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Absalón era un hombre al que se le podía considerar justo. Era un estudioso y,
cuando imitaba a los sabios, diciendo que los lados de un cuadrado eran
iguales, realmente no se hacía difícil entenderle. De sus 60 años de edad, la
mayor parte la había dedicado al arte de la guerra, donde eran más aplicados
sus conceptos técnicos y científicos. Particularmente, era apasionado de la
organización de fuerzas de combate y por el uso de armas avanzadas, tales
como lanzas de gran alcance, flechas orientadas y la última novedad bélica –el
lanza piedras-. ¡Era un verdadero general! Con el avance de la edad y el
correspondiente aumento de la sabiduría, Absalón también se preocupaba con
asuntos humanos, los cuales, sin embargo, lo incomodaban un poco. El
Creador ya no era reverenciado como en su tiempo; los filósofos eran
ridiculizados, ¡había una inversión completa en la política! Se creía más en la
energía y necedad de los jóvenes que en la orientación ponderada de los más
viejos.
Un día Absalón andaba por el barranco, sumergido en sus pensamientos
cuando, de repente: -- PUFF – apareció una nube de humo, acompañada de
una voz estruendosa:
-- Absalón.
Absalón se postró. ¡Sólo podía ser el Creador . . . en persona!
-- Absalón, volvió la voz, no estoy contento con los hombres; están politizados,
pelean entre sí y sólo defienden sus propios intereses . . .
Haré llover por 40 días y 40 noches, hasta cubrir la tierra de agua. Será
conocido como el “El Diluvio”. Pero quiero que una nueva humanidad nazca de
un hombre inteligente, práctico y con objetivos. Anda y construye un barco
para ti y tu familia y coloca dentro una pareja de cada ser viviente. Tendrás 4
meses para esta empresa. Mi contacto contigo será el Arcángel Gabriel, a
quién acostumbran llamar “El ministro de Dios”.
-- PUFF -- . . . y la nube se fue.
Absalón se levantó pálido: ¡El Creador lo había elegido como generador de la
nueva humanidad!
¡Todas sus ideas serían propagadas hacia el futuro!
Mas Absalón no conocía nada de barcos ni de navegación, sin embargo, no
discutiría para no perder la gran oportunidad dada por el Creador. Absalón
tenía sesenta años y era difícil ganarse la vida con el estatus que se merecía.
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Pero ¡4 meses era muy poco tiempo! Era necesario resolver un problema
técnico, construir un barco enorme. ¡Qué objetivo! ¡Absalón probaría que era
capaz de salvar a la Humanidad con la sabiduría de los más viejos, usando la
energía de los más jóvenes!
Absalón buscó en su memoria. Conocía un ingeniero naval llamado Nuel, ¡No,
no ¡Noé! Sí, era ese el hombre. Noé podría construirle el barco. Absalón sería
el coordinador de tal empresa y Noé sería el elemento técnico. Así como
pensó, ya conversaba con Noé.
-- Mi amigo, decía Absalón, quiero pedirle un barco . . . .¡Y de los grandes!
-- Sí señor, pero, ¿de qué tipo, para qué carga y para qué tipo de navegación?
-- Sí, sí Noé, esos son detalles. Es un barco para carga grande y aguas
pesadas. Quiero hacer un largo viaje con la familia y llevaré todo.
-- Está bien, señor. Aquí mismo tenemos bosques con madera de densidad
9.8 g/cm.3
en cantidad suficiente. Si la carga es grande, haremos el centro de
gravedad bajo y el centro de empuje alto, de manera tal que se obtenga gran
estabilidad. Creo que con 10 buenos carpinteros, que consiga y un mes de
trabajo duro, estaremos con el barco listo . . .
-- Perdón, querido Noé, no quiero interrumpirlo, pero ¿cómo puede estar
seguro de esta cadensidad de la madera? ¿Si los hombres son realmente
competentes? ¿Si trabajarán con eficiencia?
-- Señor, la unidad a la cual me refería se llama densidad y los hombres son
carpinteros, antiguos conocidos míos . . .
-- No, no, Noé –dijo Absalón con una sonrisa complaciente- esta empresa es
grande y la coordinación es mía. Seré como un Presidente y usted será el
técnico, ¿de acuerdo?
