Juan Domingo Perón (Lobos, Argentina, 8 de octubre de 1895 – Olivos, Argentina, 1
de julio de 1974) fue un político, militar y presidente argentino.
Ha sido el único ciudadano elegido Presidente de la Nación Argentina en tres
ocasiones;5 la primera, en las elecciones del 24 de febrero de 1946, para el periodo
1946–1952; la segunda, en las del 11 de noviembre de 1951 para el período 1952–1958,
que no alcanzó a completar debido al golpe militar que lo derrocó el 16 de septiembre
de 1955 y la tercera el 23 de septiembre de 1973, tras 18 años de exilio, para el periodo
1973-1977, que no pudo completar a causa de su fallecimiento.
Se destacó por su labor en el Departamento Nacional de Trabajo (luego elevado a la
categoría de secretaría de rango ministerial), al que accedió durante la presidencia de
facto del general Pedro Pablo Ramírez, y en el cual tomó numerosas medidas que
favorecieron a los sectores obreros. Aunque dichas medidas lo hicieron popular entre la
clase trabajadora, le granjearon la oposición de numerosos sectores que, dirigidos por el
embajador estadounidense Spruille Braden, se nuclearon en un frente antiperonista. En
ese período fue designado también Vicepresidente de la Nación y Ministro de Guerra.
Perón debió renunciar a sus cargos el 9 de octubre de 1945 cuando lo exigió un grupo
de militares encabezado por el general Eduardo Ávalos y permaneció detenido, primero
en la isla Martín García y luego en el Hospital Militar Central Cirujano Mayor Dr.
Cosme Argerich, pero fue liberado luego de una gran movilización obrera a la Plaza de
Mayo el 17 de octubre de 1945.
Cuando falleció el 1 de julio de 1974 le sucedió en la presidencia su viuda y
vicepresidente, María Estela Martínez de Perón.
Primer período (1946–1952)
Desde la presidencia, Perón continuó con las políticas sociales que beneficiaron tanto a
la clase trabajadora como al empresariado nacional, sobre todo industrial. Tras el triunfo
electoral disolvió los tres partidos que se habían creado para sostener su candidatura,
Laborista, Unión Cívica Radical Junta Renovadora y el Partido Independiente, para
unificarlos en una sola organización política, llamada primero Partido Único de la
Revolución que luego pasó a llamarse Partido Peronista. Expandió enormemente la
agremiación de los trabajadores en sindicatos que respondían a la corriente laborista y
ayudó a establecer el predominio de la Confederación General del Trabajo (CGT) como
central unitaria. Cipriano Reyes, quién se negó a aceptar la disolución del Partido
Laborista del que era su presidente, sufrió un atentado contra en el que resultó asesinado
su chofer. Más tarde fue encarcelado acusado de planear el asesinato de Perón, hasta el
fin del gobierno peronista.
Política económica
Durante el gobierno de Perón se profundizó la política de sustitución de importaciones
mediante el desarrollo de la industria ligera que se venía impulsando desde la década
anterior. Perón también invirtió fuertemente en la agricultura, especialmente en la
siembra de trigo.
San Miguel de Tucumán, 9 de Julio de 1947, el Ministro del Interior, Ángel Borlenghi
lee la declaración de la independencia económica.
Ante la falta de divisas, producto del estancamiento del sector primario, con las que se
importaban los bienes de capital e insumos necesarios para el proceso de
industrialización, se optó por la nacionalización del comercio exterior mediante la
creación del IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio) que
significaba el monopolio estatal del comercio exterior. Éste le permitió al Estado
obtener recursos que utilizó para redistribuir hacia la industria. Dicho intercambio
intersectorial del sector agrario a la industria, provocó el enojo de los productores, ya
que el Estado les compraba a precios devaluados.
El Estado en 1948 compró los ferrocarriles a capitales extranjeros, en su mayoría
ingleses, y creó la empresa Ferrocarriles Argentinos. En 1947 anunció un Plan
Quinquenal para fortalecer las nuevas industrias creadas, y comenzar con la industria
pesada (siderurgia y generación de energía eléctrica en San Nicolás y en Jujuy).
Perón firmando la escritura por la cual todos los ferrocarriles pasaron a manos del
Estado.
En el área del desarrollo de la ciencia y tecnología, en 1948, Perón anunció un proyecto
de desarrollo de energía de fusión nuclear. Las instalaciones para el proyecto secreto
ocuparon la Isla Huemul en el Lago Nahuel Huapi. El proyecto estuvo a cargo de
Ronald Richter, un físico austriaco recomendado por el ingeniero Kurt Tank, quien
esperaba utilizar los hallazgos de Richter en los aviones de reacción que estaba
desarrollando en el Proyecto Pulqui II.
En 1951 el gobierno argentino anunció que el proyecto de Richter había tenido éxito y
que Argentina sería el primer país del mundo en producir energía de fusión nuclear. Sin
embargo, ante la falta de pruebas por parte del Proyecto Huemul, Perón designó en
1952 a una comisión de científicos para investigar las actividades de Richter, integrada
por José Antonio Balseiro y Mario Báncora que informaron al gobierno que el proyecto
había sido un fraude. Tras ello, las instalaciones del Proyecto Huemul fueron
transferidas por Perón al Centro Atómico Bariloche (CAB) de la Comisión Nacional de
Energía Atómica (CNEA) y al Instituto de Física de la Universidad Nacional de Cuyo
que más tarde tomaría el nombre de Instituto Balseiro (IB).34
Véase también: Historia de la industria en la Argentina.
