1. RACIONALISMO:
El racionalismo (del latín, ratio, razón) es una corriente filosófica que se desarrolló en Europa continental durante los
siglos XVII y XVIII, formulada por René Descartes, que se complementa con el criticismo de Immanuel Kant, y que es el
sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el
empirismo, que resalta el papel de la experiencia sobre todo el sentido de la percepción.
El racionalismo ha aparecido de distintas formas desde las primeras etapas de la filosofía occidental.
El racionalismo se identifica ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico francés del siglo XVII René
Descartes, quien creía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias y también de la filosofía. Mantenía
que sólo por medio de la razón se podían descubrir ciertas verdades universales, evidentes en sí, de las que es posible
deducir el resto de contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran
innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por otros filósofos europeos, como el
holandés Baruch Spinoza y el pensador y matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los
empiristas británicos, como John Locke y David Humé, que creían que todas las ideas procedían de los sentidos.
El racionalismo sostiene que la fuente de conocimiento es la razón, defiende las ciencias exactas, en concreto las
matemáticas y dice que posee contenidos innatos, es decir, ya nacemos con conocimientos, solo tenemos que
"acordarnos" de ellos. Usa el método deductivo como principal herramienta para llegar al verdadero conocimiento.
El racionalismo epistemológico ha sido aplicado a otros campos de la investigación filosófica. El racionalismo en ética es
la afirmación de que ciertas ideas morales primarias son innatas en la especie humana y que tales principios morales son
evidentes en sí a la facultad racional. El racionalismo en la filosofía de la religión afirma que los principios fundamentales
de la religión son innatos o evidentes en sí y que la revelación no es necesaria, como en el deísmo. Desde finales del
siglo XIX, el racionalismo ha jugado un papel antirreligioso en la teología.
RENE DESCARTES (1596-1650)
La Haye, Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650) Filósofo y matemático francés. René
Descartes se educó en el colegio jesuita de La Flèche (1604-1612), donde gozó de un cierto trato
de favor en atención a su delicada salud. Obtuvo el título de bachiller y de licenciado en derecho
por la facultad de Poitiers (1616), y a los veintidós años partió hacia los Países Bajos, donde
sirvió como soldado en el ejército de Mauricio de Nassau. En 1619 se enroló en las filas del
duque de Baviera; el 10 de noviembre, en el curso de tres sueños sucesivos, René Descartes
experimentó la famosa «revelación» que lo condujo a la elaboración de su método.
=='''RESUMEN DE LAS MEDITACIONES METAFÍSICAS DE RENÉ DESCARTE'''S==
Las meditaciones metafísicas de Descartes tienen como principal objetivo la demostración de Dios mediante
razonamientos lógicos y de definir las bases del conocimiento del momento con el fin de disponerlo sobre unas bases
más sólidas de las que había hasta entonces. Descartes también estudiará la naturaleza dual del hombre compuesta por
la “res cogitans” (pensamiento) y la “res extensa” (cuerpo). En resumen y en palabras del autor, podríamos decir que
Descartes busca encontrar “la verdad” de las cosas a través de la razón.
Meditación primera
En esta primera meditación Descartes se plantea la duda principal y la que conlleva todo el desarrollo posterior.
Descartes vio que afirmar o negar todas las verdades individualmente sería una idea estúpida e inútil. Sin embargo, se
percató de que todos los conocimientos que había adquirido a lo largo de su vida se basaban en los sentidos. Por eso se
planteó: ¿puedo fiarme de los sentidos? No, puesto que si he podido comprobar que a veces me han engañado, quién
me dice que no lo hacen siempre. Otra observación que lo llevo a la duda fue el hecho de que no pudiera distinguir el
sueño de la vigilia. Todo esto llevó a Descartes a pensar si realmente, este Dios que el tanto quiere demostrar, quiere
que vivamos en un mundo de engaño y mentira. Pero esto no es posible, puesto que Dios es bondad suprema y no sería
coherente que quisiera que fuéramos engañados. Así pues, llega a la conclusión de la posibilidad de la existencia de un
genio maligno, que mediante trampas nos lleva al error.
Meditación segunda
Una vez destruidos todos los conocimientos que había adquirido durante su vida, busca volverlos a reconstruir mediante
un patrón fiable y de mucha más solidez. Para encontrar algo 100% fiable, Descartes busca entre las funciones del alma,
pues las tareas que necesitan del cuerpo no pueden afirmarse puesto que no podemos demostrar la existencia de tal
cuerpo. Descartes llega a la conclusión de que si piensa, existe (“cogito ergo sum”). Con esto ya ha encontrado la verdad
absoluta y ya ha demostrado la existencia del espíritu. Luego el cuerpo no es más que el medio que usa el alma para
interactuar con el mundo material creado por Dios.
