Los acuerdos de Esquipulas de 1987 tuvieron tres logros principales: 1) Priorizaron la negociación sobre la confrontación armada para resolver conflictos internos en Centroamérica, 2) Reconocieron que las soluciones debían abordarse de forma coordinada a nivel regional, no de forma aislada en cada país, 3) Marcaron el agotamiento de la institucionalidad tradicional para ofrecer soluciones, requiriéndose nuevos enfoques.