Política educativa
Enseñanza primaria y secundaria
Artículo principal: Enseñanza primaria y secundaria en el primer gobierno de Perón.
Durante el gobierno peronista el número de inscriptos en las escuelas primarias y
secundarias creció a tasas superiores a la de los años anteriores.35 36 Se produjo el acceso
a la educación secundaria de la mayor parte de los hijos de clase media y de una parte
significativa de los estratos altos de la clase trabajadora, especialmente en la enseñanza
comercial y técnica.37 La enseñanza religiosa en las escuelas primarias y secundarias
que venía de la presidencia de Ramírez se mantuvo hasta ser abolida el 16 de diciembre
de 1954 en el marco del conflicto del gobierno con la Iglesia Católica.38
Uno de los motivos de irritación de los opositores fue la introducción en los textos
escolares de dibujos, fotografías y textos laudatorios de Perón y Evita tales como "¡Viva
Perón! Perón es un buen gobernante. Perón y Evita nos aman" y otros similares.39 40 En
la escuela secundaria se introdujo la materia "Cultura Ciudadana" que en la práctica era
un medio de propaganda del gobierno, sus protagonistas y sus realizaciones. Una vez
publicado el libro La razón de mi vida de Eva Perón el mismo texto fue obligado tanto
en el nivel primario como en el secundario.40
Enseñanza universitaria
Para el conjunto de los intelectuales el gobierno de 1943 y la figura de Perón eran leídos
exclusivamente dentro del contexto internacional que oponía a los Aliados con el
nazismo y el fascismo, y de ahí que "Perón era percibido, sobre todo, como una figura
del régimen militar y, dentro de éste, formando parte de la fracción de coroneles
pronazis". El antiperonismo de los intelectuales nace de esa percepción y no como
oposición a las nuevas políticas sociales.41
Todo esto lleva a la situación que Silvia Sigal resume diciendo "hay por lo menos dos
puntos de acuerdo entre quienes se han interesado en la relación entre los intelectuales y
el primer peronismo. El primero es que casi la totalidad de los escritores, artistas y
universitarios liberales y democráticos fueron antiperonistas, el segundo, que si los
intelectuales peronistas fueron muy contados, más contados fueron, entre ellos, quienes
gozaban de prestigio y reconocimiento en el ámbito de la cultura. Puede imaginarse sin
riesgo que sus protagonistas, peronistas o no, hubieran suscripto hasta 1955, esta somera
descripción.42
Perón inició su gobierno con las universidades intervenidas desde el 30 de abril de
1946, señalándose en especial que el interventor en la de Buenos Aires era el doctor
Oscar Ivanissevich, un ferviente opositor al cogobierno estudiantil. Durante ese año por
renuncias o cesantías se fueron el 70 % de los docentes y un tercio de los profesores
universitarios43 La reforma constitucional de 1949 dispuso que "Las universidades
tienen el derecho de gobernarse con autonomía, dentro de los límites establecidos por
una ley especial que reglamentará su organización y funcionamiento" pero continuó
vigente la ley 13.031 aprobada en 1947 para regir el gobierno de las universidades, a las
que convertía en una dependencia del Poder Ejecutivo: desde el rector hasta el último
titular de cátedra eran designados por decreto, se suprimía la autonomía funcional y
financiera y establecía la pena de expulsión a quienes actuaran "directa o indirectamente
en política" pero en la práctica esta norma no se aplicaba a quienes militaban en el
Partido Peronista, lo que se evidencia en los muchos funcionarios y legisladores del
mismo que ocuparon puestos en las universidades.(Luna I, 389). La representación
estudiantil fue eliminada de los consejos, se introdujo la exigencia de un certificado
policial "de buena conducta" sin el cual no se podían proseguir los estudios y comenzó a
haber policías de civil omnipresentes en aulas y oficinas universitarias.44
Hubo una mejora notable en la infraestructura ya que en Buenos Aires se construyó el
edificio de la nueva Facultad de Derecho y se crearon las de Arquitectura y de
Odontología así como la universidad obrera, luego llamada Universidad Tecnológica,
además de remodelar sedes en el interior del país. Se estableció por decreto 22/1949 la
gratuidad de la enseñanza y ello fue un factor que coadyuvó a que entre 1945 y 1955 se
triplicara el número de alumnos si bien la cantidad de graduados tuvo escasa variación.45
El 17 de mayo de 1951, por Decreto 9695/1951, creó el Consejo Nacional de
Investigaciones Técnicas y Científicas (CONITYC) antecedente inmediato del
CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).
Política sanitaria
En 1946 Dr. Ramón Carrillo fue designado Secretario de Salud Pública y en 1949 al
crearse nuevos ministerios pasó a ser ministro del área. Desde su cargo trató de llevar a
cabo el un programa sanitarista que se dirigía hacia la creación de un sistema unificado
de salud preventivo, curativo y de asistencia social de carácter universal en el cual el
Estado cumpliría un papel preponderante. Si bien tropezó con grandes obstáculos "la
acción gubernamental comportó un mejoramiento sustantivo en las condiciones de la
salud pública". Uno de esos obstáculos lo constituyó la constitución o el afianzamiento
de las obras sociales de los sindicatos, especialmente aquellos con mayor número de
afiliados tales como los ferroviarios y los bancarios, y otro fue la actividad de la
Fundación Eva Perón que en ciertas áreas se superponía con las de Salud Pública;
ambos factores conspiraban contra el proyecto unificador de Carrillo. El número de
camas en hospitales que era de 66.300 en 1946 (4 cada 1000 habitantes) pasó en 1954 a
131.440 (7 cada 1000 habitantes). Se hicieron campañas para combatir enfermedades
endémicas como el paludismo, la tuberculosis y la sífilis utilizando a gran escala los
recursos del DDT para el primero y la penicilina para las últimas y se acentuó la política
sanitaria en las escuelas al hacer obligatoria la vacunación en su ámbito. En 1942 unos
6,5 millones de habitantes tenían provisión de agua corriente y 4 millones, servicios
cloacales, y en 1955 los beneficiarios eran 10 millones y 5,5 millones respectivamente.
