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        EXPLORA
                                                                                 PROGRAMA
                                                                                 DE CAPACITACIÓN
         LAS CIENCIAS EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO                                  MULTIMEDIAL




      CIENCIAS SOCIALES


      AMÉRICA LATINA.
      LOS NOMBRES DEL NUEVO MUNDO




        Introducción | "Mundus novus" | Nuestra América | De Miranda a Bolívar | América ¿Latina? | "Nuestra América"
        de Martí | Panamérica | "Nuestra América" bajo el microscopio positivista | Novomundismo e Indoamérica |
        De nombres y significados

        Autora: Dra. Patricia Funes (UBA y CONICET) | Coordinación Autoral: Dra. Patricia Funes (UBA y CONICET) y Dr. Áxel Lazzari (UBA)
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    2   EXPLORA CIENCIAS SOCIALES




                                                                             INTRODUCCIÓN
               Library of Congress (EE.UU.), Geography and Map Division




                                                                          Primer mapa en el que el Nuevo Mundo es denominado América.



                                                                          U     n día remoto: 25 de abril de 1507. Un
                                                                                lugar también remoto: el Gymnasium
                                                                          Vosagense, en la abadía de Saint Dié. Ese
                                                                                                                          "Mundus Novus", los monjes, fascinados
                                                                                                                          por el descubrimiento, pusieron "América",
                                                                                                                          de Amerigie (tierra de Américo), y el femeni-
                                                                                                                                                                          no era para hacer corresponder esa "cuarta
                                                                                                                                                                          parte" con un nombre de mujer, como
                                                                                                                                                                          Europa, Asia y África.
                                                                          día y en ese lugar está fechado un mapa en
                                                                          el que por primera vez aparece el nombre
                                                                          de "América". Es decir: el bautismo de esta
                                                                          parte del mundo y su individuación no fue
                                                                          tarea de marinos, navegantes o aventure-
                                                                          ros, sino de unos monjes de tierras tan fir-
                                                                          mes como su entusiasmo.
                                                                            El Gymnasium Vosagense era un centro
                                                                          erudito donde filósofos, cosmógrafos y car-
                                                                          tógrafos, bajo el mecenazgo del duque de
                                                                          Lorena, se entregaban al estudio y la recupe-
                                                                          ración de los clásicos. Estaban a punto de
                                                                          editar la Geografía de Ptolomeo en la
                                                                          recientemente adquirida (y no hacía mucho
                                                                          tiempo inventada) imprenta. Al parecer, fue
                                                                          el mismo duque de Lorena quien entregó a
                                                                          los monjes cartógrafos la versión francesa
                                                                          de los cuatro viajes de Amerigo Vespucci. Y
                                                                          eso cambió los planes. Audaces, emprendie-
                                                                          ron la tarea del bautismo. En el lugar en el
                                                                          que Américo Vespucio había colocado
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                                                                                                                AMÉRICA LATINA. LOS NOMBRES DEL NUEVO MUNDO                                                           3




         “MUNDUS NOVUS”




     L     a Lettera de Vespucio en traducción




                                                                                                                                                      Library of Congress (EE.UU.), Prints and Photographs Division
           latina y el mapamundi del monje
     Waldseemüller circularon rápidamente por
     Europa; fueron lo que hoy llamaríamos un
     best seller. En el año 1507 se hicieron dos
     impresiones, y al año siguiente se agotó la
     edición de mil ejemplares.
       ¿Y Colón? El "Almirante de la Mar
     Océana" vivió y murió apegado a la "asiati-
     cidad" de esto que por comodidad (y con-
     senso) vamos a llamar "América". En el pri-
     mer viaje, los nativos son "indios", emisa-
     rios del Gran Kahn. No lo inventa, lo ve así.
     En el segundo viaje, la "evidencia" ya es de
     corte jurídico: le hace afirmar y firmar a toda
     la tripulación bajo serias intimidaciones que la
     isla de Cuba es Tierra Firme. Lo del tercer
     viaje es más audaz: desconcertado por el
     dulzor de las aguas del río Orinoco (y un
     poco decepcionado por no encontrar el
     paso hacia el Índico) construye una interpre-
     tación fabulosa y antigua: ha llegado al
     Paraíso Terrenal y la Tierra ya no es redonda
     sino que tiene forma de pera, o "como un
     seno de mujer cuyo pezón estaría bajo la
     línea ecuatorial en el fin de oriente".
       Un dato que contribuye a echar luz sobre la      Dibujo del siglo XVII de una pareja de caribes.
     tozudez del almirante es el significado de la
     idea clásica de ecumene asociada a un uni-         tarea especulativa, esta vez, sobre los cadá-     patagones, payaguas, pawnees, pueblos,
     verso cerrado y perfecto de tres partes. Y aquí    veres de millones de "ab orígenes" o indios.      puelches, puruhaes, quechuas, querandíes,
     el imaginario judeocristiano y sus autoridades     El concepto "indio" (resultado del equívoco       quichés, quijos... y muchos más.
     medievales son la clave explicativa del arraigo    inicial) no es una denominación geográfica,         Las "Indias Occidentales" devinieron −juris-
     a esa tripartición: los tres hijos de Noé, la      ni étnica, ni clasista. Es la denominación del    prudencia mediante− "Provincias de Ultra-
     Santísima Trinidad, la perfección cabalística      vencido. Tras ese "genérico" se borraron las      mar" de la Corona de Castilla. Los "indios",
     del número tres, los tres Reyes Magos, etc.        múltiples identidades originarias: abipones,      vasallos libres y hasta seres humanos, "por
     Entonces, América fue incómoda desde el            achuares, aymaras, apaches, araucanos, ara-       gracia" del papa Paulo III.
     principio: no entraba en el mapa. Esa "cuarta      waks, aucas, aztecas, bayás, bororós, botocu-       Las identidades, como dice Rojas Mix, son
     parte" puso en cuestión los cimientos mis-         dos, caddoanes, calchaquíes, calchines, cal-      un gerundio, no un participio pasivo, un
     mos de toda una cosmovisión, abrió la grieta       pules, calumas, camahuas, canacos, canelos,       "estar siendo" y, en términos histórico-
     para repensar el cosmos, el geocentrismo, las      caracarás, caracas, carajás, carapachayes,        sociales, son las épocas de crisis las que las
     autoridades. La "modernidad" y "occiden-           carapachos, cariacos, caribes, cataubas, caya-    evidencian y resignifican.
     te" aparecían en el horizonte.                     pas, cayetés, ciaguás, cocamas, comechingo-         Así, la frase "Nuestra América" hacia fines
       Hasta aquí, este es un asunto "europeo"          nes, corondas, chaimas, charcas, charrúas,        de la dominación colonial marcó una alteri-
     (excediéndonos un poco en la consideración         chavanes, chibchas, chichimecos, chimúes,         dad respecto de la metrópoli. "Nuestra
     de "europeo", espacio sociocultural que            chiriguanos, chuchumecos, chunchos, gan-          América" de Miranda abre el proceso de las
     tampoco estaba consolidado). Del lado "de          dules, guaraníes, hopis, huaoranis, lacando-      independencias de la Corona de España;
     acá", antes de la llegada de los conquistado-      nes, mapuches, mayas, maipures, matacos,          "Nuestra América" de Martí lo cierra un
     res, tampoco había un nombre, un colectivo.        miskitos, mochicas, nahuas, napos, navajos,       siglo después.
     Esa totalidad supuso una creatio ab inis, otra     omaguas, onas, orejones, otavalos, páparos,
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    4   EXPLORA CIENCIAS SOCIALES
               Library of Congress (EE.UU.), Prints and Photographs Division




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                                                                                                                        “Indios” de Estados Unidos (foto1), Brasil (foto 2) y
                                                                                                                        Argentina (foto 3) captados por la cámara exotista
                                                                                                                        y positivista de la antropología del siglo XIX.



                                                                                                                    2
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        NUESTRA AMÉRICA



     DE MIRANDA A BOLÍVAR




                                                                                                                                                              Galería de Arte Nacional / Venezuela
                                                          nencia étnico-social cruzada por la condición
                                                          de "criollo", "blanco", mayoritariamente
     Hacia fines del siglo XVIII, "Nuestra América"       "propietario" y −sobre todo− "hispanoha-
     comienza a ser registrada como totalidad.            blante". En ese sentido, la comunidad lin-
     Las salvedades, los recortes y las precisiones       güística fue una cualidad relevante en el
     sobre el posesivo de la frase dan cuenta de          camino hacia la definición identitaria. El idio-
     una nueva dimensión del pensar social,               ma español fue, quizás, uno de los pocos
     político y cultural de la región.                    aspectos apropiados como herencia legítima
       Francisco de Miranda es quien objetiva el          y valiosa de la colonización ibérica.
     posesivo que se dirige a plantear una esci-            Las generaciones liberales decimonónicas
     sión respecto de la dominación española:             tuvieron no pocos problemas para arraigar          Miranda en La Carraca (1896) del pintor
     "Con estos auxilios podemos seguramente              en la historia una legitimidad que encarna-        venezolano Arturo Michelena retrata los
                                                                                                             últimos días de Francisco de Miranda
     decir que llegó el día, por fin, en que, reco-       ra los principios universalistas a los que ads-    (1750-1816), precursor de los movimientos
     brando nuestra América su soberana inde-             cribían. Los derechos civiles y políticos y la     de emancipación hispanoamericana, en la
     pendencia, podrán sus hijos libremente ma-           república de ciudadanos eran, a la vez, pun-       prisión de San Fernando.
     nifestar al universo sus ánimos generosos".          to de partida inspirador y horizonte de lle-
       Aun antes, en 1792, y como parte de la             gada. Sin embargo, las sociedades latinoa-
     reflexión sobre el tercer centenario del "des-       mericanas fueron no poco díscolas para
     cubrimiento", el jesuita Juan Pablo Viscardo         adaptarse dócilmente a ellos. Se sabía qué
     esgrimía derechos propios para los "españo-          pasado negar: tres siglos de la "más exaspe-
     les americanos": "El Nuevo Mundo es nues-            rante oscuridad y tiranía de la metrópoli".
     tra patria, y su historia es la nuestra, y en ella   Pero esa ruptura, como todas en la historia,
     es que debemos examinar nuestra situación            debía anclarse en alguna continuidad que
     presente, para determinarnos, por ella, a to-        necesariamente debía interpelar un pasado
     mar el partido necesario a la conservación de        real o construido por imperio de las circuns-
     nuestros derechos". El sentimiento del jesui-        tancias. En algunos casos, la invocación al
     ta de exterioridad respecto de España es             pasado indígena, no exento de estilización,
     ostensible: poner empeño en favor de                 fue una de las opciones. El Diálogo entre
     España, "un país extranjero", es una "trai-          Atahualpa y Fernando VII en los Campos
     ción cruel contra aquel en donde somos               Elíseos (1809), de Bernardo Monteagudo, es
     nacidos".                                            un buen ejemplo de la perentoriedad de la
       Miranda instala la frase "Nuestra Amé-             búsqueda. Otro tanto es el proyecto de
     rica" y marca, así, una precaria pero efecti-        monarquía incaica sugerido por Belgrano en
     va frontera respecto de la "madre patria",           el Congreso de 1816.
     primer paso de identidad que es continen-              No habría que olvidar el carácter de elite de
     talidad, sobre todo por la filiación de las          los sectores que se apropian del sintagma
     colonias en relación con la metrópoli. El            "Nuestra América". Si el cura Hidalgo, en          La Carta derijida a los Españoles Americanos
     "nuestra" excluye desde los orígenes a los           México, habla en la mayoría de los casos de        (1792) de Juan Pablo Vizcardo registra la idea
                                                                                                             de totalidad respecto de "Nuestra América",
     Estados Unidos; sin embargo, doctrina Mon-           "americanos", lo que pierde en fuerza enun-        que comienza a consolidarse hacia fines del
     roe mediante, son ellos quienes terminaron           ciativa lo gana en profundidad social. Esta no     siglo XVIII.
     por apropiarse del gentilicio.                       es, sin embargo, la orientación dominante
       Por razones de espacio y objetivos no pro-         del movimiento emancipador.                        involucra a las ex colonias en una unidad
     fundizaremos en los distintos matices que el           Para Bolívar, el "nosotros" del "Nuestra         totalizante aun en los momentos más álgi-
     concepto "Nuestra América" tuvo en la to-            América" se define por dos negativas: "no          dos y deprimentes de la guerra contra
     talidad del pensamiento de la emancipación.          somos europeos, no somos indios, sino una          España: "Ya que tienen un origen, una len-
     Sin embargo, queremos destacar un rasgo              especie intermedia entre los aborígenes y los      gua, unas costumbres y una religión, debe-
     importante que hace específicamente al pro-          españoles". Por su parte, acentúa la conti-        rían, por consiguiente, tener un solo gobier-
     ceso de ruptura en el orden intelectual y polí-      nentalidad de la empresa emancipadora y es         no que confederase los diferentes Estados
     tico. El posesivo "nuestra" recortó una perte-       quien propone un programa político que             que hayan de formarse".
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    6   EXPLORA CIENCIAS SOCIALES




                 AMÉRICA ¿LATINA?                                    Napoleón III le escribía al general Forey en      Lo que queremos señalar aquí es el éxito
                                                                   1862: "Tenemos interés en que la República        de la nominación, aun cuando la invasión
                 En el contexto de la política expansionista del   de Estados Unidos sea poderosa y próspera,        francesa a México haría pensar en su
                 Segundo Imperio de Napoleón III, en la déca-      pero no tenemos ninguno en que se apode-          pronto descrédito. El arraigo del latinismo
                 da de 1860, se propaga el nombre "América         re del golfo de México, y desde allí domine       podría guardar relación con el espíritu
                 Latina", aunque la expresión había sido utili-    las Antillas y América del Sur. [...] si México   antiespañol de la época (revitalizado en
                 zada con anterioridad por el colombiano           conserva su independencia y mantiene la           ese momento por la invasión española en
                 José María Torres Caicedo en El Correo de         integridad de su territorio, si, con el apoyo     Perú y la presión sobre el Caribe). La perte-
                 Ultramar y por Michel Chevalier en la Revue       de Francia, se consolida en él un gobierno        nencia a lo "latino", entonces, esfuma la
                 des Races (1857-1861).                            estable, habremos devuelto a la raza latina       herencia española y su tradición al tiempo
                   El panlatinismo supone una comunidad            del otro lado del Océano su fuerza y su           que ofrece una referencia ideológico-políti-
                 de orígenes anclados en la tradición cultural     prestigio [...] se nos impone el deber de         ca en correspondencia con el modelo he-
                 y lingüística del Imperio Romano de Occi-         intervenir en México y plantar allí nuestra       gemónico (sobre todo en el ámbito de la
                 dente y de la religión católica. La oposición     bandera". Estos planes se llevaron a cabo:        cultura, los usos, las modas y −con ate-
                 entre la tradición sajona y la latina se orien-   Francia instaló un emperador (Maximiliano         nuantes− la ideología) de las oligarquías
                 ta a legitimar la ideología de expansión y        de Habsburgo), una emperatriz y una corte         forjadoras de los nacientes Estados, domi-
                 dominio del panlatinismo.                         francesa en México hacia 1863.                    nantemente "afrancesadas".




