Intención general:
Por el éxito del Sínodo Panamazónico,
con el tema: “Amazonia: Nuevos Caminos para la
Iglesia y para una Ecología integral”,
que tendrá lugar en Roma,
del 6 al 27 octubre de 2019.
G. Queridas hermanas, hoy nos reunimos para el primer
día del Triduo en honor a la Beata sor María Troncatti,
que ha vivido como Misionera en Ecuador desde 1922 a
1969. En un primer momento, deseamos hacer memoria,
brevemente, de su perfil y dejar que sea ella quien
conduzca nuestro camino de discípulas misioneras con
la mirada amplia, como nos ha pedido el CG XXIII:
misioneras de alegría y de esperanza a lo largo de los
caminos del mundo, donde el Señor nos pide
ir, testimoniar y anunciar su Evangelio.
L. Nace en Corteno Golgi (Brescia) el 16 de febrero de 1883.
En su numerosa familia crece alegre y trabajadora entre los
campos y el cuidado de los hermanos, en un clima cálido por el
cariño y el ejemplo de sus padres. Asidua a la catequesis
parroquial y a los sacramentos, la adolescente María madura
un profundo sentido cristiano que la abre a los valores
de la vocación religiosa. Por obediencia al padre y al Párroco,
espera a ser mayor de edad para pedir la admisión
en el Instituto de las Hijas de Mª Auxiliadora.
Emite la primera profesión en 1908 en Nizza Monferrato.
L. Durante la Primera Guerra Mundial (1915-18)
sor María sigue en Varazze cursos de asistencia sanitaria y
trabaja como enfermera de la Cruz Roja en el hospital militar:
una experiencia que le será muy válida en el curso de su larga
actividad misionera en la selva amazónica
del Oriente ecuatoriano.
Parte para el Ecuador en 1992. Es enviada entre los indígenas
shuar, donde con otras dos hermanas inicia un difícil trabajo
de evangelización en medio de riesgos de toda clase,
no excluidos los causados por los animales de la foresta y por
las insidias de los vertiginosos ríos que debía atravesar a vado
o sobre frágiles "puentes" de lino, o bien sobre
las espaldas de los indios.
L. Macas, Sevilla Don Bosco, Sucúa son algunos de los
"milagros" todavía florecientes de la acción de Sor María
Troncatti: enfermera, cirujano y ortopédico, dentista y
anestesista... Pero sobre todo catequista y evangelizadora,
rica de extraordinarios recursos de fe, paciencia y amor
fraterno. Su obra para la promoción de la mujer shuar florece
en cientos de familias cristianas, formadas por primera vez
por la libre elección personal de los jóvenes esposos.
Sor María muere en un trágico accidente aéreo en Sucúa
el 25 de agosto de 1969. Sus retos reposan en Macas,
en la Provincia de Morón (Ecuador).
L. La Sierva de Dios sor María Troncatti fue declarada
Venerable con el Decreto del 8 de noviembre de 2008 y
enaltecida a la gloria de los beatos en Macas (Ecuador)
el 24 de noviembre de 2012, con el representante del Papa,
el Card. Angelo Amato.
https://www.cgfmanet.org/1.aspx?sez=1&sotsez=4&detsot
sez=1&doc=11&lingua=3
María tenía diez años cuando,
una noche, desapareció.
Las cabras habían regresado solas.
«Había sacado el agua para la polenta;
quería llevártela, pero después no he visto nada.
Las cabras no estaban. Estaba sola y no sabía
hacia dónde ir. Fui un poco por aquí y por allá, y
luego me detuve. Yo dije: "Papá me encontrará;
Vendrá inmediatamente a buscarme”... ».
«¿No tuviste miedo?»
«No. Tuve la gracia del Señor en mi corazón.
Me recosté, dije las oraciones y le pedí a mi ángel
que buscara las cabras».
Córteno Golgi – Brescia
Señor, mi corazón no es engreído
ni mis ojos altaneros:
no he tomado un camino de grandezas
ni de prodigios que me superaran.
Al contrario, tranquilo y en silencio
he mantenido mi alma como un niño saciado
que se aprieta a su madre;
mi alma en mí nada reclama.
¡Que Israel cuente con el Señor,
desde ahora y para siempre!
(Salmo 131)
Oremos juntas:
Catalina Troncatti, apenas veinteañera,
se inscribió en la «Asociación de Santa
Ángela»; allí encontró su vocación y la
vivió hasta el fin de sus noventa y cinco
años. María, en vez, se afilió a las
«Hijas de María». Su sueño era otro:
no consagrada en la familia, sino en un
Instituto religioso de horizontes
misioneros; y la pertenencia a las
«Hijas de María» podía ser un inicio.
