Via Crucis con la nueva estructura publicada en Roma con ocasión del Año Santo 1983 y con reflexiones de Juan Pablo II durante el Via Crucis presidido por el el Viernes Santo de 1984 en el Coliseo de Roma.
2. El Vía Crucis nos ayuda a centrarnos en la Muerte salvadora de Cristo, que es el
momento culminante de nuestra salvación.
Es una oración meditada que nos invita a considerar el camino mesiánico de Jesús, la
profundidad de su encarnación hasta la muerte, la radicalidad del amor salvador de
Dios.
En el camino de la cruz nos vemos reflejados nosotros, es un espejo de nuestra vida. Y
aprendemos a solidarizarnos con el dolor de la humanidad.
“El que quiera seguirme, tome su cruz de cada día y sígame”, nos dijo a todos Jesús.
Toda nuestra vida es camino pascual, es decir muerte y resurrección.
El verdadero Viacrucis no lo hacemos en un templo, sino en la vida con nuestro estilo
evangélico de seguimiento de Cristo.
La actitud fundamental de un cristiano es imitar el estilo salvador de Cristo con la
misma finalidad: contribuir a la salvación de toda la comunidad y de la humanidad
entera.
Los evangelios nos narran la pasión de Jesús como un camino, que ya estaba en buena
parte anunciado por los profetas. Trataremos de desglosar ese camino y entrar en su
dinámica.
3. Oremos: Señor Dios de nuestra salvación asístenos para que entremos con júbilo a la
contemplación de aquellos hechos poderosos, por medio de los cuales nos has
concedido vida en abundancia; por Jesucristo nuestro Señor. AMEN
4. JESUS INSTITUYE LA EUCARISTIA
En el Cenáculo Jesús se reunió con sus apóstoles para celebrar la Pascua según las costumbres de los
judíos. Mientras comían, tomo el pan bendijo a Dios y lo dio a los presentes diciendo:
Tomen, esto es mi cuerpo, que será entregado por ustedes.
Al final de la cena, tomó el cáliz con el vino, bendijo a Dios y lo dio a los presentes diciendo:
Esto es mi sangre de la nueva Alianza que se derrama por ustedes.
Jesús se quiere quedar con los hombres de todos los tiempos, porque ama a los hombres de todos los
tiempos, así que da a sus apóstoles el poder de hacer de nuevo lo que Él ha hecho, y dice:
Cada vez que hagan esto, háganlo en memoria mía.
5. Oremos: Señor Jesús que tu eucaristía sea nuestra fuerza y nuestro sostén en la
lucha contra el mal y en nuestro afán por un mayor amor y una mayor justicia.
Que nos reúna en torno a ti. AMEN
6. LA AGONIA EN GETSEMANI
Al terminar la celebración de la Pascua, salen todos hacia el Monte de los Olivos o
Getsemaní. Estando ya en Getsemaní, Jesús dice a sus apóstoles:
Mi alma está llena de tristeza mortal. Quédense aquí y velen conmigo.
Era la “hora de las tinieblas” y los suyos lo abandonaron. Jesús oraba diciendo:
Padre, si puede ser, líbrame de esta tribulación… pero que no se haga como yo
deseo sino según tu voluntad.
7. Oremos. Señor Jesús, tu saliste vencedor de esta agonía, de esta lucha interior.
Apaciguado pudiste seguir durante toda tu pasión disponible a los demás.
Apacigua nuestros temores y angustias, calma los sufrimientos de nuestros
hermanos enfermos. Danos la fuerza de velar en la oración como tú. Alienta a
todos los que se sienten débiles y aplastados. AMEN
8. LA TRAICION DE JUDAS
Estaba Jesús todavía hablando cuando se presento un grupo. Judas, uno de los
Doce, iba primero y se acerco a Jesús para darle un beso. Jesús le dijo:
Judas con un beso entregas al Hijo del hombre.
9. Oremos: Señor Jesús, nosotros comulgamos de tu cuerpo y de tu sangre y
demasiadas veces te traicionamos con nuestra cobardía, nuestra
mediocridad o nuestra ambición. Te pedimos que por tu gracia, nuestra
participación en la eucaristía, nos haga firmes en la fe, seguros en nuestra
esperanza y fraternales en el servicio de todos. AMEN
10. JESUS COMPARECE ANTE EL SANEDRIN
A Jesús lo arrestaron, y lo hicieron entrar en la casa del sumo sacerdote. Al amanecer, se reunió el
concejo de los ancianos con los sumos sacerdotes y los escribas. Hicieron comparecer a Jesús ante
el sanedrín y le dijeron: “Si tú eres el Mesías, dínoslo… ¿Eres tú el hijo de Dios?” Jesús respondió:
Ustedes mismos lo han dicho, si lo soy.