                 Fusilamiento del emperador Maximiliano I, óleo de Edouard Manet, 1867.
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       El término acabó por perder el significado      resistida. El puertorriqueño José María               cindir −por acatamiento a un país que no lo ayudó
     panlatinista de sus orígenes. La expresión        Hostos, aun confesando su admiración por              nunca, o lo ayuda por emulación y miedo de otro−,
     "América Latina" sobrevivió al fracaso de la      los Estados Unidos, denunciaba la sujeción            de las naciones que le anticipan el caudal necesario
     expedición francesa y, si originalmente na-       violenta de Puerto Rico a una dominación              para sus empresas, que le obligan el cariño con su
     ció como forma de identidad antisajona, los       "que, por salvadora que sea, para nada ha             fe, que lo esperan en la crisis y le dan el modo para
     mismos Estados Unidos terminan aceptando          contado con Puerto Rico".                             salir de ellas, que lo tratan a la par, sin desdén arro-
     el vocablo.                                         José Martí comentó la Primera Conferen-             gante, y le compran sus frutos.
                                                       cia Panamericana para el diario La Nación
     "NUESTRA AMÉRICA" DE MARTÍ                        de Buenos Aires y alertó sobre la importan-              La fundación del Partido Revolucionario
                                                       cia decisiva que tenía y su pretensión fun-           Cubano y la guerra de la independencia
     Las revoluciones de la independencia co-          dacional:                                             de Cuba retrotrajeron a Martí a los ideales
     mienzan y terminan en el Caribe, y media           Jamás hubo en América, de la independencia           bolivarianos y al primer pensamiento inde-
     entre ellas alrededor de un siglo. No exami-      para acá, asunto que requiera más sensatez, ni        pendentista. En 1891 apareció "Nuestra
     naremos aquí el significado de la revolución      obligue a más vigilancia, ni pida examen más cla-     América", escrito programático del latinoa-
     de la independencia haitiana de fines del         ro y minucioso, que el convite que los Estados        mericanismo, en el que traza un gran arco
     siglo XVIII, pero queremos resaltar un rasgo:     Unidos potentes, repletos de productos invendi-       que es a la vez continuidad y ruptura res-
     la consigna "libertad, igualdad y fraterni-       bles, y determinados a extender sus dominios en       pecto del pensamiento de la emancipa-
     dad" no sonó igual a ambos lados del              América, hacen a las naciones americanas de           ción. Martí apela a la tradición continenta-
     Atlántico. Si bien la modernidad creó al ciu-     menos poder, ligadas por el comercio libre y útil     lista bolivariana. Enhebra la causa de la
     dadano francés, también es cierto que la          con los pueblos europeos, para ajustar una liga       Independencia en Cuba y Puerto Rico a
     mera territorialidad no fue suficiente para       contra Europa y cerrar tratos con el resto del        los destinos de América Latina frente a esa
     alcanzar las igualdades de la Declaración de      mundo. De la tiranía de España supo salvarse la       otra dependencia que él advierte fatal.
     los Derechos del Hombre y del Ciudadano.          América española; y ahora, después de ver con         Para Martí, en esa ruptura se juega mucho
     Negros, esclavos y coloniales: pocas subalter-    ojos judiciales los antecedentes, las causas y los    más que la ya anacrónica relación colonial
     nidades eran tan subalternas aun en medio         factores del convite, urge decir, porque es la ver-   con España; erige esa causa en una cau-
     de las revoluciones que conmovieron el            dad, que ha llegado para la América española la       sa latinoamericana y, más aún, en una
     Antiguo Régimen. Toussaint L'Overture lideró      hora de declarar su segunda independencia.            causa para la humanidad: "Es un mundo lo
     el levantamiento que acabó con la esclavitud                                                            que estamos equilibrando: no son sólo dos
     y liberó a Haití de Francia hace ya dos siglos.     Martí sumó a la denuncia, la acción, como           islas a las que vamos a libertar".
       También en el Caribe, en Cuba y Puerto Rico     representante del Uruguay en la Conferen-
     hacia fines del siglo XIX, se completa el         cia Monetaria de las Repúblicas de América,
     ciclo de las independencias de la corona de       apéndice de la Primera Conferencia Pana-
     España. "Nuestra América" de José Martí           mericana, reunida en marzo de 1891. La
     plantea el problema de la independencia           propuesta estadounidense era la acuñación
     ampliando el posesivo e interpelando a más        de una moneda (patrón plata), el Columbus,
     de una "metrópoli". Negros, mestizos, mu-         de curso legal en toda América. Martí se
     latos −en síntesis, "los pobres de la Tierra"−    opuso al proteccionismo estadounidense y
     son incorporados como actores y protagonis-       abogó por la libertad de comercio y la multi-
     tas. Decía Martí: "Con los oprimidos había        lateralidad para los países americanos (que,
     que hacer causa común, para afianzar el siste-    al estar comprometidos comercialmente con
     ma opuesto a los intereses y hábitos de man-      Europa, no les convenía la adopción del
     do de los opresores". Por otra parte, a la opo-   patrón plata). Si bien la unificación moneta-
     sición a España se suma la clara advertencia      ria no prosperó, Martí descubrió en sus rela-
     respecto del expansionismo estadounidense.        tos y argumentos tanto las intenciones del
       Si la participación de los Estados Unidos en    capital estadounidense como las debilidades
     la guerra de 1898, "al lado" de Cuba, produ-      de los países latinoamericanos si no adopta-
     cía juicios ambivalentes, la inmediata ane-       ban una posición común. Teniendo en cuen-
     xión de Puerto Rico, el llamado a la Primera      ta los lazos económicos de América Latina
     Conferencia Panamericana, su protagonismo         con Europa (que en el caso de Cuba y
     tutelar frente al bloqueo de Inglaterra,          Puerto Rico aún eran lazos de dependencia
     Alemania e Italia a Venezuela en 1902, la         colonial), se opuso a la moneda única prohi-
     enmienda Platt en Cuba, la secesión de            jada por los Estados Unidos:                          Retrato de José Martí (1853-1895), político,
                                                                                                             periodista, filósofo y poeta y máximo
     Panamá jalonaban evidencias de una domi-           Ni en los arreglos de moneda, que es el instru-      referente de las luchas por la independen-
     nación que comenzaba a ser denunciada y           mento del comercio, puede un pueblo sano pres-        cia cubana.
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    8   EXPLORA CIENCIAS SOCIALES




            NUESTRA AMÉRICA


          Cree el aldeano vanidoso que el mundo         nacionales han de reemplazar a los políti-     za, como sin saberlo, a probar el amor.
          entero es su aldea, y con tal de que él       cos exóticos. [...]                            [...] En pie, con los ojos alegres de los tra-
          quede de alcalde, o le mortifique al rival      Un cura, unos cuantos tenientes y una        bajadores, se saludan, de un pueblo a
          que le quitó la novia, o le crezcan en la     mujer alzan en México la república, en         otro, los hombres nuevos americanos.
          alcancía los ahorros, ya da por bueno el      hombros de los indios. Un canónigo espa-       Surgen los estadistas naturales del estu-
          orden universal, sin saber de los gigantes    ñol, a la sombra de su capa, instruye en la    dio directo de la Naturaleza. Leen para
          que llevan siete leguas en las botas y le     libertad francesa a unos cuantos bachille-     aplicar, pero no para copiar. [...]
          pueden poner la bota encima, ni de la         res magníficos, que ponen de Jefe de              Pero otro peligro corre, acaso, nuestra
          pelea de los cometas en el Cielo, que van     Centro América contra España al general        América, que no le viene de sí, sino de la
          por el aire dormido engullendo mundos.        de España. Con los hábitos monárquicos,        diferencia de orígenes, métodos e intere-
          Lo que quede de aldea en América ha de        y el Sol por pecho, se echaron a levantar      ses entre los dos factores continentales, y
          despertar. Estos tiempos no son para acos-    pueblos los venezolanos por el Norte y         es la hora próxima en que se le acerque
          tarse con el pañuelo a la cabeza, sino con    los argentinos por el Sur. Cuando los dos      demandando relaciones íntimas, un pue-
          las armas de almohada, como los varones       héroes chocaron, y el continente iba a         blo emprendedor y pujante que la desco-
          de Juan de Castellanos; las armas del jui-    temblar, uno, que no fue el menos gran-        noce y la desdeña. [...]
          cio, que vencen a las otras. Trincheras de    de, volvió riendas. [...] El problema de la       No hay odio de razas, porque no hay
          ideas valen más que trincheras de piedra.     independencia no era el cambio de for-         razas. [...] El alma emana, igual y eterna,
            [...] el buen gobernante en América no      mas, sino el cambio de espíritu.               de los cuerpos diversos en forma y en
          es el que sabe cómo se gobierna el ale-         Con los oprimidos había que hacer cau-       color. Peca contra la Humanidad el que
          mán o el francés, sino el que sabe con        sa común, para afianzar el sistema opues-      fomente y propague la oposición y el
          qué elementos está hecho su país. [...]       to a los intereses y hábitos de mando de       odio de las razas. [...] Pensar es servir. Ni
            El gobierno ha de nacer del país. El        los opresores. [...] La colonia continuó       ha de suponerse, por antipatía de aldea,
          espíritu del gobierno ha de avenirse a la     viviendo en la república; y nuestra            una maldad ingénita y fatal al pueblo
          constitución propia del país. El gobierno     América se está salvando de sus grandes        rubio del continente, porque no habla
          no es más que el equilibrio de los ele-       yerros [...] por la virtud superior, abona-    nuestro idioma, ni ve la casa como noso-
          mentos naturales del país.                    da con sangre necesaria, de la república       tros la vemos, ni se nos parece en sus
            [...] En pueblos compuestos de elemen-      que lucha contra la colonia. [...]             lacras políticas, que son diferentes de las
          tos cultos e incultos, los incultos gober-      Éramos una visión, con el pecho de           nuestras; ni tiene en mucho a los hom-
          narán, por su hábito de agredir y resol-      atleta, las manos de petimetre y la frente     bres biliosos y trigueños, ni mira caritati-
          ver las dudas con su mano, allí donde los     de niño. Éramos una máscara, con los cal-      vo, desde su eminencia aún mal segura, a
          cultos no aprendan el arte del gobierno.      zones de Inglaterra, el chaleco parisien-      los que, con menor favor de la Historia,
          La masa inculta es perezosa, y tímida en      se, el chaquetón de Norte América y la         suben a tramos heroicos la vía de las
          las cosas de la inteligencia, y quiere que    montera de España. [...] El genio hubiera      repúblicas; ni se han de esconder los
          la gobiernen bien; pero si el gobierno le     estado en hermanar, con la caridad del         datos patentes de problemas que puede
          lastima, se lo sacude y gobierna ella.        corazón y con el atrevimiento de los fun-      resolverse, para la paz de los siglos, con
          ¿Cómo han de salir de las universidades       dadores, la vincha y la toga; en desestan-     el estudio oportuno y la unión tácita y
          los gobernantes si no hay universidad en      car al indio; en ir haciendo lado al negro     urgente del alma continental. ¡Porque ya
          América donde se enseñe lo rudimenta-         suficiente; en ajustar la libertad al cuer-    suena el himno unánime; la generación
          rio del arte del gobierno, que es el análi-   po de los que se alzaron y vencieron por       actual lleva a cuestas, por el camino abo-
          sis de los elementos peculiares de los        ella. Nos quedó el oidor, y el general, y el   nado por los padres sublimes, la América
          pueblos de América? [...] Conocer el país,    letrado, y el prebendado. [...] Ni el libro    trabajadora; del Bravo a Magallanes,
          y gobernarlo conforme al conocimiento,        europeo, ni el libro yankee, daban la cla-     sentado en el lomo del cóndor, regó el
          es el único modo de librarlo de tiranías.     ve del enigma hispanoamericano. Se pro-        Gran Semí, por las naciones románticas
          La universidad europea ha de ceder a la       bó el odio, y los países venían cada año a     del continente y por las islas dolorosas
          universidad americana. La historia de         menos. Cansados del odio inútil, de la         del mar, la semilla de la América nueva!
          América, de los incas a acá, ha de ense-      resistencia del libro contra la lanza, de la
          ñarse al dedillo, aunque no se enseñe la      razón contra el cirial, de la ciudad contra
          de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia     el campo, del imperio imposible de las
          es preferible a la Grecia que no es nues-     castas urbanas divididas sobre la nación                    José Martí, en El Partido Liberal,
          tra. Nos es más necesaria. Los políticos      natural, tempestuosa o inerte, se empie-                      México, 30 de enero de 1891.
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     Tapa de la revista Caras y Caretas, de la década de 1920, en la que se satiriza la tendencia de los Estados Unidos a controlar el comercio
     y la economía mundial.
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    10   EXPLORA CIENCIAS SOCIALES




                     PANAMÉRICA




                  Theodore Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, y su política del “Gran Garrote” en el Caribe, en 1904.




