Comprende un amplio espectro de deformidades de la cadera que se presentan en el recién nacido o durante la
primera infancia.
El término clásico luxación congénita de cadera ha sido sustituido en la actualidad por la expresión displasia del
desarrollo de la cadera
Hasta el 50% de las artrosis degenerativas de la cadera que requerirán un tratamiento quirúrgico mediante
prótesis total pueden ser secundarias a una DDC que pasó desapercibida en su infancia pero que causó una
displasia acetabular residual; de ahí la gran trascendencia que tiene la detección precoz durante la infancia.
Incidencia de 1 a 2 casos por cada 1000 habitantes.
La presentación en el sexo femenino es de seis a nueve veces más común que en el sexo masculino.
En el 20% de los casos la DDC es bilateral, en el 60% afecta solo al lado izquierdo y en el 20% restante se localiza
en la cadera derecha.
Entre los factores causales considerados debemos destacar los mecánicos, la laxitud articular de origen hormonal
y la displasia primaria del acetábulo.
FACTORES MECANICOS
Posición intrauterina junto con la laxitud articular es el factor más predisponente.
En la presentación de nalgas verdaderas, las caderas quedan inmovilizadas en el interior de la pelvis materna.
La mayor incidencia de DDC izquierda es atribuida a la postura intrauterina, con el dorso del niño sobre el lado
izquierdo de la madre y la cadera izquierda aducida y comprimida sobre el promontorio.
FACTORES HORMONALES
Liberación de estrógenos, progesterona y relaxina que actúan relajando los ligamentos maternos de la pelvis y el
cuello uterino, lo cual facilita la expulsión del recién nacido.
Estas hormonas cruzan la placenta y actúan también sobre el feto y el neonato durante las primeras semanas
provocando una laxitud articular.
Se cree que estas tienen un mayor efecto sobre los receptores femeninos de las niñas en oposición a los
receptores de los niños, lo cual podría explicar la mayor incidencia en el sexo femenino.
Las hormonas maternas no se eliminan completamente hasta las 6-8 semanas de vida, por lo que su efecto
persiste durante este período posnatal, lo cual explicaría algunas de las formas de DDC de aparición tardía.
DISPLASIA ACETABULAR PRIMARIA
Cambios adaptativos prenatales, no una forma primaria por si misma.
La displasia acetabular se caracteriza por un acetábulo poco profundo, con techo verticalizado y con una mayor
anteversión, lo que facilita la luxabilidad de la cadera.
FACTORES GENETICOS
La luxación congénita de cadera tiene una predisposición familiar. Todos los nuevos hermanos han de ser
evaluados de forma precisa desde el momento del nacimiento, y en el examen ha de incluirse un estudio
ecográfico de las caderas.
Los antecedentes familiares se descubren en el 12-33% de los casos de DDC. Un hermano afectado representa
un riesgo del 6%; si se hallan afectados la madre o el padre, el riesgo es del 12%, en tanto que cuando los
antecedentes familiares son múltiples el riesgo aumenta hasta el 36%.
La predisposición genética también se halla relacionada con la presencia de una laxitud ligamentosa familiar y con
la displasia acetabular primaria.
FACTORES DE RIESGO
FACTORES DE RIESGO MAYORES FACTORES DE RIESGO MENORES
ANTECEDENTES FAMILIARES DESPROPORCION PELVICOCEFALICA
PRESENTACION DE NALGAS VERDADERAS OLIGOHIDRAMNIOS
SEXO FEMENINO DEFORMIDADES POSTURALES
PARTO GEMELAR O MULTIPLE
PRIMIGESTACION
MALFORMACIONES ESQUELETICAS
PATOGENIA
Desarrollo anormal de la forma del acetábulo; es más plano y presenta orientación anormal.
El cuello femoral tiene un aumento de la anteversión normal del valgo.
Reborde articular puede hallarse invertido dentro de la articulación.
Ligamento redondo hipertrófico.
