Dios y el hombre no se encuentran en igualdad de condiciones; significa que Dios, a opción propia y en su libre gracia, ofreció al hombre esta relación, que el hombre no puede alterar, cambiar ni anular, sino sólo recibe o rechaza.
Discernimiento de Pedro y pablo sobre el liderazgo clase 5.pptx
La muerte del testador
1. MUERTE DEL TESTADOR
Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la
muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.
«Hebreos 9:16-17 Reina Valera 1960»
La palabra griega diatíki = Διαθήκη (G1242), traducida “Testamento” por la versión Reina Valera, es una de
las más comunes en la versión griega del AT—unas 350 veces en la LXX—y de las más importantes del NT. En
su utilización en la LXX, es traducción del término hebreo Berít ( ְב ִתיר H1285) que significa pacto o acuerdo,
de un verbo que significa cortar o dividir, en alusión a una costumbre sacrificial relacionada con la celebración
de un pacto (p.ej., Gén_15:10: «partió»; Jer_34:18-19 : «dividiendo»). En contraste al término castellano
«pacto», que significa una mutua obligación de dos o más partes, comprometiéndose cada una de las partes a
cumplir sus obligaciones, diatíki no implica por sí mismo la idea de obligación mutua, sino que mayormente
significa una obligación asumida por una sola persona. Por ejemplo, en Gál_3:17 se utiliza como una
alternativa a «promesa» Gál_3:16-18. Dios impuso a Abraham el rito de la circuncisión, pero su promesa a
Abraham, que recibe en este pasaje el nombre de pacto, no estaba condicionado a la observancia de la
circuncisión, aunque hubiera una pena sobre su inobservancia.
Se usa más comúnmente para significar la relación emprendida entre Dios y el hombre. Así, por ejemplo, se
utiliza referente al pacto de Dios con el hombre tras el diluvio Gén_9:12-17. Se emplea de forma especial
respecto del pacto entre Dios y Abraham Gén_17:4-9, y en general, respecto de cualquier parte que tenga
que ver con la relación y el acuerdo entre Dios y el pueblo de Israel Deu_4:13, Deu_4:23. Esta es la única
palabra que se usa para describir "la relación, el pacto" de Dios con su pueblo.
Su uso sobrevive en el NT. El pacto con Abraham es todavía recordado Hch_7:8. El pacto con el pueblo de
Israel es todavía enfatizado Hch_3:25; Rom_9:4. Pero, muy especialmente, la idea de pacto se usa respecto
de la nueva relación entre el hombre y Dios, relación que fue posible por la vida y muerte de Jesús Mat_26:28;
Mar_14:24; Luc_22:20; 2Co_3:6). En el NT, diatíki es la palabra característica de la carta a los hebreos para
describir esta nueva y mejor relación entre Dios y el hombre Heb_7:22; Heb_8:6, Heb_8:9-10; Heb_12:24;
Heb_13:20.
Hasta aquí, todo es correcto; pero el problema radica en que la palabra griega normal para pacto es syntheke,
que es precisamente la usada en todas partes respecto de un compromiso matrimonial o un acuerdo entre dos
personas o estados. En el griego de todos los tiempos, diatíki no significa "pacto", sino "testamento". ¿Por qué
el NT no utiliza nunca syntheke y siempre usa diatíki?
La razón es la siguiente: Syntheke describe siempre "un acuerdo hecho en igualdad de condiciones, que
cualquiera de las dos partes puede alterar”. Pero la palabra "Pacto" significa algo diferente. Dios y el hombre
no se encuentran en igualdad de condiciones; significa que Dios, a opción propia y en su libre gracia, ofreció
al hombre esta relación, que el hombre no puede alterar, cambiar ni anular, sino sólo recibe o rechaza. Ahora
bien, el supremo ejemplo de tal acuerdo es "un testimonio". Las condiciones de un testamento son impuestas
por una persona y aceptadas por otra, que no puede alterarlas.
No entramos en relación con Dios por derecho propio ni según nuestras estipulaciones, sino por la iniciativa
y la gracia de Dios. Filón dice: "Un pacto es un símbolo de la gracia que Dios sitúa entre sí mismo, que es quien
la ofrece, y el hombre, que es quien la recibe". "Lo propio de Dios es dar y lo propio del hombre es recibir."
La misma palabra "pacto", diatíki, resume en sí misma la "deuda" y el "deber" que tenemos para con Dios.