                  H      acia fines del siglo XIX, los Estados
                         Unidos de América concluyeron su po-
                  lítica aislacionista y diseñaron una estrategia
                                                                    rica") / Europa, bajo la hegemonía de los
                                                                    Estados Unidos. Si la primera oposición esgri-
                                                                    me la unidad en función de una tradición
                                                                                                                          Esta definición cuantitativa deja ver la estra-
                                                                                                                        tegia de "solidaridad y cooperación" que ani-
                                                                                                                        maba el accionar del Departamento de
                  diplomática para el "resto de América". La        cultural común, el panamericanismo se basa          Estado. Esa suerte de Zollverein (unión adua-
                  ideología del "destino manifiesto" divulga la     en un criterio geográfico, de pertenencia he-       nera, unión monetaria y banco interamerica-
                  convicción de que hay naciones que poseen         misférica, al que se suman razones de índole        no) se desprendía de la propuesta de la
                  una misión histórica para las cuales la expan-    estratégica con componentes "novomundis-            delegación oficial estadounidense, estrate-
                  sión no sólo es natural e irresistible, sino      tas" que no dejan de esconder la unilaterali-       gia de "cooperación" que no prosperará
                  también deseable y "legítima".                    dad de la convocatoria y sus objetivos más          sino hasta las redefiniciones de la segunda
                     En este caso, es el secretario de Estado       precisos. Dijo Blaine en la sesión inaugural de     posguerra. El recorrido de las sedes de las
                  estadounidense, J. Blaine, quien se apropia       la Primera Conferencia:                             Conferencia hasta 1930 muestra la inten-
                  del concepto de "Nuestra América". La con-         Toda la superficie territorial de las naciones     cionalidad y las prioridades de la política
                  vocatoria a la Primera Conferencia Pana-          aquí representadas alcanza 12.000.000 de millas     exterior estadounidense: México, 1901;
                  mericana (Washington, 1889) tuvo la inten-        cuadradas, que es más de trece veces el área de     Brasil, 1906; Argentina, 1910; Chile, 1923;
                  ción de neutralizar la influencia política y      toda Europa [...] y si consideramos sus fuerzas     Cuba, 1928. Los magros resultados de
                  económica europea (sobre todo inglesa) en         productivas [...] ellas guardan una proporción      todas las reuniones evidencian una profun-
                  la región. Si el "panlatinismo" expresa la        aún mayor respecto de las del mundo entero.         da desconfianza hacia el país del norte. Y
                  oposición sajón-latino, el panamericanismo        Estos grandes territorios hoy encierran aproxima-   esto se explica no sólo por el carácter "arti-
                  instala la oposición "América" ("Pan-Amé-         damente 120.000.000 de habitantes [...].            ficial" y "forzado" de las convocatorias,
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     sino, sobre todo, por la estrecha alineación    de nuestras definiciones culturales". Un           los mestizos, "rapaces", etc. En el carácter
     de las economías latinoamericanas respecto      rápido recorrido por los títulos de algunas        "híbrido" de estos últimos Bunge cree ver la
     de Europa bajo la hegemonía británica,          obras muestra diáfanamente la medicaliza-          causa de los retrasos y los males del conti-
     por lo menos hasta la Primera Guerra            ción del discurso: Manual de patología polí-       nente. La "hibridez" de mestizos y mulatos
     Mundial. Los Estados Unidos salen fortale-      tica (1889), del argentino Juan Álvarez;           deviene esterilidad no sólo biológica, sino y
     cidos de la confrontación bélica y la políti-   Continente enfermo (1899), del venezola-           sobre todo psíquica y moral, ya que estos
     ca del big stick (gran garrote) se correspon-   no César Zumeta; Enfermedades sociales             "son como las dos cabezas de una hidra
     derá con esa correlación de fuerzas. Si el      (1905), del argentino Manuel Ugarte; Pue-          fabulosa que rodea, aprieta y estrangula,
     segundo punto de la Enmienda Platt de la        blo enfermo (1909), del boliviano Alcides          entre su espiral gigantesca, una hermosa y
     Constitución cubana era el recurso legal        Arguedas; La enfermedad de Centroamé-              pálida virgen: Hispano-América!".
     para la intervención militar efectiva de la     rica (1912), del nicaragüense Salvador                Todo esto conlleva una traducción política y
     Marina de Guerra estadounidense durante         Mendieta; O parasitismo social e evoluçâo          social sobre las causas de los males de
     o después de la Primera Guerra, los Estados     na América Latina (1903), del brasileño            Hispanoamérica, reflexión en la que aquí no
     Unidos intervinieron bajo el genérico y         Manoel Bonfim, sólo por citar algunos.             entraremos. Lo que nos interesa subrayar
     unilateral corolario de la doctrina Monroe.         El tejido de la nación bajo el microscopio     de estos análisis es, por un lado, el éxito de
     Sin eufemismo ni lírica alguna, el mismo        de estos intelectuales se explica bajo funcio-     divulgación de estas ideas que se dirigieron a
     Roosevelt denominó como del "gran garro-        nalistas criterios de corrupción, degeneración     sustentar la legalidad de las dominaciones
     te" la política exterior estadounidense para    y selección. Se trata, entonces, de detectar la    oligárquico-tradicionales en términos "cien-
     la región. Inspirado en una "pedagogía"         "enfermedad" para obrar en consecuencia.           tíficos". Por otra parte, es posible filiar estos
     que poco ocultaba el patronazgo de las          De allí que una primera cuestión sea la misma      diagnósticos "clínicos" con su contracara:
     inversiones de su país o, en algunos casos,     defensa de ese conocimiento "positivo". Por        las soluciones "quirúrgicas" que suponen,
     invocando un poder de policía ejemplifica-      ejemplo, el boliviano Alcides Arguedas afir-       habida cuenta del carácter irreversible que
     dor, los Estados Unidos intervinieron manu      maba: "debemos convenir, franca, corajuda-         tiene una "carga genética" inmodificable
     militari, en la zona del istmo de Panamá, y     mente, sin ambages, que estamos enfermos,          histórica o socialmente. Así, estas metáforas
     en el Caribe. En abril de 1914, el mismo        o mejor, que hemos nacido enfermos y que           biologistas se resolvieron sin poesía desde el
     Wilson mandó a atacar el puerto de              nuestra disolución puede ser cierta". Carlos       poder, mediante el exterminio, la explota-
     Veracruz, generando un conflicto que sólo la    Octavio Bunge en su libro Nuestra América          ción y la exclusión, en síntesis, por medio de
     Primera Guerra Mundial no llevó a mayores.      no duda en exaltar impiadosamente las              la privación de los más elementales derechos
     En la década de 1910, la Marina de Guerra       "virtudes" de los "vicios": "el alcoholismo,       humanos, civiles y políticos para la gran
     desembarcó en Nicaragua (1912-1925 y            la viruela y la tuberculosis −¡benditos sean!−     mayoría de la población durante gran parte
     1926-1933), Haití (1915-1934) y Santo Do-       habían diezmado a la población indígena y          de la historia de América Latina.
     mingo (1916-1924), marcando de manera           africana".
     indeleble el posterior derrotero político y        Los intelectuales positivistas tenían un par-
     social de esos países.                          ticular interés en adjudicar a la composición
                                                     racial de las sociedades latinoamericanas los
     “NUESTRA AMÉRICA”                               frenos al desarrollo. Uno de los motivos que
     BAJO EL MICROSCOPIO POSITIVISTA                 seduce a los raciólogos es que, en parte, la
                                                     explicación racial, por biológica y determi-
     La ensayística latinoamericana de la prime-     nista, exime a los "no aptos" de las respon-
     ra década del siglo XX se caracterizó por       sabilidades de la conducción. Subyace en
     la interpretación orgánico-biologista y la      esto cierta decepción, cuando no un rotun-
     naturalización de los fenómenos sociales.       do pesimismo respecto del poder de la liber-
     La sociedad era conceptualizada como un         tad individual y la autodeterminación, cuali-
     organismo. El dato fatal para definir ese       dades que desde el terreno filosófico se
     organismo era la constelación racial de esa     desplazan al plano político. Cuál es, enton-
     sociedad (complementada con la influencia       ces, el "alma nacional" es la primera pre-
     del medio físico). Bajo el paraguas omnis-      gunta metodológica para plantear un
     ciente del positivismo surge una preocupa-      orden político acorde con ella. Así se filia la
     ción sociológica que intenta dar cuenta de      "genética social" con el tema de la identi-
     estas "mórbidas" sociedades. Como expre-        dad y éste con el orden político.
     sara alguna vez Carlos Real de Azúa, "el día       Siguiendo estos rumbos, para Bunge, los
     que se trace la línea del pensamiento racista   castellanos son "arrogantes" e "innatamen-
                                                                                                        Lámina del atlas de Cesare Lombroso sobre
     en Iberoamérica, asombrará el volumen de        te" superiores; los indios, "pasivos" y "fata-     el hombre criminal, en la que se retrata a
     una ideología entrelazada a lo más 'oficial'    listas"; los mulatos, "impulsivos" y "falsos";     revolucionarios y criminales políticos.
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    12   EXPLORA CIENCIAS SOCIALES




                      NOVOMUNDISMO E INDOAMÉRICA




                  L    a Primera Guerra Mundial marcó una
                       gran crisis de los valores rectores del
                  "largo siglo XIX". Si Europa se "suicidaba"
                  en una guerra, al decir de José Ingenieros,
                  ¿dónde estaba la civilización y dónde la bar-
                  barie? Las ideas de modernidad, civiliza-
                  ción, racionalismo, liberalismo y progreso
                  fueron cuestionadas. Una "nueva genera-
                  ción" de pensadores latinoamericanos plan-
                  teó una profunda revisión de los valores
                  precedentes. Esa "nueva generación" iba
                  acompañada de una "nueva sensibilidad"
                  que unía lo joven con lo nuevo, la vanguar-
                  dia y la polémica.
                    Antiimperialismo, indoamericanismo, re-
                  formismo, revolución, socialismo y proble-
                  ma nacional fueron tópicos frecuentados
                  por el criticismo juvenil de los años veinte,
                  como fórmulas de reemplazo del orden
                  anterior. Una búsqueda que ha perdido
                  el norte "europeo" (o "europeísta", como
                  se decía entonces). Como expresó Pedro
                  Henríquez Ureña en 1925: "No es que ten-
                  gamos brújula propia; es que hemos perdi-
                  do la ajena".
                    Desde estas interpretaciones, el proyecto
                  independentista a escala regional fue des-
                  virtuado por las generaciones constructoras
                  de los Estados latinoamericanos. Para el
                  mexicano José Vasconcelos:
                    [...] nuestra guerra de Independencia se vio men-
                  guada por el provincianismo y por la ausencia de
                  planes trascendentales. La raza que había soñado
                  con el imperio del mundo, los supuestos descen-
                  dientes de la gloria romana, cayeron en la pueril
                  satisfacción de crear nacioncitas y soberanías de        Amauta, revista fundada en Perú en 1926 por José Carlos Mariátegui.
                  principado [...], con la ilustre excepción de Bolívar,
                  Sucre y Petion el negro y media docena más, a lo
                  sumo. Pero los otros [...] sólo se ocuparon de           res y animadores, hombres de excepción. Pleitos     los paradigmas clásicos imponían el impera-
                  empequeñecer un conflicto que pudo haber sido            absurdos y guerras criminales desgarraron la uni-   tivo de la unidad.
                  el principio del despertar de un continente.             dad de la América Indo-Española.                      Si las oligarquías, los mercados o una geo-
                                                                                                                               grafía compleja habían sido las causas del
                   En los mismos términos, José Carlos                       Es decir, para la nueva generación, las           movimiento centrífugo, de fragmentación
                  Mariátegui, desde Perú, señalaba:                        naciones provenían del desgarro de cierta           del espacio cultural y político latinoameri-
                    [...] la generación libertadora sintió intensa-        unidad original, a la que era posible retor-        cano después de las independencias, otro
                  mente la unidad sudamericana [...]. El ideal ame-        nar. Proponían retomar esos ideales de uni-         tanto ocurría con la voluntaria y −para
                  ricanista, superior a la realidad contingente, fue       dad regional para salvar ese "desvío" histó-        Víctor Raúl Haya de la Torre− conspirativa
                  abandonado. La revolución de la Independencia            rico, tanto más cuanto que los peligros que         acción del imperialismo en favor de las
                  había sido un gran acto romántico; sus conducto-         acechaban a América Latina y la "crisis" de         "patrias chicas":
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                           Uno de los más importantes planes del imperia-       época colonial, "se refieren al pasado, a          ción, cultural y política, buscaba en el archi-
                          lismo es mantener a nuestra América dividida.         una América exclusivamente española o por-         vo del pasado aquellas experiencias de esci-
                          América Latina unida, federada, formaría uno de       tuguesa, e implicaban el desconocimiento           sión y encontraba en la gesta emancipado-
                          los países más poderosos del mundo. Conse-            de las influencias posteriores a la colonia".      ra un camino continentalista. Por eso, un
                          cuentemente, el plan [...] es dividirnos. El único    Los términos América Latina, Latinoamé-            intelectual tan emblemático (y tan perspi-
                          camino de los pueblos latinoamericanos es unirse      rica, latinoamericanismo, corresponden a la        caz para captar las representaciones cul-
                          [...]. esa es la gran misión de la nueva generación   república y al siglo XIX, "son más amplios y       turales de América Latina) como Pedro
                          revolucionaria antiimperialista de América Latina.    modernos [...] ya que abarcan lo español, lo       Henríquez Ureña instaba a afirmar la comu-
                                                                                portugués sin excluir lo africano, por la          nidad cultural de Nuestra América como
                             Representativa de esta pretensión por ana-         incorporación de Haití que habla francés, a        fórmula que había contribuido en el pasado
                          lizar y definir este "continente" es, precisa-        nuestra gran familia continental". Sucede a        a superar las crisis civilizadoras, pero sobre
                          mente, la polémica acerca de las maneras              este nombre, cronológicamente, el pana-            todo como arraigo para imaginar utopías.
                          de denominarlo: "Latinoamérica", "Ibero-              mericanismo, que "es la expresión imperia-           Un decidido espíritu novomundista atra-
                          américa", "Hispanoamérica", "Indoaméri-               lista yanqui".                                     viesa la pregunta por la personalidad de lo
                          ca", "Los Estados Des-Unidos del Sur", o                 Para Haya de la Torre, Indoamérica era el       latinoamericano. El tema novomundista se
                          bien, "Interamericanismo", "Panamericanis-            más representativo de la "nueva genera-            instala con un significado históricamente
                          mo", "Wilsonismo", son expresiones que                ción", ya que "comprende la prehistoria, lo        diferente del de "Mundus Novus" de nues-
                          denotan y connotan diferentes formas de               indio, lo ibérico, lo latino y lo negro, lo mes-   tras primeras páginas. Asociado al telurismo y
                          apropiación conceptual, ideológica, política          tizo y lo cósmico −digamos, recordando a           a la potencialidad vital de un paisaje sanguí-
                          que los intelectuales se veían en la obliga-          Vasconcelos− manteniendo su vigencia               neo, producto del choque entre dos culturas,
                          ción de precisar.                                     frente al porvenir". Es un término político,       urge el intento de pensar en términos de
                             Haya de la Torre dedicó no pocos textos,           ya que "corresponde a la presente etapa            síntesis. Así, mestizajes, "razas cósmicas",
                          muy divulgados en América Latina, sobre la            revolucionaria de Nuestra América".                "eurindias", "indologías" e "Indoamérica"
                          cuestión del nombre. Hispanoamericanis-                  Independencia, autonomía y soberanía            van marcando maneras más introspectivas y
                          mo e iberoamericanismo correspondía a la              son palabras recurrentes. Esta autoafirma-         más inclusivas para pensar la región.
    Museo Torres García




                                                                                                                                      "He dicho Escuela del Sur, porque
                                                                                                                                      en realidad, nuestro norte es el
                                                                                                                                      Sur. No debe haber norte, para
                                                                                                                                      nosotros, sino por oposición a
                                                                                                                                      nuestro Sur. Por eso ahora pone-
                                                                                                                                      mos el mapa al revés, y entonces
                                                                                                                                      ya tenemos justa idea de nuestra
                                                                                                                                      posición, y no como quieren en el
                                                                                                                                      resto del mundo. La punta de
                                                                                                                                      América, desde ahora, prolon-
                                                                                                                                      gándose, señala insistentemente
                                                                                                                                      el Sur, nuestro norte".