-- De acuerdo, señor Presidente, el barco es suyo y quien manda es usted,
rezongó Noé, encogiéndose de hombros. Se levantó para despedirse de
Absalón y se retiró.
Absalón pensó: --Caramba, ¡no había pensando en eso! Se necesitan
carpinteros para cortar los árboles y construir el barco. Es necesario
seleccionar bien estos hombres pues la empresa no puede fracasar. ¡Ah!
Ahora me acuerdo, mi auxiliar en la santa cruzada de Tres Priedras hizo una
excelente selección de lanceros, su nombre es Roboao. Hoy está
seleccionando remolachas para la industria, pero vendrá a trabajar conmigo
por un sueldo un poco mayor.
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-- Pero jefe, si el técnico dijo 10 carpinteros, necesitamos por lo menos 15.
Usted ya sabe, ausencias, enfermedades, vacaciones, turnos extras . . . y para
seleccionar bien 15 hombres, tenemos que explorar un universo de por lo
menos 150 a 200 hombres. Llevará algún tiempo para eso y necesitaré de
auxiliares.
-- Confío en usted, Roboao. Ya hizo un buen trabajo para mí y tiene gran
experiencia con personal. Realmente Noé me pareció muy simplista. Convide
a quien mejor la parezca para realizar el reclutamiento y selección de hombres
para la tarea. ¡Y manténgame informado!
-- Cierto, Jefe. Gracias por la confianza. Saldré en campaña inmediatamente.
Esa noche Absalón durmió satisfecho. Después de la misión del Señor en
menos de 24 horas ya tenía el técnico y el especialista en personal. Se durmió
rodeado aún por las voces de su familia (20 miembros) en la fiesta de
inauguración del inicio de la empresa.
El segundo día amaneció tranquilo y claro.
El Presidente fue despertado por Roboao, con buenas noticias:
-- Jefe, ya tengo 5 hombres anunciando en el pueblo. Es la etapa de
reclutamiento. De acuerdo con el mercado, estamos ofreciendo 5 dineros.
-- Pero Roboao, mi mujer gana 9 dineros cosiendo para otros. . . ¿no será
poco?
-- No se preocupe, Jefe. En el reclutamiento de la última batalla, pagamos 8
dineros a los valientes combatientes. Estos son sólo carpinteros, que no
pueden ser comparados con su esposa. Tenemos así 5 reclutadores y 10
examinadores para la etapa de selección, menos de 10 por ciento de los
candidatos esperados.
-- Y cuánto ganarán?
-- El sueldo de este equipo varía de 8 a 12 dineros, porque son especialistas.
Jefe, otro problemita: no quiero responsabilidades de dinero y no soy bueno
para cálculos. El trabajo con personal ya es suficiente. ¿No le parece mejor
que tengamos un hombre para la gerencia financiera de la empresa?
-- Bien recordado, Roboao, pero no conozco ninguno y ¡tiene que ser un
hombre de confianza!
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-- Jefe, si me permite, quiero recordarle a Judas, que se ocupaba de los
dineros de la fuerza de combate.
-- No, no, Roboao, para este asunto de dinero, con el personal de las armas,
no resulta. Pensemos en otro. Debe ser un especialista en el asunto. . . Usted
me entiende. . .
-- Entonces, Jefe, podemos hacer una selección entre candidatos. ¡Saldré en
campaña!
La empresa iba viento en popa. Los equipos de reclutamiento y de selección
ya estaban en pleno funcionamiento. Las finanzas ya tenían un responsable.
Pero, ¿dónde ubicar toda esa gente? Absalón partió, con su dinamismo
habitual, y luego adquirió una gran cabaña de madera que ya tenía divisiones y
alfombras, y contrató de inmediato el personal para vigilancia y seguridad,
convidando algunos conocidos de las fuerzas de combate. Así se inició la
operación en gran escala.
-- Señor Presidente, dijo tímidamente la agraciada recepcionista. Aquí está el
doctor Noé con algunos planos y. . .
-- Hija mía, ya le pedí que no me interrumpiera. Dígale al señor Noé que pase
después del almuerzo.