Estamos en "deuda" porque nuestra nueva relación con Dios es debida a la aproximación de Dios y no a nada
2. que nosotros pudiéramos haber hecho. Tenemos un "deber" porque hemos de aceptar las condiciones de amor,
fe y obediencia impuestas por Dios, y no podemos alterarlas. La misma palabra demuestra que nunca
podremos encontrar a Dios en igualdad de condiciones, sino únicamente según la humildad y gratitud
estipuladas.
En Heb_9:16-17. La mayoría de las versiones traducen estos vv. así: Porque donde hay testamento, es necesario
que intervenga la muerte del testador. Pues un testamento es firme en caso de muerte, pues no tiene vigencia en
tanto que el testador vive. Pero es evidente que estos vv. se refieren a un pacto, más que a un testamento
propiamente dicho. Tanto el contexto anterior, en el que el Mesías es presentado como mediador de un Nuevo
Pacto, como el v. siguiente, donde se alude al primer Pacto, promulgado por medio de Moisés, confirman esta
propuesta Éxo_24:5-8.
La mención del rociamiento con la sangre (v21) muestra que el objeto de referencia es el sacrificio. Por otra
parte, la palabra griega que suele traducirse por testamento es el participio de la voz media del verbo
diatíthemi, cuyo significado es destinado o asignado ver Luc_22:29; Hch_3:25; Heb_8:10; Heb_10:16, únicos
lugares en que, junto a este pasaje, ocurre dicho verbo en el NT. Su uso muestra que el sacrificio mediante el
cual fue solemnizado el Pacto está realmente incluido en el término gr. diathémenos. Tomando en cuenta
entonces que el sustantivo diatíki significa pacto 2Co_3:6, 2Co_3:14, y en conformidad con la aplicación
de diatíthemi en los pasajes antes mencionados, las decisiones para el trasvase definitivo de los vocablos y de
la sintaxis castellana se han tomado desde el punto de vista teológico contextual, y en este sentido damos
nuestra opinión en forma clara y consistente que, la idea de un legatario que recibe algo por la muerte de un
testador (siendo el testador aquél que establece el testamento) como expresión de su última voluntad, nos
parece, hasta donde alcanzamos a comprender, bastante antibíblica, especialmente si uno considera que el
pactante (o testador) es el Padre Heb 9:20, quien ratifica su pacto mediante el derramamiento de la sangre
de la víctima del pacto, esto es, su Hijo Heb 12:24.
El Dr. Francisco Lacueva en su libro Escatología II en la página 251 cita a la concordancia compilada por C.P.
Denyer quien dice: «… en opinión de grandes expertos, a los que me uno, es una traducción incorrecta por
tres razones importantes:
1. Rompe el hilo del contexto, que habla únicamente de «pacto»;
2. Vierte en voz activa («testador») en participio medio-pasivo «diateménoy», en lugar de verter
correctamente: «(victima) testificada»;
3. Hace morir al «testador», el cual, sin lugar a dudas, sería ¡Dios el Padre!, lo cual es totalmente antibíblico.
El Dr. Bob Utley comenta: «Recuerde que Hebreos es una comparación del Antiguo Pacto con el Nuevo. El
pacto mosaico llegó a ser una sentencia de muerte (Ef. 2:15; Col. 2:14) para la creación más elevada de
Dios (seres humanos) porque después de Génesis 3 fueron incapaces de obedecer y cumplir los mandatos de
Dios. El primer pacto dijo ¡“haz y vivirás”! pero nadie pudo conformarse a los requisitos. El Viejo Pacto
declara ¡“el alma que peque morirá!” La respuesta de Dios fue un israelita ideal—Jesucristo—sin pecado,
quien pagaría el precio por todos, para todo tiempo Isa. 52:13-53:12.
El concepto de “herencia” se vincula a la relación única de los levitas con YHWH. Ellos fueron la herencia de
él y él lo fue para ellos (no les dio tierra como a las otras tribus). Los creyentes del nuevo pacto son ahora
como los sacerdotes del AT II Ped. 3:5, 9; Apoc. 1:6.
Los creyentes tienen una herencia eterna, que es provista por Cristo, guardada por Dios I Ped. 1:3-5.
El mejor breve argumento a favor de traducir diatíki se encuentra en Word Studies in the New Testament
por M. R. Vincent: