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Gstrasoc tema 3.2 complementaria

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III
3.2 Nuevo rol del estado.
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  1. 1. III 3.2 Nuevo rol del estado. Para resolver esta aguda crisis surgió la idea de la industrialización, tomando las medidas proteccionistas que ya se estaban aplicando tanto en Estados Unidos como en Europa, con el objetivo de lograr una mayor independencia económica. Se pensaba que la producción de bienes industriales, agrícolas y minerales permitiría a las economías latinoamericanas ser más autosuficientes y menos vulnerables a las crisis económicas internacionales. La llegada de Hitler al poder de Alemania amenazó directamente a la URSS y a la doctrina comunista. Ello produjo que se estableciera una nueva estrategia para todos los partidos comunistas afiliados al Komintern, que ordenaba las alianzas políticas incluso con fuerzas burguesas, siempre que fueran antifascistas. Estas alianzas eran los “Frentes Populares”, con el apoyo comunista. El Bloc de Izquierdas-Partido Radical chileno se transformaría en el Frente Popular, que llevaría en los sucesivos gobiernos tres presidentes radicales al poder. El triunfo del Frente Popular fue decisivo para implementar este nuevo modelo de desarrollo, donde el Estado actuó como motor de un proceso de industrialización que buscaba sustituir las importaciones a través de una estrategia técnico- económica que le permitiera a la población mejorar sus niveles de vida y disminuir los altos índices de cesantía. La idea era implementar nuevas industrias para elevar el consumo interno e intentar ser más autónomos respecto de los mercados internacionales. Este desafío se llevó a cabo ampliando los créditos entregados por el Estado y estableciendo una legislación que los regulara. Se controlaron los bienes que podían ingresar al país y los que se podían importar, desarrollándose una estrategia que buscaba acrecentar los ingresos del Estado. Por otra parte, se adoptaron medidas tendientes a la regulación de los precios para así proteger a los sectores más pobres.
  2. 2. III Aparecieron empresas mixtas donde el Estado se asoció con particulares en la búsqueda de apertura de nuevas actividades económicas. En definitiva, el Estado actuó a modo de empresario realizando obras de gran envergadura como electrificación, construcción de fundiciones, mejoramiento de caminos, entre otras. En 1939, bajo la presidencia de Pedro Aguirre Cerda, el primer radical en el poder, se creó la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), cuyo objetivo era justamente fomentar la producción para elevar el nivel de vida de la población aprovechando los recursos naturales del país, y procurar la disminución de los costos de producción, además de lograr la satisfacción de las diferentes necesidades de las regiones del país. Con esta iniciativa del Estado, de tener un rol activo en la economía nacional, se crearon importantes proyectos gestionados por CORFO, tales como: la Empresa Nacional de Electricidad, S.A. (Endesa), que, además de crear centrales eléctricas e hidroeléctricas, se ocupó de desarrollar un plan para la búsqueda de yacimientos petrolíferos, naciendo de esta manera la ENAP, la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP) y la Industria Azucarera Nacional, S.A. (IANSA). Durante la década de 1940, Chile quedó definitivamente en calidad de país dependiente de Estados Unidos. Por una parte, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y, por otra, debido a los sustanciosos créditos que fueron entregados a Chile. Así, Estados Unidos se transformó en el principal socio comercial de nuestro país. Con Juan Antonio Ríos Morales la inflación se mantuvo alta, dificultando la labor de la CORFO. Pero las obras de Ríos estuvieron en la creación de la Casa Nacional del Niño, la fundación de ENDESA (Empresa Nacional de Electricidad) con la instalación de grandes plantas hidroeléctricas; la modificación de la Constitución de 1925 limitando la iniciativa de los parlamentarios a la proposición de nuevos gastos
  3. 3. III fiscales y, por otro lado, aumentando la independencia de la Contraloría General de la República. En el contexto internacional, y ante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, Chile rompió relaciones con las potencias del “Eje” (Alemania-Italia y Japón), ubicándonos después con los vencedores. En 1946 asume Gabriel González Videla, con el decisivo apoyo del Partido Comunista, quien sigue con la labor del estado benefactor. Impulsó el “Plan Serena”, que consideraba la remodelación de la ciudad; establece la primera base en la Antártica; se crea la CAP (Compañía de Acero del Pacífico), que instala los Altos Hornos de Huachipato y Concepción, destinados a proporcionar la materia prima para el desarrollo industrial. También organizó la ENAP (Empresa Nacional del Petróleo), reservando la explotación del petróleo al Estado. Tras 14 años de gobiernos