Ellos replicaron “Qué necesidad tenemos ya de testigos. Nosotros mismos lo hemos oído de su
boca. Es un blasfemo, merece la pena de muerte”.
El consejo de ancianos con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron y llevaron a Jesús
ante Pilato.
11. Oremos: Señor Jesús, tú te presentaste a tus jueces como el mesías salvador y el Hijo
de Dios. Proclamaste la verdad sin concesiones, aun a costa de tu vida. Concédenos
creer sin vacilar que tu puedes salvarnos por ser el Hijo de Dios. Danos la pasión por
la verdad y el coraje de atestiguarla en todas las ocasiones. Extiende al mundo
entero tu reinado de salvación y paz. AMEN
12. LA NEGACION DE PEDRO
Estando Pedro abajo en el patio, llega una de las sirvientas del Sumo sacerdote y le dice:
“También tú estabas con Jesús de Nazaret”. Pedro responde: “Ni sé ni entiendo que dices”
Salió entonces Pedro afuera al portal y cantó un gallo. La sirvienta lo vio otra vez y dijo a
los que estaban allí: “Este es uno de ellos”. Pedro lo negó de nuevo. Poco después los que
estaban allí volvieron a decir: “Ciertamente eres de ellos pues además eres galileo”.
“ ¡Yo no conozco a ese hombre de quien hablan!” repitió Pedro e inmediatamente cantó
un gallo por segunda vez. Entonces Pedro recordó lo que Jesús le había dicho, y rompió a
llorar.
13. Oremos: Señor Jesús tu oíste las negaciones de Pedro y en seguida le ofreciste
silenciosamente tu perdón. Perdona nuestras negaciones, nuestros
olvidos, nuestras indiferencias. Afiánzanos en la confianza de tu misericordia.
Danos la fuerza de levantarnos cuando hayamos caído y el coraje de seguir
delante de nuevo apoyándonos en ti. AMEN
14. PILATO CONDENA A JESUS Y SE LAVA LAS
MANOS
Pilato no encontró en Jesús ninguna culpa y pensó ponerlo en libertad. Salió donde
estaban los judíos y les dijo: “No encuentro en el ninguna culpa. Entre ustedes es
costumbre que por Pascua ponga en libertad a un preso ¿quieren que les suelte al rey de
los judíos?” Pero todos ellos gritaron: “¡no a ese no! ¡A Barrabas!” El tal Barrabas era un
bandido. Entonces Pilato viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía
tumulto, tomo agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo:“Inocente soy de la
sangre de este justo. Ustedes verán”.
15. Oremos. Señor Jesús, Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, haz
que no te volvamos a condenar a muerte con nuestros pecados y que de tu
muerte obtengamos la vida, AMEN
16. JESUS ES AZOTADO Y CORONADO DE
ESPINAS
Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los soldados trenzaron una corona de
espinas, se la pusieron en la cabeza, le echaron encima un manto color púrpura, y
acercándose a él le decían: “¡Viva el rey de los judíos!”
17. Oremos. Señor Jesús enséñanos a permanecer en la humildad cuando nos
sintamos incomprendidos; pero sobre todo muéstranos como saber respetar
siempre la dignidad de nuestros hermanos y danos el coraje de defender a los
que son despreciados. AMEN
18. JESUS ES CARGADO CON LA CRUZ
Tomaron a Jesús, y el cargando con la cruz, se dirigió hacia el sitio llamado
“la Calavera” que en hebreo se dice Gólgota.
19. Oremos: Señor Jesús, Cordero de Dios lleno de paciencia, enseña
nuevamente a la humanidad la verdad de tu cruz. AMEN
20. SIMON CIRENEO AYUDA AJESUS A LLEVAR
LA CRUZ
Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que
volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrás de Jesús.
21. Oremos. Señor Jesús enséñanos a llevar tu cruz junto con todos los
hombres que sufren y que Tú pones en nuestro camino. Obra en
nosotros la conversión de los corazones. AMEN
22. LAS MUJERES DE JERUSALEN LLORAN POR
JESUS
Lo iba siguiendo una gran multitud de hombres y mujeres, que se golpeaban el
pecho y lloraban por él. Jesús se volvió hacia las mujeres y les dijo:
Hijas de Jerusalén no lloren por mí; lloren por ustedes y por sus hijos.
23. Oremos: Oh Jesús estanos presente en todo momento para que podamos llenar
con la luz de tu Evangelio todas las pruebas que la vida nos trae. AMEN
24. JESUS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS Y
CRUCIFICADO
Los soldados después que crucificaron a Jesús, cogieron su ropa e hicieron cuatro
partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida
toda de una pieza de arriba abajo. Por eso se dijeron: “No la rasguemos sino echemos
suertes para ver a quien le toca”. Así se cumplió lo que dice la Escritura: “Se repartieron
mi ropa y echaron a suertes mi túnica.”
