La sociología urbana estudia la vida social e interacción humana en áreas metropolitanas utilizando métodos como la observación, la teoría social y las entrevistas para analizar temas como la migración, la demografía, la economía y las relaciones interraciales. Las ciudades se caracterizan por contactos secundarios, debilitamiento de los vínculos familiares y la emergencia de instituciones especializadas. La ciudad agudiza las diferencias socioeconómicas y genera mayor inseguridad personal.
1. Una de las consecuencias sociales más importantes de la industrialización es el desarrollo de
organizaciones formales, con un carácter dinámico, un nuevo tipo de relaciones internas y
externas y una mayor movilidad horizontal y vertical.
Con relación al concepto de organización, al menos en lo que se refiere a la empresa, no está
exento de cierta ambigüedad. Esto se debe, por un lado, a que han sido numerosos los
científicos que, desde diversas áreas del conocimiento, se han interesado por el estudio de las
organizaciones, de manera que “el campo de las organizaciones es un campo dividido,
invadido por diversos enfoques teóricos y entre diversos sistemas.
Ha sido en los últimos años cuando se ha desarrollado un fuerte debate académico, centrado a
partir de 1980 en las corrientes modernistas y postmodernistas. Heydebrand sugiere que
estamos siendo testigos del nacimiento de una organización formal postweberiana.
Podemos asumir, como punto de partida, en un empeño por superar concepciones demasiado
managerialistas, la definición de Morgan: la organización es una entidad social que “implica la
armonización de recursos humanos y materiales en un mecanismo coordinado y controlado
para conseguir determinados objetivos, que no se pueden conseguir de otra manera”
El interés creciente por la empresa como organización se debe también a la necesidad de
generar en su interior unas relaciones nuevas que sirvan de punto de apoyo para superar la
concepción de la empresa como un lugar de simple producción y se convierta en una actividad
económica y social al servicio del hombre y de la comunidad. La urgencia de proseguir en esta
línea nace del agotamiento del Scientific Management taylorista, del avance de las ciencias
humanas, sobre todo la psicología social y la sociología de la organización y de las exigencias
de las nuevas tecnologías.
2. Desde que la sociedad industrial se definió como un proceso civilizatorio,
no de cuyos elementos fundamentales fue la urbanización, lo rural nunca se
ha definido, quedando como residuo de lo que aún no es urbano. Del
mismo modo que, desde que hace algo más de un siglo se inició la reflexión
sociológica sobre las consecuencias de la Revolución Industrial, con su
acumulación de masas de población en las ciudades (lo que vulgarmente se
asimila al proceso de urbanización), la dicotomía se viene planteando en
términos de polarización y luego de oposición. Pero sobre todo, y en el
marco general del positivismo que desde su origen caracterizó al
pensamiento sociológico, se ha venido tratando el tema en términos de
sucesión histórica de etapas, y en consecuencia de jerarquización: si la
revolución industrial traía el progreso económico a las sociedades, la
urbanización conllevaba el progreso social
3. Esta valorización no ha sido siempre explícita, pero ha estado
desde luego latente la gran teoría (al menos en Spencer,
Durhkeim, Simmel, Töennies o Redfield...). Así se hablase de
solidaridad mecánica o solidaridad orgánica, de comunidad o
asociación, de lo folk y lo urban, etc., aún cuando se manifestara
cierta preocupación por el tipo de desórdenes sociales
provocados por la urbanización, se estaba poniendo en lo alto de
la escala a lo urbano, y en lo más bajo a lo rural.
Desde el origen mismo de las ciudades, éstas supusieron un
avance objetivo hacia formas de organización social más
democráticas, y basadas en el imperio de la ley. Se ha atribuido
repetidamente a Marx una frase que Weber rescató de la puerta
principal de una vieja ciudad alemana: "El aire de la ciudad nos
hace libres"(WEBER, 1987:40). La ciudad ha posibilitado una
acumulación de capital y una concentración demográfica que ha
hecho factible un incremento de la creatividad social.
Y se ha puesto en la ciudad el origen de la democracia, ya desde
la polis griega.