radicales, se manifestaron profundos cambios en la sociedad chilena. Debido a este fuerte desarrollo económico, impulsado desde el Estado, los distintos grupos sociales tuvieron mejoras sustantivas. La clase media se hizo la clase mayoritaria, con un considerable aumento en su cultura y bienestar. Los obreros también registraron considerables avances en materia de bienestar, y lograron estar políticamente más organizados. Aunque no se puede dejar de mencionar un sector llamado de “marginados”, que se trató de grupos sociales menos organizados y que vivían en la extrema pobreza. Los inmigrantes, llegados de diferentes lugares, contribuyen a hacer de Chile una sociedad más compleja. Y fundamental es nombrar a las mujeres, que consiguieron grandes avances en este período, pues votaron en las elecciones municipales por primera vez en 1935, y luego obtuvieron sus derechos políticos en 1949. Se incorporaron también a la educación formal, constituyendo una presencia cada vez mayor tanto en escuelas como universidades.
  4. 4. III En materia de educación, los gobiernos radicales desarrollaron una amplia campaña. Para Aguirre Cerda, cuyo lema era “gobernar es educar”, la obligación era crear más establecimientos educacionales donde se impartiera la educación básica. Ríos y González Videla pusieron especial cuidado en aumentar la educación media y superior, técnica y universitaria. La obra de los radicales fue extensa en el país. Luego de que Alemania y la URSS firmaran un pacto de “no agresión”, los comunistas del país perdieron el interés en mantener las alianzas y el Frente Popular quedó en el olvido. Los comunistas estaban en el gobierno y durante la Segunda Guerra Mundial no intervinieron diciendo que se trataba de dos enemigos del comunismo, igualmente perjudiciales, el “fascismo” alemán y el “imperialismo capitalista” de las potencias occidentales. Todo cambia cuando Hitler ataca a la URSS, participando los comunistas de la declaración de guerra chilena en contra del Eje. La política comunista internacional cambió. Ahora debían conquistarse los países por la vía armada o por vía política. En Chile cundió la inestabilidad y el desorden, expulsando el presidente González a los comunistas de su gabinete. Se contrarrestó esta acción con una serie de huelgas para derrocar al gobierno. Es dentro de este clima cuando se promulga la “Ley de Defensa de la Democracia” (1948), dejando fuera de la vida política y de los registros electorales al Partido Comunista. Se les expulsó de sus cargos públicos, de las directivas sindicales, fueron declarados ilegales y confiscados todos sus bienes. Las nuevas elecciones presidenciales se llevaron a cabo en un nuevo escenario político y social. La combinación Izquierda–Radical se encontraba ahora debilitada al no tener a los comunistas en su bando. El presidente González buscó un nuevo apoyo en sectores políticos aún pequeños, que más tarde formarían la Democracia Cristiana, llamando a su alianza “Sensibilidad Social”. Para las elecciones de 1952 los candidatos en competencia fueron: Pedro Enrique Alfonso, candidato radical;
  5. 5. III Arturo Matte, candidato de la derecha; Salvador Allende, candidato de la izquierda y Carlos Ibáñez, apoyado por pequeños sectores políticos. Casi con mayoría absoluta se alza con la presidencia Ibáñez. A pesar de las esperanzas puestas en el nuevo mandatario, la situación no tuvo mayores cambios y, hacia fines del decenio, el país siguió enfrentando los mismos problemas. La actividad fabril que se llevó a cabo en este período atrajo mano de obra de origen rural y también a gran cantidad de trabajadores provenientes del norte, luego de la crisis de las salitreras. Grandes contingentes se concentraron en las ciudades, donde experimentaron condiciones precarias de vida, escasez de viviendas, insalubridad, ausencia de asistencia sanitaria, cesantía, hambre y marginalidad. Esta crítica situación hizo que sectores pudientes de la sociedad y jóvenes católicos los apoyaran por medio de instituciones benéficas como el Ropero del Pueblo. Así, en esta nueva realidad, los partidos políticos comienzan a organizarse para enfrentar las elecciones de 1958. En este momento ya es posible distinguir los tres tercios que dominarán la política chilena entre 1958 y 1973. En la izquierda, luego de muchos años de lucha, los socialistas y comunistas logran llegar a acuerdos. En el centro, la recientemente creada Democracia Cristiana desplaza a los radicales, y, en la derecha, los liberales y conservadores logran también un acuerdo. La derecha logra obtener la victoria en 1958, encabezada por Jorge Alessandri. Así como Ibáñez representó la opción del caudillo carismático, Alessandri representaba la opción de los técnicos. Alessandri intentó encabezar un gobierno que estuviera por encima de los intereses partidarios y que tuviera, como primera tarea, controlar la grave crisis económica que afectaba al país. Sin embargo, y al poco andar, quedó demostrado que gobernar con independientes era casi imposible.