2. Meditación tercera
En esta tercera meditación, Descartes demuestra la existencia de Dios. ¿Cómo demostramos su existencia? Los
humanos son una sustancia, pero una sustancia pensante, una sustancia que desea, si desea es porque le falta algo, si
le falta algo es porque hay algo mejor, completo, perfecto. ¿Cómo sabemos que nosotros no somos seres perfectos?
Porque nosotros, aunque captemos las cualidades de los objetos, no sabemos si realmente estas cualidades son las
auténticas o si simplemente son aproximaciones nuestras, distintas seguramente a las que realmente son de su
naturaleza. Descartes distingue entre dos tipos de cualidades: las primarias y las secundarias. Las primarias son las que
captamos a través de la razón y las secundarias a través de los sentidos; por lo tanto, las cualidades primarias son claras
y distintas, mientras que las secundarias nos pueden llevar al error. Aun pensando que fuéramos seres perfectos y
autosuficientes, se nos plantea la duda de quién nos creó. El cuerpo evidentemente nace de un parto y lo explica la
biología; lo que nos falta es quién crea el alma (“res cogitans”). Evidentemente debe venir de un ser superior, Dios; sólo
Él es capaz de unir al cuerpo una alma. Y así queda resuelto el segundo argumento de la existencia de Dios. Aun así nos
faltaría saber cómo adquirimos la idea de la existencia de Dios. Como evidentemente no puede percibirse a través de los
sentidos, nos percatamos de que sólo Dios mismo nos pudo introducir esa idea de forma natural.
Meditación cuarta
Habiendo demostrado la existencia de Dios hemos apreciado también que nosotros somos imperfectos, una imperfección
que se demuestra a la hora de realizar juicios. No podemos saber si algo es cierto o no, pero si Dios es perfecto el
engaño y el fraude son imperfectos, lo que nos lleva a pensar que no pueden proceder de Dios. Aunque nosotros, a
través de la razón, podemos distinguir entre lo verdadero y lo falso, también muchas veces hemos sido inducidos al error.
Pues siendo producto de Dios, como somos, ¿cómo es posible que seamos imperfectos? Cuando queremos distinguir
entre lo verdadero y lo falso usamos el entendimiento y la voluntad. El entendimiento nos permite captar nuestro entorno
pero no afirma ni niega nada; por lo tanto el error tiene que proceder de la voluntad, al ser más amplia realiza juicios
sobre cosas que no conoce, llevándonos al error. Para no caer en el error debemos usar la razón antes que la voluntad.
Dios nos proporcionó la “herramienta” de la voluntad y nosotros le hemos dado un mal uso. Para realizar buenos juicios
debemos ver si la idea viene de Dios y es clara y distinta, pues será verdadera, y debemos evitar ideas confusas
probablemente creadas por un genio maligno.
Meditación quinta
En esta meditación Descartes vuelve a demostrar la existencia de Dios a base de razonamientos matemáticos e incluso
vuelve a demostrar la esencia de las cosas materiales. Dice que nosotros percibimos la esencia de los objetos, de tal
manera que sin haber visto un paralelogramo cuadrilátero cualquiera, podemos tener una idea clara de tal figura. De la
misma manera nosotros tenemos una idea de la esencia de Dios: la fe, y es una idea clara y distinta; además Dios es
perfecto y cómo una cosa puede ser 100% perfecta: existiendo. No puede haber luz sin oscuridad de la misma manera
que no puede haber la perfección y no existir.
Meditación sexta
Esta es la última meditación de Descartes en “Meditaciones Metafísicas”. En esta última meditación se une todo lo
adquirido en las anteriores para definir finalmente el dualismo cartesiano. Descartes piensa que el hombre a través de la
“res extensa” (cuerpo) tiene percepciones y sentimientos. La “res cogitans” (alma) piensa, reflexiona, razona, imagina...
pero necesita de un cuerpo para interactuar/unir el alma con el mundo exterior. Evidentemente será también tarea del
cuerpo toda decisión que afecte al cuerpo. No comemos ni bebemos por voluntad, sino por necesidad; dicho de otra
forma, las reacciones emocionales dependen del cuerpo.
Según Descartes, el hombre es la unión de la “res cogitans”, que concibe las propiedades primarias de los objetos a
través de la razón, y la “res extensa”, que se encarga de las propiedades sensoriales y emocionales para transmitirlas a
la “res cogitans”. Luego la pregunta que surge es: ¿podrían existir cuerpo y alma por separado? Según Descartes, sí,
podrían, pero no se da el caso. Pero si tenemos en cuenta que ambos son ideas claras y distintas cabe pensar que sí es
posible. Pero, ¿cómo sabemos que cuerpo y alma son sustancias distintas? Para empezar el cuerpo es un mecanismo
muy complejo que está adaptado a ciertas tareas y sin la “res cogitans” sólo es capaz de sobrevivir. Por otro lado el
espíritu es indivisible, uno y único. Si cortas los brazos a un hombre el espíritu sigue siendo el mismo. Con esto vemos
que cuerpo y alma son dos sustancias distintas unidas para crear al hombre, pero existentes independientemente.
