Hego berria 125 Junio 2021 - Gorka Aulestia Txakartegi
GORKA AULESTIA
EUTSI GOIARI
El pasado 10/05/2021 nos
llegaba la noticia del
fallecimiento de Gorka
Aulestia Txakartegui. Por su
amistad, por su presencia en
todas las reuniones que se
hacían en torno al Congo, y
por ser misionero en Katanga
(RDC), queremos dejar aquí
algunos datos sucintos para el
recuerdo:
11/12/1932 – Nace en Ondarroa
06/07/1958 – Es ordenado sacerdote diocesano en la basílica de Begoña, y es
enviado a Bakio como coadjutor.
1962 – Es enviado a Otxarkoaga donde se esfuerza en crear una coral.
1966 – Se le autoriza a viajar a París donde estudia francés.
1967 – Viaja al Zaire (actual R.D. Congo) donde trabaja en Bunkeya junto al
equipo de sacerdotes vascos de las MMDDVV.
1971 – Vuelve del Zaire y es enviado como ecónomo a la zona Renteria-
Gernika.
21/05/1975 – Preocupado por la situación política en Euskadi y absorbido por su
interés por el euskera, decide secularizarse.
1976 – Viaja a Reno (Nevada-EEUU) donde es profesor de euskera, francés
y español.
1990 - Publica el Basque-English Dictionary y el English-Baske Dictionary.
10/05/2021 – Fallece en Vitoria, donde residió en sus últimos años.
Aulestia, Gorka (1932-2021)
Fuente: mendibiografias.com
Escritor euskaldun, nacido en Ondarroa (Bizkaia). Cursó estudios de
humanidades, filosofía y teología en el Seminario de Vitoria, y se graduó en
Ciencias Sociales en Deusto. También estudió y ha estado muy vinculado a
la universidad de Reno (Nevada, Estados Unidos), en la que fue profesor de
euskera, español y francés. Ha escrito numerosos artículos científicos sobre
literatura vasca, y es autor del Basque-English Dictionary y del English-
Basque Dictionary y de Bertsolarismo (1990), posiblemente el mejor
estudio que existe acerca de la poesía oral improvisada en el País Vasco y
en Navarra.
GORKA AULESTIA TXAKARTEGI
Profesor de literatura vasca
"He tenido dos sostenes en mi trayectoria vascófila:
Joxe Mari Aranalde y Juan Mari Lekuona"
Josemari VELEZ DE MENDIZABAL AZKARRAGA
Traducción reducida del original en euskara
La vida ha llevado a Gorka Aulestia por distintos caminos con un denominador común:
su compromiso con la sociedad, tanto en su vertiente humana como cultural. Desde las
mismas aulas del Seminario quiso afrontar el reto por una más justa realidad social y se
empeñó en llevar su apoyo a colectivos de lo más variados. Y también desde sus años
jóvenes se embarcó en una pelea constante en pro de la cultura de su pueblo,
fundamentalmente llevado por su amor e interés por la lengua vasca. Las propias
circunstancias de la vida le hicieron fuerte y constante en esa empresa.
No fueron fáciles los comienzos, como tampoco estuvieron exentos de problemas sus
continuos y renovados objetivos. Desde sufrir los avatares de un franquismo cruel y
exterminador de conciencia social y cultural, hasta su amargura por el encuentro con
intereses gremiales inaceptables para su forma de pensar. Pasando por una actividad
creativa ilusionante y gratificante, allá donde su quehacer le llevaba.
Fue sacerdote en Bakio, en Otxarkoaga, en Chàteau-Thierry (a 80 Km al Este de París),
en Katanga (R.D. Congo), en Gernika. Y aquí terminó
su singladura eclesial, obligado fundamentalmente
por motivos políticos de los que tuvo que huir. Y
continúa su formación, a tiempo completo, en la
Universidad de Nevada donde acepta el reto de
preparar el Diccionario Vasco-Inglés, y que junto a
otras preocupaciones complementarias le llevarán a
permanecer en aquellas tierras durante catorce años.
GORKA AULESTIA en el libro de MANUEL UNCITI
“La Aventura de las Misiones Diocesanas Vascas en Katanga (1965-1991)”
“El 11 de agosto de 1967 aterrizan en suelo zaireño don Gorka Aulestia y don Antonio
Núñez.
En la misión de Bunkeya se establecerán Mariano y Gorka con José Luis Ormijana.
Por abril de 1969 los misioneros celebran una reunión en Bunkeya del 13 al 16. Gorka
Aulestia confiesa que con la cabeza y el corazón se encuentra más en los gravísimos
incidentes que están ocurriendo en Bizkaia que en los mismos problemas de Katanga. A los
tres años de iniciada la misión de Bunkeya, una pequeña crisis. Aunque no tan pequeña.