  6. 6. III Las elecciones municipales de 1963 confirmaron los más oscuros augurios que rondaban al gobierno. La Democracia Cristiana se levantó como la primera fuerza electoral del país, mientras que la derecha sufrió una gran derrota. Así comenzaron los preparativos para la elección presidencial. Los pronósticos aseguraban que la definición se iba a dar entre la Democracia Cristiana y los partidos de izquierda unidos en el Frente de Acción Popular (FRAP); sin embargo, a fines de 1963, el panorama se complicó extraordinariamente. El fallecimiento del diputado Óscar Naranjo hizo necesaria la convocatoria a elecciones complementarias en Curicó. Por ser una zona agrícola, la derecha esperaba una fácil victoria, ya que el difunto parlamentario que pertenecía al Partido Socialista había obtenido su cargo en una lucha muy estrecha. Sin embargo, en la elección para ocupar su sillón, ganó Óscar Naranjo hijo, representando al FRAP. Esto generó una inmediata reacción de la derecha, que decidió abandonar la candidatura presidencial de Julio Durán y apoyó a la Democracia Cristiana, lo que permitió la victoria de Eduardo Frei Montalva con una mayoría histórica. La Revolución en libertad. La victoria de Eduardo Frei encabezando a la Democracia Cristiana representa dos fenómenos de importancia mayor para la historia política chilena de las últimas tres décadas. En primer lugar, los más prestigiados historiadores coinciden en que con la administración demócrata cristiana se inician los llamados “Proyectos Políticos Globales”, que pretendían lograr un camino íntegro del país. En segundo lugar, la victoria demócrata cristiana es un claro reflejo de la influencia que los sucesos internacionales tenían sobre Chile. Diversos analistas aseguran que la experiencia de la “Revolución en Libertad” era una clara opción frente al avance aparentemente victorioso del comunismo en América Latina, particularmente desde el triunfo de la revolución cubana en 1959.
  7. 7. III Habiendo obtenido la victoria por tan amplia mayoría, la Democracia Cristiana buscó poner en práctica su programa de gobierno, el cual consistía esencialmente en llevar adelante grandes reformas que permitirían un cambio radical del país. En primer lugar, se recuperarían las riquezas básicas de la nación llevando adelante la “chilenización del cobre”. En segundo lugar, se impulsaría una reforma agraria seria y no como la del gobierno anterior, con la llamada “reforma del macetero”. En tercer lugar, se estimularía la participación de la población a través de los organismos de carácter intermedio, tales como las juntas de vecinos, los organismos juveniles, etc. En cuarto lugar, se procuraría emprender un vasto plan de vivienda que permitiera la construcción de 60.000 casas por año. Y, finalmente, se promovería la implantación definitiva del sufragio universal, integrando a los analfabetos y a los no videntes. La vastedad del plan demócrata cristiano hizo que los más entusiastas hablaran del inicio de tres décadas de gobierno de esa tendencia política. Sin embargo, la situación del país terminó frustrando el intento. Cuando Frei había asumido el poder señaló que “no iba a cambiar una coma de su programa ni por un millón de votos”. Esto tenía consecuencias políticas que no pasaron inadvertidas para los diversos sectores políticos. En primer lugar, la Democracia Cristiana estaba anunciando que iba a intentar gobernar sola; y en segundo lugar, que tendría que ganar necesariamente el control total del Congreso. El ánimo claramente confrontacional que percibieron los partidos políticos hizo que desde un primer momento se desatara una oposición despiadada al gobierno. En marzo de 1965, la Democracia Cristiana obtiene el control de la Cámara de Diputados, pero el Senado queda en manos de la oposición, lo que obliga al gobierno a tener que negociar. El primer enfrentamiento se produce a raíz del envío del proyecto de ley de reforma agraria junto al proyecto de reforma de la Constitución en lo referente al derecho de propiedad.