El sueño que la llevaría lejos comenzó a
vivir en ella desde los quince-
diecisiete años.
«¿Por qué no haces como yo? Yo viviré
toda mi vida aquí: toda para el Señor».
«No. ¡Yo debo ir entre los leprosos!».
Yavé dijo a Abram, después que Lot se separó de él:
«Levanta tus ojos y mira desde el lugar en que estás hacia
el norte, el sur, el oriente y el poniente.
Pues bien, toda la tierra que ves, te la voy a dar a ti y
a tu descendencia para siempre.
Multiplicaré tu descendencia como el polvo
de la tierra, de tal manera, que si se pudiera
contar el polvo de la tierra, también se podría
contar tu descendencia.
Levántate, recorre el país a lo largo y
a lo ancho, pues te lo voy a dar a ti».
(Génesis 13, 14 – 17)
Oremos juntas:
«Las necesidades de la Misión
aumentan siempre más.
A estos pobres kivaros es
necesario darles todo, y ellos
se rinden y se dejan más
fácilmente ganarse, con la luz
de la verdad y el pan de la
doctrina cristiana, se puede
llegar también con un poco de
ropa para vestirlos y algo para
sostenerlos».
Hijo mío, no niegues tu pan al pobre; no hagas
esperar al que te mira con ojos suplicantes.
No apenes al que tiene hambre,
ni hagas enojarse a un indigente.
No discutas con el desesperado,
ni dejes que el necesitado
suspire por tu limosna.
No eches al mendigo agobiado
por su miseria,
ni le des la espalda al pobre.
(Sirácides 4, 1 - 4)
Oremos juntas:
El 12 de setiembre de 1908,
bajo la protección de María
Santísima, ha pronunciado por
primera vez los votos de
pobreza, castidad y obediencia.
En un acto de fe y abandono nos
deja este recuerdo:
«Ahora soy tuya, Señor, quiero
ser tuya para siempre.
Jesús, he dejado aquello que
he amado más para venir a
servirte, para santificarme».
Los llenó de saber y de inteligencia,
y les enseñó el bien y el mal.
Puso en ellos su ojo interior,
haciéndolos así descubrir
las grandes cosas que había hecho,
para que alabaran su nombre santísimo
y proclamaran la grandeza de sus obras.
Les reveló además un saber,
y los dotó de una ley de vida.
(Sirácides 17, 7 – 11)
Oremos juntas:
G. Concluimos este momento presentando a Dios
Padre nuestras oraciones espontáneas.
PADRE NUESTRO…
Concluir con un canto adaptado.
Intención general:
Por el éxito del Sínodo Panamazónico,
con el tema: “Amazonia: Nuevos Caminos para la
Iglesia y para una Ecología integral”,
que tendrá lugar en Roma,
del 6 al 27 octubre de 2019.
G. Queridas hermanas, en este segundo día del Triduo
en honor a la Beata sor María Troncatti, deseamos confrontar
nuestra mirada con lo mirada de esta misionera que ha sabido
dejarse guiar, no por la mirada humana, superficial, física…
sino por la mirada del corazón. Esta mirada que ve más allá,
mirada que le ha permitido dar a su vida de misionera
educadora consagrada, aquel dinamismo de profundidad y de
radicalidad que la ha hecho testimonio profético cerca
de los más pobres y necesitados de entonces.
Dice Madre Yvonne: “Nuestra vida será contagiosa y fecunda
en vocaciones si sabemos ampliar la mirada del corazón para
percibir la profunda necesidad de Dios que experimentan los
jóvenes y las jóvenes que encontramos cada día en nuestro
camino; si estamos dispuestas a encontrar junto con ellos
respuestas evangélicas”. (Actas del CGXXIII p. 7)
«A los pies de Jesús me
consuelo; una mirada a mi
crucifijo que tengo colgado
a mi cuello me da vida y alas
para trabajar.
No es una fábula, es pura
verdad: estoy propio en medio
de millares de indígenas,
propiamente indígenas,
en medio de una
inmensa selva».
Ante él están las obras de cada uno,
y nada escapa a su mirada.
Su mirada se extiende
desde el comienzo al fin de los tiempos,
y nada puede sorprenderle".
(Sirácides 39, 19 – 20)
Oremos juntas:
Existen rostros, miradas y gestos en grado de sanar las heridas más profundas,
ablandar todo el dolor… esta era sor María. «En mi medicina pongo una oración
que es un rayo del Cielo y el Cielo responde», decía.