Se han reunido todos los componentes del grupo del 13 al 16 de abril de este 1969. En
Bunkeya, precisamente, como ya está contado con pelos y señales antes de ahora. El
primer tema que se pone sobre la mesa, si se recuerda, tiene su morbo: “Exponer con
toda libertad nuestro problema particular de permanencia en Katanga”. Y con libertad total
hablaron todos y cada uno de los misioneros. Por lo que respecta a Bunkeya, el palo no
podía ser más fuerte: José Luis no se encontraba satisfecho con el trabajo que le tocaba
realizar en la misión. “No le llenaba”, por usar sus propias palabras. Gorka, por su parte,
confesaba que su cabeza y su corazón estaban más en Bizkaia que en Katanga en razón
de los agrios momentos que estaba atravesando el País Vasco.
Gorka Aulestia se quedó definitivamente en Bilbao (1970) cuando le tocó tomarse sus
vacaciones”.
“Un momento difícil les tocó vivir a los tres misioneros de Bunkeya. Gorka Aukestia,
Mariano Cerdá y José Luis Ormijana. En junio del año 1.968 fueron acusados por los
militares que estaban en Bunkeya de haberles negado medicamentos y gasolina, de haber
golpeado a uno de ellos y de no haber tocado las campanas de la iglesia el 30 de junio,
aniversario de la independencia del país. Todo ello, falso, como se demostró más tarde,
pero el primer domingo de julio, mientras José Luis celebraba la misa en la iglesia de
Bunkeya, se vio rodeado de militares que con sus armas reglamentarias había entrado en
el templo y subido hasta el mismo presbiterio con el consiguiente susto de los asistentes a
la misa. Al finalizar esta, y llegados a la sacristía le comunicaron que él, los demás
sacerdotes y las religiosas estaban detenidos por los cargos arriba señalados y que tenían
orden de trasladarlos de inmediato a la cárcel de Lubudi. Reunidos los tres sacerdotes y
las religiosas benedictinas con el Jefe de los soldados y con el Gran Jefe (rey) de
Bunkeya, obtuvieron que la detención no fuera inmediata, que tuvieran tiempo para comer
y que no fueran todas las religiosas, sino sólo tres, porque las demás tenían que atender a
los enfermos y escuelas de la misión. El camino desde Bunkeya hasta Lubudi, unos
200km. en el camión de la
misión, porque los soldados no
tenían vehículo apropiado, fue
lamentable. Los soldados iban
bebiendo y disparando ráfagas
de metralleta al aire. Llegados a
Lubudi se les condujo al calabozo
del acuartelamiento. Los presos
que estaban allí se llevaron el
susto de su vida cuando vieron
entrar a seis blancos, misioneros,
maltratados por el capitán de
turno. Ellos mismos se
preocuparon de barrer el suelo
de la cárcel y de adecentar un
poco un lugar donde pudieran
sentarse los recién llegados.
Tuvieron la gran suerte, de que
antes de salir de Bunkeya, una
profesora belga, que pasaba
unos días en la misión, fue
testigo de todo y rápidamente en
su coche salió para Lubumbashi
y puso en conocimiento del
Arzobispo todo lo que estaba
pasando. Éste, sin demora, tomó
a dos sacerdotes y dos religiosas
katangueños y en medio de la
noche y a más de 300 km de
Lubudi se dirigió primero al
Gobernador de la provincia y
luego hasta las puertas de la
misma cárcel dónde pudo liberar
a los prisioneros. Al día siguiente,
el retorno a la misión de Bunkeya
fue un viaje apoteósico, por las
fiestas de todos los pequeños y
grandes pueblos por los que
pasaban. La llegada a la misión
fue aún más triunfal. El Gran jefe
les esperaba en su residencia
con todos sus notables y con una
inmensa muchedumbre del
pueblo. Afortunadamente todo
terminó bien, pero el susto y la
preocupación por lo que podía
haber pasado fue muy grande”.
NOTICIAS
Panda, 13 de mayo 2021
Acaban de comenzar la vacunación con Astra Zeneca. En general, la gente no
quiere ni oír hablar de ello. Se ha propagado el rumor de que los europeos quieren
aprovechar esta circunstancia para terminar con la raza negra y nadie se apunta a
recibirla. En algunas localidades ha habido escuelas en las que ha corrido la voz de que
venían a vacunar y los chavales se han puesto como locos, escapándose del
establecimiento y saltando incluso del piso superior para que no les cogieran.
Yo me hice famoso porque fui el primero. Tenía ante mí al menos ocho fotógrafos,
cámaras, sacándome fotos y gravándome, sobretodo en el momento de la inyección.
Incluso me hicieron una interviú que apareció ese día en la radio y TV. La segunda
inyección será dentro de dos meses. En general son “negacionistas”. Nadie se quiere
ponerla y esperan a que los que la han recibido estén sanos para que eso les anime a
quitar todos los miedos.
La mujer que cuida los niños de casa fue al día siguiente y le dieron la ficha nº 20, lo
cual demuestra que los enfermeros tienen poco trabajo por el momento. Ni las monjas ni
los curas están por la labor.
Un abrazo a todos, Xabier