Amistad, compañerismo y otras relaciones
afectivas
El ser humano, como la mayoría de los animales, es un ser social.
Desde su nacimiento está rodeado de personas con las que se inicia
su desarrollo comunicativo e interpersonal. A medida que crece, siente
la necesidad de relacionarse con otras personas –por lo general de su
misma edad– con las que comparte actividades durante ciertas etapas
de su vida.
Toda persona llega a distinguir a una persona especial que le hace
sentir comprendida y aceptada y poco a poco se desarrolla entre
ambos la amistad, la cual se da con más frecuencia entre personas del
mismo sexo, debido a que existe un intercambio de experiencias y
sentimientos similares.
EL RESPETO COMO CONDICIÓN PARA LA AMISTAD
Para tener y conservar un amigo, primero hay comprender que cada
individuo es único e irrepetible y que el verdadero afecto implica
respeto.
Cuando la amistad es verdadera, la reciprocidad siempre está
presente. Si una persona es verdaderamente amigo o amiga dará lo
mejor de sí –sin presionar ni ejercer autoritarismo o chantajear–, sólo
por el placer de ser aceptada y respetada como es.
Sólo entonces es posible decir que alguien tiene un "amigo íntimo",
porque la intimidad no necesariamente se refiere a un acercamiento
físico o sexual, sino a una relación interpersonal en la que cada uno
reafirma su propio valor; por ejemplo, el afecto que se siente por un
amigo o amiga, es recíproco; así, ambos saben que su amistad no se
basa en aspectos superficiales o egoístas, sino en la sincera
preocupación de uno por el bienestar del otro.
Durante la adolescencia por lo regular se tiene un amigo o una
amiga muy especial, con el o la que se convive más de cerca, tal vez
una o un confidente a quien revelarle los más íntimos secretos,
preocupaciones, esperanzas y deseos, sin temor al rechazo, lo cual es
muy importante porque esos apegos ayudan a formar una identidad
consistente y afrontar los cambios por los que se pasa durante esta
etapa.
Diferencias entre compañerismo y amistad
Todo ser humano forma parte de un grupo, de una comunidad, de una
sociedad y necesita de otras personas; es decir, no es un ser aislado,
por tanto es importante tratar con respeto y cordialidad a toda la gente
que le rodea, independientemente de que sean o no sus amigos.
La diferencia entre compañerismo y amistad se basa en la
intensidad de la relación; por ejemplo: con los compañeros de grupo
se puede practicar algún deporte, convivir en reuniones o realizar
tareas en equipo, e incluso sentir simpatía por ellos. Pero con los
amigos se tiene confianza para dialogar y seguridad para expresarse;
ambos se escuchan y comparten puntos de vista, de tal manera que a
través del diálogo y el respeto se afianzan lazos de apoyo y
solidaridad.
Sin embargo, esto no implica que las relaciones de compañerismo
sean menos valiosas que la amistad. Ambos ayudan al desarrollo
psicológico personal de manera saludable e integradora. Llevarte bien
con alguien es fácil, basta con dar a las personas el mismo trato con el
que se desea ser tratado.
La amistad y la libertad
La amistad es de suma importancia para establecer la identidad
personal; esto es, tomar conciencia de saberse y reconocerse distinto
a los demás, es una lucha por "descubrirte a ti mismo". Ése es un
proceso de maduración en el que los amigos desempeñan una función
determinante, porque ser parte de un grupo que se distingue por
ciertas características especiales proporciona un sentimiento de
pertenencia e integración; evita la angustia de sentirse aislado, lo cual
es perjudicial para cualquier ser humano.
Sin embargo, la necesidad de sentirse reconocido y aceptado por
compañeros y amigos nunca debe estar por encima del derecho a
elegir lo que se quiere ser o hacer. La identidad se puede afianzar con
la práctica de los valores morales inculcados por la familia y la
sociedad, los cuales siempre serán respetados por los verdaderos
amigos o se puede debilitar con la rebelión y el vandalismo a los que
pueden incitar algunas de personas.
De ahí la importancia de establecer amistad con personas poseedoras
de valores y comportamientos similares a los propios. Las conductas
negativas se convierten en hábitos que, con el tiempo, pueden
acentuarse y causar problemas morales y de salud, como sucede con
el uso del alcohol y de las drogas, prácticas que llegan a poner en
peligro la vida.
Entre amigos existen afinidades que comparten cuando practican
algún deporte, escuchan música, estudian, se inclinan por
determinado tipo de ropa, se expresan de cierta forma, incluso cuando
reaccionan de manera parecida ante diferentes circunstancias. A
pesar de esas afinidades y similitudes, es importante que la
individualidad y la libertad prevalezcan. La verdadera amistad existe
cuando los valores éticos y humanos coinciden y se respetan
mutuamente.