4. Es obvio que, sobre estas bases, no puede tener sentido una Sociología Rural
y como hoy la entendemos, como resulta también carente de sentido una
Sociología Urbana, diferenciada de la anterior. Precisándose por ello bien sea una
Sociología de la Urbanización (entendida ésta como proceso civilizatorio en
marcha), bien como una Sociología de los Asentamientos Humanos, lo que menos
importa es el nombre, que permita una lectura global del territorio. En
cuanto a la cuestión agraria, ésta entiendo que debe ser tratada en los mismos
términos que cualquier otro sector socioeconómico, tal y como existe una
sociología industrial, una sociología del conocimiento, o una sociología del ocio.
Pero su ámbito de estudio no puede ser ya la sociedad rural, porque como tal
no existe, sino el colectivo de trabajadores y empleadores que conforman el
sector agrario, y que no es sino uno más en cualquiera de los territorios -
metropolitanos, urbanos o rurales- que tomemos como unidad de análisis
5. Es decir, todo este replanteamiento no implica un cambio
de objetivo, sino de enfoque.
La mejora en las condiciones de vida de la población
apartada de las centralidades de la urbe global, así como
la conservación del medio rural, seguirán siendo objetivos
ineludibles. Pero del mismo modo que no podemos
concebir esa población como concebíamos al
campesinado, tampoco podemos identificar el medio rural
con el medio natural, como el ecosistema propio del
campesinado, sino como un artificio más, una parte de la
urbe global, con formas y funciones muy distintas de las
consideradas tradicionalmente por la Sociología Rural.
Funciones que no vienen determinadas, dictadas por la
ciudad triunfante como opuesta al campo, sino que
responden a las nuevas necesidades de la sociedad
globalmente urbanizada.
6. El Urbanismo es una Profesión relativamente nueva, que contiene una
amplia gama de conceptos y un área de práctica y estudio muy amplia y
compleja. Y por tal es una ciencia que tiene la misión de proporcionar
las bases fundamentales para poder resolver los problemas de las
ciudades, concernientes tanto a la configuración física, como a la
dinámica de las actividades económicas y sociales.
El Urbanismo nace en la era industrial como práctica de la
transformación y construcción de la ciudad en aquella época, pero su
madurez teórica la alcanzo en nuestro siglo XX.
El Urbanismo se desarrolló en la práctica, como en la teoría, después de
la Segunda Guerra Mundial, donde se produjo un cambio en el orden
político, económico y social de todos los países del mundo. Se crearon
nuevas ciudades y se empezaron a modificar las ciudades existentes.
La Real Academia define "Urbanismo" como, el conjunto de
conocimientos que se refieren al estudio de la creación, desarrollo,
reforma y progreso de los poblados en orden a las necesidades
materiales de la vida humana.
7. La ciudad es una población grande y compacta. Es un gran centro de población organizado como
comunidad. La palabra proviene del vocablo latino civitas, que se refería a una comunidad
autogobernada. Tradicionalmente es un centro de vida económica, política, religiosa y social. Una
ciudad es un área urbana, diferenciada de un pueblo, una villa o una aldea por el tamaño, la densidad
demográfica, la importancia, o el estado legal.
Es una aglomeración urbana con una densidad de población relativamente grande en la que
predominan las actividades industriales y de servicios. Las ciudades nacieron porque el hombre
necesitaba vivir cerca de otros seres humanos para satisfacer sus necesidades de intercambio, reunión,
bienestar, etcétera.
En ellas habita un gran número de personas en un espacio determinado. Las ciudades son centros
administrativos. En ellas se encuentran los servicios burocráticos más importantes. La ciudad es la más
importante obra del hombre, lo reúne todo y nada que se relacione con el hombre le es ajeno o
indiferente.
El término ciudad se utiliza para referirse a un espacio urbano que excede un tamaño arbitrario
demográfico. La ciudad tiene un aspecto que la caracteriza a la vez que la distingue de las demás y que
es fruto de la evolución que ha seguido al cabo de su historia.
Desde el punto de vista de la sociología, la ciudad es la forma y el símbolo de una relación social
integrada. La sociología urbana tiene por objeto de estudio los procesos sociales que se generan en la
ciudad y su evolución. Por tanto, bajo esta denominación se agrupan los estudios sobre la ciudad,
como medio físico y cultural en donde se producen relaciones sociales. La sociología es la ciencia que
estudia las relaciones recíprocas entre los seres humanos y el medio social en que se desenvuelven. En
el caso de la sociología urbana, este medio es la ciudad; y se encarga de estudiar la ciudad como
espacio para vivir, relacionarse y participar.
