1. Día 1º. María, mujer de comunión
15 de septiembre de 2011
Valor: Comunión
Monición:
Con la solemnidad de la fiesta a María bajo la advocación “Ntra. Sra. de los Dolores”. Con
Ella, la esclava del Señor, nos adentramos en estos nueve días en el misterio pascual.
En la lejanía de los tiempos, en medio del camino a menudo oscuro y dolorido de la
humanidad, se oyó un anuncio: "De la estirpe de la mujer nacerá un hijo, y ese hijo será luz y
vida para todo hombre". La mujer Aquella, la llena de gracia, es el primer signo de la llegada
de esta luz y esta vida: el primer signo del amor de Dios que se derrama con toda su
potencia salvadora. Ella también experimentó la emigración en su vida.
En María de la Merced encontramos la Madre de Misericordia y colaboradora
activa en el proyecto salvador de Dios que con ternura quiere acercar los corazones a
Dios.
Unidas a todas las hermanas que formamos la Congregación, a toda la Iglesia y a la
familia mercedaria, iniciamos nuestra oración de alabanza
Canto: ¨María de la Merced¨. Folder # 355
Moniciones a los salmos del día
Salmo 121
Todo encuentro con Dios, conmueve todo nuestro ser y provoca un sentimiento de alegría
desbordante. Es lo que vivió María. Su vida fue una proclamación constante de este salmo
121.
Salmo 126
No podemos prescindir de Dios sin que repercuta en todo nuestro ser y en todo nuestro
quehacer. En la vida de María, Dios siempre fue presencia, desde una aceptación total.
Salmo 121
No somos seres anónimos. Desde siempre hemos sido elegidos, amados personalmente
por Dios. Y lo fue María. Proclamamos juntos la alegría de este amor y de esta elección.
Lectura: del día de la novena
2. Opcional: Hechos 1,12-14; 2,1-13.
Constituciones: Nuestro carisma redentor nos invita a mirar a María a la luz del misterio
pascual de Cristo, misterio que comienza en la Encarnación y culmina en Pentecostés. Ella
supo integrar el proyecto redentor en su proceso existencial y vivirlo a la luz de la fe. Lo
manifiesta en su fiat y lo reafirma al pie de la cruz. Colaborando en la misión redentora de
Cristo, María nos enseña a acercar a la humanidad a amor que Él vino a revelar: amor que
se concreta, sobre todo, en los que sufren, en los cautivos, los oprimidos y los pecadores.
En su condición de mujer, y como pobre de Yahvéh, nos muestra el camino del
Evangelio hecho cercanía, acogida, justicia y misericordia.
Frases inspiradoras del Beato P. Zegrí:
No hay título más dulce, invocación más suave, nomenclatura más amplia que la
Merced y Misericordia de María. P. Zegrí.
Reflexión:
¡Qué comunión, la primera comunión de María! Nueve meses Jesús en sus entrañas de
Madre, para formarse un Cuerpo que después iba a repartir millones y millones de veces a
los que creemos en ese Jesús, presente en la Eucaristía. A nosotros, nos es imposible pensar
en el Cuerpo real de Jesús que se nos da al comulgar y no ver a María que nos sonríe,
mientras nos dice amorosa: ¡Tomad! ¡Y ved qué rico es el Pan que se formó en el horno de
mi seno y al calor de mi corazón!...
En los Hechos de los Apóstoles, Lucas nos hace ver a María, la Madre de Jesús, es madre
de comunión, y nos dice después que, en torno a los Doce, todos perseveraban unánimes
en la fe, en el amor, en la unión y en la Fracción del Pan y en la oración. María se
convierte así en el modelo de la Iglesia cuando recibimos a Jesús.
Recibir a Jesús, como lo recibía María...
Recibir a Jesús, con María en medio de nosotros...
Recibir a Jesús, y amarnos los hermanos como se amaban los primeros cristianos con la
Madre de Jesús y Madre nuestra en medio del grupo...
¿No es esto demasiado idílico, no es esto demasiada ilusión?...
Tiempo de oración personal: Música de fondo
Padre nuestro:
Oración Final:
Canto final: Magníficat. 161 Folder