2. Dentro del trabajo que se está realizando sobre la expresión escrita,
acordamos crear un cuento por aula en el que estuvieran presentes las
siguientes palabras: pirata, bosque, batidora, tesoro y llorar. Cada curso
elaboró su propio y diferente cuento.
E.I. 3 y 5 años: El pirata gordinflón.
E.I. 4 años: El pirata malo de la espada.
1º de E.P. : El pirata Federico “Pata Negra”
2º de E.P.: Las aventuras de un cumpleaños.
3º de E.P.: El pirata de las islas Caimán.
4º de E.P.: El cuento del Pirata.
5º de E.P.: La tienda de juguetes más aburrida del mundo.
6º de E.P.: Cuento del pirata “Ojo de Pez”
Aula de PT:. La batidora mágica.
Aula específica: El pirata Batidora
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9. ALUMNADO L AULA DE 4 AÑOS
EL PIRATA MALO DE LA ESPADA
Érase una vez un grande que tenía
un pájaro y una espada y fué al bosque. Allí se
encontró a Entonces se encontró al
lobo feroz y le cortó la cabeza.
Se encontró un Después lo
abrió y se encontró monedas de oro. Se puso a
llorar porque las monedas estaban en el agua y no
las pudo coger porque otro se las
quitó y las tiró al agua porque era malo.
El se comió las monedas y le cortó la
cabeza al Encontraron otro tesoro y
muchas monedas de chocolate y se las comió el
pirata.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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14. Las aventuras de un cumpleaños
Érase una vez un niño que se vistió de pirata. El niño se llamaba Raúl, y todos sus amigos
fueron a su cumpleaños. Celebraron una fiesta en su casa. Comieron tarta, y se lo pasaron
muy bien. Decidieron ir al bosque a vivir una aventura y buscar un tesoro. Los niños
entraron en una cueva y vieron un cofre, pero no tenían la llave. Un pirata auténtico tenía la
llave escondida. Esperaron a que el pirata se quedara dormido, y le quitaron la llave. En ese
momento, el pirata se despertó, y salió corriendo detrás de ellos, pero la pata de palo se le
hincaba en la arena. Se dieron la vuelta, cogieron el cofre, y salieron corriendo hacia su
casa. Raúl lloraba de alegría y emoción sabiendo que era dueño de un tesoro. Cuando abrió
el cofre estaba lleno de monedas de chocolate, e invitó a sus amigos a merendar.
FIN
34. CUENTO DEL PIRATA “OJO DE PEZ”
Érase una vez u pirata con su tripulación que iba en
busca del mayor tesoro conocido. Pasados cincuenta
días se formó una espesa y oscura niebla que rodeó todo
el barco, lo que imaginó un presagio de una tormenta. Y
eso pasó. Tan fuerte fue la tormenta que partió el barco
en dos.
Nuestro pirata y algunos más se agarraron a una madera
que se desprendió del barco. Unos marineros murieron
ahogados y otros por mordiscos de tiburones, solo
sobrevivieron el pirata y cinco tripulantes.
El pirata Ojo de Pez (nuestro pirata) abrió los ojos y
contempló una isla. ¡Justamente era la isla que buscaban!
– Tierra!, gritó Ojo de Pez, eufórico por su supervivencia.
Dos de los tripulantes que sobrevivieron tenían objetos
que salvaron el barco. Eran una espada y una pistola.
35. Ojo de Pez dio la orden a tres de sus tripulantes de
quedarse en la orilla, coger madera del barco y construir
una barca para salir de la isla cuando tengan el tesoro.
Según el mapa, el tesoro estaba bajo la sombra de un
volcán que estaba en el centro del bosque de la isla.
36. Cuando ya estaban a mitad de camino, Ojo de Pez y
los que le acompañaban se vieron atrapados en arenas
movedizas. Había una liana que podían utilizar para
escapar pero estaba apoyada sobre una rama que estaba
cerca de ellos. Así que nuestro pirata cogió su espada,
cortó la rama y consiguieron salir de de la arena.
Al encontrar el tesoro se sintieron muy felices. Pero
como no tenían la llave para abrirlo Ojo de Pez cogió su
pistola y le pegó un tiro al cerrojo. De repente, notó una
gran tormenta, ¡el volcán estaba a punto de estallar! Ojo
de Pez intentó coger el tesoro pero al ver que pesaba
mucho lo dejó y salió corriendo. Afortunadamente los
otros tripulantes habían terminado la barca. Todos los
hombres salieron de la isla justo a tiempo. Todos llegaron
a casa perfectamente.
37. Ojo de Pez cogió un mando y se hizo un batido con la
batidora, puso la radio con música relajante y se tumbó
en su tumbona con su batido. Satisfecho, el capitán dijo: -
-No conseguí el tesoro pero me alegro de haber
sobrevivido a aquella aventura tan peligrosa.
Ilustración: José Antonio Figueiras Sánchez