8. La sociología urbana es el estudio sociológico de
la vida social e interacción humano en áreas
metropolitanas. Esta disciplina normativa de la
sociología que pretende estudiar las
estructuras, procesos, cambios y vicisitudes de
un área urbana y hecho eso, proveer
aportaciones para el urbanismo y el diseño de las
políticas. Los sociólogos urbanos usan el análisis
estadístico, utilizan métodos de:
• La observación
• La teoría social
• Las entrevistas
9. Todos estos métodos y muchos más son utilizados con la
finalidad de amplificar temas de:
• Migración
• Demografía
• Economía
• Pobreza
• Relaciones interraciales
Max Weber y Emile Durkheim sociólogos de la época de la
revolución industrial, centraron en la urbanización creciente de
la vida social y sus efectos en la gente de alienación y
anonimidad. Otra influencia importante en la sociología urbana
es La Escuela de Sociología de Chicago , ya que dentro de sus
hallazgos se han afirmado o rechazado. Un suburbio es un barrio
de las afueras de una población, también conocido como sector
o comuna residencial, alejado del centro de la ciudad, o ubicado
en la periferia de ésta, y de naturaleza generalmente pobre. Los
suburbios más más desarrollados cuentan con algunos servicios
que los hace independientes de la ciudad, alguno de ellos son:
• Hospitales
• Escuelas
• Centros comerciales
10. Los rasgos característicos del modo de vida urbano han sido a menudo
descritos sociológicamente como consistentes en la sustitución de contactos
primarios por secundarios, el debilitamiento de los vínculos de parentesco y
la decadencia de la significación social de la familia, la desaparición del
vecindario y la socavación de las bases tradicionales de la solidaridad social.
Todos estos fenómenos pueden ser sustancialmente verificados a través de
índices objetivos. Así, por ejemplo, las bajas y declinantes tasas urbanas de
reproducción sugieren que la ciudad no conduce al tipo tradicional de vida
familiar, incluyendo la crianza de los niños y el mantenimiento del hogar
como el “locus” de un círculo completo de actividades vitales. La
transferencia de actividades industriales, educacionales y recreativas e
instituciones especializadas exteriores al hogar, ha privado a la familia de
algunas de sus más características funciones históricas. En las ciudades es
más probable que las madres estén empleadas, los huéspedes son
frecuentemente parte de la casa, los matrimonios tienden a ser pospuestos y
es grande la proporción de gente solitaria y aislada. Las familias son más
pequeñas que en el campo y frecuentemente sin hijos. La familia como
unidad de vida social está emancipada de los grandes grupos de parentesco
característicos del campo, y sus miembros individuales persiguen sus
propios intereses divergentes en su vida vocacional, educacional, religiosa,
recreativa y política
11. . Funciones como el mantenimiento de la salud, métodos
para aliviar las penalidades asociadas con la inseguridad
personal y social, las previsiones para la educación, la
recreación y el adelanto cultural, han dado surgimiento a
instituciones altamente especializadas, sea a nivel de la
comunidad, del estado, o aún con bases nacionales. Los
mismos factores que han causado esa mayor inseguridad
personal también subyacen en los más amplios contrastes
que se dan entre individuos en el mundo urbano. Al
mismo tiempo que la ciudad ha destruido las rígidas líneas
de casta de la sociedad pre-industrial, ha agudizado y
diferenciado los grupos según ingresos y status. Por lo
general, una mayor proporción de la población urbana
adulta está más ventajosamente empleada que la
población rural adulta. La clase de los “white-collar”, que
comprende los empleados de comercio, intelectuales y
profesionales, es proporcionalmente más numerosa en las
grandes ciudades y centros metropolitanos y en pequeños
pueblos, que en el campo.
