El regreso a la Democracia:
Presidencia de Raúl Ricardo Alfonsín
Biografía:
Raúl Ricardo Alfonsín fue el mayor de los 6 hijos de
Raúl Serafín Alfonsín y Ana María Foulkes. Su padre
era un reconocido comerciante minorista radicado en
Chascomús, una pequeña ciudad de entorno agrícola-
ganadero a 120 kilómetros de Buenos Aires.
Era descendiente de españoles y alemanes por su padre -su
abuelo paterno, Serafín Alfonsín Feijó, era un inmigrante
gallego4 y su abuela paterna de origen alemán,5 y de galeses
por parte de su madre.
Realizó sus estudios primarios en la Escuela Normal Regional
de Chascomús y los estudios secundarios en el Liceo Militar
General San Martín, de donde egresó con el grado de
subteniente de reserva. Tuvo como compañeros de clase a
Leopoldo Galtieri y Albano Harguindeguy.
Estudió Ciencias Jurídicas en la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires recibiéndose de abogado en
1950.
Vida Política
1946: se afilia a la Unión Cívica Radical.
Junio 1955: es detenido tras los
bombardeos a la Plaza de Mayo, junto con
un grupo de simpatizantes radicales.
1957: al dividirse el radicalismo, Alfonsín
sigue a Ricardo Balbín.
Vida Política
1958: es electo diputado provincial en la legislatura
bonaerense
1963: diputado nacional por Buenos Aires.
1965: preside el Comité bonaerense del radicalismo.
1966: es arrestado por el gobierno
de Onganía, tras convocar a una
conferencia de prensa oponiéndose
al golpe.
Candidatos de la Elección de 1983.
Ítalo Argentino Luder. (Justicialismo)
El opositor de Alfonsín en
la interna Radical fue
Fernando de la Rúa.
Raúl Ricardo Alfonsín. (U.C.R.)
Elecciones de 1983
Las elecciones se realizaron
el 30 de octubre de 1983
y Alfonsín triunfó obteniendo
el 51,7% de los votos
frente al 40,1% del
peronismo.
Principales Objetivos del Gobierno de
Alfonsín.
La consolidación de la Democracia
La Relación con las Fuerzas Armadas.
Alfonsín fue una de las personalidades que
fundaron la Asamblea Permanente por los
Derechos Humanos (APDH). Esta asociación
fue la primera creada en Argentina para
hacer frente a las violaciones sistemáticas
de los derechos humanos que en aquella
época comenzaron con la actividad de la
Alianza Anticomunista Argentina (AAA o
"Triple A")
Su gobierno
El gobierno de Alfonsín tenía detrás de sí
una fuerza nueva: la civilidad que había
votado su propuesta de construir un Estado
de Derecho, al cual los poderes corporativos
(FF.AA., Iglesia y Sindicatos) deberían
someterse y consolidar un sistema político
que resolviera los conflictos de una manera
pacífica, ordenada, transparente y
equitativa
El gobierno de Alfonsín debió enfrentar el
problema de la transición a la democracia
en un país con una larga tradición de
gobiernos militares que había llegado al
terrorismo de estado y la guerra.
Actos de Gobierno
Alfonsín sancionó los decretos 157/83 y 158/83. Por
el primero se ordenaba enjuiciar a los dirigentes de las
organizaciones guerrilleras ERP y Montoneros;
por el segundo se ordenaba procesar a las tres juntas
militares que dirigieron el país desde
el golpe militar del
24 de marzo de 1976
hasta la Guerra de las Malvinas.
El 20 de septiembre de 1984 la CONADEP
produjo su conocido informe titulado Nunca
Más y concurre a entregarlo al presidente
Alfonsín acompañada de una multitud de
70.000 personas.
La Amenaza de las F.F.A.A.
El gobierno de Alfonsín estuvo
permanentemente amenazado por sectores
de las Fuerzas Armadas que se negaban a
aceptar el enjuiciamiento por violaciones a
los derechos humanos durante el régimen
militar anterior.
Le exigió al Congreso que sancionara la Ley
de Punto Final imponiendo un plazo de 60
días para procesar a acusados de delitos de
lesa humanidad cometidos durante el
gobierno militar.
