2. Dualidad de Espíritu y Materia
Involución y Evolución
Capítulo II: El Universo: Una Escuela de Experiencia
La Escuela de la Naturaleza
La Ley de Causa y Efecto
El Tomar Cuerpo Nuevamente
Ciclos
El Salón de Clases del Hombre
El Propósito
Capítulo III: Lo Oculto de la Naturaleza
Planos Supersensoriales de Existencia
La Limitación de Nuestros Sentidos
El Mundo Mental
Percepción Extrasensorial
Los Perfiles de Conciencia
Capítulo IV: La Naturaleza Compleja del Hombre
Lo Difícil del Autoánalisis
Un Solo Rayo — Numerosas Consideraciones
El Ego Humano
El Dios Interno del Hombre
La Mente
Disposición de Ánimo, Sentimientos, Emociones
El Cuerpo Modelo
El Cuerpo Físico
Armonizando Principios
El Carácter
La Construcción del Carácter
El Destino del Hombre Se Construye por Esfuerzos Propios Esfuerzos
Capítulo V: Estados De Conciencia
Método Indirecto de Estudio
La Conciencia en el Estado de Vigilia
El Soñar Despierto
Preparándonos Para Ir a Dormir
El Dormir — El Soñar
El Despertar
Estados Anormales de Conciencia
Deducciones Respecto a los Estados de Conciencia
Capítulo VI: Muerte — El Dormir — El Nacer
El Temor a Lo Que No Entendemos
El Dormir y la Muerte
3. El Rayo de Conciencia se Retira
La Asociación se Disuelve
El Proceso De Separación
El Rayo Absorbe Su Proyección
Período de Descanso entre Vidas Terrenales
Las Simientes del Carácter
El Rayo Reingresa a la Materia
El Cuerpo Físico Es Útil Solamente para la Existencia Física
Nuestro Regreso Indica Pre-Existencia
Nuestra Salida Indica Continuidad de Existencia
El Cambio de Escenario No Cambia al Peregrino
Confiemos en la Naturaleza
La Vejez
Capítulo VII: Reencarnación
Abandono y Readopción del Cuerpo Humano
La Existencia del Ego Es Continua; Esa Noción de Existencia para el Ego Es
Intermitente
Dualidad - Individualidad - Personalidad
Reencarnación y Pérdida de Memoria
Períodos Desproporcionados de Tiempo
¿Por Qué el Dios Interior Desciende a los Planos Inferiores del Ser?
El Simbolismo de la Crucifixión
Casos Especiales
Transmigración: Incomprendida, pero Fiel
Reencarnación a Través de las Edades
Capítulo VIII: Karma: La Ley de las Consecuencias
Leyes Intrínsecas de la Naturaleza
La Ley en la Naturaleza
Las Leyes de la Naturaleza Deben Ser Universales
Efectos Retardados
"La Muesca en el Tipo de Imprenta"
Medios Usados Por El Karma
Sucesos al Azar
Comentarios sobre los Sucesos al Azar Basados sobre la Enseñanza Antigua
El Karma y la Falta de Atención
Nosotros Creamos Nuestro Propio Destino
"Así Como Es Arriba, Así Es Abajo"
Todo Esfuerzo Cuenta
Un Factor Nuevo Ingresa
Todo Lo Que Necesitamos Saber
Neutralizando o Preequilibrando Karma
Posponiendo el Karma
Karma de Grupo
El Karma y el Problema del Libre Albedrío
Deseos Conflictivos
El Carácter Toma Partido, Pero No Decide
4. El Poder de Elección Es Inherente en el Ego
Ninguna Predestinación o Fatalismo
Teorías del Fatalismo
Una Solución no Fatalista
La Libertad De Escoger, Varía
Libre Albedrío, un Factor en la Evolución
Efectos Demorados y Libre Albedrío
El Aspecto Doble del Libre Albedrío
Bondad y Maldad
El Sufrimiento y la Adversidad como Enseñanzas
Karma "Bueno" y Karma "Malo"
Karma y Venganza
"Interfiriendo con el Karma"
Karma y el Perdón de los Pecados
El Karma y la Curación Mental
"Sufrimiento Inmerecido"
¿Es Injusto Sufrir por Hechos Olvidados?
¿Son los Efectos Demorados Conducentes a la Maldad?
Karma-Némesis y el Karma Amigo
El Karma y Sus Doctrinas Compañeras
El Karma y la Teoría de una Sola Vida sobre la Tierra
El Karma y la Prueba Científica
La Prueba Más Fuerte para el Karma
El Karma y las Religiones Grandiosas
Capítulo IX: Fraternidad
Fraternidad — Una Realidad En La Naturaleza
Indicaciones Externas de Unidad
Evidencia Indirecta de Unidad
La Piedra de Tropiezo Es el Egoísmo
¿Nos "Beneficiamos" del Egoísmo?
Un Llamado al Egoísta
Egoísmo Revertido
La Ética Basada sobre las Leyes de la Naturaleza
La Unidad Es la Causa — La Fraternidad Es el Efecto
Las Ideas Gobiernan el Mundo
Respuestas a Algunos de los Enigmas de la Vida
La Edad de Oro de la Fraternidad
Nils A. Amnéus nació en 1878, en Gothenburg, Suecia. Estudió Ingeniería Mecánica en
la Escuela Técnica Borås, obteniendo su grado en 1899. Emigró a los E. U. ese mismo
año y, dos años después, se convirtió en miembro de la Sociedad Teosófica. Se casó con
Harriet Anchersen en Massachusetts, en 1906 y, en 1920, se trasladó con su familia a la
sede teosófica en Point Loma, California, en donde enseñó en la Escuela Raja-Yoga y
en la Universidad Teosófica. En 1925, reasumió su carrera de ingeniero y, durante la 2ª
Guerra Mundial, trabajó en el Laboratorio de Radiación de la Universidad Berkely, de
California. Fue un trabajador incansable para la Sociedad Teosófica, organizó logias,
5. dió conferencias, y fue escritor. El manuscrito de El Enigma de la Vida lo completó,
pero no fue publicado antes de su muerte, en 1952. Su primer libro, Does Chance or
Justice Rule Our Lives?, ha sido traducido al alemán, finlandés, sueco, holandés y al
oriya (un idioma sánscrito de la India).
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El Enigma de la Vida por Nils A. Amnéus
Theosophical University Press Online Edition
Capítulo I
La Sabiduría Antigua
La Vida Única
El Universo, Un Organismo Vivo
Dualidad de Espíritu y Materia
Involución y Evolución
El Enigma de la Vida es un recinto de muchos problemas, tales como los siguientes:
¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo?
¿Por qué existe tanta injusticia?
¿Cuál es el propósito de la vida?
¿Existe vida después de la muerte?
¿Tenemos libre albedrío o somos marionetas del destino?
¿Somos responsables de nuestros actos, recogeremos lo que sembramos?
¿Es este un Universo fortuito, gobernado por fuerzas ciegas, o existe un plan detrás de
él?
La Sabiduría Antígua
6. El autor de este libro ha encontrado respuestas a esas y muchas otras preguntas relativas
a la vida, en un sistema de enseñanzas antiguas que han existido desde tiempo
inmemorial. Estas enseñanzas, conocidas por "Sabiduría Antigua" o la "Religión de la
Sabiduría," han existido en todos los tiempos y en todos los países, pero han sido
escondidas al mundo frecuentemente y por largos períodos de tiempo. A pesar de todo,
siempre han sido mantenidas en buen estado, y a intervalos se han vuelto a emitir para
iluminar y guiar a la humanidad en su viaje ascensional.
Después de cada nueva presentación, estas enseñanzas permanecen puras por un
período, pero gradualmente se pervierten por dogmas y opiniones artificiales, y sus
significados verdaderos y secretos se pierden. Así, esas enseñanzas deben ser dadas otra
vez en un lenguaje apropiado al nuevo tiempo en el cual son emitidas. La más reciente
reafirmación de las enseñanzas antiguas fue empezada por Helena Petrovna Blavatsky,
quien fundó la Sociedad Teosófica con ese propósito en 1875. La Sabiduría Antigua,
revestida en lenguaje moderno, es conocida ahora por el nombre de Teosofía.
En lo que sigue, presentaremos algo de las Enseñanzas Antiguas que proporciona
solución a muchos de los problemas de la vida, y demuestra que el Hombre no es un
peón desamparado, gobernado por fuerzas ciegas, sino que tiene el poder de escoger,
que tiene el poder de actuar, y por lo tanto, es responsable de sus actos, para que, a su
debido tiempo, recoja todo lo que ha sembrado. También demuestran que existe un
propósito en la vida, y que el Hombre está orientado hacia un destino glorioso.
Un esquema corto de algo de las Enseñanzas Antiguas será presentado primero; y a
medida que entremos en ellas, ampliaremos más esos conceptos.
La Vida Única
La primera proposición de las Enseñanzas Antiguas es la más difícil de presentar,
porque se ocupa de lo infinito, y por lo tanto, no es de fácil comprensión para nuestra
mente finita; y todavía más, es muy difícil de ser puesto en palabras para entenderlo.
Como quiera que sea, la enseñanza general es que, detrás del Universo material y visible
que conocemos, existe un Principio Omnipresente, Eterno, Ilimitado e Invariable: la
Esencia Divina de la Vida, que es causa invisible del universo visible y todo lo que tiene
vida en ese universo (H. P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, Vol. 1:14-17).
Esta Esencia Divina Universal es eterna e invariable. Pero cuando un Universo Material
se manifiesta, entonces esta Vida Universal emana o diferencia unidades
individualizadas de su propia esencia, y cada unidad de vida, o "Mónada" como es
conocida, entra en el Peregrinaje de Evolución en ese nuevo universo que está
justamente para comenzar como un nuevo ser.
Así, la Esencia Divina Universal viene a ser la fuente y origen de toda vida. Cada
Mónada en evolución tiene en su núcleo más íntimo un rayo de esta Divina Esencia, tal
y como un rayo de sol tiene su origen en el sol y acarrea con él, algo de la esencia del
sol. Las escrituras hindúes antiguas expresan esta idea:
Así como el Sol ilumina todo su sistema planetario,
Así mismo el Espíritu Universal ilumina a todo cuerpo.
— Bhagavad Gita, Capítulo 13
7. El Universo, Un Organismo Vivo
Las Enseñanzas Antiguas establecen que el Universo, como un todo, es un organismo
viviente, y que cada vida individual dentro de ese Universo está ligada a la Vida
Universal, la cual, en realidad, es una parte inseparable de esa vida.
Las formas variadas de vida que vemos en la Naturaleza parecen estar desligadas y
completamente independientes unas de las otras, pero la Sabiduría Antigua nos dice que
esta independencia solo existe en la forma, vehículo o cuerpo exterior y material en el
cual la Mónada está encarnada por ese tiempo. Detrás de esta forma externa existen
diferentes manifestaciones, diferentes expresiones de la misma Vida Universal, las
cuales no son independientes entre sí, sino que internamente están unidas unas a las
otras en los planos invisibles de la Naturaleza.
Así como un grupo de islas parecen existir independientemente, cuando en realidad son
afloraciones de la misma Madre Tierra conectadas por debajo del agua en una forma
aparentemente escondida, así mismo sucede con los dedos de las manos, los cuales
aparentemente están libres hasta cierto punto, cuando en realidad están unidos en la
misma mano; así sucede también con las hojas de un árbol, quienes viven existencias
individuales, pero que también forman parte de una unidad mayor, en este caso, el árbol.
Esto es lo que sucede con cada vida individual, la cual forma parte de la Vida Universal
Única. El vínculo que ata la vida individual a la Vida Universal, como también a las
otras vidas individuales, "el tallo de la hoja," es el rayo de Divinidad en el núcleo de
cada ser.
Esta doctrina de que todos los seres somos emanaciones de la Vida Universal Única se
encuentra en todas partes del mundo, y es reconocida en expresiones como: "Dios está
en todas partes," "Dios está en todas las cosas." Él es "el Único en todo," la Vida Única
expresándose por ella misma mediante la vasta variedad de formas que vemos en el
Universo.