12. En general, la ciudad desalienta una vida económica en la que en
tiempos de crisis el individuo tenga una base de subsistencia a la
cual recurrir, y desalienta el trabajo por cuenta propia. Si bien los
ingresos de la gente de la ciudad son más altos que los de la del
campo, el costo de la vida también parece ser más alto en las
grandes ciudades. La propiedad de una casa involucra mayores
gravámenes y es cada vez más rara. Los alquileres son más altos
y absorben una gran proporción de los ingresos. Aunque el
habitante urbano tenga el beneficio de muchos servicios
comunales, gasta una gran proporción de sus ingresos en rubros
tales como recreación y ascenso social, y sólo una pequeña en
comida; debe comprar lo que los servicios comunales no
suministran, y virtualmente no hay ninguna necesidad humana
que permanezca inexplotada por el comercio. Proveer de
emociones y suministrar medios de escape al tráfago, la
monotonía y la rutina, son las principales funciones de la
recreación urbana, que en el mejor de los casos proporcionan
medios para una autoexpresión creativa y una asociación de
grupo espontánea, pero que más típicamente producen, en el
mundo urbano, por una parte, el espectador pasivo; por la otra,
el héroe que bate récords sensacionales.
13. El hombre urbano, reducido a un estado de impotencia virtual
como individuo, está condenado, para obtener sus fines, a
empeñarse en lograr una unión en grupos organizados con otros
individuos de intereses similares. Esto da por resultado la
enorme multiplicación de organizaciones voluntarias dirigidas a
una variedad tan grande de objetivos como necesidades e
intereses humanos existen. Mientras que por un lado los lazos
tradicionales de la asociación humana se han debilitado, la
existencia urbana involucra un estado de interdependencia
mucho mayor entre los hombres y una forma más complicada,
frágil y volátil de interrelaciones mutuas, en muchas de cuyas
fases el individuo como tal escasamente puede ejercer algún
control. Frecuentemente hay sólo una relación muy tenue entre
la posición económica y los otros factores básicos que
determinan la existencia del individuo en el mundo urbano y los
grupos de participación voluntaria a los cuales está afiliado; en
tanto que en una sociedad primitiva y en una rural, generalmente
es posible, sobre la base de unos pocos factores conocidos,
predecir quién pertenece a qué y quién está asociado con quién,
en casi todas las relaciones de la vida en la ciudad sólo podemos
proyectar la pauta general de formación y afiliación de grupos, y
esta pauta pondrá de manifiesto muchas incongruencias y
contradicciones.
14.
15. Es a través de las actividades de los grupos voluntarios,
sean sus objetivos económicos, políticos, educacionales,
recreativos o culturales, como el hombre urbano se
expresa y desarrolla su personalidad, adquiere un status y
es capaz de llevar a cabo el conjunto de actividades que
constituyen su vida. Sin embargo, se puede inferir
fácilmente que el marco de referencia organizativo que
producen estas funciones altamente diferenciadas no
asegura por sí mismo la compatibilidad e integridad de
personalidades cuyos intereses abarca. Bajo estas
circunstancias, es de esperar que la desorganización
personal, el trastorno mental, el suicidio, la delincuencia,
el crimen, la corrupción y el desorden prevalezcan con
más fuerza en la comunidad urbana que en la rural. Esto
es confirmado por índices de comparación de los que se
dispone; los mecanismos que subyacen a estos fenómenos
requieren empero un mayor análisis.
16. Desde que en la ciudad es imposible, para la mayoría de los propósitos
de grupo, apelar individualmente a la gran cantidad de individuos
opuestos y diferenciados, y desde que es sólo a través de las
organizaciones a las que los hombres pertenecen, que sus intereses y
recursos pueden ser abarcados para una causa colectiva, puede inferirse
que en la ciudad el control social se efectúa típicamente a través de
grupos formalmente organizados. Sigúese, también, que las masas de
hombres en la ciudad están sujetas a la manipulación por medio de
símbolos y estereotipos y son conducidas por individuos que trabajan a
distancia u operan invisiblemente detrás de la escena, a través del
control de los instrumentos de comunicación. Bajo estas circunstancias,
el autogobierno, ya sea en el reino de lo económico, lo político o lo
cultural, está reducido a una mera figura literaria, o, en el mejor de los
casos, está sujeto al equilibrio inestable de los grupos de presión. En
vista de la ineficacia de los actuales lazos de parentesco, creamos
ficticios grupos de parentesco. Frente a la desaparición de la unidad
territorial como base de la solidaridad social, creamos unidades de
intereses. Mientras tanto, la ciudad como comunidad, se resuelve en una
serie de tenues relaciones segmentadas sobreimpuestas en una base
territorial con un centro definido pero sin una periferia definida, y
descansa sobre una división del trabajo que trasciende la localidad
inmediata y es de alcance universal. Cuando más grande es la cantidad
de personas en estado de interacción, más bajo es el nivel de
comunicación y mayor es la tendencia de la comunicación a funcionar
sobre un nivel elemental, es decir, sobre la base de aquellas cosas que
son supuestas como comunes y de interés general.