25. Oremos: Espíritu de verdad permítenos sentir siempre el peso salvífico de la cruz
de Cristo. Permítenos penetrar las tinieblas de la historia del hombre con la luz de
la crucifixión. AMEN
26. EL BUEN LADRON SE CONVIERTE AL
SEÑOR
Uno de los malhechores colgados junto a Jesús decía: “¿No eres el Cristo? ¡Pues
sálvate a ti y a nosotros!” Pero el otro le increpaba diciendo: “¿También tú desprecias
a Dios hallándote en el mismo suplicio? Nosotros pagamos por nuestros delitos, en
cambio este, nada malo ha hecho.” y decía a Jesús “acuérdate de mí cuando vengas
con tu Reino.” Jesús le dijo:
Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso.
27. Oremos. Señor Jesús, olvidándote de tu propio sufrimiento, acogiste al buen
ladrón, Acuérdate de nosotros pecadores en la hora de nuestra muerte.
Acógenos en tu reino junto a ti. Y que tu misericordia se extienda a todos
nuestros hermanos a través del mundo. AMEN
28. MARIA Y JUAN AL PIE DE LA CRUZ
Jesús viendo a su madre, y junto a ella al discípulo que amaba, dice a su madre:
Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Luego dice al discípulo:
Ahí tienes a tu madre.
29. Oremos. Oh Madre, que en tu presencia los pensamientos de nuestro corazón
sean siempre luminosos y límpidos, que los penetre la luz de Cristo, reflejada
en tu Corazón Inmaculado. AMEN
30. JESUS ENTREGA SU ESPIRITU
Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció el
sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad. Jesús clamando
con voz potente, dijo:
¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!
Y dicho esto expiró.
31. Oremos: Anunciamos tu muerte Señor. Oh Jesús que vivamos de esta VIDA a
la que nos has introducido mediante tu muerte. AMEN
32. EL CUERPO DE JESUS ES DEPOSITADO EN
LA TUMBA
José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto por miedo a los
judíos, pidió a Pilato que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Pilato lo autorizó.
El fue entonces y se llevó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en
un sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego hizo rodar una gran
piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue.
33. Oremos: Oh Cristo Jesús, todos caminamos hacia nuestra muerte y nuestra tumba.
Permítenos detenernos en espíritu junto a Tu sepulcro. Que el poder de la vida que se ha
manifestado en el, traspase nuestros corazones. Que esta vida sea la luz de nuestra
peregrinación por la vida. AMEN
34. JESUS RESUCITA Y EL ARBOL DE LA MUERTE
FLORECE
El primer día de la semana, muy de madrugada, a la salida del sol, María Magdalena, María
la de Santiago y Salomé, fueron al sepulcro. Iban comentando: “¿Quién nos retirará la
piedra de la entrada al sepulcro?” Pero al mirar, observaron que la piedra había sido ya
retirada y eso que era muy grande. Cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven
sentado a la derecha, que estaba vestido con una túnica blanca. Ellas se asustaron. Pero el
les dijo:
No se asusten. Buscan a Jesús de Nazaret, el crucificado. ¡Ha resucitado!; no está aquí.
35. Oremos: Proclamamos tu resurrección Señor. Oh Jesús que vivamos de esta vida
nueva que nos das con tu resurrección. AMEN
36. REFLEXIONEMOS con JUAN PABLO II
(Viernes Santo de 1984, en Coliseo de Roma)
Ciertamente Poncio Pilato no sabe que en las orillas del Jordán Juan Bautista, viendo a
Jesús, había anunciado al pueblo:
“he aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1,29)
La sentencia de Pilato, humanamente, injusta, se inscribe en el misterio del sacrificio
del Cordero de Dios.
Por medio de la injusticia del hombre actúa el Amor eterno de Dios.
“Dios ha amado tanto al mundo que entregó a su Hijo único” (Jn 13,16) para que fuese
condenado a la muerte de cruz y así poder redimir al mundo.
¿Cómo respondemos al amor de Dios Padre que entregó a su Hijo único para
redimirnos?
¿Somos capaces de perdonar la injusticia humana?
37. REFLEXIONEMOS con JUAN PABLO II
(Viernes Santo de 1984, en Coliseo de Roma)
“Quien no toma su cruz y no me sigue, no es digno de mi” (Mt 10,38)
Que fácilmente podemos reconocernos en este Simón de Cirene que no descubre
ninguna clase de dignidad en llevar la cruz junto con un hombre condenado a muerte.
Lleva la cruz por obligación.
El hombre rehúye la cruz, no quiere tener ni la más pequeña parte en el sufrimiento.
No quiere probar humillaciones.
¿Queremos ser “dignos” de Jesús?
¿Descubrimos dignidad en llevar la cruz junto con un hombre condenado a muerte?
