversión pública en infraestructura vial impactó negativamente sobre la Hacienda nacional. Esto es fácilmente comprensible cuando comparamos los 3 235 000 pesos gastados entre 1850 y 1858 en diversas obras menores con los 111 507 712 pesos derrochados entre 1868 y 1875 mediante la contratación de los megaproyectos de Henry Meiggs. Con tales volúmenes de capital transitando por las manos de políticos y funcionarios públicos los casos de corrupción fueron moneda corriente. Diversos trabajos dan testimonio de estos lamentables hechos, como los escritos por Fernando 1 Los negativos indicadores económicos de la década de 1860 reflejan la dimensión de nuestra crisis fiscal durante dicho período. En 1863 el déficit del Presupuesto Nacional ascendió a 3 500 000 pesos (£ 700 000), cifra que sería incrementada por los gastos de la guerra civil de 1865, la guerra con España en 1866, las rebeliones de Pedro Diez Canseco y José Balta en 1867, y finalmente las deudas por adelantos tomados de los consignatarios en el curso de estos años. 2 Empleamos el anglicismo lobby en el sentido de grupo de personas influyentes organizado para presionar en favor de determinados intereses. El lobby cumplió en lo económico las mismas funciones que la camarilla en la esfera política republicana. En las décadas de 1860 y 1870 las riquezas guaneras permitieron el surgimiento sucesivo de tres influyentes lobbys: el de los consignatarios, el de Augusto Dreyfus y el de Henry Meiggs. Los dos primeros ejercieron mayor poder político a través de Manuel Pardo y Nicolás de Piérola respectivamente, mientras el último ejerció influencia mediante la labor parlamentaria de José Silva Santisteban y Francisco García Calderón.
  • 5. Casós, A.J. Duffield, Arnaldo Márquez y William Clarke3 donde se ofrece un vivo retrato de la decadencia moral en que fueron negociados los contratos con Henry Meiggs y Augusto Dreyfus. No pretendemos descalificar los juicios emitidos por los citados autores, mas conviene decir que todos ellos están basados en testimonios personales muy importantes, pero por lo mismo de difícil comprobación. Nuestro deseo es sondear esta ominosa historia basándonos en los propios documentos producidos por quienes fomentaron y/o participaron en estas controvertidas operaciones. Los diarios son además otra valiosa fuente histórica donde fueron recogidas innumerables críticas y denuncias contra el culto al oro impuesto a lo largo de esta época. No sería justo ni mesurado acusar a Henry Meiggs de haber corrompido las instituciones nacionales. Sin duda, antes de su llegada al país todos los gobiernos habían malversado fondos fiscales, empero fueron sus costosas obras ferroviarias las que permitieron nuevas y mayores formas de corruptela. Además, cuando arriba al Perú traía consigo el estigma del fraude cometido en San Francisco una década atrás4, y los rumores sobre las oscuras negociaciones realizadas para obtener sus contratos ferroviarios en Chile. Como sabemos el llamado Pizarro yanqui pasó las dos últimas décadas de su azarosa vida entre Chile y Perú. En ese tiempo escribió cientos de cartas donde dejó registrados no sólo sus proyectos financieros y políticos, sino las alegrías y frustraciones cosechadas en la realización de estos. Su pluma, lejos del frío carácter anglosajón, revela un espíritu impulsivo y tenaz. Meiggs fue ambicioso y perspicaz en sus tratos con los funcionarios de gobierno, severo frente a sus rivales en los negocios, pero afectuoso y paternalista con los amigos y familiares. A su muerte en setiembre de 1877, Charles Watson conserva y ordena sus papeles con el fin de sustentar los reclamos contra el Estado peruano por supuestos trabajos ferroviarios impagos. En 1890 la Peruvian Corporation recibió del gobierno peruano este archivo junto con los demás bienes pertenecientes al Ferrocarril Central. En algún momento, entre fines del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX, personal de esta empresa británica clasifica estos materiales separando las cartas de los papeles contables para posteriormente formar con ellos 3 Quienes estén interesados en consultar la impresión personal de los citados autores sobre nuestra corrupción republicana, pueden revisar los siguientes trabajos: Clarke, William. Perú and its Creditors. London, Ranken and Co., 1877; Duffield, Alexander James. Peru in the Guano Age. London, R. Bentley and Son 1877; Márquez, J. Arnaldo. La orgía financiera del Perú: el guano y el salitre. Santiago de Chile, Imprenta de la Libertad Electoral, 1888: Pruvonena, Segundo (Fernando Casós), ¡Los Hombres de Bien!. Primera parte del Becerro de Oro. París, Libr. Española de E. Denne Schmitz, 1874. 4 A comienzos de 1850 Henry Meiggs Williams llegó a San Francisco para iniciarse en negocios inmobiliarios y la especulación con bonos. Fue en el curso de estas actividades cuando recurrió a la falsificación de certificados municipales (warrants) para respaldar sus deudas. En 1854, temeroso de que su engaño fuese descubierto decide fugarse llevándose un capital de $ 8 000. Tras cinco meses de navegación arribaría a Talcahuano (Chile). Una vez instalado allí, las autoridades californianas enteradas de su paradero solicitaron su extradición al gobierno chileno, pero ésta fue denegada. 4
  • 6. varios tomos5. En 1942, Esperanza Valdez de la Torre tuvo oportunidad de revisar parcialmente esta documentación inédita mientras escribía su tesis de bachiller sobre Henry Meiggs6. En un artículo publicado poco después cita diez cartas enviadas a éste, entre 1868 y 1876, por su hermano John y sus agentes en Bolivia. Sin embargo, no precisa cuántos tomos componían el Archivo Meiggs ni el período histórico abarcado por estos. Esos detalles serían revelados en 1945 por Watt Stewart, quien consulta ese mismo archivo para realizar su conocido estudio biográfico Henry Meiggs: Yankee Pizarro7. Según este autor, la Peruvian Corporation había formado un fondo llamado Meiggs Papers (o Archivo de don Carlos Watson) integrado por cientos de cartas compiladas en quince volúmenes de 500 a 700 páginas cada uno, 16 libros contables y varios bultos conteniendo cheques cancelados, planos y otros testimonios de incalculable valor historiográfico. De este grupo, Stewart extrajo información de 97 cartas. Existían además otros lotes de cartas y documentos de Henry Meiggs repartidos entre sus nietos H.F. Meiggs, residente en Palo Alto (California), y Lucrecia Meiggs de Valle Riestra afincada en La Punta (Callao). Finalmente, un cuarto lote de cartas enviadas a su nieta Enriqueta era custodiado por el intelectual chileno Eugenio Pereira Salas8. No sabemos cuál fue el destino de los Meiggs Papers en la década posterior a la estatización de la Peruvian Corporation en 1972. Sin embargo, estos reaparecen en marzo de 1983 formando parte del archivo del Ferrocarril Central del Perú trasladado por tiempo indefinido y mediante convenio de depósito al Archivo General de la Nación por la Empresa Nacional de Ferrocarriles S.A. (Enafer) y el Banco Industrial del Perú. En adelante sería conocido como Fondo Enafer – Anexo C1 habiendo sido agrupado provisionalmente en 35 bolsillas y más de 50 libros de cuentas. Allí encontramos correspondencia personal y comercial, documentos financieros, libros copiadores de cartas, planillas, convenios y contratos referidos a mano de obra, adquisición de materiales y terrenos, entre otros9. A inicios del 2002, cuando iniciamos una investigación sobre historia de los ferrocarriles estábamos convencidos de que el Fondo Enafer contenía los valiosos Meiggs Papers en su totalidad. Fue entonces cuando el Dr. Pablo Macera nos dio aviso de la existencia de un fondo documental inédito en los archivos de la concesionada empresa Enafer Perú S.A. La Junta 5 Esta labor archivística de la Peruvian Corporation habría tenido como objetivo aportar información inédita para escribir una historia de los ferrocarriles. Probablemente la era Meiggs fue dejada de lado, porque el estudio de la administración ferroviaria británica ofrecía mayor interés para su personal. Resultado de ese trabajo fue el ensayo anónimo titulado The First Fifty Years of the Peruvian Corporation Ltd. 1890-1930, el cual forma parte del Archivo de la Peruvian Corporation actualmente custodiado por la University College de Londres. 6 Esta tesis, presentada a la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica a comienzos de 1942, llevó por título “Algunos datos sobre la vida de Enrique Meiggs”. Más tarde, en setiembre del mismo año, la autora publicaría en los Cuadernos de Estudio de la Pontificia Universidad Católica (Tomo II, Nº 4.) el artículo “Enrique Meiggs: su vida y actuación en el Perú”. 7 A fines de la década de 1930 Watt Stewart inició en Chile sus investigaciones sobre Henry Meiggs. Como resultado de ello, publicaría por la Editorial Universitaria de Santiago de Chile los trabajos “Enrique Meiggs en Chile” y “El trabajador chileno y los ferrocarriles del Perú” en 1938 y 1939 respectivamente. 8 Este fondo de 33 cartas puede consultarse en la Sección Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Chile. 9 Actualmente el Fondo Enafer – Anexo C1 no está disponible para consulta de los investigadores, pues se encuentra en reorganización desde mediados del 2005, y no se ha fijado un plazo para el término de este proceso archivístico. 5