  8. 8. III La derecha se opone inmediatamente alegando que se intentaba destruir el concepto de propiedad y llevar la anarquía al campo. La tramitación es demorada hasta 1967, cuando es aprobada, aunque con una serie de correcciones que hacen que el gobierno reaccione promulgando la ley de sindicalización campesina con el apoyo de la izquierda. La aprobación de la ley de reforma agraria tiene consecuencias inmediatas. En primer lugar, obliga a la derecha a cerrar filas, organizando a liberales y conservadores en el Partido Nacional. En segundo lugar, el “entusiasmo” de algunos funcionarios de la Corporación de la Reforma Agraria, CORA, hace que se genere un clima de creciente inestabilidad en el campo, representado fundamentalmente en las tomas de terrenos. De igual forma, el gobierno debe enfrentar a la izquierda que ganaba rápidamente terreno. Fundamentalmente el Partido Socialista y el Partido Comunista vieron un grave peligro en la política de promoción popular impulsada por el gobierno. No estaban equivocados, ya que el éxito del gobierno significaba desplazarlos de los sectores que tradicionalmente los habían apoyado. Por ello, como respuesta, en el Congreso retienen la promulgación de la ley de Juntas de Vecinos hasta mediados de 1968. Y, además, promueven la agitación obrera, particularmente en la minería. La represión del gobierno a los obreros parados, en marzo de 1966, hace que por primera vez la prensa de izquierda hable de violación de derechos humanos, de tortura y de dictadura legal, para referirse a la acción del gobierno. Un clima de creciente polarización se estaba haciendo presente en el país. Muchos militantes de los partidos de la izquierda tradicional no estaban de acuerdo con el voto como un medio de acceso al poder, sino que se inclinaban por una vía revolucionaria y organizaron movimientos que tuvieran este objetivo. Uno de los más importantes fue el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que nació en 1965 en la Universidad de Concepción, bajo la inspiración de la revolución cubana.
  9. 9. III Entre los años 1967 y 1970 demostraron su capacidad como guerrilla urbana llevando a cabo asaltos a bancos y otras acciones que la prensa de la época se encargó de magnificar para dar a la opinión pública la idea de una situación de beligerancia. Efectivamente, el país vivía una situación de gran polarización de la cual fueron partícipes todos los sectores. Al mismo tiempo, la derecha estaba representada por el Partido Nacional, creado en 1966, en el que se habían fusionado los antiguos miembros de los partidos Liberal y Conservador, así como los grupos nacionalistas de marcado carácter antimarxista. Al respecto, los historiadores Correa, Figueroa, Jocelyn-Holt, Rolle y Vicuña en Historia del Siglo XX chileno señalan: De suerte que, al igual que en el espectro de la izquierda, en la derecha también se hizo uso de la incontinencia verbal con el enemigo político a través de los medios de comunicación, se utilizó la movilización social que ocupaba la calle y grupos extremistas dispuestos a la acción violenta como fue el caso del Movimiento Patria y Libertad. Así pues, la derecha también contribuyó a exacerbar el creciente clima de polarización; por ejemplo, reaccionando, a veces irracionalmente incluso, a las políticas encaminadas a profundizar los cambios estructurales, especialmente a la reforma agraria, en la medida que ésta quebró el orden hacendal responsable de la persistencia de la elite tradicional desde tiempos coloniales. También los militares tuvieron participación en este período, ya que en 1969 se produjo un alzamiento conocido como el “Tacnazo”, en el que el general Roberto Viaux se atrincheró en el regimiento Tacna en Santiago. El motivo esgrimido por este levantamiento fueron las malas remuneraciones y el pobre equipamiento del ejército. Este movimiento ponía en evidencia la existencia de un fuerte descontento entre sus filas.