Así como la Divina Esencia Universal se extiende completamente a través del espacio
infinito, y ese todo debe abarcar todas sus partes, así es igualmente cierto que somos
"Todo en Uno," o como el Apóstol Pablo se lo dice a los atenienses:
Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios
poetas también han dicho: Porque linaje Suyo somos. — Hechos 17:28
El Apóstol Pablo, entre paréntesis, admite que la doctrina ya era conocida por los
griegos. El hecho de que todas las unidades de vida han emanado de la misma Fuente
Universal, es la base para que la Doctrina Antigua diga: "La Hermandad es una realidad
en la Naturaleza."
Para resumir: Todo en el Universo está vivo y "Todos somos . . . partes de un todo
estupendo, cuyo cuerpo es la Naturaleza; y Dios, su Alma" (Alexander Pope).
Dualidad de Espíritu y Materia
Cuando un período para que se manifieste un Universo exterior y visible se acerca, la
Esencia Única de Vida se muestra bajo dos aspectos contradictorios: Espíritu o
8. Conciencia, por una parte; y Materia o vehículo, por la otra. Como quiera, Espíritu y
Materia no son realidades independientes, sino que son los dos polos opuestos de Una
Sola Realidad; así que, aún sólo materia no existe sin vida y conciencia en un nivel
inferior; así también, la Conciencia debe tener un vehículo material, ya sea denso o
etéreo, a fin de autoexpresarse como una Conciencia individual. En las entidades más
evolucionadas, el Espíritu domina, mientras que la Materia domina en las menos
evolucionadas. Pero en cada caso, como las escrituras hindúes lo dicen:
No existe materia sin espíritu, así también no hay espíritu sin materia.
Así como una lente es necesaria para concentrar luz solar difusa y volverla un centro
brillante y activo, así también se necesita un cuerpo o un vehículo material para
concentrar un rayo de la Mente Universal y convertirlo en Conciencia individual. Una
lente más grande y perfectamente transparente producirá una concentración de luz
mucho más potente que una lente pequeña de transparencia ondulada o de superficie
áspera. Así también, un instrumento o un cuerpo altamente evolucionado admitirá una
manifestación más perfecta de la Conciencia que habita internamente, que un
instrumento menos perfecto.
A través de todo el Universo manifestado podemos ver esta dualidad de Espíritu y
Materia. El Espíritu o Conciencia no puede actuar directamente en materia bruta, y la
Doctrina Antigua nos dice que existen muchas fuerzas y energías intermedias que
forman las conexiones y enlaces entre ellos, para habilitar al Espíritu a que controle el
cuerpo en el cual funciona. Este tema lo discutiremos más ampliamente en próximos
capítulos.
Involución y Evolución
Las doctrinas referentes a Evolución e Involución pueden ser mejor entendidas si
rastreamos el origen de estas dos palabras. Las dos provienen del verbo latino volvere
que significa "hacer girar, enrollar." El prefijo "e" significa "hacia fuera o lejos de,"
mientras que el prefijo "in" significa "hacia adentro." Evolución, entonces, significa
desenrollar o desenvolver algo que está envuelto o enrollado, mientras Involución
significa envolver o enrollar algo que ha estado desenrollado. Veamos el siguiente
ejemplo:
En tiempos antiguos, los libros no fueron impresos en páginas de papel y encuadernados
en volúmenes como se hacen ahora. La información fue inscrita en rollos de pergamino
llamados Manuscritos de pergamino y cuando eran leídos, tenían que ser desenrollados
para exponer lo escrito. A medida que la lectura se efectuaba, el final inferior del
manuscrito se desenrollaba, o evolucionaba, exponiendo la escritura dentro del
manuscrito (en esos momentos, oculta), mientras que, al mismo tiempo, el final superior
del manuscrito se enrollaba, se envolvía (involución), escondiendo u ocultando lo que
ya había sido leído.
Cuando la Vida Única se manifiesta como una porción de ella misma, convirtiéndose en
un Universo visible, al hacerlo, sus dos aspectos de Materia y Espíritu evolucionan
alternativamente. En el comienzo de un ciclo de manifestación, la Materia está
evolucionada, lo que implica que debe haber sub-estrato o fundación provisto para que
una mayor evolución se desarrolle. Esto es un ejemplo que ocurrió en las etapas
9. tempranas de la existencia del planeta cuando la Materia dominaba la escena y no se
vislumbraba rasgos de vida superior. Así, la Doctrina Antigua nos dice que, aún en la
roca, existe una forma de vida — de un orden muy inferior, no esa clase de vida como la
que ordinariamente tenemos concepto de ella, pero que sí existe alguna clase de vida en
ella. En este caso, la Materia domina y el Espíritu está casi completamente dormido o
envuelto. A esto se le llama Evolución de la Materia e Involución del Espíritu.
A medida que el proceso se desarrolla y la Vida y el Espíritu han tenido tiempo para
ejercer su influencia sobre la Materia, ésta última pierde algo de su densidad,
volviéndose más compleja, volviéndose materia para los cuerpos de las plantas,
animales y humanos, volviéndose materia más refinada que la de las rocas. En los
reinos Animal y Humano, la Vida y el Espíritu gradualmente ganan ascendencia, y la
materia pierde algo de su influencia retardatriz sobre el Espíritu. Esto es Evolución del
Espíritu, e Involución o recesión del aspecto denso de la Materia.
Así, la Evolución del Espíritu es siempre acompañada por la Involución simultánea de
la Materia. De la misma forma, la Evolución de la Materia es acompañada por la
Involución del Espíritu, justamente como se desenrolla el extremo de un manuscrito al
enrollar simultáneamente el extremo opuesto. El propósito de la vida es alcanzar la
plenitud, el desarrollo, la expansión de la Conciencia, el crecer de estados inferiores a
estados superiores del ser, y este avance solo se consigue a través del proceso de
Evolución.
El centro o el núcleo más íntimo de toda unidad de vida, o Mónada, es un Rayo o
emanación de la Vida Universal Única. Es este Rayo que origina y vitaliza toda forma
en la Naturaleza. Mediante su conexión interna con la Vida Universal, el Rayo tiene
dentro de sí posibilidades latentes de crecimiento y desarrollo infinitos. De este Rayo
proviene el impulso ascendente, la fuerza impulsora y propulsora que es la causa secreta
de toda evolución.
Toda Mónada individual debe, en el transcurso de su peregrinaje evolutivo, habitar
todas las formas variadas de la Naturaleza, comenzando desde la más inferior, y
después, gradualmente avanza a través de eternidades y en los varios reinos, hasta
alcanzar la morada en formas superiores. En cada personificación, la Mónada gana
experiencia y aprende las lecciones que esa personificación particular le ofrece. Cuando
las lecciones de esa personificación han sido asimiladas y ya no hay más necesidad de
experiencias en ese tipo de cuerpo, el impulso ascendente dentro de la Mónada le
produce buscar formas superiores a fin de continuar su evolución. En su nueva
personificación con su nuevo medioambiente modificado, la Mónada tiene experiencias
diferentes y desarrolla facultades distintas, hasta hacerlas que funcionen en una
perfección relativa. Así, otro peldaño hacia arriba es realizado; y después, otro, y otro,
hasta el infinito.
Las formas variadas de la Naturaleza que la Mónada personifica pueden compararse a
los peldaños de una escalera, hacia arriba de la cual la Mónada en evolución está
subiendo. Simbólicamente, el peldaño más alto de una escalera lleva, al que sube, a una
plataforma imaginaria, a un objetivo temporal, donde él puede descansar y recuperarse
de su esfuerzo. Pero el impulso interior no le permite más respiro, y él pronto descubre
que su plataforma soporta otra "escalera evolutiva," la cual ahora comienza a subir para
alcanzar alturas mayores que él débilmente percibe arriba de su cabeza.
10. Vemos debajo de nosotros, en la Escalera de la Vida, Mónadas en una siempre
ascendente escala de Evolución, pasando desde el átomo y los minerales, hasta el
Hombre. Todas esas Mónadas están siendo dirigidas hacia la etapa Humana en una
marcha ascendente que abarca períodos de tiempo de duración incomprensible. La
Doctrina Antigua nos dice que arriba del Hombre existen otras Escaleras que guían
hacia alturas inconcebibles, las cuales algún día, en edades por venir, el Hombre
comenzará a subir. Las posibilidades para alcanzar plenitud son infinitas, y el destino
del Hombre es, hasta cierto punto, tan grandioso de lo que él se pueda imaginar.
Así, la Evolución no tiene fin, pero también no es una ascensión continua o
ininterrumpida. Existen paradas temporales, comienzos y finales relativos, pero nunca
ha habido un primer comienzo y nunca habrá un punto final.
Debe notarse que el concepto de Evolución presentado por la Sabiduría Antigua difiere
de la Teoría de Darwin. De acuerdo a esta última, son las formas de la Naturaleza las
que cambian, mediante un proceso de "selección natural" y de "la supervivencia del más
capacitado," de acuerdo a grados imperceptibles de una forma a otra. La Sabiduría
Antigua, por su parte, establece que las formas de la Naturaleza son relativamente
estables, aunque ellas experimentan algunos cambios de superación retardados. Pero el
verdadero actor del drama de la Evolución es la Mónada residente, y debe hacerse
distinción entre esa Mónada y el vehículo o cuerpo que ella habita.
La Mónada "emigra" a través de los tiempos, desde las formas inferiores hacia las
superiores, ascendiendo en los Reinos de la Naturaleza, hasta que después de
eternidades alcanza el Reino Humano.
Para resumir: La Sabiduría Antigua considera la Evolución como un proceso de
desenvolvimiento o de desdoblamiento mediante el cual, posibilidades latentes e
inherentes en la Mónada, gradualmente logran expresiones. A medida que la Mónada
avanza y habita formas superiores, un despliegue más grandioso de sus facultades
latentes se vuelven realizables.
Capítulo II
Contenido
11. El Enigma de la Vida por Nils A. Amnéus
Theosophical University Press Online Edition
Capítulo II
El Universo: Una Escuela de Experiencia
La Escuela de la Naturaleza
La Ley de Causa y Efecto
El Tomar Cuerpo Nuevamente
Ciclos
El Salón de Clases del Hombre
El Propósito
El Universo, incluyendo el visible y el invisible . . . existe por el amor a la experiencia y
emancipación del alma. — Patañjali (Filósofo Hindú de la Antigüedad)
La Escuela de la Naturaleza
El Universo es una enorme escuela de experiencia para el despliegue de una Conciencia
mayor en todas las unidades de vida que componen ese Universo. La Naturaleza
Materializada es una de las escuelas en la que ciertos cursos de instrucción son
ofrecidos. Todas las Mónadas que ganan su experiencia en la escuela mayor de la
Naturaleza, empiezan su evolución para este ciclo en determinados momentos del
pasado lejano, lo cual hace que muestren diferencias enormes en su desarrollo. Pero no
todas ellas pueden beneficiarse por tener las mismas experiencias en este tiempo, y la
Naturaleza provee para esta mayor diversidad de desarrollo, el ofrecimiento de
oportunidades para personificarse en una vasta variedad de formas diferentes: en los
Reinos Mineral, Vegetal, Animal, y Humano; y en un casi infinito número de subgrados
o subdivisiones dentro de ellos.
Las Mónadas menos evolucionadas aceptan un cuerpo en el Reino Mineral; aquellas que
han avanzado un poco más en su evolución aceptan un cuerpo en el Reino Vegetal; y las
más avanzadas, en el Reino Animal. Las Mónadas que han asimilado todo lo que se
puede obtener en la existencia en el Reino Animal avanzan aún más y comienzan su
evolución en el Reino Humano.