17. Por lo tanto, con respecto a las tendencias
emergentes en el sistema de comunicación y a la
tecnología de la producción y distribución que
han comenzado su existencia con la civilización
moderna, es obvio que debemos buscar los
síntomas que indicarán el probable desarrollo
futuro del urbanismo como un modo de vida
social. La dirección de los cambios que están en
marcha con el urbanismo, sea para bien o para
mal, transformarán no sólo la ciudad sino el
mundo todo. Algunos de estos factores y
procesos básicos y las posibilidades de su
dirección y control invitan a un estudio más
detallado.
18. Sólo en tanto el sociólogo posea una clara concepción de la ciudad como
una entidad social y una teoría practicable del urbanismo, puede esperar
el desarrollo de un cuerpo unificado y confiable de conocimientos, cosa
que ciertamente no ocurre con la “sociología urbana” de nuestros días.
Es de esperar que puedan ser determinados los criterios de relevancia y
validez de los datos fácticos, tomando este punto de partida para una
teoría del urbanismo, tal como ha sido bosquejado en las páginas
precedentes, y elaborándolo, probándolo, y revisándolo a la luz de un
mejor análisis y de la investigación empírica. La miscelánea, colección de
información aislada que ha encontrado hasta ahora su camino en los
tratados sociológicos sobre la ciudad, debe ser así examinada e
incorporada a un cuerpo coherente de conocimientos. De paso diremos
que sólo por medio de una teoría tal escapará el sociólogo de la fútil
práctica de expresar en nombre de la ciencia sociológica una variedad
de juicios casi insoportable, referente a problemas tales como la
pobreza, el alojamiento, la planificación de la ciudad, sanidad,
administración municipal, policía, mercado, transporte y otros productos
técnicos. Si bien el sociólogo no puede resolver ninguno de estos
problemas prácticos –al menos por sí mismo- puede, si descubre su
propia función, hacer una importante contribución a su comprensión y
solución. Las perspectivas para ello son más brillantes si se emplea un
enfoque teórico y general que si se lo hace a través de un enfoque
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25. La estructura urbanística mudó notablemente del tradicional asentamiento
humano que se remonta a los comienzos de la civilización.
Las expresiones de ciudad se ordenan en: polis, metrópolis, megalópolis y
conurbación. Constituyendo una serie regional y una red regional, como formas
emergentes posibles.
Los estudiosos del tema aseguran que la descripción adecuada de ciudad, debe
incluir además de la estructura, el proceso, el estadio de desarrollo, la
finalidad, pero además incluirán características identificatorias del trazado y el
simbolismo arquitectónico.
Se descarta la definición de ciudad que afirma que las ciudades surgieron de la
extensión de los asentamientos humanos. Y también, aquella que sostiene que los
cruces de rutas comerciales y las industrias especializadas, originaron la
ciudad, por conveniencia económica.
Las pruebas indican que las ciudades primitivas surgían como centros de poder
real o sacerdotal. Las especificaciones técnicas, económicas y sociales, han
cambiado sustancialmente desde entonces.
Por tanto, las ciudades del siglo XXI, han cambiado sustancialmente y dejaron de
ser seguras. La vida en las ciudades es despersonalizada y compleja. El concepto
de ciudad no es estático sino que se modifica constantemente.
Al principio, las murallas eran imprescindibles para la protección del enemigo.
Posteriormente aparecieron deimitaciones geográficas que evitaban el crecimiento
desmedido. Luego se establecieron los estados y países, para controlar el flujo de
población.
Los modelos de ciudades futuras, deberán asegurar a los habitantes, la seguridad
personal para trasladarse en sus actividades cotidianas.
26. La concepción de globalización que rompe las fronteras nacionales, gracias a la
comunicación satelital, traen nuevas preocupaciones para ajustar el concepto de
las ciudades del siglo XXI. La ciudad está ahora ligada a la idea de aldea global,
perdiendo así la definición, el carácter de delimitación geográfica.