                                                                                                                                                    Joaquín Torres García,
                                                                                                                                               Universalismo constructivo,
                                                                                                                                             Buenos Aires, Poseidón, 1941.




                          América invertida, cuadro de Joaquín Torres García, 1943.
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    14    EXPLORA CIENCIAS SOCIALES




          LA UNIDAD DE LA AMÉRICA INDO-ESPAÑOLA


         Los pueblos de la América española se            unidad de la América Indo-Española. [...]
         mueven en una misma dirección. La solida-        Los más próximos a Europa fueron fecun-
         ridad de sus destinos históricos no es una       dados por sus inmigraciones. Se beneficia-
         ilusión de la literatura americanista. Estos     ron de un mayor contacto con la civiliza-
         pueblos, realmente, no sólo son hermanos         ción occidental. Los países hispano-ameri-
         en la retórica sino también en la historia.      canos empezaron así a diferenciarse. [...]
         Proceden de una matriz única. La conquis-          Aparece como una causa específica de
         ta española, destruyendo las culturas y las      dispersión la insignificancia de los vínculos
         agrupaciones autóctonas, uniformó la fiso-       económicos hispano-americanos. Entre
         nomía étnica, política y moral de la             estos países no existe casi comercio, no
         América Hispana. Los métodos de coloni-          existe casi intercambio. Todos ellos son,
         zación de los españoles solidarizaron la         más o menos, productores de materias pri-
         suerte de sus colonias. Los conquistadores       mas y de géneros alimenticios que envían
         impusieron a las poblaciones indígenas su        a Europa y Estados Unidos, de donde reci-
         religión y su feudalidad. La sangre españo-      ben, en cambio, máquinas, manufacturas,
         la se mezcló con la sangre india. Se crea-       etcétera. Todos tienen una economía
         ron, así, núcleos de población criolla, gér-     parecida, un tráfico análogo. Son países         sonalidad intelectual influye en la cultu-
         menes de futuras nacionalidades. Luego,          agrícolas. Comercian, por tanto, con países      ra continental. [...]
         idénticas ideas y emociones agitaron a las       industriales. Entre los pueblos hispanoa-          Es absurdo y presuntuoso hablar de una
         colonias contra España. El proceso de for-       mericanos no hay cooperación; algunas            cultura propia y genuinamente americana
         mación de los pueblos indo-españoles             veces, por el contrario, hay concurrencia.       en germinación, en elaboración. Lo único
         tuvo, en suma, una trayectoria uniforme.         No se necesitan, no se complementan,             evidente es que una literatura vigorosa
           La generación libertadora sintió intensa-      no se buscan unos a otros. Funcionan             refleja ya la mentalidad y el humor hispa-
         mente la unidad sudamericana. Opuso a            económicamente como colonias de la               no-americanos. Esta literatura [...] no vin-
         España un frente único continental. Sus          industria y la finanza europea y nortea-         cula todavía a los pueblos; pero vincula,
         caudillos obedecieron no un ideal nacio-         mericana. [...]                                  aunque no sea sino parcial y débilmente, a
         nalista, sino un ideal americanista. Esta          Es cierto que estas jóvenes formaciones        las categorías intelectuales.
         actitud correspondía a una necesidad his-        nacionales se encuentran desparramadas             Nuestro tiempo, finalmente, ha creado
         tórica. Además, no podía haber nacionalis-       en un continente inmenso. Pero, la econo-        una comunicación más viva y más extensa:
         mo donde no había aún nacionalidades.            mía es, en nuestro tiempo, más poderosa          la que ha establecido entre las juventudes
         La revolución no era un movimiento de las        que el espacio. Sus hilos, sus nervios, supri-   hispano-americanas la emoción revolucio-
         poblaciones indígenas. Era un movimiento         men o anulan las distancias. La exigüidad        naria. Más bien espiritual que intelectual,
         de las poblaciones criollas, en las cuales los   de las comunicaciones y los transportes es,      esta comunicación recuerda la que concer-
         reflejos de la Revolución Francesa había         en América Indo-Española, una conse-             tó a la generación de la independencia.
         generado un humor revolucionario.                cuencia de la exigüidad de las relaciones        Ahora como entonces la emoción revolucio-
           Mas las generaciones siguientes no conti-      económicas. [...]                                naria da unidad a la América Indo-Española.
         nuaron por la misma vía. Emancipadas de            La América española se presenta prácti-        Los intereses burgueses son concurrentes
         España, las antiguas colonias quedaron           camente fraccionada, escindida, balcani-         o rivales; los intereses de las masas, no.
         bajo la presión de las necesidades de un         zada. Sin embargo, su unidad no es una           Con la Revolución Mexicana, con su suerte,
         trabajo de formación nacional. El ideal          utopía, no es una abstracción. Los hom-          con su ideario, con sus hombres, se sienten
         americanista, superior a la realidad contin-     bres que hacen la historia hispano-ameri-        solidarios todos los hombres nuevos de
         gente, fue abandonado. La revolución de          cana no son diversos. Entre el criollo del       América. Los brindis pacatos de la diploma-
         la independencia había sido un gran acto         Perú y el criollo argentino no existe dife-      cia no unirán a estos pueblos. Los unirán
         romántico; sus conductores y animadores,         rencia sensible. [...]                           en el porvenir los votos históricos de las
         hombres de excepción. El idealismo de esa          La identidad del hombre hispano-ameri-         muchedumbres.
         gesta y de esos hombres había podido ele-        cano encuentra una expresión en la vida
         varse a una altura inasequible a gestas y        intelectual. Las mismas ideas, los mismos
         hombres menos románticos. Pleitos absur-         sentimientos circulan por toda la                       José Carlos Mariátegui, en Variedades,
         dos y guerras criminales desgarraron la          América Indo-Española. Toda fuerte per-                         Lima, 6 de diciembre de 1924.
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                             DE NOMBRES Y SIGNIFICADOS




                      C         uarenta y seis países, territorios depen-
                                dientes y departamentos de ultramar
                          componen esta parte del mundo que ofi-
                          cialmente se denomina América Latina y el
                          Caribe. Es la región que más nombre por
                          sumatoria posee. El agregado "y el Caribe"
                          fue para incorporar aquellas áreas de len-
                          guas y tradiciones no latinas.
                            El nombre "América Latina y el Caribe"
                          fue −entonces− producto de varios agrega-
                          dos algo aleatorios: el invento de modernos
                          monjes "francoalemanes" que no conocie-
                          ron la empresa de Colón, una latinidad
                          heredera de Napoleón III y de genealogías
                          románicas, y un nombre geográfico (para-
                          dójicamente indígena, "caribe") para incor-
                          porar sociedades sajonas.
                            Si la yuxtaposición de bautismos es un bri-
                          colaje complejo y curioso, más lo son las
                          ausencias.
                            Existe alrededor de medio millar de len-
                          guas "aborígenes" y tantas o más variacio-
                          nes dialectales de ellos, no contempladas
                          en el nombre oficial de la región. En un país
                          como el Perú, por ejemplo, se estima que
                          los indígenas de habla vernácula son alre-
                          dedor del 25% de la población total; de
                          estos, la mayoría habla quechua (en dife-
                          rentes versiones) y aymara, pero una mino-
                          ría habla alguna de las 41 lenguas de la
                          Amazonia peruana. En Guatemala, donde
                          más de la mitad de la población es indíge-
                          na, se hablan veintidós lenguas amerindias:
                          veintiún mayas y una náhuatl a las que se
                          suma el uso de dos lenguas criollas en su
                          costa del Caribe: el garífuna o afrocaribeño
                          y el inglés criollo. Pero aun en países donde
                                                                            El mapa de Diego Homem, de 1558, muestra las tierras sudamericanas, el “Mundus Novus”
    KHM, Viena, Austria




                                                                            desde las antillas hasta la Patagonia (“Terra Incognita”).


                                                                            la población indígena es muy minoritaria, el    pertenecían a los cánones de Occidente,
                                                                            multilingüismo es un dato importante. En        que son −como puede deducirse− los que
                                                                            Colombia, por ejemplo, los indígenas repre-     "nombran". Estas dependencias y subalter-
                                                                            sentan menos del 2% de la población total,      nidades muestran no sólo las dificultades
                                                                            pero ese porcentaje habla entre 64 y 68         que tuvo (y tiene) esta parte del mundo
                                                                            idiomas diferentes.                             para entrar en el mapa, sino también (o qui-
                                                                              Este multilingüismo conlleva múltiples sa-    zá, por eso) de pensarse desde dentro del
                      El penacho de Moctezuma, más valorado                 beres, sentires y miradas; maneras y sentidos   mapa. Esas subalternidades y dependencias
                      por los aztecas que por los españoles.                que en su origen (ya no, probablemente) no      comienzan, quizá, pero no acaban ni se
l mundus novus.qxd           21/03/2007     04:05 p.m.       PÆgina 16




    16     EXPLORA CIENCIAS SOCIALES




                      completan con la exclusión de los pueblos        mundo entró en el mapa a fuerza de                  reclamado por varias organizaciones indi-
                      originarios del nombre de la región. Hay         más de una paradoja y muchas más contra-            genistas de México.
                      muchas otras exclusiones, subalternidades        dicciones.                                            Otra paradoja: durante siglos se pensó que
                      y dependencias. El tema del nombre es una          Y hablando de paradojas y mapas, uno de           todos los ejemplares de la primera impresión
                      manera de plantearlo.                            los símbolos de la cultura azteca y de su           del mapa de Waldseemüller (1507) se ha-
                        ¿Es América Latina "moderna", "premo-          ciudad Tenochtitlán es el penacho de                bían perdido. Al parecer sólo uno llegó a la
                      derna", posmoderna? ¿Es parte de Occi-           Moctezuma. En 1519, el rey Moctezuma                época moderna y se conservaba en la biblio-
                      dente, un extremo de Occidente u "otro           mandó de regalo a Cortés, como prueba de            teca del príncipe von Waldburg-Wolfegg-
                      Occidente"? ¿Es una región "en desarro-          la estatura del "visitante", un conjunto de         Waldsee en Würtemberg, en el sur de
                      llo", emergente, periférica? No es el tema       piezas, entre ellas el penacho. De estas pie-       Alemania. En 1901 se supo de su existen-
                      que desarrollamos aquí, pero son preguntas       zas, el objeto más valioso para los españo-         cia en la biblioteca principesca, causando
                      que subyacen en la trama de los discursos        les no fue el penacho, sino tres discos             una gran sensación en el mundo científi-
                      y proyectos que recorrimos con la excusa         metálicos, representaban al Sol, la Luna y          co y académico. En 2002, la Biblioteca
                      del nombre.                                      Venus, el primero de oro puro y de dos              del Congreso de los Estados Unidos en
                        Cada nominación históricamente consi-          metros de diámetro que pesaba diecisiete            Washington compró por diez millones de
                      derada lleva impresa una manera de definir       kilos. En 1563 pasó a manos de un sobrino           dólares este único ejemplar. Por el momen-
                      y apropiarse de los contenidos y proyectos,      de Carlos V, Fernando, conde de Tirol, de la        to, el mapa está en exhibición en el edificio
                      que, en distintas épocas generaron res-          dinastía de los Habsburgo. Actualmente              Thomas Jefferson de la Biblioteca del
                      puestas y contrapropuestas. Esta parte del       está en el el Museo de Viena, y es y ha sido        Congreso en Washington.