Absalón continuó la entrevista con el futuro gerente de materiales, Jacobo, su
viejo conocido de carrera:
-- Así es, mi amigo Jacobo, necesito rodearme de gente de confianza, para el
éxito de la empresa. ¡Materiales es un área delicada y no permitiré desvíos de
almacén!
-- Cierto, Jefe. Sabe que puede confiar en mí. Nunca se perdió una flecha o
una lanza en mi tiempo. Pero para el almacenamiento de madera se necesita
un depósito y un buen encargado de depósito. Para el control necesitaré
algunos archivos Kardex, estantes y personal de apoyo.
-- Justo, Jacobo. Encargue los estantes en la carpintería del pueblo y hable
con Roboao para la selección del personal necesario.
En ese momento entró Cloe, la secretaria ejecutiva del Presidente, Jacobo se
apartó discretamente.
-- Señor Presidente, acaba de llegar un informe de Seguridad, indicando
nombres de ciertas personas que no deben ser contratadas. Hay sospechas de
que algunos no merecen confianza.
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-- Excelente trabajo de Gau. Jamás le falló la intuición. ¡Necesitamos estar
alerta!
-- ¡Ah!, otra cosa, señor Presidente, el doctor Noé llamó por teléfono
nuevamente. Parece que está preocupado con la aprobación de algunos
planos.
-- ¡Oh, no, este Noé! Siempre queriendo confundirme con calidades de
madera y centros flujo. El sabe que no puedo, solo, responsabilizarme por la
aprobación de esos planos. Dígale que nombraré un grupo de trabajo, el GT-
BAR –Grupo de Trabajo del Barco- para que me den su opinión. El muchacho
es bueno en proyectos, ¡pero no entiende nada de costos o de administración
por objetivos! Pero tendremos todo en los ejes, así que llegue mi jefe de
administración. El va a poner orden y método en este grupo. ¡Quiero ver
producción!
Pasaron 15 días y el organigrama propuesto ya esta en la mesa del Presidente.
Una Dirección de las Cosas (DC), una de las Inversiones (DI) y una del Barco
(DB).
El DB ya había montado un laboratorio especializado para medir la densidad de
la madera, análisis de hongos y termitas y ya estaban instalados los equipos
para medir la elasticidad y flexibilidad.
La administración, en sólo 15 días, ya había confeccionado las pruebas para la
selección del personal de reclutamiento y selección, personal de apoyo,
etcétera.
Roboao, como presente al Jefe, había mandado comprar una carreta, último
modelo, de 6 ruedas y con el asiento del cochero separado, y con cochero.
Naturalmente hubo un pequeño roce con Jacobo, jefe de materiales, pero
como eran compañeros de batalla, el incidente fue olvidado y la auditoria fue
evitada.
Aquella noche Absalón estaba cansado, pero no pudo evitar tener que recibir a
Noé en su casa.
-- Señor Presidente, discúlpeme por interrumpir su descanso, pero el proyecto
ya está listo y la gente del GT-BAR todavía no ha sido nombrada. El material
ya fue especificado, sin embargo, el laboratorio todavía no emite el laudo de
aprobación de la madera y no conseguía los carpinteros para cortarla. . . Si
usted pudiera autorizarme a traer los carpinteros conocidos del pueblo. . .
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-- No se preocupe, Noé. Mañana hablaré con el DB y apuraré la contratación
de gente. Usted sabe, a pesar de ser Presidente, no puedo cambiar las normas
de organización, autorizando directamente a sus carpinteros. De la jefatura
viene el ejemplo de cumplimiento de las normas. No se preocupe, que la
empresa está en manos de profesionales ¡los mejores! Buenas noches, Noé . .
Noé se apartó sin entender muy bien. Había sido convidado para construir un
barco. Ahora estaba enredado con reglas, instrucciones, exámenes de
selección . . . Balanceó la cabeza. Las cosas deben ser realmente
complicadas, y el Presidente es un hombre capaz, o si no, no sería Presidente.
Partió optimista para su cabaña. Si el Presidente dijo, es porque todo va muy
bien.
25º. día. Una linda mañana.
Cloe anuncia la llegada de Roboao.
-- Entre luego, mi viejo, siéntese. ¿Acepta una leche de cabra?
