1. Trabajamos por una forma diferente de ver el mundo
PARA
INSTITUTO NACIONAL PARA CIEGOS
ESO NO
Para que sus relaciones con los ciegos
sean buenas... “ACTÚE ASÍ”
Por HERMAN VAN DYCK
Presidente de la
Federación Nacional de
Ciegos de Belgica
Versión Española
ONCE
Organización Nacional de
así
Ciegos de España
Eso no - Actúe
Adaptación
INCI
Instituto Nacional para Ciegos
Colombia
1
2. PARA
INSTITUTO NACIONAL PARA CIEGOS
Directora General
MARY LUCÍA HURTADO M.
Subdirectora General
PILAR LEMUS ESPINOSA
Secretario General
Instituto Nacional para Ciegos -INCI-
CARLOS RODRÍGUEZ ARANGO
Elaborado por:
Por HERMAN VAN DYCK
Presidente de la Federación Nacional de
Ciegos de Belgica
Producción y Mercadeo
YAMEL ALBERTO SKINNER V.
Carrera 13 No. 34-91
Tel.: (571) 570 15 55 Ext. 103
EDITORIAL INCI
Carrera 67 No. 12A-36
Telefax: 290 80 25
Reimpresión de 500 ejemplares.
Mayo 2007
Bogotá D.C., Colombia
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3. TABLA DE CONTENIDO
Prefacio 5
En la calle y en la circulación
Para cruzar la calle 7
Utilización de los medios de transporte 8
Cómo guiar a un ciego 9
Aceras y escaleras 10
El Ángel de la guarda 11
Consejos generales
Cómo mostrar un asiento 12
Dónde está. "Allí" 13
Dónde está mi abrigo 13
No hay palabras tabú 14
Para un contacto agradable
No hay que jugar a las adivinanzas 15
Los ciegos no son peligrosos 17
Al despedirse 18
Cuándo y cómo hacer descripciones 19
En las compras 20
En los servicios 20
así
Un contacto prolongado
La lectura en voz alta 21
Eso no - Actúe
Orden y puntualidad 22
Una última reflexión 24
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5. PREFACIO
¿No hay nadie entre su familia o entre sus amigos que sea
ciego o limitado visual? ¿No ?...
Mejor, no obstante lea esta breve guía, pues mañana, el
mes que viene o quizá hoy mismo puede encontrarse a ese
hombre o esa mujer con un bastón blanco en la calle, en una
estación en una reunión o en un restaurante.
Acaso usted quisiera ayudarle, pero no se atreve, no sabe
como hacerlo.
O tal vez le ayudará espontáneamente, pero con tanta
torpeza que en vez de prestarle un servicio le causará una
molestia.
Eso ha sido lo que mas ha movido ha elaborar esta
pequeña guía, que no pretende en modo alguno ser
completo, ni contener la “Verdad”. Es una pequeña guía
para ayudarle a auxiliar de un modo agradable, adecuado
y sobre todo humano, a los que lo necesitan.
Una joven artista, Miche Van Den Broeck, a puesto a
nuestro servicio su fantasía, su humor y su talento para
ilustrar este folleto. Es infinitamente mas agradable
ofrecer ayuda que necesitarla. Un servicio prestado con
así
amabilidad en el momento oportuno, constituye, para
ambas partes, una experiencia enriquecedora.
Eso no - Actúe
Si esta pequeña guía puede contribuir a eso, habrá logrado
su objetivo.
HERMAN VAN DYCK
5
7. PARA CRUZAR LA CALLE
Una regla de oro exige que se
pregunte siempre a un ciego si
permite ayudarlo, antes de
hacerlo...
De este modo usted muestra que
respeta su libertad personal.
Ocurre con frecuencia que, estando
El ciego: "¿Qué pasa? ¡No
una persona ciega esperando el no quiero cruzar!..."
bus al borde de un a acera, alguien
le coge el brazo y la arrastra hasta el otro lado de la calle, sin que
ésta haya oído siquiera la voz de esta persona “servicial”
desconocida.