Estas ciudades constituyen concentraciones de masas descontroladas, que el
Estado no puede encausar por los métodos tradicionales. Esto lleva a un deterioro
del relacionamiento entre humanos y con el entorno.
Los teóricos proponen un nuevo modelo que sustituye las grandes ciudades por
un sistema más complejo, capaz de una mayor difusión. Algunos integracionistas
proponen un modelo jerárquico de orden urbano, que contenga órganos y
unidades celulares de tamaño reducido, organizado en serie ascendente.
Los especialistas opinan que las unidades urbanas individuales modernas,
limitarán su tamaño. Las ciudades individuales, contarán con la organización que
evite el desorden y el despilfarro.
Estas nuevas ciudades variarán su tamaño enter 30.000 y 300.000 habitantes,
formando parte de una red regional que conforma una red regional, cuya
población alcanzará a 10 millones de habitantes. Pero estas redes, poseerán
unidades más pequeñas, para cubrir las necesidades rurales y de vida salvaje. Esta
propuesta genera un nuevo conglomerado social
27. El primero, y aparentemente el más lógico, es examinar los problemas
de nuestras ciudades existentes con el fin de mejorar la vida de los
ciudadanos de ellas. Este enfoque pragmático que afecta nuestra propia
vida, y que exige soluciones inmediatas como respuesta a los
comportamientos, actividades y demandas de nuestra saciedad, tanto a
un nivel socio-económico como de recreo-cultural, en cualquier caso
tiene que existir, ya que esto lo exige la dinámica de la vida misma. Y si
hubiéramos vivido en la época de Renacimiento, cuando el hombre logro
establecer el justo equilibrio entre su parte espiritual e instintiva y por
ello obtener su perfecta naturaleza humana y la posibilidad de vibrar al
unísono con las Leyes de la Naturaleza y no oponerse así con sus
actividades y comportamiento a ellas, entonces bastaría este enfoque
pragmático, siendo suficiente atenerse a sus necesidades espontáneas,
ya que éstas serían justas.
Sin embargo, el hombre de nuestra sociedad, debido a su materialista
“filosofía del mundo y de la vida”, ha perdido este equilibrio
indispensable para el perfecto funcionamiento de su naturaleza humana
y como consecuencia sus ideas sobre mundo y la vida, así como sus
correspondientes jerarquías de valores, son falsas por lo que y sin
saberlo, sus comportamientos y actividades no se ajustan al perfecto
funcionamiento del Universo en el que él con su existencia forma parte
integrante.
28. En este estado del hombre, su instinto perturbado con su conocimiento
fragmentario, pierde el sentir la unión inesperable de su existencia con
la EXISTENCIA UNIVERSAL, y al mismo tiempo la influencia de este
instinto deformado sobre su inteligencia, deforma aquella y quita la
posibilidad de conocer la Verdad.
Según esta teoría, que es un hecho demostrado, el conocimiento en esta
época, que en nuestro caso, sólo tendría un valor relativo de de tipo
cultural e informativo, que aunque en algunos aspectos aporta algo en
aliviar nuestra vida, estaría muy lejos del conocimiento real, que
resolverá nuestros problemas y garantizara el desarrollo de nuestra vida
en plenitud y en armonía con el resto de las vidas de otros seres
animados ene. Mundo.
De este hecho se deduce que la causa de todos los males que
actualmente padecemos, es principalmente la desequilibrada naturaleza
del hombre, y la solución para anular estos males es el restablecimiento
del equilibrio entre su naturaleza Instintiva y Espiritual y su sentir y
saber coinciden y confluyen a través de su Intuición, que le guía en sus
comportamientos y actividades, y garantiza su adaptación al orden y
armonía del Universo.
Valorando así nuestra situación actual, me parece insuficiente tratar los
problemas de nuestras ciudades desde el punto de vista pragmático, ya
que esto seria intentar curar las erupciones de una enfermedad
infecciosa con pomadas, sin anular antes su causa, la infección.
29. Para evitar caer en este error, y tomando en
consideración solamente el más grave de pos
males, la desenfrenada expansión
demográfica, que con nuestro erróneo
comportamiento hemos creado y causado,
sentía la necesidad imperiosa de enfocar el
problema de la ciudad desde un punto de
vista más amplio y profundo, relacionado con
la Verdad, extendiendo nuestro campo de
examen hasta el origen y funcionamiento de
la EXISTENCIA UNIVERSAL, y nuestra relación
y papel dentro de ella, lo que pretende
reflejar la materia de mi exposición y las
soluciones arquitectónicas y urbanísticas de
mis proyectos.