  • 7. Liquidadora lo había guardado en condiciones precarias en el sótano de la Estación de Desamparados, pero no habiendo previsto su clasificación ordenó trasladarlo al almacén de Industrias Militares (Indumil) en la avenida Colonial (Lima). Allí había un marañón de papeles repartido en cientos de sacos. Aunque la mayoría del material correspondía a la Peruvian Corporation, tuvimos la fortuna de encontrar originales y copias mecanográficas de 241 cartas cursadas entre Henry Meiggs y sus agentes. Recientemente hemos comprobado que ese valioso epistolario constituye parte de los Meiggs Papers, habiendo permanecido mezclados con los papeles de la Peruvian Corporation en los archivos de Enafer S.A. hasta que ésta fue concesionada en 1999. El Epistolario Meiggs10 ofrece información inédita sobre los mecanismos financieros y lobbys formados por Henry Meiggs, su hermano John y el entorno de colaboradores en el Perú, Chile, Estados Unidos de Norteamérica y Europa para lograr consumar leoninos negocios. Las cartas revelan detrás de cada contrato un fino y minucioso trabajo de investigación por parte de los hermanos Meiggs acerca de las condiciones financieras del Perú y la potencialidad de las rentas del guano. Éstas detallan también los nombres de los congresistas integrantes del lobby ferroviario y las tareas que les fueron encomendadas en el Legislativo. Hay incluso referencias concretas a la injerencia de Henry Meiggs en asuntos de nuestra política interna, de los cuales indudablemente dependía la continuidad de sus negocios. Encontramos finalmente referencias a negocios poco conocidos en su vasta actividad mercantil, como la participación en compra de armas y operaciones bursátiles, además de diversas inversiones mineras realizadas en suelo peruano, chileno y boliviano. Finalmente, conviene hacer varias precisiones sobre el Epistolario Meiggs y la forma en que hemos decidido publicarlo. Como es lógico suponer la comunicación escrita entre los hermanos Meiggs y sus agentes se efectuaba en inglés. Por ello, cuando Federico Costa y Laurent consultó estos papeles hace siete décadas se encargó de traducirlos y mecanografiarlos formando con esas copias un archivo paralelo al original11. Algunas de estas copias omiten ciertas partes de los documentos, probablemente a causa del deterioro de estos o por un criterio de selección del traductor, quien además utilizó iniciales para ocultar nombres de ciertas personas e introdujo subrayados en los párrafos que deseaba destacar. Con todo, no queda duda sobre su manifiesta posición crítica frente a las controvertidas actividades de 10 Hemos decidido darle este nombre provisional hasta cuando el Archivo General de la Nación le asigne uno definitivo. No debe extrañar la inclusión en el Epistolario Meiggs de cartas redactadas por diversos socios después de su muerte, pues ellas están vinculadas con negocios inconclusos del Pizarro yanqui, muchos de los cuales permitieron a sus agentes Charles Watson y John Thorndike seguir usufructuando la red ferroviaria. 11 Este trabajo, realizado por Federico Costa y Laurent durante la primera mitad del decenio de 1930, debió servir de base para un estudio biográfico de Henry Meiggs. En enero de 1936, el norteamericano J.W. Pearson le hizo sin éxito una propuesta para comprarle sus materiales, entre los cuales además del valioso Epistolario se hallaban los libros de actas originales del cabildo de San Francisco correspondientes a los años 1851-1855. A la muerte de Costa Laurent, sus papeles y manuscritos fueron conservados por su viuda, Isolina Garrat. Ella facilitó su consulta a Esperanza Valdez de La Torre (1942) y Watt Stewart (1945) respectivamente . 6
  • 8. Henry Meiggs. Este afán pesquisidor le hizo dejar de lado aquellas cartas donde sólo había registros de compras de herramientas y materiales para los ferrocarriles. Este trabajo tiene dos propósitos: efectuar un estudio socio-histórico preliminar de la información ofrecida por el Epistolario Meiggs, y al mismo tiempo ponerlo al alcance de los historiadores para que sea sometido a una profunda crítica heurística. En ese sentido, debemos precisar que hemos realizado nuestra propia traducción de las cartas, comparándolas con aquellas efectuadas anteriormente por Federico Costa Laurent, a fin de alcanzar la mayor objetividad respecto de los textos originales. Por lo demás, nuestra labor se limitará a añadir entre corchetes los nombres de las personas citadas en las cartas incorporando, cuando sea oportuno, breves notas sobre su participación en la vida política y económica del Perú o de sus respectivos países de origen. Con fines expositivos, y siguiendo la secuencia cronológica de las cartas (1866-1885), hemos dividido nuestro estudio en cinco secciones temáticas y las conclusiones respectivas. La primera sección (1866-1867) se ocupa de las diversas actividades económicas emprendidas por Henry Meiggs en Chile en los años previos a su ingreso al escenario peruano. En la segunda (1868-1870) exponemos como despliega en nuestro país su carrera de contratista de obras públicas faraónicas, y detallamos los mecanismos empleados para la formación de un lobby ferroviario en la sociedad peruana. La tercera sección (1871-1874) analiza sus años de apogeo patrimonial y el posterior declive en medio de los primeros síntomas de la bancarrota fiscal. La cuarta (1875-1879) describe las últimas operaciones financieras realizadas para evitar la decadencia de sus negocios, las mismas que serían continuadas durante la Guerra del Pacífico por su pariente político y socio Charles Watson12. En la quinta sección (1880-1885) exponemos cómo los herederos de Meiggs negociaron y finalmente traspasaron los ferrocarriles al capital extranjero en la posguerra del Pacífico. La parte final incluye un anexo con 241 cartas que componen el inédito e inestimable Epistolario Meiggs. 12Henry Meiggs siempre tuvo especial consideración y plena confianza en Charles Watson. Ésta se cimentó más cuando, en abril de 1877, Charles Watson contrajo matrimonio en Chile con su sobrina Mary Backus Meiggs. 7
  • 9. CAPÍTULO I LOS NEGOCIOS DE HENRY MEIGGS EN CHILE: 1866-1867 En 1849 Henry Meiggs era probablemente el más próspero empresario en comercio maderero, construcciones privadas y obras públicas del oeste norteamericano. Aprovechando su poder económico obtuvo entonces una concejalía en San Francisco, postulando más tarde sin éxito a la gobernación estatal de California. Sin embargo, a mediados de 1854, enormes deudas lo llevaron a cometer un escandaloso fraude tomando dinero del público mediante la emisión de bonos falsos. El 26 de septiembre de dicho año, antes de que fuese descubierto, huyó de San Francisco dejando pérdidas por más de un millón de dólares a los negocios locales. A inicios de 1855, Meiggs arriba al puerto chileno de Talcahuano. Los primeros años de su estancia en chile tienen como escenario la ciudad de Chillán en medio de una dura estrechez económica. En 1858 consigue superar esta situación cuando realiza el tendido de un puente férreo sobre el río Maipo. Más tarde, entre 1861 y 1863, participa en la conclusión de dos tercios del ferrocarril de Valparaíso a Santiago. Gracias a estas obras alcanza amplio prestigio como contratista ferroviario y una enorme influencia entre la aristocracia chilena13. Hasta aquí todo es historia conocida. Pero poco se ha estudiado sobre la intervención de Henry Meiggs en otras actividades, como la compra de armamento para Chile durante la guerra con España en 1866, sus contratos en sociedad para explotación guanera en Mejillones y la especulación con bonos bolivianos y chilenos. En cuanto a lo primero, conviene precisar la orientación de la política exterior chilena en la década de 1860. Desde mediados de 1862 las relaciones entre España y Chile se hallaban muy deterioradas a causa de la prédica americanista desplegada por intelectuales y políticos como Benjamín Vicuña Mackenna, Manuel Montt y José Victorino Lastarria14. El conflicto se exacerba cuando la escuadra española, bajo el mando del contralmirante Luis Hernández Pinzón, 13 En abril de 1864, apoyado por la elite chilena, Meiggs propuso al Presidente argentino, Bartolomé Mitre, construir el ferrocarril Santiago-Buenos Aires. A pesar del entusiasmo inicial, el Pizarro yanqui cambió de planes poco después interesándose en realizar el proyecto ferroviario Mejía-Arequipa en el Perú (Stewart 1946: 41). 14 En setiembre de 1856, los gobiernos de Ecuador, Chile y Perú firmaron un tratado continental comprometiéndose al apoyo recíproco en caso de agresión proveniente de países extranjeros. En noviembre del mismo año la diplomacia peruana patrocina un proyecto de tratado de alianza y confederación con México, Nueva Granada, Venezuela, Costa Rica, Guatemala y El Salvador (Basadre 2005: V, 163-165).