La Ley de Punto Final no fue suficiente y en la
Semana Santa de 1987 se produjo una gran
rebelión militar compuesta mayoritariamente
por jóvenes oficiales que se denominaron
“carapintadas” dirigidos por el teniente coronel
Aldo Rico.
Durante varios días el país estuvo al borde de
la guerra civil. Alfonsín, anunció al público
reunido en la Plaza de Mayo, desde la Casa de
Gobierno, el envío de tropas leales para exigir a
los rebeldes que depusieran su actitud. Poco
después habría de darse cuenta que esas
tropas, en los hechos, no existían.
Para evitar la Guerra Civil, Alfonsín
concurrió el 30 de abril personalmente a
Campo de Mayo a reducir a los insurrectos.
Horas después anunció, que los amotinados
habían depuesto su actitud, con un discurso
a la multitud reunida en la Plaza de Mayo,
que provocó rechazo en muchos, porque
definió
a los rebeldes como Héroes de Malvinas y al
terminar el discurso con un saludo de
¡Felices Pascuas (...) la casa está en orden y no
hay sangre en la Argentina!
Los Levantamientos Militares
El primero de los levantamientos carapintada tuvo
lugar en la Pascua de 1987, en protesta contra las
acciones judiciales llevadas a cabo por el gobierno
contra los responsables de los delitos y violaciones a
los derechos humanos cometidos durante el
autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
El grupo de rebeldes se se acantonó en la Escuela de
Infantería de Campo de Mayo.
Alfonsín marchó a Campo de Mayo
para exigir la rendición, en lo que se le
cuestionaría luego como un acto de
debilidad política. A su regreso, desde el balcón de la
Casa Rosada, anunciaría la capitulación de los
amotinados.-
Aldo Rico fue el responsable del segundo
acto de rebelión, que tuvo lugar en enero de
1988 en la localidad correntina de Monte
Caseros.
Caridi, soldado leal al gobierno actuó al
frente del Segundo Cuerpo de Ejército, hizo
frente a las tropas insurrectas, que se
rindieron sin presentar batalla.-
El tercero y último de los alzamientos durante el
gobierno de Alfonsín tuvo lugar el 1 de diciembre
de 1988, cuando unos 45 oficiales de la unidad
«Albatros», un cuerpo de elite de la Prefectura
Naval Argentina saqueó de armas el arsenal de las
dependencias de Prefectura en Zárate, provincia
de Buenos Aires, y se rebeló. Alfonsín consideró el
problema menor, al no provenir del Ejército sino
de una fuerza de menor importancia, pero los
rebeldes se trasladaron a la Escuela de Infantería
de Campo de Mayo, donde se sumaron a un grupo
de militares que nuevamente coparon el cuartel.
Su líder era el entonces coronel Mohamed Alí
Seineldín, cabeza de la facción carapintada.
El tercero y último de los alzamientos durante el gobierno de Alfonsín
tuvo lugar el 1 de diciembre de 1988, cuando unos 45 oficiales de
la unidad «Albatros», un cuerpo de elite de la Prefectura Naval Argentina
saqueó de armas el arsenal de las dependencias de Prefectura en Zárate,
provincia de Buenos Aires, y se rebeló. Alfonsín consideró el
problema menor, al no provenir del Ejército sino de una fuerza de
menor importancia, pero los rebeldes se trasladaron a la
Escuela de Infantería de Campo de Mayo, donde se sumaron a
un grupo de militares que nuevamente coparon el cuartel.
Su líder era el entonces
coronel
Mohamed Alí Seineldín,
cabeza de la facción
carapintada.
Caridi movilizó rápidamente las tropas leales, rodeando
rápidamente la guarnición de Campo de Mayo, luego de
un combate de morteros donde un miembro rebelde fue
herido de muerte, Seineldín huye clandestinamente a
Villa Martelli.
Varios otros grupos declararon su apoyo a los
carapintadas en la provincia de Buenos Aires, la rebelión
más importante fue la del Batallón de Logística 10 de
Villa Martelli, en la periferia del Gran Buenos Aires.
