3. • 2666 es una obra cuyos cinco libros exploran
argumentos disímiles y complejos, construidos a la
usanza de bloques escriturales, donde la lectura es a
veces una práctica trágica (Piglia), tal como lo es
muchas veces la trama. Sin embargo, podríamos
objetivar su tema central en los crímenes de carácter
ginéfobo que la novela trabaja. Estos asesinatos
están basados en hechos de crónica roja reales que
Bolaño recoge y despliega en su escritura, los cuales
acaecieron preferentemente en la década de los
noventa en Ciudad Juárez. Alrededor de
cuatrocientas mujeres fueron asesinadas en el norte
de México entre 1993 y 1997.
4. 2666 es la obra ejemplo de cómo se pueden hacer
multilecturas de un texto:
• Crítica literaria
• Racismo
• Estética literaria
• Literatura como impugnación (cacería o
criminalística).
• Mal y la literatura
• Imaginario de lo nazi.
• El vacío (textual y paratextual).
5. • En “La parte de los críticos”, Bolaño aborda la crítica
literaria como ejercicio peripatético, cual disciplina
despistada que ronda equidistantemente el
conocimiento de un autor, en este caso, de Benno
von Archimboldi, seudónimo del prusiano Hans
Reiter.
• Una inglesa, un francés, un español y un italiano,
todos académicos de respetadas universidades
europeas, van tras la huella de este novelista
aclamado y fantasmal.
• En esta empresa, arriban al DF, tras Archimboldi,
manejando noticias sobre los crímenes en aumento
de mujeres jóvenes en el desierto de Sonora. Del DF
a Hermosillo. Luego a Santa Teresa.
6. • En “La parte de Amalfitano”, fundamentalmente se
evidencia el “ecosistema del mal” del que habla el
escritor y académico mexicano Yuri Herrera: el
sistema económico articulado entre el Estado, la
policía, la administración de justicia, la universidad
local y los cárteles que operan en la ciudad y las
redes de protección de cada una de estas instancias.
• La violencia organizada, sustentada gracias a toda
una maquinaria económica, cuyos productos, entre
tantos, son la misoginia y la explotación laboral.
7. • Es un continuum de la de Amalfitano, la que da cuenta
de Quincy Williams, un periodista de la revista
Amanecer Negro que reivindica los derechos de los
ciudadanos afroamericanos en la periferia norte de
Nueva York.
• Fate es un sobreviviente, criado en las calles del
Harlem, un barrio duro, donde ha experimentado y ha
tenido consciencia de la violencia del otro lado de la
frontera.
• Esta parte es narrada desde el otro lado de la frontera:
“esa ciudad parece pujante, parece progresar de
alguna manera, pero lo mejor que podrían hacer es
salir una noche al desierto y cruzar la frontera, todos
sin excepción, todos, todos” (339).
8. • En esta parte los estados de Sonora y el de
Chihuahua son representados en una ciudad
ficcional: Santa Teresa. Ésta es además el
signo de Ciudad Juárez. Ciudad y signo
desértico fronterizo a los Estados Unidos.
Arcadia para los seres más miserables entre
los miserables, provenientes comúnmente
del sur de México, también de Honduras y
Guatemala. Ciudad que funciona como
antefrontera, penúltima opción de
sobrevivencia y, en muchas ocasiones,
verdadero límite del deseo.
9. • Es la parte que queda inconclusa. Narra la niñez,
juventud y la vejez de un escritor alemán, soldado
nazi, traumatizado con la Segunda Guerra, que va
por la vida como famoso novelista y depredador de
humanos. Como asesino en serie.
• Aun cuando esta aseveración pueda ser discutible,
el lector en esta novela a todas luces debe funcionar
como un detective (Trelles). Un lector-perito, quien
reconoce las marcas que el criminal deja en el texto:
el explícito estrangulamiento del General Entrescu e
implícito asesinato de su novia Ingeborg; los títulos
de sus primeros libros: La cabeza y La máscara de
cuero; la “mirada de asesino” que reconocen en él
10.
11. • "La parte de Los crímenes" es, sin duda, uno
de los ámbitos más enloquecedores del libro.