  • 10. ocupa en abril de 1864 las islas de Chincha amenazando con retenerlas mientras el Perú no pagara indemnización a la Corona por la muerte de un colono vasco ocurrida en la hacienda Talambo (Lambayeque) hacia agosto de 1863. Doblegado por la presión hispana, el temeroso gobierno de Juan Antonio Pezet firma el Tratado Vivanco-Pareja (27 de enero de 1865) canjeando la liberación de las citadas islas guaneras por un pago de tres millones de pesos15. Fortalecidos los españoles con este triunfo, quisieron escarmentar al gobierno chileno exigiéndole una reparación en dinero y satisfacciones diplomáticas por haber apoyado la causa peruana, anunciando bombardeos sobre Juan Antonio Pezet Lota o Valparaíso si estas demandas eran rechazadas. En ese contexto de inminente guerra, en abril de 1865, el Presidente chileno José Joaquín Pérez envía a Estados Unidos de Norteamérica a Benjamín Vicuña Mackenna en misión diplomática para obtener la incorporación de dicho país en la causa americanista, y al mismo tiempo negociar allí la compra de moderno armamento. Para cumplir este último encargo, Vicuña Mackenna buscó personas relacionadas con militares y armadores de naves de guerra norteamericanos. Por ese camino llega hasta Henry Meiggs16, quien le ofrece los servicios de asesoría del ingeniero William Cilley17 para su Joaquín Pérez próxima visita a New York. A solo unos meses de haber arribado a dicha ciudad, Vicuña Mackenna había asegurado en enero de 1866 la compra del Meteor a un costo de £ 55 500 (277 500 pesos según tipo de cambio de la época de 5 pesos por libra esterlina). Este barco artillado de 1 480 toneladas era capaz de desarrollar una velocidad de once millas por hora. El contrato, firmado en secreto con su propietario para no violar la ley de neutralidad, fracasa cuando el diario Sunday Mercury publica un titular denunciando la preparación del Meteor como corsario armado contra España. De inmediato, por solicitud del consulado español y el 15 En febrero de 1865, el Ministro peruano en Inglaterra, Federico Barreda, contrata con la Casa Thomson Bonar la emisión de bonos en Londres por un monto de £ 10 000 000 al tipo de 83.5% obligándose a pagar 10% anual en intereses y amortización. Para saldar esta ignominiosa deuda, el Presidente Pezet empleó fondos de dicho empréstito. Paradójicamente este desembolso a favor del enemigo hispano duplicaba la partida de £ 257 000 (1 285 000 pesos) asignada para garantizar la defensa de nuestras costas mediante la compra del monitor Huáscar y la fragata Independencia. 16 Por entonces ambos mantenían un estrecho vínculo amical. No en vano, en setiembre de 1863, el político chileno forma parte del homenaje dado a Henry Meiggs con motivo de la inauguración del ferrocarril Valparaíso-Santiago. Poco después, en 1865, apoya sus nuevos planes ferroviarios escribiendo el trabajo titulado Breve exposición de los antecedentes del ferrocarril urbano de Santiago que se propone construir don Enrique Meiggs. Durante estos años fue además asiduo concurrente a los saraos dados por el empresario norteamericano en su lujosa quinta santiaguina. Más tarde, en 1867, Vicuña Mackenna comprará un palacete a Meiggs por la suma de 40 000 pesos, saldados mediante permuta de dos casas en Valparaíso pertenecientes a su esposa Victoria Subercaseaux, y 15 000 pesos en efectivo. Finalmente, en 1877, dedicaría grandes elogios a la obra vial del Pizarro yanqui en Chile en su libro De Valparaíso a Santiago. 17 Vicuña Mackenna 1867: I, 322. 10
  • 11. propio Secretario de Estado, H.G. Seward, el alguacil neoyorquino, Robert Murray, solicitó ante el juez Samuel Betts el impedimento de salida de la nave. Descubierta la participación de Vicuña Mackenna en el asunto, logra salvarse de ir a prisión gracias al pago de una fianza de 5 000 pesos. John Meiggs también fue interrogado por las autoridades rechazando sagazmente haber mantenido vínculos con los encausados. Mientras tanto, secretamente actuaba como agente no oficial del gobierno chileno ante otros armadores militares. Meiggs mostraba cierto desaliento, porque la pobreza de fondos, las posibles sanciones judiciales de los jueces norteamericanos y la abundancia de gente inescrupulosa en el entorno de Vicuña Mackenna le impedían concretar negocios18. Sin embargo, el afán de lucro lo impulsó a preparar la venta del blindado Dunderberg19 a Chile. De acuerdo con sus planes, las Federico Barreda casas Fabbri y Chauncey y Junius S. Morgan prestarían el capital requerido a cambio de un pago de 3 000 000 de pesos en bonos al 7%20. El artillado de la nave y su posterior entrega estarían a cargo de Mr. Webb, quien deseaba hacerlo en Europa, aunque Meiggs prefería hacerlo en el puerto de Colón (Aspinwall) en Panamá. El cobro de comisiones lo dejaba en manos de su hermano Henry. Con todo, debido al reciente affaire del Meteor, John sentía temor de que estos preparativos fuesen descubiertos por la prensa neoyorquina21. El juicio contra el Meteor transcurrió durante varios meses dictándose sentencia condenatoria hacia mediados de 1866. Aunque la compra de naves había sido bloqueada por el gobierno norteamericano, Vicuña Mackenna no permanece inactivo en estos agitados meses. Por el contrario, se dio tiempo para enviar un grupo de militares norteamericanos torpederos con la misión de dirigir ataques sorpresivos a los buques españoles22. Ellos viajaron a Valparaíso acompañados por el ingeniero Wiliam Cilley, pero extrañas circunstancias les impidieron cumplir su trabajo. Confiado en la mejor posición del Perú para contratar empréstitos quiso interesar al Presidente Mariano Ignacio Prado en la compra de los blindados Dunderberg o Monadnoch. Empero, grande fue su desconcierto cuando el comandante peruano, Lizardo 18 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (I). New York, febrero 21 de 1866. 19 Este blindado (ironclad) comenzó a construirse hacia 1862 en los astilleros neoyorquinos por encargo de la Armada norteamericana. Lanzado al agua a mediados de 1865, no llegó a participar en la Guerra de Secesión finalizada en abril del mismo año. En 1866 se hallaba a la venta, pero no pudiendo comprarlo el gobierno chileno lo hizo un año después el de Francia rebautizándolo como Rochambeau. 20 El Dunderberg estaba cotizado en 2 millones de pesos al contado. De esa manera, la compra financiada por las casas Fabbri y Chauncey y Junius S. Morgan, iba a significarle al gobierno chileno un sobrecosto del 50%. 21 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (II). New York, febrero 21 de 1866. 22 En diciembre de 1865, el cónsul chileno en New York, Estevan Rogers, había encargado a John Meiggs, ofrecer premios pecuniarios a quienes además de tener experiencia en el manejo de torpedos, estuviesen en condiciones de viajar a Valparaíso para hundir las naves españolas. 11
  • 12. Blindado Monadnoch Montero, y el capitán inglés al servicio de Chile, William Wilson23 llegaron a New York sin dinero, pero con la irónica orden de comprar monitores u otras naves de guerra. Derrotada la escuadra española en el combate del Dos de Mayo, finalizó la comisión americanista de Vicuña Mackenna. Benjamín Vicuña Mackenna y su esposa No obstante, antes de regresar a su país, y gracias a los recursos Victoria Subercaseaux provenientes del empréstito Thomson Bonar24, contrata la compra de cuatro naves por un monto de 557 200 pesos. Probablemente los hermanos Meiggs no intervinieron en esta operación, pero la significativa presencia de John en la pequeña comitiva presente en la despedida del diplomático chileno de territorio norteamericano deja espacio para ciertas suspicacias. El interés chileno por el Dunderberg no disminuyó a pesar de haber ya adquirido cuatro naves. Por ello, el nuevo comisionado Maximiano Errázuriz, asesorado por William Cilley y John Meiggs, continuaría negociando una posible compra. Éste último había planeado conseguir para Chile en la Casa Fabbri y Chauncey un empréstito de 3 000 000 de pesos pagadero en bonos y garantizado con hipoteca sobre los ferrocarriles. Cuando todo estaba arreglado Errázuriz recibió órdenes de abandonar la transacción25. John quiso en aquel momento vender el blindado al Perú, pero sus intentos fracasaron26. Allí acabaron sus afanes como vendedor de armamento, dirigiendo en adelante sus intereses sobre la especulación con bonos de la deuda Maximiamo Errázuriz externa chilena o peruana. 23 John Meiggs estuvo detrás de los esfuerzos del capitán Wilson por adquirir un vapor para Chile, pero el negocio fracasó por la carencia de recursos del gobierno sureño. 24 Este empréstito contratado en Londres por órdenes del Presidente José Joaquín Pérez ascendió a £ 450 000 (Vitale 1990: 13). 25 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (I). New York, octubre 10 de 1866. 26 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (II). New York, octubre 10 de 1866. 12
  • 13. Para incursionar en dicho campo, los hermanos Meiggs necesitaban vincularse con agentes financieros de las principales plazas financieras europeas. Ellos debían proporcionarles constante información sobre la cotización de los bonos y las tendencias al alza o baja. Por este tiempo, en noviembre de 1866, Henry Meiggs meditaba la posibilidad de construir ferrocarriles para el gobierno peruano recibiendo el pago en bonos del empréstito de 1865. Empero, no estaba dispuesto a comprometerse sin antes escuchar a John Freundt, su agente en Londres. Desde allí le llegaron desalentadoras noticias sobre la depreciación de estos bonos, y rumores de un supuesto reparto de un millón de ellos entre los partidarios del Dictador Mariano Ignacio Prado. Además, la Casa Thomson Bonar se oponía rotundamente a emitir más bonos mientras el gobierno peruano no cancelara intereses vencidos27. En esas condiciones, Freundt sugería a Meiggs tener mucho cuidado en sus cálculos, pues recibiendo bonos de manos del gobierno a un tipo de 83.5 %, cuando realmente solo valían 50% estaba obligado a compensar dicho perjuicio añadiendo 67% al precio de sus obras. Dos circunstancias complicaban la proyectada negociación: el desconocimiento del lote de bonos disponibles por el Perú, si bien informaciones no oficiales lo fijaban en tres millones de libras, y el envío a Lima del señor Alexander De Laski28 como comisionado de la Casa Thomson Bonar para pactar nuevas condiciones de emisión con el Secretario de Hacienda, Manuel Pardo29. En tono pesimista, Freundt consideraba muy difícil conseguir socios capitalistas en Londres, sobre todo después de la estafa cometido por José Pickering en perjuicio de muchos ingleses vendiéndoles acciones de una falsa compañía ferroviaria30. Esta acción provocó un sentimiento de rechazo frente a los contratistas, lo cual sumado a las insuficientes garantías fiscales ofrecidas al capital invertido en ferrocarriles hundían cualquier posibilidad de construirlos en el corto plazo31. Chile y Bolivia no ofrecían mejores perspectivas de negocios. El guano de ambos países, rechazado en los mercados europeos, era incapaz de proveer los fondos necesarios para cancelar cualquier empréstito destinado a obras ferroviarias. De igual 27 A mediados de 1865, el gobierno de Juan Antonio Pezet desconociendo el fracaso en la colocación de sus bonos giró letras por casi £ 2 000 000 para cubrir varias obligaciones. Ante esta situación, la casa emisora exigió primero el señalamiento de recursos fijos para la amortización del empréstito, y luego la entrega de £ 6 500 000 en bonos aún no colocados. Ello obligó a que en setiembre, Barreda arreglara un nuevo acuerdo rebajando el monto del empréstito a £ 7 000 000 aplicables a la conversión de los bonos circulantes de 1862, y el pago de deudas por adelantos de los consignatarios, giros del gobierno y gastos administrativos, quedando apenas un saldo disponible de £ 853 753 en efectivo (Palacios 1983: 110-112). 