A.- Empresas Comprometidas: Hacen una apuesta clara por lo digital, no solo por la parte social, quieren llegar más allá. Forman al equipo humano para que en su día a día implementen las herramientas digitales en sus procesos. Tienen un blog de empresa, perfiles en diferentes redes sociales, realizan campañas de marketing integrando el off y el online. El Community Manager no es el friki-rarito de la empresa, es uno más del equipo, está perfectamente integrado, conoce y vive la cultura de la organización, se siente parte de ésta. ¿Qué aporta este profesional a la empresa? Empatía, información, contactos, contenidos, visibilidad, compromiso, feedback de los usuarios, etc. B.- Empresas Implicadas: La apuesta es por las Redes Sociales, si es posible solo Facebook (le ha dicho su amigo Pepe en el bar que es donde está la masa). Por supuesto, las decisiones sobre lo que se hace en la “Página” las toma él (para eso es el jefe). Si Facebook les bloquea la página o no consigue “vender”, es porque las redes sociales son humo y eso del Community Manager una burbuja. Community Manager multifunción: A ver, me explico que después no me entendéis... Mientras se sube la foto, lo mandamos a hacer fotocopias, de paso al bar de la esquina a por el carajillo de las doce y unas porras. El Community Manager tiene que hacer contenido de calidad, le han dicho en la empresa que no pasa nada por copiar, está hasta bien visto. Citar las fuentes es de cobardes, y si no eres capaz de captar 500 fans esta semana en Facebook, te despido. ¡Ah!, se me olvidaba, de mil eurista el Community Manager nada de nada, eso era para antes de la crisis, ahora con quinientos euros vas que te matas, te vaya a dar por los vicios. Y cuidado con no aceptar que llamo al hijo de mi amigo Pepe que tiene dieciocho años y es un auténtico hacker, tiene perfil en Facebook, Twitter, YouTube y encima es usuario de Whatsapp.