Se llama “escritos joánicos” al evangelio y a las cartas de
Juan ya que son atribuidos a la misma comunidad o
escuela. También se ha integrado a este conjunto el libro
del Apocalipsis de Juan pese a que pertenece a un género
literario muy diverso del evangelio o de las cartas. El
evangelio y las cartas joánicos, aun siendo de diferentes
géneros literarios, poseen un hilo conductor que nos pone
en contacto con un mundo amplio de pensamiento y de
praxis cristiana de fines del siglo I y que significan el punto
más alto y maduro de la reflexión cristológica de entonces.
ESCRITOS JOÁNICOS
El Apóstol San Juan era natural de Betsaida,
ciudad de Galilea, en la ribera norte del mar de
Tiberíades. Sus padres eran Zebedeo y Salomé; y
su hermano, Santiago el Mayor. Formaban una
familia acomodada de pescadores que, al
conocer al Señor, no dudan en ponerse a su total
disposición. Juan y Santiago, en respuesta a la
llamada de Jesús, dejando a su padre Zebedeo
en la barca con los jornaleros, le siguieron ~.
Juan había sido discípulo del Bautista cuando
éste estaba en el Jordán, hasta que un día pasó
Jesús cerca y el Precursor le señaló: He ahí el
Cordero de Dios. Al oír esto fueron tras el Señor
y se fueron con El a su casa
•
Juan, "el discípulo amado", autor del Cuarto Evangelio,
tres Cartas, y el Apocalipsis. Pescador de Betsaida, hijo
de Zebedeo, hermano de Santiago, discípulo del Bautista
y apodado "hijo del trueno", participó con Pedro y
Santiago de los episodios más significativos de la vida de
Jesús, y en la Última Cena recostó su cabeza en el pecho
del Señor (por ello es llamado en griego "Epistehios": el
que está sobre el pecho).
•
Estuvo con María "junto a la cruz" (Jn. 19, 25-27),
y fue testigo junto a Pedro del sepulcro vacío: "vio
y creyó" (Jn. 20, 8). Los Hechos lo nombran
nuevamente junto a Pedro, y San Pablo lo
menciona entre las "columnas de la Iglesia" (Gal.
2, 9). Es llamado "el Teólogo" por la profundidad
de su Evangelio, que difiere en no pocos aspectos
de los sinópticos.
• Fuentes muy antiguas -algunas legendarias- señalan que
vivió primero en Antioquía y luego en Éfeso. San Ireneo,
hacia 175, escribe: "Juan, el discípulo del Señor, el mismo
que descansó sobre su pecho, publicó también el
evangelio cuando se encontraba en Éfeso".
•
Luego viajó a Roma, donde por orden del emperador
Domiciano, fue echado (ya cerca de los noventa años de
edad) al aceite hirviendo cerca de la Puerta Latina (lo que
dio origen a una fiesta, hoy suprimida del Calendario
Romano: "San Juan delante de la Puerta Latina", que se
celebraba el 6 de mayo como memoria del "martirio" del
apóstol); salió indemne del suplicio y fue deportado a la
isla de Patmos, donde el Apocalipsis, y murió a finales del
siglo I.
SÍMBOLOS DE LOS CUATRO
EVANGELISTAS
Mateo: Hombre
Marcos: León
Lucas: Toro
Juan: Águila
Los cuatro autores de los Evangelios
(San Mateo, San Marcos, San Lucas y
San Juan) han sido relacionados
simbólicamente con los cuatro seres
vivientes del Apocalipsis 4,7:
Ap 4,7.
Diferencia con los sinópticos
El evangelio de Juan es un mundo nuevo y muy distinto. No son relatos
sencillos, populares y sueltos como los sinópticos, sino grandes
discursos, lenguaje directo y simbólico.
Muchas expresiones sólo aparecen en Juan: “En verdad, en verdad... os
digo/ te digo” (25x); “dar la vida” (8x); “dar testimonio sobre” (19x).
Es distinto el marco cronológico. La actividad pública de Jesús dura más
de dos años. Jesús muere un día antes de la Pascua, el 14 de Nisán, día
de la inmolación de los corderos pascuales (cf 19,36).