28 Vicuña Mackenna describe al agente financiero De Laski como un inescrupuloso “judío polaco” vinculado a los banqueros “israelitas” Augusto Dreyfus de Francia y Thomson Bonar de Inglaterra. Sin duda, De Laski era entonces hombre de confianza de la banca franco-sajona. Por ello, entre abril y mayo de 1876, fue comisionado por el banquero Raphael para iniciar conversaciones con el candidato presidencial Mariano Ignacio Prado, a fin de conseguir un nuevo contrato de venta del guano y servicio de la deuda externa. Las negociaciones culminaron con la firma del Contrato Raphael el 7 de junio de dicho año, cuando ya Mariano Ignacio Prado había sido electo Presidente (Vicuña Mackenna 1880: I, 200). 29 Carta de John Freundt a Henry Meiggs. Londres, noviembre 1º de 1866. 30 El 12 de junio de 1863, José Pickering y Patrick Gibson fueron contratados por el gobierno para construir el ferrocarril Mejía-Arequipa. Entre los beneficios recibidos por los contratistas destacaba el otorgamiento de garantía fiscal del 7% sobre un capital de 10 200 000 pesos por 25 años. Los empresarios fueron también autorizados a buscar socios capitalistas en Londres mediante la formación de compañías de obras públicas (Cisneros 1939: III, 153). 31 Carta de John Freundt a Henry Meiggs (I). Londres, noviembre 16 de 1866. 13
  • 14. forma, la baja cotización de los bonos chilenos, bolivianos y peruanos frustraban los afanes de Meiggs por obtener préstamos personales de los banqueros londinenses ofreciendo dichos papeles como garantía. En esas circunstancias, confiaba todavía en hacerse de un pequeño capital vendiendo sus lotes de bonos, pero ello sólo sería posible si encontraba algún despistado comprador32. A principios de 1867, la cotización de los bonos chilenos había mejorado, pero el fantasma de un prolongado conflicto con España ahuyentaba las inversiones ferroviarias en dicho país33. En medio de este oscuro panorama, y después de resolver algunos problemas con los representantes del ferrocarril central de Santiago34, Meiggs ingresa al escenario peruano en abril del año citado35 como socio de la compañía Meiggs Bates y Cía. A través de ella presentó al Dictador Mariano Ignacio Prado una ambiciosa propuesta para construir 320 millas de ferrocarriles y seis muelles a un costo de 20 millones de soles (cuadro 1). La oferta era sumamente atractiva, porque con un gasto mayor en sólo 25% al costo del presupuesto de la línea Mejía-Arequipa ofrecía realizar obras viales en diez departamentos del país36. Meiggs trató incluso de allanar el camino, proponiendo una fórmula financiera para financiar su proyecto. Según ésta, el gobierno peruano levantaría un empréstito en Europa por 10 ó 12 millones de soles, garantizados con hipoteca sobre los mismos ferrocarriles y sus entradas, para sumarlos a otros 10 millones de soles provenientes de la venta de los antiguos bonos reservados de 186537. 32 Carta de John Freundt a Henry Meiggs (II). Londres, noviembre 16 de 1866. 33 Carta de John Freundt a Henry Meiggs. Londres, enero 1º de 1867. 34 Carta de Henry Meiggs a Charles Watson. Santiago, marzo 24 de 1867. Sin duda, Meiggs escogió una coyuntura propicia para presentar su proyecto, pues varios diputados impulsaban proyectos ferroviarios en Santa, Pacasmayo, Pisco, Ayacucho y Huancavelica. En ese contexto, el Diputado Nicanor González propuso contratar un ingeniero británico para estudiar las futuras líneas férreas de Pacasmayo-Cajamarca, Lambayeque-Chimbote, Chimbote- Huaraz y Lima-Pasco. Las obras serían negociadas con la Casa Brasfey & Co. de Londres considerada “la más importante en el mundo para esta clase de empresas” (Macera 2000:V, 6). 35 La coyuntura no podía haber sido más propicia para los proyectos de Meiggs. Durante el primer semestre de 1867, contrariando los llamamientos a la austeridad fiscal, los diputados Juan Luna y José Gonzáles del Riego solicitaron al Congreso Constituyente aprobar la inversión de fondos en la continuación de los estudios de los ferrocarriles de Santa-Huaraz y Pacasmayo-Cajamarca. Asimismo, la Comisión de Industria y Comercio, integrada por Pablo Vivero, Federico Luna, N. Cisneros, Antonio Segovia, Manuel Pérez y Pedro A. del Solar, propuso declarar puerto mayor a Pisco, con el fin de atraer capitales para la construcción de un ferrocarril desde ese punto hasta Ica, Ayacucho y Huancavelica (Diario de los Debates del Congreso Constituyente de 1867, 1868: I, 86). Fueron concedidos además varios contratos para construir los ferrocarriles Pimentel- Chiclayo con Felipe Masías y Juan Cossio, Eten-Chiclayo con José Antonio García y García y Lima-Huacho con Modesto Basadre. 36 La propuesta de la sociedad Meiggs Bates y Cía. incluía la construcción de tres líneas (Islay-Arequipa, Lima-Pisco y Pacasmayo-Lambayeque), y seis muelles (Paita, Pacasmayo, Huamán, Chala, Ilo e Iquique). Sin embargo, el Director de la Sección de Obras Públicas, Manuel Amat y León, puso reparos a la propuesta, pues no adjuntaba especificaciones técnicas de las obras, como los trazos, planos, perfiles y presupuestos, y tampoco establecía el monto de la fianza. En tales condiciones, Amat y León, consideró conveniente firmar sólo un compromiso de trabajo y no un contrato definitivo (“Propuesta de los señores Meiggs, Bates y Cía. para construir varias obras de importancia en la República”, p. 156) 37 El Dictador Prado había decidido emplear los bonos reservados del empréstito de 1865 para impulsar la construcción de muelles, irrigaciones y ferrocarriles. Así, por decreto del 25 de julio de 1866 autorizó contratar por cuenta del Estado las líneas Lima-Pisco, Lambayeque y Chiclayo a la costa, y la conclusión de los estudios de la línea Lima-Jauja-Pasco. Este plan no pudo financiarse por el bajo precio de los bonos en el mercado londinense. Carente de recursos, la dictadura se limitó a realizar estudios preliminares organizando al mismo tiempo la convocatoria de postores para las líneas Lima-Jauja, Islay-Arequipa, Pisco-Ica, Cerro-minerales de Pasco, Iquique-La Noria y Cerro Azul-Cañete (Químper 1867: 64-73). 14
  • 15. CUADRO 1 PROPUESTA DE LA SOCIEDAD MEIGGS BATES Y CÍA. PARA CONSTRUCCIÓN DE OBRAS PORTUARIAS Y FERROVIARIAS - 186738 Obra Especificaciones Técnicas Costo (en soles) Ferrocarril Islay– Longitud: 100 millas – ancho de vía: 3 pies 6 7 800 000 Arequipa pulgadas – rieles de 45 libras – gradiente 3% Ferrocarril Lima-Pisco Longitud: 150 millas – ancho de vía: 4 pies 8 8 200 000 ½ pulgadas – gradiente 3% Ferrocarril Pacasmayo- Longitud: 70 millas – ancho de vía: 4 pies 8 3 000 000 Lambayeque ½ pulgadas – gradiente 3% Muelle de Paita Fierro 200 000 Muelle de Pacasmayo Fierro 250 000 Muelle de Huamán Fierro 200 000 Muelle de Chala Piedras en jaulas y fierro 100 000 Muelle de Ilo Fierro 100 000 Muelle de Iquique Fierro 150 000 Total 20 000 000 Confiado en obtener respuesta positiva, Meiggs pierde interés en continuar las tratativas para realizar la venta del blindado Dunderberg a Chile39. Al mismo tiempo, encargó a su agente Charles Watson resolver diversos asuntos financieros con el Banco de Valparaíso40. Sin embargo, su hermano John insistía en comprar dos naves para Chile, con la intervención del Ministro chileno en Norteamérica, Francisco Solano Astaburuaga, y por intermedio del gobierno colombiano, a un costo de 2 millones de dólares, pues esa transacción les aseguraba una ganancia de 500 000 Blindado Dunderberg dólares. Con respecto a los negocios 38 “Propuesta de los señores Meiggs, Bates y Cía. para construir varias obras de importancia en la República”, p. 156. 39 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, abril 19 de 1867. 40 Carta de Charles Watson a Henry Meiggs. Valparaíso, abril 22 de 1867. 15
  • 16. peruanos, John sugirió construir ferrocarriles en sociedad con el Estado por un costo no mayor de 15 Francisco Solano Astaburuaga millones de soles. De acuerdo a sus planes, el gobierno aportaría la mitad de dicho capital tomándolo de los fondos del guano vendido en Estados Unidos, pues éste se hallaba libre de hipotecas. La otra mitad correspondería a Henry Meiggs, quien tendría facultad para hipotecar el ferrocarril a favor de sus prestamistas41. Frustrados estos planes por la crisis de la dictadura pradista, Meiggs volvió a estudiar diversas ofertas de negocios. Inicialmente quiso participar en la organización del Banco boliviano42, y en la construcción del ferrocarril urbano en Santiago de Chile43. Poco después ofreció nuevamente a Chile intermediar en la compra de monitores norteamericanos, o contratar la construcción de los mismos en cualquier punto de su litoral en caso lo primero no pudiera efectuarse44. Como estos propósitos le resultaron esquivos, entre octubre y noviembre de 1867 Meiggs pretende obtener la consignación del guano de Mejillones destinada al mercado norteamericano45. Empero, el asunto ofrecía dudosa rentabilidad por la escasa acogida del fertilizante debido a su bajo contenido Eusebio Lillo de amoniaco46. La explotación de estas guaneras en la provincia litoral de Atacama se había iniciado en la década de 1850. Una disputa por límites entre Chile y Bolivia mantenía en permanente tensión las actividades de los explotadores del guano. Con todo, los chilenos eran una presencia hegemónica en la región. Ésta se hizo muy fuerte desde 1859, cuando el empresario Nicomedes Ossa47 recibió concesiones del gobierno boliviano para explotar en exclusividad las guaneras. Más tarde, Ossa vendió estas concesiones a Pedro López Gama, quien a su vez las traspasó a la firma Alsop y Cía. de Valparaíso. A pesar de la oposición de ésta, Henry Meiggs 41 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, mayo 10 de 1867. 42 En febrero de 1867, el gobierno de Mariano Melgarejo aprobó el proyecto del exiliado chileno Eusebio Lillo para crear un banco de emisión, depósitos, descuento y préstamos en la ciudad de La Paz (Banco boliviano ..: 39-40). Su inauguración fue fijada entonces para el 31 de diciembre de 1868. 43 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, julio 31 de 1867. 44 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, agosto 21 de 1867. 45 A fines de 1866 el Presidente bolviano Mariano Melgarejo había concedido privilegio a la Casa Armand de Burdeos (Francia), representada por Arnous de la Riviere, para explotar las guaneras de Mejillones. Como la zona se hallaba en litigio con el Estado chileno, Riviere viajó inmediatamente a Santiago de Chile para conseguir la aprobación del gobierno y encontrar socios capitalistas. Estas acciones impidieron momentáneamente a Henry Meiggs hacerse del negocio. 46 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, octubre 10 de 1867. 47 El banquero y financista Nicomedes Ossa Cerda ejerció notable influencia en la economía chilena durante la década de 1870. En 1856 fundó el Banco Ossa y Co., ejerciendo asimismo entre 1852 y 1876 las diputaciones por Vallenar y Rancagua. Actuó además como representante de Henry Meiggs en varios negocios, y tenía intereses financieros en Bolivia (Valdivieso 2004: 5). 16
