El significado de las enfermedades y los dolores corporales
1. El significado de las enfermedades y los
dolores corporales
En: 28 November 2014 Por: Lucila Benito Posteado en Implementar, Salud, Usuarios
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La metamedicina, también llamada medicina metafísica, busca ir más allá de la medicina tradicional. Para ello,
trasciende el plano físico -el cuerpo y sus síntomas- para buscar las causas psicológicas o espirituales de la
enfermedad. Recupera así la dimensión de la mente y el alma.
Se basa en una visión holística que considera que las dolencias son producto de nuestros patrones de pensamiento o
creencias. De este modo, cuando una forma de hablar y pensar se vuelve costumbre, se lo termina expresando en
comportamientos y posturas corporales, formas de estar y mal estar.
Bajo estos supuestos, la metamedicina recupera el significado de los síntomas y entiende que la única curación
auténtica proviene del deseo sincero de querer sanar. Esto puede motivar a una persona a hacer los cambios
necesarios en aquellas actitudes, sentimientos y emociones que ocasionan su sufrimiento.
Al comprender el patrón de pensamiento que se esconde detrás de tus enfermedades, podrás hallar las claves
para lograr la autocuración.
El corazón representa el amor, la sangre y el júbilo
2. Este órgano se alimenta del amor para bombear júbilo por nuestras venas. Al privarnos de estos dos sentimientos, el
corazón se enfría y la circulación se vuelve perezosa. Así llegan la anemia, la angina de pecho y los ataques
cardíacos.
Para evitar las enfermedades cardíacas, debemos lograr hacer a un lado los problemas en los que nos enredamos
cotidianamente para disfrutar de los placeres de la vida.
Los oídos representan la capacidad de escuchar
Los problemas en los oídos manifiestan que no queremos enterarnos de algo que nos está pasando o que aquello que
escuchamos nos enoja. Por ejemplo, los niños suelen padecer problemas en esta parte del cuerpo ya no se los deja
manifestar su enfado. Se encuentran, al mismo tiempo, con la incapacidad de modificar las cosas.
La cabeza nos representa a nosotros mismos
Es la parte de nuestro cuerpo por la que nos suelen reconocer. Cuando algo está mal en esta región se debe a que
sentimos que algo está mal en nosotros mismos. Los dolores de cabeza, por ejemplo, pueden provenir del hecho de
que nos desautorizamos. Así, quienes padecen migrañas o jaquecas suelen ser personas muy perfeccionistas con sí
mismas que se presionan en exceso. Esto genera una intensa cólera reprimida.
La próxima vez que sientas un dolor de este tipo, piensa de qué manera y en qué momento has sido injusto contigo
mismo. Cuando logres perdonarte y dejar de pensar en ello, el dolor de cabeza desaparecerá.
El pelo representa la fuerza
Al estar tensos y asustados, podemos generar tanta tensión en el cuero cabelludo que no lo dejemos respirar,
provocando la muerte de los folículos y la caída del cabello. Si la tensión se mantiene, el folículo seguirá estando tan
tenso que el pelo nuevo no podrá salir. El resultado: la calvicie.
Se trata de comprender que la fortaleza real radica en la serenidad, en estar centrado y relajado, y no en la tensión.
Los ojos representan la capacidad de ver
Cuando tenemos un problema con ellos, generalmente se debe a que hay algo que no queremos ver, ya sea en
nosotros mismos o en la vida pasada, presente o futura. Se conocen experiencias de curación impresionantes en
personas que han accedido a retroceder en el tiempo para encontrarse con aquello que no querían ver y desecharlo.
3. Las articulaciones permiten la producción de movimientos con gracia y soltura
Cuando están agarrotadas, nuestro cuerpo se torna rígido e inflexible, perdiendo así capacidad de expresión. Su
inflamación denota resistencia o irritación con respecto al movimiento. Puede tratarse de un temor a lo que nos espera
por delante o la dificultad de someternos a ello.
La energía se desplaza por las articulaciones, de modo tal que una dolencia en alguna de ellas indica que estamos
tomando la fuerza de esa parte de nuestro cuerpo. El motivo se vincula con la zona afectada. Por ejemplo, las
articulaciones del hombro, codos y muñecas nos permiten el flujo desde el corazón hasta las manos para que podamos
expresar nuestros sentimientos afectivos. Además, permiten darle rienda suelta a nuestra creatividad y nuestras
aptitudes manipuladoras y ejecutivas. Cualquier problema en alguna de ellas, puede implicar un temor a expresar esa
energía, una contrariedad o resistencia a ello.
Los senos paranasales: la irritación que alguien nos está generando
Se trata de los problemas que se manifiestan en la cara, en la zona más cercana a la nariz. Suelen ser la manifestación
de la irritación que nos genera una persona muy cercana. Incluso es posible que sintamos que ese individuo nos
sofoca o aplasta.