Características generales
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
El Evangelio de Juan gira en torno a un
tema fundamental: Jesús es el Enviado de
Dios, su Palabra por excelencia, que vino a
este mundo para hacernos conocer al
Padre. Él no habla por sí mismo, sino que
"da testimonio" de la Verdad que escuchó
del Padre (3,11-13.31-34), y toda su vida es
una revelación de la "gloria" que recibió de
su mismo Padre antes de la creación del
mundo (17,1-5).
A través de largos discursos, que son reflexiones
teológicas, quiere señalar que Jesús es ante todo
EL VERBO ENCARNADO,
el Mesías, el Hijo de Dios, el Hijo
enviado por el Padre,
EL REVELADOR DEL PADRE
DIFERENTES ITINERARIOS
Alterna Galilea, Judea, Samaria /varias veces en
Jerusalén/ Purifica el templo al principio.
NO HABLA DE
Infancia / Bautismo / Tentaciones / Eucaristía
/angustia de Getsemaní
EN CAMBIO AÑADE
Nicodemo; La Samaritana; Diálogo con Pilato; Su
madre en la cruz ; La lanzada.
Y 5 SIGNOS PROPIOS: Caná, Funcionario real, Paralítico de
la piscina, Ciego de nacimiento y Lázaro.
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
RESPECTO A DOCTRINA
Distinta imagen de Jesús: no es el predicador
itinerante que habla a multitudes.
Son largos sermones sobre: la Luz, la Verdad,
el Pan de Vida, el Hijo.
El tono es más abstracto y doctrinal.
No hay parábolas
La tradición cristiana lo atribuye al Apóstol
JUAN, a quien identifica con "el discípulo
al que Jesús amaba" (13,23; 19,26);
indicios en el mismo Evangelio lo
corroboran.
La obra fue concluida hacia el año 100, y
tenía como destinatarios inmediatos a las
comunidades cristianas de Asia Menor.
Autor
¿Cómo era el Judaísmo en los
orígenes de los escritos Joaninos?
El
JUDAISMO
El evangelio sugiere que existieron al menos tres grupos
ante los cuales la comunidad joánica debió de afirmar su
identidad:
(a) los seguidores de Juan el Bautista (1,35-37; 3,22-30;
4,l-3; 10,40-42);
(b) los judíos, que habían tomado medidas para expulsar
de la sinagoga a los que creían en Jesús (9,22-23; 16,l-4a),
y
(c) otros «cristianos», que habían sido seguidores de
Jesús pero que se hallaban en ese momento separados de
la comunidad, al parecer a causa de las afirmaciones
cristológicas de ésta sobre la divinidad de Jesús (6,60-65).
Los fariseos: Eran una secta o tendencia religiosa del
judaismo que se dedicaba al estudio a fondo de la Tora
y de las tradiciones de los padres y exigía el más riguroso
cumplimiento de su propia interpretación de la Ley, sobre
todo en lo referente al sábado, a la pureza ritual y a los
diezmos. A este grupo pertenecían los doctores de la Ley o
escribas.
Los saduceos: Eran un partido fundamentalmente político
cuya influencia en la sociedad judía era considerable, ya
que a ellos pertenecían las familias
sacerdotales más importantes, así como una gran parte
de la aristocracia de Jerusalén.
Los esenios: Eran un grupo religioso, llamado también
"Comunidad de la Alianza"', separado desde fines del
s.II a.C. del sacerdocio del Templo; una especie de monjes
con tendencia pronunciadamente ascética que había
adoptado una actitud más radical en cuanto a la
santificación del sábado.
Los zelotes: Eran los miembros de un partido fanático,
que actuó principalmente en la rebelión judía del 66-70
d.C. Su objetivo era librar de manera inmediata a Israel
de la dominación romana y sustituir a sus representantes
en las altas esferas judías
El judaismo a finales del 1er siglo
Después de la guerra contra Roma, con su fin
catastrófico y la destrucción del templo de Jerusalén
(70 d.C), el judaismo adquiere un nuevo
perfil. De los grupos religiosos activos hasta
entonces, los fariseos son los que adoptan el rol
dirigente y decisivo para la supervivencia de la fe
judía. Los saduceos, tan estrechamente relacionados
con el templo y el "status quo" político anterior
a la guerra judía, dejan de tener vigencia como grupo
influyente en la realidad social.