         Bibliografía                                                                     Palacios, Alfredo: Nuestra América y el imperialismo yanqui,
         Ardao, Arturo: Nuestra América Latina, Montevideo, Banda Oriental, 1990.            Madrid, s.e., 1930.
         Arguedas, Alcides: Pueblo enfermo [1909], Santiago de Chile, Ercilla, 1937.      Real de Azúa, Carlos: "Los males latinoamericanos y su clave", Punto
         Bolívar, Simón: "Carta de Jamaica" [1815], en José Luis Romero y Luis               de Vista, Buenos Aires, a. VI, n° 18, agosto de 1983, pp. 15-21.
            Alberto Romero (compilación y prólogo), Pensamiento político de la            Rojas Mix, Miguel: Los cien nombres de América. Eso que descubrió
            emancipación, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1985.                                Colón, Barcelona, Lumen, 1992.
         Bunge, Carlos Antonio: Nuestra América: Ensayo de psicología social,             Soler, Ricaurte: Idea y cuestión nacional latinoamericanas. De la indepen-
            Buenos Aires, Arnoldo Moen, 1911.                                             dencia a la emergencia del imperialismo, México, Siglo XXI, 1980.
         Haya de la Torre, Víctor Raúl: "¿Hispanos, latinos, panamericanos, indo-         Vasconcelos, José: La raza cósmica. Misión de la raza iberoamericana.
            americanos? Algo más sobre la cuestión del nombre", en                           Notas de viajes a la América del Sur [1925], Barcelona, Agencia
            Construyendo el aprismo, Buenos Aires, Claridad, 1931.                           Mundial de Librerías, s.f.
         Haya de la Torre, Víctor Raúl: "La cuestión del nombre. El significado           Viscardo, José Pablo: "Carta a los Españoles- Americanos" [1792], en José
            político del nombre" [1930], en ¿A dónde va Indoamérica?, Buenos              Luis Romero y Luis Alberto Romero (compilación y prólogo), Pensamien-
            Aires, Indoamérica, 1952.                                                        to político de la emancipación, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1985.
         Henríquez Ureña, Pedro: La utopía de América, Caracas, Biblioteca
            Ayacucho, 1978.                                                               Agradecimientos
         Ingenieros, José: Los tiempos nuevos [1920], Buenos Aires, Elmer, 1956.          El equipo de Publicaciones de la Dirección Nacional de Gestión Curricular y
         Mariátegui, José Carlos: "La unidad de la América Indo-Española"                 Formación Docente agradece a las siguientes instituciones y personas por
            [1924], en Temas de Nuestra América, Amauta, Lima, 1980.                      permitirnos reproducir material fotográfico y colaborar en la documenta-
         Martí, José: Política de Nuestra América, selección y prólogo de Roberto         ción de imágenes: Biblioteca del Congreso (EE.UU.); Instituto Rivera-Agüero
            Fernandez Retamar, México, Siglo XXI, 1977.                                   (Perú), Galería de Arte Nacional (Venezuela); Biblioteca del Maestro, MECyT
         Miranda, Francisco de: "Proclama de Coro" [1806], en José Luis Romero y          (Argentina); Museo Torres García (Uruguay); UNESCO Photobank; Museo
         Luis Alberto Romero (compilación y prólogo), Pensamiento político de             KHM de Viena (Austria).
         la emancipación, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1985.
         O'Gorman, Edmundo: La invención de América. El universalismo en la
            cultura de Occidente, México, Fondo de Cultura Económica, 1977.




         Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, Lic. Daniel Filmus               Coordinadora del Área de Ciencias          Coordinación y documentación,
         Secretario de Educación, Lic. Juan Carlos Tedesco                             Sociales, Lic. Raquel Gurevich             Lic. Rafael Blanco
                                                                                       Coordinadora del Área de Desarrollo        Edición, Lic. Gonzalo Blanco
         Subsecretaria de Equidad y Calidad, Lic. Alejandra Birgin                     Profesional, Lic. Silvia Storino           Diseño y diagramación,
         Directora Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente,                 Coordinadora del Programa de               DG María Eugenia Más
         Lic. Laura Pitman                                                             Capacitación Explora, Lic. Viviana Celso   Corrección, Norma A. Sosa Pereyra
                                                                                       Coordinadora de Publicaciones,
                                                                                       Lic. Raquel Franco                         www.me.gov.ar

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Educar: los nombres del nuevo mundo