Si la persona ciega explica, intentando soltarse, que no desea
cruzar sino que está esperando el bus,
puede suceder incluso que el
desconocido quede tan perplejo que a
deje plantada en medio de la calle
murmurando unas vagas disculpas.
Mejor es que usted pregunte: “Me
así
permite que le ayude a cruzar?”. Si la
respuesta es afirmativa, ofrézcale el
Eso no - Actúe
brazo diciendo: “Cójame del brazo” y
cruce con ella.
La señora:
Avise en el momento “¿Quiere cruzar, señor?”
de subir o bajar la acera.
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8. UTILIZACIÓN DE LOS MEDIOS DE TRANSPORTE
Cuando con más frecuencia reciben
ayuda los limitados visuales es al subir o
bajar de un bus o taxi. En ocasiones, son
tantos los voluntarios que acuden de
forma tan solicitada que el ciego se ve
prácticamente alzado hasta el bus en
lugar de subir normalmente.
Al bajar ocurre lo contrario. Se ve
sostenido por detrás y por delante con
tal firmeza que apenas consigue
descender el escalón.
Aun hecho con la mejor intención, todo esto es superfluo. Un ciego
que sale solo, sabe utilizar los medios de transporte. Basta con que
usted lo conduzca a la puerta del bus y le muestre la entrada.
Para bajar, muéstrele igualmente la puerta y deje que baje
solo.Al subir o bajar juntos el acompañante pasa siempre de
primero; muéstrele la puerta o dele
la mano. Puede indicarle si el
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escalón el alto o bajo.
Cuando se trata de un automóvil, se
conduce al limitado visual entre el
vehículo y la puerta abierta, colocando
su mano en la parte superior de la
misma; con la otra mano se hará una
idea de la altura del techo y de donde
está el asiento.
Ésta es toda la ayuda que usted
debe prestarle.
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9. COMO GUIAR A UN CIEGO
Puede ocurrir que usted se encuentre
en el mismo bus de un limitado visual y
que baje en el mismo paradero. Puede
darse también el caso de que encuentre
a un ciego en la calle, que camina muy
despacio debido a la circulación, a los
numerosos obstáculos que hay en la
acera, o simplemente por que no conoce
El señor:
el sitio.
"Cójame del brazo."
No vacile nunca en prestarle ayuda, lo que no significa de
modo alguno que usted tenga que imponérsela. Dígale por
ejemplo: “Voy en la misma dirección que usted, dos cuadras
adelante, ¿quiere ir conmigo?”. Si la respuesta es afirmativa,
ofrézcale el brazo y continúen juntos.
Si rechaza su amable ofrecimiento, no se ofenda. Hay perso-
nas ciegas que prefieren la independencia a una ayuda que
podría facilitarle las cosas.
Siempre ofrezca usted mismo el brazo.
No coja al ciego del brazo para
empujarle por delante de usted; es difícil
guiarlo de este modo y además le
proporciona una cierta sensación de
inseguridad.
así
Si ustedes van cogidos del brazo, no
Eso no - Actúe
necesita decir: “A la izquierda, o a la
derecha”. El limitado visual se da
cuenta del movimiento y sigue automáticamente.
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10. Para entrar por una puerta o un paso estrecho, el
acompañante debe ir siempre adelante. Empuje ligeramente
al ciego con el brazo que lo lleva cogido, hasta que se
coloque totalmente o en parte detrás de usted.
ACERAS Y ESCALERAS
Al subir o bajar una acera, basta decir: “suba” o “baje”. Si
suelen salir juntos, a veces el suficiente hacer la señal que
haya acordado, como por ejemplo, apretar el brazo o la
mano.No es necesario hacer parar al ciego para que toque
con el bastón el borde de la acera.