Acantonados allí, el 4 de diciembre anunciaron sus
exigencias:
la destitución de Caridi, la extensión de la ley de
Obediencia Debida a todo el personal militar excepto los
miembros de la Junta, amnistía para los procesados por
los alzamientos anteriores, e impunidad para todos los
participantes en éste excepto Seineldín.
Caridi fue pasado a retiro, y las exigencias
militares de incrementos presupuestarios y
salariales fueron atendidas.
Por este motivo muchos lo culparon a Alfonsín de
Débil.
Las Medidas Económicas
La situación económica y social en la que Alfonsín
asumió el gobierno era realmente desfavorable, interna
y externamente.
Su primer ministro de Economía fue Bernardo Grispun,
cargo que desempeñó hasta 1985.
Al asumir el cargo de Ministro de Economía, la
Argentina enfrentaba una seria crisis de la deuda
externa que se extendía a los principales países de
América Latina.
Medidas Económicas
Internamente, la deuda externa argentina había
pasado de 7.875 millones de dólares al finalizar
1975, a 45.087 millones de dólares al finalizar
1983.
Por otro lado el retraso salarial y la pobreza, que
había aumentado del 5% en 1975 al 37% en
1982.-
Se implementó el P.A.N.
El Plan Austral
En febrero de 1985 Alfonsín remplazó a Grinspun
por Juan Vital Sourrouille
con el fin de implementar una
política económica que atacara
frontalmente la inflación.
El 14 de junio Alfonsín y Sourrouille
anunciaron por televisión la puesta en marcha del
Plan Austral, por el que se creaba una nueva moneda,
el Austral, se congelaban todos los precios de la
economía, y se establecía un mecanismo de
"desagio" para desindexar los contratos.
El desfinanciamiento crónico del Estado ya no podía
ser resuelto ni recurriendo a los fondos de pensiones, ni
por el endeudamiento interior y exterior, ni por la
emisión monetaria.
Resultados: El plan logró el objetivo de reducir la
inflación de un día para el otro (en los primeros meses de
aplicación la inflación rondó el 2% mensual) con lo que el
gobierno logró recuperar mucho de su popularidad
inicial.
Hacia mediados de 1986 se inició una fase de
descongelamiento gradual de precios; en ese período
la inflación tuvo un ligero incremento, llegando hasta el
5% mensual. La situación desmejoraría notablemente al
aumentar fuertemente el tipo de interés internacional y
reducirse nuevamente el precio de las materias
primas, que llevaría hacia fines de 1987 a una nueva
crisis macroeconómica vía restricción externa.
Sourrouille renunció su cargo de Ministro de Economía
en marzo de 1989.
Otras Medidas de Gobierno
Traslado de la capital: Se trataba de un ambicioso proyecto, el cual
es conocido como Proyecto Patagonia, cuyo fin era descentralizar el
poder político y económico del país, excesivamente concentrado en el
Gran Buenos Aires, promoviendo también el poblamiento de la
Patagonia.
El proyecto tuvo enorme
rechazo de los sectores ligados
a los intereses políticos y
económicos de la ciudad de
Buenos Aires y de los medios de
comunicación porteños, los cuales
lo tildaban de "costoso",
"faraónico" e "innecesario".
“Ley Mucci"
Como Alfonsín había denunciado la existencia de un
pacto Militar-Sindical, propuso la "ley Mucci", con el
objetivo de incluir a las minorías en los organismos
de dirección de los sindicatos. El proyecto fue
aprobado por la Cámara de Diputados pero
rechazado por la Cámara de Senadores, dominada por
la oposición peronista que controlaba la CGT.
Pero el proyecto tuvo el efecto de unir rápidamente a
todos los sectores sindicales, y establecer una lógica
de confrontación entre el gobierno radical y los
sindicatos, que se expresará en 13 huelgas generales
organizadas por la CGT.
Estas huelgas fueron calificadas como políticas, ya
que al estar la CGT controlada por el peronismo, la
huelga general era un instrumento que utilizaba el
Partido Justicialista para entorpecer la acción del
gobierno radical.
Los dos países estuvieron haciendo
aprestamientos para la guerra.
El Papa presentó una segunda propuesta de
solución. Alfonsín estimó necesario entonces
cerrar el conflicto aceptando la propuesta del
Vaticano.