  • 1. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:03 p.m. PÆgina 1 EXPLORA PROGRAMA DE CAPACITACIÓN LAS CIENCIAS EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO MULTIMEDIAL CIENCIAS SOCIALES AMÉRICA LATINA. LOS NOMBRES DEL NUEVO MUNDO Introducción | "Mundus novus" | Nuestra América | De Miranda a Bolívar | América ¿Latina? | "Nuestra América" de Martí | Panamérica | "Nuestra América" bajo el microscopio positivista | Novomundismo e Indoamérica | De nombres y significados Autora: Dra. Patricia Funes (UBA y CONICET) | Coordinación Autoral: Dra. Patricia Funes (UBA y CONICET) y Dr. Áxel Lazzari (UBA)
  • 2. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:03 p.m. PÆgina 2 2 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES INTRODUCCIÓN Library of Congress (EE.UU.), Geography and Map Division Primer mapa en el que el Nuevo Mundo es denominado América. U n día remoto: 25 de abril de 1507. Un lugar también remoto: el Gymnasium Vosagense, en la abadía de Saint Dié. Ese "Mundus Novus", los monjes, fascinados por el descubrimiento, pusieron "América", de Amerigie (tierra de Américo), y el femeni- no era para hacer corresponder esa "cuarta parte" con un nombre de mujer, como Europa, Asia y África. día y en ese lugar está fechado un mapa en el que por primera vez aparece el nombre de "América". Es decir: el bautismo de esta parte del mundo y su individuación no fue tarea de marinos, navegantes o aventure- ros, sino de unos monjes de tierras tan fir- mes como su entusiasmo. El Gymnasium Vosagense era un centro erudito donde filósofos, cosmógrafos y car- tógrafos, bajo el mecenazgo del duque de Lorena, se entregaban al estudio y la recupe- ración de los clásicos. Estaban a punto de editar la Geografía de Ptolomeo en la recientemente adquirida (y no hacía mucho tiempo inventada) imprenta. Al parecer, fue el mismo duque de Lorena quien entregó a los monjes cartógrafos la versión francesa de los cuatro viajes de Amerigo Vespucci. Y eso cambió los planes. Audaces, emprendie- ron la tarea del bautismo. En el lugar en el que Américo Vespucio había colocado
  • 3. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:03 p.m. PÆgina 3 AMÉRICA LATINA. LOS NOMBRES DEL NUEVO MUNDO 3 “MUNDUS NOVUS” L a Lettera de Vespucio en traducción Library of Congress (EE.UU.), Prints and Photographs Division latina y el mapamundi del monje Waldseemüller circularon rápidamente por Europa; fueron lo que hoy llamaríamos un best seller. En el año 1507 se hicieron dos impresiones, y al año siguiente se agotó la edición de mil ejemplares. ¿Y Colón? El "Almirante de la Mar Océana" vivió y murió apegado a la "asiati- cidad" de esto que por comodidad (y con- senso) vamos a llamar "América". En el pri- mer viaje, los nativos son "indios", emisa- rios del Gran Kahn. No lo inventa, lo ve así. En el segundo viaje, la "evidencia" ya es de corte jurídico: le hace afirmar y firmar a toda la tripulación bajo serias intimidaciones que la isla de Cuba es Tierra Firme. Lo del tercer viaje es más audaz: desconcertado por el dulzor de las aguas del río Orinoco (y un poco decepcionado por no encontrar el paso hacia el Índico) construye una interpre- tación fabulosa y antigua: ha llegado al Paraíso Terrenal y la Tierra ya no es redonda sino que tiene forma de pera, o "como un seno de mujer cuyo pezón estaría bajo la línea ecuatorial en el fin de oriente". Un dato que contribuye a echar luz sobre la Dibujo del siglo XVII de una pareja de caribes. tozudez del almirante es el significado de la idea clásica de ecumene asociada a un uni- tarea especulativa, esta vez, sobre los cadá- patagones, payaguas, pawnees, pueblos, verso cerrado y perfecto de tres partes. Y aquí veres de millones de "ab orígenes" o indios. puelches, puruhaes, quechuas, querandíes, el imaginario judeocristiano y sus autoridades El concepto "indio" (resultado del equívoco quichés, quijos... y muchos más. medievales son la clave explicativa del arraigo inicial) no es una denominación geográfica, Las "Indias Occidentales" devinieron −juris- a esa tripartición: los tres hijos de Noé, la ni étnica, ni clasista. Es la denominación del prudencia mediante− "Provincias de Ultra- Santísima Trinidad, la perfección cabalística vencido. Tras ese "genérico" se borraron las mar" de la Corona de Castilla. Los "indios", del número tres, los tres Reyes Magos, etc. múltiples identidades originarias: abipones, vasallos libres y hasta seres humanos, "por Entonces, América fue incómoda desde el achuares, aymaras, apaches, araucanos, ara- gracia" del papa Paulo III. principio: no entraba en el mapa. Esa "cuarta waks, aucas, aztecas, bayás, bororós, botocu- Las identidades, como dice Rojas Mix, son parte" puso en cuestión los cimientos mis- dos, caddoanes, calchaquíes, calchines, cal- un gerundio, no un participio pasivo, un mos de toda una cosmovisión, abrió la grieta pules, calumas, camahuas, canacos, canelos, "estar siendo" y, en términos histórico- para repensar el cosmos, el geocentrismo, las caracarás, caracas, carajás, carapachayes, sociales, son las épocas de crisis las que las autoridades. La "modernidad" y "occiden- carapachos, cariacos, caribes, cataubas, caya- evidencian y resignifican. te" aparecían en el horizonte. pas, cayetés, ciaguás, cocamas, comechingo- Así, la frase "Nuestra América" hacia fines Hasta aquí, este es un asunto "europeo" nes, corondas, chaimas, charcas, charrúas, de la dominación colonial marcó una alteri- (excediéndonos un poco en la consideración chavanes, chibchas, chichimecos, chimúes, dad respecto de la metrópoli. "Nuestra de "europeo", espacio sociocultural que chiriguanos, chuchumecos, chunchos, gan- América" de Miranda abre el proceso de las tampoco estaba consolidado). Del lado "de dules, guaraníes, hopis, huaoranis, lacando- independencias de la Corona de España; acá", antes de la llegada de los conquistado- nes, mapuches, mayas, maipures, matacos, "Nuestra América" de Martí lo cierra un res, tampoco había un nombre, un colectivo. miskitos, mochicas, nahuas, napos, navajos, siglo después. Esa totalidad supuso una creatio ab inis, otra omaguas, onas, orejones, otavalos, páparos,
  • 4. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:03 p.m. PÆgina 4 4 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES Library of Congress (EE.UU.), Prints and Photographs Division 1 1 Library of Congress (EE.UU.), Prints and Photographs Division 3 “Indios” de Estados Unidos (foto1), Brasil (foto 2) y Argentina (foto 3) captados por la cámara exotista y positivista de la antropología del siglo XIX. 2
  • 5. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:03 p.m. PÆgina 5 AMÉRICA LATINA. LOS NOMBRES DEL NUEVO MUNDO 5 NUESTRA AMÉRICA DE MIRANDA A BOLÍVAR Galería de Arte Nacional / Venezuela nencia étnico-social cruzada por la condición de "criollo", "blanco", mayoritariamente Hacia fines del siglo XVIII, "Nuestra América" "propietario" y −sobre todo− "hispanoha- comienza a ser registrada como totalidad. blante". En ese sentido, la comunidad lin- Las salvedades, los recortes y las precisiones güística fue una cualidad relevante en el sobre el posesivo de la frase dan cuenta de camino hacia la definición identitaria. El idio- una nueva dimensión del pensar social, ma español fue, quizás, uno de los pocos político y cultural de la región. aspectos apropiados como herencia legítima Francisco de Miranda es quien objetiva el y valiosa de la colonización ibérica. posesivo que se dirige a plantear una esci- Las generaciones liberales decimonónicas sión respecto de la dominación española: tuvieron no pocos problemas para arraigar Miranda en La Carraca (1896) del pintor "Con estos auxilios podemos seguramente en la historia una legitimidad que encarna- venezolano Arturo Michelena retrata los últimos días de Francisco de Miranda decir que llegó el día, por fin, en que, reco- ra los principios universalistas a los que ads- (1750-1816), precursor de los movimientos brando nuestra América su soberana inde- cribían. Los derechos civiles y políticos y la de emancipación hispanoamericana, en la pendencia, podrán sus hijos libremente ma- república de ciudadanos eran, a la vez, pun- prisión de San Fernando. nifestar al universo sus ánimos generosos". to de partida inspirador y horizonte de lle- Aun antes, en 1792, y como parte de la gada. Sin embargo, las sociedades latinoa- reflexión sobre el tercer centenario del "des- mericanas fueron no poco díscolas para cubrimiento", el jesuita Juan Pablo Viscardo adaptarse dócilmente a ellos. Se sabía qué esgrimía derechos propios para los "españo- pasado negar: tres siglos de la "más exaspe- les americanos": "El Nuevo Mundo es nues- rante oscuridad y tiranía de la metrópoli". tra patria, y su historia es la nuestra, y en ella Pero esa ruptura, como todas en la historia, es que debemos examinar nuestra situación debía anclarse en alguna continuidad que presente, para determinarnos, por ella, a to- necesariamente debía interpelar un pasado mar el partido necesario a la conservación de real o construido por imperio de las circuns- nuestros derechos". El sentimiento del jesui- tancias. En algunos casos, la invocación al ta de exterioridad respecto de España es pasado indígena, no exento de estilización, ostensible: poner empeño en favor de fue una de las opciones. El Diálogo entre España, "un país extranjero", es una "trai- Atahualpa y Fernando VII en los Campos ción cruel contra aquel en donde somos Elíseos (1809), de Bernardo Monteagudo, es nacidos". un buen ejemplo de la perentoriedad de la Miranda instala la frase "Nuestra Amé- búsqueda. Otro tanto es el proyecto de rica" y marca, así, una precaria pero efecti- monarquía incaica sugerido por Belgrano en va frontera respecto de la "madre patria", el Congreso de 1816. primer paso de identidad que es continen- No habría que olvidar el carácter de elite de talidad, sobre todo por la filiación de las los sectores que se apropian del sintagma colonias en relación con la metrópoli. El "Nuestra América". Si el cura Hidalgo, en La Carta derijida a los Españoles Americanos "nuestra" excluye desde los orígenes a los México, habla en la mayoría de los casos de (1792) de Juan Pablo Vizcardo registra la idea de totalidad respecto de "Nuestra América", Estados Unidos; sin embargo, doctrina Mon- "americanos", lo que pierde en fuerza enun- que comienza a consolidarse hacia fines del roe mediante, son ellos quienes terminaron ciativa lo gana en profundidad social. Esta no siglo XVIII. por apropiarse del gentilicio. es, sin embargo, la orientación dominante Por razones de espacio y objetivos no pro- del movimiento emancipador. involucra a las ex colonias en una unidad fundizaremos en los distintos matices que el Para Bolívar, el "nosotros" del "Nuestra totalizante aun en los momentos más álgi- concepto "Nuestra América" tuvo en la to- América" se define por dos negativas: "no dos y deprimentes de la guerra contra talidad del pensamiento de la emancipación. somos europeos, no somos indios, sino una España: "Ya que tienen un origen, una len- Sin embargo, queremos destacar un rasgo especie intermedia entre los aborígenes y los gua, unas costumbres y una religión, debe- importante que hace específicamente al pro- españoles". Por su parte, acentúa la conti- rían, por consiguiente, tener un solo gobier- ceso de ruptura en el orden intelectual y polí- nentalidad de la empresa emancipadora y es no que confederase los diferentes Estados tico. El posesivo "nuestra" recortó una perte- quien propone un programa político que que hayan de formarse".
  • 6. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:04 p.m. PÆgina 6 6 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES AMÉRICA ¿LATINA? Napoleón III le escribía al general Forey en Lo que queremos señalar aquí es el éxito 1862: "Tenemos interés en que la República de la nominación, aun cuando la invasión En el contexto de la política expansionista del de Estados Unidos sea poderosa y próspera, francesa a México haría pensar en su Segundo Imperio de Napoleón III, en la déca- pero no tenemos ninguno en que se apode- pronto descrédito. El arraigo del latinismo da de 1860, se propaga el nombre "América re del golfo de México, y desde allí domine podría guardar relación con el espíritu Latina", aunque la expresión había sido utili- las Antillas y América del Sur. [...] si México antiespañol de la época (revitalizado en zada con anterioridad por el colombiano conserva su independencia y mantiene la ese momento por la invasión española en José María Torres Caicedo en El Correo de integridad de su territorio, si, con el apoyo Perú y la presión sobre el Caribe). La perte- Ultramar y por Michel Chevalier en la Revue de Francia, se consolida en él un gobierno nencia a lo "latino", entonces, esfuma la des Races (1857-1861). estable, habremos devuelto a la raza latina herencia española y su tradición al tiempo El panlatinismo supone una comunidad del otro lado del Océano su fuerza y su que ofrece una referencia ideológico-políti- de orígenes anclados en la tradición cultural prestigio [...] se nos impone el deber de ca en correspondencia con el modelo he- y lingüística del Imperio Romano de Occi- intervenir en México y plantar allí nuestra gemónico (sobre todo en el ámbito de la dente y de la religión católica. La oposición bandera". Estos planes se llevaron a cabo: cultura, los usos, las modas y −con ate- entre la tradición sajona y la latina se orien- Francia instaló un emperador (Maximiliano nuantes− la ideología) de las oligarquías ta a legitimar la ideología de expansión y de Habsburgo), una emperatriz y una corte forjadoras de los nacientes Estados, domi- dominio del panlatinismo. francesa en México hacia 1863. nantemente "afrancesadas". Fusilamiento del emperador Maximiliano I, óleo de Edouard Manet, 1867.
  • 7. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:04 p.m. PÆgina 7 AMÉRICA LATINA. LOS NOMBRES DEL NUEVO MUNDO 7 El término acabó por perder el significado resistida. El puertorriqueño José María cindir −por acatamiento a un país que no lo ayudó panlatinista de sus orígenes. La expresión Hostos, aun confesando su admiración por nunca, o lo ayuda por emulación y miedo de otro−, "América Latina" sobrevivió al fracaso de la los Estados Unidos, denunciaba la sujeción de las naciones que le anticipan el caudal necesario expedición francesa y, si originalmente na- violenta de Puerto Rico a una dominación para sus empresas, que le obligan el cariño con su ció como forma de identidad antisajona, los "que, por salvadora que sea, para nada ha fe, que lo esperan en la crisis y le dan el modo para mismos Estados Unidos terminan aceptando contado con Puerto Rico". salir de ellas, que lo tratan a la par, sin desdén arro- el vocablo. José Martí comentó la Primera Conferen- gante, y le compran sus frutos. cia Panamericana para el diario La Nación "NUESTRA AMÉRICA" DE MARTÍ de Buenos Aires y alertó sobre la importan- La fundación del Partido Revolucionario cia decisiva que tenía y su pretensión fun- Cubano y la guerra de la independencia Las revoluciones de la independencia co- dacional: de Cuba retrotrajeron a Martí a los ideales mienzan y terminan en el Caribe, y media Jamás hubo en América, de la independencia bolivarianos y al primer pensamiento inde- entre ellas alrededor de un siglo. No exami- para acá, asunto que requiera más sensatez, ni pendentista. En 1891 apareció "Nuestra naremos aquí el significado de la revolución obligue a más vigilancia, ni pida examen más cla- América", escrito programático del latinoa- de la independencia haitiana de fines del ro y minucioso, que el convite que los Estados mericanismo, en el que traza un gran arco siglo XVIII, pero queremos resaltar un rasgo: Unidos potentes, repletos de productos invendi- que es a la vez continuidad y ruptura res- la consigna "libertad, igualdad y fraterni- bles, y determinados a extender sus dominios en pecto del pensamiento de la emancipa- dad" no sonó igual a ambos lados del América, hacen a las naciones americanas de ción. Martí apela a la tradición continenta- Atlántico. Si bien la modernidad creó al ciu- menos poder, ligadas por el comercio libre y útil lista bolivariana. Enhebra la causa de la dadano francés, también es cierto que la con los pueblos europeos, para ajustar una liga Independencia en Cuba y Puerto Rico a mera territorialidad no fue suficiente para contra Europa y cerrar tratos con el resto del los destinos de América Latina frente a esa alcanzar las igualdades de la Declaración de mundo. De la tiranía de España supo salvarse la otra dependencia que él advierte fatal. los Derechos del Hombre y del Ciudadano. América española; y ahora, después de ver con Para Martí, en esa ruptura se juega mucho Negros, esclavos y coloniales: pocas subalter- ojos judiciales los antecedentes, las causas y los más que la ya anacrónica relación colonial nidades eran tan subalternas aun en medio factores del convite, urge decir, porque es la ver- con España; erige esa causa en una cau- de las revoluciones que conmovieron el dad, que ha llegado para la América española la sa latinoamericana y, más aún, en una Antiguo Régimen. Toussaint L'Overture lideró hora de declarar su segunda independencia. causa para la humanidad: "Es un mundo lo el levantamiento que acabó con la esclavitud que estamos equilibrando: no son sólo dos y liberó a Haití de Francia hace ya dos siglos. Martí sumó a la denuncia, la acción, como islas a las que vamos a libertar". También en el Caribe, en Cuba y Puerto Rico representante del Uruguay en la Conferen- hacia fines del siglo XIX, se completa el cia Monetaria de las Repúblicas de América, ciclo de las independencias de la corona de apéndice de la Primera Conferencia Pana- España. "Nuestra América" de José Martí mericana, reunida en marzo de 1891. La plantea el problema de la independencia propuesta estadounidense era la acuñación ampliando el posesivo e interpelando a más de una moneda (patrón plata), el Columbus, de una "metrópoli". Negros, mestizos, mu- de curso legal en toda América. Martí se latos −en síntesis, "los pobres de la Tierra"− opuso al proteccionismo estadounidense y son incorporados como actores y protagonis- abogó por la libertad de comercio y la multi- tas. Decía Martí: "Con los oprimidos había lateralidad para los países americanos (que, que hacer causa común, para afianzar el siste- al estar comprometidos comercialmente con ma opuesto a los intereses y hábitos de man- Europa, no les convenía la adopción del do de los opresores". Por otra parte, a la opo- patrón plata). Si bien la unificación moneta- sición a España se suma la clara advertencia ria no prosperó, Martí descubrió en sus rela- respecto del expansionismo estadounidense. tos y argumentos tanto las intenciones del Si la participación de los Estados Unidos en capital estadounidense como las debilidades la guerra de 1898, "al lado" de Cuba, produ- de los países latinoamericanos si no adopta- cía juicios ambivalentes, la inmediata ane- ban una posición común. Teniendo en cuen- xión de Puerto Rico, el llamado a la Primera ta los lazos económicos de América Latina Conferencia Panamericana, su protagonismo con Europa (que en el caso de Cuba y tutelar frente al bloqueo de Inglaterra, Puerto Rico aún eran lazos de dependencia Alemania e Italia a Venezuela en 1902, la colonial), se opuso a la moneda única prohi- enmienda Platt en Cuba, la secesión de jada por los Estados Unidos: Retrato de José Martí (1853-1895), político, periodista, filósofo y poeta y máximo Panamá jalonaban evidencias de una domi- Ni en los arreglos de moneda, que es el instru- referente de las luchas por la independen- nación que comenzaba a ser denunciada y mento del comercio, puede un pueblo sano pres- cia cubana.