Los judios en el cuarto evangelio
La expresión genérica "los judíos" aparece 71 veces en el
cuarto evangelio. La diferencia con el vocabulario de los
sinópticos es notoria. En los evangelios de Mateo y de
Lucas la expresión se encuentra sólo 5 veces, en el de
Marcos 6 veces.
Algo semejante se observa en la literatura paulina,
que, a pesar de ser más extensa, utiliza la forma
sólo 26 veces. Dentro del Nuevo Testamento el texto de los
Hechos de los Apóstoles es el único que se le aproxima: 79
veces.
El gnosticismo es una corriente filosófico-
religiosa que buscaba la salvación del
hombre a través del conocimiento
revelado.
Era una acumulación sincrética de
elementos religiosos que entró en contacto
con el cristianismo en el momento en que
iniciaba su expansión. En ella confluyen:
EL
GNOSTICISMO
• el dualismo, o contraste entre la luz y las
tinieblas, entre el bien y el mal, procedente de Irán;
• concepciones astrológicas, nacidas en ambientes
babilónicos que atribuyen a los astros poderes
mágicos sobre el mundo y los hombres; ideas
herméticas del alto Egipto;
• ideas platónicas, sobre el alma encarcelada en la
materia;
• la revelación bíblica, incluyendo el Antiguo y el
Nuevo Testamento y la literatura apócrifa.
Su principio fundamental era el dualismo de fuerzas
contradictorias (el bien y el mal) que se proyectaba
sobre la existencia de un Dios del bien (creador del
espíritu) y un Dios del mal (creador de la materia).
El hombre participaba parcialmente de la plenitud
divina, pero, para salvarse, debía acceder al
conocimiento (gnosis) a través de la resolución de
las cuestiones más vitales. Difería esencialmente
del cristianismo pues su finalidad no era ni la unión
con Dios, ni tampoco la identificación práctica y
dócil con su voluntad, ya que Dios era enteramente
incognoscible, inasequible. No era Dios el fin de la
perfección gnóstica, sino el hombre.
El contacto del cristianismo con el
gnosticismo puso en peligro la identidad
cristiana porque el gnosticismo –preocupado
por el problema del hombre, del mundo y de
Dios- desacralizaba, racionalizaba y
humanizaba la religión.
LA INICIATIVA SALVÍFICA, EFICAZ Y FIEL DE Dios
Dios es luz" (Un 1,5); "Dios es amor" (1Jn 4,8.16): se opone a las
tinieblas "permanecer" en Dios, "conocer" a Dios. todo el que ama
ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a
Dios, porque Dios es amor. el amor de Dios por nosotros: en que ha
mandado a su Hijo único al mundo para que nosotros vivamos por
él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a
Dios, sino en que Dios nos ha amado a nosotros y ha enviado a su
Hijo como víctima expiatoria por nuestros pecados. también
nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Dios-amor, sino
también la dimensión trinitaria: desde Dios,
CREER EN JESUCRISTO, HIJO DE Dios. "creer" (nueve veces),
"Si andamos en la luz, como él está en la luz, entonces
estamos unidos unos con otros y la sangre de Jesús, su
Hijo, nos purifica de todo pecado" (1Jn 1,7). (paráklétos),
nuestros, sino por los de todo el mundo" (Un 2,1-2; cf
4,10). sobre los falsos maestros (lJn 2,19; 4,4) y también
contra el mundo (Un 5,4). "En esto hemos conocido el
amor: en que él ha dado su vida por nosotros; y "El que
cree que Jesús es el mesías, ha nacido de Dios" (1Jn 5,1).
"¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que
Jesús es el Hijo de Dios? con agua y agua y sangre.
El testimonio que sirve de base a la fe El amor salvífico, que tiene su
fuente en Dios y se manifiesta en Jesucristo, "Sabemos que le
conocemos (a Dios) en que guardamos sus mandamientos. El, pero
no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está
en él. Pero el que guarda su palabra, verdaderamente es perfecto
en él. En esto sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que
está unido debe comportarse como él se comportó" (Un 2,3-6).
"Queridos míos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino un
mandamiento antiguo, que tenéis desde el principio; el
mandamiento antiguo es la palabra que habéis recibido" (cf 1Jn 2,7-
8).