Debido a que las Mónadas, ahora en cuerpos de forma humana, empezaron su viaje
evolutivo en tiempos diferentes en el pasado lejano, y por lo tanto, "arribaron" en la
etapa Humana en tiempos diferentes, no es sino natural que los seres humanos muestren
enormes discrepancias en sus desarrollos. Aquellas que arribaron en la etapa Humana
hace muchas edades, y que consiguientemente tuvieron más oportunidades de
reencarnar, han avanzado mucho más en su evolución humana, y se personifican en una
de las razas más altamente civilizadas de la humanidad. Por otro lado, todas las
Mónadas que arribaron a la etapa Humana más recientemente, toman cuerpos en una de
las razas más primitivas para empezar su evolución humana. A medida que su desarrollo
12. se desenvuelve, ellas adoptan cuerpos en razas más altamente desarrolladas. Dentro de
la raza, las Mónadas son atraídas a reencarnar en una nación y en una familia que
correspondan lo más acertadamente posible a su propio desarrollo.
Así, un vasto ejército está pasando a través de la Naturaleza, el cual es un inmenso
conjunto de Mónadas habitando sucesivamente en diversas formas en los reinos
inferiores, para luego emigrar a formas mucho más altas, aprendiendo y avanzando por
las experiencias que ofrecen las diversas formas de adopción de cuerpos.
Una escuela corriente tiene clases y cursos de instrucción para niños de kindergarten
hasta la edad de graduación. Cada año, un nuevo grupo comienza kindergarten; y cada
año, los niños en un grado completan sus cursos y avanzan al grado próximo mayor.
Después de cada semestre, hay un período de vacaciones antes que el nuevo ciclo
comience; y cada año, una clase se gradúa del nivel más alto y deja esa escuela por otros
campos de actividad; o tal vez, para ingresar al grado más bajo en la escuela superior
siguiente. Así, tenemos una corriente continua de niños ganando instrucción en esa
escuela al trabajar a través de sus diversos grados, "emigrando," tal y como ocurre, de
clase en clase, después de haber obtenido la capacitación indicada en el grado anterior.
Las clases y los cursos de instrucción en la escuela permanecen invariables, así como
los Reinos de la Naturaleza; pero los niños, como las Mónadas, constituyen una
corriente constante de entidades nuevas que están en ascenso. Los períodos de tiempo
consumidos en estas migraciones de las Mónadas a través de los Reinos de la
Naturaleza, son de duración tan inmensa como para asombrar a la imaginación, y
exceden en muchísimo lo que parecería ser aceptable ahora.
La Ley de Causa y Efecto
Se ha dicho que el Universo es una escuela de experiencia. Con el objeto de aprender
por experiencia, es necesario repetir una acción una y otra vez. También es necesario
que la Naturaleza sea consistente en sus reacciones. Si chocamos una pelota contra el
piso, rebotará en una dirección que depende enteramente de la forma en que se lanzó.
Esto es así porque las fuerzas de la Naturaleza obedecen leyes definidas e invariables,
de las cuales el lanzador de la pelota puede beneficiarse por experiencia y obtener
determinados resultados deseados. Si las fuerzas de la Naturaleza no fueran constantes,
la pelota podría reaccionar diferentemente cada vez, y sería imposible predecir qué
podría ocurrir. En estas condiciones no habría base para obtener experiencia, y todo
progreso sería imposible de lograr.
La Doctrina Antigua afirma que todo en el Universo está sometido a una absoluta e
infalible Ley de Causa y Efecto que brinda a toda acción, una reacción igual y opuesta.
Esta ley gobierna todas las acciones, desde los átomos hasta los universos, y todo lo que
se encuentre en ellos, visibles e invisibles, físicos, psíquicos, mentales y espirituales.
En una escuela corriente, el profesor es un individuo. En la "Escuela de la Experiencia,"
el profesor no es un individuo, sino que es la Ley de Causa y Efecto, la cual es inherente
a la Naturaleza. Esta ley es conocida en la Doctrina Antigua por el nombre de Karma, y
será discutida ampliamente bajo ese encabezado.
El Tomar Cuerpo Nuevamente
13. Ningún alumno puede aprender en un solo día todo lo que su escuela puede enseñarle.
Ese día sería demasiado corto y el trabajo demasiado agotador. Así que él regresa día
tras día a sus estudios. El alumno no puede permanecer en la escuela las 24 horas del
día, mes tras mes, sin interrupción. Si él quiere conservar su salud y capacidad de
aprendizaje, sus períodos de estudio deben ser alternados con períodos de juego, recreos
y descansos; y es así como nuestros sistemas escolares están diseñados de acuerdo a
estos requisitos. Una Mónada tampoco puede asimilar todo lo que puede ser
experimentado en cierta forma de cuerpo durante una sola adopción de ese cuerpo, o
durante una sola vida de ese cuerpo; como tampoco ningún alumno puede asimilar en
un solo día todo lo que su escuela le ofrece para aprender.
La evolución de la Mónada sería imposible si ella estuviera limitada a una sola vida en
cualesquiera de las formas de los cuerpos. Con el fin de llevar a cabo el propósito de la
Evolución, la Mónada debe tener más y más tiempo. Y la Naturaleza provee el tiempo
necesario para darle a la Mónada nuevas oportunidades para que repetidamente se
corporifique en una forma particular, y por un buen largo tiempo para que vuelva a
tomar cuerpos nuevos, tantos como sean necesarios.
La Sabiduría Antigua dice que la doctrina de volver a tomar cuerpos nuevos aplica a
toda unidad de vida individual en el Universo. Todas asumen cuerpos o vehículos de
diversos tipos, o se corporifican; todas tienen sus períodos de actividad de diversa
duración; todas desechan sus ropajes desgastados y entran en sus períodos de
asimilación y descanso; y todas vuelven a tomar cuerpos nuevos, para continuar su
evolución.
Cuando toman cuerpos de carne, ese proceso se conoce como Reencarnación, formada
por tres palabras latinas: re, "otra vez"; en, "en"; y carnis, "carne," las cuales dan la
palabra que significa "otra vez en carne." Todas las unidades de vida vuelven a tomar
cuerpos nuevos. Solamente aquellos cuerpos que son de carne, reencarnan. Por lo tanto,
Reencarnación es "un caso especial" de volver a tomar cuerpo.
Ciclos
De acuerdo a la Doctrina Antigua, toda actividad en la Naturaleza es cíclica. Esto es,
que es repetitiva, y consiste de períodos de actividad alternados con períodos de
descanso. En una escala pequeña de tiempo, vemos esta Ley de Periodicidad, o Ley de
Ciclos, operando en fenómenos como el retorno de las estaciones, mareas altas y bajas,
días y noches, dormir y estar despierto, etc. En una escala mayor de tiempo, el mismo
principio aplica mediante repetidas adopciones de cuerpos nuevos, períodos de vida
separados por muerte, seguidos por períodos de descanso en otros estados de ser,
seguidos en su turno, por otras adopciones nuevas de cuerpos en el mundo material.
El Salón de Clases del Hombre
En el Reino Humano, nuestra evolución alcanza progreso mediante experiencias
externas e internas. Exteriormente, aprendemos nuestras lecciones en el contacto con la
Naturaleza y con nuestros prójimos. Algunas veces aprendemos placenteramente; pero
otras veces, mediante el sufrir y el luchar. "Nos pulimos con ese ajetreo que nos ofrece
la vida," nos encontramos en diversas circunstancias en las cuales mostramos nuestra
14. ingenuidad, ponemos a trabajar nuestras facultades y talentos latentes, y desarrollamos
ánimo, entereza y paciencia.
Interiormente, el Hombre se encuentra atrapado consigo mismo en una red de fuerzas y
energías conflictivas que actúan dentro de su propia naturaleza. Por una parte, sus
deseos y sus "sentidos y órganos tumultuosos lo impulsan a actuar en cualquier
dirección," si utilizamos una expresión del Bhagavad Gita. Estos sentidos son
estimulados, son activados por las necesidades, tentaciones y fascinaciones presentadas
por el mundo material. Por la otra parte, existe la naturaleza divina del Hombre, de
donde se recibe los impulsos para hacer acciones no egoístas y altruistas, para servir,
para dar, para construir un mundo mejor. Para fortalecerlo en sus esfuerzos, el hombre
también tiene las doctrinas éticas de la religión que lo impulsan a amar a su prójimo, a
"buscar el Reino de los Cielos," y a hacer lo bueno a los demás como si lo hiciese para
él mismo.
El hombre promedio oscila entre estos aspectos de su naturaleza, algunas veces
obedeciéndole a una parte, y otras veces, a la opuesta. Él se encuentra como si estuviera
en medio de dos polos opuestos que atraen su ser, pero el Hombre no es un peón inútil
al servicio de ningún lado. Él tiene libre albedrío y puede seguir sus impulsos
superiores, o ceder a sus inferiores, tanto como él lo decida. Por sus hechos y
pensamientos repetidos, el Hombre tiene poder en sí mismo para modificar su carácter
y, por lo tanto, determinar su propio destino.
Cuando nos damos cuenta que la Ley de Causa y Efecto controla todas nuestras
acciones, y que eso nos brinda una reacción de dolor por cada dolor que le ocasionemos
a otros, así también podemos realizar que podemos beneficiarnos por cada acción
benéfica que hagamos, y esto es lo que nos permite que veamos la sabiduría de
comportarse bien con los demás, y la locura que implica hacerles daño. Así, al darnos
cuenta de que queremos experimentar felicidad y armonía, primero debemos sembrar
esas semillas de felicidad y armonía.
Si a pesar de este conocimiento persistimos en actuar mal y brindar infelicidad y
penurias a los demás, como una consecuencia, eso es lo que nos acarreará una reacción
de sufrimiento sobre nosotros mismos. Como quiera que sea, este sufrimiento también
tiene su compensación, porque nos enseña que no tuvimos voluntad para aprender
ninguna otra forma. Ello cambia nuestra atención hacia resultados importantes de la
vida, que de otra manera pudieron haber sido pasados por alto. Nos brinda compasión,
solidaridad y entendimiento de las penas de los demás. Si no repetimos nuestra maldad,
el sufrimiento gradualmente se disipará, y si le escuchamos a la voz de nuestra
Naturaleza Más Alta y vivimos de acuerdo a sus dictados, la vida fluirá tranquila y
armoniosamente.
Así, aprendemos de la experiencia de la vida, y poco a poco nos volvemos más sabios y
más apacibles y mejor capacitados para vivir en armonía con los demás.
El Propósito
La Teosofía considera a la Humanidad como una emanación de la Divinidad en su
sendero de regreso a ella. — H. P. Blavatsky
15. La Sabiduría Antigua nos dice que el propósito de la existencia del Hombre en la Tierra
es volverse divino, y expresar activa y completamente en su vida diaria las cualidades
divinas, las cuales son innatas, pero permanecen en estado latente. Es la personalidad
limitada y egocéntrica del Hombre la que previene que esas cualidades divinas puedan
expresarse. Por lo tanto, el propósito de la evolución del Hombre es ensanchar, refinar y
elevar su personalidad hasta convertirla en un instrumento apropiado para expresar esas
cualidades divinas que existen dentro de él.
Todos los Maestros grandiosos, como Cristo y Buda, fueron en un tiempo seres
humanos normales. La compasión por el sufrimiento de sus prójimos aumentó en sus
corazones un deseo de brindar consuelo y establecer una relación más feliz y más
armoniosa entre los hombres. Para llevar a cabo ésto, ellos tuvieron que acelerar su
evolución mediante un esfuerzo autodirigido y continuo durante muchas vidas. Así,
ellos avanzaron constantemente y adelante de sus prójimos, avanzando en perfección
hasta que alcanzaron comunión con su dios interior. La obtención de esta unión los
convirtió en los caracteres más altamente evolucionados y sobresalientes, con un
entendimiento muy profundo de las Leyes de la Naturaleza, si los comparamos con los
demás hombres; y por éso, obtuvieron un control muy grandioso sobre fuerzas
conocidas y desconocidas en el Universo.
Cristo y Buda siempre enseñaron que su realización puede ser lograda por todos. Jesús
mostró su fe en el perfeccionamiento del Hombre cuando Él amonestó a sus oyentes:
"Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre que está en los Cielos es perfecto." (Mateo
5:48). La Sabiduría Antigua dice que "El Padre en los Cielos" es la Divinidad innata en
cada hombre. Jesús también dijo, en Juan 10:30: "Yo y El Padre Uno Somos,"
indicando con ésto que su yo humano había sido refinado y levantado a una unión
completa y consciente con su dios interno.