La mortalidad infantil que era de 80,1 por mil en 1943 bajó a 66,5 por mil en 1953 y la
esperanza de vida que era de 61,7 años en 1947 subió a 66,5 años en 1953.46
Política comunicacional
El gobierno de Perón fue el primero en realizar una política acerca de los medios de
comunicación; "el Estado conformó un monopolio de la información y un monopolio de
los medios de comunicación para consolidar su influencia en las masas...Por un lado, el
gobierno restringió tres libertades básicas del individuo: a) libertad de expresión y sus
dos variantes, libertad de pensamiento y libertad de opinión. b) libertad de imprenta. c)
libertad de prensa. Y por otro lado, el gobierno posibilitó la conformación oligopólica
del sistema de medios de radiodifusión fundado en un conjunto articulado de normas"47
Este proceso se dio en un contexto de manipulación y distorsión informativa utilizada
tanto por los medios afines al gobierno como por los medios condenatorios con Perón.48
49
La cinematografía se vio beneficiada por la puesta en marcha de tres medidas: la
obligatoridad de la exhibición de películas argentinas en todo el país (Ley 1299/47), la
reglamentación de la ley de protección a la industria cinematográfica (Decreto
16688/50) y la protección a la industria cinematográfica (Decreto 11731/52).48
La prensa gráfica se favoreció con la ratificación de la ley del Estatuto del Periodista
Profesional declarada en 1946.48
En cuanto a la televisión, la primera transmisión se realizó desde Canal 7 el 17 de
octubre de 1951 con la emisión de un acto político, el "Día de la Lealtad", realizado en
Plaza de Mayo.
Se dictó la primera Ley de Radiodifusión del país (14241/53) en 1953, la cual define al
servicio como de "interés público", crea el Ministerio de Comunicaciones, establece la
necesidad de 70% de capital nacional a los licenciatarios, decreta las licencias por 20
años con la posibilidad de prórroga sujeta a la aprobación del Ministerio de
Comunicaciones, obliga a la promoción de la acción de gobierno, educación y cultura
nacional, y no restringe la publicidad. En el artículo 24 de la ley se establecía que el
llamado debía realizarse en el término de 45 días desde su promulgación.48
En junio de 1954, mediante el Decreto 9967/54 se realizó la licitación de las licencias de
las tres cadenas de radio que existían en el país (LR1 y "Red Azul y Blanca", LR3 y
"Primera Cadena Argentina de Broadcasting" y LR4 y "Red Argentina de Emisoras
Splendid") y la licencia para Canal 7 y otras dos licencias para canales de televisión.48
La adjudicación de las licencias, a través del Decreto 17959/54 se realizó "a
licenciatarios que cumplieran con una condición implícita en el llamado: corresponder a
una estructura política estatal/familiar que fuera incondicional a Perón":50 LR1 fue
adjudicada a la Editorial Haynes, presidida por Oscar Maroglio (ex presidente del
Banco de Crédito Industrial, de propiedad del Estado), LR3 a la Asociación de
Promotores de Teleradiodifusión, gerenciada por Jorge Antonio, amigo personal de
Perón, y LR4 a La Razón, presidida por Miguel Miranda, ex presidente del Consejo
Económico y Social.51
Política exterior
Artículo principal: Política exterior del primer gobierno de Perón.
Nicolae Ceauşescu y Perón
La misión que había realizado Perón en Europa así como su formación profesional
hacían que las relaciones exteriores ocuparan un lugar importante en sus preocupaciones
de gobierno. Opinaba que en la postguerra Argentina tenía una posición privilegiada en
su carácter de gran productora de alimentos en un mundo que los requería en
abundancia, lo que le significaba una oportunidad que el país debía aprovechar. Por otra
parte, consideraba inevitable que en un futuro no lejano ocurriera otro conflicto bélico
de magnitud lo que, en caso de acaecer, tornaría su posición aún más ventajosa.
Las simpatías filonazis de algunos integrantes del gobierno surgido del golpe de Estado
de 1943, sobre todo en su primera etapa, así como el mantenimiento de la posición de
neutralidad del país ante el conflicto mundial había provocado mucha desconfianza en
los países aliados y, sobre todo, en la prensa y en algunos funcionarios de los Estados
Unidos, que no fue disipada por la tardía declaración de guerra al Eje, decisión por la
que había abogado el coronel Perón como Vicepresidente de la Nación. Esto había
llevado a una situación de relativo aislamiento diplomático al punto que la falta de
reconocimiento del presidente Farrell impidió que el país estuviera representado en la
Conferencia Interamericana que culminó con el Acta de Chapultepec en 1945. Al
asumir Perón la Presidencia se lo siguió identificando con esa del gobierno que lo
precediera.
El primer Ministro de Relaciones Exteriores que designó Perón fue el abogado
laboralista de formación socialista Juan Atilio Bramuglia y la primera misión que le
encargó fue la reinserción de Argentina en el mundo.
Perón a poco de asumir envió al Congreso para su tratamiento las Actas de Chapultepec
y la de creación de la Organización de las Naciones Unidas. Si bien en el mensaje que
las acompañaba no explicitaba su posición, dio instrucciones concretas y reservadas a
los legisladores para que fueran aprobadas y además el canciller concurrió al Congreso
para defenderlas.