Hay páginas y páginas donde se describen,
de modo casi legista, infinitos crímenes de
mujeres, obreras maquiladoras en su
mayoría, ocurridos entre 1993 y 1997. Bolaño,
haciendo gala de la estética neobarroca, nos
satura con la obscenidad de la descripción
de cadáveres. Surgen pistas, patrones
posibles, móviles, perfiles del o los
criminales. Sin embargo, todo parece
conducir al grado cero….
12. … Es el delirio de la información, la
acumulación, la saturación hermanada
íntimamente con la imposibilidad de un orden,
una finalidad. Los fuegos fatuos de la
burocracia y de los sistemas legales, el
desprecio radical por las mujeres muertas: los
cadáveres se acumulan en la orgía de la
información. Los cadáveres ponen a la
narración en un borde, el fraseo literario es
desplazado por el documento legal o, más
bien, la narración se expande hacia el
documento, anunciando su propia ruina y
fracaso frente a los cuerpos que se acumulan
en el basurero Chile, en el basurero América,
en el basurero Mundo. Es el horror de los
13. • Dentro de la obra bolañeana 2666 es un
momento aglutinador que opera como
potencia y fractal (Echevarría), como signo
de una “multiplicación ad infinitum de una
especie de súper conectividad; es decir, de
una conectividad llevada a su límite,
extremada hasta el absurdo” (Espinosa).
• “La parte de los crímenes” puede leerse
como la inmolación de Bolaño en términos
estéticos, dando paso grueso a una
narración que opta por dejar un testimonio
15. Al serle preguntado el motivo que lo llevó a
incrustarle en la vagina el trozo de madera,
respondió primero que no lo sabía, y después,
tras pensárselo más detenidamente, que lo
había hecho para que aprendiera. ¿Para que
aprendiera qué?, preguntaron los policías,
entre los que estaba Pedro Negrete, Epifanio
Galindo, Ángel Fernández, Juan de Dios
Martínez, José Márquez. Para que aprendiera a
que con él no se podía jugar. (491-492).
16. ¿Para qué queremos un hombre si nosotras
solas ya trabajamos y nos ganamos nuestro
sueldo y somos independientes?, le preguntó
Rosa Márquez. […] Nosotras ya nos
divertíamos solas, le dijeron las muchachas, y
no sentimos nunca esa necesidad (586).
17. Se lo pregunté a un preso. Le pregunté qué
pensaba de las mujeres muertas, de las
muchachitas muertas. Me miró y me dijo que
eran unas putas. ¿O sea, se merecían la
muerte?, dije. No, dijo el preso. Se merecían
ser cogidas cuantas veces tuviera uno ganas
de cogerlas, pero no la muerte. (613).
18. • Y se contaban chistes. A veces eran monográficos.
Los chistes. Y abundaban aquellos que iban sobre
mujeres. Por ejemplo, un policía decía: ¿cómo es la
mujer perfecta? Pues de medio metro, orejona, con la
cabeza plana, sin dientes y muy fea. ¿Por qué? Pues
de medio metro para que te llegue exactamente a la
cintura, buey, orejona para manejarla con facilidad,
con la cabeza plana para tener un lugar donde poner
tu cerveza, sin dientes para que no te haga daño en
la verga y muy fea para que ningún hijo de puta te la
robe. […] Y entonces alguien se reía, un judicial, muy
bueno ése, González, un conjunto de células, sí,
señor. Y otro más, éste internacional: ¿por qué la
Estatua de la Libertad es mujer? Porque necesitaban
a alguien con la cabeza hueca para poner el mirador.
Y otro: ¿en cuántas partes se divide el cerebro de
una mujer? ¡Pues depende, valedores! ¿Depende de
19. • 2666 podrá relacionarse con el afán poético-
totalizador de Los detectives salvajes.
• Podríamos compararlo en términos ético-
estéticos con Estrella distante y La literatura
Nazi en América.
• La impugnación explícita de Bolaño es el
grito impugnador del fantasma en Nocturno
de Chile.
• Etc.
20. • Búsqueda genealógica de la cultura de
violencia en México.
• Fragmentación y Frontera.
• Enfermedades de los pueblos: la ciudad
como cuerpo.
• Nuevo orden social y cívico: el narcotráfico
como paradigma económico y cultural:
político, moral, estético y filosófico.
• Masculinidades.