1. 3.4 FILOSOFIA ARABE Y JUDIA (X – Xlld.c.):
La interpretación que hace Averroes de la obra aristotélica, es tenida por la más
"auténtica" durante el medioevo. Sin embargo, tal interpretación se inspira en el
neoplatonismo. Las obras de Aristóteles y los diálogos de Platón ya habían sido
traducidas por los árabes hacia finales del siglo IX. Y también los trabajos de
Plotino y Proclo, como la de científicos tales como Ptolomeo, Euclides y Galeno.
Es interesante observar que el primer filósofo árabe destacado, Alkindi, fue uno de
los traductores de Aristóteles. Las interpretaciones que se hacen respecto a
Aristóteles, se inspira en los comentarios de autores como Alejandro de Afrodisia o
en otros neoplatónicos.
Los árabes conocen el pensamiento griego a través de Siria. Y así la filosofía va a
servir para interpretar o comentar el Corán.
“EN LA FILOSOFÍA JUDÍA EL OBJETO SUPREMO DE LA RELIGIÓN Y DE LA
FILOSOFÍA ES EL CONOCIMIENTO DE DIOS; ES NECESARIO PONER DE
ACUERDO LOS PRINCIPIOS Y RESULTADO DE AMBAS”.
Entre los pensadores árabes más destacados, encontramos a Avicena, de origen
persa; Averroes (Córdoba) y otros como Algazel, Avempace y Abentofail. Algunos
de ellos, como Avicena fueron destacados médicos y cientícos.
“LOS FILÓSOFOS ÁRABES VAN A PROVOCAR ENTRE LOS FILÓSOFOS
CRISTIANOS LA RECONSIDERACIÓN DE LA FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA
COMO ELEMENTO ADAPTABLE A LA REVELACIÓN CRISTIANA”.
La influencia de los árabes en la escolástica cristiana es significativa respecto a:
1. Comprensión de la obra aristotélica: Avicena y, especialmente, Averroes, son
grandes comentadores de su obra. La interpretación de Averroes es tenida por la
más "auténtica", aunque ésta se inspire en el neoplatonismo.
2. Esencia-existencia: Esta distinción, es realizada por primera vez por Alfarabi,
quien inspirándose en el Liber de causis que no es sino un resumen de la obra de
Proclo, será un libro tomado como fuente con reiterada frecuencia por los
escolásticos cristianos. Afarabi postula que todo cuanto existe es posible o
necesario. En el ser necesario esencia y forma coinciden y por ello, el ser
necesario es único, eterno e infinito. Por el contrario, en el ser posible se
distinguen porque lo posible, que debe recibir la existencia de una causa distinta
de él. Esta distinción es la clave del pensamiento de Tomás de Aquino.
3. La necesidad del mundo: A excepción de Algazel (quien sostiene la libertad de
la acción divina), para la mayoría de los pensadores árabes el mundo existe
necesariamente no por sí mismo sino por depender de Dios, quien lo crea
necesariamente. Dios no es libre de crear o no crear, crea por necesidad, porque
crear está en su esencia.
4. Elentendimiento agente: Aristóteles había distinguido dos clases de
entendimiento, el "posible" y el "agente", sin profundizar lo necesario el tema. Esta
cuestión centrará la preocupación de varios pensadores árabes. Alkindi,
identificará el entendimiento agente con Dios, doctrina que salvo en Averroes, es
similar en la mayoría de los filósofos árabes. Para Averroes, el entendimiento
posible (en potencia) es común a todos los hombres de manera tal que es
participado por cada uno de ellos como entendimiento "adquirido". Por ello es,
entonces, dirá Averroes, que el alma humana es mortal.
3.4.1. Avicena (980 – 1037 d.c.):
2. filósofo y médico islámico persa, Avicena o IbnSina (como fue llamado en persa) y
en árabe nació en el año 980 en Afshana (provincia de Jorasán, actualmente en
Uzbekistán), cerca de Bujara.Murió en el año 1037
Su obra más conocida es Kitabash-Shifa (El libro de la curación), un compendio de
tratados sobre lógica, metafísica, antropología aristotélica, ciencias naturales y
otros temas.
La filosofía de Avicena era una combinación de la filosofía de Aristóteles y del
neoplatonismo. Al igual que la mayoría de los filósofos medievales, negaba la
inmortalidad del alma individual, del interés de Dios por los particulares y de la
creación del mundo en el tiempo, todos ellos temas centrales de la corriente
principal de la doctrina islámica.