Si sube o baja las escaleras con un ciego, dígale sencillamente:
“Cuidado, subimos unos escalones” y suben del brazo. Puede
preguntarle igualmente si prefiere cogerse del pasamanos; en
este caso, usted colocará la mano de la persona sobre éste o le
dirá: “El pasamanos está a su derecha (o a su izquierda)”.
Adviértale al llegar al final de la escalera y al comenzar el tramo
siguiente. Si no le acompaña, indíquele donde está el pasamanos
según se anotó anteriormente.
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No es necesario en absoluto que cuente los escalones para
indicarle cuantos son; con la prisa, casi siempre se equivoca uno.
Si el ciego va solo, notará con el bastón el final de la escalera. Si
le acompaña, no pierda el tiempo en cálculos, limítese a advertirle
cuando lleguen al último escalón.
Si existe una posibilidad de tomar una escalera normal o una
mecánica, es el ciego quien debe decidir. En todo caso, es
necesario advertir al ciego cuando se trata de una escalera
mecánica.
1 0
11. EL ÁNGEL DE LA GUARDA MOLESTO
Cuanto se ha dicho o escrito
respecto a los deficientes físicos
y su independencia, tiene a veces
como resultado que algunas per-
sonas por respeto a ésta
independencia, duden si deben
o no ayudar, incluso si se
encuentran con una persona
ciega que se halle en
dificultades en la calle o en
otro sitio. Entonces le siguen
los pasos, como una especie de ángel de la guarda, con el fin
de evitar que se choquen con algún obstáculo. Desde luego, la
intención es admirable, sobre todo porque estas personas
piensan que la persona ciega no se dará cuenta.
En numerosas circunstancias, pero sobre todo cuando
camina, el ciego tiene alerta todos sus sentidos. Debe
compensar de este modo la falta de vista. Es evidente que
en este aspecto, el oído desempeña un papel fundamental.
Se da cuenta rápidamente de que tiene un “ángel de la
guarda”.Lejos de constituir una ayuda o un elemento de
seguridad, esa presencia perturbará las demás
percepciones y si ello se prolonga cierto tiempo, corre el
riesgo de ponerle muy nervioso.
así
Como hemos dicho antes, no dude nunca en ofrecer su
Eso no - Actúe
ayuda, pero nunca haga el papel de ángel de la guarda.
Aún cuando su intención sea buena, usted se convierte
en algo molesto de lo que hay que huir lo más pronto
posible.
11
12. CÓMO MOSTRAR UN ASIENTO
Es una idea muy extendida, pero sin embargo errónea, que se
debe dar asiento lo más pronto posible a las personas ciegas.
En el bus, eso se justifica porque en
caso de producirse un frenazo o un
choque imprevisto, el limitado visual
no es capaz de encontrar con
suficiente rapidez el punto de apoyo
adecuado.
Esto es evidente en el caso de las
personas ciegas de edad, así como
debería serlo para todos los
ancianos.
Pero incluso, el simple hecho de dar asiento a una persona ciega
llega a veces a ser cosa complicada. Una dos o tres personas se
empeñan en ayudarla; la hacen dar vueltas, la empujan, la cambian
de sitio... la sujetan de uno o de los dos brazos, y, finalmente la
sientan a la fuerza.
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Y sin embargo, es una cosa muy
sencilla. Coloque a mano del
limitado visual sobre el respaldo y
diga: “aquí tiene un asiento, aquí
tiene el espaldar” e inmediatamente
él se dará cuenta de la posición del
asiento y se sentará sin dificultad. O
póngale la mano sobre el brazo del
mismo y dígale: “el asiento está a su
derecha”, o con un movimiento
rápido, él se dará cuenta y
determinará su posición exacta.
1 2
13. En este caso, también aplique la regla de oro: muéstrele el
asiento pero déjele la libertad de sentarse o no, sin insistir.
¿DONDE ESTÁ “ALLÍ” ?...
No diga nunca “Ahí hay una silla” o
“Hay una mesa allí” o “Allí apoyada
en la pared hay una bicicleta”
mostrando la dirección con el dedo.