El propósito de la existencia del Hombre — aquí en la Tierra — habrá sido llevado a
cabo; y el propósito de la evolución será obtenido cuando, en un futuro, la raza humana,
como una sola entidad, todos y cada uno de sus miembros se conviertan en imitadores
de Cristo. De esta manera, el hombre divino caminará la Tierra, la armonía reinará, y el
Reino de los Cielos será una realidad sobre la Tierra.
Capítulo III
Contenido
16. El Enigma de la Vida por Nils A. Amnéus
Theosophical University Press Online Edition
Capítulo III
Lo Oculto de la Naturaleza
Planos Supersensoriales de Existencia
La Limitación de Nuestros Sentidos
El Mundo Mental
Percepción Extrasensorial
Los Perfiles de Conciencia
Planos Supersensoriales de Existencia
En los capítulos anteriores fueron presentadas breves nociones generales de algunas de
las enseñanzas de la Sabiduría Antigua referente a la Evolución y al Universo como "la
escuela de la experiencia," a fin de mostrar la posición del hombre en un esquema
general. Numerosas preguntas se presentan naturalmente por sí solas en esa conexión.
¿Cómo puede ser el Universo un organismo viviente? ¿Dónde están los vínculos que
conectan las vidas individuales con la Vida Única?
¿Cómo están conectados los efectos con sus causas cuando no hay conexión visible en
el mundo exterior?
El centro de conciencia de cada entidad, o Mónada, que mora durante su vida terrenal
en el cuerpo físico, ¿Cómo puede sobrevivir después de la muerte de ese cuerpo, y cuál
es la naturaleza de su existencia en el intervalo entre dos encarnaciones físicas?
Las respuestas a estas preguntas, de acuerdo a la Sabiduría Antigua, es que el mundo
físico en el cual vivimos, es solamente uno de los muchos y diferentes "planos" o
niveles, o secciones representativas de la conciencia que existen en la Naturaleza. Todos
esos otros planos o mundos coexisten y están interpenetrados unos con otros y con
nuestro mundo físico, así como el agua penetra una esponja, o como un gas puede
filtrarse y ser absorbido por un liquido. Existen otros estados de conciencia diferentes al
plano físico al que estamos familiarizados, que corresponden a esos planos ocultos e
invisibles.
Así como el hombre tiene un equipo de sentidos físicos para contactar el plano físico,
así también el hombre tiene otros sentidos ocultos para hacer contacto con los planos
ocultos e invisibles de la Naturaleza. Como quiera, en la mayoría de los hombres, esos
sentidos ocultos están todavía dormidos o inactivos.
En esos planos ocultos e invisibles es que las Mónadas existen cuando no están
encarnadas en el plano físico, y es en ese mundo oculto e invisible que debemos buscar
17. las fuerzas, energías y "mecanismos" que nos son necesarios para explicarnos lo que
tanto sucede en el mundo externo y visible.
Esos mundos ocultos son los de las causas, mientras que el mundo exterior es el de los
efectos.
La idea de los mundos invisibles no es familiar en el Occidente, y aquellos que
sostienen que no existe nada que no pueda ser examinado por nuestros cinco sentidos,
rechazarán de inmediato la idea, y la clasificarán como superstición o una creencia en lo
"Supernatural."
La Sabiduría Antigua no admite "milagros" y nada "supernatural," sino que afirma lo
contrario, que todo en la Naturaleza, ya sea visible o invisible, está sujeto a leyes
naturales definidas. Pero también afirma que en el lado oculto de la Naturaleza existen
otros mundos o planos de existencia que todavía son desconocidos para el hombre.
Debido a que la materia de tales mundos está compuesta de una materia más etérea que
la materia densa ordinaria, y debido a que vibra a diferentes niveles de frecuencias que
la materia que conocemos, es por lo que no podemos sintonizarnos con ellos de una
manera natural con nuestros sentidos, así como también no pueden "recoger" la señal,
tal y como sucede cuando no podemos captar una estación de radio que está más allá del
alcance de nuestro aparato receptor.
Por lo tanto, no podemos demostrar ni refutar la existencia de tales planos sobre la base
de la evidencia que nos proveen nuestros sentidos. Un intento de hacer esto sería como
tratar de demostrar la presencia o la ausencia de un gas por pasar un colador a través del
gas. Estos mundos, que están mucho más allá del alcance de los sentidos corrientes del
hombre, pueden ser llamados "extra-sensoriales" o "supersensoriales," pero de ninguna
manera, supernaturales.
La idea de Mundos Ocultos nos sería menos extraña cuando nos detengamos a pensar y
nos demos cuenta que existen cosas invisibles en nuestra propia naturaleza, y que cada
día de nuestras vidas utilizamos y tratamos con facultades y fuerzas que nos son
invisibles e intangibles, pero que de ninguna manera son irreales.
El centro de la conciencia en nosotros, el cual se autoidentifica como "yo soy yo y nadie
más," esa entidad aprendiz y evolutiva, es invisible. Esa entidad está asociada con el
cuerpo durante su vida física, se autoexpresa a través del cuerpo, pero ese centro de
conciencia está oculto por sí mismo.
¿Cuánto podemos decir acerca del carácter, inteligencia y habilidades de un hombre si
solamente observamos su apariencia externa? En la mayoría de los casos, casi nada; y si
juzgamos a un hombre solamente por éso, con seguridad que cometeríamos errores muy
serios. Si fuera posible determinar el carácter de un hombre por su apariencia exterior,
estaríamos aptos de señalar a un criminal aún antes de que cometiera un crimen. Como
quiera, ésto no puede ser cierto, porque el carácter pertenece a la parte oculta del
hombre.
Los pensamientos y las ideas son realidades, porque afectan a los individuos y a toda la
humanidad; sin embargo, nadie ha visto nunca un pensamiento. Entendimiento,
18. solidaridad, amor, odio, todos ellos son energías poderosas que hacen actuar al hombre,
ya sea para su bienestar o aflicción; sin embargo, son invisibles.
No vemos la vida que anima a un árbol, pero sabemos que la tiene, porque notamos la
diferencia cuando el árbol se ha muerto. No vemos el proceso por el cual una planta
toma material del suelo y lo cambia en el tejido delicado de una bella flor, pero vemos
el resultado de este proceso cuando se abre ante nuestros ojos, No podemos ver el aire, y
muchos otros gases también nos son invisibles. Las fuerzas de gravedad, magnetismo y
electricidad no han sido nunca vistas, sino que son conocidas solamente a través de sus
efectos.
La Limitación de Nuestros Sentidos
También y muy a menudo dejamos pasar por alto la realidad de que nuestros sentidos
solamente tienen un rango limitado que nos da un cuadro incompleto aún del mismo
mundo físico alrededor nuestro. Esto es ilustrado de una manera sorprendente al
examinar el espectro electromagnético.
Cuando se hace pasar la luz solar a través de un prisma, obtenemos siete diferentes
colores, cada uno causado por radiaciones de diferentes longitudes de onda. En un
extremo del espectro o de la banda de colores, se encuentra la luz violeta, con
longitudes de onda relativamente cortas; al otro extremo, se encuentra la luz roja con
longitudes de onda de casi el doble de las de la luz violeta; y en medio de esos dos
extremos están los otros colores, cada uno con su propia longitud de onda intermedia.
Todas esas radiaciones pueden ser vistas por el ojo humano.
Pero el espectro electromagnético se extiende mucho más allá del espectro de la luz
visible, a los dos extremos de las longitudes de ondas cortas y largas. Se sabe que las
radiaciones varían en todo el trayecto, desde esas que tienen longitudes de onda apenas
tan largas para que sean vistas por el ojo humano, hasta aquellas que son muchos
millones de veces más largas. Igualmente se sabe de las radiaciones con longitudes de
onda tan cortas que se requiere millones de ellas para igualar la más corta que es visible
para el ojo humano. A medida que el conocimiento científico aumenta, el espectro
electromagnético se extiende mucho más y más. Hasta lo que ahora sabemos, se puede
extender infinitamente en las dos direcciones opuestas, y entre esta variedad infinita de
radiaciones, el pequeño grupo que puede ser visto por el ojo humano forma solamente
una pequeña parte infinitesimal.
Algunas radiaciones que no se pueden detectar por el ojo, se pueden percibir por nuestro
sentido del tacto, mediante el calor que generan. Si fuéramos absolutamente ciegos, aún
así estaríamos conscientes de esas radiaciones de calor, pero no podríamos sentir la luz
con la que podríamos estar saturados. Si nuestros ojos fueran normales, pero
careciéramos del tacto, reconoceríamos la luz, pero no estaríamos conscientes de la
existencia de las radiaciones de calor que podrían estar cayéndonos encima.
Las placas fotográficas comunes son sensibles a la luz corriente, pero las placas han
sido hechas de químicos que son sensibles al calor invisible y radiante. Una audiencia
sentada en un cuarto con las luces apagadas, fue fotografiada por medio de estos rayos
invisibles, algunas veces llamados "luz negra." La audiencia no vio ni sintió nada,
tampoco fue capaz de detectar la presencia o ausencia de esos rayos, pero la fotografía
19. resultante, que tuvo todas las apariencias de una foto corriente, demostró la presencia de
ellos.
Los rayos X tienen la habilidad de penetrar cuerpos materiales. Objetos de acero sólido
de un grosor de 10 cms ya han sido fotografiados a través de ellos. Pero quizá esto no
sea tan sorprendente como cuando se nos dice por nuestros científicos que no existe
algo que sea "materia sólida," porque lo que nos parece tan sólido no es más que
espacio vacío, y que los átomos en la materia están relativamente tan lejos unos de otros
como las estrellas lo están en el espacio. Aún más, sabemos que los mismos átomos no
son sólidos, sino que consisten de varias cargas de energía que se mueven unas
alrededor de las otras a velocidades increíbles. Así, la materia que ante nuestro tacto y
vista parecen ser sólidos, en realidad no son mayormente más que espacio vacío, y que
la pequeña "substancia" que está en la materia es solamente de naturaleza eléctrica. Esto
es algo de lo que nuestros sentidos, por sí solos, han fallado de informarnos.
Ciertas rocas, las cuales en la luz del día no parecen ser diferentes de esas que se
encuentran en cualquier terreno, o en una cantera, son sensibles a las radiaciones
ultravioletas. Si estas rocas se colocan en un cuarto obscuro y se exponen a rayos
ultravioletas, que son también invisibles, las rocas, aunque no se calientan, parecen
brillar y volverse transparentes, aparentemente exponiendo el interior de ellas, y de esta
manera, parecieran estar iluminadas de diferentes y de los más bellos de los colores.
Esas radiaciones parecen capaces de penetrar el interior de la roca sólida, y al pasar a
través de ellas, producen un cambio en las rocas; esas radiaciones se autotransforman en
visibles dentro del rango de la visión humana. Iluminadas por esta luz invisible, esas
rocas aparentemente monótonas, despliegan un aspecto de belleza insospechada.
Uno no puede dejar de especular en que tierra de ensueño y belleza este mundo podría
convertirse, si nuestros ojos fueran capaces de ver mediante radiaciones ultravioletas en
lugar de luz solar normal.
El gato y la lechuza tienen ojos con un rango de visión diferente al del hombre. Ellos
"ven en la obscuridad." En otras palabras, los ojos de ellos son sensibles a algunas de las
radiaciones que son invisibles para nosotros. Así que, lo que es obscuridad para
nosotros, es luz para ellos. Esto demuestra como aún ojos de materia física están
construidos de tal manera que abarcan rangos diferentes de visibilidad.
Los rayos X, los cósmicos y los ultravioletas pueden penetrar y pasar a través de materia
sólida. Podrían haber ojos construidos que sean capaces de seguir esos rayos, y de esta
manera, poder ver a través de la substancia física como si fuera espacio vacío, tal y
como nuestros ojos pueden ver a través del aire y el agua.