Avicena se convirtió en el principal blanco de los ataques de los teólogos suníes,
como Algazel. No obstante, la filosofía de Avicena fue muy influyente a lo largo de
la edad media.
Se interesó también por el estudio de la filosofía de Aristóteles, definiendo las
relaciones entre el ser y su esencia y entre posible y necesario. Dios sería el ser
necesario donde coinciden esencia y existencia. De esta manera en Avicena se
pone de manifiesto una doctrina que provocará interesantes debates durante la
Edad Media y el Renacimiento.
“TODAS LAS COSAS EXCEPTO LA MATERIA EMANAN DE DIOS Y NUESTRO
CONOCIMIENTO PASA POR 4 MOMENTOS: LA SENSACIÓN, LA
IMAGINACIÓN, LA ESTIMATIVA Y EL ENTENDIMIENTO AGENTE”.
Avicena declaró haber leído en más de cuarenta ocasiones la Metafísica de
Aristóteles sin llegar a entenderla del todo, pues no expone el origen de las cosas
como obra de un Creador bondadoso. Avicena mezcló la doctrina aristotélica con
el pensamiento neoplatónico, adaptando a su vez el resultado al mundo
musulmán. Colocó a la Razón (manifestación objetiva de la voluntad del propio
Dios) por encima de todo ser y explicó que con esto se nos llama a buscar la
perfección. También distinguió entre la esencia abstracta y el ente concreto que no
exige existir, pero existe por la esencia. Además, el ente está compuesto por una
parte necesaria (en este caso Alá, que existe siempre) y una parte de «lo posible»
(el resto de los seres del mundo, que sólo existen por una causa: la voluntad de
Dios). Niega también la inmortalidad del alma como ente individual.
Cualquier cosa que pensemos, siempre la concebimos como "algo que es".
Avicena desdobla la noción de ser en dos: ser necesario (que no tiene causa y
por su esencia no puede no existir) y ser posible (que puede existir sólo si es
producido por una causa). Por la experiencia conocemos únicamente objetos
cuya existencia depende de determinadas causas. Tanto ellos como sus causas
son "posibles", no "necesarios". Toda la serie de causas que da existencia a los
seres posibles es, también, posible y no necesaria. Y siendo que lo posible es lo
que necesita una causa para ser, resulta que si no hubiese más que posibles no
existiría nada. Por lo tanto, debe existir un ser necesario, porque si no nada
existiría. Este ser necesario es Dios. Dios posee la existencia en virtud de su
esencia, en él esencia y existencia son una sola cosa. Por ello no se lo puede
definir, no cabe preguntar de él qué es, porque no hay un qué.
3.4.2. Averroes (1126 – 1198 d.c.):
3. Abul Walid Muhammad ibnRusd (su nombre en árabe).
Fue un filósofo y médico andalusí, maestro de filosofía y leyes islámicas,
matemáticas y medicina, físico y teólogo. Nació en Córdoba, España y murió en
Marruecos.
Escribió comentarios sobre la obra de Aristóteles (de ahí que fuera conocido como
El Comentador) y elaboró una enciclopedia médica.
Sus escritos influyeron en el pensamiento cristiano de la Edad Media y el
Renacimiento. En su más importante obra La incoherencia del incoherente
(Tahafut al-tahafut), defiende la filosofía aristotélica frente a las afirmaciones de Al-
Ghazali de que la filosofía estaría en contradicción contra de la religión y sería por
lo tanto una afrenta a las enseñanzas del islam.
Averroes mantenía que las verdades metafísicas pueden expresarse por dos
caminos: a través de la filosofía (según pensaban Aristóteles y los seguidores del
neoplatonismo) y a través de la religión (como se refleja en la idea simplificada y
alegórica de los libros de la revelación). Aunque en realidad Averroes no propuso
la existencia de dos tipos de verdades (filosófica y religiosa), sus ideas fueron
interpretadas por los pensadores cristianos, que las calificaron como “TEORIA DE
LA DOBLE VERDAD”.