-- Sí, Jefe, gracias. A propósito, según la ley, mandé distribuir leche de cabra
por la mañana y por la tarde para todos. El material está inclusive codificado,
para el control por computadora. Pero para eso fue necesario adquirir 200
cabras, alquilar un terreno de pasto y contratar 5 pastores. Excelente Jefe.
Vea usted: Significa 40 cabras por cada pastor y sólo ganan diez dineros.
-- Usted es un león en la administración de personal, Roboao. Hablaré con su
director para proporcionarle su promoción para la próxima vez. ¿Cómo está
yendo su evaluación?
-- Realmente no sé, Jefe, es confidencial . . .
-- Veré una forma de que sea buena. Después de todo, tenemos 500 personas
efectivas y todas pasaron por usted, e inclusive usted consiguió disminuir el
cuadro, que era de 800 personas. ¿Cuánto economizamos en promedio?
-- En esas 300 personas, cerca de 4,000 dineros, jefe –respondió Roboao, con
una sonrisa de modesta satisfacción. ¡Tal vez la aumentasen a 30 dineros!
-- Roboao, no quiero incomodarlo ni decir nada del bellísimo trabajo de su
equipo, pero Noé me dijo que aún no fueron contratados los carpinteros para
el corte . . .
-- ¡Caramba, Jefe, Noé es un soñador! Solo piensa en sus planos. Ya le
expliqué la complejidad de la contratación. Por ejemplo: ya aumentamos la
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oferta a 6 dineros, sin embargo, todos los carpinteros candidatos fueron
reprobados en el primer psicotécnico. De nada sirve contratar gente sin
aptitud psicoprofesional para cortar la madera. Si no pasan este examen,
imagine en los otros.
-- Realmente usted tiene razón, Roboao: Noé no sabe lo que es una buena
organización. Siga como mejor la parezca. Si lo contraté, es porque tengo
total confianza en su trabajo.
40º. día. Por fin, la primera reunión del Directorio.
Era el momento solemne de las grandes decisiones de alto nivel de la empresa.
Todos con su mejor traje, sentados a la mesa de reuniones, con sus maletines
tipo 007.
El Presidente, satisfecho, relataba que la empresa era el orgullo del pueblo.
Había mucho trabajo y empleo para todos. Aprovechando el clima de
satisfacción, el DC informó que había hecho un convenio con la escuela de
carpinteros, pues la mano de obra necesaria no tenía la capacitación requerida.
Además de eso, había creado el Departamento de Recursos Humanos con la
misión de re-entrenar a los carpinteros para la técnica naval y también
preparar dactilógrafas y un departamento de Seguridad e Higiene del Trabajo
por obligación de Ley. El consultorio médico ya atendía 20 personas por día.
El DB, aprovechando una brecha del DC, alegó tímidamente que faltaba papel
para planos y que la eficiencia de los carpinteros era baja: había uno solo y
que cortó 3 árboles, estando dos de ellos infectados, de acuerdo con la última
relación del Control de Calidad. Noé estaba tratando de evitar la falta,
dibujando en hojas de bananeras y cortando árboles durante la noche, después
del horario de trabajo.
Cuando el DB propuso aumentar el salario de Noé para 15 dineros, el DC
explotó, seguido de cerca por el DI.
-- ¡Estos técnicos no funcionan y todavía quieren aumento! Señor Presidente,
soy de la opinión que debemos aumentar el equipo de reclutamiento y apretar
las pruebas de selección. ¡Nuestro equipo técnico deja mucho que desear!
-- Perdón, replicó el DB. ¡El laboratorio funciona! Vea cómo detectó los
árboles infectados. Resulta que no tenemos el apoyo necesario. Usted está
desviando recursos para el área de Operación del Barco, reclutando timoneles,
velistas, etcétera.
-- Pero es lógico –intervino el Presidente-, tenemos que movernos con
anticipación en el entrenamiento. ¡Capacitar es invertir en el futuro!
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80º. día.
Absalón paseaba por el barranco. Estaba orgulloso. Era Presidente de una
empresa que ya contaba con 1,200 personas. Las preocupaciones de Noé
carecían de fundamento. No pasaba de un tecnócrata pesimista. Felizmente
ahora estaba el Director Técnico para lidiar con Noé; un fastidio menos.
De improviso – PUF – una nube de humo.