30. Como en la práctica no se suele ni se presenta ocasión para proyectar asentamientos humanos
enteros (ciudades y poblados) la arquitectura y el urbanismo, que son los dos principales
factores en la proyección de una ciudad y que deberían tratarse simultáneamente, se
desvinculaban, dejando el desarrollo de las mismas a las posteriores necesidades y demandas
económicas y socio-culturales de cada caso.
Esta práctica, que mientras existía una “filosofía del mundo y de la vida” acertada y compartida
por las sociedades, y la población del mundo no excedía de 800 millones de habitantes y el
crecimiento de las ciudades era lento, no perjudicaba el justo desarrollo de las mismas, al
contrario, existía el tiempo necesario para estudiar en detalle los problemas y posibilidades y
adaptar nuevas soluciones al ambiente existente, obteniendo así mejores resultados.
Sin embargo, manteniendo esta costumbre rutinaria y arraigada en la mente de los
profesionales y en el público en general también, después del anormal y desenfrenado
crecimiento de la población del mundo que empezó con la Revolución Industrial alrededor del
año 1800, que en estos 200 años ha llegado a la cifra de 6.000 millones de habitantes, que
conjuntamente con la fiebre de migraciones desde las zonas rurales hacia los grandes núcleos
urbanos, ha cambiado la situación drásticamente, al no darse cuenta de este cambio y de la
necesidad de buscar la causa de esta anormalidad y su correspondiente tratamiento, hoy, casi
sin darnos cuenta de ello, nuestras ciudades y poblados, que hasta la Revolución Industrial
estaban dentro de una escala humana, todas definidas en su tamaño, ordenadas en su
estructura, funcionales en su uso y expresaban su contenido de forma bella y en armoniosa
relación con su medio ambiente, casi todas han perdido sus valores arquitectónicos y
humanos, convirtiéndose en indefinidas y caóticas aglomeraciones, entre las que encontramos
ya treinta Metro Megaciudades entre 6-15 millones de habitantes, pero que según las
estimaciones estadísticas de la dinámica de la población urbana de las Naciones Unidas, este
crecimiento de aglomeración urbana, si seguimos pasivamente las tendencias y exigencias del
hombre contemporáneo de nuestras sociedades excesivamente materialistas, el desastroso y
deshumanizado desarrollo de nuestros asentamientos humanos seguirán creciendo, llegando
para el año 2015 a tener ya treinta ciudades entre 10-28 millones de habitantes.
31. Los problemas de la incidencia de la ciudad sobre su entorno y sobre las propias condiciones
de vida de sus habitantes son tan viejos como la ciudad misma. Pero la enorme expansión de
las ciudades propia del siglo XX y la mutación observada en su comportamiento, originaron
problemas ambientales sin precedentes en dimensión y características.
Cuando el creciente proceso de urbanización hace que en este fin de siglo ya cerca de la mitad
de la población mundial habite en ciudades, la problemática ambiental de éstas trasciende
claramente de los niveles localmente anecdóticos en los que se situaba en el pasado: la calidad
de vida, e incluso la supervivencia, de la humanidad estará en buena parte condicionada por su
capacidad para conocer y controlar la relación de las ciudades con su medio ambiente. Pues a
medida que la población y la urbanización aumentan, las condiciones de vida de las ciudades
dependerán cada vez más de la propia habitabilidad de la Tierra. Interesa, pues, reflexionar
sobre los rasgos esenciales de la configuración y el funcionamiento de los sistemas urbanos
actuales, para poder modelizarlos y reorientarlos. Pues como creaciones humanas que son,
cabe considerarlas revisables y modificables. El problema estriba en disponer del aparato
conceptual y del marco institucional necesarios para hacerlo. En lo que sigue se enmarcará la
problemática actual recordando que la naturaleza de las actuales concentraciones de
población, además de ser un reflejo de la ideología y las instituciones dominantes en la
presente civilización, resulta de la superposición de las soluciones parciales que se fueron
dando a los problemas de habitabilidad y salubridad urbana que plantean las grandes
concentraciones de población.