LAS BODAS DE CANÁ DE
GALILEA
2, 1-11
CURACIÓN DEL HIJO
DE UN CORTESANO
4, 46-54
CURACIÓN DEL CIEGO
DE NACIMIENTO
9, 1- 12
MULTIPLICACIÓN DE
PANES Y PECES
6, 1- 15
CURACIÓN DEL ENFERMO DE
LA PISCINA
5, 1 - 9
RESURRECIÓN DE
LAZARO
11, 1- 16
PESCA MILAGROSA
21, 5-6
ENCUENTRO CON LA
SAMARITANA
4, 4 -45
DESAPARICIÓN
MISTERIOSA DE JESUS
7,31-36
EL CELO DE TU CASA ME
CONSUME
2,13-22
LAVATORIO DE PIES
13, 1 - 20
NECESIDAD DE CREER
EN JESÚS
12, 44 - 50
LOS DISCÍPULOS,
ELEVADOS A LA
CATEGORÍA DE AMIGOS
15, 9 - 17
LA PRISIÓN DE JESÚS
18, 1 - 11
DISCÍPULO AMADO
21, 20 - 25
JESUS PAN DE VIDA PARA
LOS QUE CREEN EN EL
6, 25 – 47
CONFESIÓN DE PEDRO
6, 67-71
ORIGEN DEL DIVINO MESÍAS
7, 25 -30
JESÚS LUZ DEL MUNDO
ATESTIGUADO POR EL PADRE
8, 12- 20
DISCUSIÓN SOBRE EL
VALOR DEL MILAGRO
9, 13 - 34
ODIO DEL MUNDO CONTRA
JESÚS Y LOS SUYOS
15, 18-27
ANUNCIO DE LA
PERSECUCIÓN JUDÍA
16, 1-4
PRIMERA NEGACIÓN DE PEDRO
18, 15-18
SEGUNDA NEGACIÓN DE PEDRO
18, 20-27
DISCÍPULO NO MORIRÁ
21, 22-24
EXPULSION DE LOS VENDEDORES
DEL PUEBLO, DEL TEMPLO
2, 13-18
ESTADO DE ÁNIMO EN
GALILEA Y JERUSALÉN
7, 1-13
LA DEFENSA DE JESÚS ACERCA DEL
QUEBRANTAMIENTO DEL SÁBADO
7, 14- 24
MUJER ADULTERA
8, 1-11
MUERTE DE JESÚS
10, 17 -18
INCREDULIDAD JUDIA
IMPREVISTA POR JESÚS
12, 37 - 43
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
La esperanza cristiana en acción
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
Libro mal interpretado
El libro del Apocalipsis es muy actual. Se lee en muchos grupos, pero la
mayoría de las veces se interpreta mal.
Son conocidas las interpretaciones de algunas Iglesias
fundamentalistas, que leen al pie de la letra y nos asustan con la
llegada de monstruos, terremotos y hasta nos anuncian el fin del
mundo.
P. Behitman A. Céspedes
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La apocalíptica
La literatura apocalíptica se desarrolla entre los años 200
a.C. y 200 d.C. con la finalidad de mantener la esperanza
en tiempos de fuerte crisis del pueblo.
Este género pertenece a un tiempo de sufrimientos,
persecuciones, calamidades; aparentemente triunfaba el
poder del mal, y parecía que era ineficaz todo esfuerzo
humano para salir de esa situación.
P. Behitman A. Céspedes
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Elementos de la apocalíptica:
Generalmente los libros apocalípticos son
anónimos
Abundan en metáforas
Tienen una visión pesimista de la historia
(el presente es malo; el futuro es ideal)
Usan muchos símbolos y visiones
Presencia de elementos de la naturaleza
Describen elementos sobrenaturales y
manifestaciones cósmicas
Usan lenguaje profético
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
El Apocalipsis de Juan
El libro del Apocalipsis es el último de la
Biblia.
Por sus características especiales es de
difícil interpretación, ya que usa un
lenguaje simbólico lleno de imágenes.
Es uno de los escritos más interesantes y
misteriosos de la literatura cristiana.
Su singularidad ha dado origen a las más
variadas lecturas, muchas erróneas y
fantásticas.
Ha generado movimientos apocalípticos y
milenaristas.
El autor real del libro se refiere a un
personaje célebre del pasado que habla en
primera persona.