Señales de mensajes telefónicos se pueden enviar sobre la misma línea, al mismo
tiempo, sin que se interfieran unas con otras, sencillamente por usar diferentes
longitudes de onda al transmitirlas. Cuando hablamos, no somos conscientes de otras
conversaciones mezclándose con la nuestra; sin embargo, al final, ellas están todas
separadas y alcanzan su destino como si las otras no existieran.
El aire está constantemente lleno de ondas de radio de diversas longitudes; sin embargo,
estamos completamente inconscientes de sus presencias hasta que hacemos que
funcione nuestro aparato de radio. A medida que cambiamos estaciones alrededor del
20. dial, oímos los programas más diversos que se emiten al mismo tiempo, pero que no se
interfieren unos con otros, si el aparato está ajustado debidamente.
Las vibraciones de éter de muchas longitudes de onda diferentes, pueden interpenetrarse
unas con otras, y coexistir en el mismo espacio sin interferirse mutuamente, y sin hacer
ninguna impresión en los sentidos humanos.
Las vibraciones en el aire las percibimos como ondas de sonido, pero nuestros oídos, así
como nuestros ojos, están limitados en su capacidad para registrarlas. Hay sondas
sonoras de tono demasiado bajo, y otras, de tono demasiado alto, para que el oído
humano las pueda registrar.
Nuestros sentidos del tacto, del gusto y del olfato relativamente parecen menos
evolucionados que los de la vista y el oído, y nos dicen muy poco del mundo en el que
vivimos.
Nuestros sentidos, en los cuales dependemos en nuestro contacto con el mundo físico,
son como ventanas a través de las cuales podemos mirar hacia fuera y observar el
mundo alrededor nuestro, pero son muy pequeñas, de espacio estrecho, pequeños
"periscopios" que nos permiten solamente ver una pequeña parte del mundo fenomenal
en el que vivimos. Mediante diversos dispositivos mecánicos y eléctricos, hemos sido
capaces de extender considerablemente nuestro campo de visión. Como sea, y aún con
estas ayudas, el cuadro que nuestros sentidos nos dan es muy incompleto. Lo que yace
más allá del alcance de esos mecanismos es un territorio desconocido para nosotros.
Sin embargo, nuestro conocimiento actual es suficiente para demostrar que existe un
lado oculto de la Naturaleza. Está oculto debido a las limitaciones de nuestros sentidos,
no porque no existe.
El Mundo Mental
Existe un mundo invisible del cual estamos conscientes cada momento del día, pero está
tan cercano a nosotros que no notamos su existencia. Estamos aquí y ahora, llevando
una existencia doble, la física y externa, y la oculta e invisible, la de pensamientos y
sentimientos. La vida externa y visible la compartimos con nuestros prójimos, pero
nuestra vida mental interior está cubierta detrás de una cortina, y es solamente conocida
por la persona que la vive.
Sabemos que muchos de nuestros pensamientos son estimulados por sucesos del mundo
exterior que atraen nuestra atención, pero también sabemos que los pensamientos a
menudo "nos llegan" sin ningún estímulo externo. Lo mismo es cierto acerca de las
disposiciones de ánimo y de los sentimientos.
¿De dónde provienen? Sabemos que la atmósfera de aire en que vivimos es también una
atmósfera de pensamientos y sentimientos; ¿Y cómo podríamos estar conscientes de
ellos? Seguramente porque tenemos un "equipo receptor" oculto que responde a este
tipo de vibración. ¿Y cómo es que sabemos que, aún nuestros propios pensamientos, sin
nosotros darnos cuenta, están siendo difundidos dentro de esa misma atmósfera para que
sean recogidos por otro individuo, a quien ellos puedan atraer?
21. Es de esta manera en la que podemos enviar y recibir pensamientos, pero ello es
efectuado inconscientemente. Todavía no hemos aprendido como comunicarnos
directamente desde nuestra propia esfera mental hacia la de otra persona. Si queremos
intercambiar ideas con otros, debemos hacer uso del cuerpo físico para ese propósito, y
autoexpresarnos por vía oral o por escrito.
Debemos admitir que, aunque todos estamos activos en este mundo mental, todavía
entendemos muy poquito acerca de él, aunque la proposición funciona bien con nuestro
conocimiento de otros aspectos de la Naturaleza. Las energías físicas existen, las cuales
tienen un mundo material en las que trabajan. Las energías mentales existen; ¿Por qué
no habría de haber un mundo mental, con su correspondiente substancia mental, para
que puedan funcionar?
Todo en la Naturaleza es energía en alguna forma. Las energías físicas tienen su
"espectro" o escala de vibración dentro de la cual pueden ser registradas. ¿No puede
haber otro espectro que abarque energías de una naturaleza más refinada, con
porcentajes de vibración completamente diferentes del que ya conocemos, talvez en otra
"dimensión," o a través de algún otro medio? ¿No puede ser posible que algún día se
encuentre un lugar donde ese "espectro" de energía mental funcione?
Los científicos ya descubrieron que los órganos del cuerpo humano, especialmente el
corazón y el cerebro, emiten radiaciones que pueden ser registradas por medio de
aparatos diseñados para ello. Se conoce que las radiaciones emitidas por el cerebro
varían con el sueño, con la conciencia, con la actividad mental, etc. Estos
descubrimientos pueden ser los precursores de otros que puedan revelar la existencia de
aún más refinadas energías mentales dentro del organismo humano. Pero la
probabilidad es que las energías mentales son demasiado sutiles para que sean
detectadas por cualquier aparato que pueda construirse. Puede ser que tengamos que
esperar por una prueba final hasta que por nosotros mismos desarrollemos nuestros
sentidos ocultos y aprendamos como saber usarlos.
Se sabe que el hombre, aún el de tipo intelectual, usa solo una insignificante fracción de
la capacidad de su cerebro. Por lo tanto, bien cabría la posibilidad de que el hombre
pueda tener sentidos ocultos, los cuales podrían tener su equivalente o su sede en la
parte que no se usa de su cerebro.
Nos parece que tenemos reconocimiento subconsciente de que usamos tales sentidos,
porque cuando se nos explica una idea, y al principio no la entendemos, decimos: "No te
entiendo," como si estuviéramos buscando en la obscuridad, tratando de sentir el
contacto de alguien o de algo. Cuando finalmente entendemos, decimos: "Lo veo,"
como si estuviéramos usando un ojo oculto para ese propósito.
Percepción Extrasensorial
El fenómeno de lectura de la mente y la telepatía, o la transferencia de pensamientos a
distancia sin ningún medio físico no se puede explicar satisfactoriamente, a menos que
reconozcamos que el hombre está dotado con un equipo de sentidos u órganos ocultos
que son, hasta cierto grado, controlados por la voluntad del hombre, y que pueden
dirigirse para enviar y recibir pensamientos. El poder de utilizar conscientemente estas
facultades y a voluntad no es propiedad del hombre común, por eso existe la tendencia
22. natural de negar su existencia. Ya no se considera una señal de inteligencia ridiculizar
una creencia de lectura mental y telepatía, porque estos fenómenos están demasiado
bien documentados para que sean rechazados o "no tomarlos seriamente," quien quiera
informarse por sí solo puede fácilmente averiguarlo.
Los individuos que poseen estas facultades se les considera dotados de "percepción
extrasensorial," debido a que sus impresiones son recibidas sin la ayuda de los sentidos
u órganos físicos. Como sea, pensamos instintivamente que ellos deben usar sentidos de
algún tipo, porque a menudo los llamamos "sensibles." Debido a que estas facultades no
son posesión de los individuos promedio, a ellos se les llama extraordinarios o
supernormales, pero ellos no son supernaturales.
Un ejemplo impresionante de transferencia de pensamientos de mucho éxito a través de
largas distancias se presenta con el experimento realizado entre Sir Hubert Wilkins, el
explorador ártico, como transmisor, y su amigo, el señor Harold Sherman, como
receptor. El primero estaba comprometido en una expedición hacia el área noroeste de
Canadá y Alaska, mientras que el último estaba localizado en la ciudad de Nueva York,
los dos lugares separados por más o menos 4 mil kms. La mayoría de las impresiones de
Sherman de las actividades de Wilkins en el Ártico, fueron recibidas y registradas en el
mismo día que sucedieron, y semanas antes de que Wilkins pudiera ser localizado para
verificación. Los experimentos fueron conducidos tres veces a la semana durante un
período de seis meses en el invierno de 1937-38. Los registros fueron guardados de tal
forma que se excluye toda posibilidad de fraude, y fueron más tarde arregladas en
columnas paralelas para comparar detalle por detalle las experiencias de Wilkins con las
impresiones registradas por Sherman. Aunque el resultado no es 100% perfecto, sí
demuestra un porcentaje verdadero y extraordinario de lecturas correctas. En un caso, el
señor Sherman registra ver un incendio en una comunidad de Alaska en el preciso
momento que sucedió. En otro ejemplo, él "ve" que una de las hélices del avión de
Wilkins ha tenido un accidente, y que la hélice nueva que se ordenó, no tiene el paso
correcto en las hojas. Muchos otros ejemplos similares están registrados. El
experimento, que está completamente documentado, se describe en el libro
Pensamiento a través del Espacio (Creative Age Press, Inc., 11 East 44th
St., New York
City), el cual debería ser leído por quien tenga la más pequeña duda tocante a la realidad
de la transferencia de pensamientos.
Otras experiencias en transferencia de pensamientos han sido dirigidas por el Dr. J. B.
Rhine en la Universidad Duke, bajo condiciones estrictamente supervisadas, y se
realizaron por un período de muchos años. El resultado varió con los sujetos
individualmente examinados, pero como resultado de muchos miles de pruebas, el
número promedio de aciertos para todos los sujetos, buenos o pobres, fue 6.5 cuando la
posibilidad cierta como resultado habría sido 5. Con más sujetos talentosos, el marcador
resultó repetidamente tan alto como 8, 9, 10, 11 cuando 5 habría sido una posibilidad
como resultado, y 25, un marcador ideal.
Alguien logró un marcador ideal de 25 aciertos en 25 intentos. Esas pruebas, descritas
por el Dr. Rhine en el libro Nuevas Fronteras de la Mente, debería leerlo quien se
inclina a dudar de la realidad de la transferencia de pensamientos.
23. El éxito o fracaso en los experimentos de percepción extrasensorial depende del grado
en el que los sentidos ocultos del individuo en quien se operan, estén desarrollados. Aún
en los más notables, ellos apenas comienzan a funcionar, y es realmente sorprendente la
cantidad de experimentos que han demostrado éxito. También se espera que muchos
errores se cometan. Una criatura no aprende a caminar al primer intento.
¿Cómo podríamos explicar la telepatía, y cómo podríamos explicar el hecho de que
"pensamientos nos vienen" aparentemente de la atmósfera, a menos que tengamos
alguna clase de "equipo receptor" con alguna clase de antena, algún órgano interno
oculto para recogerlos y dirigirlos hacia nuestra conciencia?
¿Usa el lector de mentes, sin saberlo él, un equipo de "ojos" ocultos u otros órganos,
que no son hechos de substancia física ordinaria, sino de materia apropiada para el
campo en que opera?
Los cinco sentidos corrientes no funcionan sin sus correspondientes órganos físicos.
¿No sería razonable, entonces, asumir que nuestras facultades ocultas deben tener
también alguna clase de órganos ocultos a fin de funcionar? Y si tenemos órganos
ocultos, ¿No deberían ser parte de un cuerpo oculto?
¿Es nuestra relación con nuestro cuerpo oculto la misma que la de una criatura con su
pequeño cuerpo? Él yace en su cuna y mueve sus brazos y pies, y utiliza sus ojos para
ver sus alrededores. Él es demasiado inmaduro para reflexionar sobre su situación. Él
tiene un cuerpo y lo está utilizando hasta cierto punto, pero él todavía no es consciente
del hecho de que tiene y utiliza su cuerpo.