  • 17. buscaba por todos los medios asociarse con la casa norteamericana Fabbri y Chauncey u otras europeas para ingresar en esta boyante actividad extractiva48. Entre tanto, sus sobrinos Henry y Minor K. Meiggs, urgían su apoyo técnico y financiero para contratar con el gobierno de Costa Rica la obra del ferrocarril Puerto Limón-San José a un costo de 6 millones de dólares. Como la propuesta de contrato fue rechazada por el Congreso costarricense, Meiggs decidió darle impulso a sus intereses en el guano de Mejillones iniciando conversaciones con Egisto Fabbri Nicomedes Ossa para venderlo asociadamente en Europa. Meiggs estaba prevenido de la mala reputación del fertilizante boliviano. Por ello, Charles Watson, su agente en Valparaíso, utilizando información de varios estudios de química agronómica sobre el valor orgánico de dicho guano recomendó Minor K. Meiggs fijar el precio por tonelada del mismo en 10 libras, 10 peniques 8 chelines49. De esa manera pensaban hacerlo atractivo para los medianos agricultores ingleses, disconformes con el precio de 12 libras por tonelada del guano de Chincha. Antes de enviar los primeros cargamentos, John Freundt, el agente de Meiggs en Londres, se encargaría de hacer campaña publicitaria en Inglaterra y Alemania. Existía además la posibilidad de asociarse con Luciano Armand, uno de los más importantes consignatarios de Mejillones. Por entonces, éste no podía aprovechar su consignación en Estados Unidos, pues mantenía problemas judiciales con el gobierno norteamericano motivados por su apoyo a los sureños durante la Guerra de Secesión. Con todo, Meiggs se mostraba entusiasta por las buenas relaciones de Armand con varios capitalistas ingleses. Gracias a este respaldo, Armand ofreció al gobierno boliviano levantarle un empréstito en Londres50garantizado con la entrega de nuevos depósitos guaneros, los cuales podría explotar pagando un precio preferencial de 5 pesos por tonelada. En ese caso, Freundt aconsejaba firmar contrato con el Presidente Mariano Melgarejo sólo cuando éste hubiese recibido autorización de su Congreso, pues de otra forma quedaban expuestos a que un nuevo gobierno desconociera lo pactado como había ocurrido antes con otros empresarios. 48 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. Nueva York, noviembre 1º de 1867. 49 Carta de Charles Watson a Henry Meiggs. Valparaíso, diciembre 8 de 1867. 50 Arnous de la Riviere, representante de Armand y Cía., ofreció sin éxito sus servicios para conseguir un empréstito por 2 millones de libras esterlinas. Por parte de Bolivia, el coronel Quintín Quevedo fue designado para encabezar estas conversaciones. Henry Meiggs tenía especial interés en el otorgamiento de este empréstito al gobierno de Mariano Melgarejo, pues sólo de esa manera habría dinero para sus obras ferroviarias. En 1868 el Presidente Melgarejo autoriza levantar un empréstito para construir el ferrocarril Mejillones-Caracoles, pero una vez más los planes quedaron frustrados. 17
  • 18. A pesar de todas sus esperanzas, Meiggs iniciaba el año 1868 sin ninguna seguridad de pactar nuevos contratos. Los meses empleados en la búsqueda de fórmulas financieras para realizar los proyectos del banco boliviano y el ferrocarril costarricense no habían dado resultado, y aunque Henry deseaba abandonarlos su hermano John insistía en seguir negociando51. En el corto plazo sólo les quedaba tratar de vender el guano boliviano en el mercado norteamericano a través de la Casa Schepeler y Cía. La estrechez económica había reforzado la dependencia de John respecto de Henry, pero éste no parecía sentirse subordinado, y por ello propuso comprarle la mitad de sus reservas guaneras para colocarlas en España, Italia y otros países europeos52. Esta ambiciosa propuesta fue rechazada, y John debió conformarse con su empleo como agente para los asuntos del ferrocarril de Costa Rica53, y la promesa de viajar a Europa apenas se concretaran nuevas transacciones54, pues existiendo la posibilidad de que los contratos fuesen cancelados con bonos, la presencia de John en Londres era imprescindible para encargarse de la venta de dichos papeles. Aunque esto finalmente no ocurrió, su actuación como asesor financiero residente en el Perú sería fundamental bajo la década de los megaproyectos ferroviarios iniciada en 1868. 51 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, enero 11 de 1868. 52 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, enero 16 de 1868. 53 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (I). New York, enero 21 de 1868. 54 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (II). New York, enero 21 de 1868. 18
  • 19. CAPÍTULO II HENRY MEIGGS Y EL INICIO DE LA ERA FERROVIARIA PERUANA: 1868-1870 Durante la segunda quincena de enero de 1868, aparentemente John desconocía los detalles de las conversaciones entre su hermano Henry y el recién instalado gobierno interino de Pedro Diez Canseco sobre la obra del ferrocarril Islay-Arequipa55. No obstante, plenamente convencido en que el contrato finalmente les sería dado, anticipó varios pedidos de locomotoras y carros al ingeniero neoyorquino Walton Evans, representante de varias compañías fabricantes de material ferroviario56. Habiéndose convocado a elecciones, Henry Meiggs sólo tenía algunas semanas para acordar con el Presidente Diez Canseco y su Consejo de Ministros el precio y condiciones de la obra. Ocupado Henry en preparar una nueva propuesta, encargó a John contratar Pedro Diez Canseco la impresión de billetes en New York para la banca chilena, y al mismo tiempo buscar capitalistas audaces y resueltos a invertir en un empréstito para Bolivia o participar como socios en la fundación de un Banco boliviano57. Poco después, a solicitud de Henry, esboza un plan financiero para construir el ferrocarril arequipeño sustentado en el levantamiento de un empréstito de 2 millones de libras esterlinas en Londres, reclamando para sí el cargo de comisionado con plenos poderes vía nombramiento del Congreso de la República. El malhadado plan imponía además otras condiciones sumamente desventajosas para el Estado peruano, como la garantización del empréstito con las rentas del guano, una hipoteca sobre la Aduana de Arica y la entrega de la gerencia de la línea a los tenedores de bonos. Para coronar este oneroso negocio, John 55 Dos hechos confirman el contacto establecido, a inicios de 1868, entre el Presidente Pedro Diez Canseco y Henry Meiggs. En esos días, según Federico Costa Laurent, Meiggs recibió carta de Diez Canseco solicitándole la presentación de una propuesta para construir el ferrocarril Islay-Arequipa. De igual forma, El Comercio informó de que Diez Canseco había enviado al comerciante Patrick Gibson a Chile para urgir la presencia del Pizarro yanqui en el Perú (Stewart 1946: 43). 56 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, sin fecha (Probablemente enero de 1868). 57 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, febrero 11 de 1868.
  • 20. pretendía asegurar su contratación como proveedor de rieles y otros suministros ferroviarios, los cuales compraría con créditos facilitados por las casas Fabbri y Chauncey, y Morgan y Cía., a quienes había ofrecido de antemano darles buenas ganancias58. Ganado por la codicia, John decide abandonar su arruinada carrera como armador en New York para dedicarse totalmente a los asuntos peruanos y bolivianos, los cuales esperaba fuesen finiquitados antes de julio de 186859. United States Ship Catawaba (Atahualpa) El 30 de marzo de dicho año, un día antes de que Henry presentara su propuesta final60 al gobierno para construir el ferrocarril arequipeño61, John aún manifestaba interés en comprar para Chile dos monitores por un millón de dólares62, para lo cual solicitaba a Henry persuadir al gobierno de La Moneda sobre las ventajas de su adquisición. Enterado del próximo viaje de Henry a Lima para establecer las condiciones de pago en la obra contratada, le advirtió sobre los inconvenientes de recibir los bonos conforme el avance de los trabajos, pues la volátil cotización en plaza podía causarle serios United States Ship Oneota (Manco Cápac) desajustes financieros. Sugería asimismo obtener 58 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, febrero 21 de 1868. 59 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, febrero 28 de 1868. 60 El 15 de noviembre de 1864, la Dirección de Obras Públicas, estableció las bases para negociar los contratos de ferrocarriles. Desde entonces los empresarios debían acompañar sus propuestas con la siguiente documentación: trazo preliminar, plano general, perfil longitudinal, informe o memoria descriptiva y el presupuesto general dividido en secciones correspondientes al material fijo, obras de ingeniería, material rodante y gastos generales (Los ferrocarriles del Perú ... 1876: II, 63-65). 61 El 31 de marzo de 1868, Henry Meiggs propuso construir el ferrocarril Islay-Arequipa por la suma de 12 millones de soles. Las propuestas de otros tres empresarios (Benjamín Bates, Roberto Beddy y Eduardo Harmsen) fueron rechazadas aun cuando eran menos costosas. Con una diligencia inusitada, el Consejo de Ministros y una Comisión de Ingenieros aceptó la oferta de Meiggs, emitiéndose el 30 de abril un decreto aprobando los términos del contrato. 62 Según John Meiggs los monitores ofrecidos a Chile eran similares a los comprados entonces por el Perú. Estos fueron el Oneota y Catawaba, rebautizados como Manco Cápac y Atahualpa, los cuales pertenecían a la clase Canonicus construidos en los astilleros Niles & Rivers Works de Cincinnati (Ohio), por la marina unionista de los Estados Unidos de Norte América durante la guerra de Secesión. En este caso, según los informantes de Meiggs, la ganancia para los vendedores fue de 500 000 dólares. Probablemente, el gobierno chileno no tuvo interés en la propuesta porque ya había comprado en Inglaterra las corbetas O´Higgins y Chacabuco, aunque no podía sacarlas debido al bloqueo impuesto por la Corona británica conforme a su declarada neutralidad en el aún no resuelto conflicto hispano-chileno. 20