El Apocalipsis de Juan
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
Palabra de profecía
El libro debe acogerse por la Asamblea litúrgica como
“Palabra de profecía" (cf. 1,3; 20,7.10.18.19).
La profecía interpreta el presente, más que adivinar
el futuro.
El libro es destinado a un grupo que escucha.
La asamblea debe tener una capacidad de
interpretación, ya que el autor usa un lenguaje
simbólico, que provoca una interpretación inmediata
punto por punto.
No podemos olvidar que se trata de un lenguaje
simbólico.
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
¿Cuándo fue escrito el Apocalipsis?
El libro del Apocalipsis se terminó de escribir por el año
100 d.C.
Pero fue escribiéndose poco a poco. Una primera parte
(cap. 4 al 11), fue escrito por el año 64 d.C., en la
persecución del emperador Nerón
Un segundo bloque (cap. 12-22), se escribió hacia el
año 95 en época del emperador Domiciano, cuando
todo el que no declaraba que el emperador era Señor
y Dios, se lo perseguía.
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
¿Quién y para quién se escribió el libro?
El autor se llama a sí mismo, "Yo Juan, hermano de ustedes,
compañero de sufrimiento" (1,9). No se trata de Juan el apóstol ni el
evangelista. Es otro Juan, el vidente.
Escribe para varias comunidades de Asia Menor, que viven en una
situación común: la persecución por el imperio y necesitan
reconstruir su esperanza.
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
¿Quién y para quién se escribió el libro?
El autor se llama a sí mismo, "Yo Juan, hermano de ustedes,
compañero de sufrimiento" (1,9). No se trata de Juan el apóstol ni el
evangelista. Es otro Juan, el vidente.
Escribe para varias comunidades de Asia Menor, que viven en una
situación común: la persecución por el imperio y necesitan
reconstruir su esperanza.
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
Los seres vivos en el Apocalipsis
Ángeles: Mensajeros/personificación de Dios;
fuerzas históricas y naturales
Caballos: Poder militar, invasión, rapidez
Mujer: Símbolo de un pueblo (judío, pagano,
Iglesia)
Cordero: Salvación, sencillez, humildad,
sacrificio de Jesús, Siervo de Yahveh
Bestia: El imperio romano, el emperador
Dragón: Serpiente, Satanás
León: Valentía, crueldad, rey de los animales
salvajes
Oso: Crueldad, fuerza
Águila: Libertad, alcance, reina de las aves
Toro: Fortaleza, rey de los animales domésticos
P. Behitman A. Céspedes
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Los colores en el Apocalipsis
Blanco: Victoria, gloria, pureza, gozo
Rojo: Sangre, violencia, homicidio,
venganza
Negro: Muerte, impiedad, mal
Verde: Muerte, cadáver en
descomposición, peste
Púrpura: Lujo, magnificencia real
Azul: Pureza, transparencia, color del
mar y del cielo.
Objetos en el Apocalipsis
Cinturón: Realeza, sacerdocio
Túnica talar: Sacerdocio
Corona: Realeza, poder, victoria
Palma: Victoria
Estrella: Ángel, poder, líder de la comunidad
Espada: Guerra, juicio
Trompeta: Alarma, mensaje, llamada de
atención, liturgia
Mirada: Juicio
Ojos: Sabiduría, conocimiento
Cuernos: Fuerza, poder
Alas: Movilidad, protección
Sellos: Secreto, importancia, pertenencia
Candelero: La comunidad, Israel
Oro: Calidad, preciosidad, valor
Piedras preciosas: Lujo, riqueza, belleza
Canas: Sabiduría, eternidad
Babilonia: Ciudad opresora del pueblo de Dios
Nueva Jerusalén: Nueva Sión, nuevo pueblo de Dios.
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
Introducción (1,1-8)
1. Las siete cartas a la Iglesias (1,9-4,11)
2. Los siete sellos (5,1-8,1)
3. Las siete trompetas (8,2-14,5)
4. Las siete copas (14,6-19,20)
5. Las siete visiones (19,9-22,5)
Epílogo (22,6-21)
Estructura / Contenido del Apocalipsis
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
El prólogo, con el epílogo, forma
una inclusión, y da a toda la
obra una atmósfera de
serenidad y confianza.
