1. Miércoles Julio 3 Del 2012.
LIBERTAD
¡Suplica pidiendo al Dios
Altísimo!
¡Padre!, a Ti clamé en medio de mi angustia , mis ojos volví a Ti , mis entrañas
se conmovieron por el temor y la angustia que se venía en pos de mí , desde
esta fría y oscura prisión, clame a Ti, en medio del dolor , mi aflicción era mucha
a causa de mis heridas, mis huesos estaban ya cansados y adoloridos por
causa de estas cadenas que me apresaban, yo miraba el cielo y le decía a
Dios: ven y quita esta angustia que me carcome y que no deja de doler. Dime
padre santo,¿por qué no acudes a mi suplica? era mi pregunta, dime amado
¿por qué no vienes y me salvas?. a ti clame con gran dolor desde esta celda
porque mi estado era de muerte, donde no hay esperanza de vida clame a Ti,
porque yo sé que tú eres bueno para con los pobres y no los dejas , puse
delante de Ti mi causa y mis ojos no dejaron de llorar y pensé dentro de mi
¿cuándo vendrás y me sacaras de esta fría prisión?.
Me vi en la condición en la que estaba: con estas cadenas que por muchos
años llevaba, con mis llagas que hedían, desnudo y con frio casi ni podía
caminar porque mis heridas eran muy profundas , encadenado, solo y lo único
que mis ojos veían eran estos barrotes, estas paredes húmedas , casi ni comer
podía porque mi boca era llena de llagas , mi estado era terminal y mis fuerzas
se acababan; pensaba que ya no había esperanza y dije: solo tú me puedes
salvar, solo tú que eres tan bueno y misericordioso y amante de la justicia, que
amas a los pobres y que haces misericordia al abatido, tú que miras desde el
cielo no eres indiferente a mi dolor me amas porque en ti esta la justicia y la
verdad.
2. Tú miraste desde el cielo y te compadeciste de mí, sentiste dolor por el estado en
el que estaba, me viste y me sacaste de la prisión. Desnudo estaba y me cubriste
con tu manto de justicia, sentiste gran dolor por mis cadenas; las quitaste de mis
pies y de mis manos , de igual forma el yugo que me oprimía por años y años,
me sacaste de esta fría celda y tomaste medicinas para sanar mis heridas, te
compadeciste de mí, me diste ropa nueva para que cubriera mi desnudez , por tu
gran bondad me llevaste a tu mesa , me diste de comer y por último me
apartaste un lugar donde vivir; donde no hay ya más dolor y fue más que
abundante mi vida y me diste mucho amor como nunca antes y me dijiste: me
dolieron tus cadenas y tus llagas también, tu estado de muerte derritió mi
corazón en aguas y mi anhelo más grande era libertarte de tus cadenas, y fue
por eso que en tiempo aceptable te escuche y en tiempo favorable te liberté y
yo me encargaré de que estés bien por el resto de la eternidad.
Amen.
Darley Ramírez