  • 21. del gobierno un permiso especial para cargar guano con destino a Europa en los buques llegados a Islay con fierro y otros materiales, pues los fletes podían rendirles importantes ingresos63. En ese contexto, John pensaba incluso participar en una proyectada línea norteamericana de vapores para la costa del Pacífico sur, hacerle con ella competencia a la monopólica compañía inglesa y luego pactar un acuerdo entre ambas y compartir el mercado del transporte marítimo. La correspondencia cursada entre los hermanos Meiggs en los primeros meses de 1868 revela en Henry una evidente voluntad de enviar con retraso a John cierta información sobre sus negocios ferroviarios. Por eso, a comienzos de mayo estando el contrato ya firmado, John le recordaba a Henry su promesa de vendérselo a un precio similar al 10% del costo de la obra, es decir en aproximadamente la suma de 1 200 000 soles64. Grande fue su contrariedad cuando no vio recogidas en el documento sus expectativas crematísticas, reprochándoselo duramente a Henry65 y solicitándole a manera de resarcimiento fraternal la consignación del guano de Mejillones en Estados Unidos, incluyendo el transporte marítimo del mismo66. Estos pedidos fueron nuevamente desatendidos por Henry, quien mantuvo a su hermano sólo como agente comercial y propagandístico de la venta del fertilizante en Norteamérica y comprador de maderas para las obras ferroviarias en curso67. El gobierno de Diez Canseco estaba próximo a finalizar, pero había creado en la sociedad un ambiente favorable para emprender una costosa modernización de las comunicaciones. La Memoria del Ministro de Gobierno, Policía y Obras Públicas, Antonio Gutiérrez de la Fuente, sintetiza esta retórica condenatoria de la política ferroviaria precedente acusándola por haber distribuido concesiones a gente carente de crédito y relaciones mercantiles, expresando al mismo tiempo su convencimiento de que el gobierno debía construir líneas litorales en Chancay, Ica, Arequipa e Iquique, pues: “... hay vías férreas que deben pertenecer exclusivamente al Estado, así por su importancia financiera, como por su trascendencia política. Son ellas las que muy próximamente se comenzarán, a no dudarlo, entre la capital y algunas ciudades de la costa porque, a más de que darán al fisco los seguros, y cada vez mayores rendimientos, que hoy obtiene la navegación de cabotaje, y de que estimularían, en alto grado, la producción de los ricos valles que atravesaran, y harían barata, por consiguiente, la vida en la capital; permitirían también la reducción en el número de puertos, y sería entonces más fácil ofrecer en ellos, todo género de comodidades a la exportación. La estabilidad del orden público ganaría también de ese modo, cuanto puede comprender, quien haya 63 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, abril 8 de 1868. 64 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, mayo 9 de 1868. 65 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, mayo 16 de 1868. 66 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, mayo 23 de 1868. 67 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, junio 1º de 1868. 21
  • 22. observado atentamente, la marcha y el modo cómo han terminado nuestras grandes conmociones políticas” 68. Pero más allá del discurso oficial, los contratos ferroviarios de las décadas de 1860 y 1870 significaron un cambio cualitativo y cuantitativo en las formas de corrupción existentes en el Perú republicano. Tanto bajo el sistema privado como el estatal, surgieron fórmulas fraudulentas para exaccionar al fisco gruesas sumas de dinero. La garantía fiscal, los extensos privilegios, el préstamo en efectivo o en bonos y en menor medida las exoneraciones tributarias, hicieron del contrato ferroviario uno de los más apetecidos negocios por los especuladores y sus aliados políticos en el Congreso y el Ejecutivo. ¿Por qué cayeron tantos congresistas en la tentación de intervenir en los negocios ferroviarios?. Varias razones explican esta reprochable conducta. Un ferrocarril no sólo podía satisfacer ambiciones pecuniarias, también era un elemento de propaganda política muy útil para convertirse en personalidad notable de cualquier región. Así fueron surgiendo en el Congreso, de manera incipiente, lobbys ferroviarios (cuadro 2) con un gran poder de decisión política, pues poseían las facultades legales para aprobar contratos y otorgar la protección estatal a una determinada línea. Poco a poco, el hemiciclo fue convirtiéndose en la mesa de partes de diversos proyectos, y en la euforia por cerrar prósperos negocios, algunos congresistas actuaron primero como frustrados intermediarios del capital extranjero para luego asumir la función de activos colaboradores de Henry Meiggs. Testimonios sobre las oscuras acciones de estos políticos, calificados en dicha época como especuladores sin capital, llenan varias páginas de los Diarios de Debates del Congreso de la República y la prensa de la época. Las mutuas acusaciones y reproches, muchos de ellos documentados con cartas y otros testimonios, revelan la fuerte pugna surgida en los congresistas y sus clientelas por el control de los recursos destinados a estas obras. En esta misma categoría de lobbystas, podemos incluir a los ex-ministros de Hacienda, Francisco García Calderón, Fernando Palacios y Felipe Masías. Otros políticos como José Antonio García y García, Antonio Salinas, Juan Salaverry y Ramón Montero, prepararon su llegada al Congreso subidos al prestigio fabricado como empresarios de ferrocarriles. Hubo finalmente quienes prefirieron constituirse en accionistas de las empresas ferroviarias, como Manuel Moscoso Melgar, Nemesio Orbegozo y José Félix Ganoza69. 68Gutiérrez de la Fuente, Antonio 1868: 17-18. 69 El estudio de cada uno de estos casos merece un trabajo aparte. Aun cuando hemos reunido amplia documentación sobre el modus operandi de los lobbys ferroviarios, creemos necesario compulsar mayores fuentes para plantearnos nuestras hipótesis de investigación. Prometemos hacerlo más temprano que tarde. 22
  • 23. CUADRO 2 CONGRESISTAS Y EX-CONGRESISTAS NEGOCIANTES DE OBRAS FERROVIARIAS70 CONGRESISTA/EX-CONGRESISTA AÑO FERROCARRIL/CONDICIÓN Augusto Althaus 1876 Lima-Chancay: Postor Andrés Álvarez Calderón 1869 Lima-Pisco: Contratista exclusivo Julián Arias y Aragüez 1872 Pedregal-Otuzco: Postor 1872 Trujillo-Salaverry: Postor Manuel Arizola 1868 Varios ferrocarriles: Facilitador vinculado a Henry Meiggs 1876 Lima-Chancay: Postor Modesto Basadre 1867 Lima-Huacho: Contratista exclusivo 1872 Pisco-Ica: Arrendatario 1872 Trujillo-Salaverry: Postor José Boza 1864 Pisco-Ica: Contratista exclusivo José F. Canevaro 1867 Pisco-Lambayeque: Postor asociado 1867 Pisco-Ica: Contratista exclusivo 1867 Eten-Ferreñafe: Postor asociado Fernando Casós 1867 Huamán-Trujillo (de sangre): Contratista exclusivo 1870 Ilo-Moquegua: Postor José Santos Castañeda 1868 Lima-Junín: Postor Luis B. Cisneros 1868 Lima-Huacho: Postor José H. Cornejo 1864 Arequipa-Islay: Facilitador vinculado a José Pickering Juan Corrales Melgar 1877 Salaverry-Trujillo: Administrador Dionisio Derteano 1868 Lima-Huacho: Postor 1871 Chimbote-Huaraz: Postor asociado Jesús Elías 1878 Lima-Pisco: Postor asociado José M. Escobedo 1868 Varios ferrocarriles: Facilitador vinculado a Henry Meiggs José Antonio García y García 1872 Etén-Chiclayo: Contratista y accionista Agustín Gonzáles Pinillos 1872 Pedregal-Otuzco: Postor Pedro Telmo Larrañaga 1867 Lima-Magdalena: Contratista exclusivo 1869 Lima-Pisco: Fiador de postor Antonio Garátez 1872 Salaverry-Trujillo: Contratista exclusivo 1876 Lima-Chancay: Postor Eleuterio Macedo 1872 Lima-Sayán: Facilitador vinculado a Modesto Bermúdez y Felipe Arancivia Foción Mariátegui 1871 Chimbote-Huaraz: Postor asociado Ramón Montero 1878 Lima-Pisco: Postor asociado Manuel Orihuela 1860 Iquique-La Noria: Contratista asociado a Federico Pezet 1864 Iquique-La Noria: Contratista asociado a José Pickering 1864 Pisagua-Sal de Obispo: Contratista exclusivo Nicolás Rebaza 1872 Salaverry-Chicama: Facilitador vinculado a Henry Meiggs José de la Riva Agüero 1868 Lima-Junín: Proponente José Silva Santisteban 1864 Pacasmayo-Cajamarca: Contratista exclusivo 1868 Varios ferrocarriles: Facilitador vinculado a Henry Meiggs 70 Para la realización de este cuadro hemos consultado la Reseña histórica de los ferrocarriles del Perú de Federico Costa y Laurent, los Diarios de Debates del Congreso de la República y los diarios El Peruano y El Comercio. 23
  • 24. Pero volvamos a historiar el camino emprendido por Meiggs en el Perú. A comienzos de junio de 1868, dispuesto a emprender los trabajos ferroviarios en Arequipa arribó al Callao con la misión de comprar barriles de diversos tamaños indispensables para abastecer de agua los campamentos próximos a instalarse en la quebrada de Huasamayo y las pampas de La Joya. Se había propuesto como meta construir 5 millas (aproximadamente 8 kms.) de camino por mes, y para cumplirlo ordenó al ingeniero H.D. Chandler conseguir el máximo número posible de peones71. Persuadido de que no era oportuno todavía darle un puesto a su hermano dentro de la obra, prefiere mantenerlo ocupado en la búsqueda de socios para el postergado proyecto del Banco boliviano. A todo ello, John demandaba en tono lastimero asumir otras responsabilidades mejor remuneradas, pues sus gastos familiares habían crecido enormemente72. Henry, impertérrito a estos requerimientos como siempre, coordinaba desde Lima con el ingeniero Gerrit Backus la construcción de un muelle y el tendido de cañerías de agua en Mollendo. El dinero proveniente de sus arcas suscitaba ya las primeras rencillas y alianzas entre los ingenieros y subcontratistas, interesados todos en reducir el número de intermediarios para así aumentar las ganancias73. Meiggs deseaba cobrar sus servicios en el menor tiempo posible. Como el contrato mandaba al fisco efectuar los pagos previa entrega de certificados de trabajo al Ministerio de Gobierno, acordó con sus ingenieros comenzar los terraplenes por las zonas más llanas. Concentra así sus peones en el tramo Mejía-Tambo, dejando para más adelante el de Mollendo- Mejía. Propuso también variar la ubicación del muelle elegido como punto final del ferrocarril, trasladándolo de Mejía hacia Mollendo debiendo el gobierno asumir un inevitable sobrecosto de 80 000 soles74. Los trabajos ferroviarios no lo habían hecho cejar en sus planes por obtener consignaciones en Mejillones. Como este asunto implicaba a los gobiernos de Bolivia y Chile, Meiggs preparó dos estrategias para convertirse en monopolista del guano: comprar a través de su apoderado en La Paz, el diplomático chileno Lorenzo Claro, los derechos del empresario francés Arnous de la Riviere; y al mismo tiempo hacerse de la consignación de Luciano Armand con el gobierno chileno. Con esa maniobra desplazaría a sus rivales, el brasileño Pedro López Gama y la casa norteamericana Alsop y Cía75. En agosto de 1868, apenas iniciado el gobierno de José Balta, surgió en su gabinete la idea de levantar un empréstito de 50 millones de soles aplicable a la construcción de ferrocarriles. Dos de los principales analistas de este proyecto fueron los diputados Julián Arias y Aragüez y Fernando Casós, quienes propusieron sistemas y mecanismos financieros para realizar las obras ferroviarias vinculando tres elementos históricamente explosivos en la economía del país: guano, ferrocarriles y empréstitos. El proyecto de Arias y Aragüez, 71 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, junio 11 de 1868. 72 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, junio 16 de 1868. 73 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Mollendo, julio 6 de 1868. 74 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Mollendo, julio 17 de 1868. 75 Carta de Henry Meiggs a Charles Watson. New York, agosto 7 de 1868. 24