Introducción (1,1-8)
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
†Son siete cartas dirigidas a siete iglesias que, por el
número, simbolizan a la Iglesia universal.
†El autor intenta reconfortar y animar a sus comunidades, a
las que indica sus cualidades y defectos y les invita a
recordar su amor primero, a corregir sus defectos y a dar
testimonio en medio del mundo que les persigue.
†El septenario concluye con una liturgia celestial (4,1-11), en
la cual la creación (los cuatro animales), y el pueblo de Dios
(los 24 ancianos) cantan la gloria y el poder de Dios que
triunfará plenamente.
Las Siete Cartas a las Iglesias (1,9-4,11)
ELEMENTOS ÉFESO ESMIRNA PÉRGAMO TlATIRA SARDES FlLADELFIA LAODICEA
1 . ¿A quién? Las siete cartas se dirigen al Ángel de la Iglesia, que representa al animador de la comunidad.
2. ¿Quién habla? Todas las siete cartas afirman ser Palabra de Jesús: "Esto dice el Señor".
3. ¿Qué
títulos lleva
Jesús?
- El que tiene
las siete
estrellas.
- El primero y
el último. El
que estuvo
muerto y
revivió.
- El que tiene la
espada de dos
filos.
- El Hijo de Dios,
cuvos o¡os son
como llama de
fuego y cuyos pies
parecen metal.
- El que
tiene siete
espíritus de
Dios y las
siete
estrellas.
-El santo, el
verdadero, el
que tiene la
llave de
David.
- El Amén,
el Testigo
Piel y Veraz,
el principio
de la
Creación
4. Positivo en
la
Comunidad
- Es paciente,
no tolera a los
malos. Puso a
prueba a los
falsos
apóstoles. Es
constante.
-Soporta
tribulación,
pobreza y
calumnias. No
se acobarda.
- Fiel a Jesús. - Amor, fe, pa-
ciencia y servicio.
- Hay pocos
con obras
que no han
manchado
sus
vestidos.
- Haber guar-
dado la Pa-
labra de Dios.
Ser fiel.
5. Negativo
en la
Comunidad
- Ha perdido
el amor del
inicio.
- Tolera la
idolatría de
Balaam y a los
Nicolaitas
-Inmoralidad. –
Comen carne de
ídolos.
-No hacen
obras
perfectas.
Dormidos
Mediocres:
ni frío ni
caliente
6. Invitación - Cambiar de
actitud. Como
antes.
- Sé fiel hasta
la muerte.
-Cambia de
conducta
- Conserva intactos
tus valores.
-
Permanecer
alerta.
Cambien de
conducta.
- Conserva lo
que tienes.
- Mira que
estoy a la
puerta y
llamo
7. Promesa - Comerá del
árbol do la
vida.
- Le daré la
corona dula
vida.
- Te daré maná
misterioso y
una piedreci-ta
blanca en
donde grabarás
un nombre
nuevo.
- Le daré el poder
sobre las naciones.
Le daré el lucero
del alba.
- Te haré co-
lumna del
templo. Y
grabaré el
nombre de
Jesús en tu
vida.
-Sentarse
junto al
trono de
Jesús.
P. Behitman A. Céspedes
behitman.cespedes@ucp.edu.co
El estar sellado indica la importancia del contenido del
libro y la necesidad de romper los sellos para poder conocer
este contenido.
Este libro contiene el plan de Dios sobre la historia.
Solo Cristo es capaz de romper estos sellos, es decir, de
revelar el sentido de la historia. Cristo pone en marcha de
manera definitiva el plan de Dios en la historia y revela su
significado más profundo.
Junto al papel de Cristo, también se revelan estos
aspectos de la historia:
Septenario de los sellos (5,1-8,1)
1. La acción liberadora de Dios encuentra en la historia unas fuerzas
negativas que intentan contrarrestar la acción de Dios (quinto sello:
6,9-11).
2. Pero la persecución no es la última palabra de Dios sobre la historia.
Cristo es el auténtico Señor, por tanto, el bien acabará triunfando
sobre el mal (sexto sello: 6,12-17).
3. Mientras tanto los males que azotan este mundo no van dirigidos
contra los creyentes. Dios preserva a sus fieles del castigo (séptimo
sello: 7,1-8).