  • 8. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:04 p.m. PÆgina 8 8 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES NUESTRA AMÉRICA Cree el aldeano vanidoso que el mundo nacionales han de reemplazar a los políti- za, como sin saberlo, a probar el amor. entero es su aldea, y con tal de que él cos exóticos. [...] [...] En pie, con los ojos alegres de los tra- quede de alcalde, o le mortifique al rival Un cura, unos cuantos tenientes y una bajadores, se saludan, de un pueblo a que le quitó la novia, o le crezcan en la mujer alzan en México la república, en otro, los hombres nuevos americanos. alcancía los ahorros, ya da por bueno el hombros de los indios. Un canónigo espa- Surgen los estadistas naturales del estu- orden universal, sin saber de los gigantes ñol, a la sombra de su capa, instruye en la dio directo de la Naturaleza. Leen para que llevan siete leguas en las botas y le libertad francesa a unos cuantos bachille- aplicar, pero no para copiar. [...] pueden poner la bota encima, ni de la res magníficos, que ponen de Jefe de Pero otro peligro corre, acaso, nuestra pelea de los cometas en el Cielo, que van Centro América contra España al general América, que no le viene de sí, sino de la por el aire dormido engullendo mundos. de España. Con los hábitos monárquicos, diferencia de orígenes, métodos e intere- Lo que quede de aldea en América ha de y el Sol por pecho, se echaron a levantar ses entre los dos factores continentales, y despertar. Estos tiempos no son para acos- pueblos los venezolanos por el Norte y es la hora próxima en que se le acerque tarse con el pañuelo a la cabeza, sino con los argentinos por el Sur. Cuando los dos demandando relaciones íntimas, un pue- las armas de almohada, como los varones héroes chocaron, y el continente iba a blo emprendedor y pujante que la desco- de Juan de Castellanos; las armas del jui- temblar, uno, que no fue el menos gran- noce y la desdeña. [...] cio, que vencen a las otras. Trincheras de de, volvió riendas. [...] El problema de la No hay odio de razas, porque no hay ideas valen más que trincheras de piedra. independencia no era el cambio de for- razas. [...] El alma emana, igual y eterna, [...] el buen gobernante en América no mas, sino el cambio de espíritu. de los cuerpos diversos en forma y en es el que sabe cómo se gobierna el ale- Con los oprimidos había que hacer cau- color. Peca contra la Humanidad el que mán o el francés, sino el que sabe con sa común, para afianzar el sistema opues- fomente y propague la oposición y el qué elementos está hecho su país. [...] to a los intereses y hábitos de mando de odio de las razas. [...] Pensar es servir. Ni El gobierno ha de nacer del país. El los opresores. [...] La colonia continuó ha de suponerse, por antipatía de aldea, espíritu del gobierno ha de avenirse a la viviendo en la república; y nuestra una maldad ingénita y fatal al pueblo constitución propia del país. El gobierno América se está salvando de sus grandes rubio del continente, porque no habla no es más que el equilibrio de los ele- yerros [...] por la virtud superior, abona- nuestro idioma, ni ve la casa como noso- mentos naturales del país. da con sangre necesaria, de la república tros la vemos, ni se nos parece en sus [...] En pueblos compuestos de elemen- que lucha contra la colonia. [...] lacras políticas, que son diferentes de las tos cultos e incultos, los incultos gober- Éramos una visión, con el pecho de nuestras; ni tiene en mucho a los hom- narán, por su hábito de agredir y resol- atleta, las manos de petimetre y la frente bres biliosos y trigueños, ni mira caritati- ver las dudas con su mano, allí donde los de niño. Éramos una máscara, con los cal- vo, desde su eminencia aún mal segura, a cultos no aprendan el arte del gobierno. zones de Inglaterra, el chaleco parisien- los que, con menor favor de la Historia, La masa inculta es perezosa, y tímida en se, el chaquetón de Norte América y la suben a tramos heroicos la vía de las las cosas de la inteligencia, y quiere que montera de España. [...] El genio hubiera repúblicas; ni se han de esconder los la gobiernen bien; pero si el gobierno le estado en hermanar, con la caridad del datos patentes de problemas que puede lastima, se lo sacude y gobierna ella. corazón y con el atrevimiento de los fun- resolverse, para la paz de los siglos, con ¿Cómo han de salir de las universidades dadores, la vincha y la toga; en desestan- el estudio oportuno y la unión tácita y los gobernantes si no hay universidad en car al indio; en ir haciendo lado al negro urgente del alma continental. ¡Porque ya América donde se enseñe lo rudimenta- suficiente; en ajustar la libertad al cuer- suena el himno unánime; la generación rio del arte del gobierno, que es el análi- po de los que se alzaron y vencieron por actual lleva a cuestas, por el camino abo- sis de los elementos peculiares de los ella. Nos quedó el oidor, y el general, y el nado por los padres sublimes, la América pueblos de América? [...] Conocer el país, letrado, y el prebendado. [...] Ni el libro trabajadora; del Bravo a Magallanes, y gobernarlo conforme al conocimiento, europeo, ni el libro yankee, daban la cla- sentado en el lomo del cóndor, regó el es el único modo de librarlo de tiranías. ve del enigma hispanoamericano. Se pro- Gran Semí, por las naciones románticas La universidad europea ha de ceder a la bó el odio, y los países venían cada año a del continente y por las islas dolorosas universidad americana. La historia de menos. Cansados del odio inútil, de la del mar, la semilla de la América nueva! América, de los incas a acá, ha de ense- resistencia del libro contra la lanza, de la ñarse al dedillo, aunque no se enseñe la razón contra el cirial, de la ciudad contra de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia el campo, del imperio imposible de las es preferible a la Grecia que no es nues- castas urbanas divididas sobre la nación José Martí, en El Partido Liberal, tra. Nos es más necesaria. Los políticos natural, tempestuosa o inerte, se empie- México, 30 de enero de 1891.
  • 9. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:04 p.m. PÆgina 9 AMÉRICA LATINA. LOS NOMBRES DEL NUEVO MUNDO 9 Tapa de la revista Caras y Caretas, de la década de 1920, en la que se satiriza la tendencia de los Estados Unidos a controlar el comercio y la economía mundial.
  • 10. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:04 p.m. PÆgina 10 10 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES PANAMÉRICA Theodore Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, y su política del “Gran Garrote” en el Caribe, en 1904. H acia fines del siglo XIX, los Estados Unidos de América concluyeron su po- lítica aislacionista y diseñaron una estrategia rica") / Europa, bajo la hegemonía de los Estados Unidos. Si la primera oposición esgri- me la unidad en función de una tradición Esta definición cuantitativa deja ver la estra- tegia de "solidaridad y cooperación" que ani- maba el accionar del Departamento de diplomática para el "resto de América". La cultural común, el panamericanismo se basa Estado. Esa suerte de Zollverein (unión adua- ideología del "destino manifiesto" divulga la en un criterio geográfico, de pertenencia he- nera, unión monetaria y banco interamerica- convicción de que hay naciones que poseen misférica, al que se suman razones de índole no) se desprendía de la propuesta de la una misión histórica para las cuales la expan- estratégica con componentes "novomundis- delegación oficial estadounidense, estrate- sión no sólo es natural e irresistible, sino tas" que no dejan de esconder la unilaterali- gia de "cooperación" que no prosperará también deseable y "legítima". dad de la convocatoria y sus objetivos más sino hasta las redefiniciones de la segunda En este caso, es el secretario de Estado precisos. Dijo Blaine en la sesión inaugural de posguerra. El recorrido de las sedes de las estadounidense, J. Blaine, quien se apropia la Primera Conferencia: Conferencia hasta 1930 muestra la inten- del concepto de "Nuestra América". La con- Toda la superficie territorial de las naciones cionalidad y las prioridades de la política vocatoria a la Primera Conferencia Pana- aquí representadas alcanza 12.000.000 de millas exterior estadounidense: México, 1901; mericana (Washington, 1889) tuvo la inten- cuadradas, que es más de trece veces el área de Brasil, 1906; Argentina, 1910; Chile, 1923; ción de neutralizar la influencia política y toda Europa [...] y si consideramos sus fuerzas Cuba, 1928. Los magros resultados de económica europea (sobre todo inglesa) en productivas [...] ellas guardan una proporción todas las reuniones evidencian una profun- la región. Si el "panlatinismo" expresa la aún mayor respecto de las del mundo entero. da desconfianza hacia el país del norte. Y oposición sajón-latino, el panamericanismo Estos grandes territorios hoy encierran aproxima- esto se explica no sólo por el carácter "arti- instala la oposición "América" ("Pan-Amé- damente 120.000.000 de habitantes [...]. ficial" y "forzado" de las convocatorias,
  • 11. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:04 p.m. PÆgina 11 AMÉRICA LATINA. LOS NOMBRES DEL NUEVO MUNDO 11 sino, sobre todo, por la estrecha alineación de nuestras definiciones culturales". Un los mestizos, "rapaces", etc. En el carácter de las economías latinoamericanas respecto rápido recorrido por los títulos de algunas "híbrido" de estos últimos Bunge cree ver la de Europa bajo la hegemonía británica, obras muestra diáfanamente la medicaliza- causa de los retrasos y los males del conti- por lo menos hasta la Primera Guerra ción del discurso: Manual de patología polí- nente. La "hibridez" de mestizos y mulatos Mundial. Los Estados Unidos salen fortale- tica (1889), del argentino Juan Álvarez; deviene esterilidad no sólo biológica, sino y cidos de la confrontación bélica y la políti- Continente enfermo (1899), del venezola- sobre todo psíquica y moral, ya que estos ca del big stick (gran garrote) se correspon- no César Zumeta; Enfermedades sociales "son como las dos cabezas de una hidra derá con esa correlación de fuerzas. Si el (1905), del argentino Manuel Ugarte; Pue- fabulosa que rodea, aprieta y estrangula, segundo punto de la Enmienda Platt de la blo enfermo (1909), del boliviano Alcides entre su espiral gigantesca, una hermosa y Constitución cubana era el recurso legal Arguedas; La enfermedad de Centroamé- pálida virgen: Hispano-América!". para la intervención militar efectiva de la rica (1912), del nicaragüense Salvador Todo esto conlleva una traducción política y Marina de Guerra estadounidense durante Mendieta; O parasitismo social e evoluçâo social sobre las causas de los males de o después de la Primera Guerra, los Estados na América Latina (1903), del brasileño Hispanoamérica, reflexión en la que aquí no Unidos intervinieron bajo el genérico y Manoel Bonfim, sólo por citar algunos. entraremos. Lo que nos interesa subrayar unilateral corolario de la doctrina Monroe. El tejido de la nación bajo el microscopio de estos análisis es, por un lado, el éxito de Sin eufemismo ni lírica alguna, el mismo de estos intelectuales se explica bajo funcio- divulgación de estas ideas que se dirigieron a Roosevelt denominó como del "gran garro- nalistas criterios de corrupción, degeneración sustentar la legalidad de las dominaciones te" la política exterior estadounidense para y selección. Se trata, entonces, de detectar la oligárquico-tradicionales en términos "cien- la región. Inspirado en una "pedagogía" "enfermedad" para obrar en consecuencia. tíficos". Por otra parte, es posible filiar estos que poco ocultaba el patronazgo de las De allí que una primera cuestión sea la misma diagnósticos "clínicos" con su contracara: inversiones de su país o, en algunos casos, defensa de ese conocimiento "positivo". Por las soluciones "quirúrgicas" que suponen, invocando un poder de policía ejemplifica- ejemplo, el boliviano Alcides Arguedas afir- habida cuenta del carácter irreversible que dor, los Estados Unidos intervinieron manu maba: "debemos convenir, franca, corajuda- tiene una "carga genética" inmodificable militari, en la zona del istmo de Panamá, y mente, sin ambages, que estamos enfermos, histórica o socialmente. Así, estas metáforas en el Caribe. En abril de 1914, el mismo o mejor, que hemos nacido enfermos y que biologistas se resolvieron sin poesía desde el Wilson mandó a atacar el puerto de nuestra disolución puede ser cierta". Carlos poder, mediante el exterminio, la explota- Veracruz, generando un conflicto que sólo la Octavio Bunge en su libro Nuestra América ción y la exclusión, en síntesis, por medio de Primera Guerra Mundial no llevó a mayores. no duda en exaltar impiadosamente las la privación de los más elementales derechos En la década de 1910, la Marina de Guerra "virtudes" de los "vicios": "el alcoholismo, humanos, civiles y políticos para la gran desembarcó en Nicaragua (1912-1925 y la viruela y la tuberculosis −¡benditos sean!− mayoría de la población durante gran parte 1926-1933), Haití (1915-1934) y Santo Do- habían diezmado a la población indígena y de la historia de América Latina. mingo (1916-1924), marcando de manera africana". indeleble el posterior derrotero político y Los intelectuales positivistas tenían un par- social de esos países. ticular interés en adjudicar a la composición racial de las sociedades latinoamericanas los “NUESTRA AMÉRICA” frenos al desarrollo. Uno de los motivos que BAJO EL MICROSCOPIO POSITIVISTA seduce a los raciólogos es que, en parte, la explicación racial, por biológica y determi- La ensayística latinoamericana de la prime- nista, exime a los "no aptos" de las respon- ra década del siglo XX se caracterizó por sabilidades de la conducción. Subyace en la interpretación orgánico-biologista y la esto cierta decepción, cuando no un rotun- naturalización de los fenómenos sociales. do pesimismo respecto del poder de la liber- La sociedad era conceptualizada como un tad individual y la autodeterminación, cuali- organismo. El dato fatal para definir ese dades que desde el terreno filosófico se organismo era la constelación racial de esa desplazan al plano político. Cuál es, enton- sociedad (complementada con la influencia ces, el "alma nacional" es la primera pre- del medio físico). Bajo el paraguas omnis- gunta metodológica para plantear un ciente del positivismo surge una preocupa- orden político acorde con ella. Así se filia la ción sociológica que intenta dar cuenta de "genética social" con el tema de la identi- estas "mórbidas" sociedades. Como expre- dad y éste con el orden político. sara alguna vez Carlos Real de Azúa, "el día Siguiendo estos rumbos, para Bunge, los que se trace la línea del pensamiento racista castellanos son "arrogantes" e "innatamen- Lámina del atlas de Cesare Lombroso sobre en Iberoamérica, asombrará el volumen de te" superiores; los indios, "pasivos" y "fata- el hombre criminal, en la que se retrata a una ideología entrelazada a lo más 'oficial' listas"; los mulatos, "impulsivos" y "falsos"; revolucionarios y criminales políticos.
  • 12. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:04 p.m. PÆgina 12 12 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES NOVOMUNDISMO E INDOAMÉRICA L a Primera Guerra Mundial marcó una gran crisis de los valores rectores del "largo siglo XIX". Si Europa se "suicidaba" en una guerra, al decir de José Ingenieros, ¿dónde estaba la civilización y dónde la bar- barie? Las ideas de modernidad, civiliza- ción, racionalismo, liberalismo y progreso fueron cuestionadas. Una "nueva genera- ción" de pensadores latinoamericanos plan- teó una profunda revisión de los valores precedentes. Esa "nueva generación" iba acompañada de una "nueva sensibilidad" que unía lo joven con lo nuevo, la vanguar- dia y la polémica. Antiimperialismo, indoamericanismo, re- formismo, revolución, socialismo y proble- ma nacional fueron tópicos frecuentados por el criticismo juvenil de los años veinte, como fórmulas de reemplazo del orden anterior. Una búsqueda que ha perdido el norte "europeo" (o "europeísta", como se decía entonces). Como expresó Pedro Henríquez Ureña en 1925: "No es que ten- gamos brújula propia; es que hemos perdi- do la ajena". Desde estas interpretaciones, el proyecto independentista a escala regional fue des- virtuado por las generaciones constructoras de los Estados latinoamericanos. Para el mexicano José Vasconcelos: [...] nuestra guerra de Independencia se vio men- guada por el provincianismo y por la ausencia de planes trascendentales. La raza que había soñado con el imperio del mundo, los supuestos descen- dientes de la gloria romana, cayeron en la pueril satisfacción de crear nacioncitas y soberanías de Amauta, revista fundada en Perú en 1926 por José Carlos Mariátegui. principado [...], con la ilustre excepción de Bolívar, Sucre y Petion el negro y media docena más, a lo sumo. Pero los otros [...] sólo se ocuparon de res y animadores, hombres de excepción. Pleitos los paradigmas clásicos imponían el impera- empequeñecer un conflicto que pudo haber sido absurdos y guerras criminales desgarraron la uni- tivo de la unidad. el principio del despertar de un continente. dad de la América Indo-Española. Si las oligarquías, los mercados o una geo- grafía compleja habían sido las causas del En los mismos términos, José Carlos Es decir, para la nueva generación, las movimiento centrífugo, de fragmentación Mariátegui, desde Perú, señalaba: naciones provenían del desgarro de cierta del espacio cultural y político latinoameri- [...] la generación libertadora sintió intensa- unidad original, a la que era posible retor- cano después de las independencias, otro mente la unidad sudamericana [...]. El ideal ame- nar. Proponían retomar esos ideales de uni- tanto ocurría con la voluntaria y −para ricanista, superior a la realidad contingente, fue dad regional para salvar ese "desvío" histó- Víctor Raúl Haya de la Torre− conspirativa abandonado. La revolución de la Independencia rico, tanto más cuanto que los peligros que acción del imperialismo en favor de las había sido un gran acto romántico; sus conducto- acechaban a América Latina y la "crisis" de "patrias chicas":