Rechazó el concepto de la creación del mundo “en el tiempo”, pues mantenía que
el mundo no tiene principio. Dios es el “primer motor”, la fuerza propulsora de todo
movimiento, que transforma lo potencial en lo real. El alma individual humana
emana del alma universal unificada. Los amplios comentarios de Averroes sobre
las obras de Aristóteles fueron traducidos al latín y al hebreo, y tuvieron una gran
influencia en la edad media, tanto en el escolasticismo y la filosofía cristiana como
entre los filósofos judíos. Su principal obra original fue Tahafut al-Tahafut (La
destrucción de la destrucción), donde rebatía una obra del teólogo islámico
Algazel sobre la filosofía.
La noética de Averroes, formulada en su obra conocida como Gran comentario,
parte de la distinción aristotélica entre dos intelectos, el nouspathetikós (intelecto
receptivo) y el nouspoietikós (intelecto agente), que permitió desligar la reflexión
filosófica de las especulaciones míticas y religiosas.
Averroes se esforzó en aclarar cómo piensa el ser humano y cómo es posible la
formulación de verdades universales y eternas por parte de seres perecederos.
Averroes sitúa el origen de la intelección en la percepción sensible de los objetos
individuales y concreta su fin en la universalización, que no existe fuera del alma
(el principio de los animales): el proceso consiste en sentir, imaginar y, finalmente,
captar el universal. Ese universal tiene, por lo demás, existencia en cuanto que lo
es por aquello que es particular. En cualquier caso, es el intelecto o entendimiento
el que proporciona la universalidad a lo que parte de las cosas sensibles.
La concepción del intelecto en Averroes es cambiante, pero en su formulación
más amplia distingue cuatro tipos de intelecto, es decir, las cuatro fases que
atraviesa el entendimiento en la génesis del conocimiento: material (receptivo),
habitual (que permite concebirlo todo), agente (causa eficiente y formal de nuestro
conocimiento, intrínseco al hombre y que existe en el alma) y adquirido (unión del
hombre con el intelecto).
3.4.3. Avicebrón (1021 – 1058 d.c.):
4. Solomon ben YehudaIbnGabirol (c. 1021-c. 1058), filósofo y poeta hispanojudío,
también conocido por el nombre latino de Avicebrón. Nació en Málaga y se
formó en Zaragoza. Muerto en Valencia hacia 1058. Su Mekorhayim (Fuente de
la vida), un diálogo neoplatónico escrito en árabe, llegó a los filósofos
escolásticos medievales a través de su traducción latina, Fons Vitae (desarrolla
una síntesis original de aristotelismo y neoplatonismo árabe).
Fue considerada la obra de un filósofo cristiano y, como tal, su teoría de la
universalidad de la materia fue defendida por el filósofo y teólogo escocés Juan
Duns Escoto, pero vehementemente atacada por el filósofo y teólogo italiano santo
Tomás de Aquino.
Su doctrina expone un monismoemanatista descendente: Dios, ser supremo,
uno, es el origen de la emanación del Espíritu cósmico, compuesto de materia y
forma, que forman parte de todos los seres finitos. Del Espíritu cósmico se
derivan los espíritus puros y los seres corporales. El hombre, en tanto que
compuesto de materia y forma, es una síntesis del mundo corporal. Por medio de
la inteligencia se eleva a la intuición del Infinito, hacia el que, como Bienabsoluto,
tiende al Espíritu cósmico.
“TODAS LAS SUSTANCIAS EMANAN DEL PRIMER PRINCIPIO O ESENCIA,
PERO NO POR NECESIDAD SINO POR VOLUNTAD DIVINA, Y TODAS LAS
SUSTANCIAS EXCEPTO DIOS SE COMPONEN DE MATERIA Y FORMA”.
En su pensamiento filosófico, parte de un Dios personal, absolutamente simple y
uno, concebido como Primer agente, Agente no hecho, Principio de las cosas,
Fuente de la vida y es origen de todo, en cuanto que: su Esencia necesariamente
da lugar a la materia prima universal; su Voluntad hace las formas múltiples que
habrán de especificar a la materia. Con lo cual tenemos la primera división de los
seres: Dios absolutamente simple y los demás, compuestos todos de materia y
forma. Ahora bien, la Voluntad de Dios es indefinible en cuanto a nosotros, pero
activa en sí, y es a su vez finita en cuanto a su acción, pero infinita en cuanto a su
propia naturaleza. Respecto al resto de los seres, espirituales y corporales, todos
están compuestos de materia prima y forma sustancial. La materia prima es
concebida como un algo común a todos los seres, «sustrato único», «soporte» de
las formas, las cuales son el principio de diversificación, bien entendido que
materias y formas se escalonan en diversos grados a partir del primer producto de
Dios hasta el ínfimo ser, conteniendo las superiores a las inferiores y produciendo
aquéllas a éstas en un orden de poder creador emanador decreciente conforme se
alejan del Primer principio. Este hilomorfismo universal, tomado de Aristóteles y en
parte del neoplatonismo, se aparta de ellos en cuanto que la materia prima es
configurada como soporte unitario en lugar de ser pura potencialidad e indiferencia
como quería Aristóteles.