¿Estamos ejerciendo nuestras facultades ocultas, así mismo haciendo uso de un cuerpo y
de un aparato de sentidos ocultos antes de estar conscientes de su existencia? No
sabemos lo que puede existir en las profundidades inexploradas de la Naturaleza. Casi
todo yace dentro del rango de la posibilidad. En vista de los descubrimientos científicos
ya efectuados, no parece sabio limitar las posibilidades del futuro. Lo que es
conocimiento común hoy día, habría parecido especulación salvaje para nuestros
antepasados.
No hay nada en nuestro conocimiento presente que entre en conflicto con la idea de lo
oculto de la Naturaleza. Por todo lo que sabemos en lo contrario, puede muy bien existir
mundos o planos completos de diferentes proporciones de vibración al nuestro, en los
cuales pueden existir, vivir y moverse otros grupos de seres, a quienes no podríamos
conocer, y quienes pueden estar no conscientes de nuestra existencia.
Una negación de la existencia posible de planos invisibles porque no los podemos ver,
no tiene mejor base que la negación de la luz por un ciego, o la negación del sonido por
un sordo.
Los Perfiles de Conciencia
Los Maestros de la Sabiduría Antigua, hombres cuya evolución se ha desarrollado más
allá de las de los humanos corrientes, nos dicen que nuestro plano de conciencia es
como un "corte" sencillo en el medio de un leño imaginario de longitud infinita; o como
una octava en el medio de una escala infinita de conciencia, justamente como la octava
24. de radiaciones que nos semeja la luz, y que constituye una pequeña fracción
infinitesimal del espectro electromagnético.
También nos dicen que a ambos lados de nuestro "corte" existen otros cortes de
conciencia, mayores e inferiores que la nuestra, y que es posible para quienes han
desarrollado sus facultades ocultas cruzar las fronteras de esos otros planos. Para ellos,
esos mundos ocultos son más reales que el mundo físico externo que conocemos. Ellos
llaman "ilusión" a este mundo externo, en el sentido de que no es lo que aparenta ser.
Para ellos, es un "mundo de sombras" con su materia que aparenta ser sólido, pero es
tan poroso al grado que aparenta decir que casi no existe.
Los Maestros también nos dicen que es en estos mundos ocultos e invisibles en los que
la conciencia del Hombre actúa, observa y experimenta, aunque en lo que a nuestro
entendimiento se refiere, en estos mundos él está inconsciente por estar dormido, o
muerto.
El hecho de que algunos puedan usar sus facultades ocultas hasta cierto grado, como se
hace en el caso de la transferencia de pensamientos, nos indica que esas facultades están
empezando a despertar de su estado latente, en el caso de pocos individuos. Cuando esas
facultades estén completamente desarrolladas en nosotros, veremos los pensamientos en
una forma tan clara como ahora vemos los objetos físicos.
La fase presente de la evolución del hombre requiere su existencia principalmente en los
planos físico y mental, y su primera lección es aprender a como vivir en armonía con
sus prójimos. Cuando notamos codicia, envidia y egoísmo que provocan a los
individuos a que peleen unos con otros, se vuelve evidente que el hombre está muy lejos
de haber aprendido la lección que su existencia presente le habría enseñado. Cuando
vemos como los nuevos inventos, destinados para el beneficio de la humanidad, tales
como el submarino, el avión, la energía atómica, etc., se han cambiado para propósitos
destructivos, se vuelve claro para nosotros de que lo que el hombre necesita realmente
no son nuevas fuerzas, ni nuevas facultades, sino la habilidad para utilizar las facultades
que ya posee para su propio beneficio y el de sus prójimos.
El desarrollo prematuro de las facultades ocultas para unos pocos individuos, les daría
una ventaja sobre sus prójimos. Con nuestro conocimiento de que el egoísmo de la
naturaleza inferior del hombre es inherente, es seguro predecir que esas facultades, tarde
o temprano, se usarían para propósitos egoístas para el propio beneficio de unos pocos
en perjuicio de la mayoría de los demás.
También existen otros peligros muy reales conectados al desarrollo prematuro y
artificial de las facultades psíquicas del hombre, incluyendo locura y un desequilibrio
serio de la naturaleza psíquica y moral.
Es por esta razón que los Maestros Espirituales siempre han insistido en que el hombre
debería cultivar primero sus facultades espirituales, tales como perdón, compasión,
amor, etc., y aplicarlas en su vida diaria.
Cuando el hombre haya aprendido a vivir en armonía con sus prójimos y practique
Hermandad en su diario vivir, sus facultades psíquicas ocultas se desarrollarán sin
25. peligro y de una manera normal, tal y como nuestras facultades físicas y mentales lo
hacen actualmente.
Capítulo IV
Contenido
26. El Enigma de la Vida por Nils A. Amnéus
Theosophical University Press Online Edition
Capítulo IV
La Naturaleza Compleja del Hombre
Lo Difícil del Autoánalisis
Un Solo Rayo — Numerosas Consideraciones
El Ego Humano
El Dios Interno del Hombre
La Mente
Disposición de Ánimo, Sentimientos, Emociones
El Cuerpo Modelo
El Cuerpo Físico
Armonizando Principios
El Carácter
La Construcción del Carácter
El Destino del Hombre Se Construye por Esfuerzos Propios Esfuerzos
Lo Difícil del Autoanálisis
Para comprender qué le sucede al Hombre mientras duerme y después que muere, es
necesario, primero, conocer su constitución.
Un tema de esta naturaleza no se puede considerar como a las matemáticas o a la
química, donde las ideas se expresan en fórmulas y las palabras significan cosas
concretas. Cuando consideramos que no se pueden describir las apariencias y funciones
de los órganos de nuestro cuerpo a partir de nuestras propias observaciones, no
deberíamos sorprendernos por la dificultad que atravesamos cuando tratamos de
comprender cosas tan sutiles como la mente y la conciencia, y que no debemos suponer
una exposición nítida que es tan fácil de lograr como cuando tratamos con objetos
concretos.
Lo difícil es que no somos suficientemente capaces de apreciar debidamente la
constitución del Hombre cuando intentamos comprenderla, porque ella, ciertamente,
forma parte nuestra. En otras palabras, ella es un instrumento nuestro, y sus funciones
varían de acuerdo al punto de vista en que son consideradas en cierto momento. Otra
dificultad es que los diferentes elementos o principios de la constitución del Hombre se
traslapan, se entremezclan y se funden unos con otros, y algunos de ellos están
completamente fuera del alcance de la mente humana en esta etapa actual de desarrollo.
Por lo tanto, para estudiar este tema, debemos utilizar nuestra intuición y nuestra mente.
Un Solo Rayo — Numerosas Consideraciones
27. El hombre no es una unidad homogénea indivisible y sencilla, es una entidad compuesta
de elementos y principios muy diferentes, que ejecutan conjuntamente un trabajo
armonioso en condiciones normales durante el paso del Hombre sobre la Tierra.
Además de su cuerpo físico visible, él está dotado con una constitución interna,
invisible, compleja, parte de la cual es inferior a su Conciencia mental normal, y la otra
parte es completamente superior a esa Conciencia.
La parte esencial del Hombre es un Rayo o una corriente de conciencia que proviene de
la Conciencia Universal, la Fuente Divina de toda vida. Este Rayo es inseparable de la
Vida Universal Única, exactamente como un rayo de luz es inseparable del sol, pero
mientras está personificado parece ser una unidad separada.
Este Rayo constituye el núcleo alrededor del cual, la naturaleza compuesta del Hombre
está construida. Los numerosos principios de su constitución son aspectos o
manifestaciones, todos distintos, de ese Rayo; y todos están vitalmente activados por su
presencia.
A medida que este Rayo desciende a través de los diferentes planos o niveles de la
Naturaleza, él enfoca su esencia en centros activos en cada uno de esos niveles, y se
construye vehículos adecuados para su debida existencia. En cada caso, el vehículo se
construye de materiales y energías del plano en el cual opera, y cada vehículo pone en
condiciones al Rayo para que evolucione y avance por experiencia en uno u otro de esos
planos.
La idea de que una corriente de conciencia use vehículos diferentes, o que tenga
diversos aspectos, sería mejor presentada al comparar esa corriente de conciencia a un
rayo de luz solar. Este parece ser un rayo sencillo, pero en realidad el rayo combina
diferentes radiaciones, y se puede lograr que se descomponga en diversos aspectos,
como en el caso de los siete colores prismáticos.
El descenso del Rayo de Conciencia a través de los planos de la Naturaleza se podría
comparar al paso de un rayo de sol a través de diversas capas de vidrio. Hay variedades
de vidrios que permiten el paso de ciertas radiaciones solares, mientras excluye otras.
Imaginemos un rayo de sol que pasa a través de siete diferentes clases de vidrios, de las
cuales sólo el primero permite que pasen todas las radiaciones; el siguiente es
impenetrable para una longitud de onda y su color, pero deja que los otros seis pasen, y
así sucesivamente, a través de los diferentes estratos o capas de vidrio, hasta que
finalmente, en el último paso, solamente un color es capaz de penetrar e iluminar lo que
se encuentre bajo el vidrio más bajo. Aún cuando la luz, la que penetra hasta el nivel
inferior, es tenue y da una idea inadecuada de la brillantez de su fuente, todavía es parte
del rayo original, y acarrea una pálida luz tenue desde el más alto hasta el nivel más
bajo.
De la misma forma, el Rayo de conciencia, que constituye el núcleo de la naturaleza del
Hombre, encuentra su expresión completa en los planos superiores del ser, mientras que
solamente una diminuta parte es capaz de manifestarse en los planos inferiores.
Así, el Rayo de Conciencia se autoexpresa a través de varios vehículos, cada cual
actuando en su propio plano, y todos, aparentemente, actuando en una forma
independiente unos con respecto a los demás; pero porque todos los vehículos son
28. vitalizados por el mismo Rayo, en realidad, ellos solo son diferentes aspectos del mismo
Rayo, exactamente como los siete colores prismáticos son aspectos diferentes de un
mismo rayo solar.
Considerando que un solo Rayo de Conciencia vitaliza todos los principios que forman
la constitución del Hombre, ese Rayo puede centralizar su actividad preponderante
solamente en uno de ellos en una función específica, y mientras está activo en ese
principio, los demás permanecen inactivos.
Pero en todo caso, la conciencia de un plano recibe su vitalidad desde un plano próximo
superior; y en su oportunidad, vitaliza la conciencia de su plano próximo inferior.
Cuando la corriente vital de un plano se retira a su fuente en el plano próximo superior,
el vehículo del plano inferior se torna inactivo.
El vehículo produce un efecto limitativo en el Rayo de Conciencia, lo que causa que el
vehículo abarcado por esa porción de Rayo, se funda el uno con el otro, dándole a esa
fracción de Rayo una sensación de existencia separada e independiente.
Cuando el Rayo vitaliza a su vehículo, él convierte algo de su conciencia al último; y
ésto, unido al efecto limitativo del vehículo, le da a la combinación de Rayo y vehículo,
una sensación de existencia consciente y separada o personalidad, que le pertenece a ese
plano en el cual el Rayo está funcionando por ese tiempo.
Por consiguiente, en el Hombre solamente existe un Rayo o corriente de Conciencia,
pero hay más de un yo. Como quiera, solamente uno de los más recientes está activo en
una oportunidad cualquiera.
La relación entre el Rayo de Conciencia y sus vehículos se puede comparar a la relación
entre un individuo y sus diferentes actividades diarias de la vida.
Un hombre que trabaja en el sótano de su casa, en ropa de trabajo, paleando carbón
dentro del horno, limpiando la ceniza, aseando y remendando chapuceramente en su
taller del sótano, no se parece al mismo hombre, quien luciendo su traje de negocios,
ocupado en su trabajo diario, se reúne y conversa con sus clientes, aconsejándolos, o se
reúne con sus socios para la cena. Y en otra ocasión, sería muy difícil para nosotros
reconocerlo, si lo visitáramos en domingo al mediodía en su hogar, cuando con su
familia disfruta de escuchar música, o radio, o tal vez se relaja cerca de la chimenea o
en su cuarto de recreo.