  • 13. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:05 p.m. PÆgina 13 AMÉRICA LATINA. LOS NOMBRES DEL NUEVO MUNDO 13 Uno de los más importantes planes del imperia- época colonial, "se refieren al pasado, a ción, cultural y política, buscaba en el archi- lismo es mantener a nuestra América dividida. una América exclusivamente española o por- vo del pasado aquellas experiencias de esci- América Latina unida, federada, formaría uno de tuguesa, e implicaban el desconocimiento sión y encontraba en la gesta emancipado- los países más poderosos del mundo. Conse- de las influencias posteriores a la colonia". ra un camino continentalista. Por eso, un cuentemente, el plan [...] es dividirnos. El único Los términos América Latina, Latinoamé- intelectual tan emblemático (y tan perspi- camino de los pueblos latinoamericanos es unirse rica, latinoamericanismo, corresponden a la caz para captar las representaciones cul- [...]. esa es la gran misión de la nueva generación república y al siglo XIX, "son más amplios y turales de América Latina) como Pedro revolucionaria antiimperialista de América Latina. modernos [...] ya que abarcan lo español, lo Henríquez Ureña instaba a afirmar la comu- portugués sin excluir lo africano, por la nidad cultural de Nuestra América como Representativa de esta pretensión por ana- incorporación de Haití que habla francés, a fórmula que había contribuido en el pasado lizar y definir este "continente" es, precisa- nuestra gran familia continental". Sucede a a superar las crisis civilizadoras, pero sobre mente, la polémica acerca de las maneras este nombre, cronológicamente, el pana- todo como arraigo para imaginar utopías. de denominarlo: "Latinoamérica", "Ibero- mericanismo, que "es la expresión imperia- Un decidido espíritu novomundista atra- américa", "Hispanoamérica", "Indoaméri- lista yanqui". viesa la pregunta por la personalidad de lo ca", "Los Estados Des-Unidos del Sur", o Para Haya de la Torre, Indoamérica era el latinoamericano. El tema novomundista se bien, "Interamericanismo", "Panamericanis- más representativo de la "nueva genera- instala con un significado históricamente mo", "Wilsonismo", son expresiones que ción", ya que "comprende la prehistoria, lo diferente del de "Mundus Novus" de nues- denotan y connotan diferentes formas de indio, lo ibérico, lo latino y lo negro, lo mes- tras primeras páginas. Asociado al telurismo y apropiación conceptual, ideológica, política tizo y lo cósmico −digamos, recordando a a la potencialidad vital de un paisaje sanguí- que los intelectuales se veían en la obliga- Vasconcelos− manteniendo su vigencia neo, producto del choque entre dos culturas, ción de precisar. frente al porvenir". Es un término político, urge el intento de pensar en términos de Haya de la Torre dedicó no pocos textos, ya que "corresponde a la presente etapa síntesis. Así, mestizajes, "razas cósmicas", muy divulgados en América Latina, sobre la revolucionaria de Nuestra América". "eurindias", "indologías" e "Indoamérica" cuestión del nombre. Hispanoamericanis- Independencia, autonomía y soberanía van marcando maneras más introspectivas y mo e iberoamericanismo correspondía a la son palabras recurrentes. Esta autoafirma- más inclusivas para pensar la región. Museo Torres García "He dicho Escuela del Sur, porque en realidad, nuestro norte es el Sur. No debe haber norte, para nosotros, sino por oposición a nuestro Sur. Por eso ahora pone- mos el mapa al revés, y entonces ya tenemos justa idea de nuestra posición, y no como quieren en el resto del mundo. La punta de América, desde ahora, prolon- gándose, señala insistentemente el Sur, nuestro norte". Joaquín Torres García, Universalismo constructivo, Buenos Aires, Poseidón, 1941. América invertida, cuadro de Joaquín Torres García, 1943.
  • 14. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:05 p.m. PÆgina 14 14 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES LA UNIDAD DE LA AMÉRICA INDO-ESPAÑOLA Los pueblos de la América española se unidad de la América Indo-Española. [...] mueven en una misma dirección. La solida- Los más próximos a Europa fueron fecun- ridad de sus destinos históricos no es una dados por sus inmigraciones. Se beneficia- ilusión de la literatura americanista. Estos ron de un mayor contacto con la civiliza- pueblos, realmente, no sólo son hermanos ción occidental. Los países hispano-ameri- en la retórica sino también en la historia. canos empezaron así a diferenciarse. [...] Proceden de una matriz única. La conquis- Aparece como una causa específica de ta española, destruyendo las culturas y las dispersión la insignificancia de los vínculos agrupaciones autóctonas, uniformó la fiso- económicos hispano-americanos. Entre nomía étnica, política y moral de la estos países no existe casi comercio, no América Hispana. Los métodos de coloni- existe casi intercambio. Todos ellos son, zación de los españoles solidarizaron la más o menos, productores de materias pri- suerte de sus colonias. Los conquistadores mas y de géneros alimenticios que envían impusieron a las poblaciones indígenas su a Europa y Estados Unidos, de donde reci- religión y su feudalidad. La sangre españo- ben, en cambio, máquinas, manufacturas, la se mezcló con la sangre india. Se crea- etcétera. Todos tienen una economía ron, así, núcleos de población criolla, gér- parecida, un tráfico análogo. Son países sonalidad intelectual influye en la cultu- menes de futuras nacionalidades. Luego, agrícolas. Comercian, por tanto, con países ra continental. [...] idénticas ideas y emociones agitaron a las industriales. Entre los pueblos hispanoa- Es absurdo y presuntuoso hablar de una colonias contra España. El proceso de for- mericanos no hay cooperación; algunas cultura propia y genuinamente americana mación de los pueblos indo-españoles veces, por el contrario, hay concurrencia. en germinación, en elaboración. Lo único tuvo, en suma, una trayectoria uniforme. No se necesitan, no se complementan, evidente es que una literatura vigorosa La generación libertadora sintió intensa- no se buscan unos a otros. Funcionan refleja ya la mentalidad y el humor hispa- mente la unidad sudamericana. Opuso a económicamente como colonias de la no-americanos. Esta literatura [...] no vin- España un frente único continental. Sus industria y la finanza europea y nortea- cula todavía a los pueblos; pero vincula, caudillos obedecieron no un ideal nacio- mericana. [...] aunque no sea sino parcial y débilmente, a nalista, sino un ideal americanista. Esta Es cierto que estas jóvenes formaciones las categorías intelectuales. actitud correspondía a una necesidad his- nacionales se encuentran desparramadas Nuestro tiempo, finalmente, ha creado tórica. Además, no podía haber nacionalis- en un continente inmenso. Pero, la econo- una comunicación más viva y más extensa: mo donde no había aún nacionalidades. mía es, en nuestro tiempo, más poderosa la que ha establecido entre las juventudes La revolución no era un movimiento de las que el espacio. Sus hilos, sus nervios, supri- hispano-americanas la emoción revolucio- poblaciones indígenas. Era un movimiento men o anulan las distancias. La exigüidad naria. Más bien espiritual que intelectual, de las poblaciones criollas, en las cuales los de las comunicaciones y los transportes es, esta comunicación recuerda la que concer- reflejos de la Revolución Francesa había en América Indo-Española, una conse- tó a la generación de la independencia. generado un humor revolucionario. cuencia de la exigüidad de las relaciones Ahora como entonces la emoción revolucio- Mas las generaciones siguientes no conti- económicas. [...] naria da unidad a la América Indo-Española. nuaron por la misma vía. Emancipadas de La América española se presenta prácti- Los intereses burgueses son concurrentes España, las antiguas colonias quedaron camente fraccionada, escindida, balcani- o rivales; los intereses de las masas, no. bajo la presión de las necesidades de un zada. Sin embargo, su unidad no es una Con la Revolución Mexicana, con su suerte, trabajo de formación nacional. El ideal utopía, no es una abstracción. Los hom- con su ideario, con sus hombres, se sienten americanista, superior a la realidad contin- bres que hacen la historia hispano-ameri- solidarios todos los hombres nuevos de gente, fue abandonado. La revolución de cana no son diversos. Entre el criollo del América. Los brindis pacatos de la diploma- la independencia había sido un gran acto Perú y el criollo argentino no existe dife- cia no unirán a estos pueblos. Los unirán romántico; sus conductores y animadores, rencia sensible. [...] en el porvenir los votos históricos de las hombres de excepción. El idealismo de esa La identidad del hombre hispano-ameri- muchedumbres. gesta y de esos hombres había podido ele- cano encuentra una expresión en la vida varse a una altura inasequible a gestas y intelectual. Las mismas ideas, los mismos hombres menos románticos. Pleitos absur- sentimientos circulan por toda la José Carlos Mariátegui, en Variedades, dos y guerras criminales desgarraron la América Indo-Española. Toda fuerte per- Lima, 6 de diciembre de 1924.
  • 15. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:05 p.m. PÆgina 15 AMÉRICA LATINA. LOS NOMBRES DEL NUEVO MUNDO 15 DE NOMBRES Y SIGNIFICADOS C uarenta y seis países, territorios depen- dientes y departamentos de ultramar componen esta parte del mundo que ofi- cialmente se denomina América Latina y el Caribe. Es la región que más nombre por sumatoria posee. El agregado "y el Caribe" fue para incorporar aquellas áreas de len- guas y tradiciones no latinas. El nombre "América Latina y el Caribe" fue −entonces− producto de varios agrega- dos algo aleatorios: el invento de modernos monjes "francoalemanes" que no conocie- ron la empresa de Colón, una latinidad heredera de Napoleón III y de genealogías románicas, y un nombre geográfico (para- dójicamente indígena, "caribe") para incor- porar sociedades sajonas. Si la yuxtaposición de bautismos es un bri- colaje complejo y curioso, más lo son las ausencias. Existe alrededor de medio millar de len- guas "aborígenes" y tantas o más variacio- nes dialectales de ellos, no contempladas en el nombre oficial de la región. En un país como el Perú, por ejemplo, se estima que los indígenas de habla vernácula son alre- dedor del 25% de la población total; de estos, la mayoría habla quechua (en dife- rentes versiones) y aymara, pero una mino- ría habla alguna de las 41 lenguas de la Amazonia peruana. En Guatemala, donde más de la mitad de la población es indíge- na, se hablan veintidós lenguas amerindias: veintiún mayas y una náhuatl a las que se suma el uso de dos lenguas criollas en su costa del Caribe: el garífuna o afrocaribeño y el inglés criollo. Pero aun en países donde El mapa de Diego Homem, de 1558, muestra las tierras sudamericanas, el “Mundus Novus” KHM, Viena, Austria desde las antillas hasta la Patagonia (“Terra Incognita”). la población indígena es muy minoritaria, el pertenecían a los cánones de Occidente, multilingüismo es un dato importante. En que son −como puede deducirse− los que Colombia, por ejemplo, los indígenas repre- "nombran". Estas dependencias y subalter- sentan menos del 2% de la población total, nidades muestran no sólo las dificultades pero ese porcentaje habla entre 64 y 68 que tuvo (y tiene) esta parte del mundo idiomas diferentes. para entrar en el mapa, sino también (o qui- Este multilingüismo conlleva múltiples sa- zá, por eso) de pensarse desde dentro del El penacho de Moctezuma, más valorado beres, sentires y miradas; maneras y sentidos mapa. Esas subalternidades y dependencias por los aztecas que por los españoles. que en su origen (ya no, probablemente) no comienzan, quizá, pero no acaban ni se
  • 16. l mundus novus.qxd 21/03/2007 04:05 p.m. PÆgina 16 16 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES completan con la exclusión de los pueblos mundo entró en el mapa a fuerza de reclamado por varias organizaciones indi- originarios del nombre de la región. Hay más de una paradoja y muchas más contra- genistas de México. muchas otras exclusiones, subalternidades dicciones. Otra paradoja: durante siglos se pensó que y dependencias. El tema del nombre es una Y hablando de paradojas y mapas, uno de todos los ejemplares de la primera impresión manera de plantearlo. los símbolos de la cultura azteca y de su del mapa de Waldseemüller (1507) se ha- ¿Es América Latina "moderna", "premo- ciudad Tenochtitlán es el penacho de bían perdido. Al parecer sólo uno llegó a la derna", posmoderna? ¿Es parte de Occi- Moctezuma. En 1519, el rey Moctezuma época moderna y se conservaba en la biblio- dente, un extremo de Occidente u "otro mandó de regalo a Cortés, como prueba de teca del príncipe von Waldburg-Wolfegg- Occidente"? ¿Es una región "en desarro- la estatura del "visitante", un conjunto de Waldsee en Würtemberg, en el sur de llo", emergente, periférica? No es el tema piezas, entre ellas el penacho. De estas pie- Alemania. En 1901 se supo de su existen- que desarrollamos aquí, pero son preguntas zas, el objeto más valioso para los españo- cia en la biblioteca principesca, causando que subyacen en la trama de los discursos les no fue el penacho, sino tres discos una gran sensación en el mundo científi- y proyectos que recorrimos con la excusa metálicos, representaban al Sol, la Luna y co y académico. En 2002, la Biblioteca del nombre. Venus, el primero de oro puro y de dos del Congreso de los Estados Unidos en Cada nominación históricamente consi- metros de diámetro que pesaba diecisiete Washington compró por diez millones de derada lleva impresa una manera de definir kilos. En 1563 pasó a manos de un sobrino dólares este único ejemplar. Por el momen- y apropiarse de los contenidos y proyectos, de Carlos V, Fernando, conde de Tirol, de la to, el mapa está en exhibición en el edificio que, en distintas épocas generaron res- dinastía de los Habsburgo. Actualmente Thomas Jefferson de la Biblioteca del puestas y contrapropuestas. Esta parte del está en el el Museo de Viena, y es y ha sido Congreso en Washington. Bibliografía Palacios, Alfredo: Nuestra América y el imperialismo yanqui, Ardao, Arturo: Nuestra América Latina, Montevideo, Banda Oriental, 1990. Madrid, s.e., 1930. Arguedas, Alcides: Pueblo enfermo [1909], Santiago de Chile, Ercilla, 1937. Real de Azúa, Carlos: "Los males latinoamericanos y su clave", Punto Bolívar, Simón: "Carta de Jamaica" [1815], en José Luis Romero y Luis de Vista, Buenos Aires, a. VI, n° 18, agosto de 1983, pp. 15-21. Alberto Romero (compilación y prólogo), Pensamiento político de la Rojas Mix, Miguel: Los cien nombres de América. Eso que descubrió emancipación, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1985. Colón, Barcelona, Lumen, 1992. Bunge, Carlos Antonio: Nuestra América: Ensayo de psicología social, Soler, Ricaurte: Idea y cuestión nacional latinoamericanas. De la indepen- Buenos Aires, Arnoldo Moen, 1911. dencia a la emergencia del imperialismo, México, Siglo XXI, 1980. Haya de la Torre, Víctor Raúl: "¿Hispanos, latinos, panamericanos, indo- Vasconcelos, José: La raza cósmica. Misión de la raza iberoamericana. americanos? Algo más sobre la cuestión del nombre", en Notas de viajes a la América del Sur [1925], Barcelona, Agencia Construyendo el aprismo, Buenos Aires, Claridad, 1931. Mundial de Librerías, s.f. Haya de la Torre, Víctor Raúl: "La cuestión del nombre. El significado Viscardo, José Pablo: "Carta a los Españoles- Americanos" [1792], en José político del nombre" [1930], en ¿A dónde va Indoamérica?, Buenos Luis Romero y Luis Alberto Romero (compilación y prólogo), Pensamien- Aires, Indoamérica, 1952. to político de la emancipación, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1985. Henríquez Ureña, Pedro: La utopía de América, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1978. Agradecimientos Ingenieros, José: Los tiempos nuevos [1920], Buenos Aires, Elmer, 1956. El equipo de Publicaciones de la Dirección Nacional de Gestión Curricular y Mariátegui, José Carlos: "La unidad de la América Indo-Española" Formación Docente agradece a las siguientes instituciones y personas por [1924], en Temas de Nuestra América, Amauta, Lima, 1980. permitirnos reproducir material fotográfico y colaborar en la documenta- Martí, José: Política de Nuestra América, selección y prólogo de Roberto ción de imágenes: Biblioteca del Congreso (EE.UU.); Instituto Rivera-Agüero Fernandez Retamar, México, Siglo XXI, 1977. (Perú), Galería de Arte Nacional (Venezuela); Biblioteca del Maestro, MECyT Miranda, Francisco de: "Proclama de Coro" [1806], en José Luis Romero y (Argentina); Museo Torres García (Uruguay); UNESCO Photobank; Museo Luis Alberto Romero (compilación y prólogo), Pensamiento político de KHM de Viena (Austria). la emancipación, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1985. O'Gorman, Edmundo: La invención de América. El universalismo en la cultura de Occidente, México, Fondo de Cultura Económica, 1977. Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, Lic. Daniel Filmus Coordinadora del Área de Ciencias Coordinación y documentación, Secretario de Educación, Lic. Juan Carlos Tedesco Sociales, Lic. Raquel Gurevich Lic. Rafael Blanco Coordinadora del Área de Desarrollo Edición, Lic. Gonzalo Blanco Subsecretaria de Equidad y Calidad, Lic. Alejandra Birgin Profesional, Lic. Silvia Storino Diseño y diagramación, Directora Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente, Coordinadora del Programa de DG María Eugenia Más Lic. Laura Pitman Capacitación Explora, Lic. Viviana Celso Corrección, Norma A. Sosa Pereyra Coordinadora de Publicaciones, Lic. Raquel Franco www.me.gov.ar