Pronto la casa de las hermanas
se transformó en un lugar de
acogida, de descanso para
el cuerpo y sobre todo para
llevarlos a Dios (bautizarlos)…
allí han llevado enfermos, niños
destinados a morir por alguna
malformación, mujeres
agredidas por los esposos… y,
aunque llegaran las vacaciones
de julio, el trabajo siempre
aumentaba.
“No quitar jamás la mirada del pobre,
así no se levantará de ti la mirada de Dios”.
(Tobías 4, 7)
Oremos juntas:
Las hermanas recibían pronto a chicas y jovencitas shuar en el internado,
la semilla buena se multiplica. Sin embargo, el atractivo de la selva es
quizás irresistible, sobre todo para las más grandes.
Una noche, dos jovencitas se fugan.
Cuando las hermanas se dan
cuenta de lo sucedido, van a
buscarlas con antorchas durante
la noche, las encuentran
acurrucadas en una cabaña
abandonada, las llevan
nuevamente a la misión sin ningún
reproche, además de que están
muy asustadas.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
renueva en mí un espíritu firme.
(Salmo 51)
Oremos juntas:
Estamos en los inicios de la misión en
Macas, 1926...
Mientras tanto, se prepara otra casa, porque
aumentan las chicas Shuar: un pequeño
dormitorio con algunas camas para las niñas
discapacitadas, hijas ilegítimas, huérfanas,
enfermas… estas pequeñas son la verdadera
joya que sor María acoge, además de educar
a las madres, enseñándoles que asesinar a
sus niños es un mal, Dios no lo quiere.
Algunas comprenden y la ayudan.
Vemos que, con las palabras y los gestos
concretos, sor María difunde la cultura del
respeto por la dignidad humana de toda
persona, sobre todo si es débil: solo Dios
sabe cuántas vidas han sido salvadas de la
muerte, porque ella las ha acogido como
verdadera madre, sea en Macas como en
Sucúa, donde ha trabajado.
Yo pondré mis ojos sobre ellos para su
bien, y los haré volver a este país;
los edificaré y no los demoleré, los
plantaré y nos los arrancaré.
Les daré un corazón para que me conozcan
a mí, que soy el Señor ;
ellos serán mi Pueblo y yo seré su Dios,
porque volverán a mí de todo
corazón.
(Jeremías 24, 6 – 7)
Oremos juntas:
G. Concluimos este momento presentando a Dios
Padre nuestras oraciones espontáneas.
PADRE NUESTRO…
Concluir con un canto adaptado.
Intención general:
Por el éxito del Sínodo Panamazónico,
con el tema: “Amazonia: Nuevos Caminos para la
Iglesia y para una Ecología integral”,
que tendrá lugar en Roma,
del 6 al 27 octubre de 2019.
L. “Abrid el corazón para acoger las mociones interiores de la gracia
de Dios; ampliad la mirada, ampliad la mirada para reconocer las
necesidades más auténticas y las urgencias de una sociedad y de
una generación que cambian”. (Papa Francisco, 8 noviembre de 2014)
G. De las Actas del CG XXIII (n. 10): “El encuentro con Jesús
abre los ojos, ofrece una mirada nueva. Su Palabra ilumina,
purifica, cambia el modo de ver y de valorar las situaciones;
los discípulos reconocen al Señor, le piden que se quede
con ellos, le permiten entrar en su vida. Transformados por
el encuentro con Él, regresan sin demora a Jerusalén,
ciudad de la Pascua y de Pentecostés, con el deseo
de anunciar al Señor resucitado y de compartir
la experiencia de felicidad plena que ha ensanchado
su mirada y su corazón”.
G. Queridas hermanas, en este tercer día del Triduo
en honor a la Beata sor María Troncatti, dejémonos
mirar por Dios, Padre de misericordia. Cuando nos
sentimos miradas con amor por alguien, nos
decidimos más en nuestro camino de conversión
pastoral misionera; nos empeñamos en cambiar
perspectivas y cultivar una actitud positiva hacia el
otro, yendo más allá de la exterioridad y mirando a
cada persona con la mirada de amor incondicional de
Cristo. María es nuestra compañera de camino y nos
ayuda a conformar nuestra mirada a la mirada de su
Hijo, nuestro corazón al Corazón de su Hijo.
El 18 de enero de 1960 escribe a la hermana
Catalina y, entre otras cosas, le habla de un joven
shuar gravemente enfermo, pero que con la
medicina y los cuidados se ha repuesto. Este
joven ha dicho a sor Troncatti: «Estaba contento
de ir al Cielo. Ahora estoy mejor y deberé estar
aquí en la tierra; pero quiero ser bueno y orar por
la conversión de mis compañeros». Y como signo
que dice la verdad «tiene siempre el santo rosario
entre las manos y reza siempre».
