El documento describe la celebración del Día de la Paz, en la que un grupo salió a crear un jardín simbólico de flores que representan la paz anhelada. Con valentía plasmaron sus mejores deseos en las palmas de sus manos para permanecer unidos en la lucha por la paz, regando las flores con ilusiones y palabras, ayudados por expertos jardineros, formando así un jardín compartido en el que todos caben y que dejó a todos extasiados por su belleza.