Entre ruidosas manifestaciones de sectores nacionalistas que se oponían a las
adhesiones el Senado aprobó la ratificación por unanimidad.52 En la Cámara de
Diputados había dentro de los dos bloques había quienes sostenían posiciones distintas
que, incluso, podían llegar a provocar alejamientos.
Con distintos matices buena parte de los diputados de la oposición opinaba en contra de
la adhesión con objeciones que para Félix Luna eran muestra del asombroso "irrealismo
de los opositores" y de que "la marca de un nacionalismo sin concesiones había impreso
profundamente su ideología". El diputado radical Ernesto Sanmartino dijo que "el
primer deber de los representantes argentinos en la Asamblea de las Naciones Unidas
será promover esas reformas urgentes y básicas para incorporar el principio de
universalidad, de la igualdad absoluta de todos los estados, de la supresión del veto, de
la renovación democrática del Consejo de Seguridad y de la ampliación de facultades de
la Asamblea General, que debe ser soberana en todos estos asuntos para responer a un
alto pensamiento y a una definida construcción democrática, para terminar con el
vasallaje colonial".53 , su compañero de bancada Luis Dellepiane se preguntó: "¿Qué es
lo que puede llevarnos a una vinculación con este edificio (ONU) que se derrumba?
¿Qué es lo que puede llevarnos a vincularnos en este instante, en que no se pronuncia
una sola palabra de paz en los debates que se están celebrando en el Consejo de
Seguridad?"53 y Arturo Frondizi, decía que quedaban en poder de gobiernos extranjeros
"nuestras decisiones de guerra y paz, nuestros recursos económicos y hasta el valor de
nuestra moneda" y que no puede suscribirse sin reservas ni el Pacto de las Naciones
Unidas ni las Actas de Chapultepec. Hay allí obligaciones de todo tipo que la Argentina
no podrá cumplir. Si se cumplieran fielmente los acuerdos de Chapultepec, podría llegar
a destruirse no sólo la formación de una conciencia nacional, sino también la formación
del país desde el punto de vista económico, financiero, militar y cultural".53 En el
momento de la votación los opositores se abstuvieron para evitar que se hicieran
evidentes sus diferencias internas y los peronistas aprobaron la adhesión con la
oposición de siete de sus miembros.
La valoración de Estados Unidos respecto del gobierno de Perón comenzó a cambiar
ayudada por la salida del Departamento de Estado de funcionarios que se habían
manifestado más críticos y el 3 de junio de 1947 en un gesto sin precedentes el
presidente Truman invitó al embajador argentino que era el Dr. Oscar Ivanissevich a
concurrir a la Casa Blanca donde departió amablemente con la visible ausencia de
Braden que dos días después renunciaba.
En forma inmediata y contando con el beneplácito de Estados Unidos el gobierno
argentino anunció el establecimiento de relaciones diplomáticas con la Unión Soviética
y a continuación inició tratativas comerciales y cerró acuerdos comerciales con
Rumania, Bulgaria, Polonia, Checoslovaquia y Hungría.
El 6 de julio del mismo año Perón en un discurso exponía los principios de la Tercera
Posición entre capitalismo y socialismo, mediante la cual se daba a entender que en la
naciente Guerra Fría la Argentina no se alinearía de forma automática ni con Estados
Unidos ni con la Unión Soviética.
En 1948 la tensión entre los ex Aliados subió al máximo cuando la Unión Soviética
bloqueó la comunicación por tierra de la zona de Berlín ocupada por Estados Unidos,
Gran Bretaña y Francia dejándole solamente la vía por aire. Al llegar la cuestión en el
mes de octubre al Consejo de Seguridad de la ONU el representante de Estados Unidos
que ejercía la Presidencia debió dejar el cargo por estar involucrado y lo asumió la
representación argentina que por indicación de Perón fue asumida directamente por el
canciller Bramuglia cuya activa gestión mediadora recibió comentarios elogiosos de los
diplomáticos extranjeros.
José Paradiso considera sobre la política exterior del gobierno peronista que:
"En ocasiones ella ha sido considerada una gran responsable de las desventuras argentinas
posteriores, otras veces como la expresión de un razonable pragmatismo cuando no como la otra
de un sagaz visionario. Probablemente ninguna de estas versiones sea la correcta, aunque cada
una de ellas puede reclamar para sí una parte de la verdad" 54
Al mismo tiempo, aún despierta controversias entre los historiadores la acogida en la
Argentina de numerosos nazis prófugos durante y después de la Segunda Guerra
Mundial, entre ellos, Adolf Eichmann, Joseph Mengele, Erich Priebke, Dinko Sakic,
Josef Schwammberger, Gerhard Bohne, Walter Kutschmann, Ante Pavelic.55 En
diciembre de 2002, el gobierno argentino en Buenos Aires rechazó las peticiones del
Centro Simón Wiesenthal para la publicación de 58 archivos referentes a la fuga de
nazis a Argentina; sin embargo, dos de los archivos se abrieron en julio de 2003 y,
desde entonces, el gobierno argentino ha cooperado con las investigaciones.
Igualdad entre hombres y mujeres
Durante el primer gobierno de Perón se produjo un cambio histórico en lo que respecta
al reconocimiento de los derechos de la mujer. Se incorporaron al máximo texto jurídico
los nuevos derechos sociales como también el voto femenino, que había sido aprobado
en 1947, y que reivindicaba a la mujer hasta entonces marginada de la vida política
argentina.