  10. 10. III La Democracia Cristiana, nacida de la unión de la Falange Nacional y de un sector de los conservadores social cristianos, proponía una nueva salida a la crisis que exigía “reformas estructurales” en muchos aspectos de la sociedad. Una vez en el gobierno, la aplastante mayoría en las elecciones, la mayoría en la Cámara, el prestigio del candidato y del partido y la bonanza económica derivada del alto precio del cobre, auguraban grandes posibilidades de solucionar los problemas. Se creó el Ministerio de Vivienda, se continuó con la edificación de nuevos establecimientos educacionales, se fomentaron obras públicas como la pavimentación del camino Arica-Puerto Montt, túneles como el de Lo Prado, aeropuertos y la iniciación de los trabajos del Metro. Las negociaciones de la “chilenización” (1965) y la “nacionalización pactada” (1969) del cobre, dieron al Estado el 51% de las minas norteamericanas. A pesar de la realización de todas estas obras, la situación política empeoraba para la Democracia Cristiana. La inflación era muy alta, su enfoque de planificación global la puso en conflicto con los demás partidos políticos. La izquierda no apoyaría jamás a Frei pues tenía su propia planificación para la sociedad, por su parte el partido gobernante había cerrado toda posibilidad de entendimiento con la derecha y sectores más de centro como el radicalismo. Por ende, se encontraba sola en el poder y asediada por todos los demás sectores de la política. Sumado a lo anterior, había crisis al interior del propio partido gobernante. Un grupo más de izquierda se alejó de la colectividad para formar el MAPU en 1969 (Movimiento de Acción Popular Unitaria), derivando rápidamente hacia el marxismo. La polarización mundial provocada por la Guerra Fría, entre las dos potencias más grandes del mundo, no dejaba fuera a la realidad de nuestro país. En ese clima se iniciaron los preparativos para la elección presidencial que se avecinaba. La situación de extrema polarización en que se encontraba el país hacía que la contienda electoral se planteara como una lucha ideológica insoluble. La victoria de la izquierda significaba para muchos la caída de Chile en el comunismo;
  11. 11. III para la Democracia Cristiana, entretanto, era imperativo obtener una victoria electoral si deseaba consolidar el proceso de cambios que había iniciado; mientras que para la derecha era casi una cuestión de sobrevivencia. La campaña electoral adquirió límites de violencia y tensión que nunca se habían visto. En junio de 1969, el Ejército había descubierto una escuela de guerrillas al interior de Concepción y arreciaban las acusaciones de violación de derechos humanos en contra del gobierno por parte de la izquierda. En septiembre de 1970, el abanderado de la Unidad Popular, Salvador Allende, obtenía la primera mayoría en las elecciones, pero sin alcanzar la mayoría absoluta, lo que obligaba a su ratificación por el Congreso. La cuestión debía decidirse entre él y Jorge Alessandri, abanderado de la derecha, que había obtenido el segundo lugar. Si bien la Democracia Cristiana había llegado tercera, estaba en sus manos la decisión final a raíz de su importante fuerza en el Congreso. La Unidad Popular estuvo dispuesta a firmar un acuerdo con la Democracia Cristiana llamado “Estatuto de Garantías”, que comprometía al conglomerado de izquierda a no llevar adelante reformas que pusieran en peligro la estabilidad constitucional. Con ello ganaban el apoyo demócrata cristiano en el Congreso. Así, el 4 de noviembre de 1970, Salvador Allende juraba como presidente de la Ricardo Hausmann, profesor de Harvard, es un viejo conocedor de la región. Tras su paso como economista jefe del BID en los noventa, fue uno de los que supo ganarse la enemistad de Domingo Cavallo en momentos previos a la crisis de 2001. Dijo que la Argentina debía declarar el default y reestructurar la deuda. Hausmann es crítico de las recetas del Consenso de Washington, y cree que el Estado tiene un rol importante que cumplir en América latina en los próximos años. República, iniciando el gobierno de la Unidad Popular.

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