Alfonsín firmó en el Vaticano el 23 de enero de
1984 una Declaración Conjunta de Paz y
Amistad en la que los dos países se
comprometían a alcanzar una solución “justa y
honorable” para el conflicto, “siempre y
exclusivamente por medios pacíficos”.
Ello llevó a Alfonsín a tratar de crear un fuerte
consenso interno que le permitiera aprobar la
propuesta del Vaticano y al mismo tiempo evitar el
fortalecimiento de los militares golpistas en ambos
países. Existía el peligro cierto de que la mayoría
peronista en el Senado, presionada por la exigencia de
defender la soberanía, rechazara la propuesta del
papa Juan Pablo II.
Primero redactó un Acta de Coincidencias entre los
partidos políticos que se firmó el 7 de junio de 1984, e
incluyó un punto estableciendo que debía aceptarse la
propuesta que hiciera el Vaticano. El Acta fue firmada
por 16 partidos políticos, incluido el
peronismo, siendo rechazada solo por 4.-
La Consulta Popular
Fundamentalmente Alfonsín buscó generar un
sólido consenso interno mediante una consulta
popular no vinculante, pero que presionara a los
senadores.
El Adelanto de las Elecciones.
Fin del mandato
Alfonsín debía terminar su mandato el 10 de
diciembre de 1989. Sin embargo, por razones
electorales vinculadas a la grave situación
económica, decidió adelantar considerablemente
la fecha de las elecciones estableciéndolas el 14
de mayo, casi siete meses antes de la entrega del
mando. Alfonsín, en el futuro, calificaría como
"un error tremendo" de su parte, haber
adelantado las elecciones de esa manera.
Los candidatos
Los dos candidatos con posibilidades de
resultar elegidos eran el radical.
Eduardo Angelóz, por la Unión
Cívica Radical,
y el peronista Carlos Menem,
por el Partido Justicialista.
La Hiperinflación
Hasta enero de 1989 la posibilidad de que la
Unión Cívica Radical volviera a ganar las
elecciones tenía un serio fundamento en las
encuestas electorales. Sin embargo, a partir de
febrero, el proceso hiperinflacionario destruyó
toda posibilidad de triunfo.
Las elecciones se realizaron en medio del
proceso hiperinflacionario y en un clima de
desorden y saqueos. El 14 de mayo Carlos
Menem triunfó con el 47% de los votos, frente a
32% del candidato radical.
En ese mismo mes la inflación alcanzó el 78%
mensual y la pobreza comenzó a crecer de modo
exponencial: en mayo era del 25% y en octubre
del 47%.
Los saqueos
La extrema pobreza…
El desabastecimiento…
Las presiones de las grandes empresas…
Generaron saqueos de supermercados y
almacenes.
El Fin del Constructor de la
Democracia.
Falleció a los 82 años, el 31 de marzo de 2009,
debido a un cáncer de pulmón y luego que su salud
se viera agravada, en sus últimos días, por una
neumonía broncoaspirativa.
Las Exequias
El Gobierno de Argentina decretó tres días de duelo nacional
por el fallecimiento y sus restos fueron velados desde
primeras horas del 1 de abril de 2009 en el Salón Azul del
Congreso Nacional al que concurrieron además de
autoridades y políticos de distintos partidos un número
aproximado de 80.000 personas que debió esperar en fila
entre cinco y seis horas.
La frase del preámbulo de la Constitución
Nacional que el solía repetir durante la campaña
presidencial está grabado sobre un mármol,
como reseña de sus intenciones y legado:
"... Con el objetivo de constituir la unión nacional,
afianzar la justicia, consolidar la paz interior,
proveer
la defensa común, promover el bienestar general y
asegurar los beneficios de la libertad para nosotros,
para nuestra posteridad y para
todos los hombres del mundo
que quieran habitar el suelo
argentino..."
El presidente estadounidense Barack Obama
envió a Cristina Fernández una carta en donde
escribía
"El Presidente Alfonsín fue una figura fundacional en
la consolidación de la democracia en América latina.
Nos unimos a los que a lo largo de América expresan
su respeto y estima por su integridad y su
compromiso con los principios democráticos y los
derechos humanos".