El documento contiene varios poemas que describen paisajes marítimos y la conexión emocional de los poetas con el mar. Gerardo Diego expresa su apego a una bahía de su niñez. Julio Maruri describe una bahía dorada bajo el viento. Rafael Alberti lamenta haber sido alejado del mar. José Hierro evoca la belleza de morir en el mar. Diego también sueña con una isla tranquila en medio de una bahía.
2. Cristal feliz de mi niñez huraña, mi clásica y romántica bahía, consuelo de hermosura y geografía, bella entre bellas del harem de España.
3. La luna sus mil lunas en ti baña -tu pleamar, qué amor de cada día-, y te rinden reflejo y pleitesía montañas, cielo y luz de la Montaña.
4. Mi alma todas tus horas, una a una, sabe y distingue y nombra y encadena. De mi vivir errante fuiste cuna
5. nodriza, y de mis sueños madre plena. La muerte, madre mía, a ti me una, agua en tu agua, arena de tu arena. Gerardo DIEGO
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8. «" Y la bahía es oro bajo el viento. La escarcha de los montes de octubre brilla en la perfumada siesta del mar. La niebla finge tenues fachadas, humos tiernos. La brisas trae metal de campana” Julio MARURI
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10. El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad? ¿Por qué me desenterraste del mar?
11. En sueños la marejada me tira del corazón; se lo quisiera llevar. Padre, ¿por qué me trajiste acá?
12. Gimiendo por ver el mar, un marinerito en tierra iza al aire este lamento: ¡Ay mi blusa marinera; siempre me la inflaba el viento al divisar la escollera! Rafael Alberti
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16. Y ahora que yo pensaba en ti constantemente, que creía... ( Las montañas que te rodean tienen hogueras encendidas.) Y ahora que yo quería hablarte, saturarme de tu alegría... ( Eres un pájaro de niebla que picotea mis mejillas. ) Y ahora que yo quería darte toda mi sangre, que quería... (Qué bello, mar, morir en ti cuando no pueda con mi vida.) De "Tierra sin nosotros" 1947 JOSÉ HIERRO
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18. CUÁNTAS veces sueño y sueño con una isla, mi isla, en medio de mi bahía. La marea sube y baja y a los barcos da la vuelta. Y mi isla siempre quieta. Isla con sola mi casa, árboles de sombra y prado, verde oscuro y verde claro. Desde mi terraza escucho a los pájaros del trópico. Vuelan y chillan los loros. Cuántas veces vuelve el sueño empalmo novela viva. Siempre la misma mi isla. GERARDO DIEGO
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20. LA ISLA DE MOURO A Julio Maruri Adelantada tú en el mar violento, se estrella en ti el retumbo de la ola, que se abre y alza en férvida corola con raíz de galerna y de tormento . Sube el globo — tan blanco — sube lento, lento, moja el fanal de la farola — quieto, oh nivel, oh cumbre — y ya se inmola, ya se derrumba turbio y ceniciento. La catapulta tu perfil socava, pero tú, isla de Mouro, te alzas brava, sobre el puntal de arenas y de espumas, partiendo en dos la enfilación del viaje. — ¿A dónde tú, alma mía, al cabotaje? — No. Al septentrión de las heladas brumas. Gerardo DIEGO fin DOUCE