Estas indicaciones
están basadas en la vista
y para los ciegos no
tienen valor alguno.
En lugar de eso diga: “Hay una silla delante de usted” o
“Hay una mesita detrás de usted, aproximadamente a un
metro” o “Delante de usted, a la izquierda, a unos diez
metros, hay una bicicleta apoyada en la pared”.
Al servirle en la mesa puede decir: “El vaso está delante de usted
a la izquierda” o “Hay un cenicero cerca de su mano derecha”.
Puede también dar un golpecito sobre el objeto en cuestión
para que pueda encontrarlo por el sonido. Si le pone un
vaso en la mano, dígale dónde
puede colocarlo: “Hay una mesita
así
a la izquierda de su sillón”.
¿DONDE ESTÁ MI ABRIGO?
Eso no - Actúe
En una reunión, en un restaurante o
en cualquier otro sitio, para ayudar a
unapersona ciega a quitarse el
abrigo o la gabardina: “Venga,
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14. déjeme ayudarle” y ya está, abrigo o gabardina y maletín han
desaparecido.
Volver a encontrarlos puede representarle a la persona ciega
un problema, sobre todo porque el interesado muchas veces
no sabe de que color es el objeto.
Es mejor dejar que él mismo coloque sus cosas. Si le ayuda,
dígale: “Su abrigo está colgado en la primera percha que hay
al lado de la puerta”...
NO HAY PALABRAS TABÚ
Al hablar con un ciego, muchas
personas no se atreven a pronunciar
palabras como “Ver, mirar, ciego o
ceguera”. Dicen entonces “Mi tío
también está...hem...así” o “Mi
abuelita tenía eso también”. Si
pronuncian por casualidad la palabra
ver y se dan cuenta de ello, a veces
pueden sentirse descon-certados.
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Empiezan a tartamudear o se
deshacen en disculpas “Oh...
El señor: "Ha visto usted ...
perdón... dispense... no me había
¡Oh perdón!¡ Qué tonto soy..."
dado cuenta”, etc. Y eso aún
cuando muchos ciegos cuentan
ellos mismos cosas graciosas acerca de su limitación. Utilizan
y oyen la palabra “ciego” como cualquier cosa.
Emplean la palabra “ver” u otras análogas, para expresar su
manera específica de ver: darse cuenta, palpar, tocar, etc.
“He leído ese libro” (en Braille por ejemplo), “He visto (tocado) un
1 4
15. objeto bonito”, “He visto
(escuchado) esa película”.
Puede por lo tanto, decir sin temor a
un ciego: “¿Quiere ver este
modelo?” al mismo tiempo que le
pone la mano en el objeto de que se
trata: Botella, vestido u otra cosa.
Emplee la palabra “ciego” o
“ceguera” si surgen en la
conversación.
Pero desde luego, es de muy mal
gusto decir: “Está ciego?... completamente?... entonces no ve
nada?”. “Que horrible!... Nació así?... Es por una
enfermedad?... Entonces es un accidente?... etc.
No olvide, sobre todo que los ciegos, son ciegos, pero de
ninguna manera sordos, y que observaciones cuchicheadas
como: “Para mí, ese es el mal más horrible del mundo, preferiría
morirme”, corren el riesgo de no pasar desapercibidas.
Naturalmente, usted puede pensar eso e incluso dedicar a ello
una pequeña meditación, pero generalmente los mismos
ciegos tienen en ese sentido una opinión muy distinta.
NO HAY QUE JUGAR A LAS
ADIVINANZAS
así
En la calle o en una reunión... alguien
para a una persona ciega o le da un
Eso no - Actúe
golpecito en el hombro, “Buenos días
señor Tal... ¿cómo está usted?” o peor
aún: “¿A ver si sabe quién soy?”
En general, los ciegos tienen una buena
memoria auditiva. Pero de eso, a "A ver quién soy...
