La comunicación en la familia ha decaído debido a factores sociales, espirituales y psicológicos. Socialmente, las familias modernas ya no son un núcleo unido y se ven y comparten menos. Espiritualmente, las familias están más alejadas de Dios y han perdido valores espirituales. Psicológicamente, las familias están en crisis por la pérdida de valores éticos y morales, lo que afecta las relaciones personales e interpersonales.