Los santos peruanos
Estamos seguros la magnitud apostólica de los cinco santos peruanos, iluminados siempre por lo divino,
quienes durante su vida han afianzado y fortalecido la fe católica.
Los Santos nos presentan la importancia de luchar en las situaciones ordinarias de la vida por alcanzar el
premio eterno en el cielo. Más aún en nuestros tiempos. Porque los santos son aquellos seres humanos que
transparentan la luz de Dios, dejando una huella indeleble en la tierra. Son hermanos nuestros, de carne y
hueso, a quienes debemos imitar. De esta forma, rodeando el sol incaico y los símbolos patrios, los cinco
santos representan el fruto más maduro del catolicismo en Perú. Nadie como ellos ha dejado pasar tanta luz y
tanto calor del Cielo para vivificar nuestra Tierra. Por ello, nadie como ellos ha elevado tan alta la mirada para
convertir nuestro suelo en cielo. Si algo pudiésemos añadir a las simbólicas riquezas (natural, vegetal y animal)
de nuestro Escudo Nacional, sería el tesoro de sus santos, beatos y siervos de Dios.
La expresión y los mejores frutos de la identidad cristiana de América son sus santos ¡Qué alegría saber que
pisamos las huellas de estos santos que nacieron o vivieron en el Perú; que caminamos por sus mismas calles,
que contemplamos su mismo cielo, que respiramos su mismo aire, que enfrentamos desafíos parecidos! Dios
quiera que también aportemos semejantes soluciones, con su fe, esperanza y amor. Como suelo recordar, Dios
siempre tiene la misma respuesta a los diferentes momentos de la historia: el testimonio de los santos.
El célebre escritor Chesterton escribía que “Dios trastorna el mundo para que surjan santos”
SANTA ROSA DE LIMA
Santa Rosa de Lima nace el 20 de Abril de 1586 en la ciudad de
Lima.
Desde muy pequeña sintió el llamado del señor para entregarle su
vida es por ello que oraba constantemente.
Acudía a los hospitales para atender y cuidar a los enfermos con
verdadero amor y misericordia.
Rechazo las herejías e idolatrías que se difundían en Lima.
Es reconocida como patrona de América y filipinas
Predico la fe católica y logro persuadir a muchas personas para
seguir a Jesús.
Realizo muchos milagros y curaba a los enfermos con la imagen
del niño Jesús.
Solía afirmar que Cuando servimos a los pobres y a los enfermos,
servimos a Jesús”
SAN MARTIN DE PORRES
Murió el 3 de noviembre y sus restos reposan en el Altar de
los Santos Peruanos, en la Basílica y Convento de Santo
Domingo en Lima.
•San Martín de Porres fue el primer santo mulato de América.
•Perteneció a la orden de los Dominicos.
•Fue bautizado en la Iglesia de San Sebastián de Lima el 9 de diciembre de 1579.
•Fue herborista, barbero y auxiliar práctico.
•En 1606, al convertirse en fraile, profesó sus votos de pobreza, castidad y obediencia.
•Se ofreció a ser vendido como esclavo al enterarse de que su convento atravesaba por una crisis financiera,
pero sus superiores no lo permitieron.
•Enseñaba la doctrina cristiana a negros e indios en las calles y haciendas cercanas en donde ejercía su
vocación pastoral.
•San Martín de Porres y el virrey Luis Jerónimo Fernández de Cabrera, fundaron el Asilo y Escuela de Santa
cruz para ayudar a huérfanos, pobres y vagabundos
•Era vegetariano y dormía solo dos o tres horas al día.
•Hablaba con los animales y tenía un especial don con la naturaleza
Cuando algún enfermo se sentía grave solía escucharse la
frase: "Que venga el santo hermano Martín".
SAN FRANCISCO SOLANO
•San Martín de Porres fue el primer santo mulato de América.
•Perteneció a la orden de los Dominicos.
•Fue bautizado en la Iglesia de San Sebastián de Lima el 9 de diciembre de 1579.
•Fue herborista, barbero y auxiliar práctico.
•En 1606, al convertirse en fraile, profesó sus votos de pobreza, castidad y obediencia.
•Se ofreció a ser vendido como esclavo al enterarse de que su convento atravesaba por una crisis financiera,
pero sus superiores no lo permitieron.
•Enseñaba la doctrina cristiana a negros e indios en las calles y haciendas cercanas en donde ejercía su
vocación pastoral.