Cuerpo y alma experimentan un mutualismo donde el alma se encarga de reflexionar, pensar, y el cuerpo, puro
mecanismo, de unir el alma con el mundo.
3. Leibniz (1646-1716)
EL pensamiento de Leibniz es claramente ecléctico. En su obra pueden encontrarse críticas a
Descartes y a Spinoza con el objeto de descartar aquellos aspectos difíciles de conciliar en una
síntesis que funcione la escolástica y el cartesianismo.
La unidad de los espíritus
Condicionado por el contexto histórico (se buscaba en Europa un "equilibro de fuerzas", basado
principalmente en le conflicto), la unidad de los espíritus, respetando su pluralidad, será una
preocupación central del proyecto filosófico de Leibniz. El nuevo orden que propone se basa en
la idea de armonía en donde intereses contrapuestos pueden complementarse solidariamente. Al
igual que Descartes y Spinoza, propone una unificación de todas las ciencias, pero su intención
va más allá: la unificación de la ciencia abrirá el camino a la unificación de los espíritus
Racionalismo
El método de Leibniz tiene también las características deductivo-matemáticas características del racionalismo. El objetivo
de su mate matización es la de analizar términos complejos para llegar a otros más simples e indefinibles, los cuales
serían simbolizados al punto de crear un lenguaje universal que (al ser utilizado mediante claras reglas deductivas),
impediría la aparición de nuevas teorías.
Innatismo
Contrariamente a Locke intentará probar la existencia de ideas innatas. De acuerdo a su proyecto filosófico, estas ideas
serían las "semillas" que permitirían llegar a un acuerdo entre todos los hombres.
Monadología
La doctrina de la mónada, anula la distinción prevista por Descartes respecto a la extensión y el pensamiento y propone
una multiplicidad infinita en el universo. Se dirá pues que, habiendo múltiples substancias compuestas, cada una de ellas
se compone, de otras substancias.
La Monadología
"Cada porción de la materia puede ser concebida como un jardín lleno de plantas y un estanque lleno de peces. Pero
cada rama de un a planta, cada miembro de un animal, cada gota de sus humores, es todavía un jardín o un estanque..."
Leibniz critica el concepto cartesiano de "cuerpo" o substancia corpórea. Postula, en cambio, que las substancias
compuestas son divisibles. Sin embargo, esta divisibilidad no es infinita, al llegar a sus últimos elementos o partes ya
indivisibles, ya no hay extensión, ni figura, ni divisibilidad. Estos elementos simples son también substancias (átomos de
la Naturaleza), es decir unidades: mónadas.
Las mónadas son pues, fuerzas primitivas, simples, inextensas e impenetrables y por todo ello, la actividad es interior y
"anímica". Podría decirse pues, que toda mónada es un "alma", aunque en la mayoría de las mónadas la porción no es
consiente porque hay una multitud de pequeñas percepciones y un estado general de "embotamiento". La conciencia
(junto con la sensación y memoria) aparecerá en los animales y en el hombre, existirán además la razón y la
autoconciencia.
La armonía
A diferencia de Spinoza Leibniz no verá en éste un mundo necesario sino uno de los tantos posibles de concebir en la
mente divina. No es posible, por lo tanto, deducir la existencia del mundo, es algo contingente (no necesario), y una
verdad "de hecho". No es factible explicar por qué es así y no de otro modo. Entonces, de todos los mundos posibles,
Dios elije "el mejor".
Optimismo absoluto
Al concebir el mundo como "el mejor posible", es razonable esperar que deba reinar en él la más perfecta armonía.
Y en este mundo en perfecta armonía, los espíritus pueden hallar una armonía aún superior en la medida que son
también "imágenes de la divinidad y capaces de conocer el sistema del universo".
4. Spinoza (1632-1677)
La filosofía de Spinoza pretende una reforma del entendimiento, la religión y la política. Si se lo
tuviera que comprar con Descartes se diferencia de éste por haberse ocupado de la política,
excluyendo la problemática científica.
Spinoza se inspira en manuales de geometría euclidiana, lo cual revela su método: todo debe ser
reducido geométricamente a partir de la idea de Dios, la cual es una idea innata. Por otra parte,
en claro panteísmo, todo procede de Dios y todo permanece en él. La razón, es concebida como
meramente deductiva y matemática, aspecto en el cual es posible encontrar las mayores
similitudes respecto a Descartes.