1 5
16. suponer que reconocen una voz
después de haber oído solo tres
palabras pronunciadas
rápidamente y además en un
momento en que tienen que
concentrarse muchas per-
cepciones.
Porotraparte, esosepareceaunjuego
de niños: “Dinos quién es mamá”.
"Buenos días, señora Gómez;
soy el marido de su amiga la Si usted no pertenece a su familia
señora Fernández." o al círculo de personas con las
cuales él se trata habitualmente, alguien
cuya voz no reconoce al instante, preséntese espontáneamente:
“Buenos días, señor Tal, soy yo Fulano.
Si hace tiempo que ustedes no se ven, o si la persona ciega no
recuerda su nombre (se recuerda con más facilidad una cara que
un nombre), añada una breve explicación: “¿Se acuerda de mi?,
nos vimos en tal y tal sitio”.
No es posible saludar a un ciego con
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un gesto de cabeza o de mano, como
con frecuencia se hace con otras
personas conocidas. Sin embargo, les
agrada sentirse integrados también
en ese aspecto de la vida. Los gestos
de mano o cabeza pueden sustituirse
por unas palabras: “Buenos días, soy
la secretaria de su amigo Tal”, a fin de
que el ciego sepa que es a el a quien
se dirige y quién es la persona que lo
El camarero:"Señora, hace.
qué va a tomar el señor"
1 6
17. LOS CIEGOS NO SON PELIGROSOS
No es raro que las personas ciegas
que van acompañadas oigan frases de
este tipo: “Señora, ¿quiere sentarse el
señor?”.
Se dirigen al acompañante en vez de
hacerlo a él directamente, lo que hizo "Buenos días, señor.
que un día una señora contestara Soy el camarero.
riéndose: “Puede preguntárselo Qué va a tomar ?"
perfectamente a él, no es peligroso...”
Es tan corriente, al dirigirse a una persona establecer el primer
contacto con la mirada, que en ausencia del mismo, uno se
siente perdido y se dirige al acompañante.
Es comprensible, pero no por eso deja de ser erróneo: de este
modo se está tratando al ciego como si fuera un niño.
Si quiere ofrecerle algo, llámele por el nombre si lo conoce, y
si no, tóquele el hombro, así, él se dará cuenta que él es a
quién usted se dirige. Por ejemplo, en un grupo: “Señor tal,
¿quiere usted un cigarrillo, un vaso, una galleta?”.
No deje de mencionar las diferentes cosas que pueda elegir, si
así
hay varias. Luego coloque la que el haya elegido en un lugar
donde pueda cogerla fácilmente o póngasela en la mano.
Eso no - Actúe
Pero no le ofrezca una bandeja llena de vasos; es muy probable
que al coger el suyo, tire los otros, puesto que no esperaba
encontrarse con una bandeja llena.
17
18. AL DESPEDIRSE
Tal vez le haya sucedido hablar
con alguien que ya hubiera salido
de la habitación. Sin duda, usted
se ha reído de ello o se ha
enfadado por su falta de atención.
Para los ciegos el caso es distinto.
En la calle, con el ruido de la
"Y ahora quisiera añadir circulación; en una habitación dónde
esto... Parece que..." haya mucho ruido, en una cafetería,
en un grupo, etc... a veces les resulta
imposible saber si el interlocutor está todavía presente.
Ocurre por lo tanto, en ocasiones, que el ciego se dirige a
una silla vacía.
Al cabo de cierto tiempo se dará cuenta, pero la sensación no es
agradable.
Por tanto, avísele cuando se vaya
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y también en caso de que haya
vuelto; de otro modo, puede darse
el caso de que usted haya
regresado hace mucho tiempo y
él cree que está aún ausente.
Y tenga en cuenta que también
que el ciego espera siempre una
respuesta hablada. Una sonrisa,
por muy amable que sea, o un
gesto con la cabeza son
"Un momento, por favor... totalmente inútiles.
Tengo que salir un
minuto."