•San Martín de Porres y el virrey Luis Jerónimo Fernández de Cabrera, fundaron el Asilo y Escuela de Santa
cruz para ayudar a huérfanos, pobres y vagabundos
•Era vegetariano y dormía solo dos o tres horas al día.
•Hablaba con los animales y tenía un especial don con la naturaleza
Cuando algún enfermo se sentía grave solía escucharse la
frase: "Que venga el santo hermano Martín".
Murió el 3 de noviembre y sus restos reposan en el Altar de los Santos
Peruanos, en la Basílica y Convento de Santo Domingo en Lima.
SAN JUAN MACIAS
En septiembre se celebra la festividad de san Juan Macías, religioso extremeño al que se le asignan
numerosos hechos milagrosos. Nacido en Ribera del Fresno en el año 1585, las crónicas aseguran que su
primer prodigio lo habría obrado cuando tan solo era un niño
consiguiendo que un cerdo se elevara a la superficie: el animal habría caído, por accidente, al interior de
un pozo con agua. También dicen que a corta edad se le apareció un misterioso niño que le acompañó
durante toda su vida, como si de un amigo imaginario se tratase.
Ya de mayor, trabajó durante muchos años en el campo, desarrollando labores agrícolas y ganaderas en
nuestra tierra. Sin embargo, allá por 1622 decide cambiar de vida y se marcha a Perú
la Virgen María en el transcurso de un terremoto. Cuando tuvo lugar el sismo, Juan Macías estaba orando en la
capilla de su convento. Mientras todos los monjes huían despavoridos, él ni se inmutó. El motivo: dijo haber
escuchado la voz de la Madre de Jesús de Nazaret, que le decía: “fray Juan, ¿A dónde vas? Regresa y estate
tranquilo que aquí estoy yo para protegerte”.
Si esto de por sí ya es sorprendente, más lo es el hecho de que, al parecer, era capaz de levitar. Esto
aseguraba uno de sus compañeros de convento, tras una noche que accedió a oscuras a la capilla,
golpeándose con algo en la cabeza.
FALLECIO EL 16 de septiembre de 1645
SAN TORIBIO DE MOGROVEJO
Toribio Alfonso de Mogrovejo y Robledo (Mayorga, Corona de Castilla, 16 de
noviembre de 1538a– Zaña, Virreinato del Perú, 23 de marzo de 1606) fue
un sacerdote, arzobispo y misionero católico español, que se desempeñó como
segundo Arzobispo de Lima y organizador de la Iglesia en el virreinato del Perú.
Respecto a su labor pastoral entre los pueblos indígenas, buscaba la manera de hacerse
entender por estos, bien fuera aprendiendo y hablándoles en su propia lengua o, cuando la
lengua de estos le era desconocida, buscando otras maneras, como varias veces le sucedió. Su
interés por los indígenas no se limitaba a la evangelización, pues se empeñó en mejorar sus
condiciones de vida, especialmente de aquellos empleados en las grandes propiedades rurales y
en las minas. Reivindicó que sus derechos fuesen debidamente respetados por los españoles y
que hubiese verdadera armonía entre las clases sociales, como preconizaba la Escuela de
Salamanca, que había conocido en sus años de estudio en España.
Hizo construir caminos, escuelas, varias capillas, hospitales, conventos y fundó el primer Seminario americano
en Lima en 1591, que en la actualidad lleva su nombre. En obediencia a las directrices dictadas en el Concilio
de Trento, se propuso reunir a los sacerdotes y obispos de América para promulgar leyes acerca del
comportamiento que deben tener los católicos, para lo cual congregó a trece sínodos diocesanos y tres
concilios provinciales.
A los sesenta y ocho años, Toribio de Mogrovejo cayó enfermo en la población de Pacasmayo,
pero aun así continuó trabajando hasta el final, llegando a la ciudad de Zaña en condición
agonizante.
A los sesenta y ocho años, Toribio de Mogrovejo cayó enfermo en la población de Pacasmayo,
pero aun así continuó trabajando hasta el final, llegando a la ciudad de Zaña en condición
agonizante.
Durante su trabajo episcopal en Lima, Mogrovejo convocó y presidió el III Concilio Limense
(1582-1583), al cual asistieron prelados de toda Hispanoamérica, y en el que se trataron
asuntos relativos a la evangelización de los indígenas