  • 25. presentado el 27 de agosto a su Cámara, propuso la formación de un crédito especial destinado a ferrocarriles los cuales actuarían como elemento económico reactivador, pues el capital invertido en pago de la mano de obra iba a fomentar la circulación de mayores recursos monetarios entre las clases productoras nacionales. De otro lado, levantar un empréstito para contratar secciones de líneas con hipoteca sobre ellas mismas, convertía esta operación en una especie de crédito en cuenta corriente. Bajo dicho sistema el Estado podría ampliar el préstamo inicial hasta cien o más por ciento. A su juicio, el mejor mecanismo para elevar el tipo de los bonos era comprometer un mayor nivel de amortización, porque con ello se alcanzaba dos beneficios: acortar la vigencia de la hipoteca sobre los ferrocarriles construidos, y adquirir recursos mediante nuevas emisiones destinadas a otras tantas líneas. Los cálculos de este proyecto eran ciertamente insólitos (cuadro 3), porque no planteaban un estrecho vínculo entre el capital invertido y el costo financiero de las líneas. Más aún, sin especificar los gastos de explotación ni el producto líquido de los ferrocarriles, su autor confiaba ciegamente en que estos iban a rendir lo suficiente para cubrir el servicio de la deuda contraida e incluso para hacer nuevas emisiones de bonos, pues siendo los ferrocarriles un capital en permanente valoración, la deuda quedaba sujeta a una rebaja progresiva por efecto de las amortizaciones anuales. CUADRO 3 PROYECTO ARIAS Y ARAGÜEZ PARA CONTRATAR UN EMPRÉSTITO APLICABLE A OBRAS FERROVIARIAS – 186876 Operación Costo/Valor (en soles) Emisión de bonos en 5 años 50 000 000 Servicio del 5% de interés anual acumulativo y 6% 27 500 000 amortización anual durante cinco años Capital efectivo disponible 26 900 000 Total capital en dinero y valores efectivos (líneas) 76 900 000 Por su parte, Fernando Casós expresó serias dudas sobre el éxito del empréstito proyectado porque para ello era necesario la existencia de dos condiciones: primero, el interés del público y los banqueros en Londres por tomarlo, y segundo, la posibilidad del fisco para atender dicha deuda sin afectar los gastos públicos ordinarios (cuadro 4). ¿Con qué rentas contaba el país para cancelar un empréstito de 50 millones de soles, cuyas obligaciones sumadas a aquellas derivadas del empréstito de 1865 demandarían un servicio anual de 10 526 000 soles?. Según Casós para asumir tamaña responsabilidad el Estado tenía la imperiosa tarea de arreglar los pagos pendientes por adelantos a los consignatarios mediante otra operación. ¿Pero sería acaso posible financiar el gasto corriente con un saldo disponible 76 “Diputado suplente por la provincia de Arica”, pp. 2-3. 25
  • 26. de 4 300 000 soles?. De ningún modo, pues en 1867 el gasto estatal llegó a 19 500 000 soles, y con el citado saldo disponible sólo alcanzaba a cubrirse el 22% de dicha suma. Incluso si estuviesen hechos los ferrocarriles, lo cual requería no menos de cuatro años, y rindiendo estos un producto anual de 5%, es decir 2 500 000 soles, la renta total apenas sería de 6 800 000 soles. En otras palabras, sólo un tercio del mencionado gasto estatal en el último año. CUADRO 4 PROYECTO CASÓS PARA CONTRATAR UN EMPRÉSTITO APLICABLE A OBRAS FERROVIARIAS - 186877 Ingresos Monto (en soles)* Venta anual de 400 000 toneladas de guano a £ 7 precio unitario 14 736 842 Aduanas 3 500 000 Otras contribuciones 1 000 000 Total 19 236 842 EGRESOS Servicio anual de intereses y amortización del 10% sobre empréstito 10 526 317.7 proyectado de 50 millones y las obligaciones pendientes del empréstito de 1865 Servicio anual de la deuda de 1862 3 157 894.7 Comisiones 552 631.6 Servicio de la deuda interna 700 000 Total 14 936 842 Saldo disponible para gasto corriente 4 300 000 * Tipo de cambio: 1 libra esterlina = 5.26 soles aproximadamente. Por lo demás, el empréstito proyectado sólo arrojaba un capital efectivo de 22 millones de soles, en razón de las siguientes mermas: 8 250 000 soles producto de la diferencia entre el valor real de venta de los bonos 83.5% y su tipo nominal; 1 250 000 soles por el pago de 2.5% en comisiones 2.5%, y 12 500 000 soles por el pago de interés del 5% en cinco años. Y por si esta pérdida no fuera ya cuantiosa, las deudas con los consignatarios obligarían a levantar un nuevo empréstito afectando la cotización de los bonos emitidos para los ferrocarriles. Era necesario entonces optar por un mejor sistema para la inversión del capital en las obras ferroviarias. En caso de habilitarse compañías nacionales, el Estado prestaría el dinero exigiendo un pago de 7 u 8% de interés anual, aproximadamente 4 millones de soles, y la hipoteca sobre las líneas. Estas condiciones difícilmente podían asumirlas los capitalistas locales. En sentido inverso, los préstamos a compañías extranjeras eran onerosos para el fisco, porque ellas sólo pagaban 3% de interés anual (1 215 000 soles) sobre el producto real del empréstito (40 500 000 soles) deducida la depreciación del 16.5% sobre su valor nominal y el pago de comisiones, pero el Estado se obligaba a cancelar 5% de interés por año (2 500 000 77 Casós, Fernando. “La idea de un empréstito de 50 millones aplicables a caminos de fierro en el Perú”, pp. 1-2. 26
  • 27. soles) sobre el valor nominal, sufriendo una pérdida efectiva de 1 285 000 soles. La dimensión del perjuicio crecía cuánto más largo fuese el plazo de reembolso del préstamo por los capitalistas, calculándose en 25 700 000 soles en caso de que se extendiera hasta 20 años. Para Casós un sistema estatal de construcción ferroviaria debía ejecutar tres acciones básicas: 1º realizar los presupuestos de las obras; 2º otorgar por diez años garantía fiscal de 5% sobre el capital invertido; 3º formar sociedades accionarias. El éxito del sistema estaba asegurado ganando la confianza de los capitalistas europeos en nuestros proyectos de ferrocarriles estatales, a través de la constitución de una hipoteca sobre el guano por 10 años como sustento de la garantía fiscal. Con ello, el Estado podía ejecutar bajo supervisión fiscal las líneas que le asegurasen un producto líquido del 5%, cuando menos tres años después de terminadas. Sin duda Casós era partidario del sistema estatal de construcción Fernando Casós ferroviaria. Al margen de estos debates, Meiggs afrontaba por estos meses algunos problemas para adquirir materiales en el especulativo mercado de New York, pues otros contratistas estaban apropiándose de sus compras reservadas. Asimismo, el fabricante de locomotoras, Walton Evans, exigía informaciones sobre la potencia y resistencia requeridas para las máquinas destinadas a recorrer la geografía arequipeña78. Una vez más, John clamaba ayuda para contratar algún ferrocarril en Chile o Perú. En este último caso había puesto interés en el de Lima-Jauja. Descontento con sus negocios en Norteamérica, recomendó a Henry asumir riesgos y abrir su cartera de negocios comercializando guano en Liverpool79 o comprando bonos Walton Evans peruanos80. Pero éste prefería buscar nuevos contratos ferroviarios en el Perú, como el de Ica-Pisco cuyo privilegio esperaba hacer suyo con millón y medio de soles81. En lo inmediato, sin embargo, quería comprometer el apoyo estatal para el sembrado 78 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, agosto 8 de 1868. 79 Atendiendo estos consejos, el 7 de setiembre de 1868, Henry Meiggs firmó un contrato con el gobierno boliviano obligándose a dar un empréstito de 4 millones de pesos obteniendo a cambio un millón de toneladas de guano al precio de 6 soles la tonelada. Otros beneficios fueron el derecho de explotar todas las minas que fuesen descubiertas en Atacama hasta el grado 24, y el privilegio para construir ferrocarriles, muelles y edificios en Mejillones. Sin embargo, el Congreso reunido en Oruro rechazó el contrato y exigió modificarlo al Presidente Melgarejo. Este contrato fue finalmente rescindido el 10 de octubre de 1871 por el Presidente Agustín Morales, pagándose una indemnización de 800 000 pesos a Meiggs. Según el Ministro chileno en La Paz, Ramón Sotomayor, “... si este contrato hubiese sido respetado por el gobierno de Bolivia, Mr. Meiggs sería hoy [1871] dueño de Caracoles” (Sotomayor 1912: 342). 80 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, agosto 15 de 1868. 81 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, agosto 24 de 1868. El gobierno de Mariano Ignacio Prado, por decreto del 28 de marzo de 1867, contrató la construcción del ferrocarril Pisco-Ica con José Francisco Canevaro. La línea, entregada al tráfico público el 21 de agosto de 1871, fue finalmente comprada dos meses después por el Estado a un costo de £ 90 000 (Costa Laurent 1908: 94-95). 27
