2. En un bonito pueblo
había una casita que
tenía fama por ser la
más limpia y
reluciente. En ella,
vivía una simpática
ratita que era muy,
pero que muy
presumida.
3. La Ratita vio algo en el suelo:
-¡Qué suerte, si es una moneda de oro! Me
compraré una cinta de seda para hacerme
un lazo. Entonces se fue a la mercería del
pueblo y se compró el lazo más bonito.
4. - Buenos días, Ratita dijo el señor Burro.
¡Qué guapa que eres! , ¿te quieres casar
conmigo?
- Pero ¿cómo harás por las noches? Dijo la
Ratita
-¡Hiooo, hiooo! bufó el burro.
Y la Ratita contestó:
-¡Contigo no me puedo casar, porque con
ese ruido me despertarás!
5. Se fue el Burro disgustado, y pasó el señor
Perro:
-¡Qué guapa eres Ratita!, ¿te quieres casar
conmigo?
- Pero,¿cómo harás por las noches? Respondió
Ratita.
-¡Guauuu, guauuu! Respondió el perro
-¡Contigo no me puedo casar, porque con ese
ruido me despertarás!
6. Después de un rato pasó el señor Gato y dijo:
-Buenos días, Ratita, ¡qué bonita eres!, ¿te quieres
casar conmigo?
-Pero ¿cómo harás por las noches? -Dijo la Ratita.
-¡Miauuu, miauuu!- contestó con un maullido.
-¡Contigo me quiero casar, pues con ese maullido
me acariciarás!
7. El día antes de la boda, el señor Gato invitó a
la Ratita a comer pero mientras preparaba
el fuego la Ratita fue a sacar la comida y…
-Pero ¿dónde está la comida?
- ¡La comida eres tú! dijo el Gato.
Cuando iba a comerse a la Ratita, apareció el
Ratoncito,, los había seguido hasta allí.
Entonces, cogió un palo de la fogata y se lo
puso en la cola para que saliera corriendo.