El sufragio femenino
En 1947, se sancionó la ley reconociendo a todas las mujeres mayores de 18 años el
derecho a votar y ser votadas (sufragio femenino), existiendo recién entonces sufragio
universal en la Argentina. El derecho ya había sido reconocido en San Juan por la
reforma constitucional de 1927. A nivel nacional, el derecho al voto venía siendo
reclamado por las mujeres desde 1907, cuando Alicia Moreau y otras mujeres fundaron
el Comité Pro Sufragio Femenino. Sin embargo ni la Unión Cívica Radical ni los
conservadores apoyaron institucionalmente el reclamo y los proyectos presentados
fueron sistemáticamente rechazados.
Sin embargo las resistencias al sufragio femenino no estaban ausentes tampoco en el
peronismo. En ese sentido Eva Perón (Evita) jugó un papel importante. Luego del 17 de
octubre de 1945, a propuesta de Evita, Perón desde su cargo de Vicepresidente, intentó
sancionar la ley del voto femenino. Sin embargo las resistencias tanto dentro de las
Fuerzas Armadas en el gobierno, como de la oposición, que alegaba intenciones
electoralistas, frustraron el intento.56 También influyó el hecho de que la influencia de
Evita dentro del peronismo era relativamente débil antes del 24 de febrero de 1946.57
Luego de las elecciones de 1946, Evita comenzó a hacer abierta campaña por el voto
femenino, a través de mítines de mujeres y discursos radiales, al mismo tiempo que su
influencia dentro del peronismo crecía. El proyecto de ley fue presentado
inmediatamente después de asumido el gobierno constitucional (1 de mayo de 1946). A
pesar de que era un texto brevísimo en tres artículos, que prácticamente no podía dar
lugar a discusiones, el Senado recién dio media sanción al proyecto el 21 de agosto de
1946, y hubo que esperar más de un año para que la Cámara de Diputados sancionara el
9 de septiembre de 1947 la Ley 13.010, estableciendo la igualdad de derechos políticos
entre hombres y mujeres.58
Igualdad jurídica en el matrimonio y la patria potestad
La igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la igualdad jurídica de
los cónyuges y la patria potestad compartida que garantizó el artículo 37 (II.1) de la
Constitución de 1949. El texto fue directamente escrito por Eva Perón. En 1955 la
Constitución fue derogada, y con ella la garantía de igualdad jurídica entre el hombre y
la mujer en el matrimonio y frente a la patria potestad, reapareciendo la prioridad del
hombre sobre la mujer. La reforma constitucional de 1957 tampoco reincorporó esta
garantía constitucional, y la mujer argentina permaneció discriminada legalmente hasta
que se sancionó la ley de patria potestad compartida en 1985, durante el gobierno de
Raúl Alfonsín.
Política social
Entre otras reformas sociales y políticas, durante su primer gobierno Perón derogó la ley
que establecía la discriminación entre hijos legítimos e ilegítimos y se desarrolló un
amplio plan de viviendas para trabajadores. En 1951 comenzó a transmitir LR3
Televisión Radio Belgrano, actualmente llamado Canal 7.
Política obrera
Durante el primer gobierno peronista "el componente salarial del ingreso nacional
superó, por primera vez en la historia, a la retribución obtenida en concepto de
ganancias, intereses y renta de la tierra. En 1948 aquel ascendía a 53% contra 47% de
éste, lo que se comparaba favorablemente con la situación imperante sólo un lustro
atrás, cuando los trabajadores percibían 44,4% y los empresarios, capitalistas y rentistas
recibían 55,6%".59
Huelga ferroviaria de 1950 y 1951
Artículo principal: Huelga ferroviaria de 1950 en Argentina.
El 15 de noviembre de 1950 comenzó una huelga de los ferroviarios por reclamos
salariales que finalizó con un “acuerdo de caballeros” entre huelguistas y funcionarios
del Ministerio de Trabajo conforme al cual retornarían al trabajo el día 24 de
noviembre, se les concedería un aumento salarial y se dejarían sin efecto las sanciones
aplicadas a los huelguistas. Sin embargo, en la primera semana de diciembre el gobierno
dejó sin efecto el convenio arribado y despidió y encarceló a los líderes del movimiento
de fuerza. Disconforme con las gestiones que había realizado el Secretario de
Transportes, coronel Castro, Perón lo hizo renunciar el 16 de enero de 1951. En enero
de 1951 comenzó una nueva huelga que abarcó todas las líneas ferroviarias, con el
objeto de reclamar la libertad de los dirigentes presos. El gobierno declaró ilegal el
conflicto sin obtener el cese de la huelga. En un discurso pronunciado el 24 de enero
Perón afirmo refiriéndose a los trabajadores ferroviarios: “El que vaya a trabajar, estará
movilizado, y el que no vaya será procesado e irá a los cuarteles para ser juzgado por la
justicia militar, de acuerdo con el código de justicia militar”. Al día siguiente un decreto
de Perón dispuso la movilización militar de los ferroviarios, que estuvo a cargo del
Ejército. Cerca de dos mil trabajadores fueron detenidos y unos trescientos quedaron en
prisión, produciéndose el retorno al trabajo de los huelguistas tres días después.60
Los derechos humanos
La relación con la prensa
Cuando Perón asumió el gobierno muy pocos periódicos lo apoyaban: Democracia, El
Laborista y La Época. Pronto comenzaron las medidas más variadas para combatir a los
medios opositores. En primer lugar la provisión de papel de diario, que era totalmente
importado, que era distribuido por el gobierno fijando cuotas sumamente reducidas para
los medios hostiles, habiéndose incluso dispuesto la expropiación de partidas de papel
de propiedad de La Prensa y de La Nación.61 En segundo término la utilización de la
prohibición de enviar determinados diarios por correo, también los frecuentes procesos
por desacato contra los editores y directores de periódicos críticos.60 Desde fines de
1949 la comisión parlamentaria bicameral llamada Comisión Visca cuyo cometido
original era investigar torturas aplicadas por la policía, se dedicó a realizar