Se podría decir que este individuo se expresa y funciona a través de tres "egos"
diferentes, el ego del sótano, el ego de negocios y el ego familiar. Mientras funcione
como uno de esos egos, él se identifica con ese ego, y los otros "egos" están inactivos.
Él tiene, como sea, una "escala móvil de egos" a través de la cual se expresa, y su
conciencia se mueve de arriba para abajo en esa escala a medida las condiciones lo
requieran.
En esta ilustración que se ha usado, la diferencia entre los varios "egos" no es tan
grandiosa, sino que el individuo conoce perfectamente bien su identidad a través de
todos ellos, porque todas sus experiencias ocurren en el mismo plano, y él no pierde su
conciencia al cambiar de un "ego" a otro.
29. Por otra parte, los diferentes egos en la constitución del Hombre, están separados por un
abismo más grande, y normalmente una pérdida de conciencia interviene al cambiar de
un vehículo a otro, por lo que la continuidad de identidad no es tan aparente en este
caso.
El Ego Humano
Cuando comencemos a estudiar la constitución del Hombre con mayores detalles, será
conveniente "comenzar por el medio" o con la parte que nos es más familiar. Por lo
tanto, empezaremos por determinar lo que nuestra conciencia común de cada día es, y
veamos donde ella cabe dentro de la escala de la naturaleza compleja del Hombre.
Todo individuo se da cuenta de que tiene un centro de conciencia por dentro, a la cual
reconoce como "él mismo." Esta conciencia individualizada siente su independencia de
las demás entidades y piensa de sí como "Yo soy Yo" y nadie más. Este "Yo soy Yo," o
ego, tiene la facultad de dirigir su mente hacia cualquier objeto que escoja. Esa mente
actúa, en tal caso, como un espejo que refleja la luz de la conciencia sobre el objeto, y
así, habilita a la personalidad a saber del objeto.
Cuando el ego utiliza el espejo de la mente para reflejar la luz de la conciencia, se apoya
en ella misma. El ego se entera de su propia existencia. Eso es lo que llamamos
"existencia autoconsciente." Existe y sabe que sí existe. Esta facultad pertenece a la
etapa evolutiva del Hombre, pero no se da en los animales. Los animales son
conscientes, pero no pueden ser autoconscientes.
¿Qué es este "Yo soy Yo," el centro de la existencia autoconsciente como tal, este "Tú"
o "Yo," esta entidad o ego, que rige sobre nuestra naturaleza durante las horas hábiles
del día?
Es una porción del núcleo central del ser del hombre, centrado o individualizado al
trabajar mediante su vehículo físico-mental. Es el Rayo de Conciencia
automanifestándose a través de la Constitución Humana, la que podría ser referida como
el "Ego Humano."
Cuando dormimos, el Rayo retira su proyección del cuerpo físico, al que posee durante
el estado en que uno está despierto.
El Ego Humano, entonces, pierde su conciencia del cuerpo físico, porque abandona ese
cuerpo, su único medio de contacto con este plano. Entonces, se reintegra dentro de su
fuente en el plano del ser próximo superior. Esta fuente es el ego o el centro del Rayo en
el plano próximo, arriba del plano mental normal. Este centro superior de conciencia es
el principio real y permanente en el hombre. Funciona mediante un vehículo superior,
mental-espiritual, independiente del cuerpo físico, y nos referiremos a él en lo que
sigue, como el "Ego Superior" o el "Ego Reencarnante."
Entonces, cuando duerme, el Ego Humano deja atrás el plano físico, y traslada su
existencia al plano mental-espiritual del "Ego Superior"; pero como aquí no tiene su
vehículo usual, no puede retener su autoconsciencia en este plano superior, y por lo
tanto, pasa a una existencia inactiva o como de sueño.
30. Cuando amanece, el cuerpo ya descansado y fresco, ya está nuevamente listo para
recibir a su ocupante y dueño. Así, el Ego Superior envía otra vez su proyección al Ego
Humano, dentro de su vehículo de servicio, el cuerpo físico, y un nuevo día de
aprendizaje y experiencia comienza para esa conciencia observadora.
Existen planos intermedios entre los planos físico y el mental-espiritual donde el Ego
Superior existe; y ellos deben ser recorridos por el Ego Humano antes que pueda
regresar a su fuente. Frecuentemente sucede que el Ego Humano tarda en marcharse de
uno de ellos en el transcurso de su viaje. Algunos recuerdos de ellos pueden quedar
retenidos como sueños, y en raras ocasiones, puede tener algún recuerdo de existencia
en el plano del Ego Superior.
Exactamente como el follaje de una flor "perenne" tiene su origen en su raíz
permanente, lo mismo sucede con el Ego Humano, la cual tiene su origen en su Ego
Superior, la parte imperecedera del hombre. Y así como la parte visible de la planta se
marchita y muere en el verano, cuando su vitalidad es reabsorbida dentro de la raíz, así
mismo el Ego Humano es reabsorbido dentro de su raíz, el Ego Superior, ya sea al
dormir o al morir. Al dormir, el regreso es incompleto, algo así como cuando los pétalos
de algunas flores se cierran durante la noche. Con la muerte, "el follaje," el cuerpo con
su cerebro y su mente inferior, muere; y el regreso del Ego Humano al "Padre," el Ego
Superior, es completo.
El Ego Humano, por sí mismo, no es una "cantidad fija," porque ella tiene sus octavas
de conciencia cubriendo todo el camino, desde nuestras aspiraciones más altas en el
extremo superior, atravesando estados intermedios, hasta los asuntos puramente
personales de bienestar y placer, en el extremo inferior. La octava de nivel más bajo de
la conciencia humana, la cual únicamente se interesa en su bienestar personal, puede ser
señalada como el "Ego Personal."
En vista de esta escala variable de conciencia, que intermezcla y traslapa todos los
niveles, desde el superior hasta el inferior, no será siempre posible especificar con
exactitud que significado adecuado puede ser aplicado al término "Ego Personal."
Porque parece más fácil visualizar la idea de un "Ego" que esa de un Rayo o Corriente
de Conciencia, y porque cualquier Ego es en realidad siempre un producto del Rayo, se
considera que el término Ego puede ser aplicado con más seguridad en un sentido
general, y algunas veces intercambiado con el término Rayo, confiando que la intuición
del lector le guiará para interpretar el significado correcto.
El Ego Humano podría considerarse a ser el punto medio de la naturaleza compleja del
hombre. Como quiera, él es un espectador, un observador del drama de la vida. Él
percibe los impulsos de los órganos del cuerpo. Nota los sucesos que ocurren en el
mundo externo alrededor de él. Presta atención al flujo de pensamientos que atraviesan
la mente, como un espectador en el teatro mira una película. Experimenta el flujo de
emociones y sensaciones que algunas veces le lleva sobre las alas de la esperanza, y
otras veces decae en la profundidad de la desesperación. Él puede autoidentificarse con
las experiencias que sufre, o puede ignorarlas, viéndolas como se ve un panorama desde
un observatorio. En el primer caso, él está girando alrededor del "borde de la rueda de la
vida." En el último caso, su puesto de observación está en el "centro," calmado e
inamovible. Él sopesa y considera las experiencias de la vida, y las juzga, aprobándolas
31. o desaprobándolas, de acuerdo al caso. Él saca conclusiones de las experiencias para
aplicarlas posteriormente. Las escoge, ya buenas o malas, modifica y remoldea el
carácter de esas experiencias, usando la voluntad como su instrumento de control.
Ese es el Ego Humano, el Yo soy Yo, el Tú o Yo de cada día de la vida. Ese es el Rayo
de Conciencia que se transporta de aquí para allá, cada veinticuatro horas, entre
actividades en los planos físico y el interior del ser.
Desde su primera memoria consciente en su niñez más temprana, atravesando juventud
y madurez, hasta su vejez, el Ego Humano pasa a través de muchas y variadas
experiencias. Él cambia sus conceptos de la vida muchas veces, pero al final de la vida
sabe por sí mismo que es la misma e idéntica entidad que despertó como conciencia
desde su temprana infancia.
El Dios Interno del Hombre
Arriba del Ego Humano en la constitución del Hombre, se encuentra el Ego Superior o
Reencarnante, al que previamente citamos. Sin embargo, ese Ego no es la cumbre,
porque el núcleo del hombre, el Rayo de Conciencia, tiene su origen en la Esencia
Divina Universal — La Vida Única — y existen otros puntos centrales superiores entre
ese Ego Superior y su fuente final. Esos puntos centrales más altos, a los cuales se les
puede agrupar, y nos podemos referir a ellos colectivamente como "el Dios Interno del
Hombre," todavía están inactivos en el individuo común.
La Sabiduría Antigua nos dice que la única forma en la cual el hombre puede instruirse
sobre su Dios Interno, sólo se logra al desarrollar gradualmente las facultades
indispensables para una existencia consciente en los planos donde este Dios funciona, y
esto significa para el Ego Humano, ascender de acuerdo con el Rayo de Conciencia, y
convertirse en Uno con su Dios Interno.
Porque el concepto de un Dios Interno está más allá de la comprensión de la mente
humana, y porque ella es propensa a negar la existencia de todo lo que no puede
entender, no es ninguna sorpresa que el concepto parezca extraño e inaceptable para
muchos. Esa incapacidad de la mente humana de entender algo, como quiera que sea, no
es una razón valedera para negar la existencia de ese algo. La compasión y el amor que
se autosacrifica, nunca pueden ser explicados por la mente, porque ellos pertenecen a
planos superiores de conciencia; sin embargo, sabemos que son realidades que ejercen
una influencia poderosa en el mundo.
Todas las religiones grandiosas nos enseñan de que existe una divinidad dentro del
Hombre. La Biblia nos dice que el Hombre fue creado a la imagen de Dios (Génesis
1:26-27), y se refiere a esa divinidad innata en 1Corintios 3:16, donde el Apóstol Pablo
afirma: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Las Escrituras Antiguas Hindúes se refieren al Hombre como una "reflexión en la
materia" de su Dios Interno, y en esa literatura abundan referencias a este tema. El
Bhagavad Gita, en su totalidad, para citar ejemplos, es un diálogo entre el Dios Interno
del Hombre, "Krishna," y el Ego Humano, ahí llamado "Arjuna." En la siguiente cita,
Krishna, al hablarle a Arjuna, dice:
32. Es solamente una porción de mi propio ser la que asume vida en este mundo de
existencia condicionada, la que reúne los cinco sentidos y la mente para que obtenga un
cuerpo y lo deseche más tarde. Y a medida que esa porción de mi ser toma o deja un
cuerpo, así se lleva con ella esa mente y los sentidos, así como la brisa se lleva la
fragancia de las flores. Gobernando sobre la vista, el oído, el tacto, el sabor y el poder
del olfato, así como también sobre la mente, esa porción experimenta los objetos de
sensación — Capítulo XV
Y en el Capítulo XVIII, Krishna dice:
En el corazón de toda criatura mora El Señor, — Ishwara — [el Rayo individualizado
del Espíritu Cósmico en todo ser humano], quien por su mágico poder causa que todas
las cosas y criaturas giren subidos sobre la rueda universal del tiempo. Refúgiate en Él y
solo en Él . . .
A pesar de que nuestro conocimiento de la Divinidad dentro de nosotros es impreciso e
incompleto, no está faltando del todo. ¿De dónde provienen los impulsos del Hombre
hacia los actos nobles y generosos, el autosacrificio, la benevolencia y la compasión?
¿Qué es lo hace que una madre sacrifique su propio interés por el bienestar de sus hijos?
¿Qué mantiene al hombre más humilde lleno de fe cuando ejecuta sus obligaciones
sencillas? ¿Quién es el que le habla al Hombre a través de la voz de la conciencia? ¿De
dónde provienen las inspiraciones de los genios, la música y el arte? ¿Por qué describe
el poeta a la mente del hombre acerca del Milenio, ese estado ideal donde el amor, la
belleza y la armonía reinan en "algún lugar" — en lejanas tierras prohibidas para los
pies mortales? ¿Y por qué el hombre responde en su corazón a estas ideas, y en su
oportunidad sueña y espera por ese estado ideal? ¿Qué es lo que hace al hombre que
esté siempre desasosegado e insatisfecho con sus logros terrenales, siempre buscando
algo más, y no sabe qué? ¿Será el recuerdo de algún estado superior ya olvidado, una
época de oro, "un paraíso," que de alguna forma se perdió, y que ahora lo obsesiona y
trata de atraer su atención?