Spinoza es quizá, un místico maravillado por la razón... o mejor, un racionalista inspirado en místicas intuiciones.
Naturaleza y Panteísmo
Deus, vive Substancia, sive Natura, la famosa formula de Spinoza expresa una noción de Dios diferente al de la
Escolástica e incluso a la de Descartes. Dios es la Naturaleza, la Naturaleza es un Todo, una sola Substancia. Las cosas
no son sino partes "inmanentes" del Todo.
El universo de Spinoza es pues, el panteísmo puesto que resurge en el la idea de la realidad como Totalidad infinita.
Mientras que para la escolástica, la substancia era concebida como un "substrato inerte", Spinoza la verá como
causalidad y fuerza. Por su parte Descartes había concebido las sustancias finitas como condenadas a un perpetuo
reposo, y había explicado su actividad deduciendo que el mundo de la extensión necesitaba que Dios lo ponga en
movimiento al tiempo que el pensamiento necesita el concurso de la voluntad. Lo que Spinoza hará es dotar de
dinamismo al esquema cartesiano de modo tal que identifica la extensión con el movimiento y el pensamiento con el
pensar.
De esta forma, la Substancia (o Naturaleza) es activa y creadora. El atributo (o lo que expresa la esencia de la sustancia)
del pensamiento genera ideas encadenadas entre sí que sintetizan una única idea de Dios. Y el atributo de extensión,
produce una serie también infinita de movimientos: El orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y la
conexión de las cosas
Monismo
Para Spinoza, todos los atributos se identifican entre sí, de manera tal que se evitan los problemas que surgen del
dualismo cartesiano, puesto que ya no tiene sentido preguntarse como es que actúan las cosas sobre la mente o
viceversa. En efecto, si hay una sola substancia, sus atributos, aunque sean infinitos, resultan en definitiva, un solo
atributo (puesto que proceden de la misma substancia). Así, a cada cosa le corresponde una idea y esa idea es su
"alma", por lo cual, todos los seres estarían animados en un grado diferente. El orden de las ideas, entonces, refleja el
orden de las cosas y se trata, además, de un orden necesario: como la necesidad dirige todo lo que sucede en la
Naturaleza, es que este puede ser expuesto en un orden geométrico. Sin embargo, debe observarse que esta
"necesidad" no implica una "finalidad". Spinoza considera la causa eficiente, más no la causa final, puesto que pensar
que las cosas acontecen para algo... no es más que un juego de la imaginación.
Imaginación y pasión
Spinoza dirá que el ser humano debe, ante todo, liberarse de la imaginación, pero ¿qué es la imaginación para Spinoza?
La imaginación es toda forma de conocimiento que, dependiendo del propio cuerpo (en cuanto que sufre la acción de
otros cuerpos exteriores) de modo tal que solo permita conocer la naturaleza de un modo parcial (fragmentado).
Toda clase de ilusiones proceden de la imaginación:
Errores teleológicos: creer que el mundo está al servicio del hombre
Errores axiológicos: creer que nociones como "belleza" y "fealdad", "mal" y "bien" permiten conocer la
Naturaleza.
Errores antropológicos: creer que el hombre mismo es una substancia. Si el hombre fuera "substancia", el mundo
estaría hecho para él y consecuentemente las cosas serían buenas o malas de acuerdo a si estas le convienen o
no.
La pasión surge también de la imaginación y esclaviza al hombre. El amor, la tristeza, la alegría o el odio, lo dominan y lo
convierten en esclavo de sus pasiones, sometiéndolo al curso del Universo.
Pensamiento y acción
Pero a través del pensamiento, el hombre puede conocer el mundo, esto significa producir sus propias ideas. De esta
forma, la mente abandona la pasividad, con lo cual, la actividad del alma no será sin parte de la actividad del atributo
infinito del Pensamiento. El alma humana se une a la Naturaleza, capta la Totalidad y ve ampliarse hasta el infinito su
propia fuerza y su propio poder.
El conocimiento de la Totalidad (o lo que es igual, el modo en como cada caso se integra a la Totalidad) es el
conocimiento adecuado. Por eso Spinoza dirá que la idea verdadera es la idea adecuada, difiere en este punto con
Descartas que hablará de la idea clara y distinta.
Misticismo
Cuando el alma humana se une a la Naturaleza surge una alegría sin límites puesto que el hombre en lo más profundo
de su ser es esfuerzo y deseo... poder y fuerza, y el esfuerzo es, antes que cualquier otra cosa, esfuerzo de conocer a
Dios, con lo que el poder del hombre se incremente y nace la alegría por este acrecentamiento del propio ser.