4. En esta situación le toca a la comunidad mantenerse fiel a los
valores del Cordero degollado, aun a costa de la propia vida, del
martirio, y confiar en la salvación final de Dios, que los mártires viven
ya anticipadamente (7,9-17)
Septenario de los sellos (5,1-8,1)
Es el septenario central del Apocalipsis; por eso es el más
desarrollado, ya que constituye el corazón de la revelación que Juan
quiere comunicar a sus comunidades.
Con el símbolo de las trompetas se llama a la movilización de los
cristianos en un momento decisivo de la historia.
Las siete trompetas anuncian las desgracias que aguardan al mundo
si se cierra a la llamada de Dios a la conversión.
Las plagas anunciadas en las seis primeras trompetas indican que
los males del mundo no son fruto de la arbitrariedad de Dios, sino
una llamada a la conversión.
En medio de la lucha el pueblo cristiano sigue siendo protegido por
Dios.
Septenario de las trompetas (8,2-14,5)
Así, el Apocalipsis nos descifra lo fundamental de nuestra historia,
desenmascarando las fuerzas demoníacas que, con la mentira,
quieren engañar a los cristianos.
Pone al descubierto las fuerzas aliadas de Satanás: La Bestia del
mar (la Roma todopoderosa políticamente); la Bestia de la tierra (el
falso profeta), símbolo de la propaganda religiosa y de las ideologías
al servicio del imperio.
El Dragón y sus dos acólitos expresan el peligro para los cristianos
de un estado totalitario y despótico, como el de Roma en tiempos de
Domiciano.
Pero, aunque el poder del Imperio parece inconmovible, se termina
el septenario con una liturgia celestial (14,1-5), cántico triunfal de los
que siguen al Cordero.
Septenario de las trompetas (8,2-14,5)
Este septenario concluye el núcleo central del Apocalipsis.
El castigo no solo aumenta, sino que se convierte en el
castigo definitivo de la Bestia del mar, que no se ha
convertido.
El símbolo de las copas es clásico en los profetas (Cf. Is
51,17.22; Jr 13,13). Significan los castigos y la ruina definitiva
que esperan a los imperios que no aceptan el señorío de
Dios.
Pero, aquí también es claro que el Juicio no es nunca la
palabra definitiva de Dios sobre la historia y por eso el
septenario se enmarca en un tono positivo: Comienzo de la
visión inaugural del septenario y la liturgia celestial con la que
concluye.
Septenario de las copas (14,6-19,8)
Este septenario muestra cómo llegará a su plenitud la
dinámica de la actuación de Dios en el mundo.
Al formar inclusión con el septenario de las cartas se subraya
que todo el libro se refiere al presente de la Iglesia y no
simplemente al fin del mundo.
Aparece la Iglesia triunfante que ya ha llegado a su plenitud
(21,1-22,5), venciendo definitivamente las fuerzas del mal.
Dos aspectos se destacan en este septenario:
1. Encadenamiento de Satanás durante un tiempo muy largo (el
tiempo de la Iglesia en el cual el Evangelio puede ser vivido).
2. La nueva creación, la Jerusalén celestial y el Paraíso (21,1-22,5).
Las siete Visiones finales (19,9-22,5)
Esto nos aguarda al final de los tiempos, cuando se manifieste plenamente
el señorío de Dios venciendo a Satanás.
Construida en paralelismo con la introducción (1,1-
8), refuerza que lo dicho por Juan es digno de
crédito (22,6).
Vuelve a resonar el tono profético del libro (22,6-7)
y el anhelo de la venida de Jesús, que ya está
cerca.
Se insiste en la importancia de optar por Dios o por
Satanás, pues de eso depende la salvación o la
condenación.
La conclusión o epílogo (22,6-21)
Sí, estoy a punto de llegar.
¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!
En esos momentos difíciles, el autor nos quiere revelar:
1. Que el plan de Dios, aunque pase momentos duros,
persecución, termina siempre en el triunfo. ¡Hay que esperar
un poco!
2. Que el Imperio Romano con toda su fortaleza no durará
para siempre, tendrá su fin. Dios le hará un juicio y lo
condenará.
3. Que los que se mantienen fieles a Jesucristo, el Hijo del
Hombre, el Alfa y Omega, el Cordero degollado (títulos
cristológicos) tendrán una nueva vida.