1 8
19. COMO Y CUANDO HACER DESCRIPCIONES
Muchas personas piensan que cuando se hallan en
compañía de un ciego tienen que estar hablándole
continuamente: “Si no, no sabe que estoy todavía aquí...”
“De todos modos, no tiene nada en que ocuparse”.
Aunque bien intencionada, esa charla puede resultar
muy irritante. Como en todo tipo de conversaciones,
puede haber ratos de silencio. Por otra parte, el ciego
cuenta con que usted no se marchará sin avisarle.
En cuanto al hecho de que no vea lo que le rodea, debe
saber que el ciego está con frecuencia mejor informado
de lo que comúnmente se piensa, merced a muchas
otras percepciones.
Usted comprenderá inmediatamente a través de las
preguntas que él le haga, si desea que le de una
descripción detallada o superficial. Por lo tanto no se le
imponga.
En cambio, es útil hacer mención de cosas
así
extraordinarias o poco habituales, como por ejemplo:
“Esta escalera mecánica no funciona” incluso si en este
Eso no - Actúe
momento no la necesita. O, “Hay un nuevo almacén en la
esquina de esta calle”. Estas informaciones pueden
serle útiles en otra ocasión.
19
20. EN LA COMPRAS
Si usted ayuda a un limitado visual a entrar en un almacén,
condúzcalo hasta el lugar donde se encuentre un vendedor
que pueda atenderle. Si tiene mas tiempo, llévelo a la
sección o sitio que desee.
Si la persona sabe exactamente qué quiere, compra el
objeto sin más. Si quiere ver primero que hay, póngale
algunos objetos en al mano para que pueda tocarlos.
Podrá, de ese modo, hacerse idea de la forma y calidad de
estos.
Descríbase el color, el diseño, etc... No vacile en decirle por
ejemplo: “Si me permite la indagación, creo que ese color no
le va nada bien”.
Si, al pagar al cajero, el ciego no indica la cantidad que le
está entregando, éste debe decirle “Me da quinientos
pesos”. En general, la persona ciega sabe cuál billete le
está dando, pero siempre es posible un error. De este
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modo los dos evitarán una discusión molesta.
Es deseable, así mismo, al pagar o cambiar dinero, contarlo
en la mano del ciego; así evitará las dificultades de tener
que cogerlo del mostrador.
EN LOS SERVICIOS
En efecto se trata de una corriente necesidad muy natural
en todas las personas y, lógicamente, en los limitados
visuales.
2 0
21. Si se siente un poco molesto (después de todo, por qué?)
cuando un ciego le pida ayuda para ir al baño, piense que
es aún más molesto tener que pedir ayuda.
Si usted es del mismo sexo que el ciego y se encuentra en
un establecimiento público, pueden entrar juntos o solicitar
la colaboración del personal del servicio. Si hay un urinario
o un sanitario, dígaselo al ciego y deje que él elija. Si
escoge el urinario, dígale de que tipo es. Antes de que él
utilice el baño, mire si está limpio y muéstrele dónde está el
papel y la cisterna.
Enséñele donde está el lavamanos, el jabón y la toalla. Si es
necesario, no tenga miedo de decirle: “La toalla está sucia,
es mejor que use el pañuelo”. Hágalo con tacto, del mismo
modo que a usted le gustaría ser tratado.
Cierre la puerta del baño o sepárese unos pasos del
sanitario; “Eso es una cosa obvia”, dirá usted si, pero sin
embargo no se hace siempre. Si el ciego es del sexo
opuesto, pida ayuda al personal o a otro cliente. Si no hay
ninguna otra persona, actúe con naturalidad, según se
indico arriba.
LA LECTURA EN VOZ ALTA
así
Aún cuando algunos investigadores están trabajando en el
desarrollo de las máquinas de lectura, pasarán muchos años
Eso no - Actúe
hasta que sean utilizables y sobre todo, accesibles desde el
punto de vista económico. Entre tanto el ciego, depende
para muchas cosas de la lectura en voz alta. La lectura en
Braille y en cintas magnetofónicas, por muy extendida que
esté, no constituye sino una solución parcial al problema.