investigaciones, allanamientos y clausuras de medios de prensa no oficialistas que
afectó a unas 70 publicaciones62 y finalmente la expropiación lisa y llana con entrega
posterior a administraciones adictas como ocurrió con los diarios La Prensa y La Nueva
Provincia de Bahía Blanca. Michel Torino propietario del diario El Intransigente de
Salta fue acusado de desacato y estuvo varios años preso.63
En forma paralela el gobierno aplicando una combinación de presiones -tanto oficiales
como sindicales-64 y beneficios fue adquiriendo en forma directa o a través de
testaferros periódicos, revistas y estaciones de radio. Así, por ejemplo, compró los
periódicos Democracia, La Razón, Crítica y Noticias Gráficas,65 el conglomerado
Haynes que reunía al diario El Mundo y la radio del mismo nombre así como revistas de
diverso tipo a través de Jaime Yankelevich, Oscar Nicolini, Oscar Maroglio, Miguel
Miranda, Vicente Carlos Aloé y Ricardo Peralta Ramos, entre otros.48 También hubo
por el gobierno compra de imprentas donde se imprimían medios gráficos, tanto en
Buenos Aires como en el interior del país.66
Entre la posición crítica de La Prensa y el halago permanente de los diarios oficialistas,
Clarín se fue ubicando como medio independiente, lo cual no era fácil para nadie –y
menos para un medio de prensa pero, según el periodista Julio Ramos lo favorecía la
circunstancia de que a diferencia de otros medios de prensa tomados por el gobierno
como La Prensa y Editorial Haynes, carecía de patrimonio: no tenía planta impresora
propia y funcionaba en oficinas alquiladas. La información ocultada por la prensa
oficialista sólo podía tomarse de radios uruguayas y –aunque tibiamente- en algunos
textos perdidos de La Nación o Clarín.67
Al finalizar el gobierno de Perón, sólo dos periódicos de circulación nacional -La
Nación y Clarín no eran partidarios del peronismo.68
Actos de violencia
En el marco del enfrentamiento frontal entre peronistas y antiperonistas, durante el
gobierno de Perón se produjeron violaciones de derechos humanos debido a la
persecución de opositores -en especial de comunistas-.69 En este sentido, el organismo
más cuestionado utilizado por el gobierno peronista, fue la Sección Especial de la
Policía Federal, que aplicaba sistemáticamente la tortura contra los opositores.70 71
En 2005 apareció una versión basada en testimonios de integrantes de la comunidad
pilagá, a partir de una demanda de la Federación Pilagá contra el Estado nacional,
presentada ese año reclamando un resarcimiento económico, según la cual a fines de
1947 un grupo de unas 8.000 personas de dicha etnia se había instalado en un
descampado llamado Rincón Bomba, cercano a la localidad de Las Lomitas en la
provincia de Formosa (en aquél entonces Territorio Nacional), y subsistía de la ayuda
de los pobladores y del propio Estado, que les envió alimentos, ropas y medicinas.
Siempre según esa versión, unos 50 de ellos fallecieron a raíz de la ingesta de alimentos
en mal estado y cundió entre los pobladores de la localidad el temor de una represalia,
por lo que Gendarmería prohibió a los pilagas ingresar a Las Lomitas. Cuando el 10 de
octubre de 1947 un grupo de de más de mil pilagas marchó a encontrarse con el
comandante de Gendarmería, varios cientos de ellos habrían sido asesinados por
oficiales de esa fuerza.72 73 74 75 76 77 78 Según Arturo M. Lozza, a nivel de gobierno se
trató de ocultar todo.79
Por su parte, la oposición lideró actos terroristas y movimientos golpistas; entre ellos,
los más cuestionados fueron algunos sectores de la Marina de Guerra y los llamados
"comandos civiles" o "comandos de hierro", que causaron con sus acciones la muerte de
cientos de civiles.
Uno de los primeros atentados fue sufrido en 1947 por el dirigente sindical y diputado
nacional Cipriano Reyes (1906-2001), integrante inicialmente del bloque peronista pero
opuesto a la decisión de Perón de disolver el Partido Laborista junto a los otros dos
partidos que habían sostenido su candidatura en 1946, para crear un único partido
peronista. En el atentado murió el chofer de Reyes y él mismo resultó herido. Poco
después, Cipriano Reyes y otros dirigentes laboristas, fueron detenidos bajo la
acusación de estar planeando el asesinato de Eva Perón. Los detenidos fueron
severamente torturados por la Policía Federal y condenados en un proceso en el que no
se respetaron la garantías de los acusados.80 Otros opositores que sufrieron tortura
fueron los militantes universitarios Ernesto Mario Bravo y Luis Vila Ayres, comunista
el primero y socialista el segundo, y el abogado radical Juan Ovidio Zavala. En 1949, en
el marco de una huelga de trabajadores del azúcar en Tucumán fue detenido y torturado
por la policía en los sótanos de la Casa de Gobierno de Tucumán hasta resultar muerto,
el sindicalista Carlos Aguirre.70
El 15 de abril de 1953 un comando civil antiperonista realizó un atentado terrorista en la
Plaza de Mayo haciendo estallar dos bombas durante una manifestación sindical
organizada por la CGT, que asesinó a 5 trabajadores y dejó más de 90 heridos.81 82 83
Con posterioridad sufrieron torturas el radical Roque Carranza -Ministro de Defensa en
1983-82 y el demócrata progresista Carlos Alberto González Dogliotti -ambos
responsables del atentado en Plaza de Mayo-, así como Yolanda J. V. de Uzal y los
hermanos María Teresa y Jorge Alfredo González Dogliotti.82 84 85
El 16 de junio de 1955 un grupo de civiles y militares, entre los cuales se encontraba el
dirigente radical Miguel Ángel Zavala Ortiz, intentó un golpe de estado que finalizó en
el fracaso. En el curso del mismo, los golpistas ordenaron bombardear la Plaza de
Mayo, causando la muerte de 364 civiles y más de 800 heridos. El hecho es conocido
como el bombardeo de Plaza de Mayo y es una de las masacres más graves de la
historia argentina.