El fondo del acetábulo se encuentra ocupado con tejido adiposo.
Contractura y acortamiento de los músculos que cruzan la cadera (psoas y aductores).
Laxitud de la cadera +
FR + Fuerzas mecánicas
Dirigen cabeza femoral lejos
de la porción central del
Acetábulo
Alargamiento del ligamento
redondo que impiden la
osificación del acetábulo
Cambios displásicos con o
sin luxación completa
Generan contracción irreversible
de los músculos y reducción
de cabeza de fémur
al acetábulo
Hipertrofia de las estructuras
articulares
La historia clínica permite obtener información valiosa sobre factores de riesgo tales como el sexo, los
antecedentes familiares de DDC, los AGO (primiges tación, oligohidramnios, macrosomas, gestaciones múlti ples,
presentación de nalgas), las deformidades posturales (tortícolis, metatarsus adductus, pie talo) y las
malformaciones esqueléticas congénitas asociadas.
La exploración física de todos los recién nacidos permite la detección precoz de la mayoría de los pacientes
afectos de DDC.
En la exploración física se realizan las maniobras de Ortolani y Barlow.
MANIOBRA DE ORTOLANI
Detecta si la cadera está luxada y es reductible.
Para su realización debe colocarse al recién nacido en decúbito supino sobre una superficie dura y mantenerse
relajado. Con una mano el explorador estabiliza la pelvis, mientras con la otra flexiona la cadera a unos 90°. Con
los dedos palpa el trocánter mayor, y con el pulgar, la cara interna del muslo. La maniobra consiste en la
abducción de la cadera desde esta posición. Con este movimiento se percibe una sensación propioceptivade la
cabeza femoral deslizándose dentro del acetábulo. Si se percibe un resalte o chasquido, la maniobra será positiva
y representará la reducción de la cadera luxada.
El problema de esta maniobra estriba en que a menudo se puede percibir una sensación de crepitación o un clic
de las partes blandas, que puede hacer confundir al explorador poco experto y hacerle creer que se trata de un
falso positivo.
MANIOBRA DE BARLOW
Se trata de la maniobra inversa a la descrita de Ortolani, y se realiza conjuntamente con
ella.
Se sujeta la extremidad suavemente de la misma forma que acabamos de describir para la
maniobra anterior, pero la pierna ahora es aducida ligeramente más allá de la línea media,
mientras se aplica una ligera presión en la parte interna del muslo con el dedo pulgar.
Si la cadera es luxable, quedará totalmente desplazada con esta maniobra y el explorador
percibirá la sensación de resalte al sobrepasar el borde del acetábulo.
Practicando seguidamente la maniobra de Ortolani, se percibirá de nuevo el resalte cuando
se vuelva a reducir la cabeza femoral.
Signo de Galeazzi (Allis o prueba Perkins). Es tardío (6 meses) y se debe al acortamiento de una extremidad, se
manifiesta por la distinta altura a la que se encuentran las rodillas cuando se juntan los pies del niño colocado en
decúbito supino, estando flexionadas las caderas y rodillas.
La asimetría de pliegues glúteos o inguinales también pueden ser pautas para el diagnóstico.
RADIOGRAFIA
Los primeros cambios sobre las estructuras óseas ocurren después de cuatro a seis semanas de manifestada la
laxitud articular.
Es por esto que su mayor rendimiento se logra cuando es obtenida después de los 2 meses de edad.
La técnica apropiada consiste en realizar dos proyecciones, una anteroposterior y otra axial, de las caderas.
TECNICA DE VON ROSEN
Niño en decúbito dorsal, abducción de caderas de 45 grados,
miembro extendido en máxima rotación interna (posición luxable
de la cadera). Trazando una línea media a lo largo de la diáfisis
femoral y prolongándola hacia arriba debe tocar el borde externo
del techo en la cadera normal, si está preluxada o displásica
pasa más afuera.