Por otro lado, el hilemorfismo no es aplicado al devenir de los cuerpos al modo
aristotélico, sino a la totalidad de los seres, con el fin de diferenciarlos del único
ser simple: Dios. Por su parte, el neoplatonismo había distinguido
fundamentalmente entre mundo sensible e inteligible; A., en cambio, toma como
distinción básica y cuadro general del universo la irreductible dualidad de materia y
forma.
3.4.4. Maimónides (1135 – 1204 d.c.):
Filósofo, matemático y físico hispanojudío.
5. Nació en Atalaya Baja (Los Pepones, Vélez-Málaga), Al-Ándalus (Malaga,
España) según algunas fuentes fehacientes no contrastadas, otros dicen que
nació en la capital de Al-Andalus, es decir, Córdoba, el 30 de marzo de 1135, en el
seno de una distinguida familia de jueces rabínicos, estudiosos y dirigentes
comunitarios.
La contribución de Maimónides a la evolución del judaísmo le proporcionó el
sobrenombre de segundo Moisés.
Su gran obra en el campo de la legislación judía es la Mishné Torá (Repetición de
la Ley), desarrollada en 14 libros y escrita en hebreo (1170-1180), que siguió
modificando hasta su muerte.
Además, formuló los Trece artículos de fe, uno de los diversos credos a los que
numerosos judíos ortodoxos todavía se adhieren.
Está reconocido como el filósofo judío más importante de la edad media.
En Guía de perplejos, escrita en árabe (c. 1190), Maimónides intenta armonizar fe
y razón conciliando los dogmas del judaísmo rabínico con el racionalismo de la
filosofía aristotélica en su versión árabe, que incluye elementos de neoplatonismo.
Esta obra, en la que considera la naturaleza de Dios y la creación, el libre albedrío
y el problema del bien y del mal, tuvo una gran influencia en filósofos cristianos
como santo Tomás de Aquino y san Alberto Magno.
Su utilización de un método alegórico, aplicable a la interpretación bíblica, que
minimizaba el antropomorfismo, fue condenada durante varios siglos por muchos
rabinos ortodoxos; pero las cuestiones conflictivas de su pensamiento han perdido
relevancia en la época moderna.
“PARA DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS UTILIZA LOS ARGUMENTOS
DEL MOVIMIENTO, LA CAUSALIDAD Y LA CONTINGENCIA”.
La guía de perplejos (1190), mal apodada Guía de los descarriados, es la clave de
su pensamiento filosófico y ejerció una fuerte influencia en círculos tanto judíos
como cristianos y sobre todo escolásticos.
En ella establece una conciliación entre la fe y la razón dirigida a quienes vacilan
entre las enseñanzas de la religión judía y las doctrinas de la filosofía aristotélica
que entonces imperaban, demostrando que no hay contradicción en los puntos en
que fe y razón parecen oponerse. Es decir, una conciliación entre el sentido literal
de las escrituras y las verdades racionales, acudiendo a la interpretación alegórica
en casos de conflicto.
Fue así que surgieron polémicas por parte de "antimaimonistas" —básicamente,
por parte de un grupo de musulmanes que pretendían una lectura literal del Corán,
los mutallajim— que lo tacharon de racionalista.
A pesar de ello fue una obra muy comentada y de gran influencia en el mundo
musulmán y la escolástica cristiana, por ejemplo en Santo Tomás de Aquino.
Admite la existencia de diez Inteligencias puras, inmateriales. Nueve de ellas
presiden el movimiento de las esferas celestes, la restante es el Intelecto
Agente, que ejerce su influencia sobre todos los hombres.
El hombre sólo posee el intelecto pasivo y necesita del Intelecto Agente para
conocer.