La espalda: nuestro sistema de apoyo
Cuando tenemos problemas con ella, es porque no nos sentimos apoyados. La parte superior de la espalda se
relaciona con la sensación de falta de apoyo emocional. La parte media, con la culpa, lo que ocultamos y no
queremos ver.
La garganta: la capacidad de hacernos valer y el flujo creativo en nuestro cuerpo
Se vincula con nuestra capacidad de defendernos verbalmente, de pedir lo que queremos y expresar lo que somos. Si
está afectada, suele ser porque no sentimos que tengamos derecho a hacer esas cosas, es decir, a hacernos valer.
También representa el flujo de creatividad en nuestro cuerpo. Cuando frustramos y sofocamos nuestro potencial
creativo, es frecuente que aparezcan los síntomas. Es el caso de aquellas personas que viven complaciendo a otros.
4. El dolor de garganta siempre se asocia con un enojo, siendo su máximo exponente la laringitis, enfermedad en la que
la bronca es tal que no se puede hablar. Si el dolor va acompañado por un resfrío, es porque además hay confusión
mental. La amigdalitis y los problemas tiroideos también son creatividad frustrada que no encuentra cómo expresarse.
Cuando nos resistimos al cambio, o estamos intentando hacerlo, es frecuente que tengamos mucha actividad en la
garganta. Cuando tosas, pregúntate: ¿Qué es lo que se acaba de decir? ¿A qué estoy reaccionando? ¿Es resistencia y
obstinación o se está produciendo un proceso de cambio?
El exceso de peso y los temores
Representa una necesidad de protección vinculada tanto a temores específicos como a un miedo general a la vida. La
mejor manera de combatir la obesidad no se encuentra en las dietas, si no en aprender a amarse y aprobarse a uno
mismo. Al contrarrestar los pensamientos negativos, es posible resolver el problema del peso.
Las hinchazones del cuerpo, por su parte, representan atascos en el estado emocional. Estos son producto de
aferrarnos al recuerdo de situaciones que nos hirieron. Librarnos de esas memorias puede ayudarnos a resolver estas
dolencias.
Las piernas: el miedo al progreso
Como son lo que nos mueve hacia adelante, los dolores en esta parte del cuerpo suelen señalar un miedo a avanzar o
una renuncia a seguir andando en una dirección. Las venas varicosas indican que estamos en un trabajo o un lugar
que nos enferma. Cuando esta afección aparece, las venas pierden su capacidad de transportar energía.
Las rodillas, como el cuello, se relacionan con la flexibilidad. Cuando avanzamos, nos da miedo inclinarnos y nos
ponemos tiesos porque no queremos cambiar nuestra forma de ser. Así se vuelven rígidas las articulaciones. Las
rodillas tardan en curarse porque lo que está en juego es nuestro yo. Cuando tengas problemas con ellas, pregúntate
de qué estás justificándote y ante qué te estás negando a inclinarte.
Los accidentes son expresiones de cólera
Denotan una acumulación de frustraciones en aquellas personas que no se sienten libres para expresarse o hacerse
valer. También señalan rebelión contra la autoridad. La bronca que genera esto termina volviéndose contra ellas
mismas
5. Por otro lado, cuando nos sentimos culpables, un accidente es una forma de castigarnos. Al mismo tiempo, nos
permite ubicarnos en el lugar de víctimas y recurrir a la compasión de los otros. Se trata de pensar que nosotros
somos los que los generamos, no el destino.
La contrapartida emocional de algunas enfermedades
La anorexia y la bulimia son la expresión máxima de odio hacia uno mismo. Se trata de identificar qué es lo que
vemos tan mal y cambiar la visión que tenemos de nosotros mismos para alcanzar la aceptación.
La artritis se origina en una constante actitud de crítica hacia uno mismo o hacia los demás. Quienes padecen esta
enfermedad suelen ser ellos mismos muy cuestionados, por lo cual frecuentemente son muy perfeccionistas.
El asma denota un amor que sofoca. Así, afecta a personas que no sienten que tengan derecho a respirar por sí
mismos.
Los abscesos, quemaduras, cortes, fiebres, llagas e inflamaciones indican cólera que se expresa en el cuerpo. Hay
que buscar la manera de dejar salir la presión acumulada de una manera inofensiva.
El cáncer es una enfermedad causada por un profundo resentimiento contenido durante mucho tiempo. Cuando en la
infancia algo destruye nuestro sentimiento de confianza, nunca se olvida esa experiencia. Esto hace que el individuo
viva compadeciéndose de sí mismo. La vida se presenta entonces como una serie de decepciones, con lo cual se
vuelve muy sencillo culpar a otros de nuestros problemas. Las personas que tienen cáncer suelen ser también
autocríticas.
Al lograr amarnos a nosotros mismos, recordamos que las situaciones las creamos nosotros. Nuestra frustración no es
culpa de otras personas.
Fuente, internet,