La amistad, el amor y la madurez
Los conceptos de amistad y amor cambian conforme la gente madura.
Para un niño pequeño el interés principal es ser amado y satisfacer
sus necesidades; es decir, aún no ama, únicamente responde con
alegría y agradecimiento al amor recibido; hasta que –en algún
momento de su desarrollo social y psicológico–, por primera vez
piensa en dar algo, por ejemplo, hace un dibujo y se lo regala a sus
padres; así, su idea del amor comienza a transformarse. Ya no se
limita a recibir, siente placer en dar. Cuando llega a la adolescencia, la
persona por la cual siente afecto no es únicamente aquella que
satisface sus necesidades; ahora las necesidades de alguien más se
vuelven tan importantes como las propias. Así se trate de
compañerismo, amistad o amor, desarrolla lazos de afinidad,
solidaridad, ayuda, afecto, respeto y diálogo.
LA AUTOESTIMA
Es el aprecio que se tiene por uno mismo, por la dignidad y cualidades
personales; la imagen que se tienes de sí y la manera cómo juzga
cada uno sus actos; es decir, el propio concepto del valor como
persona. Se basa en todas las sensaciones, pensamientos y
sentimientos acumulados a lo largo de la vida. Toda esa "cosecha" de
experiencias hace reflexionar si se es inteligente o no, carismático o
antipático, bien vestido o fachoso, etcétera.
De acuerdo con lo anterior, la autoestima puede ser positiva o
negativa. Cuando es positiva, la forma de comportarse es segura y se
actúa con decisión y dinamismo; pero además, se muestra capacidad
para defenderse, lo cual es de vital importancia para la supervivencia
física y psicológica particular. Cuando la autoestima es positiva, se
está consciente de las virtudes y, también, de las fallas de carácter,
que son aquellas exageraciones de las virtudes personales; por
ejemplo: cuando se confunde la sinceridad con grosería o cuando se
justifica la intolerancia o la ira diciendo que se es de "carácter fuerte",
etcétera.
La autoestima es negativa cuando se vive frustrado, la persona
siente que vale menos que los demás y eso le hace actuar de tal
manera que nunca está satisfecha con sus elecciones, porque no
reconoce sus capacidades ni su valor. La autoestima negativa puede
hacer mucho daño, porque hace pensar constantemente en lo felices
que son los demás, en lugar de pensar en lo que uno puede hacer
para estar satisfecho.
Para desarrollar la autoestima
Es posible desarrollar la autoestima positivamente, esforzándose por
obtener un promedio de calificaciones más alto, trabajar por la
comunidad y ayudar a personas cercanas y, principalmente,
seleccionar amigos que piensen en forma positiva y sean
responsables. Hablar con los padres respecto a las cosas que
incomodan, es importante ya que ellos pueden ayudar a desarrollar la
autoestima; resulta de vital importancia establecer metas para cursar
estudios de preparatoria y después asistir a una universidad.
Una vez formuladas las metas, hay que tener siempre en mente que la
disciplina ayudará a alcanzarlas.
La autoestima tiene mucho que ver con el logro de metas personales,
pero también influye la opinión de los demás, especialmente de
quienes se considera importantes. Si se ha hecho el ridículo frente al
grupo, se dijo algo equivocado o se considera que el aspecto personal
no corresponde al "modelo social" que tanto atrae al sexo opuesto, no
hay por que preocuparse, pues no existe la perfección en los seres
humanos. La vida es un proceso de cambios y de aprendizaje
constante en el que debe prevalecer el derecho a la individualidad y el
respeto a la dignidad.
Las conductas se adquieren y toda persona cuenta con capacidad
para elegir cómo quiere manejar su vida; pero tiene que estar abierto a
todas las posibilidades de cambio que se le presentan y escoger las
mejores.
La inseguridad y el deseo de pertenecer y ser aceptado por un grupo
son preocupaciones intensas. Posiblemente alguna vez se sienta la
presión de los compañeros y por otro lado está la fidelidad a los
valores morales propios. Un verdadero amigo no condiciona su
amistad, ni obliga a hacer algo con lo que no se está de acuerdo. Para
no verse obligado a hacer algo de lo que más tarde se deba
arrepentirse, hay que establecer reglas personales con toda claridad.
La selección de amistades responsables, que respeten la identidad y
los valores individuales son algo positivo.
Es agradable tener amigos de todas las edades, pero si la de éstos es
igual a la de uno seguramente sus necesidades y experiencias serán
similares. Un amigo mayor puede ejercer bastante presión para forzar
a hacer algo contrario a las propias normas, y entonces el esfuerzo
para defender las posiciones personales deberá ser más grande. No
hay que olvidar que: cuando la amistad es verdadera, el respeto y la
aceptación están siempre presentes, sin condiciones que atenten
contra la dignidad o seguridad individuales.