Al día siguiente, el 17 de junio de 1955, la policía de la ciudad de Rosario detuvo sin
orden judicial a Juan Ingalinella, médico y dirigente del Partido Comunista Argentino
(PCA). Ingalinella fue torturado hasta causarle la muerte y su cuerpo fue hecho
desaparecer.86 87
El gobierno de Perón se caracterizó por un agudo conflicto entre peronistas y anti-
peronistas: los oficialistas acusaban a los anti-peronistas de participar en complots, actos
terroristas e intentos de golpes de estado88 por su parte el anti-peronismo acusaba el
proceder autoritario del gobierno, el control de los medios de comunicación y las
acciones represivas.89
El conflicto concluyó con el derrocamiento de Perón y la instauración de la dictadura
militar denominada como Revolución Libertadora, la cual era apoyada por los sectores
anti-peronistas. Al poco tiempo de instaurada, el peronismo fue proscripto y sus
simpatizantes perseguidos, torturados y asesinados. Uno de los casos más claro fueron
los Fusilamientos de José León Suárez, que dejó como saldo final la muerte de 18
militares y 13 civiles ejecutados sin juicio previo. La Revolución Libertadora también
ilegalizó al Partido Comunista, el cual — pese a la fuerte orientación anticomunista de
su gobierno — había sido legal en la época de Perón.
Reforma constitucional
Asimismo durante el primer gobierno de Perón se reformó la Constitución Nacional en
1949 incorporándose los derechos laborales y sociales (Art. 37) que caracterizaron al
constitucionalismo social y las bases jurídicas para expropiar grandes empresas
monopólicas (Art. 40). Al mismo tiempo se establecía la reelección presidencial
indefinida (Art. 78). Esta Constitución sería derogada por una proclama del régimen
militar que derrocó al gobierno peronista.
Segundo gobierno (1952–1955)
Los Perón el 4 de junio de 1952 durante su segunda asunción.
El segundo gobierno peronista se caracterizó por el agotamiento de la política
distributiva que caracterizó al primer gobierno. Los beneficios sindicales fueron
recortados. Las huelgas y los conflictos sociales se generalizaron.
En 1952 Perón convoca a sindicatos y empleadores al Congreso Nacional de la
Productividad, con el fin de generar un proceso de diálogo social tripartito para
enfrentar la crisis. El Congreso fracasa por la incomprensión de los mecanismos de
diálogo social tanto por parte de los sindicatos como de las empresas, e incluso de los
propios funcionarios del gobierno peronista.
A partir de su reelección, en la cual obtuvo la victoria con un 62% de los votos, se
producen algunos cambios significativos en el plano económico. Los salarios, que
habían aumentado considerablemente hasta ese momento, se congelaron al igual que los
precios por medio de contratos bianuales. El IAPI comenzó nuevamente a subvencionar
al sector agrario. Se logró controlar el proceso inflacionario. El llamado al capital
extranjero con el propósito de desarrollar la industria pesada fue motivo de polémicas, y
atrajo las críticas de los opositores, entre ellos Frondizi.
Política energética
Logotipo de la empresa Gas del Estado.
Cuando comenzó el segundo mandato de Perón en 1952, la Argentina se encontraba en
una aguda crisis energética: YPF -bajo control Estatal- se encontraba muy lejos de
autoabastecer de combustible al país, en consecuencia, importaba un 60% y en 1954
tuvo su primera crisis en la balanza de pagos.90 Perón decidió firmar un contrato el 11 de
diciembre de 1947 entre YPF y la empresa petrolera estadounidense Drilexco, para la
exploración de cuarenta pozos de petróleo, ya que los recursos que tenía el Estado no
eran suficientes para logar por si solo el autoabastecimiento. Por ello, se mandó al
Congreso una ley para inversiones en el rubro petrolero. Sin embargo hubo arduos
debates en el Congreso Nacional, pero la ley fue sancionada con éxito en 1953. Existía
el temor de que produjeran concesiones a las petroleras extranjeras bajo esta ley.91 El
general Perón también firmó en 1954 un acuerdo con la Standard Oil para que la
empresa estadounidense explotara una extensa área del sur argentino con yacimientos.
Hubo duras críticas al contrato, se lo acusó de violar la soberanía argentina, y el mismo
quedó sin efecto tras el golpe de Estado que derrocó a Perón en 1955.90
Se creó la empresa distribuidora Gas del Estado, para la distribución de aquel recurso.