-- ¡El ministro del Señor!, exclamó Absalón, postrándose.
-- Absalón, ponga gente de más peso en lo alto, de otro modo la empresa se
hundirá.
-- PUF --
Absalón corrió a la cabaña de Noé.
-- Noé, Noé, ponga un convés en lo alto del mástil. ¡Voy a poner a las
personas más pesadas encima!
-- Pero, Presidente, esto es imposible. . . El convés es siempre abajo y el
mástil arriba. Si aumentamos la masa en lo alto, ¡el barco va a volcarse!
-- ¡No discuta construcción conmigo, Noé! El ministro mandó colocar hombres
pesados en lo alto y es eso lo que voy a hacer. . . ¡y cumpla mis órdenes!
Noé no respondió. El Presidente estaba nervioso. Tal vez Cloe pudiera hacerlo
ver con claridad. . .
Noé corrió a la Secretaría General, más allá encontró al Comandante de
Operaciones del barco, que ya estaba esperando hace dos horas. Junto con él
estaban el subcomandante nivel 3, el inmediato, el pre-inmediato, dos
asistentes y 3 asesores.
-- Noé, dijo el Comandante. ¡Su proyecto no camina! Cómo voy a entrenar a
mis hombres sin un barco? Voy a pedir la aprobación del Presidente para
comprar un simulador de barco, de otra forma no me responzabilizo. El DI
dice que mi relación de Operación está horrible, ¡pero implantó costos
solamente en mi área! ¿Ya anotó cuántas personas de apoyo tiene el
Departamento de Apoyo?
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Noé balanceó la cabeza y se retiró lentamente. En realidad, ¿qué podía
conseguir? Media docena de planos y algunos hechos en hoja de bananera.
Esto, en 80 días. ¡Y había prometido al Presidente que haría el barco en 30
días! Estaba atormentado y se sentía un incompetente. Pero, ¿qué estaría
equivocado?
El Presidente entró furioso, desahogándose con Cloe:
--¡Mire! ¡Faltan apenas 40 días y la División de Importaciones dice que hay
crisis de transportes y las maderas sólo llegarán en el plazo de 10 días! El
personal de PO más el de 0&M junto con el CPD, ya hicieron de todo para
disminuir el camino crítico de un tal de Pert, ¡pero estoy viendo todo lejos!
Quiero una reunión de emergencia con los Directores. Voy a despedir al Señor
de Carpintería y contratar otro. ¡Si no fuera por Roboao y su equipo de
selección, no sé que pasaría!
-- Pero, Presidente –preguntó Cloe- ¿faltan 40 días para qué?
-- Para el Diluvio, hija mía, ¡Para el Diluvio! Envíe el siguiente fax:
De: Absalón
Para: El Señor.
Solicito prórroga plazo restante 40 días. Dificultades insuperables.
Crisis internacional de madera.
Postrado: Absalón.
El ruido monótono del fax dejaba ansioso a Absalón pero, finalmente vino la
respuesta:
De: El Señor.
Para: Absalón.
Concedido plazo de cinco días más improrrogables. Subida de aguas está en
curso.
Absalón se desesperó y partió para la reunión. Cloe, por teléfono interno,
comenzó el fenochisme del Diluvio.
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82º. día.
Gau entra al gabinete del Presidente.
-- Jefe, aquí tengo un informe de que hay desvío de lianas de amarra del
depósito. El listado de la computadora no coincide con la Auditoria. . . .
-- ¡Qué infierno, Gau! Coloque su grupo en acción. Jacobo está libre de
sospecha por ser amigo mío. Revise el personal de Seguridad. Cloe,
comuníqueme con Roboao.
-- ¿Roboao? Aquí es el Presidente. ¿Ya contrató los carpinteros?
-- Desgraciadamente no pasan los tests, Jefe. Inclusive ya aflojamos las
pruebas, pero el examen de reconocimiento de tipos genéticos de termitas
hace reprobar a todo el mundo. Es por eso que la madera del depósito está
con bichos, según el informe del departamento de Materiales.
-- Presidente –interrumpió Cloe- es urgente: dos pastores en la antesala dicen
que hay crisis de leche de cabra y no se hará distribución a los empleados por
una semana.