MEDIDAS DE HILGENREINER
Trazado de una línea oblicua que une a los puntos internos
(cartílago en Y) y externo del techo cotiloideo, la oblicuidad
normal es de 35 grados.
Trazado de una línea horizontal que una los cartílagos en Y,
bajar una vertical desde dicha horizontal hasta el punto medio
de la extremidad superior del fémur, la vertical no debe ser
menor de 1 cm.
La horizontal medida desde el cartílago en Y hasta el punto de
la vertical debe ser también de 1 cm.
TRIADA RADIOLOGICA DE PUTTI
Mayor oblicuidad del techo.
Retardo de la aparición del núcleo cefálico (normalmente
aparece entre el sexto y octavo mes de vida extrauterina).
Separación del extremo femoral superior hacia fuera.
Putti traza 2 rectas; la vertical debe tocar la parte más
interna de la cabeza del fémur y corta el techo cotiloideo
por dentro de su mitad; la horizontal debe tocar el borde
superior del pubis y el extremo más alto de la cabeza del
fémur.
EXPLORACION ECOGRAFIA
Permite visualizar directamente la cabeza femoral
cartilaginosa y el acetábulo, y realizar una exploración
dinámica de las caderas, su sensibilidad es casi del
100%.
La ecografía de cadera ha de realizarse en aquellos
pacientes con una exploración física anómala o con más
de tres factores de riesgo: antecedente familiar, sexo
femenino, primer parto, presentación de nalgas o
deformidades posturales asociadas.
El diagnóstico precoz constituye el factor funda mental para obtener una evolución satisfactoria.
Cualquier retardo en el diagnóstico puede comprometer el futuro de la articulación y provocar su evolución hacia
una artrosis precoz.
Cuando el diagnóstico y el tratamiento se realizan durante los primeros 3 meses de vida, la evolución suele ser
muy buena y el niño desarrolla una cadera normal sin deformidades residuales ni secuelas.
Contrariamente, cuanto más tarde se detecta y se trata la luxación, más difícil es el tratamiento y peores son los
resultados finales. Si persiste la luxación, la cojera será permanente. Si la cabeza del fémur sufre una necrosis
avascular, la rigidez y la pérdida de movilidad provocarán una cojera severa.
El objetivo del tratamiento es reducir la luxación y mantener una reducción concéntrica, estable y sin deformidades
residuales, evitando posibles complicaciones y secuelas.
Durante los primeros 6 meses se utiliza el arnés de Pavlik y la férula de Tubingen. Si después de 3 semanas de
iniciado el tratamiento se muestra la persistencia de luxación o inestabilidad, por medio de la ecografía, se deberá
realizar una reducción cerrada.
Entre los 6 y 18 meses de edad se debe realizar la reducción cerrada e inmovilizar con yeso pelvipédico. Se realiza
control con RM para valoración morfológica y reducción de la cabeza femoral.
Después de los 18 meses de edad el tratamiento es quirúrgico, reducción abierta e inmovilizar con yeso
pelvipédico.
Las complicaciones más graves del tratamiento son la rigidez, la reluxación o subluxación y la necrosis avascular.
La necrosis avascular de la cabeza femoral constituye la complicación más frecuente y más temida.
Es una complicación yatrogénica de la reducción cerrada o abierta de la cadera.
Su causa puede ser una compresión directa de la cabeza femoral inmadura o una lesión de los vasos que irrigan la
cabeza femoral; probablemente ambos mecanismos actúen combinadamente al realizar una abducción excesiva.
Las displasias acetabulares residuales precisarán tratamientos quirúrgicos correctores mediante osteotomías
pélvicas: en el niño preferentemente se utilizará la de tipo Salter o Pemberton, y en el adolescente y el adulto
joven, la osteo tomíaperiacetabular de Ganz.
Marco, F. (2015). Patología de la cadera en crecimiento (I): displasia del desarrollo de la cadera. En Traumatología y
Ortopedia para el grado de Medicina(pp. 270-278). España: Elsevier.