El documento describe las diferentes formas en que Cristo está presente en la Eucaristía. Primero, como anfitrión del banquete que ofrece su vida entregada en sacrificio para dar vida a los discípulos. Luego, su presencia se manifiesta a través del Espíritu Santo hasta que regrese en su plenitud. Finalmente, la Eucaristía representa la ausencia de Cristo por conmemorar su muerte, pero también es una presencia nueva y profunda dada tras su sacrificio.