-- Abastecimiento no entregó forraje para las cabras y con el pasto seco. . . .
¿Cuál es su decisión?
100º. día.
Reunión de Directorio.
-- Señor Presidente –dijo el DI-, dentro de una semana vencen nuestros
préstamos internacionales, con los pueblos vecinos, y el dinero en caja no es
suficiente. ¡Nuestra empresa va económicamente muy bien, pero
financieramente estamos al borde de una crisis! Sugiero una reducción de
personal.
-- Siempre que se habla de reducciones, ¡todos me miran! –explotó el
Comandante de Operaciones-. Sin mis hombres no hay operación del barco,
que ni saldrá del puerto. ¡Y mi simulador todavía no fue aprobado!
-- Señor Presidente –trató tímidamente el DB- creo que el comandante tiene
razón, ¿pero no le prometieron al Ministro que el barco estaría listo en breve?
Pero, sin material. . .
-- Cómo puede fabricar madera? –gritó el DC-. Su laboratorio no encuentra la
madera local y hay crisis de transporte. Los carpinteros son incompetentes, y
ese tal Noé, ¿qué ha hecho hasta ahora? ¡Y gana 10 dineros!
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-- Señores –dijo gravemente el Presidente-. Todos miraron esperanzados. La
situación de la empresa es razonable, pero tenemos que tomar una actitud
más seria con respecto del proyecto del barco. . .
-- Presidente, no quiero interrumpirlo, pero en nuestros archivos no aparecen
los exámenes de admisión de Noé y ni siquiera sabemos si él es ingeniero
naval. . .
-- Si, la culpa es mía –dijo el Presidente-, pero cuando invité a Noé aún no
existían las normas de la empresa. Estoy, por lo tanto, obligado a despedirlo.
Por favor tráigalo, a través de Roboao.
Noé se puso furiosos con el aviso. No pidió la parte del aguinaldo que le
correspondía. Estaba dispuesto a salir de esa tierra y el camino más fácil era
por el río. Partió hacia el bosque y reunió 5 compañeros:
-- Amigos, vamos a cortar estos árboles, aunque tengan bichos, construir un
barco y ¡salir de aquí!
-- Pero Noé, no somos carpinteros ni sabemos hacer barcos. . .
-- No importa. Les enseñaré a cortar madera y ya tengo los planos. ¡Haremos
un grupo motivado con el objetivo de construir un barco para una vida mejor
en otras tierras! Llevaremos unos animales a bordo para comerlos durante el
viaje. ¡Sólo falta poner manos a la obra!
La madera comenzó a ser cortada. Astillas volaban por todas lados. Las
partes con más bichos eran aisladas y eliminadas. Los mosquitos volaban al
caer los árboles. En pocos días el casco del barco ya tomaba forma.
125º. día.
El Presidente despertó preocupado. La madera había llegado, pero había sólo
3 carpinteros en el sector de Carpintería. Su carreta tomó el camino más
rápido para la oficina, a fin de evitar el mal tiempo. Pesadas nubes cubrían el
cielo.
Absalón fue directo al fax, pero Cloe sólo llegaba a las 10 de la mañana. . .
Absalón corrió al CPD:
-- ¿Qué pasa aquí? ¿No comenzó el horario de trabajo? ¿Quién es usted?
-- Soy una perforadora, señor. Hace días que no viene nadie. Dicen que por
el Plano de Clasificación de Cargos y Sueldos y por la política de promociones,
nadie se queda. . . .
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Absalón volvió a la oficina. En el camino, se encontró con Gau, quien le dijo,
preocupado haber escuchado un rumor acerca de un tal de Pluvio, que podría
ser un terrorista, pero que su equipo. . .
Absalón se puso blanco y corrió al fax.
-- Cloe, rápido:
De: Absalón.
Para: El Señor.
Dificultades con el proyectista atrasaron la empresa, solicito prórroga plazo.
La respuesta fue inmediata:
De: El Señor.
Para: Absalón.
Prórroga negada.
¡Y entonces comenzó a llover!
Absalón corrió hacia fuera, seguido de Jacobo. La lluvia era fuerte, pero
Jacobo gritó:
-- ¡Jefe, hay un barco bajando el Río!
¡Vea, en la proa está escrito!
Arca de Noé!