¿Somos solidarios del hombre que sufre?
38. REFLEXIONEMOS con JUAN PABLO II
(Viernes Santo de 1984, en Coliseo de Roma)
“¿Por qué si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?” (Lc 23,29-31)
Todos los sufrimientos humanos, consecuencia del pecado del hombre, confluyen
hacia el sufrimiento de Cristo.
Cristo es el “leño verde”. En El se revela la Nueva Justicia, la Nueva Vida.
Desde su cruz la redención se irradia a todos los hombres.
¿Somos capaces de apoyarnos en Jesús y llenar con la luz de su Evangelio todas
las pruebas que la vida nos trae?
39. REFLEXIONEMOS con JUAN PABLO II
(Viernes Santo de 1984, en Coliseo de Roma)
“Tú no has querido ni sacrificios ni ofrendas, pero me has dado un Cuerpo…
He aquí que vengo, oh Dios, a hacer tu voluntad” (Sal 408 7-9)
Pesaba la cruz sobre el Cuerpo. Pesa el Cuerpo sobre la cruz.
En ambos casos es un peso de amor
¿Hemos aprendido a amar especialmente en el dolor?
¿Hemos aprendido que la fuerza se perfecciona en la debilidad?
¿Hemos reconocido que nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo que
habita en nosotros?
40. REFLEXIONEMOS con JUAN PABLO II
(Viernes Santo de 1984, en Coliseo de Roma)
“Porque no abandonarás mi alma en el sepulcro ni dejarás que tu amigo vea
la corrupción” (Sal 16, 10)
El sepulcro de Jesús esconde el principio de la Nueva Vida.
Es el lugar en el que “Dios le exaltó y le otorgó el Nombre que esta sobretodo
otro nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en los
cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame que Cristo Jesús
es Señor para gloria de Dios Padre” (Flp 2,9-11)
¿Caminamos hacia nuestra muerte con la esperanza de vida e inmortalidad?
41. Oremos: Señor Jesús hemos meditado tu pasión, hemos contemplado tu muerte y nos
llenamos de gozo con tu resurrección. Guárdanos en la fe, en la esperanza, en la caridad.
Concédenos un gran amor a la Escritura tú Palabra. Y que esa buena nueva nos arrastre
cada vez más al amor y al servicio de nuestros hermanos. AMEN
Padre Nuestro….
42. CITAS BIBLICAS Y OTRAS FUENTES
Biblia de Jerusalén Latinoamericana. (2001). Bilbao: Desclee de Brouwer
Jesús instituye la Eucaristía: Mt 26, 17-35/ Mc 14,12-31/ Lc 22, 7-34 /Jn 13, 1-38
La agonía en Getsemaní: Mt26, 36-46/ Mc 14, 32-42/ Lc 22, 39-46/Jn 18, 1-2
La traición de Judas: Mt 26, 47-50/ Mc 14, 43-45/ Lc 22, 47-48/ Jn 18, 3-9
Jesús comparece ante el sanedrín: Mt 26, 57-66/ Mc 14, 53-64/ Lc 22, 66-71.23,1/Jn 18, 19-24
La negación de Pedro: Mt 26,69-75/ Mc 14, 66-72/ Lc 22, 54-62/ Jn 18,25-27
Pilato condena a Jesús y se lava las manos: Mt 27, 24
Jesús es azotado y coronado de espinas: Lc 23,11/ Mt 27,27-31/ Mc 15, 16-20/ Jn 19, 2-3
Jesús es cargado con la cruz: Jn 19, 16-17
Simón de Cirene ayuda a Jesús: Mt 27,32/ Mc 15,21/ Lc 23, 26
Las mujeres de Jerusalén lloran por Jesús: Lc 23, 27-28
Jesús es crucificado y despojado de sus vestidos: Mt 27, 35-36/ Mc 15, 24/ Lc 23,34/ Jn 19, 23-24
El buen ladrón se convierte al Señor: Lc 23, 39-43
María y Juan al pie de la cruz: Jn19, 26-27
Jesús entrega su espíritu: Mt27,45-54/ Mc15, 33-39/ Lc 23, 44-46/Jn 19, 28-29
El cuerpo de Jesús es depositado en la tumba: Mt 27, 57-60/Mc 15, 42-46/ Lc 23, 50-53/Jn 19,38-42
Jesús resucita: Mt 28, 1-8/ Mc 16, 1-8/ Lc 24,1-12/ Jn 20,1-9
Carmelitas Descalzas de Godelleta. (s.f.). Imágenes del Via Crucis en
azulejos de cerámica. Parroquia de San José de Dimbokro, Costa de
Marfil.
José Aldazabal. (1989). Via Crucis Dossiers CPL 33. Barcelona: Centre de
Pastoral Litúrgica.