21
22. El aspecto más molesto de esta dependencia es la
lectura de cartas personales; en este caso, se impone
el máximo tacto y discreción. Lea despacio y con
claridad. Fíjese siempre si hay alguna indicación en
el sobre acerca del remitente; eso podría hacer que el
ciego encargue la lectura a otra persona. No habrá
nunca el sobre si no tiene permiso explícito.
Si se trata de cuestiones financieras sin que esté
indicado en el sobre, adviértaselo antes. Si se trata de
una carta personal, lea primero el nombre del firmante.
El ciego puede decidir que se lea o no. No lea la carta
por su cuenta diciendo lacónicamente: “Es de tal, que
dice ésto y ésto” no se permita nunca hacer comentarios
sobre el contenido o el remitente a menos que se lo
pidan. No olvide sobre todo que su labor se limita a
sustituir los ojos de su amigo ciego.
Para la lectura en general, pero sobre todo para la
Instituto Nacional para Ciegos -INCI-
lectura de revistas, periódicos, etc., no tiene importancia
alguna lo que a usted le parezca interesante, importante
o divertido. Lea simplemente los títulos, el ciego se
encargará de decirle lo que quiere escuchar. No
interrumpa nunca la lectura con exclamaciones o
comentarios, eso resulta muy molesto.
ORDEN Y PUNTUALIDAD
Dos palabras que ya no se aprecian mucho, pero que
tienen una importancia vital para los limitados visuales.
2 2
23. Es una de las reglas básicas que se deben respetar
si aspira el ciego a preservar su independencia: cada
objeto tiene su sitio determinado y es preciso que lo
pueda encontrar en el. Si tomó usted un objeto,
vuélvalo a colocar en el sitio en que estaba; si ya no se
acuerda, pregúnteselo al ciego y deje que él mismo lo
coloque en su sitio.
Esto tiene una fundamental, sobre todo para los
limitados visuales que viven, trabajan o viajan solos.
Tenga cuidado con las puertas de las habitaciones y
de los armarios; las puertas de las habitaciones y de
la casa, deben quedar siempre cerradas o abiertas
del todo; las puertas de los armarios deben quedar
siempre cerradas.
No deje cepillos, cubos de basura, etc., en medio de
los sitios por donde el ciego tiene que pasar
normalmente.
La puntualidad tiene mucha importancia en las citas,
visitas, etc. Los minutos se hacen eternos cuando se
está esperando sin poder ver nada, ni tener nada que
hacer. Es algo que produce nerviosismo y tensión.
así
Eso no - Actúe
2 3
24. UNA REFLEXIÓN PARA CONCLUIR
Hemos llegado al final de estos “pequeños consejos”
por muy incompletos que sean.
Si en su próximo encuentro con una persona ciega se
siente un poco más seguro y a gusto, habremos logrado
nuestro objetivo.
En realidad, “El mundo de los ciegos” no existe. Viven
en el mismo que usted, en nuestro mundo. Aún cuando
lo hagan de manera distinta, con sus medios y
posibilidades, que, generalmente son mayores de las
que se supone.
Una última palabra: A veces se oyen cosas como
ésta: Un día intenté ayudar a un ciego... me rechazó
con malos modales. No me volverá a ocurrir”. Esto
puede suceder; los limitados visuales son personas
como los demás, con sus cualidades y defectos. ¿No
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le han tratado, a veces, o bruscamente o sin tacto
personas normales a las cuáles se dirigía usted
amablemente?
La discreta gratitud con la que la mayoría de los
limitados visuales acogerán y apreciarán su ayuda, le
hará olvidar esa excepción lamentable.
“Solo se puede ver bien con el corazón. Lo
esencial resulta invisible a los ojos”.
(A. de Saint Exupéry).
2 4