Se puso en marcha el primer gasoducto que conecta la ciudad de Comodoro Rivadavia
con la Ciudad de Buenos Aires, de una longitud de mil seiscientos kilómetros. Fue
inaugurado el 29 de diciembre de 1949,«El gran gasoducto» (en español). Soldado
digital. Consultado el 2 de abril de 2010.</ref>92 siendo el primero de su especie en
Sudamérica y el más largo del mundo para ese momento. Pero tras el golpe de Estado
de 1955 no se llegaron a construir las válvulas y terminales para que el gasoducto fuera
capaz de transportar gas a los hogares.93 A su vez, la reforma constitucional nacionalizo
los yacimientos petroleros, haciendo así de YPF un monopolio estatal.94
Durante sus años en el exilio, Perón dijo al respecto de YPF:
"Yo creo que YPF no tiene ni capacidad organizativa ni capacidad técnica ni capacidad
financiera para un esfuerzo de esa naturaleza. Los sistemas empleados en la Argentina distan
mucho de los nuevos métodos de exploración, prospección, cateo y exploración racional de los
yacimientos modernos. Los costos de producción de YPF son absolutamente antieconómicos.
Hacer de esto una cuestión de amor propio es peligroso y estúpido ... Estos nacionalistas de
opereta han hecho tanto mal al país con sus estupideces como los colonialistas con su viveza.
Unos negativos y otros excesivamente positivistas representan dos flagelos para la economía del
país".
Juan Domingo Perón.95
El conflicto con la Iglesia
En el año 1954 se inició una compleja escalada de enfrentamientos entre el gobierno y
la Iglesia Católica, que había apoyado activamente al peronismo hasta ese año.
Ese mismo año, Perón logró del Congreso la sanción de la Ley Nº 14.394, cuyo artículo
31 incluye el divorcio. Tras el derrocamiento de Perón, este artículo fue suspendido
mediante el decreto ley 4070/1956. El divorcio volvería a ser aceptado en 1987
mediante la sanción de la Ley Nº 23.515.
El 30 de diciembre de 1954, mediante un decreto, se autorizó la apertura de prostibulos,
que estaban prohibidos desde décadas atrás.96
Distintos grupos opositores, entre ellos algunos abiertamente anticlericales,
aprovecharon la coyuntura para organizar un amplio frente de oposición al gobierno. La
respuesta del peronismo fue errática y por momentos violenta, lo que llevó aparejado un
rápido fortalecimiento de la oposición.
El derrocamiento (1955)
Artículo principal: Revolución Libertadora (Argentina).
Véase también: Bombardeo de la Plaza de Mayo.
Víctimas del Bombardeo de la Plaza de Mayo.
Desde 1951 sectores cívico-militares antiperonistas habían venido desarrollando actos
terroristas a través de los denominados Comandos Civiles.
El 16 de junio de 1955 los Comandos Civiles, integrados por conservadores, radicales y
socialistas, junto con la Marina de Guerra y sectores de la Iglesia Católica intentaron un
golpe de Estado que incluyó el Bombardeo de la Plaza de Mayo y el centro de la ciudad
de Buenos Aires con más de 364 muertos y centenares de heridos. El ataque se produjo
con una veintena de aviones de la Aviación Naval sobre la multitud que se encontraba
en una manifestación. Los ataques continuaron hasta las 18 horas. El Ejército instaló
tanques y baterías antiaéreas para proteger al presidente, por lo que a los insurgentes se
les ordenó atacar a los miembros del Ejército y a los civiles que apoyaban a Perón.
Finalmente, los atacantes pidieron asilo político en Uruguay.
Tropas leales al gobierno de Perón resisten el Golpe de Estado en la localidad
bonaerense de Ensenada.
Luego Perón pidió calma a la población, en un discurso público por radio, pero sus
seguidores, en respuesta a los ataques, incendiaron varias iglesias en el centro de la
capital.
Perón dio entonces por finalizada la llamada revolución justicialista, y llamó a los
partidos políticos opositores a establecer un proceso de diálogo que evitara la guerra
civil. Por primera vez en años los opositores pudieron utilizar los medios de difusión
estatales. Pero para entonces los partidos opositores no estaban interesados en llegar a
un acuerdo con Perón, y utilizaron la oportunidad para difundir su oposición al gobierno
y denunciar por radio la falta de libertades. Poco después Perón dio por concluidas las
conversaciones.
El 16 de septiembre de 1955 las Fuerzas Armadas derrocaron a Perón. La CGT, sectores
del peronismo e incluso sectores opositores fueron a reclamar armas para impedir la
toma del poder por los militares, pero el presidente se las negó y se exilió
temporalmente en Paraguay
Tercera presidencia (1973–1974)
En las elecciones que se celebraron Perón ganó con el 62% de los votos contra el
candidato de la Unión Cívica Radical, Ricardo Balbín. Se convirtió en presidente por
tercera vez en octubre de 1973 con su esposa Isabel Martínez de Perón como
vicepresidente.
El tercer gobierno de Perón estuvo signado por permanentes conflictos entre sus
seguidores de izquierda y derecha. Grupos parapoliciales con apoyo estatal (la Alianza
Anticomunista Argentina - AAA - organizada por José López Rega) persiguieron y
mataron a militantes de izquierda. Perón falleció el 1 de julio de 1974 y fue sucedido
por su esposa. El entonces Secretario Técnico de la Presidencia de la Nación, Gustavo
Caraballo, afirma que Perón le había solicitado que modificara la ley de Acefalía, para
permitirle al dirigente radical Ricardo Balbín asumir como su sucesor110 pero eso
finalmente no se concretó. En medio de la violencia política imperante, María Estela
Martínez fue derrocada el 24 de marzo de 1976 y sustituida por una junta militar.