  • 28. de árboles en las laderas contiguas al camino ferroviario de Arequipa82, y en la construcción de un rompeolas en el muelle de Mollendo a un costo de 150 000 soles83. Setiembre fue un mes activamente febril en cuanto a la adquisición de locomotoras y otros elementos84. Por otro lado, las deserciones de peones chilenos iban en aumento gracias al apoyo recibido de su cónsul local, quien les cobraba comisión para colocarlos en empleos con salarios superiores a los pagados por Meiggs. Para evitar este problema, el ingeniero Backus sugirió tres medidas: detener las intromisiones del citado diplomático, acordar con la Prefectura local una tarifa de salarios invariable, e impedir a los migrantes chilenos trabajar en actividades ajenas al ferrocarril. En su opinión no podía perderse más tiempo, pues contaban a lo sumo con dos mil hombres cuando había trabajo para tres mil85. Entre tanto, mientras John Meiggs continuaba contraido al comercio de maderas y con escasa influencia sobre las decisiones de su hermano86, el ingeniero Backus después de constatar los daños ocasionados por el terremoto del 13 de agosto87 se preparaba para dar comienzo a la obra del muelle mollendino, proponiendo al mismo tiempo construir para el Estado un hospital en Arequipa donde pudieran atender los numerosos heridos dejados por el sismo88. Comenzando octubre llegaron desalentadoras noticias desde New York. John reportaba cierto retraso en la fabricación de las locomotoras y una caída en los precios del guano boliviano89. Para salir de esta mala coyuntura, John había planeado convencer a Henry de firmar nuevos contratos ferroviarios cancelables en bonos a la par. Esta fórmula financiera beneficiaría a ambas partes, porque el contratista aprovechaba las ventajas del restablecido crédito peruano en New York, y el país quedaba liberado del fantasma de los onerosos empréstitos90. Empero, las noticias sobre los grandes negociados de Henry Meiggs en Sudamérica habían despertado la ambición de sus antiguos acreedores, quienes lo acosaban con trámites judiciales para obligarlo a honrar sus compromisos91. John manejaba esta situación con verdadera sangre fría tratando de comprar las deudas de Henry en San Francisco a los precios más bajos posibles92. En su lecho de enfermo, sufriendo los estragos de la virulenta epidemia de fiebre amarilla desatada en Lima durante el segundo semestre de 1868, Henry meditaba los consejos de John para convencer al gobierno de José Balta de invertir la fabulosa suma de 100 millones 82 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Mollendo, setiembre 1º de 1868. 83 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Mollendo, setiembre 9 de 1868. 84 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, setiembre 16 de 1868. 85 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Islay, setiembre 17 de 1868. 86 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, setiembre 24 de 1868. 87 El dolor causado por este violento sismo, permitió a Henry Meiggs demostrar su espíritu filantrópico entregando al Presidente José Balta un donativo de 50 000 pesos para repartirlo entre las familias pobres de Arequipa, Arica, Iquique y demás pueblos sureños afectados (Carta de Henry Meiggs a José Balta. Lima, agosto 20 de 1868). 88 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Islay, octubre 1º de 1868. 89 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, octubre 1º de 1868. 90 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, octubre 8 de 1868. 91 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (I). New York, sin fecha (probablemente octubre de 1868). 92 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (II). New York, sin fecha (probablemente octubre de 1868). 28
  • 29. de soles en megaproyectos ferroviarios, garantizando la mitad de dicho capital con las propias rentas de los ferrocarriles y el resto con una hipoteca sobre el guano. Superado el trance más difícil de sus males93, y fortalecido con los favorables informes recibidos sobre el avance tanto en las obras de Mollendo94 como en los arreglos celebrados con sus acreedores norteamericanos95, Meiggs estaba listo para aprovechar la dispendiosa política de obras públicas anunciada por el régimen baltista. Definidos así los objetivos solo faltaba encontrar los hombres encargados de realizarlos. La organización de un lobby ferroviario se imponía como urgente necesidad. Para ello, a mediados de octubre, Meiggs hizo venir desde Chile a Francisco de Paula Suárez, un hábil negociador cuya tarea sería conseguir la aprobación de sus proyectos en el Congreso. Suárez convoca a los senadores José Silva Santisteban y José M. Escobedo, y al ex- congresista Manuel Arizola, encargándoles efectuar un intenso cabildeo entre los grupos parlamentarios a fin de conceder al Ejecutivo la autorización legislativa requerida para realizar estudios conducentes a contratar nuevos caminos en todo el país96. Con todo, Suárez no estaba conforme con las opciones financieras planteadas en el Congreso para cancelar las obras. Asimismo, no le resultaba atractiva la idea de cobrar el saldo pendiente del ferrocarril de Arequipa97en bonos de 1862 u otros especiales financiados con rentas del guano de Guañape y Macabí, prefiriendo la designación de una partida exclusiva de 7 000 000 de soles en el Presupuesto Nacional para este fin98. El interés inicial de Meiggs estuvo puesto fundamentalmente en la línea Lima-Jauja99, pero después se extendió a las de Arequipa-Puno y Pacasmayo-Cajamarca. Por otro lado, Pedro Telmo Larrañaga se mostraba dispuesto a traspasarle su contrato del ferrocarril Lima-Pisco por un precio razonable100. Todas estas personas urgían la inmediata presencia de Meiggs en Lima, porque deseaban hacer trato directo con él y no mediante intermediarios. Mientras tanto los trabajos y presupuestos en 93 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, octubre 24 de 1868. 94 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Islay, octubre 29 de 1868. 95 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, octubre 31 de 1868. 96 El 30 de octubre de 1868, la Comisión Principal de Hacienda de la Cámara de Diputados, integrada por Rafael Velarde, Serapio Orbegoso, José Boza, Natalio Sánchez y Antolín A. Gago, emitió dictamen aprobando el proyecto del diputado Juan Oviedo facultando al Ejecutivo para contratar un empréstito de 50 millones de soles destinado exclusivamente a la construcción de una red completa de ferrocarriles que hiciera del Perú un sólo pueblo. 97 Cuenta Rufino Echenique que el general Diez Canseco, antes de dejar la presidencia de la República, comprometió a quien sería su sucesor, José Balta, para “llevar adelante el contrato que había hecho del ferrocarril de Mollendo a Arequipa”. Según Echenique este “contrato leonino, mal calculado, oneroso para el fisco y fecundo en males, abrió la puerta a especulaciones inmorales que enriquecieron súbitamente a muchos con gravamen del Tesoro (...) cosas estas todas que nadie deja de conocer ...” (Echenique 1952: II, 289). 98 Carta de Francisco de Paula Suárez a Henry Meiggs. Lima, noviembre 3 de 1868. 99 El 19 de octubre de 1868, una sociedad de consignatarios integrada por José Castañeda, Nicolás Rodrigo, Pedro Denegri, Manuel Pardo, José de la Riva Agüero, José Canevaro e hijos y Valdeavellano y Cía., propuso construir el ferrocarril Lima-Junín con una inversión de 12 millones de soles, la mitad de ellos procedente de un préstamo estatal, y el resto obtenido vía la emisión de bonos en Europa (“Intereses Generales”, p. 4). Los proponentes hicieron lobby a través de los congresistas José Ibarra y Mariano Herencia Zevallos, logrando dictámenes favorables de las comisiones Principal de Hacienda y Obras Públicas de la Cámara de Diputados concediéndoles garantía fiscal del 5% sobre el capital invertido. Sin embargo, este proyecto terminaría siendo desplazado por el Lima-Jauja de Henry Meiggs. 100 Carta de Francisco de Paula Suárez a Henry Meiggs (I). Lima, noviembre 4 de 1868. 29
  • 30. Mollendo101, las compras de materiales ferroviarios102 y ventas del guano boliviano en New York103 seguían sin novedad. En los meses finales de 1868, ni siquiera la crisis fiscal y la inestabilidad social impidieron a los megalómanos ferroviarios continuar endulzando los oídos del pueblo y la clase política con emotivos discursos y escritos sobre la necesidad de “civilizarnos” mediante la masiva construcción de líneas. Todas las causas de nuestra pobreza eran reducidas a la carencia de ferrocarriles. No debe extrañar por eso la postura del ex-Ministro Luciano B. Cisneros Luciano B. Cisneros, comisionado para estudiar las medidas más apropiadas para reconstruir las regiones del sur afectadas por un violento sismo, quien incluyó entre sus conclusiones como condición indispensable el tendido de redes ferroviarias, pues: “... el vapor es hoy el más poderoso agente del comercio. Propagarlo, cubrir con el humo de las locomotoras la atmósfera que nos rodea, cruzar de rieles los campos ligando por medio de anillos de hierro la suerte y vida de los pueblos; es la noble aspiración de las sociedades modernas; siendo consolador que al impulso de esta idea veamos en el país un movimiento industrial jamás sentido”104. A inicios de noviembre, el lobby de los consignatarios, Mariano Herencia Zevallos liderado por Mariano Herencia Zevallos, ponía fuerte resistencia para concederle la obra del camino Lima-Jauja105. Suárez movía sus piezas nerviosamente buscando doblegar esta barrera, pero como el mismo reconocía solo la presencia de Meiggs en Lima iba a cambiar esta situación106. En su concepto, era el momento oportuno para salir del incómodo statu quo y dar un golpe de mano en tanto el gobierno estaba madurando la idea de un gran empréstito. Paralizadas las gestiones en el Legislativo para contratar las grandes líneas, Suárez intentó sin éxito comprar la concesión del ferrocarril Lima-Huacho a Waldo Graña107. Entre tanto, Meiggs, quien desde Santiago de Chile mantenía en misterio su arribo al Perú, continuaba cancelando sus deudas en New York108 y dando órdenes para el reconocimiento del camino Lima-Jauja109. 101 Carta de Gerrit S. Backus a Henry Meiggs. Mollendo, noviembre 6 de 1868. 102 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, noviembre 9 de 1868. 103 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs. New York, noviembre 15 de 1868. 104 Cisneros, Luciano B. “Apuntes sobre la comisión al sur, por el ex-Ministro de Beneficencia, Luciano B. Cisneros”, p. 598. 105 Carta de Francisco de Paula Suárez a Henry Meiggs (II). Lima, noviembre 4 de 1868. 106 Carta de Francisco de Paula Suárez a Henry Meiggs. Lima, noviembre 12 de 1868. 107 Carta de Francisco de Paula Suárez a Henry Meiggs. Lima, noviembre 20 de 1868. Waldo Graña adquirió la concesión de esta línea a Modesto Basadre en setiembre de 1867. Un año después, Graña organizó una compañía para emprender las obras, pero fracasó y el gobierno evitó su bancarrota dándole un préstamo de £ 250 000 en bonos del empréstito de 1865, el cual canjeó luego por una garantía del 7% sobre 1 300 000 soles. Finalmente, en marzo de 1872, el Estado compró el dominio de esta línea. 108 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (I). New York, noviembre 24 de 1868. 109 Carta de John Meiggs a Henry Meiggs (II). New York, noviembre 24 de 1868. 30