Para contestar a todas esas preguntas, la Sabiduría Antigua nos dice que este deseo de
subir, esos impulsos hacia cosas superiores, vienen al hombre desde la Fuente Divina
dentro de su propia naturaleza, su Dios Interior, el Rayo en el Hombre desde el Único
Sol Espiritual. Es en esta parte de su naturaleza que el hombre siente su identificación
con la vida. Los dictados que vienen a él desde ese lado de la naturaleza, son siempre
dirigidos hacia la armonía y la buena voluntad, siempre tienden hacia la unidad y la
fraternidad.
En esta etapa presente de desarrollo, el hombre a menudo falla al responder a esos
impulsos de arriba, y así, el hombre exterior, la "Imagen," la "Reflexión del Dios
Interno" se deforma y se distorsiona, pero cuando responde en alguna medida, él crece
aún más cerca de su ideal interno. A medida que la evolución se desarrolla, el Dios
Interno del Hombre se manifiesta más y más en su vida material.
Antes de continuar con nuestro estudio respecto a los principios de la constitución del
Hombre bajo el Yo Humano, recapitularemos lo que ya hemos estudiado hasta ahora.
Empezando esta vez desde "la parte superior," y ubicando cada elemento en su orden
adecuado, primero tenemos el Rayo desde la Conciencia Universal, el cual se
automanifiesta mediante varios vehículos en los diferentes planos de la Naturaleza, de
33. los cuales el más alto es el Dios Interior del Hombre. El siguiente en la escala es el Ego
con sus diferentes aspectos, ya sea como el Más Alto, o el Yo que reencarna; luego, el
Ego Humano, o la conciencia común de sí mismo, con sus aspectos superior e inferior,
el primero siendo el verdadero Ego Humano; y el último, siendo el Ego Personal.
Ahora estudiaremos los principios o vehículos utilizados por el Ego en su contacto con
los planos mental, intermedio y físico, de la existencia.
La Mente
Cuando el Ego está activo en el plano mental, es como alguien que observa una película
de imágenes de pensamientos formando una camándula ante su visión interna. Esta
actividad mental comienza cuando el Ego regresa al cuerpo después de su ausencia
cuando duerme, y continúa hasta que el Ego vuelve a dejar el cuerpo durante la noche.
Mucha gente no hace ninguna distinción entre las imágenes de pensamientos, a las
cuales observa, y el Ego. El espectador está tan interesado en las imágenes que ve, que
se autoidentifica con ellas. Cuando estamos tan envueltos con esas imágenes y fallamos
en hacer la distinción entre ellas y nosotros mismos, nos convertimos en esclavos de la
mente. Nuestros pensamientos van de acá para allá, uno dándole origen al siguiente, y
así somos arrastrados tras ellos dondequiera que quieran llevarnos. No somos
conscientes de esta esclavitud en ese momento, como quiera, porque nos hemos
autoidentificado erróneamente con esos nuestros pensamientos.
Otras veces hacemos efectivo nuestro poder para controlar la mente, porque podemos
remover un asunto y colocarlo en otro lugar. La mente, como quiera, puede ser
obstinada, y puede revertirlo a donde estaba primero. Pareciera que camina sobre surcos
y que tiene voluntad propia, lo cual es, a menudo, opuesto a nuestra voluntad; pero
sabemos que si usamos suficiente poder de voluntad, podemos superar la terquedad de
la mente y hacerla que obedezca nuestra voluntad.
Esto produce dos importantes realidades: Primero, no somos idénticos a nuestras
mentes, sino distintos y separados de ellas. Por esta razón es que somos capaces de
abstraer nuestra mente de algo que juzgamos indeseable y colocarla en algo
constructivo. Segundo, el hecho de que podamos controlar la mente, a veces demuestra
que no necesitamos ser esclavos de esa mente, sino que podemos extender ese control al
practicar y perseverar hasta obtener completa maestría sobre ella.
La relación entre el hombre y su mente es similar a la que existe entre el jinete y su
caballo. El caballo tiene deseos y voluntad propios, y si se le permite seguir sus
inclinaciones, vagaría sin ninguna dirección de un lugar a otro, tal vez trayendo
dificultades a su amo. Pero un jinete que conoce su oficio, controlará al caballo, y lo
dirigirá hacia su propósito útil, lo que al final beneficiará a ambos, caballo y jinete. El
caballo es un buen servidor, pero es también un director sumamente pobre.
La mente, como el caballo, es un maestro pobre, pero puede ser un servidor maravilloso
cuando se le entrena y se le sujeta bajo control. Sabemos que con suficiente poder de
voluntad, podemos concentrar la mente sobre un punto sencillo, y así resolver
problemas que podrían nunca haber sido resueltos al haberle permitido a la mente vagar
ociosamente y sin control. Entonces, la mente es un instrumento que el Ego puede usar,
34. y el cerebro es, a su vez, la herramienta de la mente. En las Escrituras Antiguas
Hindúes, la mente es conocida como "el órgano del pensamiento."
La mente es dual por naturaleza. La parte superior está en contacto con nuestra
naturaleza espiritual, mientras la inferior es dependiente del cerebro y sus sentidos
físicos, y gira alrededor del lado material de nuestra naturaleza.
Cuando el Ego centra su atención en la Mente Superior, se da cuenta de su identidad
con toda clase de vida. Así, piensa y siente al unísono con sus prójimos. Busca
expresión de sus pensamientos y actos de altruismo y compasión. Reconoce el lado
bueno de los demás, y por su confianza y fe, ayuda a fortalecer ese lado bueno.
La mente inferior es el resultado del Rayo de Conciencia al trabajar a través de la
constitución humana, y está asociada muy cercanamente con el cerebro y los deseos del
cuerpo, al autoidentificarse con ellos. La mente recibe impulsos de los órganos del
cuerpo, los cuales demandan satisfacción de sus deseos variados. Esto tiene que ver con
comodidades y placeres personales y con los pequeños problemas de cada día de la
vida. La mente se da cuenta que su propio vehículo es distinto y separado de los otros
vehículos. Por lo tanto, siente que sus intereses riñen con los de los demás. Así, se
vuelve interesada en ella misma y excluye a los demás, y a menudo planea y
esquematiza para obtener ventajas sobre sus prójimos, porque no reconoce su identidad
con ellos. Cuando no está ocupada en una tarea especifica, flota sin rumbo, de un
pensamiento a otro, o es estimulada a entrar en actividad por sucesos exteriores.
No existe una línea de diferenciación entre las Mentes Superior e Inferior; una se
mezcla imperceptiblemente con la otra. El Ego puede centrar su atención solamente en
una parte de la mente a la vez, y sólo esa parte se activa por esa vez.
Por usar constantemente la Mente Superior en pensamientos altruistas y constructivos y
en un idealismo grandioso, el lado espiritual de nuestra naturaleza crece más fuerte.
Después de muchas encarnaciones, y al haber transferido nuestra conciencia a esta parte
de nuestra constitución, pasaremos con una conciencia completa, atravesando la puerta
de la muerte, a la condición que sólo los seres espirituales alcanzan.
Disposición de Ánimo, Sentimientos, Emociones
Otro lado de nuestra naturaleza incluye atributos como disposiciones de ánimo,
sentimientos y emociones. En diversas oportunidades nos sentimos serenos o irritados,
pesimistas o entusiastas, felices o deprimidos. A veces somos compadecidos con
nuestros prójimos; y otras veces, indiferentes. A veces oscilamos entre odio y venganza,
y después, entre amor, generosidad y buena voluntad. A menudo, no experimentamos
estos sentimientos tan extremados, pero somos conscientes de sus influencias sobre
nosotros. Como sucede con nuestros pensamientos, también podemos apartarnos y ver
el flujo y reflujo de nuestras emociones. Aprobamos ciertos sentimientos, pero a otros
los juzgamos indeseables.
Al describir nuestras disposiciones de ánimo, a veces usamos la expresión de que
estamos en cierto "estado de ánimo." Esto aparenta ser una descripción acertada, porque
el Ego ve todo desde un solo ángulo fijo, con la exclusión de otros puntos de vista. Si
estamos felices, todo nos parece prometedor; no podemos entender cómo pudimos
35. haber sido tan miserables antes. Si nos sentimos pesimistas, todo nos parece lúgubre y
dudamos que nunca más volveremos a sentir felicidad otra vez.
Nuestros sentimientos y disposiciones de ánimo pueden tener un dominio fuerte sobre
nosotros. Sabemos por experiencia que las disposiciones de ánimo no son permanentes,
sino variables. El cambio puede venir lentamente y una disposición de ánimo se termina
como resultado de las obligaciones rutinarias de cada día. O podemos ser sacudidos
bruscamente de nuestro estado de ánimo por algún suceso exterior, como cuando suena
el teléfono, o cuando un amigo nos da una noticia importante que demanda acción
inmediata de nuestra parte. Como sea, no necesitamos esperar por circunstancias
externas para sacudirnos de un estado de ánimo indeseable. Podemos obtener el mismo
resultado si resueltamente abordamos un trabajo útil o constructivo que requiera nuestra
atención total. También sabemos que podemos cambiar nuestras disposiciones de ánimo
con el uso de fuerza de voluntad pura, y el método consiste en substituir
deliberadamente una disposición de ánimo indeseable por la opuesta. Podemos rechazar
ser miserables y abatidos, y en su lugar, cultivar una posición de buen humor. Podemos
rechazar darle oportunidad a las actitudes irritantes y críticas, al substituirlas por
tranquilidad y amistad. (Un artículo muy útil sobre esta materia es "Impresiones
Cíclicas y de Retorno y Nuestra Evolución," de W. Q. Judge, disponible de la Logia
Unida de Teósofos, 245 W. 33rd St., Los Angeles, CA, 90007)
Como sucede con los pensamientos, nuestras emociones también parecen tener voluntad
propia, y a menudo es difícil controlarlas. Pero a medida obtenemos control sobre ellas,
sabemos cómo lograrlo, y nuestra capacidad sobre ellas se incrementará con la práctica.
Por lo tanto, sabemos que es posible separarnos y observar el flujo y reflujo de nuestras
emociones y juzgarlas, y porque tenemos el poder de dirigir sus corrientes por medio de
nuestra voluntad, es evidente que no somos idénticos con nuestras disposiciones de
ánimo y sentimientos, tal y como sucede con nuestras formas de pensar.
El Cuerpo Modelo
La ciencia médica ha acumulado un conocimiento enorme con respecto al cuerpo
humano, incluyendo la relativa al cerebro, el sistema nervioso, los músculos y sus
numerosos órganos. También puede explicar como la luz, cuando alcanza los ojos, y las
ondas de sonido, cuando llegan al oído, son transmitidas a través de varios mecanismos
intermedios hasta alcanzar el cerebro mediante los nervios.
Como quiera, todavía existe un vacío en nuestro conocimiento de cómo un pensamiento
se vuelve una acción; de cómo un impulso mental, un acto de voluntad, pueden ser
transmitidos desde la conciencia al cerebro, y así, finalmente pueda causar que la
materia en un músculo obedezca una orden emitida desde la voluntad. Así mismo existe
un vacío en nuestro conocimiento de cómo las impresiones sensoriales desde el mundo
físico exterior, tales como el sonido y la luz, después de que alcanzan el cerebro como
impulsos nerviosos, son transmitidas del cerebro a la conciencia.
La Sabiduría Antigua nos dice que la Conciencia y la Mente no pueden actuar
directamente sobre la materia física bruta, sino que existe en la Naturaleza materia más
etérea y refinada que la materia bruta que conocemos. Existen otras formas de energías,
intermediarias entre nuestras energías mentales y esa materia etérea antes mencionada.