«Imagina, Catalina: ha llegado la hora de la
conversión de los indígenas. Ciertamente son los
sacrificios que todos vosotros hacéis y tantas
oraciones […] todas nuestras misiones están
llenas de indígenas. Bendito sea el Señor,
podemos hacer mucho bien, especialmente que
conozcan y amen a Jesús, que cumplan sus
deberes de buenos cristianos y lleguen a la
salvación».
Mi pueblo está aferrado a su apostasía:
se los llama hacia lo alto,
pero ni uno solo se levanta.
(Oseas 11, 7)
Oremos juntas:
En la Pascua de 1931, Sor María Troncatti escribía
a su madre diciéndole que en aquella fecha una
joven mujer shuar de 21 años había recibido junto
el santo bautismo y el sacramento de la
comunión. Otra joven de 14 años había recibido la
santa comunión por primera vez.
En la carta narra:
«Son funciones verdaderamente
conmovedoras al ver estos indígenas tan
rebeldes al inicio y después, poco a poco, se
ve que van ablandándose; y cuando se habla
del catecismo y comienzan a entenderlo, con
avidez quieren que se hable de Jesús y se
hacen fervorosos: parece que Jesús bueno
se hace sentir a ellos sensiblemente,
desde el momento en que reciben la Santa
Comunión estarían siempre en la iglesia».
Por lo tanto […] corramos
resueltamente al combate
que se nos presenta.
Fijemos la mirada en el iniciador y
consumador de nuestra fe,
en Jesús.
(Hebreos 12, 1 – 2)
Oremos juntas:
Delante del joven enfermo (Augusto
Zúñiga) sacó de su libro de oraciones una
imagen de María Auxiliadora y le dijo que
la besara porque era la medicina, después
tocó con la punta de su dedo las costillas
rotas y les puso la imagen mientras rezaba
el Avemaría […] Después de cinco días le
dijo que probara sentarse y Augusto se
sentó sin esfuerzo, se levantó de la cama y
dio algunos pasos…; el sexto día estaba
curado y el sétimo él se quitó las vendas,
le dio nuevamente la imagen para que la
besara y la guardó en su libro; le dijo que
fuera a bañarse, a nadar en el río y él lo
hizo, se sentía completamente curado.
El Señor es un baluarte para el oprimido,
un baluarte en los momentos de peligro.
¡Confíen en ti los que veneran tu Nombre,
porque tú no abandonas a los que te buscan!
(Salmo 9)
Oremos juntas:
«En cualquier lugar, mis queridos,
[…] pongámonos todos junto
al Corazón de Jesús que es nuestro
padre y que a todos consuela […]
Os recomiendo uno a uno a Jesús.
Créelo, aunque no pueda ayudar
en las cosas materiales,
con la ayuda de Dios
os ayudaré en las espirituales».
Pero yo aguardo al Señor,
espero en el Dios de mi salvación.
¡Mi Dios me escuchará!
(Miqueas 7, 7)
Oremos juntas:
G. Concluimos este momento presentando a Dios
Padre nuestras oraciones espontáneas.
PADRE NUESTRO…
Concluir con un canto adaptado.
Oremos con sor María Troncatti para que se acreciente en
todas nosotras el deseo de ampliar la mirada,
para responder con la vida al imperativo de Jesús:
“¡Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda
creatura” (Mc 16, 15).
En este día de fiesta, 25 agosto – un DOMINGO,
día del Señor, invitamos a las comunidades a celebrar
la Eucaristía festivamente, en casa o en la parroquia, orando
juntas por las dos comunidades dedicadas a la “Beata María
Troncatti”, que se encuentran “en las tierras de Arfaxad”
(cfr. Cuarto sueño misionero de don Bosco– MB XV),
es decir, la Visitaduría CSM, el nombre de la ciudad y
la fecha de su fundación, el Instituto se reserva
el derecho de mantener el anonimato.
Bendito tú, que sondeas los abismos,
que te sientas sobre querubines,
loado, exaltado eternamente.
Bendito seas en el firmamento del cielo,
cantado, glorificado eternamente.
Obras todas del Señor, bendecid al Señor,
cantadle, exaltadle eternamente.
(Daniel 3, 55 - 57)
Oremos juntas:
Lettere di suor Maria Troncatti fma
Missionaria in Ecuador
a cura di Sylwia Ciezkowska, fma
Roma, Istituto FMA 2013
La grazia di un sì tutto donato.
Maria Troncatti
Missionaria nella foresta amazzonica
Maria Collino
Elledici 2012